¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

LOS MIEDOS (El Asesino Múltiple instalado en nuestro interior))

Se define el miedo como una “perturbación angustiosa del ánimo ante un riesgo o daño, real o imaginario”.

No tiene que ser necesariamente negativo. Algunos estudiosos lo presentan como una defensa natural ante lo desconocido. Esa conciencia del peligro es sana, pues, como dice un antiguo refrán: “El miedo guarda la viña”.
Se trata de un sentimiento cuyo objeto es “el mal que amenaza” y no es fácil de repeler.


Es lo que Jung llama “el asesino múltiple instalado en el interior” que convierte al ser en instrumento inconsciente de sus designios; es una función progresiva y acumulativa que termina por dominar la mente. Y una de las causas más comunes es el apego a las cosas. El sentido de propiedad crea el miedo a la pérdida de aquello que creemos indispensable para nuestra felicidad, en desmedro de lo verdaderamente importante.

Confundimos lo relativo con lo absoluto. Tememos perder lo transitorio y, en ese combate estéril, desperdiciamos la oportunidad de vivir en plenitud la dicha que significa el cumplimiento de la misión que hemos elegido para esta existencia.

Y los miedos avanzan como un velo sutil que abotaga las fuerzas, que succiona la vitalidad y magnifica el objeto temido mientras vuelve minúsculo el propio valor.


Quien quiere conocer la felicidad verdadera debe, primero, mirar cara a cara sus miedos y extirparlos de raíz. Ya que uno mismo nutre sus propios temores, también es uno quien puede extinguirlos para siempre.

Pero cuáles son nuestros miedos?Son muchos y muy variados, pues dependen de las circunstancias particulares de cada individuo. Sin embargo, algunos se repiten hasta convertirse en patrones de conducta. Veamos a que tememos.

LA ENFERMEDAD, LA INCAPACIDAD Y LA MUERTE
El buda Shakyamuni abandonó el lujoso palacio donde gozaba de privilegios reales, porque había descubierto los cuatro sufrimientos básicos del hombre: el nacimiento, la enfermedad, la vejez y la muerte.

El dolor del nacimiento es algo que guardamos en el fondo de la memoria, pero tenemos conciencia de los otros tres motivos de sufrimiento y, aunque sabemos que son inevitables – o tal vez por eso – nos inspiran temor. Sin llegar a la idea obsesiva o paralizante, pensar en una enfermedad dolorosa, en la incapacidad que puede derivar de ella o en la vejez y en la muerte siempre nos inquieta. La conciencia del paso de los años y del fin de la vida es un privilegio de los seres humanos pero, lamentablemente, no viene acompañado de la sabiduría para aceptar esa realidad inevitable.

En el gosho “Carta desde Sado” dice: “Lo que más teme la gente es el dolor del fuego, el destello de las espadas y la sombra de la muerte”.

Sin embargo, cabe preguntarse: es razonable tener miedo de algo que, seguramente, va a llegar en algún momento? No es mas lógico buscar la forma de enfrentarlo? La actitud que se adopta frente al dolor físico o ante la certidumbre de la muerte también forma parte de la dignidad de la vida.

Y esa postura digna no se improvisa, se construye a lo largo de los años. Si la vida y la muerte son dos aspectos de la misma existencia, sólo cuando la primera se desenvuelve en plenitud creando un ámbito de serena armonía, la segunda recoge los frutos y es aceptada con el coraje que otorga la libertad espiritual.

LA SOLEDAD Y EL DESAMPARO
Desde tiempos muy antiguos, los hombres reconocieron y valoraron el “carácter social” del individuo y usaron, con fines políticos, el temor al peligro del ostracismo. La necesidad de relacionarse y compartir es tan poderosa, que en un aislamiento absoluto, el ser humano no se atreve a pensar lo que “no debe pensar”, según las normas establecidas. Y esta aproximación a la locura era el arma más poderosa que esgrimían quienes amenazaban con el destierro.

Nichiren Daishonin describe con palabras conmovedoras su experiencia en el exilio: “En el terreno que rodeaba la choza, la nieve se acumulaba cada vez más. Nadie acudía a verme; mi único compañero era el viento helado que me azotaba”. (“Sobre el comportamiento del Buda”).

Si la angustia que produce la soledad y el desamparo es tan destructiva, cómo podríamos minimizar la situación en que se encuentran los que están solos por circunstancias imprevistas o no deseadas? El fallecimiento, la separación o el abandono dejan un vacío aterrador.

LA VERDADPero, tal vez, el miedo más paralizante es el miedo a la verdad. El pavor, según la raíz latina de la palabra, significa alarma y se manifiesta como inquietud frente a un peligro.

¿La verdad es un peligro? Puede llegar a serlo cuando descubrimos una realidad que no queremos aceptar. Iconográficamente, el espejo representa la verdad.

Si la imagen refleja el paso del tiempo o los estragos de una enfermedad, puede despertar, especialmente en las mujeres, el miedo a la vejez. La respuesta inmediata es maquillar la verdad para “sentirse bien”. La cosmetología moderna explota el miedo desarrollando el arte de enmascarar las fealdades.

Si consideramos nuestro ambiente como un espejo veraz de nuestro mundo interior, podemos llegar a alarmarnos. Pirandello, el gran dramaturgo italiano, habla del miedo a descubrir la propia identidad. Pero renunciar a la verdadera identidad es tener miedo de reconocer el propio potencial y pasar a ser esclavo de las contingencias de la vida.

“MENTIRA, MENTIRA, YO QUISE DECIRLE...”Quien se deja amedrentar por las circunstancias anula su creatividad y no puede influir en el mundo que lo rodea. Con actitud servil, se humilla frente a la adversidad y no vislumbra la esperanza de una mejor existencia.

La mentira pasa a ser una coraza detrás de la cual se esconde. Muchas veces, conocemos nuestra capacidad, pero no la ejercitamos, por miedo a la responsabilidad que acompaña a los éxitos. O por temor al fracaso, que sería la verdad acerca de nuestras posibilidades.

Ese miedo suele expresarse en mentiras convencionales: “En este país no se puede proyectar nada”, “Con una familia así, no hay quien resista”. Se vive temiendo que caiga el antifaz y aparezca el nefasto rostro de nuestra inferioridad. Nos desconectamos de nosotros mismos y de los demás.

El riesgo es la apatía, la indiferencia y un cierto apego a la infelicidad. El sentimiento paralizante que actúa como debilidad inhibe la acción. Esta otra faz del miedo lo presenta como “compañero” o “cómplice” de la desdicha.

En el ámbito familiar, cuando pretendemos ignorar infidelidades conyugales o negamos la existencia de inclinaciones peligrosas en nuestros hijos, la imaginación interviene y nos convence de una falsa verdad que puede tornarse peligrosa y desestabilizante.

CORAJE NO ES TEMERIDADPara eliminar falsas imágenes, rectificar ideologías o modificar creencias, se requiere templanza. Quien busca la verdad revela coraje.

La palabra coraje viene del latín coragium y deriva de “cor”, que significa “corazón”, “animo” o “esfuerzo”. El diccionario lo describe como una impetuosa decisión y un esfuerzo del ánimo. Si bien, en algunos casos, se lo asocia con la cólera o la ira, en este análisis vamos a considerarlo como un sinónimo de valor.

Acaso la ira contra la injusticia no puede tornarse en coraje para combatirla? Mientras los miedos proliferan en los dominios de la mente, el coraje irrumpe y brota en torrentes desde el corazón o la verdadera entidad de la vida. Para declarar una victoria es necesario primero librar una contienda. Ya que nuestros miedos suelen ser nuestro peor enemigo, no seamos “cómplices involuntarios” de una función que solo busca obstruir nuestra felicidad.

Por el contrario, “declaremos la guerra” al miedo hasta que nuestra acción se base solo en la libertad, la sabiduría y la misericordia. Buscar la verdad es buscar el conocimiento superior. Cuando hay convergencia de pensamiento y acción, desaparecen los fantasmas y se acepta el desafío de establecer esas verdades relativas que van mutando a medida que cambian las circunstancias. Cuando el hombre se libra del miedo e investiga la verdad, se desprende de las viejas ataduras y utiliza correctamente la función de pensar.

En un mundo sujeto a la ley de la impermanencia, el futuro –si lo que sea queremos promisorio- debe ser forjado por aquellos que rompan el yugo de lo convencional; por aquellos que estén dispuestos a desenmascarar los miedos; por aquellos que rechacen la dicotomía entre “lo que se dice” y “lo que se hace”, entre “lo que es” y “lo que aparenta ser”.

El coraje es una decisión de la persona y es el requisito básico para ser feliz. Pero debemos recordar que la felicidad relativa esta estrechamente vinculada con el ambiente, en tanto que la felicidad absoluta depende exclusivamente de nuestro estado de vida, de la misión que elegimos y del empeño que pongamos para cumplir con ese compromiso.

NO TEMERLE AL CORAJE
La cobardía se alimenta de la duda. La valentía, de la convicción. El coraje no se puede “pensar” o elaborar mentalmente, es acción pura y decidida. En general, se lo identifica con el impulso provocado por un sentimiento; pero en el Budismo, es un estado activo que surge de la misericordia y se basa en la sabiduría. Una persona que siente verdadera misericordia, tiene el coraje de ponerse de pie para luchar por la verdad. Josei Toda es el ejemplo irrefutable de lo que puede lograr un espíritu indómito, no temerario, sino consciente de su fuerza interior.

Cuando una mujer corta las cadenas del miedo, crea una atmosfera tan radiante y tranquilizadora a su alrededor, que todos crecen a gusto y avanzan a partir de su visión amplia y optimista. Y quien ha vencido el miedo en su fuero íntimo logra encender la flama del coraje en innumerables corazones dominados por el temor.


El miedo sobreviene, el coraje se obtiene: este es nuestro gran desafío.

"LA VICTORIA ES HABER INSISTIDO DESPUÉS DEL ÚLTIMO FRACASO"


Pero lo que debemos comprender es que el éxito es un efecto de la revolución interna que se produce solo cuando ponemos un objetivo en movimiento.
La actitud de triunfar es el verdadero espíritu revolucionario, y por eso es el espíritu fundamental de la fe.
Esa fe que no es otra cosa que triunfar sobre nosotros mismos para transmitir a los otros, desde esa alegre seguridad, el coraje de triunfar sobre sí mismos.
La dignidad es el éxito cotidiano sobre las dudas y la oscuridad esencial que se levanta en nuestro camino en forma de ira, de miedo, de mezquindad.
La dignidad es el incansable trabajo basado en la certeza del éxito.
La dignidad es la conciencia de ser y el coraje de actuar en concordancia con lo que se es.

Daisaku Ikeda.

Cual fue el secreto del éxito de Edison?

El explicó que era nunca abandonar antes de tener éxito en lo que estaba tratando de hacer.
No abandonar, ése es el único camino.
Una vez que abandonás, estás derrotado.
Esto es igualmente cierto en el ámbito de la fe.
Abandonar no es fe.
Tenemos que seguir cantando hasta que nuestras oraciones sean contestadas.
Esa es la forma correcta de orar.

Daisaku Ikeda


Edison realizó mas de 1000 intentos diferentes para inventar la bombilla.

Cuando Thomas Alva Edison (1847-1931) inventó la bombilla, no le salió a la primera, sino que realizó más de mil intentos, hasta el punto de que uno de los discípulos que colaboraba con él en el taller le preguntó si no se desanimaba ante tantos fracasos.


Y aquí entra la cuestión de la percepción del error, porque Edison respondió: "¿Fracasos? No sé de qué me hablas. En cada descubrimiento me enteré de un motivo por el cual una bombilla no funcionaba. Ahora ya sé mil maneras de no hacer una bombilla".
Pero va mas allá la paciencia del inventor mas prolífico de la historia - se le atribuyen mas de 1300 patentes- , porque cuando tenía 32 años, durante ochocientos días y ochocientas noches y apoyado por sus colaboradores, tuvo la paciencia de ensayar con seis mil fibras diferentes: vegetales, minerales, animales e incluso humanas, puesto que probó hasta con un pelo de la barba rojiza de uno de sus colaboradores.
Al fin, el 21 de octubre de 1879 Edison realizó la primera demostración pública de la bombilla incandescente antes tres mil personas reunidas en Menlo Park (California).

Esa primera bombilla lució durante 48 horas ininterrumpídamente.


CULTIVAR LA CONFIANZA. Por Ted Morino Vicedirector general SGI-USA

«Sufra lo que tenga que sufrir disfrute lo que tenga que disfrutar. Considere que tanto el sufrimiento y la alegría son parte de la vida y continúe invocando Nam-myoho-renge-kyo pase lo que pase. ¿Qué otra cosa puede ser esto que la ilimitada alegría de la Ley? Fortalezca su fe más que nunca.» (Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 681)
Ted Morino Vicedirector General, SGI-USA

En mis años mozos, mi tendencia era practicar el Budismo de Nichiren con un
enfoque idealista.
Mi punto de vista cambió después de asistir a una reunión de la división de
estudiantes en Japón con el Presidente de la Soka Gakkai, Ikeda. Ante
decenas de miles de estudiantes, expresó su alegría de ver cuántos jóvenes
estaban luchando junto a él por la gran causa de la felicidad del hombre y
la paz mundial.


El presidente Ikeda también dijo que toda su buena fortuna provenía de la elección que había hecho de tener fe en el Gohonzon.
Escuchándolo pude percibir su corazón completamente abierto. Me dí cuenta de
que me hacía falta cultivar la misma confianza en la fe que demostraba el
presidente Ikeda y sentí la urgencia de practicar el Budismo de Nichiren
sinceramente junto al él.

Comencé a invocar Nam-myoho-renge-kyo con mayor intensidad y a aplicar este
pasaje a mi vida y mi práctica. Durante este proceso, me dí cuenta de que no
debía permitir que el sufrimiento me derrotara y que debía disfrutar del
proceso de abrir mi vida.


Comencé a tomar conciencia de que, mientras continúe en el camino de la fe y la práctica, estoy avanzando en dirección a mis sueños. También comprendí que debemos invocar Nam-myoho-renge-kyo con todo nuestro ser, ya sea que estemos sufriendo o que desbordemos de alegría.
A fuerza de participar en actividades de la fe y de alentar a los miembros
con continuidad, poco a poco mi vida comenzó a cambiar desde lo más
profundo.


