¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

AUTOCONTROL Y AUTODISCIPLINA. Por Daisaku Ikeda

Fragmento del discurso del Presidente Daisaku Ikeda pronunciado en la Universidad de Harvard.

...La sociedad contemporánea necesita con urgencia una espiritualidad de motivación interna, que fortalezca su autocontrol y su sentido de la autodisciplina. Estos valores alentarían un mayor respeto por la dignidad de la vida.

Pero, además, ayudarían a restaurar y rejuvenecer cualidades tan jaqueadas como la amistad, la confianza y el amor, esenciales para forjar lazos gratificantes y significativos entre los hombres, en un mundo donde las relaciones humanas se tornan cada vez más insípidas.

LAS MANOS DEL ALFARERO. Por Clark Strand. editor de la Revista de Budismo Tricycle.

La creación de la Soka Gakkai Internacional y sus primeros tres presidentes. Por Clark Strand (editor de la revista de budismo Tricycle).

NADIE SABE POR QUÉ, pero por alguna razón los fundadores de los movimientos religiosos tienden a presentarse en tríos.

Shakyamuni, Kashyapa y Ananda vienen a la mente cuando pensamos en el budismo antiguo. Mientras que Nichiren, Nikko y Nichimoku son representativos, cuando pensamos en la tradición japonesa.

En el caso contemporáneo, podríamos considerar a los tres primeros presidentes de la Soka Gakkai –Tsunesaburo Makiguchi, Josei Toda y Daisaku Ikeda— como las más representativas tres personas que fueron necesarias para establecer una tradición perdurable.

Al parecer, existe una progresión natural de sucesos en la creación, el desarrollo y la estabilización de una religión nueva, y cada etapa requiere del talento de individuos con temperamentos distintos. De tal manera, la persona que inicia el movimiento es totalmente distinta de la persona cuyo rol es modelar y configurar, mientras que la persona que le toca refinar y desarrollar las enseñanzas es mucho más diferente aún. Probablemente, por ello, siempre existen tres fundadores.

Incluso al comienzo, la religión es un esfuerzo colectivo. No podemos crear algo de valor común por nosotros mismos.

El fundador inicial de un movimiento religioso asume grandes riesgos. Esa es la razón por la cual él o ella es por lo general perseguido/a y, a veces, incluso martirizado/a.

Jesucristo es un ejemplo, y si desarrollamos el modelo e incluimos movimientos filosóficos, Sócrates es otro. Y, Tsunesaburo Makiguchi, el primer presidente de la Soka Gakkai, es también otro ejemplo.

Frecuentemente, uso la metáfora de la elaboración de una vasija de arcilla para explicar cómo se hace un movimiento religioso con éxito. Al comienzo, el proceso de creación puede ser bastante violento.

La arcilla es cortada en trozos varias veces, ya sea haciendo uso de un cuchillo o un alambre. Luego, la masa de barro se tira fuertemente sobre el torno. Cuando pensamos en el significado que esto tiene para el iniciador de un movimiento religioso, podemos comprender que se requiere de alguien especial que se preste a ser tratado de esa manera en aras de algo que, al principio, suele ser un mero ideal.

En el inicio, posiblemente se vea una organización sencilla, un grupo de seguidores comprometidos, un calendario de reuniones e incluso un plan general. Sin embargo, una vez que comienzan los problemas, como siempre ocurre, todo ellos se derrumba prácticamente.

La noche en que lo detuvieron, todos los discípulos de Jesús lo abandonaron, y cuando Nichiren Daishonin sufrió la cólera de las poderosas fuerzas armadas del gobierno de Kamakura, tan sólo el más firme de sus nuevos conversos se atrevió a permanecer a su lado. Qué sencillo hubiera sido que cualquiera de esos hombres se hubiera retractado de sus enseñanzas en ese momento, dejando a sus discípulos marchar fácilmente y ahorrándose heridas e incluso la muerte.

Por esa misma razón, siempre llega el momento de la verdad en la creación de una nueva tradición religiosa: el momento en el que su iniciador elige (no por lo que ocurre en ese momento presente, sino por lo que vendrá) mantenerse firme ante las persecuciones, soportando lo que bien fácilmente podría evitar si simplemente hubiera callado.

A Tsunesaburo Makiguchi se le ofreció la libertad varias veces cuando fue arrestado acusado de “crímenes ideológicos” contra el gobierno durante la Segunda Guerra Mundial. Y siempre dijo no.

Como todos los verdaderos fundadores, el presidente Makiguchi había experimentado una profunda conversión religiosa. En el Sutra del loto, a tal conversión suele llamársele “alcanzar el estado de no retorno”, el punto del propio desarrollo espiritual donde se hace imposible dar la vuelta para volver al mundo que se conocía con anterioridad.

En el budismo, el mundo anterior suele definirse como el mundo de las “opiniones al revés”.

Según la lógica de ese mundo anterior y engañoso, la libertad significa ser libre de ir y venir como nos plazca. Tal definición de la libertad resulta muy útil para un régimen opresivo, puesto que la libertad, así definida, se convierte en algo que se nos puede arrebatar si nos oponemos al mismo.

El presidente Makiguchi dijo que no cuando se le ofreció la libertad, porque la oferta en sí era un engaño. Sus captores pensaban que eran libres, pero en realidad eran “prisioneros de pensamiento” de un gobierno opresivo, y por tanto no tenían nada que ofrecerle. Él ya era libre.

Igual que Nichiren antes de él, su voluntad de morir por el Sutra del loto implicaba una libertad inexpugnable por cualquier autoridad o poder terrenal. Igual que Jesús antes de él (y unas décadas después Nelson Mandela, y después, cuando el movimiento por los derechos civiles se expandió mundialmente, muchos, muchos otros), Tsunesaburo Makiguchi encontró en la prisión algo que, en ese momento, no podía conseguir fuera de esos muros: la verdadera libertad, con la facultad de cambiar el mundo.

El primer fundador de cualquier movimiento religioso debe encontrar esa libertad y esa facultad, y ello siempre significa que debe estar dispuesto a enfrentarse a las fuerzas del engaño en la sociedad.

Ello significa ver el mundo correctamente, y declarar dicha verdad a todo el que le escuche. El segundo fundador recibe esa visión correcta de su mentor, y crea una organización basada en sus principios, declarando y difundiendo la misma libertad y poder a una sociedad que, aunque se resista todavía a que le digan la verdad, a un nivel muy profundo esté predispuesta a ello al ser testigo de las acciones de un Jesús o un Nichiren, un Mandela o un Makiguchi. Dicha tarea sigue siendo ardua y requiere mucha energía, pero no es en solitario.

La energía del presidente Toda aplicada a la propagación del budismo de Nichiren es ahora, obviamente, casi legendaria, y si tenemos en cuenta su carácter (su sólida determinación de transformar la sociedad japonesa de posguerra mediante la fe en el Gohonzon y la creatividad y arrojo que inspiró a la tarea de modernizar el budismo de Nichiren), es fácil ver la mano de un alfarero a la obra.


Como el alfarero, Josei Toda dio a la Soka Gakkai la forma básica que tiene hoy día, una forma que ha demostrado ser tan útil a la gente moderna que ha trascendido al nacionalismo japonés de la posguerra y se ha expandido a incontables países en el resto del mundo. Allí, la gente lo ha acogido, no se trata tan sólo de una variante especialmente moderna del budismo, sino de una religión moderna.

En la Soka Gakkai, tal y como lo concibió Josei Toda, vemos una filosofía de vida dinámica y práctica que, por primera vez en la historia de la humanidad, superpone a la vida sobre la religión, antes que a la religión sobre la vida. Toda creó una religión que respondía a los aspectos de la vida de la gente común, y por eso, su religión creció. Funcionó; por tanto, se propagó rápidamente y sigue difundiéndose casi medio siglo después de su muerte.

Pero aquí no acaba el proceso, como cualquier buen alfarero sabe. Incluso una vasija con una forma útil no durará a menos que haya sido barnizado por el alfarero y después sometida al calor prolongado del proceso de cocción. Tan sólo así la vasija será útil. Tan sólo así perdurará lo suficiente como para sobrevivir a la manipulación constante que probablemente sufra durante el transcurso de la rutina diaria.