Empecé a concentrarme más en mis problemas inmediatos en vez de en
el futuro o el pasado, y a dar todo de mí para lograr lo que tenía que
lograr en ese momento y a alentar a la persona que se encontraba frente a
mí.

Uno de los aspectos más importantes de mi revolución humana fue superar mi
timidez.


Con el tiempo, fui gradualmente cultivando la fuerza como para
hacerme valer y así crear valor ante cualquier situación.

Nichiren nos insta «continúe invocando Nam-myoho-renge-kyo pase lo que
pase». Hoy, veo la fe en el Budismo de Nichiren como una promesa de cumplir
con mi misión siempre invocando Nam-myoho-renge-kyo con espíritu de lucha,
pase lo que pase.

Vivir los escritos es una columna escrita por responsables nacionales y de
territorio de la SGI-USA, en donde aparece su pasaje predilecto de los
escritos de Nichiren Daishonin y narran cómo ese pasaje les cambió la vida.

LA BÚSQUEDA DE LA FELICIDAD EN LA VIDA

Cuando se estudia con la propia vida, las palabras se convierten en la sabiduría necesaria para vencer.

Caemos al mundo sin manual de instrucciones y adoptamos, o nos hacen adoptar, los principios y creencias de nuestros progenitores, mezclados con la educación de la escuela, la "enseñanza" en la calle, y un sinfín de informaciones que van conformando parte de lo que, cuando somos adultos, denominamos nuestra "filosofía de vida".
Pero, a veces no es suficiente, no es completa, no responde a nuestros interrogantes, no nos hace avanzar y ser felices, no nos enseña a vivir. Entonces, o nos conformamos y de alguna manera detenemos nuestro desarrollo como personas, o por el contrario nos dedicamos a la búsqueda de alguna otra escuela, de alguna otra enseñanza o simplemente de alguna fórmula que nos abra de una vez por todas la puerta hacia la ansiada felicidad.

Pero fórmulas mágicas no existen. Además, por muy atractiva que sea una filosofía, religión o enseñanza si se queda en el papel sin poder aplicarla a la vida cotidiana, a las cuestiones más sencillas y también a los momentos de mayor dificultad, se reduce sólo a eso, a palabras biensonantes y muy bien intencionadas que a la hora de la verdad solo nos sirven para teorizar "concienzudamente" en cualquier tertulia de café. Ejemplos de esto la historia
nos ha dado muchos. Sistemas políticos teóricamente muy válidos pero que en la piel de la gente no han sido eficaces, modos de vida escapistas, ideas que como en la Ilustración se quedaban en "todo para el pueblo pero sin el pueblo"...

En esta búsqueda que, de una u otra forma, consciente o inconscientemente todos emprendemos, se dan muchos y variados perfiles: quien se sabe al dedillo la parte teórica y se estanca a la hora de aplicarla; quien vive improvisando sin una guía que encamine sus pasos, o quienes teniendo una práctica en la que creen con total convicción no acaban de cimentarla en la teoría que la complementa, lo que les produce también cierto estancamiento. Entre estos últimos están quienes leyeron el primer capítulo de esa enseñanza que de veras les ayuda a vivir, pero se quedaron ahí, sin avanzar ni en el libro ni en su vida.

Al abordar cualquier disciplina, y si miramos a nuestro alrededor, descubrimos que a unos se les da muy bien estudiar y a otros no tanto. Sin embargo, el estudio cobra una relevancia especial cuando podemos ejemplificar lo aprendido, poner en práctica lo que leemos, cuando con la acción comprendemos la teoría, cuando las palabras nos sirven para superar los obstáculos y avanzar. Por muchos libros de cocina que nos aprendamos de memoria e incluso por muchos consejos que demos a los demás, no sabremos freír un huevo hasta que no calentemos el aceite...


Lo mismo ocurre cuando en materia de "principios para vivir" hablamos por hablar. Aunque la intención que nos lleve a hacerlo sea buena, podemos caer en el error de convertir lo que "hemos escuchado" de cualquier doctrina al uso en nuestra propia filosofía de vida, aprendiendo un poco de aquí, otro poco de allá, y finalmente creer que ya lo sabemos todo y peor aún, que lo que sabemos nos llegó "milagrosamente", sin reconocer ni acercarnos en profundidad a la fuente de la que procede.

Quienes practicamos el budismo de Nichiren Daishonin contamos con una "guía de viaje" que además, por lo que conocemos históricamente y por las cartas del Daishonin, podemos afirmar que no contiene ni un ápice de improvisación. Para llegar a la conclusión de que Nam-myoho-rengue-kyo es la Ley Mística e inscribir el Dai-Gohonzon, Nichiren profundizó en las enseñanzas de Shakyamuni con una postura de estudio activa y sincera, experimentando además a través de su lucha contra aquellas fuerzas que querían abatirlo, la esencia de lo que había leído, comprendido y captado en su intención.

La fuerte determinación de Nichiren Daishonin de ser "el pilar y el hombre más sabio del Japón", fue lo que le llevó a tomar el estudio unido a su propia vida, como la única forma de poder derrotar las fuerzas negativas que le acecharon, como el modo de descartar lo transitorio y así poder vencer.

El budismo es esencialmente victoria o derrota: podemos vencer aquello que nos impide ser felices, con la convicción de que es posible el cambio, o dejarnos vencer y claudicar sin ni siquiera intentarlo. La derrota está relacionada con ese velo que a veces nos cubre los ojos y que nos impide "ver" y comprender la esencia de lo que nos está ocurriendo. Nos quedamos parados ante esa neblina que dibuja los obstáculos como enormes montañas, inaccesibles, impenetrables...

Una neblina que se disipará cuando a través de la práctica y del estudio profundicemos en sus causas, en su significados. En la vida de cada uno de nosotros se suceden muchas oportunidades para ser mejores personas, o para superar aquello que nos está negando la felicidad. La práctica de Nam-myoho-rengue-kyo nos permite sacar lo mejor de nosotros, siendo conscientes de nuestra luz y también de nuestras debilidades, viendo claramente el diamante que sólo necesitamos pulir.

Pero si practicamos Nam-myoho-rengue-kyo sin comprender en profundidad este budismo, será como pretender tirar de un carro de dos ruedas con solo una. Quizá podamos avanzar algunos pasos pero seguramente nos estancaremos, porque no sabremos cómo superar las trabas que sin duda aparecerán a lo largo del camino.
Más de una vez nos ha ocurrido que en mitad de una tormenta emocional hemos acudido a nuestros guías y modelos en la vida, cuyas palabras nos han permitido comprender y accionar en una u otra dirección. Esas palabras, además, han cobrado relevancia cuando las hemos leído con nuestra propia vida, cuando han dejado de ser eso, palabras, para convertirse en la sabiduría necesaria para iluminar el espacio que permanecía oscuro.

Esta es la postura que ha adoptado Daisaku Ikeda, presidente de la SGI: "yo he perseverado con toda seriedad en los dos caminos de la práctica y del estudio, para propagar el budismo de mi maestro eterno, Nichiren Daishonin, y para cumplir con la promesa que hice a mi mentor en la vida, Josei Toda. Mi determinación de seguir esforzándome permanece absolutamente inmutable, porque sé que el refulgente sendero del mentor y del discípulo no existe fuera de los dos caminos de la práctica y del estudio".

Frase de Gosho
"Esfuércese en los dos caminos de la práctica y el estudio. Pues sin práctica y estudio no existe el budismo". WND. pag 386

Extraido del tema de dialogo de Nov.2006 "Licenciados en la Felicidad de la Vida" (de la publicación española Civilización Global)
http://www.sgi-es.org/civglobal/dialogo_nov06.pdf

GHOSO: "FELICIDAD EN ESTE MUNDO"

No existe felicidad mayor para los seres humanos que invocar Nam-myoho-renge-kyo.


El sutra dice: "Los que habitan allí [en mi tierra] disfrutan plenamente de la vida." "Disfrutar plenamente de la vida" se refiere a la ilimitada alegría que proviene de la Ley. Como es obvio, usted está incluido entre "los que habitan." Y "allí" se refiere al mundo entero, dentro del cual se encuentra el Japón. "Disfrutar plenamente de la vida" quiere decir que nuestra vida-es decir, la mente y el cuerpo, el sujeto y el ambiente- es la entidad de ichinen sanzen y es, también, el Buda de libertad absoluta.

No existe felicidad mayor que tener fe en el Sutra del Loto. Nos promete "paz y seguridad en esta vida y buenas circunstancias en la próxima." Jamás permita que las dificultades de la vida lo perturben. Después de todo, nadie puede escapar de los problemas, ni siquiera los sabios y venerables.
Tan sólo invoque Nam-myoho-renge-kyo y, cuando beba ‘sake’, quédese en su casa junto a su mujer. Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida y continúe invocando Nam-myoho-renge-kyo , pase lo que pase. Entonces experimentará la ilimitada alegría que proviene de la Ley. Fortalezca su fe más y más.
Con mi profundo respeto,

Nichiren.
De mi puño y letra.
En el vigésimo séptimo dia del sexto mes, en el segundo año de kenji (1276.)


(Los principales escritos de Nichiren Daishonin,vol 1, págs. 165-66.)
Disertación del Presidente Ikeda : De la Serie de Materiales de Estudio. Aprendamos del Gosho, La eterna enseñanza de Nichiren Daishonin.

PRACTICAMOS LA FE PARA SER FELICES DE VERDAD

Practicamos la fe para disfrutar de la vida al máximo, para tener la vida más feliz que uno pueda concebir. El escrito que estudiaremos esta vez, "Felicidad en este mundo," explica la "enseñanza secreta" que hace esto posible. Es una carta muy corta, pero brinda una exposición completa de los principios fundamentales de la fe. Cuando comprendamos profundamente este gosho, habremos internalizado el secreto de la fe y de la vida.

INVOCAR NAM-MYOHO-RENGE-KYO ES LA MAYOR DE LAS ALEGRIAS
FRAGMENTO DEL GOSHO
No existe felicidad mayor para los seres humanos que Invocar Nam-myoho-renge-kyo.

El hecho de que, en el inicio, se hable de los "seres humanos" entraña un gran significado. Se refiere a toda la humanidad. La enseñanza del Daishonin puede beneficiar a todas las personas, sin una sola excepción.
El budismo es una enseñanza que existe en bien de todos los seres humanos. No sólo es para los japoneses o para los miembros de un determinado grupo étnico o país. Nichiren Daishonin declara que, en última instancia, para todas las personas no hay felicidad verdadera, no hay dicha genuina, no hay plenitud perdurable fuera de invocar Nam-myoho-renge-kyo, ya sean éstas pobres o ricas, sean célebres o ignotas, sean poderosas o anónimas, artistas o científicos. Es así porque, al entonar daimoku, nuestra vida se fusiona con el estado de vida del Buda, y podemos extraer una fortaleza inagotable para llevar a cabo nuestra revolución humana y ayudar a los demás a hacer lo mismo.
La fama, la riqueza o el prestigio social no nos garantizan, por sí solos, la felicidad. Hay muchos millonarios que, detrás de las paredes de sus mansiones, viven un sufrimiento indescriptible. Algunos están tan pendientes de su vanidad que no encuentran un segundo de paz interior. Entre los famosos, muchos caen en un infierno de angustia cuando pierden la celebridad y dejan de estar expuestos al público.
Puede haber dos personas que, dentro de una misma empresa, hagan el mismo trabajo y tengan la misma situación económica y social. Pero una se siente feliz, y la otra vive desesperada. No es raro encontrar esta clase de disparidades entre individuos que, en los demás aspectos, tienen vidas muy parecidas. Y esta divergencia se relaciona con el estado de vida interior, con el corazón de cada uno.
Tampoco puede decirse que el avance de la ciencia o el desarrollo económico necesariamente produzcan la felicidad. En cualquier caso, el hecho de que uno se sienta feliz o desdichado sólo depende de uno mismo. Sin cambiar nuestro propio estado de vida, no hallaremos una felicidad que nos resulte verdadera. Pero cuando modificamos nuestra posición interior, todo el mundo se transforma para nosotros .En el budismo invocamos daimoku porque es la forma más profunda de efectuar esta clase de transformación interior.

FRAGMENTO DEL GOSHO
El Sutra dice: "Los que habitan allí [ en mi tierra] Disfrutan plenamente de la vida."

Este fragmento pertenece al jigage o parte en verso del capítulo "Duración de la Vida de El Que Así Llega" del Sutra del Loto. Significa que este mundo es un lugar donde las personas deberían vivir felices y disfrutando de la existencia. Cada mañana y cada tarde, recitamos este fragmento cuando hacemos la práctica del gongyo.
Nacemos en este mundo para disfrutar la vida. No nacemos para sufrir. Esta es la premisa fundamental del Sutra del Loto sobre la naturaleza de la existencia humana. Vivir felices y disfrutando significa gozar del trabajo, de la familia, de lo que uno hace por el bien de los demás, cuando emprende las actividades budistas, por ejemplo. Si tenemos un estado de vida así de elevado, aun cuando nos sucedan cosas desagradables, podemos verlas como un ingrediente que le suma interés a la vida, así como una pizca de sal mejora el sabor de un plato dulzón. Pase lo que pase, uno consigue sentir un verdadero deleite en la vida.
Este fragmento del sutra nos asegura que, sin falta, podemos generar una inmensa fuerza vital. Y nos exhorta a esforzarnos en la práctica budista hacia ese objetivo.

"DISFRUTAR PLENAMENTE DE LA VIDA" AQUÍ SIGNIFICA LA ILIMITADA ALEGRÍA QUE PROVIENE DE LA LEY.