El tercer presidente de la Soka Gakkai, Daisaku Ikeda, le correspondió la tarea de conseguir una belleza perdurable para la Soka Gakkai. Esa fase de la creación, como otras supervisadas por sus antecesores, no se vio libre de obstáculos. Daisaku Ikeda, un hombre con una gran energía y una aparentemente interminable bondad, consiguió muchas cosas durante su carrera, primero como presidente de la Soka Gakkai y después como presidente de la Soka Gakkai Internacional, pero entre sus logros, creo que dos persisten en la esencia de su misión. Y, de nuevo, tienen que ver con lograr un esmaltado que no sea sólo bonito, sino que muy, muy resistente.

Ikeda consiguió realizar un proceso de embellecimiento de la única manera posible que un líder que se encuentra en la cúspide de una era global. Ha llegado a personas de todo el mundo con un mensaje de paz, cultura y educación que trasciende las diferencias de raza, religión y nacionalidad. En este sentido, ha ensalzado los valores humanos básicos que nos unen a todos y ha contribuido a preparar al mundo para los desafíos que nos esperan en el nuevo milenio: desafíos como el calentamiento global, la proliferación nuclear global, la explosión demográfica global, la pobreza mundial y el expansionismo económico global.

Hay desafíos para los que los modelos religiosos que han existido hasta ahora, con su ideología tribal y tradicional, no nos han preparado.

Tan sólo un proceso de “revolución humana” hará posible que imaginemos enfrentarnos a temas que deben solucionarse, no sólo a nivel del individuo, de una nación o una religión, sino por la humanidad como ente global. Dichas inquietudes han hecho de la Soka Gakkai una religión "bella" para aquéllos que se adentran en una era de inquietudes globales, y ha vuelto a redefinir el kosen-rufu a nivel mundial como un objetivo que puede adaptar cualquiera, en cualquier parte y con total libertad. No puede haber sido fácil transformar las doctrinas religiosas nacionalistas a una visión humanitaria internacionalista, pero Ikeda lo ha conseguido a lo grande, y todavía persiste su misión.

La última tarea es, en mi opinión, la más arriesgada, puesto que el proceso de cocción siempre lo es. Existe siempre la posibilidad, independientemente de cuán útil pueda ser la forma de una vasija, o de cuán bella haya sido esmaltada su superficie, de que aún así se rompa durante el largo proceso de cocción. Durante ese proceso, el calor deberá mantenerse a una temperatura constante. De la misma manera, una vez finalizado, el proceso de enfriado debe ser natural. Si no, se hará añicos.

Durante este proceso, la vasija es casi invisible. Está escondida dentro del horno, y por tanto el alfarero debe tener fe y confianza de que sus esfuerzos se vean recompensados. Ante todo, el ceramista debe creer en todo el proceso. Y es difícil, dada la cantidad de presiones a la que se ve expuesta la vasija dentro del horno. Sería fácil rendirse ante la ansiedad o el miedo.

Si observamos el proceso de formación que ha sufrido, en primer lugar la Soka Gakkai y después la Soka Gakkai Internacional, resulta fácil adivinar que el proceso de cocción ha sido ejecutado en gran parte a través de la palabra. Si el presidente Ikeda ha sido infatigable en sus viajes y su lucha por llegar a la gente de diversas culturas y nacionalidades en todo el mundo, no ha tenido miedo alguno en la batalla de la definición de las enseñanzas de la Soka Gakkai para que quede claro de dónde procede, qué representa y (algo cuya importancia es imposible exagerar), lo que es.

A través de sus varios libros, discursos, propuestas y diálogos, Daisaku Ikeda ha sometido a la acción del horno el esmalte de la vasija de la Soka Gakkai de manera continuada a lo largo de todos estos años en el convencimiento de que él debe perpetuar sus enseñanzas mientras él viva.

Y lo que es más, me parece obvio que no pretende dejar este proceso a medias, y por tanto a la vasija sin proteger, cuando se marche. Pero ahora, la cocción está casi a punto de terminar y el proceso de creación pronto habrá acabado. Una vez vidriada y templada, la vasija no necesitará otra cocción. De hecho, no puede volver a ser expuesta al fuego. La tarea que les queda a otros es la de compartirla libremente con el mundo.

El 26 de enero de 1975, representantes de la Soka Gakkai de cincuenta y un países y territorios se reunieron en la isla de Guam para la “Primera Conferencia Mundial por la Paz”, que dejó inaugurada la asociación internacional, con Ikeda como presidente fundador.

Al referirse a sus razones para establecer la SGI, Ikeda escribió: “Todo depende de las personas. Es por ello que resulta vital forjar una red cada vez más amplia que genere la unión entre personas de buena voluntad y conciencia”.

Hoy los miembros de la SGI abarcan ciento noventa países y territorios alrededor del mundo, lo que convierte a la organización tal vez en el más grande y diverso movimiento budista, cuyos miembros se dedican a contribuir activamente con la sociedad, a través de una variedad de iniciativas locales, en áreas como el desarrollo sostenible, el diálogo entre culturas y religiones, la no violencia, la educación en derechos humanos y la abolición nuclear.

SOBRE EL LOGRO DE LA BUDEIDAD EN ESTA EXISTENCIA.


La situación de Nichiren
Unos años después de la primera invocación a los 32 años en 1253, Nichiren Daishonin se trasladó a Kamakura.

En esa ciudad se encontraba la sede del gobierno (“sogunato”), y esta carta fue dirigida a un oficial que servía en el tribunal militar.

Para ese entonces, muchos creyentes ya habían abrazado la fe en la enseñanza de Nichiren, incluyendo a Shijo Kingo, los hermanos Ikegami, Kudo Yoshitaka, entre otros.

Toki Jonin
En cuanto a Toki Jonin, abrazó la fe alrededor de 1254 y fue un firme seguidor del Daishonin durante toda su vida.

Tanto él como su esposa recibieron unas treinta cartas; entre otras, “Sobre el logro de la Budeidad en esta existencia”, “Carta desde Sado” y “El verdadero objeto de veneración”.
Se presume que Nichiren Daishonin escribió esta carta en el año de 1255 cuando tenía 34 años.

Puntos Clave
1) Superando los sufrimientos de la vida y la muerte.
La verdad mística, originalmente inherente en todos los seres vivientes.
El significado de Myoho-renge-kyo.
2) Mi vida es una entidad de la Ley Mística.
3) La naturaleza de nuestra vida.

Superando los sufrimientos de la vida y la muerte.
“Si desea liberarse de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte que ha venido soportando a lo largo de la eternidad y lograr la iluminación suprema en esta existencia, debe percibir la verdad mística que siempre ha existido dentro de su vida.

Esta verdad es Myoho-renge-kyo. Por ende, invocar Myoho-renge-kyo, le permitirá captar la verdad mística en su interior” […]

“Nacer y morir que ha padecido desde el tiempo sin comienzo” significa la repetición eterna de la vida y la muerte. Este proceso de dejar de existir y de volver a existir o reencarnación, no tiene ni principio ni fin, es interminable.

En la tradición budista “nacer y morir” o “la vida y la muerte” son sinónimos del sufrimiento.

En la repetición interminable de nacer y morir, uno nació en esta existencia como un ser humano y si uno quiere tomar esta gran oportunidad para detener el ciclo interminable de sufrir y lograr la misma suprema Iluminación del buda, entonces, dice el Daishonin, uno debe percibir “la verdad mística que es originalmente inherente en todos los seres vivientes“ y que para ello debe invocar Myoho-rengue-kyo.

La verdad mística, originalmente inherente en todos los seres vivientes, significa la verdad maravillosa que existe en toda vida.

Esta verdad mística es la Ley esencial del Universo que sustenta a todas las cosas.

Un buda es una persona que ha logrado la Iluminación por darse cuenta que en la raíz de su vida existe esta Ley.

En otras palabras, lo que da surgimiento a un buda—es decir, la semilla de la Budeidad— es esta verdad mística.

En muchas de las religiones del mundo, la mayoría de las personas tienden a pensar: “Shakyamuni, o Nichiren o Jesucristo podían percibir la Ley Mística o a Dios porque ellos eran seres especiales”.

Sin embargo, en este pasaje, el Daishonin dice algo extraordinario: “en esta existencia presente, como ser humano común, cualquier persona puede percibir la verdad mística inherente en todas las personas, dentro de sus propias vidas, liberándonos así, nosotros mismos, de los sufrimientos de la vida y de la muerte.