Experimentar la "alegría que proviene de la Ley" significa saborear plenamente la Ley universal, eterna e invariable, y disfrutar la fuerza y sabiduría que esta Ley nos brinda. En oposición a esta clase de alegría, está la "dicha derivada de los deseos," es decir, el goce que uno obtiene al satisfacer deseos de la más variada índole. Esta alegría puede parecer una felicidad genuina, pero sólo es temporal y superficial. No surge desde lo profundo de la vida, y pronto se convierte en insatisfacción e infelicidad.
La fe nos permite recibir la alegría eterna que proviene de la Ley. Grabemos en nuestro corazón el echo de que somos nosotros mismos los que manifestamos esta alegría. Y porque somos nosotros los que la generamos, esa felicidad no depende de ninguna otra persona. Nadie más puede hacernos felices; sólo nosotros, a través de nuestras propias acciones, construimos nuestra dicha esencial.
Por lo tanto, ¿ qué necesidad hay de envidiar a los demás? ¿Qué necesidad hay de sentir rencor hacia los logros de otra persona o depender de alguien para poder ser felices? Todo se reduce a nuestro propio estado de vida. Dentro de nosotros mismos existe el poder de orientar nuestra vida en la dirección que más nos guste.
Dejarse influenciar por los demás o por el medio ambiente no es la forma de vida que enseña el Sutra del Loto. La verdader felicidad no consiste en sentir alegría en un momento y caer en la angustia al minuto siguiente. Cuando uno supera la tendencia a echar la culpa a los demáas o al medio ambiente, puede ampliar de un modo isospechado su estado de vida.
Al mismo tiempo, en el nivel más esencial, la fe existe en beneficio nuestro, no está allí para los demás. Por supuesto, practicamos para nosotros mismos y para los que nos rodean, con el fin de lograr el ideal del Kose-rufu. Pero, en última instancia, nosotros somos los principales beneficiarios de todo cuanto hacemos en la fe. Todo redunda en nuestro crecimiento; todo contribuye a desarrollar nuestro estado de vida y a consolidar nuestra propia Budeidad. Cuando practicamos con esta determinación, desaparecen todas las quejas. El estado de Buda que estaba cubierto por el polvo de los reproches comienza a resplandecer.

Y entonces, uno puede saborear, plena y libremente, la alegría que proviene de la Ley.

"DISFRUTAR PLENAMENTE" SIGNIFICA, EN REALIDAD, EL CORAJE DE SUPERAR LAS DIFICULTADES

Como es obvio, usted está incluido entre "los que habitan." Y "allí " se refiere al mundo entero, dentro del cual se encuentra el Japón. " Disfrutar plenamente" de la vida es saber que nuestra vida- es decir, la mente y el cuerpo, el sujeto y el ambiente-es la entidad de ichinen sanzen y es, también, el Buda original.
El Daishonin dice que este fragmento-"Disfrutar plenamente de la vida"- en realidad se refiere a shijo Kingo. Lo triste es que, por mucho que leamos el sutra o estudiemos los escritos, seguimos pensando: "Esto está perfecto para otros, pero mi situación es distinta." En particular, cuando nos ataca alguna adversidad, cuando nuestro corazón parece estallar de dolor, pensamos: "los sufrimientos que me toca vivir a mí no tienen solución." Pero, en este fragmento, el Daishonin nos dice que no es así, de ninguna manera.
Cuando fue escrita esta carta, Shijo Kingo, su destinatario, estaba sufriendo la difamación maliciosa de sus colegas envidiosos, a raíz de lo cual el señor feudal a cuyas órdenes se desempeñaba lo tomó en descrédito. La envidia de otros era la única causa de esta desventura.. Kingo había gozado de una extraordinaria confianza de parte de su señor feudal, pero tenía la característica de no callarse la boca cuando sentía que debía decir algo. Como ya se imaginarán, no le faltaban enemigos.
Esto tal vez sea un ejemplo de la naturaleza humana; es cierto que la gente tiene tendencia a envidiar al prójimo, hasta por las cosas más pequeñas. Cuando se siente envidia hacia alguien, se trata de desprestigiar a esa persona. Y cuando ésta cae en desgracia, se siente una curiosa satisfacción. No nos dejemos derrotar por esta tendencia lamentable.Dejarnos atrapar por la red de una emoción tan mezquina es patético y totalmente inservible; no se puede ser feliz llendo en el sube y baja desde una elación a una depresión de un momento a otro.
Como lo indica la frase "la alegría que se deriva de la Ley," la clave está en desarrollar una fortaleza interior que nos permita examinar todas las cosas desde el estado de Buda, desde la condición de suprema felicidad. Y, como dice el Daishonin, invocar daimoku constantemente es lo que nos permite lograrlo.
Por otro lado, la frase que dice "la mente y el cuerpo, el sujeto y el ambiente." Esto indica que el Budismo no es una teoría abstracta, sólo referida al plano intelectual. Tampoco se trata de cambiar nuestra subjetividad, ignorando el mundo circundante y los seres que nos rodean. La buena fortuna y los beneficios que acumulamos en lo profundo de nuestra vida se tornan visibles en el plano material y también en el ambiente que nos rodea. La actitud en la fe –que es invisible- se traduce en el cuerpo y en la mente, en la vida de uno y en el entorno , y encamina todas las cosas con inmenso poder y fortaleza, en la mejor dirección posible:hacia la felicidad, hacia el logro de nuestros deseos más profundos.

El que pone en práctica este principio es el "Buda de la absoluta libertad." Dejemos para otra oportunidad el análisis doctrinal detallado de este término. Basta con decir que el Buda de la absoluta libertad es quien recibe y utiliza libremente la alegría ilimitada que proviene de la Ley, sin dejar de ser un hombre o una mujer común. Específicamente, el Buda de la absoluta libertad es Nichiren Daishonin. En sentido general, el término también se aplica a los que están luchando por concretar el Kosen-rufu y mantienen, en la fe, un vínculo directo con el Daishonin.
El Daishonin interpreta la expresión "absoluta libertad," que aparece en algunas traducciones, como "la propiedad de recibir y utilizar libremente."

En un escrito, afirma: "La ‘propiedad de recibir y utilizar libremente’ es el principio de ichinen sanzen (cada instante de la vida posee tres mil estados.)" (Gosho Zenshu,p.759)

Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai, explico que el Gohonzon es una reserva interminable de beneficios, y Nichikan Shonin declaró: "[si uno abraza la fe en este Gohonzon e invoca Nam-myoho-renge-kyo, aunque sea brevemente,] no hay oración que quede sin respuesta, no hay falta que no se perdone, no hay buena fortuna que no se conceda, no hay rectitud que no quede demostrada."
La medida en que podamos "recibir" y "utilizar" la vasta y profunda alegría que proviene de la Ley depende íntegramente de nuestra fe. ¿Nos llevaremos sólo un cuenco de agua del océano, o llenaremos hasta arriba una enorme piscina? ¿Podemos recibir y emplear libremente una cantidad todavía mayor? Esto queda determinado íntegramente por el ichinen de nuestra fe.
Si, en su fuero más íntimo, ustedes decidieron: "Porque soy como soy, nunca podré ser feliz" o "yo soy el único que no resuelve sus sufrimientos," o "todos tienen capacidad, menos yo," ese factor mental, esa actitud o ichinen es lo que obstruirá su posibilidad de recibir beneficios.
Por lo tanto, en este fragmento la intención del Daishonin es decirle a shijo Kingo, aun en medio de las dificultades que este estaba pasando, "Usted también puede ser feliz, sin falta, tal como asegura el sutra." Y aquí uno puede ver la inmensa misericordia del Daishonin.

FRAGMENTO DEL GOSHO
No existe felicidad mayor que tener fe en el Sutra del Loto. Nos promete "paz y seguridad en esta vida y buenas circunstancias en la próxima."

Un refrán dice: "El sufrimiento domestica y doblega a los corazones dóbiles, pero el corazón grande remonta la desventura." La felicidad verdadera no es la ausencia de sufrimiento; ¡uno no puede esperar que todos los días sean azules y despejados! En cambio, la verdadera dicha consiste en construir una identidad tan sólida, que permanezca digna e indomable, como un palacio imponente, aun bajo el viento, la lluvia o la nieve.
Lograr un estado de "paz y seguridad en esta vida" no implica tener una vida libre de cualquier adversidad, sino que uno pueda armarse de convicción y coraje absolutos ante cualquier dificultad que se presente, sin siquiera perturbarse, para luchar de lleno y derrotarla. Este es el estado de vida de "paz y seguridad en esta vida." Y, como lo dice el Sutra de la Contemplación: "Si quiere conocer los resultados que se manifestarán en el futuro, observe las causas que existen en el presente." En efecto, el hecho de establecer un gran estado de seguridad y felicidad en esta vida demuestra que, en el futuro, uno podrá experimentar el efecto de buenas circunstancias , y, por ejemplo, nacerá en un lugar propicio para su desarrollo.
Algunas religiones enseñan que el hombre puede ser feliz después de la muerte, aun cuando su vida actual esté colmada de infelicidad. Pero esto no es lo que enseña el Sutra del Loto, según el cual podemos disfrutar al máximo, tanto el presente como el futuro. Esta es la esencia del Budismo. Para poder establecer una vida así, necesitamos cultivar una poderosa fuerza vital. Y esto se logra invocando daimoku y enfrentándonos a los desafíos de nuestra realidad cotidiana. A través de este empeño concreto, uno puede conseguir "paz y seguridad en esta vida" y "buenas circunstancias en la próxima."

FRAGMENTO DEL GOSHO
Jamás permita que las dificultades de la vida lo perturben. Después de todo, nadie puede escapar de los problemas, ni siquiera los sabios y venerables.

Daishonin dice que ni siquiera las personas más sabias y venerables pueden tener una vida libre de dificultades. En la sociedad, la gente tiende a creer que, porque alguien es objeto de ataques o de difamaciones, tiene que ser una mala persona. Pero desde el punto de vista del budismo, es posible que alguien sufra ataques verbales y padezca dificultades sin siquiera tener culpa o motivo. Es totalmente posible que la gente escriba o hable de una persona como si fuese alguien malvado, que diga mentira por verdad y que represente la verdad como una mentira. En la sociedad actual, diría yo que esto es un hecho.
Shijo Kingo también sufrió a raíz de la calumnia. Pero el Daishonin le dice: "Jamás permita que las dificultades de la vida lo perturben." Recurrir a falsas acusaciones significa ser vencido como ser humano; no puede haber nada tan mezquino y ruin. Pero nosotros no debemos dejarnos intimidar por un comportamiento tan despreciable. Así como uno no se mete basura en la boca, tampoco debe dejar entrar basura en su corazón. En verdad, el Daishonin alentaba a Shijo Kingo a excluir de su mente la conducta cobarde de sus detractores. El filósofo romano Séneca (4 a.c,-65 d.c.) dice que las flechas de la difamación no pueden perforar el corazón de un hombre sabio.

Cuando la gente se desespera por cosas que la desesperación no arregla, termina sufriendo inmensamente. Uno no tiene que preocuparse por asuntos que no se resuelven a fuerza de preocupación. Lo importante es construir en el corazón un palacio de alegría, que nada pueda perturbar, un estado de vida límpido como el cielo azul por encima de las tormentas, como un oasis en el desierto, como una fortaleza que mira desde arriba las olas embravecidas.
Lo que cuenta es que luchemos abiertamente contra la injusticia, con postura indómita y noble. Nichiren Daishonin libró una batalla contra el mal que casi le costó la vida, pero le enseñó a Shijo Kingo, en el instante en que estaban a punto de ejecutarlo: "Debería alegrarse de esta gran fortuna" (MW-1,181) y les pidió a sus discípulos que se unieran y lo siguieran. (MW-1,176)
Hasta una pequeña cuota de "mal " puede hacer infeliz a la gente, y por esa misma razón, uno no debe tolerarla. Lograr "paz y seguridad en esta vida y buenas circunstancias en la próxima" consiste, precisamente, en librar una lucha resuelta, con una fe de coraje intrépido.

FRAGMENTO DEL GOSHO
Tan sólo invoque Nam-myoho-renge-kyo y, cuando beba sake, quédese en casa junto a su mujer. Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y continúe invocando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase. Entonces, experimentará la ilimitada alegría que proviene de la Ley. Fortalezca su fe más y más.

Cada vez que Shijo Kingo ponía un pie fuera de su casa, corría el peligro de ser atacado por sus enemigos. El Daishonin le advierte que no actúe con imprudencia, que se quede en su casa a hacer daimoku. Y le pide que él y su esposa se alienten mutuamente. En otras palabras, le está enseñando a su seguidor la importancia de la fe como base para construir un hogar feliz y armonioso.
El Buda exhorta a Shijo Kingo a vivir feliz ahora, en el presente, sin obsesionarse por el pasado ni preocuparse excesivamente por lo que traerá el futuro.La felicidad no se encuentra en un lugar lejano, sino aquí, en el momento presente.
"Sufra lo que tenga que sufrir, goce lo que tenga que gozar…"

En épocas de sufrimiento, entone daimoku . En horas de alegría, entone daimoku . Poder realizar la práctica es, en sí mismo, un motivo de felicidad. En la vida, siempre hay situaciones felices y tristes. Son todas escenas irreemplazables, en la epopeya grandiosa de la vida. Sin sufrimiento, ¿cómo podría uno valorar la alegría? Sin conocer el sabor de la tristeza y del regocijo, uno nunca podría paladear la vida en toda su profundidad.
"Sufra lo que tenga que sufrir," nos dice. El sufrimiento es algo inevitable en la vida. Por supuesto, uno tiene que estar preparado para la adversidad, y tener fortaleza interior de levantarse por sobre la angustia y la preocupación. Uno tiene que hacer brillar en su propia vida la "luz serena de la luna de la iluminación." (Gosho Zenshu, pág.1262) Es decir, el estado de Buda. Entonces , los "deseos mundanos" se convierten en iluminación, y uno puede aprovechar todo lo que le sucede en la vida como combustible para alimentar la propia felicidad.
"Goce lo que tenga que gozar" significa hacer florecer de par en par "el loto místico del corazón" (Ib., pág. 978) con gratitud y alegría. El que puede hallar alegría, el que puede sentir agradecimiento, es también el que experimenta un alud de dicha exultante en cualquier circunstancia. Así es la función del corazón humano.
El océano, en lo profundo, siempre está calmado e imperturbable, aunque, en la superficie, las olas estén estrellándose contra las rocas. En la vida hay tanto sufrimiento como alegría; lo importante es cultivar una identidad profunda e invencible, que no se deje influir por las olas. Una persona capaz de vivir de esta manera, recibe "la ilimitada alegría que proviene de la Ley."
En la travesía del Kosen-rufu, las cosas no siempre salen como uno quisiera. Pero somos compañeros eternos. Los que están en las buenas y desaparecen en las malas no son amigos. La actitud de cerrar los ojos al sufrimiento de los demás, con la idea de que "no es asunto mio," tiene poco que ver con la postura de un verdadero amigo. Los camaradas de verdad comparten las desdichas y las alegrías.
Sufrimos juntos, nos alegramos juntos, y juntos hacemos florecer nuestra vida. Tomamos el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida y seguimos invocando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase. Mantener esta camaradería, esta consagración pura y sincera a la fe, es la guía eterna para nosotros, los que impulsamos el Kosen-rufu. ¡Avancemos siempre con esta firme unión de la fe!