Esta aseveración es asombrosa. Lo que en la mayoría de las religiones está reservado solo para personas especiales es lo que cada uno de nosotros puede tener en esta existencia presente. A partir de este primer pasaje, el Daishonin está declarando una gran enseñanza religiosa.

El significado de Myoho-renge-kyo.
El Daishonin identifica a esta verdad mística, inherente en todos los seres vivientes, como Myoho-renge-kyo y que cuando uno invoca su nombre, es lo mismo que percibir esa verdad mística inherente en toda vida.

Shakyamuni percibió la Ley Mística mediante su sabiduría y trató de enseñarles a sus discípulos la práctica para lograr dicha sabiduría.
Por el contrario, el Daishonin nos enseña a invocar Nam-myoho-renge-kyo con la confianza de que esta Ley existe dentro de nosotros.

La grandeza del Budismo de Nichiren yace en el descubrimiento de esta vía a la Máxima Realidad.

Cuando esta verdad mística se activa en la vida humana se convierte en la existencia de la Budeidad.

El poder ilimitado de la Ley Mística comienza a funcionar, sin obstrucciones e irrestrictamente, manifestándose a sí misma como las diversas cualidades o puntos fuertes de un ser humano.

Ciertamente, Nam-myoho-renge-kyo es el maravilloso nombre de la Ley Mística. Es el sonido o palabra que puede, libremente, hacer surgir el poder de la Ley Mística.

Sin embargo, hay que resaltar que lo que detiene usualmente la manifestación del poder de la Ley Mística es nuestra propia ilusión o ignorancia, es decir, la Oscuridad Fundamental.

La Oscuridad Fundamental es la ignorancia primordial de la Ley Mística.

Debido a esta ignorancia la vida cae en estado de confusión, bajo la influencia de sus impulsos oscuros, conduciéndonos así hacia la infelicidad. En otras palabras, en la raíz de todo sufrimiento y dolor yace la Oscuridad Fundamental.

Por esta razón, cuando despertamos a la Ley Mística se despeja esta Oscuridad Fundamental.

Aunque todas las personas son entidades de la Ley Mística y están dotadas originalmente de la Budeidad, a menos que luchen contra las oscuras nubes de la ignorancia, su Budeidad no se manifestará.

Invocar simplemente Nam-myoho-renge-kyo, como si se tratase de un encantamiento mágico, no nos permitirá manifestar nuestra Budeidad innata. Debe haber un elemento de espíritu de lucha en nuestra práctica.

Myoho-renge-kyo expresa la Ley fundamental del Universo. La grandeza del Budismo de Nichiren yace en crear esta vía: invocar su nombre.

Sin embargo, el practicante que invoca ha de ganar la lucha interior contra la Oscuridad Fundamental, su propia confusión interior, y ha de tener lugar dentro de su corazón. La descripción de esta lucha interior es fe.

Si perdemos fe o confianza, nuestra convicción en nuestra felicidad, en nuestra Budeidad, en lograr el kosen-rufu, sucumbiremos ante los obstáculos que se nos presenten en nuestra vida. Si nos retiramos antes de enfrentarlos, entonces esto ya es una señal de derrota.

En otras palabras, la base de invocar Nam-myoho-renge-kyo es la confianza.

Hay dos aspectos en cuanto a invocar Nam-myoho-renge-kyo: la fe y la práctica.

Al invocar Nam-myoho-renge-kyo, la fe es un factor crucial.

Y físicamente invocar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon es el aspecto “práctico” de invocar.

Mi vida es un entidad de la Ley Mística.
“Sin embargo, aun cuando usted invoque Myoho-renge-kyo y crea en él, si piensa que la Ley se encuentra fuera de usted mismo, no está abrazando la Ley Mística, sino cualquier otra enseñanza inferior.
Enseñanza se refiere a todas las que no son este sutra, que constituyen doctrinas provisionales y transitorias. No hay ninguna enseñanza inferior que conduzca directamente a la iluminación, y, sin un camino directo hacia la iluminación, usted no podrá lograr la Budeidad, aunque practique existencia tras existencia, a lo largo de innumerables eones.
De tal modo lograr la Budeidad en esta existencia resulta imposible. Entonces, cuando invoque le Ley Mística y recite el Sutra del Loto, tiene que llegar a sentir la profunda convicción de que Myoho-renge-kyo es su propia vida”.

Aquí, el Daishonin nos advierte que aunque invoquemos Nam-myoho-renge-kyo, si pensamos que Myoho-renge-kyo existe fuera de nosotros, entonces, lo que estamos practicando ya no es la Ley Mística sino una enseñanza incompleta, y por lo tanto, no podríamos lograr la Budeidad en esta existencia.

El enfoque de cualquier religión que trata con lo absoluto tiende a centrarse en que está muy alejado de la gente común. Estas religiones tienden a darle lugar a intermediarios, clero, entre lo absoluto -bien sea el Buda o Dios- y la gente común.
El clero, por lo tanto, es superior a la gente común.

Esta concepción discriminatoria es lo que el Daishonin describe como: “Si usted piensa que la Ley está fuera de usted mismo...”

El Presidente Ikeda comenta lo siguiente: ND nos está urgiendo a decidir y creer en que nosotros mismos somos entidades de Myoho-renge-kyo. La Ley Mística es la gran medicina benéfica para aliviar los sufrimientos de todas las personas y el maravilloso tesoro a ser descubierto para lograr la felicidad humana.
Necesitamos vivir nuestras vidas basados en la Ley Mística y dedicados a ella.

“Yo soy Myoho-rengue-kyo”, así ha de decidirlo cada quién.

El Presidente Ikeda dice aquí: depende de usted, quién hace que su vida sea una sola con la Ley Mística.

Era esto lo que estaba en el corazón del Daishonin cuando enseñó Myoho-renge-kyo. Esto es el Budismo de Nichiren La base de todo esto es Myoho-renge-kyo (El Mundo de Nichiren Daishonin, Living Buddhism, septiembre de 2002, Pág. 11).

La naturaleza de nuestra vida.
“Usted nunca debe pensar que alguna de las Ochenta Mil Enseñanzas sagradas expuestas por el buda Shakyamuni durante su existencia, ni que alguno de los budas y bodhisattvas de las Diez Direcciones y de las Tres Existencias está fuera de usted mismo. Su práctica de las enseñanzas budistas no le aliviará en lo más mínimo de los sufrimientos de nacer y morir, a menos que usted perciba la verdadera naturaleza de su propia vida.

Si busca la Iluminación fuera de usted mismo, entonces, es en vano el que lleve a cabo diez mil prácticas y diez mil actos virtuosos. Será como el caso del hombre pobre, que se pasa los días y las noches contando la riqueza de su vecino, pero que no obtiene por ello ni un solo centavo.

Es por esto que la escuela de T’ien-t’ai hace el siguiente comentario: “A menos que uno perciba la naturaleza de su propia vida, uno no podrá erradicar sus graves ofensas “. Este pasaje implica que, a menos que uno perciba la naturaleza de su propia vida, su práctica se tornará en una austeridad dolorosa e interminable. Por lo tanto, tal tipo de aprendices del Budismo son condenados como no budistas.
La Gran Concentración y Percepción afirma que: “Aunque estudian el Budismo, su concepción no difiere de la de los no budistas.”

Una de las siete parábolas del Sutra del Loto es la de la joya en la túnica: un hombre pobre visita la casa de su amigo, se emborracha con vino y se queda dormido.

Su amigo debe irse en un viaje de negocios. Preocupado por el hombre pobre, antes de partir, le cose una joya preciosa en el forro de la túnica.

El hombre pobre finalmente se va, viaja por muchos territorios, sufriendo gran pobreza, inconsciente del gesto generoso de su amigo. (Véase The Lotus Sutra, págs. 150-151.)

Muchas personas van por la vida sin dirección, y sin saber de la existencia de la ilimitada fuente de tesoros que existe en su interior.

Las personas buscan la Ley en todos lados menos en donde realmente existe —dentro de su propia vida— es por eso que sufren.

El tratado de T’ien-t’ai “La Gran Concentración y Percepción” explica que: “Aunque estudian el Budismo, su concepción no difiere de la de los no budistas” (“WND”, Pág. 4). Aquí, “no budistas” se refiere a quienes aparentan creer en el Budismo pero caen en concepciones no budistas.
Nichiren nos advierte repetidamente que no busquemos la ley fuera de nosotros mismos.
Si esperamos un tipo de salvación externa, entonces nuestra práctica no se diferencia en nada cuando se compara con la de un no budista.

Además, a menudo las personas invocan Nam myoho-renge-kyo como si se estuvieran quejando.

Pero si invocamos daimoku llenos de quejas, el beneficio será mínimo.

Invoquemos siempre con gran convicción de que definitivamente vamos a concretar beneficios y de que alcanzaremos la victoria sin falta. Invocar de ese modo es invocar el “daimoku de lucha” que Nichiren nos enseñó.

..HOY TAMBIEN DEDICARE MI VIDA EN PRO DEL KOSEN RUFU. Por Daisaku Ikeda

Tendré la fuerza de no permitir que la paz de mi corazón sea afectada, independientemente de lo que suceda.

Hablar sobre la salud, felicidad y esperanza con cada persona que me encuentre.

Hacer que cada persona pueda sentir que tiene una cualidad exclusiva, que solamente esa persona posee, principalmente con relación a los amigos.

Ver sin falta todas las cosas por el lado bueno e iluminado y acatar todo con optimismo.
Actuar siempre pensando solamente en lo máximo y en lo mejor, visualizando solo la conquista del mejor resultado.

Ser capaz de alegrarme sinceramente por el éxito de los otros como si fuese el mío propio.

Avanzar visualizando un éxito mayor en el futuro, sin estar preso a las fallas del pasado.
Concentrarme sinceramente en el desarrollo y avance de mí mismo a tal punto de no tener tiempo para apuntar las fallas de los otros.

Tener la fuerza de no temer a nada y, frente a la ira, tener la perseverancia y paciencia para actuar con serenidad y amabilidad.

Enfrentar los problemas como oportunidades y recibirlos con alegría.

Fortalecer e intensificar la practica de la fe para poder comprobar los beneficios del GOHONZON en mi vida diaria.

BUDISMO HINAYANA Y MAHAYANA (Verdadero y Provisional)

Fragmentos Disertación de estudio del presidente Daisaku Ikeda.
CONFERENCIAS SOBRE “LA APERTURA DE LOS OJOS”(publicado en Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.)

El Budismo Mahayana busca esclarecer la causa para lograr la felicidad

[ . . .]

El Budismo enseña que el individuo es responsable de todo lo que le sucede; para decirlo en términos simples, cada uno recoge lo que siembra.

El motivo por el cual podemos aceptar serenamente el riguroso principio de causa y efecto que opera en nuestra vida es que, además, comprendemos otra verdad simultánea: todos tenemos en nuestro interior, de manera innata, el poder y el potencial transformador ilimitado conocido como
“naturaleza de Buda”.

Para seguir esforzándonos en pos de nuestra dicha, necesitamos saber que la posibilidad de este estado reside en nosotros.

El budismo, la “vía interior”, nos permite despertar nuestro sentido de la responsabilidad y de la autonomía personal; es decir, reconocer que tenemos el poder de escribir nuestro propio destino mediante la voluntad y las acciones presentes.

[ . . .]

El budismo se denomina “camino interior”. Sin embargo, abarca un espectro muy amplio de enseñanzas. Entre ellas, las del Hinayana buscan liberar a las personas de los deseos mundanos, que son la causa del sufrimiento, y lograr el nirvana --estado de suprema paz y tranquilidad-- mediante prácticas como la observancia de preceptos y la meditación.

Sin embargo, la felicidad a la que aspiran las enseñanzas del Hinayana es pasiva, porque sólo buscan eliminar la causa de la infelicidad. No permiten activamente al ser humano abrir el camino hacia su propia felicidad ni, mucho menos, hacia la dicha de los demás.

Por otro lado, como el Hinayana plantea que la causa del sufrimiento son los deseos mundanos de los nueve estados --inherentes a nuestra vida--, la única forma de eliminar por completo tales deseos es extinguir completamente la vida. Por eso se ha dicho que, para el Hinayana, el enfoque de la iluminación es “reducir el cuerpo a cenizas y aniquilar la conciencia”.

Aquí yace la limitación del budismo Hinayana.

En cambio, las enseñanzas del Mahayana, en vez de buscar la supresión de los deseos mundanos, afirman que es posible controlar adecuadamente tales deseos y construir una vida pura, poderosa e imbuida de motivación interna, abriendo y manifestando la sabiduría de la iluminación que existe dormida en esta misma vida deseante.

A este principio se lo denomina “los deseos mundanos son la iluminación”.

Las enseñanzas del Mahayana, más que limitarse a eliminar la causa de la infelicidad en la vida del hombre, buscan activamente capacitarlo para convertir tales causas en motivo de felicidad, y para guiar a otros semejantes hacia la iluminación.

[ . . . ]

El
Sutra del loto, que representa el Mahayana verdadero, esclarece que la vida de todas las personas está originariamente dotada del estado de Buda, la causa fundamental de la felicidad. (“Todos los seres humanos poseen la naturaleza de Buda por igual”). El Sutra del loto también esclarece otra verdad de la vida: que todas las personas pueden tomar contacto con esa naturaleza de Buda y manifestarla en su vida. (En el capítulo 2°, “Medios hábiles”, expone cuatro modalidades de la sabiduría de Buda: abrir el camino hacia la sabiduría del Buda; mostrarlo; crear conciencia de esta vía y hacer que las personas entren en ella.[1])

Las enseñanzas del Mahayana anteriores al Sutra del loto, que constituyen el Mahayana provisional, insisten en que los seres de los dos vehículos[2] --despreciados porque sólo buscaban su propia iluminación--, las malas personas y las mujeres --vistas como seres incapaces de ser felices-- no estaban dotadas intrínsecamente de la naturaleza de Buda.

De tal forma, estas enseñanzas imponen limitaciones a las causas de la felicidad. No constituyen la verdad del Mahayana, sino medios conducentes adecuados a las creencias populares de esa época. No son más que enseñanzas provisorias.

Por otra parte, el Sutra del loto, la enseñanza verdadera, esclarece la iluminación real del Buda con respecto al hecho de que todos los seres humanos --incluidos aquí los de los dos vehículos, las malas personas y las mujeres-- pueden lograr la iluminación por igual.

También revela la doctrina (de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida), en la cual se basa esta enseñanza. La auténtica intención del Buda es que todas las personas lleguen a ser felices. Y los principios que permiten cumplir esa intención están en el Sutra del loto, donde se revela en forma directa la verdadera iluminación del Buda


[1] El capítulo “Medios hábiles” del Sutra del loto explica que todos los budas aparecen en este mundo 1) para abrir el portal de la sabiduría de Buda a todos los seres vivos; 2) para mostrar la sabiduría de Buda a todos los seres vivos; 3) para hacer que todos los seres vivos tomen conciencia de la sabiduría de Buda y 4) para guiar a todos los seres vivos a que entren en el camino del Buda”. [Véase Sutra del loto, cap. 2, pág. 31]. A estas cuatro rezones se las conoce como “cuatro modalidades o aspectos de la sabiduría de Buda.

[2] Seres de los dos vehículos: los que escuchan la voz y los que toman conciencia de la causa. Corresponden a los estados de Aprendizaje y Compresión Intuitiva respectivamente de los Diez Estados.

SI EL AGUA SACIA MI SED, NO QUIERO SABER DÓNDE ES LA FUENTE.

SI EL AGUA SACIA MI SED, NO QUIERO SABER DÓNDE ES LA FUENTE.
Imagine a alguien que no quiere morir de sed. Antes de cualquier explicación sobre el agua, esa persona querrá beber hasta quedar satisfecha. A partir de ahí, comprenderá todo lo que le sea explicado. Para el estado de Buda existen varias descripciones, pero ninguna explicación substituye la experiencia de vivir tal condición. Una vez que vivamos ese estado, podemos comprenderlo todo. Y el foco del Budismo Nichiren practicado por la SGI está en realizar el Kosen Rufu a partir de la iluminación de cada persona.
EL NOMBRE.
El principal significado de Buda es: " El iluminado".