Fortalezca su fe más y más.


Cuando a Nichiren Daishonin lo trasladaron a Tatsunokuchi para decapitarlo, Shijo Kingo corrió a su lado, sin pensarlo. Aferró las riendas del caballo en que montaba el Daishonin y se mantuvo junto a él resueltamente, con el juramento de quitarse la vida para sumársele al Daishonin en la muerte. Era una persona de fe inmensamente poderosa, que transitó con valentía el camino de maestro y discípulo.

Pero incluso a Shijo Kingo, que tenía una fe tan firme, el Daishoninle dice: "Fortalezca su fe más y más." No interesa lo que uno haya hecho en el pasado; lo que cuenta es lo que uno haga desde ahora. Todo se reduce a la fortaleza de nuestra fe. La fe es fuerza; la fe es el poder más inmenso que posee el ser humano.

De acuerdo con el poder de nuestra fe y nuestra práctica, recibimos el poder del Buda y el poder de la Ley, que están incorporados en el Gohonzon. La fe es el "arte secreto" para

Colmar nuestra vida con el mismo poder que late en el universo.
Shijo Kingo perseveró en la fe tal como le enseñó el Daishonin. Cuando terminaron sus dificultades, mostró una prueba contundente al recuperar la firme confianza de su señor feudal y conseguir que le duplicaran la superficie de las tierras bajo su administración. Y los colegas que lo hostigaban sufrieron consecuencias lamentables.

Practicar tal como enseña el Daishonines el espíritu fundamental de la SGI. Estamos avanzando estrictamente de acuerdo con las enseñanzas del Gosho. Mientras recordemos este punto, podremos lograr, sin falta, una impresionante victoria en la vida y en nuestra actividad por el Kosen-rufu.

El Gosho es una enseñanza eterna, que deberíamos sentirnos muy afortunados de poseer. Gracias a que conocimos esta enseñanza, hoy podemos construir una vida maravillosa, de victoria eterna.

INSEPARABILIDAD ENTRE EL BIEN Y EL MAL. DIÁLOGO DE ENTRE DAISAKU IKEDA, ENDO, SUDA Y SAITO

El hecho de que las malas personas puedan manifestar la iluminación demuestra que el bien triunfará.
[ . . . ]

Endo: el Sutra del Loto esclarece el respeto absoluto a las diferencias de sistema social, organización, culturas y expresiones autóctonas, conecta a las personas exhortándolas a dialogar como seres humanos, sobre un pie de igualdad.

Suda: La verdadera entidad de todos los fenómenos (en jap.: shoho jisso, eje del Sutra del Loto), nos enseña a ver que todos los fenómenos, en su magnífica diversidad, poseen una entidad verdadera y equitativa. Es algo fácil de decir, pero muy difícil de poner en práctica; y mucho más en la escena internacional.

Presidente Ikeda: José Figueres Ferrer (1906-1990), padre del manda­tario costarricense (1996), José María Figueres Olsen, se ha ganado la celebridad por haber abolido las fuerzas armadas en su país. El lema del señor Figueres ha sido "Lucha sin fin". Es el nombre que lleva su granja y ha venido basándose en esta consigna desde sus años de juventud.

Este espíritu es fundamental para nosotros, los budistas. Después de todo, nuestra filosofía es una enseñanza de lucha sin límites, donde se gana o se pierde. El verdadero aspecto de la vida y la sociedad puede hallarse en la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la naturaleza de la iluminación y la oscuridad, la felicidad y el sufrimiento, la paz y la guerra, la creación y la destrucción, la armonía y el caos. Este es el verdadero aspecto del univer­so.
Por ende, el único camino está en batallar. La única opción es vencer. De aquí que uno de los títulos honoríficos del Buda sea "El Victorioso".

Saito: Shakyamuni pasó toda su vida librando una lucha incesante y ardorosa. Pero, al parecer, muchas personas, acaso por la impresión que tienen de haber visto imágenes y estatuas del Buda, creen que el Budismo es una enseñanza de reposo y quietud. En verdad, la vida de Shakyamuni estuvo signada por una agitación constante y fue una sucesión de duras contien­das.

Presidente Ikeda: Correcto. Pero a causa de su intensa lucha, el Buda pudo cultivar un estado de vida pacífico y tranquilo como un mar sereno. A su alrededor podía haber toda clase de disturbios, pero el estado interior que él mismo había cons­truido era, en sí, inalterable. Su condición digna y serena, su identidad de Buda iluminado desde el remoto pasado brillaba en su corazón a cada momento.

Suda: De las muchas batallas que libró Shakyamuni, la más famosa tal vez se refiera a la traición de Devadatta. A dife­rencia de las persecuciones provenientes de afuera, este incidente se produjo dentro de las filas de la comunidad budista. Fue mucho más grave, porque el traidor había conspi­rado con el gobernante del país, el rey Ajatashatru, para deshacerse de Shakyamuni.[1]

Endo: Devadatta es el arquetipo del "villano". Ha pasado a la historia como "Devadatta, el traidor", y en lo que concierne a la capacidad de perpetrar el mal, probablemente sea difícil encontrar un ser humano más pérfido.

El capítulo "Devadatta" del Sutra del Loto explica que aun semejante malvado manifestará la Budeidad. En vista de este solo aspecto, constituye una doctrina muy pecu­liar.

Saito: Además de la "iluminación de las malas personas", este capítulo también expone la "iluminación de las mujeres", ya que cuenta cómo logró la Budeidad la hija del Rey dragón. En las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto, a las malas personas y las mujeres se les negaba explícitamente la posibi­lidad de llegar a ser budas.

En otras palabras, fue una enseñanza que dio en tierra con la ética social imperante. Este capítulo expresa con dramatismo la revelación única del Sutra del Loto: que todas las personas pueden manifestar el estado de Buda.
. . .

Presidente Ikeda: El espíritu del Sutra del Loto consiste en permitir que todas las personas lleguen a ser budas. Para la gente hay algo que es más importante que la doctrina en sí, y es el hecho de poder manifestar o no la Budei­dad. Y el capítulo "Devadatta", por cierto, brinda una respuesta clara y directa a dicha cuestión.
El archimalvado Devadatta intentó asesinar a Shakyamuni y creó un cisma dentro de la orden budista. Como la hija del Rey dragón era hembra, sufría la discriminación de la sociedad; pero, como si no bastara con ello, su forma física era la de un animal. Para la ética imperante en esa época, ni la joven dragona ni Devadatta tenían posibilidades de manifestar la Budeidad. La enseñanza de que ambos podían llegar a ser budas era un claro indicador de que cualquier persona en el mundo tenía la iluminación a su alcance.
. . .

Saito: En síntesis, las malas personas y las mujeres representan a todos los seres humanos, a la gente común. El hecho de que puedan ser budas revela que el Sutra del Loto tiene el poder de hacer que todas las personas logren la iluminación. En tal sentido, narrar la iluminación de ellos implica una "adverten­cia" y una "exhortación" a todas las personas, para que difun­dan el Sutra del Loto.

Endo: La doctrina de que todos los seres pueden manifestar la iluminación ya había sido expuesta teóricamente en el capítulo segundo del sutra, "Medios hábiles". Así que, desde un punto de vista puramente doctrinal, Nichiren Daishonin afirma que el capítulo "Devadatta" es "la rama y las hojas del capítulo 'Medios hábiles'".[2]

Presidente Ikeda: Efectivamente. Pero tal vez haya explicado la iluminación de Devadatta y de la joven dragona por su tremendo poder inspirador. Devadatta había actuado abiertamen­te contra Shakyamuni. Ya que ponerse contra el bien es hacer el mal, Devadatta era un paradigma de la maldad, por haber atentado contra el Buda. El poderoso impacto de este capítulo tiene que ver con que otorga a un hombre así la posibilidad de manifestar su Budeidad.

A su vez, el hecho de que la niña dragona manifieste la iluminación es importante, porque indica no sólo la Budeidad de las mujeres, sino también que cada uno despliega su ilumi­nación sin dejar de ser lo que es. En otras palabras, enseña que las personas comunes pueden llegar a ser budas sin modifi­car su característica. Esto produce un impacto extraordinario.
. . .

Presidente Ikeda: Las malas personas no vienen de frente y dicen: "Soy malo". Por el contrario, usan la sagacidad y la astucia para presentar otra fachada.


En una época en que muchas personas realizaban prácticas extremas, probablemente haya sido fácil criticar el Camino Medio de Shakyamuni alegando que era pura indulgencia. A decir verdad, antes de lograr la iluminación, Shakyamuni había llegado hasta los límites más penosos del ascetismo. Cuando rechazó este camino, sus cinco compañeros ascetas lo criticaron amargamente por "decadente".
Como era natural, la orden de Shakyamuni era bastante abierta en lo que respectaba a la práctica cotidiana y a la observancia de preceptos --un rasgo característico del Camino Medio--, pero en lo que concernía al espíritu de búsqueda hacia la Ley, todos los seguidores eran muy estrictos. Sin cierta medida de flexibilidad y de apertura, no habría sido posible incluir en la orden a personas muy distintas entre sí. El propósito de la práctica y de los preceptos budistas es permitir que la mayor cantidad de personas entren en el "camino del bien" y trabajen por su felicidad. Imponer preceptos con el propósito expreso de hacer sufrir a la gente es algo perverso. Las religiones que sofocan y limitan a los creyentes con reglas externas y que prohíben una cosa tras otra nunca llegan a conmover el corazón del pueblo. Es más, el que con hipocresía, finge ser pobre y austero, como pose o estrategia, en realidad, está abusando del espíritu religioso.
. . .

Saito: Creo que la situación actual del Japón no es muy di­stinta de lo que describió el Daishonin cuando dijo: "Los hombres del Japón son como Devadatta".[3] En un país gobernado por la envidia, las personas no pueden respetar la grandeza; su conducta natural es tender zancadillas al prójimo para verlo caer. ¡Es algo patético!

Presidente Ikeda: Devadatta sólo veía que a Shakyamuni lo respetaban todos. No intentaba comprender el corazón del ser que envidiaba. ¡Cuánto habrá sufrido el Buda noche y día, sin que nadie se enterara, pensando cómo guiar a las personas hacia la felicidad y hacerlas tomar conciencia del tesoro de su vida! ¡Cuánto habrá luchado para adquirir el dominio de su propia vida! ¡Qué esfuerzo penoso y constante habrá hecho! Pero Devadatta no trató de comprender la difícil odisea de Shakyamuni...

¿Por qué no pudo ver nada de esto? Probablemente porque él mismo se dio por vencido en su lucha interna. Si percibimos nuestro "mal interior" pero no hacemos nada por derrotarlo, entonces nuestra vida queda instantáneamente manchada por el mal. En tal sentido, la "buena persona" es la que lucha contra el mal. Mientras uno combate el mal a su alrededor, erradica el mal dentro de su propia vida y la purifica. Este es el camino de la revolución humana.

Saito: Percibir el mal interior... Esto nos lleva a la doctri­na de ichinen sanzen (tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida). El mal extremo que representa Devadatta, que habita en el estado de Infierno, también existe en la vida del Buda, un ser de absoluta bondad. Esto se debe a la pose­sión mutua de los Diez Estados y al ichinen sanzen.

Presidente Ikeda: Tú lo has dicho... En tal sentido, la doc­trina de ichinen sanzen expuesta por el Sutra del Loto es una filosofía suprema de autorreflexión y de igualdad, porque no permite a nadie la arrogancia de creerse especial. Es una filosofía que expone, directamente, la dignidad de todas las personas.

Según ichinen sanzen, hasta un ser de benevolencia supre­ma como el Buda posee la naturaleza del mal; y hasta un villa­no despiadado como Devadatta posee la naturaleza de la Budei­dad. Sobre esta premisa, los caminos del bien y del mal difie­ren enormemente y conducen a rumbos opuestos; el camino que escojamos depende de que sigamos luchando contra el mal o no. Esta es la clave para comprender el capítulo "Devadatta". En conclusión, en todo el capítulo lo que circula es el espíritu resuelto de lucha contra el mal.

El gran maestro T'ien-t'ai de la China dice, en el quinto volumen del Hokke Gengi (Profundo significado del Sutra del Loto): "El bien existe en respuesta al mal. No hay bien aisla­damente del mal" y "El mal sostiene al bien. Sin mal no habría bien".

Presidente Ikeda: Exactamente. El bien y el mal no son entida­des absolutas, sino conceptos relativos. Por ende, no puede decirse que una persona determinada sea intrínsecamente buena o mala.

Tsunesaburo Makiguchi, el fundador de la Soka Gakkai, manifestó: "Aun una buena persona que se opone al gran bien inmediatamente pasa a ser una persona de gran maldad. Aun una mala persona que se opone al gran mal inmediatamente pasa a ser alguien de gran bondad".[4] Utilizaba el siguiente ejemplo para aclarar lo que quería decir: "Si Yen Hui se hubiera opuesto a Confucio (551- 479 a .C.), este sabio, segundo en orden de estima, habría pasado a ser de inmediato un hombre de gran mal. Si Confucio se hubiera opuesto a Shakyamuni, habría creado de inmediato los efectos del mal supremo".[5]

Endo: Yen Hui fue uno de los principales discípulos del gran filósofo chino Confucio; fue un sabio cuya sabiduría sólo podía ser superada por su maestro. Que Yen Hui se hubiera vuelto contra Confucio habría sido como si una persona de bien intermedio se hubiera vuelto contra alguien de bondad suprema. De inmediato habría pasado a ser un hombre de gran maldad. Del mismo modo, si Confucio se hubiera opuesto al Buda, persona de suprema bondad, habría pasado a ser enseguida un hombre de maldad extrema. Tal es la relación entre el bien y el mal.