LA ILUMINACIÓN.
Es cuando "la luz de la sabiduría ilumina todo el universo e erradica la oscuridad fundamental inherente en la vida humana. El espacio vital del Buda entra en fusión con el Universo. La vida se torna un cosmos y, en un solo instante, el flujo vital se extiende y abarca todo el pasado y todo el futuro. En cada momento presente, el eterno flujo vital del cosmos envía como una inmensa fuente de energía. En la vida del estado de Buda, cada instante del presente contiene la eternidad, pues toda la energía vital del cosmos está contenida en un solo instante de la vida. La persona que se encuentra en el estado de buda casi no percibe el pasaje del tiempo físico, pues su vida es plena y feliz a cada instante, como si estuviese viviendo la alegría de vivir por toda la eternidad". (La Vida, un enigma, DAISAKU IKEDA, pag. 170).

UN BUDA EN LA ACTUALIDAD." En el mundo actual, la persona que expresa la naturaleza del Buda es inmediatamente vista como una persona de sentido común.

Se relaciona bien con todos, posee un sentido muy fuerte de responsabilidad y fe fuerte, es gentil con los otros y raciocina de modo flexible. Y, lo más importante, posee benevolencia, sabiduría e una inmensa creatividad."
ES IMPORTANTE VIVIRLO.
La descripción del estado de Buda va más allá de las palabras. La mejor descripción hecha hasta hoy es solamente un análisis parcial de los atributos del estado de Buda. Para comprenderlo es preciso vivirlo. Lograr el estado de Buda ahora, en medio de la vida diaria, es el objetivo de la practica del Budismo Nichiren.

NOSOTROS PODEMOS.
Nichiren Daishonin escribió: "El estado de Buda es el más difícil de manifestar. Sin embargo, como usted posee los otros nueve estados, debería también creer que posee el Estado de Buda." Creer en eso deja todo más fácil. El gran impedimento de la practica consiste en no creer que se puede lograr, no sentirse merecedor.

Ese impedimento, es conocido como buscar la felicidad fuera de sí mismo. Entonces, ¿cómo es que creo que no puedo, que no deseo lograr el estado de Buda? El deseo que conduce a la iluminación es fundamental para la practica de la fe.
¿ POR QUÉ EL DESEO ES FUNDAMENTAL?
Un buda entiende otro buda. La descripción del estado de Buda existe, pero es incomprensible para alguien que esté dominado por la oscuridad fundamental.
Es difícil describir la iluminación en palabras, sin embargo, el deseo de una persona puede ser transmitido con facilidad y, comprendido por los otros. El deseo es algo común en todos los estados, inclusive en el del Buda.

EL GRAN DESEO.Todas las formas de vida existente en el universo, independientemente de su condición temporal, son, en esencia, dirigidas para la naturaleza del Buda. Eso significa que el gran deseo es vivir una condición de felicidad absoluta. Ese gran deseo es más fuerte que el amor, el odio, la razón, etc. Está dentro de todas las personas, en las profundidades y, con frecuencia, cubiertos por funciones de otros deseos y de la ignorancia. Pero, el gran deseo existe dentro de todos. Por eso, es considerado el mayor de los deseos humanos. El objetivo es despertarlo y hacer que guíe todos nuestros pensamientos, palabras y acciones.
EL NOMBRE DEL GRAN DESEO.
Ese gran deseo inherente a todos es por la felicidad de todas las personas. Eso es la manifestación humanística de la vida del Buda. Por eso, todos pueden comprenderlo y abrazarlo. El nombre dado a ese gran deseo es el KOSEN RUFU.

¿ QUÉ TIENE DE ESPECIAL EL ESTADO DE BUDA?
En cualquier estado de vida tenemos ese gran deseo. Sin embargo, en el estado de Buda, tenemos la firme determinación de hacerlo realidad, independientemente de lo que suceda. Esa es la diferencia entre el estado de Buda y los otros nueve estados. Un Buda es movido por el por el juramento de tornar todas las personas igual a mí, sin ninguna distinción entre nosotros".

EL GRAN DESEO EN LOS OTROS ESTADOS.
En los demás estados, existe el gran deseo, solo que no es definido por el deseo de salvar todas las personas, sino como cualquier otra cosa.
Eso es vivir en la ilusión. Por ejemplo, una persona en el estado de Ira cree que vivir ese gran deseo es la envidia, es superar los otros a todo costo.

UN CAMINO PRÁCTICO.Una persona que hace de ese gran deseo del Buda el suyo y se empeña con seriedad para cumplir su promesa, sin jamás retroceder en la fe, manifiesta el estado de Buda.
El presidente Ikeda afirma: "El budismo se resume en la practica. Eso significa hacer una determinación personal y actuar enseguida para concretarla, independientemente de los obstáculos que surjan. Si no estamos esforzándonos para abrir el camino que está delante de nosotros, entonces, lo que estamos haciendo no puede ser llamado de practica budista. Solo podremos entrar en el camino del estado de Buda si realizamos esfuerzos incansables con base en la misma determinación del Buda."( Terceira Civilização # 406).
PERO, Y MI KARMA?
El karma no impide la iluminación. El Buda despertó para el presente. Una persona iluminada tiene la fuerza de mudar el presente. El pasado no existe más, y el futuro aún no ha llegado.

¿ Y QUÉ TIENE DE ESPECIAL EL PRESENTE?
El presente es el efecto del pasado, al mismo tiempo en que es la causa para el futuro. Y existe en este mismo instante, no precisa esperar. Dominada por la oscuridad, la persona cree que el presente es solamente efecto del pasado. Ignora el potencial de cambio existente en las causas del presente. Por eso, vive siendo arrastrada por el karma negativo.
EL PODER DE LA CAUSALIDAD DE LA LEY MÍSTICA.Si una persona puede hacer cualquier causa en el presente, puede hacer la causa de la iluminación. ¿ Por qué no hacer las mejores causas?. Eso es sabiduría. Una vez que la causalidad de la Ley Mística o la verdadera causa se manifiesta en el presente, cambiamos el pasado, el presente y el futuro.
MOTIVO DE LA TRANSFORMACIÓN.Los efectos del pasado no desaparecen, pero pierden la fuerza de mantenerlo en una condición de sufrimiento y se convierten en motivos de transformación de su condición de vida. Eso es transformar el veneno en medicina.
LOS OBSTÁCULOS Y LOS DEMONIOS.
Una vez que la causa hecha en el presente no corresponde más al efecto proveniente del pasado, genera transformación. Tal transformación acarrea en obstáculos. Los obstáculos y demonios surgen para equilibrar la vida e indican que algo está cambiando, en el caso del estado de Buda, para mejor. Por eso, el sabio se alegra.

Del punto de vista de la iluminación, los obstáculos y los demonios son motivos de alegría, no de sufrimiento. Una vez que denotan cambios, ellos son amenizados. Es la famosa minimización del efecto karmico.
POR EJEMPLO.
Al entrar a un gimnasio, una persona que tiene una vida sedentaria sentirá dolores en los primeros días. Eso indica que cambió su ritmo de vida. Esos dolores serán mayores o menores de acuerdo con el tiempo en que vivió de forma sedentaria. De esa forma, la intensidad de los obstáculos está relacionada con las causas hechas en el pasado. ¿ Y quién es el culpable por los dolores? No son los ejercicios, es de la persona que se mantuvo en el sedentarismo. Por eso, empiece a cambiar ahora. Un tonto culpa los ejercicios o los aparatos del gimnasio y, deja de hacerlos. Ya el sabio, sabiendo que el dolor es pasajero e indica progreso, continua la practica deportiva con toda alegría.
 

AMENIZANDO EL EFECTO KARMICO.Los efectos negativos en el estado de Buda se tornan causas positivas. Por eso, es amenizado. No regresan más. Se pasa por eso una sola vez y sin demora.
 
REGRESANDO AL DESEO.Podrás pensar: Sabiendo de todo eso, no logro sentir ese deseo del fondo de mi corazón por el Kosen Rufu. ¿Qué hago? En respuesta a esa pregunta, existe el juramento. El juramento tiene el poder de manifestar el gran deseo del Buda en nuestra vida. No importa cómo te sientas ahora o en qué condición estés, el juramento Seigan puede ser hecho ahora.