Presidente Ikeda: Pero el presidente Makiguchi también decía que si Confucio, Jesucristo o Mahoma se encontraran con Shak­yamuni, difícilmente hubieran estado en desacuerdo con él. Explicó: "Es porque el ego, para todos ellos, era poco impor­tante. Vivían sin otra preocupación que el deseo de guiar a las personas a la felicidad. No fueron personas egoístas".[6]

Parece ser que el presidente Makiguchi consideraba como bien supremo el hecho de guiar a las personas hacia la felici­dad. En cambio, la raíz del mal está en el egoísmo que nos permite pensar sólo en los intereses personales.

Tsunesaburo Makiguchi dijo:
En sentido general, las personas que se jactan de ser demasiado buenas viven preocupadas de que surja alguien superior a ellas o un método que demuestre ser mejor que el que postulan. En tal caso, cuanto más alta es la posición de alguien, más probabilida­des tiene de hacer causas de gran mal o de una maldad extraordinariamente grande.

Si no hubiera aparecido Nichiren Daishonin, Ryokan,[7] Doryu[8] y otras figuras [respetadas por la sociedad de aquella época] habrían terminado sus días veneradas como Budas vivientes. Infortunadamen­te para ellos, se convirtieron en sacerdotes de suprema maldad, en la medida en que no supieron aceptar la supremacía de la enseñanza del Daishonin y en que se dejaron gobernar por sus intereses mezquinos.[9]

Opino que se convirtieron en malas personas a causa de los celos...

Saito: El presidente Makiguchi definió el "bien" como el beneficio público. El Sutra del Loto es la enseñanza que permite a todas las personas lograr la Budeidad. En tal senti­do, podemos decir que el Sutra del Loto aspira al mayor bene­ficio y al mayor bien para el pueblo.

Presidente Ikeda: Esa es, también, la postura del Buda. Por ende, es una persona de suprema bondad. Pero esto no significa afirmar que en la vida del Buda no existe el mal. Desde luego que existe, como un potencial. Pero porque el Buda aspira al bien supremo y lucha sin clemencia contra el mal, entonces el bien es lo que se manifiesta en su vida.

Nichiren Daishonin dice: "Oponerse al bien se llama mal; oponerse al mal se llama bien. Por lo tanto, ni el bien ni el mal existen fuera del corazón del hombre".[10] El bien y el mal no tiene sustancia, en sí mismos. En otras palabras, no son absolutos sino que reflejan distinciones relativas. Por lo tanto, es importante dirigir nuestro corazón y nuestras accio­nes todo el tiempo hacia el bien.

Suda: Es un poco complicado, pero el gosho "La entidad de la Ley Mística" dice lo siguiente con respecto a este punto:

El principio místico sobre el verdadero aspecto de la realidad es así. El principio místico del verdadero aspecto de la realidad es uno, pero si se topa con malas influencias manifestará ilusión y engaño, mientras que si encuentra buenas influencias se manifestará como iluminación. La iluminación significa estar iluminado con respecto a la natura­leza esencial de los fenómenos; el engaño, es igno­rar dicha naturaleza.

Es como el caso de una persona que, en sueños, se ve llevando a cabo diversos actos buenos y malos. Después de despertar y analizar la cuestión, com­prende que todo fue un sueño producido por su propia mente. Esta mente corresponde al principio único de la naturaleza esencial de los fenómenos, el verdade­ro aspecto de la realidad, mientras que el bien y el mal que aparecen en el sueño corresponden a la iluminación y a la ilusión --o ignorancia-- respec­tivamente.

Cuando uno toma conciencia de ello, ve claramente que debe desechar la ilusión y la ignorancia relacionada con el mal y, en cambio, adoptar como base la conciencia relacionada con el bien y la iluminación.[11]

La verdadera entidad de la vida corporifica la insepara­bilidad entre el bien y el mal. Tanto el bien como el mal existen dentro de la vida. Precisamente por esta razón, desde el punto de vista de la práctica tenemos que basarnos en la naturaleza de la iluminación y luchar por el bien.

Presidente Ikeda: Correcto. El Budismo es triunfar o ser vencidos; se trata de una contienda sin reservas. Porque Shakyamuni venció a Devadatta, el "mal" de este último sirvió para demostrar el "bien" del primero. Por otro lado, si Shak­yamuni hubiera sido derrotado por el mal, no habría podido decir que Devadatta era un buen amigo.

El presidente Toda lo aclaraba así:
Devadatta fue un hombre que actuó contra la Ley, en tiempos de Shakyamuni; cortó todas las raíces del bien en el mundo. Las enseñanzas previas al Sutra del Loto afirman: "Sin la existencia del mal, no pueden manifestarse sabias acciones de bien. Por este motivo, Devadatta siempre estuvo al lado de Shakyamuni durante inmensurables kalpas; cuando Shakyamuni practicaba el Camino del Buda, Devadatta practicaba la injusticia. De esta forma, se inspira­ban mutuamente". Sin embargo, cuando el bien se revela por completo, el mal pasa a ser íntegramente el bien. Por lo tanto, el Sutra del Loto enseña la inseparabilidad entre el bien y el mal; la insepara­bilidad entre lo erróneo y lo verdadero, y entre la relación positiva y la relación inversa. Esta es la doctrina interior que no había sido revelada en las enseñanzas previas al Sutra del Loto.[12]

Si el mal obra para que se revele el bien, entonces el mal en su totalidad pasa a ser el bien. Esta es, realmente, la inseparabilidad entre el bien y el mal. Pero si dejamos que el mal cunda por doquier, entonces no termina convirtiéndose en bien. Sólo cuando uno desafía y vence rotundamente al mal, pasa a ser entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal.

En tal sentido, la iluminación de las personas malvadas, expuesta en el capítulo "Devadatta", es gran prueba de la victoria obtenida por Shakyamuni. Es su "declaración de victo­ria". Shakyamuni sólo puede decir que Devadatta había sido su mentor y buen amigo en una existencia pasada y que lo había ayudado en su misión, cuando se erige como vencedor desde su estado elevado de vida.

Saito: El significado de su explicación ¿no es, acaso, revelar la doctrina de la vida, más que brindar hechos específicos sobre su vínculo pasado?

Presidente Ikeda: Podríamos decir que explica la verdad de la vida. Desde el punto de vista del verdadero aspecto de la vida, Devadatta también es una entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal. La oscuridad y la iluminación son dos facetas de la entidad de la Ley Mística. Devadatta, que había sido maestro de Shakyamuni en una existencia pasada, en verdad era entidad de la Ley Mística. Por ende, el Daishonin dice: "Devadatta es otra forma de llamar a Myoho-renge-kyo. En una existencia pasada, él fue el vidente Asita. El vidente Asita es sinónimo de la Ley Mística".[13]

Shakyamuni logró la Budeidad porque tenía como maestro a la Ley Mística esencial. Esto es lo que expresa el capítulo "Devadatta", cuando menciona la práctica y el logro de la Budeidad bajo la tutela de Asita en una existencia pasada.

Endo: La inseparabilidad entre el bien y el mal, por cierto, no quiere decir que el bien y el mal sean lo mismo...

Suda: Esta forma de pensar equivale a afirmar el mal; sería como el erróneo concepto de la "iluminación original", al que sucumbió la escuela Tendai japonesa, según el cual todas las personas son budas así como estén, sin que tengan que realizar ninguna práctica. En cambio, la doctrina del Sutra del Loto sobre la inseparabilidad entre el bien y el mal se refiere al esfuerzo de crear constantemente el bien y de transformar el mal en bien.

Presidente Ikeda: Efectivamente. El poder de la Ley Mística nos permite transformar hasta a los malos amigos en buenas influencias. La fortaleza de nuestro ichinen de la fe convier­te el sufrimiento en alegría, en un viento que impulsa nuestro crecimiento continuo. Esto es lo que nos enseña el capítulo "Devadatta".

Nichiren Daishonin dice: "Devadatta, más que nadie, demostró la validez de las enseñanzas de Shakyamuni. También en estos días, los que nos ayudan a avanzar no son nuestros amigos, sino los enemigos".[14] Para manifestar la Budeidad, tenemos que conquistar minuciosamente nuestro "mal interior". El medio concreto para lograrlo está en luchar contra el "mal circundante" y vencerlo. Luchar por derrotar el mal nos permi­te pulir y purificar nuestra vida, y lograr la Budeidad. Porque combatimos el mal en su forma más esencial, podemos lograr el bien supremo.
Incluso el mal supremo, visto en su función de permitir­nos crecer y lograr la Budeidad, puede ser tomado como una suerte de "maestro". Entonces, lo que hay que ver acá es el estado de vida triunfal de Shakyamuni, pues esto es lo que le permite explicar que aun el archimalvado Devadatta había sido su maestro en el pasado. Porque Shakyamuni triunfó, pudo decir algo así; porque triunfó, llegó a ser un buda.
Del mismo modo, Nichiren Daishonin pudo afirmar, luego de su gran victoria: "En mi caso, los mejores aliados para que logre la iluminación son Hei no Saemon y el regente Hojo Tokimune, así como Tojo Kagenobu y los sacerdotes Ryokan, Doryu y Doamida-butsu. Sólo siento gratitud, cuando pienso que, sin ellos, no podría haber demostrado que soy el devoto del Sutra del Loto".[15] En otras palabras, estas malas personas, que habían perseguido al Buda original, pudieron manifestarse como seres de bien, gracias a que el Daishonin triunfó.
Gracias a este modelo de lucha establecido por Shakyamuni y por Nichiren Daishonin, las personas que vivimos en esta época podemos saber dónde reside el camino correcto. En ese sentido, Devadatta, Hei no Saemon y las demás personas se desempeñaron, en parte, como maestros, que revelaron el "camino del bien" en pro de las futuras generaciones.
La Soka Gakkai ha luchado contra toda clase de persecu­ciones, ardides y opresión, y ha triunfado. Esta batalla victoriosa nos permitió a todos profundizar y fortalecer nuestra fe. Si fuera posible concretar el kosen-rufu fácilmente y sin obstáculos, no tendríamos la oportunidad de perfeccionarnos ni de mantener nuestra práctica para hacer surgir la Budeidad.
Las dificultades son sinónimo de avance. Los deseos mundanos son la iluminación. La clave está en utilizar todos los sufrimientos como combustible para ser felices; en emplear todos los males como leña, para hacer que brille y arda mucho más la luz del bien.

Saito: ¡Cómo se amplió mi comprensión del capítulo "Devadatta"...!

Endo: Los que escucharon por primera vez la prédica de este capítulo se habrán quedado bastante atónitos...

Suda: Aun cuando se hubiera arrepentido sinceramente de sus malas acciones, la idea de que un malvado sin remedio como Devadatta fuese destinatario de una profecía de iluminación habría sido impensable en las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto.

Saito: Shakyamuni expuso el principio de la verdadera entidad de todos los fenómenos en el capítulo "Medios hábiles"; así que, teóricamente, la gente ya tenía cierta idea doctrinal de la posesión mutua de los Diez Estados. Así y todo, puede ser que ni siquiera Shariputra, conocido como el primero en sabi­duría, comprendiera que la posesión mutua implicaba reconocer en las mujeres y en las malas personas la posibilidad de iluminarse...

Presidente Ikeda: Claro. En otra parte del capítulo "Devadat­ta" se revela que Shariputra padecía de cierta terquedad, que le impedía aceptar que las mujeres pudiesen manifestar la Budeidad. A menudo suele suceder que, aun cuando teóricamente comprendemos algo, nuestra vida sigue dominada por la oscuri­dad. Por eso es importante la práctica, ya que ello es lo que pule nuestra vida.

Endo: Fundamentalmente, todas las personas pueden lograr la Budeidad por igual. Ya que ése es el espíritu de todo el Sutra del Loto, sería contradictorio que Devadatta quedase excluido. En cambio, si nos atenemos al espíritu del Sutra del Loto, hasta podría decirse que el vaticinio sobre la iluminación de Devadatta era necesario. Nichiren Daishonin explica que la profecía de iluminación destinada a Devadatta indica que el estado de Infierno también contiene la Budeidad.[16]

Saito: En realidad, todo el mundo tiene en su vida una natura­leza malvada tan horrenda como la de Devadatta. Se me ocurre, entonces, que si no pudieran manifestar la Budeidad los que tienen en su vida el potencial del mal, entonces nadie podría llegar a ser un buda. En otras palabras, que las malas perso­nas puedan manifestar la iluminación no les incumbe sólo a los malvados, sino a toda la gente. Esto es análogo a lo que ya habíamos debatido sobre la iluminación de las personas en los dos vehículos, es decir, los que escuchan la voz (estado de aprendizaje) y los pratye­kabuddhas (estado de compresión intuituva).


Para ver sobre los 10 estados: http://www.sgispanish.org/budismo/diaria/diez-estados.html )

Presidente Ikeda: La doctrina de la posesión mutua de los Diez Estados indica que el mal existe aun dentro de la vida del Buda, y que la naturaleza de la Budeidad existe aun dentro de la vida de la gente mala. Es lo que demuestra, sin lugar a dudas, la iluminación de Devadatta. Entonces, podría decirse que si Shakyamuni no hubiera expuesto el logro de la Budeidad de Devadatta, el Sutra del Loto no estaría completo.

Endo: En cierta forma, es fácil pensar en términos rígidos y concluir que el Buda es la antítesis del mal, es decir, al­guien que erradicó totalmente de su vida la maldad. Pero las personas de carne y hueso tienen una naturaleza que, en parte, está inclinada al mal. Por ende, si un Buda estuviese libre de todo mal, sería un ser abstracto, un mito, y eso tornaría imposible para cualquier ser humano común la esperanza de manifestar la iluminación.

El Daishonin hace referencia a este punto cuando señala: "En términos reales, antes del Sutra del Loto sólo había budas provisionales. No había casos de personas reales que manifes­taran su Budeidad".[17]

Presidente Ikeda: Las enseñanzas previas al Sutra del Loto, como no habían revelado la doctrina de ichinen sanzen, eran sólo palabras sin sustancia real, aun cuando mencionaran a personas que lograban la iluminación. Eran puro discurso teórico. El Sutra del Loto no es una doctrina abstracta de esta naturaleza; tiene el poder de quitar el sufrimiento de la vida de la gente y guiarla hacia la felicidad. La entidad de la Ley del Sutra del Loto, y el poder fundamental para ayudar a las personas a manifestar su propia Budeidad, es Nam-myoho-renge-kyo.

Saito: Hay diversas formas de mirar la relación entre el bien y el mal. Una es como si fueran dos cosas fijas, que se hallan en oposición. Es la perspectiva que predomina en las enseñan­zas anteriores al Sutra del Loto. Otra noción entiende que el bien y el mal son dos aspectos diferentes de una misma enti­dad, como dos caras de una moneda.

Presidente Ikeda: Podríamos inferir que la inseparabilidad entre el bien y el mal corresponde a esta última idea, pero no es así. Porque, en ese caso, el bien y el mal serían sólo dos diferencias en cuanto a la perspectiva, y la vida sería, en sí, algo estático e inmodificable. Desde ese punto de vista, sería imposible capturar el dinamismo y el cambio incesante que constituyen el verdadero aspecto de la vida.

Hay que reconocer que la entidad de vida es esencialmente una, y que esta entidad produce, a veces, valor positivo y, a veces, negativo. Este es el verdadero significado.

Suda: Esto nos da, en conjunto, tres formas de examinar el bien y el mal, que corresponden a las tres interpretaciones del concepto de "inseparabilidad" dadas por el sacerdote Chih-li, (960-1028) de la escuela china T'ien-t'ai.


Ellas son: el "dualismo entre entidades separadas", el "dualismo de la misma entidad" y la "unidad en lo profundo de la entidad [de la vida]".
La idea de que el bien y el mal existen en forma separa­da, tal que el bien aparece cuando el mal se extingue, corres­pondería a la primera interpretación. La idea del bien y el mal como dos lados de una moneda correspondería a la segunda interpretación. La última es la idea de que el bien y el mal siempre se manifiestan en oposición, pero que surgen de la verdadera entidad de la vida que, en sí, corporifica la inse­parabilidad entre ambos términos.

Presidente Ikeda: Esa clasificación es bastante compleja. El Daishonin dice: "La ira es común al bien y al mal".[18] La ira enfocada contra el mal es buena. La ira que deriva del egoísmo es mala. Pero no puede decirse que ella sea buena o mala de por sí. El bien y el mal son relativos. Por eso, es importante que busquemos entablar "buenas relaciones".

El presidente Makiguchi siguió emprendiendo el diálogo aun en la cárcel. Preguntaba en voz bien alta, para que los demás pudiesen escucharlo: "¿No podría decirse, acaso, que no hacer el bien es lo mismo que hacer el mal?".[19] De esa forma, alentaba a los demás prisioneros a pensar en lo que sucedía a su alrededor.
Por lo general, la mayoría de la gente supone que hacer el mal es peor que no hacer el bien. Casi todo el mundo, en esta época moderna, cree que no hay que hacer el mal, pero tampoco hay que hacer el bien. Sin embargo, el presidente Makiguchi sostenía que no hacer el bien equivalía a cometer el mal.
Para dar un ejemplo, supongamos que alguien pone una gran roca sobre una vía del ferrocarril. Este acto es malo. Digamos que otra persona ve la piedra pero no le avisa a nadie de la situación y deja que siga en ese lugar. Es verdad que esta última persona no cometió el mal en primer lugar, pero tampoco ha hecho el bien. Si, como resultado de su pasividad, el tren descarrila, es lo mismo que si él hubiera perpetrado la maldad.[20]
No luchar contra el mal es el mal en sí mismo. Con esta convicción, el señor Makiguchi enseñaba la importancia de vivir "creando activamente el bien". Y se dedicó a poner en práctica esta certeza.
También sostenía que la acumulación de bien en pequeña medida no sirve de mucho: "Se ha dicho que la acumulación de partículas de polvo forma una montaña, pero juntando motas de polvo, a lo sumo, uno termina formando un montículo de polvo".[21] El presidente Makiguchi tenía una forma muy intere­sante de exponer las cosas; sus palabras eran siempre muy lúcidas. Y concluía: "Las montañas se forman a través de plegamientos en la corteza terrestre. A menos que transforme­mos al ser humano y a la sociedad desde sus mismos cimientos, la humanidad perderá su oportunidad. Crear un cambio así es el gran bien, y para ello es necesario difundir el Sutra del Loto".[22]

Saito: En otras palabras, no luchar contra el mal es lo mismo que cometer el mal. Siento que es una escalofriante adverten­cia para las personas de esta época, inclinadas a vivir la vida sin tomar conciencia de lo que sucede a su alrededor.

Presidente Ikeda: Esa fue, por cierto, la convicción del doctor Martin Luther King (h) (1929-1968), líder del movimiento norteamericano por los derechos civiles. El doctor King creía que cuando alguien permanece de brazos cruzados frente al mal está ayudando y fomentando el mal, y que no oponerse a él era lo mismo que ser su cómplice.

Suda: He tenido el privilegio de visitar algunos países veci­nos de Asia. Siento que la idea del presidente Makiguchi acerca de llevar una vida de "bien activo" resulta muy atrac­tiva para muchos miembros de la SGI en dichos países. En todo el mundo parece preponderar cierta ambigüedad alrededor de la cuestión del bien y el mal. Creo que, en tales circunstancias, el ideal budista de "crear activamente el bien" es como un faro en la niebla.

Presidente Ikeda: Exactamente. Debemos tomar recaudos para que esta época, privada de filosofía y de una ideología sana, no se convierta en una peligrosa era gobernada por el egoísmo sin freno. No dejemos que impere el nihilismo. Tenemos que mostrar a la gente un "camino seguro" en la vida y hacer que salga el sol de la esperanza.

En Oriente y Occidente, tanto en el pasado como en la actualidad, se han esgrimido muchos argumentos filosóficos acerca del bien y el mal. Sin entrar en esas perspectivas, la clave está en no ver la vida como un "medio" sino seguir contemplándola como un "fin", como un "objetivo". Esta es la premisa fundamental. El bien está en hacer brillar y enrique­cer la vida tan noble y pura; el mal está en convertir la vida en un medio y producir su deterioro.
También podemos decir que la unión es el bien, mientras que el mal vive en la fragmentación. Por ende, el bien supremo consiste en ayudar a las personas a abrir su propia Budeidad y a construir una solidaridad mundial de buena voluntad.

El movimiento por la paz, la cultura y la educación basado en el Budismo, es decir, el movimiento por el kosen-rufu, concuerda totalmente con este objetivo. Llevar a cabo estas actividades implica poner en práctica dinámica el principio de la insepa­rabilidad entre el bien y el mal, de tal forma que el mal quede asimilado al bien.
El punto está en avanzar mientras reflexionamos seriamen­te sobre el yo y tratamos de superar el egoísmo; la clave está en vencer nuestra debilidad interior y progresar. Cuando lo hacemos, estamos leyendo de verdad el capítulo "Devadatta". En última instancia, en cada una de nuestras vidas se está li­brando la amarga contienda entre Shakyamuni y Devadatta. Cuando comprendemos el sutra desde este ángulo, lo estamos leyendo desde el punto de vista del Budismo de Nichiren Dais­honin.
El poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941) compara la función del mal con las orillas de un río. Las márgenes del río representan una obstrucción para las aguas, pero son necesarias para mantener el cauce en su lugar y permitir que la corriente fluya en una dirección concreta. Sin orillas, el río desbordaría y, en lugar de crear valor, terminaría gene­rando destrucción.[23]
Como el río, utilicemos todos los impedimentos en nuestro beneficio, y sigamos librando nuestra "contienda incesante" contra el mal. Empeñémonos en aumentar el caudal de nuestro "río del bien" y extendamos su corriente por todo el mundo.

La Ley Mística se manifiesta en el corazón que ansía encontrarla.
(de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamen­to de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de agosto de 1996 del Daibyaku­renge, mensuario de estudios de la Soka Gakkai.)
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[1] Ajatashatru: Rey de Magadha, en los tiempos de Shakyamuni. Bajo su reinado, Magadha pasó a ser el reino más poderoso de la India en su época. Luego, se convirtió al Budismo.
[2] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 11.
[3] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 277.
[4] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Escritos compilados de Tsune­saburo Makiguchi), Daisan Bunmeisha, Tokio, 1987, vol. 10, pág. 31.
[5] Ib., pág. 33.
[6] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu (Expresiones compiladas de T. Makiguchi), edit. por Takehisa Tsuji, Daisan Bunmeisha, Tokio, 1979, pág. 169.
[7] Ryokan (1217-1303): Sacerdote de la escuela Shingon Ritsu durante el período Kamakura.
[8] Doryu (1213-1278): Sacerdote de la escuela Zen Rinzai, también conocida como Rankei. En 1246, vino al Japón proceden­te de la China. Se opuso al Daishonin y, con Ryokan y los demás, conspiró en contra de él.
[9] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 169.
[10] Gosho Zenshu, pág. 563.
[11] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 7, pág. 59.
[12] Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1986, vol. 6, págs. 360-361.
[13] Gosho Zenshu, pág. 744.
[14] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 191.
[15] Ib.
[16] Véase Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 50.
[17] Gosho Zenshu, pág. 403.
[18] Gosho Zenshu, pág. 584.
[19] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu, vol. 10, pág. 30.
[20] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 184.
[21] Ib., pág. 23.
[22] Ib.
[23] Véase TAGORE, Rabindranath: Sadhana: The Realisation of Life (El sadhana, la comprensión de la vida), The Macmillan Company, Nueva York, 1929, pág. 47.

“ATESORAR A CADA PERSONA” ES LA CONCLUSIÓN DEL SUTRA DEL LOTO

En el capítulo “Aliento del bodhisattva Dignidad Universal”, vigésimo octavo y último del Sutra del Loto, llega al Pico del Águila el bodhisattva Dignidad Universal, justo antes de que Shakyamuni termine su sermón, y jura proteger a los devotos del sutra en el Último Día de la Ley. Este bodhisattva posee una sabiduría brillante, que le permite alentar a cada persona para que determine ser feliz.

Presidente Ikeda: Una vez, di orientación estricta a un responsable en particular. Frente a todos, había reprendido a un miembro que llegó tarde a una reunión. Cuando me enteré de lo acontecido, sumamente molesto, le dije a ese responsable: “¿Qué le da a usted el derecho de increpar a esa persona? Su conducta es inadmisible. ¿Acaso ese miembro no dejó de hacer otras cosas importantes que tenía pendientes, para venir hasta aquí y participar en el movimiento por el kosen-rufu? ¿Acaso los compañeros de fe no deben felicitarse entre sí por haber llegado a la reunión, y brindarse cálidas palabras de aliento?”.

Eso sucedió hace bastante tiempo. Pero el principio es mucho más válido en esta época, cuando la crisis económica se ha agravado. Orientar a alguien sin comprender su situación financiera o sin estar al tanto de lo que sucede en su hogar es ofrecer palabras vacías. No caigamos en formalismos ni en autoritarismos.

En algunos casos, sería mejor decir a alguien que tiene un conflicto laboral: “Yo iré a la reunión y te transmitiré lo que allí se diga, para que puedas atender bien tu trabajo”. Esta consideración representa un aliento indescriptible.

En otros momentos, tal vez a esa persona haya que decirle: “Uno crea la base de la buena fortuna dando el máximo, tanto en el trabajo como en las actividades de Gakkai. Esta es tu oportunidad de transformar el karma. ¡Vamos a luchar juntos!”.

Hasta la orientación estricta, cuando se basa en la oración profunda y en la preocupación genuina hacia la otra persona, sin falta llega a su corazón. Sin embargo, cuando no existe un sentimiento de sincero amor, a toda prueba, no es posible decir la verdad acerca de las dificultades que está pasando el otro.

Lo cierto es que, cuando sentimos aprecio y compromiso sincero hacia alguien, brota de nosotros una sabiduría ilimitada. Esta función es lo que representa el bodhisattva Dignidad Universal (en japonés, Fugen).

Saito: Nichiren Daishonin dice en el “Registro de las Enseñanzas Transmitidas Oralmente” (Ongi Kuden):

En el nombre Dignidad Universal, “universo” se refiere al principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos, la verdad esencial e invariable corporificada en la enseñaza teórica [del Sutra del Loto]. Y “venerable” denota la sabiduría que funciona según las circunstancias cambiantes, corporificada en la enseñanza esencial.[1]

Presidente Ikeda: El punto fundamental es el “principio de la verdad esencial e invariable”. La “sabiduría que funciona de acuerdo con las circunstancias cambiantes” es la creación de valores. Sin fundamentos, todo se torna arbitrario y se desmorona. Por otro lado, el solo hecho de esgrimir normas no se diferencia mucho del dogmatismo. La fe es lo que permite amalgamar ambos términos.

Cuando hablo de fe me refiero a la convicción vibrante de responsabilidad, que nos lleva a cerciorarnos de que todos sean felices sin falta. Tener esta fe es corporificar el espíritu del bodhisattva “Dignidad Universal” y poseer sus “poderes trascendentales”. Esta es la fuerza motriz que promueve el kosen-rufu.
[ . . . ]

Presidente Ikeda: Cada vez que tengo oportunidad de estar frente a alguien, vuelco toda mi vida en ese encuentro, y pienso que tal vez no tenga otra ocasión de volver a verlo.


Lo mismo ha sido con la lucha por el kosen-rufu de ultramar. En los primeros días de nuestro movimiento, nadie creía que el kosen-rufu pudiera ser realidad. Pero el kosen-rufu es la profecía del Sutra del Loto y la voluntad de Nichiren Daishonin. Mi espíritu ha sido: “Si hoy no doy ese primer paso, jamás se abrirá el camino hacia delante”; “Si hoy viajo por el mundo, plantando las semillas de la paz de la Ley Mística en cada país, algún día esas semillas darán fruto”; “Si hoy allano este camino, otros podrán seguir transitándolo con orgullo”. He actuado con la firme convicción de que los jóvenes algún día se pondrían de pie, resueltos y confiados, pensando “Hasta aquí llegó el presidente Ikeda por nosotros”.

De la nada, sin subvenciones, sin apoyo, sin recursos humanos ni tiempo, hemos abierto un camino en la espesura. Y hoy, fiel a mi convicción, han aparecido Bodhisattvas de la Tierra en 128 países del mundo.[2]

“Dignidad Universal” representa la función de permitir a todos liberar su sabiduría y ser realmente felices. El espíritu del bodhisattva Dignidad Universal es ayudar a todos aquellos con quienes tomamos contacto.