SON FUNDAMENTALES DOS PRINCIPIOS.La unicidad de maestro y discípulo y el juramento Seigan forman el camino directo para la iluminación. Nichiren dice: Mi deseo es que todos mis discípulos hagan un juramento...
UNA VIDA INVENCIBLE." Nuestra vida puede ser tan fugaz como una gota de rocío o tan insignificante como una partícula de polvo. Pero, dedicándonos a la realización de ese ‘ gran juramento’ [del Buda] en esta existencia, nuestra vida se fundirá con el vasto océano del Sutra del Loto y continuará por toda la eternidad. Se tornará una con la tierra de la Ley Mística, invencible y eterna. Nos fue asegurada la increíble condición de vida del estado de Buda".
Brasil Seikyo
 

HIMNO DE LA SOKA GAKKAI. (Pedro y Juan Garcia).

!Suenen las campanas una y otra vez:
levantemos anclas en este amanecer!
Hagamos el viaje con determinación;
Este es el camino de nuestra vocación.

Mis amigos todos con fe y voluntad,
La gran Ley Mística nunca declinara.
Valientes guerreros, luchadores por la paz,
Cantemos unidos por la Soka Gakkai.

El alba anuncia el renacimiento
De una nueva vida, de un nuevo comienzo.
El amanecer de la era del hombre
Y la paz del mundo nos iluminaran.

Mis amigos todos con fe y voluntad,
La gran Ley Mística nunca declinara.
Valientes guerreros, luchadores por la paz,
Cantemos unidos por la Soka Gakkai.

SI EL AGUA SACIA MI SED, NO QUIERO SABER DÓNDE ES LA FUENTE.

EL PROPOSITO DE LA RELIGION. Por DAISAKU IKEDA.

“El bienestar de la gente debe ser siempre el punto de partida y la meta final de todo esfuerzo humano. Por eso, es inaceptable que la religión, el gobierno o cualquier sistema ideológico traten a las personas como medios para un fin”. 1--Daisaku Ikeda En una de sus obras, Daisaku Ikeda escribe: “¿Cuál es el propósito de la religión? Realizar la paz y la felicidad para todas las personas. No existe para cercenar la libertad del pueblo y oprimirlo con su autoridad o su dogma. El bienestar de la gente debe ser siempre el punto de partida y la meta final de todo esfuerzo humano. Por eso, es inaceptable que la religión, el gobierno o cualquier sistema ideológico traten a las personas como medios para un fin. Para preservar la dignidad de la vida y concretar una paz verdadera, las personas tienen que unirse, superar todas las barreras de religión, nación y raza. (…) Esa debía ser la regla de oro que gobernara a la humanidad. De hecho, esa es, en sí, la meta final del budismo, que identifica la naturaleza de buda en todos los seres vivos y aspira a llevarles felicidad.” 2 En una conferencia brindada en el Centro Simon Wiesenthal de los Estados Unidos, Ikeda explicó la posición de la Soka Gakkai Internacional sobre la religión: “En su teoría sobre el valor, Tsunesaburo Makiguchi (fundador y primer presidente de la Soka Gakkai) señala que la existencia de la religión se justifica sólo en la medida que ésta alivie el sufrimiento y genere felicidad, tanto al hombre como a las sociedades. Este humanista consumado afirmaba que las personas no existían en bien de la religión, sino que la religión debía prestar servicio al pueblo.” 3 Ikeda escribió en 1999: “No existe bien mayor que fortalecer a la humanidad y revitalizar a la sociedad. La religión, al igual que la política, la economía y la educación, carece de todo significado si no logra contribuir en ese proceso. (Tsunesaburo) Makiguchi identificaba el valor del bien con el beneficio de la sociedad, y decía que ésta era la verdadera misión de la religión.” 4 Como lo destaca Ikeda: “Cuando la religión domina y oprime a las personas, se convierte en un instrumento del autoritarismo. La historia abunda en ejemplos de individuos que solo ansiaban la felicidad y que fueron engañados por miembros de algún clero y por otros líderes religiosos. Es imposible negar esa realidad. La vida es igualmente preciosa y sagrada para todas las personas. Es un error pensar que los sacerdotes son superiores a los creyentes laicos, o que el presidente de la Soka Gakkai es más importante que los miembros de la organización. Tal cosa sería sencillamente una traición a los propósitos de la religión." 5 Ikeda está dedicado a promover el diálogo con representantes de diversas creencias y tradiciones religiosas con el fin de compartir el acervo de sabiduría de los pueblos del mundo para solucionar los problemas que enfrenta hoy la humanidad. http://www.daisakuikeda.org/es/proposito-de-la-religion.html 1 IKEDA, Daisaku: “Pasos dinámicos”, La nueva revolución humana, Seikyo Shimbun, 8 de junio de 2006. 2 Ib. 3 IKEDA, Daisaku: “La ira legítima y la lucha por la justicia”, El nuevo humanismo, México, Fondo de Cultura Económica, 1999, pág. 290. Discurso pronunciado en el Centro Simon Wiesenthal, Los Ángeles, Estados Unidos, 4 de junio de 1996. 4 IKEDA, Daisaku: Una visión cósmica con miras a una cultura de paz, Propuesta de Paz, Tokio, Soka Gakkai, 1999. 5 IKEDA, Daisaku: Entrevista “Daisaku Ikeda Up Close (Daisaku Ikeda de cerca)”, videocasete, Tokio, Owners Promotion, Inc., 2001.

LOS TRES OBSTACULOS Y LOS CUATRO DEMONIOS (SANSHO SHIMA)

Los «tres obstáculos y los cuatro demonios» describen las potenciales infuencias negativas que dificultan la práctica e impiden la obtención de la Budeidad. No obstante, si bien estos obstáculos impiden a algunas personas revelar su Budeidad, para otras funcionan como un impulso o estímulo. Luchando contra ellos, emerge la iluminación, logrando así la Budeidad.

Si la «ignorancia», los «maestros erróneos» y los «tres obstáculos y cuatro demonios» funcionan para impedir que la gente alcance la Budeidad, entonces, los esfuerzos para superar la ignorancia, buscar al maestro correcto y luchar contra los tres obstáculos y cuatro demonios son el camino para lograr la Budeidad.

El esfuerzo sincero en la fe, práctica y estudio del Budismo de Nichiren Daishonin es el camino más seguro y directo para lograrlo.

Superar la ignorancia y encontrar al Maestro correcto

Cuando el Daishonin se refiere a la «ignorancia de su mente», no está implicando simplemente la ignorancia de la gente acerca del Budismo. Por supuesto, es importante estudiar el Budismo, especialmente las escrituras del Daishonin, de modo que se pueda profundizar y fortalecer la fe mediante la comprensión. Pero solo la acumulación de conocimientos sobre el Budismo no protege contra la clase de «ignorancia» a la que se refiere el Daishonin. Hasta el más erudito de los estudiosos budistas puede caer víctima de las emociones y ser conducido por frivolidades si no está consciente y se esfuerza por hacer emerger el real potencial para la Budeidad que posee toda persona. Esta ignorancia de la mente, entonces, se refiere en realidad a la falta de fe en la esencia real del Budismo.

Los tres obstáculos

Una persona «inevitablemente, ... encontrará los tres obstáculos y cuatro demonios», conforme progrese signicativamente en su práctica. No es cuestión de si surgirán, sino de cuándo surgirán. Lo que importa, en todo caso, es nuestra disposición de enfrentar y vencer todos los impedimentos que se interpongan en nuestro camino hacia la felicidad absoluta. Los «tres obstáculos» son diversas funciones que tratan de impedirnos la práctica del Budismo; surgen de los deseos mundanos, el karma y la retribución, respectivamente.

El Daishonin explica: «El obstáculo de los deseos mundanos son los obstáculos a la práctica que se originan en la furia, la codicia y la estupidez». Algunos pueden abandonar su práctica budista debido a que anteponen el logro de sus deseos inmediatos al Budismo, que conduce a la iluminación fundamental.


En otras palabras, están más interesados con la ganancia a corto plazo que el desarrollo y el beneficio verdadero que es posible alcanzar perseverando en la práctica budista. Con esa actitud, incluso una dificultad relativamente menor puede ocasionar el abandono de la práctica.

Otros pueden renunciar a su fe debido a dejarse llevar por sus emociones –los gustos y disgustos mencionados antes. Esas personas, típicamente, encuentran razones para resentirse con otro practicante, y abandonar su fe para evitar o por rencor hacia esa persona. Estos son ejemplos del «obstáculo de los deseos mundanos».