La enseñanza esencial del Sutra del Loto
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Este es el punto más importante que desea transmitirnos este capítulo. El buda Shakyamuni predicó el Sutra del Loto a lo largo de ocho años, y estos ocho ideogramas resumen el mensaje que dejó a los seres vivientes de esta época, el Último Día de la Ley.
Es el pasaje que dice: “Por lo tanto, Dignidad Universal, si ves a una persona que abraza y mantiene este sutra, debes ponerte de pie y saludarla desde lejos, y mostrarle el mismo respeto que sentirías frente al Buda...”[3] Con este fragmento, terminan las palabras del buda Shakyamuni dentro del sutra.
La palabra “debes” se refiere al futuro. Las palabras “debes ponerte de pie y saludarla desde lejos” indican que uno, sin falta, debe tratar a los practicantes del Sutra del Loto con el mismo respeto que mostraría al Buda.[4]
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Presidente Ikeda: Dicho sea de paso, lo que me hizo acordar del episodio que cité al principio, sobre la persona que llegó tarde a la reunión, es la demora que tuvo el bodhisattva Dignidad Universal para arribar al sermón de Shakyamuni.

Saito: Así es. Llega justo cuando la prédica en el Pico del Águila parece estar por terminar...

Suda: El capítulo “Aliento del bodhisattva Dignidad Universal” es el último del Sutra del Loto. Pero comienza un poco abruptamente, con las palabras “En ese momento, el bodhisattva Dignidad Universal [...] llegó al Pico del Águila procedente del este”.[5]

Endo: Cuando estaba en la tierra del buda Rey Superior a la Virtud y a la Dignidad Enjoyadas, el bodhisattva Dignidad Universal se enteró de que Shakyamuni estaba exponiendo el Sutra del Loto en el lejano mundo saha, así que emprendió camino de inmediato, acompañado de “grandes bodhisattvas en número incontable, infinito, indescriptible”.[6]

Saito: Nichiren Daishonin pinta un retrato muy divertido de la situación:
Probablemente temeroso del disgusto del Buda por su tardanza en llegar, adoptó una expresión contrita y juró con toda seriedad proteger a los devotos del Sutra del Loto en el Último Día. El Buda, seguramente complacido con la sinceridad extraordinaria de Dignidad Universal, quien se comprometió a propagar el Sutra del Loto por todo el continente de Jambudvipa, se puso a elogiarlo, con más efusión que a los otros bodhisattvas de rango más alto.[7]

Presidente Ikeda: Esto aclara mucho la situación. Desde luego, el sutra no describe el aspecto psicológico de la escena. Basado en su comprensión exhaustiva del Sutra del Loto, el Daishonin explica este fragmento a una seguidora, con términos que ella puede entender fácilmente. ¡Qué considerado y bondadoso era el Buda original! Así de inmenso era su amor. Siempre daba lo mejor de sí mismo, su máximo esfuerzo, para alentar a sus seguidores.

Suda: El bodhisattva Dignidad Universal pide a Shakyamuni que le explique de qué manera las personas podrán “adquirir o aprehender” el Sutra del Loto después de la muerte del Buda.

Saito: Es una pregunta importante.
Desde luego, a partir del capítulo “Asuntos pasados del bodhisattva Rey de la Medicina” (veintitrés) en adelante –es decir, durante los capítulos “El bodhisattva Sonido Maravilloso” (veinticuatro), “El portal universal del bodhisattva Percibir los Sonidos del Mundo” (veinticinco), “Dharani” (veintiséis) y “Asuntos pasados del rey Adorno Maravilloso” (veintisiete), la prédica se dirige constantemente a la práctica del Sutra del Loto después de la muerte del Buda.
Habiendo trazado el cimiento, entonces, en respuesta a esta pregunta que le hace el bodhisattva Dignidad Universal, Shakyamuni relata el punto crucial de la práctica del Sutra del Loto.

Presidente Ikeda: Por eso, el Daishonin dice sobre el capítulo “Dignidad Universal”: “Este capítulo constituye una reafirmación del Sutra del Loto”.[8] Para decirlo así, es un repaso final de todo el sutra. Shakyamuni está sintetizando el corazón del sutra y está diciendo: “¡Esto es lo importante! Todo estará bien mientras recuerden esto”.

[ . . . ]

La sinceridad absoluta conmueve el corazón de las personas

Saito: Las personas, en la sociedad, tienden a considerar a la Soka Gakkai como una organización fuerte. Pero, a decir verdad, lo fuerte no es tanto la organización, como el lazo que existe entre usted, presidente Ikeda, y cada miembro. Creo que no se puede comprender correctamente nuestra organización si se pasa por alto este punto. Por otro lado, hay personas mal intencionadas que advierten este hecho, y concentran sus esfuerzos en destruir este vínculo.

Presidente Ikeda: Sin que yo sea el motivo de este diálogo, en esta época es absurdo pensar que la gente vaya a participar en una organización simplemente porque le dicen que lo haga. Ninguna organización tiene poder suficiente para someter a la gente con tal coerción. Por otro lado, un grupo cuyos miembros actúan en contra de su voluntad no produce ningún resultado verdadero.
La única forma es atesorar a cada persona. La victoria se logra cuando se aplica este principio resuelta y denodadamente. No hay cómo insistir lo suficiente en este principio.
Hay casos en los cuales los líderes dan orientación a los miembros, pero luego no vuelven a tener otra entrevista con ellos. Pero sin convenir en otro momento para reunirse, el miembro no tendrá una meta. Cuando un líder y un miembro deciden juntos volver a verse, digamos, en dos meses, entonces se fortalecerá su determinación de producir un resultado en un tiempo concreto. Esto significa el aliento, en forma concreta.
Y una vez que hacemos una promesa a alguien, debemos mantenerla a toda costa, por difícil que sea. El kosen-rufu avanzó gracias a esta clase de esfuerzos consistentes, fruto de una sinceridad absoluta.

Suda: Recuerdo que una vez, hace tiempo, presidente Ikeda, usted pasó un largo tiempo alentando a un miembro de la División de Jóvenes en particular, durante una reunión de un grupo de capacitación. Usted lo llamaba por su nombre, varias veces, y lo exhortaba a seguir avanzando. Esta persona, para ser concretos, había estado alejado de la fe. Pero a través de su aliento, su deseo de luchar renació enseguida.
Pero lo que me conmovió de verdad fue lo que usted dijo al término de esa actividad: “Para que este joven haya llegado hoy, es seguro que hubo alguien que lo fue a ver y lo alentó. ¿Quién fue esa persona?”. Y varias personas levantaron la mano. Aunque todos estaban muy ocupados, se habían turnado para ir a visitar a ese joven. La manera en que usted percibió de inmediato el esfuerzo de esa gente, en la que nadie había reparado, me hizo reflexionar sobre mi propia conducta.

Saito: Imagino que usted puede hacer eso por su propia experiencia de haber trabajado tanto en funciones poco visibles, detrás de bambalinas.

Presidente Ikeda: Espero que todos los responsables presten servicio y apoyo a los miembros como si me estuvieran representando a mí. Un líder no debe ser insensible hacia los demás.
En el Japón, hasta no hace mucho tiempo, la tendencia era que las personas influyentes o poderosas mostraran una actitud distante y fría. Pero esto es completamente retrógrado. El Budismo existe sólo en el mundo humano. Por lo tanto, practicar el Budismo significa ayudar a los demás a vivir de una forma satisfactoria y plena.
Los líderes deben ser perspicaces, casi hasta el extremo, y estar atentos a las necesidades de los demás. Siempre deben preguntarse: “¿Qué está necesitando Fulano de Tal en este momento?”, “¿No estará cansado?”, “¿No tendrán hambre ya los miembros?”, “¿Hay algo que esta persona quiera decir? ¿Algo de lo cual necesite hablar?”

Centrarnos en la esencia, no en la forma.

Presidente Ikeda: En lo que respecta a nuestras actividades budistas, las reuniones que no son productivas y que representan una pérdida de tiempo para la gente son algo negativo, que debemos eliminar.
La SGI existe para ayudar a aquellos que enfrentan adversidades. Las reuniones son medios. Si el único propósito de nuestra organización fuera celebrar reuniones, sería un verdadero despropósito. Necesitamos salir en busca de las personas que sufren, y de las áreas organizativas que se han estancado. Si hay algo seguro es que en algún lugar habrá problemas. Cuando uno los encuentra, debe ir directamente a ese lugar, y brindar aliento y orientación.
Cuando me encuentro con alguien, hago todo lo que puedo para alentar a la persona hasta el fin. Aunque esa persona se fuera al rincón más lejano del planeta o se distanciara un poco de la fe, yo haría cuanto estuviera a mi alcance para protegerla. Y a aquellos que están pensando en abandonar la fe por completo, quiero permitirles que disfruten, junto conmigo, de los beneficios sorprendentes de practicar la Ley Mística, aunque para ello deba tomarlos en mis brazos, cargarlos a las espaldas o jalarlos hacia delante. Quiero que sientan profundamente lo maravilloso que es el beneficio que brinda el esfuerzo en la fe.
Si los demás pueden percibir con qué sinceridad deseamos que ellos sean felices, se pondrán de pie por decisión propia, sin que tengamos que presionarlos ni insistirles mucho. Lo importante es orar para que puedan sentir nuestro corazón.
A la vez, cuando hacemos una reunión, ésta tiene que estar bien preparada. Ya que todas las personas que asisten tienen ocupaciones, la actividad debe ser significativa, para que, a su término, los participantes se feliciten de haber ido y piensen en todo lo que se habrían perdido, si no hubiesen ido. Los líderes deben pensar cuidadosamente en el contenido de la reunión y en lo que van a decir, para que nadie se vaya pensando “¡Qué aburrido!”.
No hay ninguna regla que determine cuánto deben durar las reuniones. Probablemente, lo mejor sea que el encuentro concluya temprano; pero lo esencial es que cada reunión sea valiosa. Somos una organización dedicada a la creación de valor, después de todo, y esto concuerda con el espíritu de atesorar a cada persona. Cada reunión es una lucha por la victoria o la derrota.
Dentro de esa línea, si hacemos que los miembros presenten un montón de informes innecesarios, que cansan a todos, no nos estamos concentrando en la esencia. Leer listas de números no produce ningún resultado. Uno podrá contar su dinero muchas veces, pero no por contarlo éste se duplicará. Visto desde otro ángulo, si a uno le sobra el tiempo para sentarse a contar dinero, más le valdría salir a la calle a trabajar para ganar más. No tiene sentido cansar a los valiosos miembros con fatigosas obligaciones de hacer estadísticas, llenar planillas y completar pilas de papeles.
¿Cuál es el propósito de ir a una reunión si, a su término, lo único que podemos decir es que no estuvo muy interesante? Para empezar, uno no va a las reuniones para hacer informes; la reunión existe para dar alegría y satisfacción a todos los participantes. Además, cuando forzamos a dar informes a alguien que no lo quiere hacer, lo más probable es que se termine transmitiendo información poco ajustada a la verdad. Estas cosas sólo estancan a una organización.
Desde luego, no estoy diciendo que no haya que reunir datos; tampoco estoy diciendo que no haya que hacer informes sobre cosas realmente pertinentes para el avance de la organización. Lo que quiero es que generemos una atmósfera en la que todos puedan disfrutar mientras participan y transmiten información.
Cuando ponemos todo nuestro corazón en dar aliento es con miras a esta finalidad: para que, al informar el resultado de su lucha de propagación, las personas puedan decir con toda alegría: “¡Lo hicimos!”.

La fe de “adoración” a la Ley Mística

Saito: Ya veo... T’ien-t’ai dice que el término “aliento”, que aparece en el título del capítulo, significa “adoración a la Ley”.[9] Creo que se refiere a un espíritu de tanta sed y de tanto deseo hacia las maravillas de la Ley Mística, que lo menos que uno puede hacer es recomendársela a los demás.

Endo: Esta imagen hace pensar en los miembros de la SGI que comprenden la grandeza de la Ley Mística y se sienten inspirados a compartirla con los demás.

Presidente Ikeda: Esta es una fe que nos hace sentir de verdad: “Amo al Gohonzon”, “Me encanta hacer el gongyo”, “Amo hacer actividades en la SGI”. Cuando tenemos esta clase de fe, el solo hecho de estar vivos nos llena de alegría, y sentimos que amamos la vida.

Endo: En el Gosho, el Daishonin dice: “Así como alguien desespera por comer cuando está hambriento, así como alguien busca el agua cuando sufre de sed, como el hombre ansía ver a su amada o implora por algún remedio cuando está enfermo, así como una mujer hermosa necesita sus polvos y su carmín, usted también debe depositar su fe en el Sutra del Loto. Si no lo hace, lo lamentará en el futuro”.[10]

Presidente Ikeda: La fe es una cuestión del corazón. No tiene que ver con la formalidad. Ni se relaciona con el tiempo que uno lleva practicando la fe.
Cuando uno tiene espíritu de búsqueda hacia la Ley, obtiene beneficios. Puede ser que alguien, por sus muchas ocupaciones, no pueda participar lo suficiente en las actividades. Pero si hace el esfuerzo de asistir, aunque sea durante treinta minutos, o consagra aunque sea media jornada semanal a las actividades, ese espíritu es lo que va a darle grandes beneficios.
También es importante que valoremos la situación particular de cada persona, y
que le brindemos aliento y apoyo. Rechazar a la gente tan sólo porque no siempre está presente en una reunión es lo contrario de la misericordia. Por otro lado, de los que siempre participan en las actividades no tenemos que preocuparnos mucho. En cambio, sí tenemos que pensar en la mejor manera de alentar a las personas que no pueden participar regularmente. Si podemos hacer esto, veremos avanzar el kosen-rufu a saltos impresionantes.

Como el “lazo entre padres e hijos”

Endo: En relación con el punto acerca de la “veneración o adoración”, el Daishonin dice que deberíamos depositar nuestra confianza en el Sutra del Loto “así como una mujer atesora a su marido, así como un hombre da la vida por su esposa, así como un padre se niega a abandonar a su hijo, así como un hijo rehúsa separarse de su madre”. De esta forma explica que “eso que denominamos fe no es nada extraordinario”.[11] No hay nada excepcional ni fuera de lo común en la fe. Por el contrario, es la extensión natural de nuestros sentimientos como seres humanos.

Presidente Ikeda: Ya que hablamos de hijos que no quieren separarse de su madre, recuerdo una historia que escuché sobre un bebé prematuro. Una semana después del alumbramiento, el estado de salud de la criatura empeoró repentinamente, y no había estímulo que lo hiciera reaccionar de parte de las enfermeras que lo atendían. Pero cuando entró la madre en la unidad de terapia intensiva, y llamó al bebé por su nombre, el ritmo cardíaco de éste comenzó a activarse instantáneamente. La vida está llena de misterios...
El Buda constantemente piensa en los seres de este mundo con inmensa misericordia y deseos de ayudar, al igual que esta madre. Conscientes de esto, deberíamos invocar daimoku al Gohonzon con corazón sincero, con la misma confianza absoluta con que un hijo salta a los brazos de su madre. Cuanto más fuerte es esta postura de veneración a la Ley que existe en nuestra propia vida, mayor es la capacidad de dar aliento genuino a los demás.

Presidente Ikeda: Esa preocupación sincera por el prójimo es, de por sí, el corazón del bodhisattva Dignidad Universal, cálido y apasionado.
A decir verdad, creo que el término sánscrito con que se escribe “Dignidad Universal” (samantabhadra), originalmente, se empleaba como alabanza hacia la práctica de los bodhisattvas en general.

Suda: Efectivamente. Parece que el término denota “ampliamente venerable”, “más hermoso que ningún otro” e “inevitablemente elogiado por todos”. Una traducción al chino dice que significa “más magnífico que cualquier otro”.
Una “práctica universalmente digna” significa que uno posee un altruismo supremo. También se sostiene que el bodhisattva Dignidad Universal personifica la “práctica universalmente digna” del Buda, que es beneficiar a los demás.

[ . . . ]

La “herencia suprema”

Saito: Nichiren Daishonin describe este pasaje como la “herencia suprema”.[12]

[Dice: “Este es el punto más importante que desea transmitirnos este capítulo. El buda Shakyamuni predicó el Sutra del Loto a lo largo de ocho años, y estos ocho ideogramas resumen el mensaje que dejó a los seres vivientes de esta época, el Último Día de la Ley. Es el pasaje que dice: ‘Por lo tanto, Dignidad Universal, si ves a una persona que abraza y mantiene este sutra, debes ponerte de pie y saludarla desde lejos, y mostrarle el mismo respeto que sentirías frente al Buda...’[13] Con este fragmento, terminan las palabras del buda Shakyamuni dentro del sutra”.
La palabra “debes” se refiere al futuro. Las palabras “debes ponerte de pie y saludarla desde lejos” indican que uno, sin falta, debe tratar a los practicantes del Sutra del Loto con el mismo respeto que mostraría al Buda.][14]

Está diciendo que si todo el Sutra del Loto, expuesto a lo largo de ocho años en forma continua, se puede resumir en una sola frase, será aquella que dice que uno debe venerar a un practicante del Sutra del Loto que surja en el futuro como veneraría al Buda. Mostrar a alguien el mismo respeto que al Buda significa venerar a la persona igual que al Buda. El verdadero significado de esta declaración es que un practicante del Sutra del Loto en el Último Día de la Ley es un buda.

Presidente Ikeda: Este punto es, en sí mismo, el espíritu de todo el Sutra del Loto. Por eso, el Daishonin dice que representa la “herencia suprema”. Esto quiere decir que, en el Último Día de la Ley, el Sutra del Loto no tiene ningún significado si uno no venera a Nichiren Daishonin como al Buda.
Sobre esa premisa, el Daishonin instruyó que si uno ve a discípulos que mantienen un vínculo de fe directo con el Daishonin y que se consagran al kosen-rufu, debe “ponerse de pie y saludarlos desde lejos, y mostrarles el mismo respeto que sentiría frente al Buda”.
. . .

Saito: En sus artículos finales de advertencia, Nikko Shonin, segundo sumo prelado y heredero de las enseñanzas del Daishonin, lo deja bien claro. En lo que representa una firme dedicación al espíritu de inseparabilidad entre maestro y discípulo, Nikko Shonin dice: “Con respecto a los practicantes que atesoran la Ley más que su propia vida, aunque sean humildes maestros de la Ley, deberán venerarlos y tratarlos con profunda estima, como si ellos fuesen el Buda”.[15]

Endo: Este es el espíritu de la Soka Gakkai...

Suda: Está diciendo que aquellos que se esfuerzan en la propagación del Budismo, en compartir la Ley con los demás, son mucho más dignos de respeto que cualquier persona de alta estirpe o de elevada posición social.

Presidente Ikeda: Correcto. Sin embargo, tal vez a algunos les cueste mucho propagar la Ley, y a cambio de todo su esfuerzo sólo reciban incomprensión de los demás miembros. Pero si realmente respetan a sus compañeros y se ocupan de ellos, de la SGI y del Gohonzon, y si hacen actividades con todo su corazón, con el deseo de concretar el kosen-rufu, son personas realmente nobles, y son emisarios del Buda.
Por mucho que se los difame o denigre, finalmente desarrollarán un estado de vida basado en la Budeidad, sin falta. Esto es claro cuando lo vemos desde una perspectiva a largo plazo. Y, con toda certeza, lo veremos en cinco, diez, veinte o treinta años, o a lo largo de toda una vida.
Por otro lado, aunque algunos tengan cargos dentro de la organización o se vuelvan famosos en la sociedad, si pierden la fe o si dejan de preocuparse por sus compañeros miembros, no gozarán de los beneficios de la Budeidad. Y si los miembros, que son los hijos del Buda, sufren por culpa de la indiferencia o la frialdad de estos responsables, serán estos últimos los que reciban la retribución inevitable.

[ . . . ]

La humanidad actual carece de solidaridad

Suda: Hasta ahora, había pensado en el bodhisattva Dignidad Universal como alguien que representaba solamente la fuerza del intelecto. Pero a través del estudio de este capítulo, me ha quedado claro que este bodhisattva simboliza la fuerza del aliento y el poder de la acción. Ahora comprendo todo mucho más claramente.

Presidente Ikeda: Desde luego, una de las funciones del bodhisattva Dignidad Universal es el intelecto. Se lo podría describir como una figura de “intelecto en acción”. No estoy hablando de simple ingenio o de conocimientos; me refiero a la luz de la inteligencia profunda y penetrante, que es lo que conduce a las personas a la felicidad. Esto lo hace ser un bodhisattva. Hablando concretamente, representa el intelecto basado en la fe.
La religión, cuando no tiene inteligencia, se torna fanática. Hay demasiados ejemplos en la historia de religiones así que han causado dolorosos daños a la humanidad. Pero la inteligencia por sí sola tampoco produce la felicidad.
Recuerdo unas palabras inolvidables del paladín de la independencia coreana, Kim Ku[16]:

Quiero que nuestro país sea el más hermoso del mundo. No que sea el más rico, ni el más fuerte. Hoy a la humanidad no le falta fuerza ni armas, ni poderío económico. [...] Ya hemos avanzado mucho en materia de ciencias naturales, lo cual puede hacer posible que la gente viva en felicidad. La razón fundamental por la cual el género humano hoy está sufriendo es la falta de humanismo y de justicia, la falta de espíritu misericordioso, la falta de amor. Si pudiera gestarse un espíritu así, con los recursos materiales de los que hoy disponemos, sería posible que los dos mil millones de habitantes del planeta hoy vivieran en plenitud y desarrollo.[17]

Kim Ku pronunció estas palabras después de que Corea declarara la independencia. Corea tuvo un estadista así de grande.
No es la inteligencia, sino la inteligencia dotada de misericordia, lo que a la humanidad le falta. Esto es verdadera sabiduría. El kosen-rufu es un movimiento tendiente a lograr esta clase de sabiduría.

Saito: Hace poco, se publicó en los Estados Unidos un libro que analiza la organización norteamericana de la SGI. Se titula Soka Gakkai in America: Accommodation and Conversion (La Soka Gakkai en los Estados Unidos: Adaptación y conversión).[18]

[Es una obra de Philip Hammond, prominente sociólogo, y David Machacek, ambos de la Universidad de California en Santa Bárbara.]

Los autores hacen notar que aunque muchas religiones orientales se difundieron rápidamente en los Estados Unidos en los años 60, los grupos considerados peligrosos debido a sus tendencias “antisociales” terminaron por estancarse, mientras que aquellos no tenidos por peligrosos pudieron florecer. De este segundo grupo, muchas organizaciones desaparecieron tan rápidamente como surgieron, pero sólo la SGI siguió desarrollándose a paso sostenido, cada vez más firme en la sociedad norteamericana. Con el afán de explicar este fenómeno, los académicos llevaron a cabo una investigación sobre los miembros de la SGI-USA, cuyos resultados analizaron desde diversos ángulos. Entre sus hallazgos, notan que el ochenta y seis por ciento de los participantes en el estudio manifestaron interés en los objetivos y en la filosofía de la SGI, o un sentimiento positivo hacia las personas que conocieron como motivación para ingresar en la organización.

Suda: Filosofía y personalidad... ¿No es otra manera de llamar a la inteligencia y la misericordia?

Presidente Ikeda: Cuando existen ambos, se produce un resultado brillante. Uno mismo brilla. Y la Ley también resplandece.

El sentido de la responsabilidad da lugar a un “vendaval de sabiduría”

Presidente Ikeda: Mi lucha por concretar el kosen-rufu no deriva de un deseo superficial, como podría ser el deseo de propagar la religión que yo practico. Lo que me motiva es que cuantas más personas en el mundo invoquen y mantengan la Ley Mística, más avanzará el mundo en dirección a la paz. Esto se ve claramente si uno observa los hechos con una perspectiva a largo plazo.
Si estallara una guerra nuclear, la Tierra se destruiría. Durante la “guerra fría”, en particular, nadie estaba en condiciones de garantizar que no ocurriese una tercera guerra mundial.
Esto podrá sonar algo petulante de mi parte, pero lo cierto es que me esforcé por difundir en todo el mundo la enseñanza de esta “Torre de los Tesoros de la Vida” que es el Sutra del Loto. Aunque este movimiento recién hace poco que se puso en marcha, tengo la convicción de que su corriente ha quedado firmemente establecida.
El presidente Toda solía decir: “Estoy luchando, en este momento, en bien de las personas de los próximos doscientos años”. Por mi parte, yo siento exactamente lo mismo. Siempre me pregunto: “¿Cómo puedo guiar a la humanidad hoy, junto con nuestros hijos y nuestros nietos, hacia la felicidad y la paz?”. He actuado con la sensación de llevar el mundo sobre los hombros.
Cuando me puse de pie, con ese sentido de la responsabilidad, fue como si un vendaval de sabiduría comenzara a soplar en mi cabeza. Y pude ser capaz de tomar la iniciativa.

Endo: Su esfuerzo por promover la amistad con la China y la Unión Soviética, sus muchos diálogos con destacadas figuras de los más amplios campos, las actividades educativas y culturales de la Asociación de Conciertos Min-On, el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio y la Universidad Soka, fueron, todos, fruto de su sabiduría. Sus contribuciones al género humano son realmente incalculables.

Presidente Ikeda: No es cuestión de ser inteligente o no. Mientras uno sea serio y sincero, la sabiduría brotará sin falta. Por eso el bodhisattva Dignidad Universal jura que si un practicante se olvida de una frase o verso del Sutra del Loto, él aparecerá para enseñar a esa persona. Si uno no pudiera adquirir sabiduría mediante su práctica, el capítulo “Dignidad Universal” y todo el Sutra del Loto serían una gran mentira.
Algunos dirán: “Yo estoy practicando con toda mi alma, pero mi sabiduría no parece aumentar”. Sin embargo, justamente quienes piensan así creen ser personas inteligentes. Por otro lado, cuando uno piensa: “Bueno, no sé si soy inteligente o no, pero si me conformo con esto, voy a decepcionar a todos”, y entonces se pone a hacer daimoku con todo su corazón, en esos casos, siempre se logra transformar la situación y triunfar.
Mientras nuestra actitud sea: “Ya alguien se va a ocupar de esto”, o “A mí no me corresponde hacerme cargo”, los “poderes trascendentales” del bodhisattva Dignidad Universal nunca aparecerán en nuestra vida. Pero cuando nos ponemos de pie en la fe y nos levantamos por nuestra propia decisión, podremos trascender nuestra capacidad común y actuar de una forma que refleje nuestra verdadera y suprema sabiduría.
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( Extraído de la 52° entrega de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los viceresponsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de mayo de 1999 del Daibyakurenge, mensuario de estudios de la Soka Gakkai.)
................................................................................................................. [1] Gosho Zenshu, pág. 780.
[2] Son 177, a la fecha de la publicación de este material en español.
[3] Sutra del Loto, cap. 28, pág. 324.
[4] Gosho Zenshu, pág. 781.
[5] Sutra del Loto, cap. 319.
[6] Id.
[7] Nota del editor: The Writings of Nichiren Daishonin (WND), pág. 915,Tokio, Soka Gakkai, 1999. Véase The Major Writings of Nichiren Daishonin [MW], vol. 5, pág. 272.
[8] Gosho Zenshu, pág. 802.
[9] Palabras y frases del Sutra del Loto (Hokke Mongu), vol. 10.
[10] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 280. WND, pág. 965.
[11] WND, pág. 1036. MW, vol. 5, pág. 303.
[12] Gosho Zenshu, pág. 781.
[13] Sutra del Loto, cap. 28, pág. 324.
[14] Gosho Zenshu, pág. 781.
[15] Gosho Zenshu, pág. 1618.
[16] Kim Ku (o Gu; 1878-1949).
[17] Kim Ku, Pekupomu Iruji – Kim Gu Jijoden (Baek Bum Ilji; Autobiografía de Kim Ku), trad. al japonés por Hideki Kajimura, Heibonsha, Tokio, 1973, pág. 331.
[18] HAMMOND, Philip y David MACHACEK: Soka Gakkai in America: Accommodation and Conversión (La Soka Gakkai en los Estados Unidos: Adaptación y conversión), Editorial de la Universidad de Oxford, 1999.