Respecto al obstáculo del karma, el Daishonin dice que son «los obstáculos que presentan la esposa o los hijos». El obstáculo del karma se refiere a nuestra orientación kármica fundamental que nos desvía del correcto camino del Budismo.


Como lo sugiere el ejemplo del Daishonin, algunos pueden abandonar su práctica simplemente por satisfacer a los miembros de su familia o personas amadas que pueden temer o resentirse con su práctica budista, el tiempo que le toma, o las críticas que puede provocar de la comunidad en general.

El obstáculo de la retribución se refiere a las circunstancias hostiles en las que se nace como retribución kármica por acciones en contra de la Ley Mística en existencias pasadas; se refiere especialmente a los obstáculos causados por figuras de autoridad.


Si los que nacen en una sociedad o comunidad que alberga enemistad hacia el Budismo permiten que sus circunstancias anulen su práctica budista, estarán sucumbiendo al obstáculo de la retribución. A este respecto, el Daishonin dice: El obstáculo de la retribución son «los impedimentos provocados por el soberano o los padres».

Los cuatro demonios

Los «cuatro demonios» es una referencia a las diversas funciones negativas de la vida y el universo –no a seres demoníacos reales. Estas funciones atormentan el cuerpo y la mente de un practicante budista. La palabra sánscrita para demonio, Mara, era traducido al chino como «ladrón de vida», «asesino» y «destructor».

Como lo indican tales traducciones, los demonios en el Budismo pueden ser considerados como metáforas para las funciones destructivas de las vidas de los practicantes budistas en particular, y de la gente en general.

En un sentido, esto es similar al Cristianismo en tanto identifica a Satán con las fuerzas destructivas de la vida y como «un homicida desde el principio».

Específicamente, los «cuatro demonios» se refieren al impedimento de los deseos mundanos, el impedimento de los cinco componentes, el impedimento de la muerte, y el impedimento del rey demonio.

El impedimento de los deseos mundanos indica la función de los deseos e impulsos más bajos de la gente para debilitar su resolución para buscar el Budismo y, así, corromper sus vidas.

Los «cinco componentes» son los cinco elementos físicos y mentales que constituyen nuestra existencia –indican la estructura física y espiritual del ser humano. Nuestro componente físico o fisiológico es llamado «forma», y nuestras funciones mentales incluyen los componentes de «percepción», «concepción», «volición» y «conciencia».


El Budismo explica que esos cinco componentes se unen temporalmente y dan lugar a un ser humano individual. Podemos interpretar el impedimento de los cinco componentes como la desarmonía entre los cinco componentes que crean sufrimiento físico y mental, sofocando la pureza de la condición y oscureciendo la sabiduría innata.

El impedimento de la muerte se refiere a cualquier cosa que funcione para causar la muerte de un practicante budista, y de esa manera impedir su práctica. Sin embargo, podemos definirlo más ampliamente para incluir temor o aprehensión sobre la posibilidad de la propia muerte, o desaliento y duda originada por la muerte de un practicante.

Si tememos o nos desalentamos por la muerte y, como consecuencia, nos confundimos y retrocedemos en la fe, estamos sucumbiendo al impedimento de la muerte.

Ver al «rey demonio» dentro

Las escrituras budistas con frecuencia hacen referencia a seres tales como demonios, diablos, deidades benévolas y dioses.


El Budismo del Daishonin los interpreta como representaciones de las funciones de la vida y el universo.

En este aspecto, el Daishonin dice en «El tratamiento de la enfermedad»: El corazón de la escuela del Loto es la doctrina de los tres mil reinos en un simple momento de vida, que revela que tanto el bien como el mal son inherentes incluso en aquellos que están en la etapa más elevada de la iluminación perfecta.

La naturaleza fundamental de la iluminación se manifiesta como Brahma o Shakra(1) mientras que la oscuridad fundamental se manifiesta como del demonio del sexto cielo.

Las deidades benévolas odian a quienes cometen maldades, y los demonios malvados odian a la gente buena. Aquí, el Daishonin enseña que el bien y el mal –las funciones que afirman y que niegan la vida- son inherentes en todas las personas, incluyendo a los budas. Ignorando esto, algunas personas permiten que su naturaleza que niega la vida se desenfrene y origine miseria tanto para ellas mismas como para los demás.

Los budas, sin embargo, están plenamente conscientes de sus propias potencialidades –tanto buenas como malas.

En lugar de sucumbir ante los deseos destructivos, las vidas de los budas están firmemente enraizadas en su naturaleza que afirma la vida, específicamente en el supremo estado de vida llamado Budeidad, rico en misericordia y sabiduría. Una vez logrado este estado, sin embargo, no persiste simplemente por su cuenta.


Nadie se convierte en buda o se mantiene como tal distraídamente o sin acción. Esto nos dice algo importante acerca de la práctica budista: Budas son aquellos que están conscientes de su oscuridad fundamental innata y que siempre lucha por desafiar sus debilidades. Dicho de otra manera, para revelar nuestra Budeidad innata y convertirla en nuestra base, es preciso que veamos nuestra oscuridad fundamental y luchemos contra ella. Tal como alguien que se preocupa por la formación de su cuerpo no puede continuar haciéndolo sin esforzarse en ello, o como un estudioso no puede seguir siéndolo sin seguir estudiando, un Buda no puede seguir siéndolo sin un esfuerzo continuo y sin observar sus propias debilidades e ignorancia, observar desafiarlas y vencerlas.

La «oscuridad fundamental» que menciona el Daishonin es nuestra ignorancia o escepticismo respecto a la Budeidad dentro de nuestras vidas así como en las vidas de todas las personas. Mientras ignore este supremo potencial universal, la gente tiende a la desesperación en lugar de la esperanza, a la crueldad en lugar de la misericordia, a la estupidez en lugar de la sabiduría, y a la cobardía en lugar del coraje.

La gente que está saturada de su oscuridad fundamental es esencialmente insegura de sí misma, de modo que se inclina por insultar a otros e ignorar la miseria de los demás y hasta deriva satisfacción de ello. De la inseguridad proviene la arrogancia. Una gran inseguridad puede ocasionar una irreprimible urgencia por controlar a otros. Un intenso deseo de control tipifica a quienes actúan como el «rey demonio».

Debe notarse, en el monólogo del rey demonio, que su irritación emana de la potencial pérdida de su control sobre su «dominio». Él teme que la gente conozca su verdadero potencial y confía en sí misma. La gente con confianza en sí misma y que actúa con libertad espiritual hace que el «rey demonio» sienta más profundamente su miseria que emana de su escepticismo en el supremo potencial de la Budeidad. Ellos le recordarán su verdadera debilidad, que encubre con sus ínfulas.

Es por esta razón que el rey demonio se dice a sí mismo: «Esto es lo más irritante. Si permito que esta persona permanezca en mi dominio, no sólo se liberará de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte, sino que también conducirá a otros hacia la iluminación. Además, tomará el mando de mi reino y lo transformará en una tierra pura. ¿Qué voy a hacer?».

Lo importante es tener en mente que este «rey demonio » se esconde en las más recónditas profundidades de la vida de todos. Cuando este potencial no es reconocido y pasa a ser dominante, verdaderamente nos convertimos en «pequeños demonios».

Por consiguiente, es importante estar siempre vigilantes de nuestra oscuridad fundamental y no sucumbir a ella. Para luchar contra «el rey demonio» interior, es preciso desarrollar nuestra convicción en la existencia de la Budeidad dentro de nuestra vida y de los demás. Por esto el Daishonin dice: «La ailada espada para cortar la oscuridad fundamental es sólo la fe».

Desafiar la injusticia exterior es revelar la Budeidad interior

El «rey demonio» es a veces llamado «demonio del sexto cielo» porque, se dice, vive en el más elevado de los seis cielos del mundo del deseo. En la antigua cosmología budista india, este cielo más elevado del mundo del deseo estaba asociado con el deseo de explotar a otros por placer propio.


En este sentido, el «rey demonio» simboliza nuestra tendencia a ver a otros seres humanos como medios para gratificar nuestros propios deseos y ansias.

Cuando la gente es deshumanizada y reducida como medios para algún fin puede resultar en grandes sufrimientos –siendo la guerra el más horrendo de los ejemplos–. Por esto el Daishonin era implacable para hablar en contra de la corrupta autoridad religiosa de su época, que trataba de oscurecer la verdad del Budismo contenida en el Sutra del Loto que, fundamentalmente, enseña la libertad espiritual.

Debido a que la «oscuridad fundamental» encuentra expresión en el deseo de controlar a otros por una egoísta gratificación, aquellos que están en posiciones de influencia puede ser especialmente susceptible de funcionar como el «rey demonio». A este respecto, el Daishonin hace que el metafórico rey demonio le diga a sus subordinados: «Ahora vayan y acosen a ese devoto, usando sus respectivas habilidades.

Si no logran hacerlo abandonar su práctica budista, entonces entren en la mente de sus discípulos, de sus protectores y de la gente de esta tierra e intenten así persuadirlo o amenazarlo. Si estos intentos tampoco son exitosos, yo mismo bajaré y entraré en la mente y en el cuerpo de su soberano para perseguir a ese devoto. Juntos, ¿cómo podemos fracasar en impedirle lograr la Budeidad?».

La subordinación como la otra cara de la arrogancia

Es importante notar, sin embargo, que la «oscuridad fundamental» puede, a veces, manifestarse como denigración de sí mismo y una servil obediencia a la autoridad externa. En la superficie, el autócrata dominante y adulador cobarde parecen representar extremos opuestos: desear el control y desear ser controlados.


No obstante, ambas tendencias emanan de la falta de confianza y en la no-creencia en el supremo potencial que tenemos dentro.

La gente que cree que no puede mejorar –que niega su propio potencial- actúa de una de dos maneras. Primero, puede abandonar su poder, sintiendo que no tiene esperanza en controlar su destino y, de esa manera, asigna el control a otro.

Segundo, puede hacerse arrogante. Debido a que en su interior no creen que pueden mejorar, tratan de justificarse convenciéndose a sí mismos y a otros de su grandeza. Tratando de ganar poder sobre otros, evitan observar sus propias limitaciones, que desprecian. Ellos interpretan la deferencia de los demás como una afirmación de su propia grandeza. En realidad, la creación de cualquier sistema tiránico o autoritario requiere de la existencia de ambos tipos de personas. Podemos decir que las tendencias de quienes han sucumbido a su «rey demonio» interior son diferentes sólo en la dirección de la manifestación –el control o el servilismo. Lo que tienen en común en su raíz es una profunda inseguridad y falta de confianza. Sean tiranos o sujetos obsequiosos –ambos han elegido su «oscuridad fundamental» sobre su «naturaleza fundamentalmente iluminada».

Ninguno de los dos es verdaderamente libre.

El Daishonin propagó incesantemente su mensaje acerca de la universalidad de la Budeidad, demostrando ser el verdadero devoto del Sutra de Loto. Respecto a esto, el Daishonin dice: «[A pesar de la interferencia personal del rey demonio del sexto cielo] es debido a que las deidades celestiales vienen en mi ayuda que he sobrevivido incluso en Tatsunokuchi, y también salí a salvo de otras grandes persecuciones. Por el momento, el demonio del sexto cielo debe sentirse desalentado».

La acción conquista la oscuridad fundamental

A través de su propio ejemplo, el Daishonin nos enseña la importancia de hablar sobre la verdad del Budismo desafiando la injusticia para revelar nuestra Budeidad innata.

Nuestras vidas están intrínsecamente dotadas tanto con la «oscuridad fundamental» como de la «iluminación fundamental». Si simplemente no hacemos nada, seremos superados por la oscuridad fundamental.

Para revelar nuestra naturaleza de iluminación fundamental, es preciso que reafirmemos continuamente la existencia de la Budeidad dentro de nosotros y de los demás.

Con propósitos de aclaración, podemos describir esto en cuatro categorías de actividades:

La primera es luchar para reconocer y hacer surgir nuestra propia naturaleza iluminada, orando seria y consistentemente al Gohonzon. Esto incluye siempre los esfuerzos por mejorar nuestra diaria práctica del Gongyo y Daimoku, estableciendo metas claras en nuestras vidas, y orar por lograrlas.

La segunda es hacer esfuerzos para ayudar a otros a hacer lo mismo. Esto significa compartir el gran beneficio y poder del Budismo del Daishonin con otros de modo que ellos también puedan acumular buena fortuna y experiencias de desarrollo personal. También significa apoyar las actividades de la SGI para compartir los ideales humanistas y no violentos del Budismo con la sociedad y el mundo en general.

La tercera es observar dentro de nuestras vidas para identificar las causas de nuestro sufrimiento. Necesitamos reconocer las debilidades o hábitos que nos frenan en nuestra vida diaria y en nuestra fe –las debilidades que surgen de nuestra oscuridad fundamental y esforzarnos para controlarlos. Con este fin, tratamos de exponernos a buenas influencias y aprender buenos ejemplos, lo que puede incluir nuestros esfuerzos en el estudio y la búsqueda de orientación de aquellos que tienen más experiencia en la fe y en la práctica.

Y la cuarta, es desafiar y esforzarse para transformar la oscuridad fundamental de otros –hablando con coraje y convicción para convencer a la gente a no abandonar su poder, a no esclavizarse a la autoridad, exponiendo al mismo tiempo la función del «rey demonio» dentro de la autoridad injusta.

Específicamente, nos ponemos del lado de las personas comunes que están tratando de mejorar sus vidas mediante la práctica budista y señalamos los errores de cualquier persona o poder que busca ahogar o usurpar el derecho de las personas a hacerlo. Esta es la esencia del «espíritu Soka».

Estas cuatro clases de actividad son listadas aquí no para implicar algún orden o aproximación específico.

Pueden coincidir parcialmente y cualquiera de ellos puede tener elementos de los otros.

Este ejemplo intenta expresar nuestra necesidad de desarrollar los aspectos positivos –la iluminación fundamental- dentro de uno y de los demás, y desafiar y superar la negatividad –la oscuridad fundamental- dentro de uno y de los demás.

Cuando nos esforzamos en estas áreas, nos hacemos conscientes de nuestra propia oscuridad fundamental, de manera que podemos desafiarla. Haciéndolo, manifestamos y solidificamos nuestra innata naturaleza iluminada fundamental. Nichiren Daishonin dice: «Yo, Nichiren, he estado consciente de esto desde hace mucho tiempo».

Esto es notable. Debido a que el Daishonin estaba claramente consciente de su propia oscuridad fundamental y de su funcionamiento en los demás, pudo percibir la naturaleza de las persecuciones y superarlas. Aquí, el Daishonin nos enseña que, en tanto nuestra fe en nuestra naturaleza iluminada fundamental sea sólida y nos mantengamos vigilantes contra nuestra oscuridad fundamental, podemos transformar las funciones del «rey demonio» tanto dentro como fuera de nosotros.

Desafiar las dificultades con valor

También el Daishonin dice: «en el momento en que resuelva liberarse de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte, y alcance la Budeidad, encontrará los tres obstáculos y cuatro demonios. Esto es tan seguro como que la sombra sigue al cuerpo y los nubarrones acompañan a la lluvia». Si adoptamos la perspectiva del Daishonin sobre las dificultades de la vida, cualquier cosa que parezca frenar nuestra práctica budista y nuestra vida en general, se transformará en una oportunidad para demostrar nuestro supremo potencial.


En otra carta, «Los tres obstáculos y cuatro demonios», el Daishonin enfatiza la importancia de desafiar las dificultades con valor y optimismo en lugar de sucumbir al temor y la desesperación: «No sienta el mínimo temor en su corazón.

Lo que a uno le impide lograr la Budeidad es la falta de valor, aun cuando uno haya profesado la fe en el Sutra de Loto muchas veces, desde hace innumerables kalpas ... ocurre algo inusitado cuando una persona común manifiesta la Budeidad. En ese momento, los tres obstáculos y los cuatro demonios aparecen invariablemente.

...Y los sabios sienten regocijo, mientras que los necios retroceden.

Las dificultades de la vida pueden causar desesperación y sufrimiento; sin embargo, también pueden ser una fuente de esperanza y felicidad. El Daishonin enseña que depende de nosotros decidir lo que haremos con nuestra vida y que la fe valiente, fundamentalmente, nos posibilita derrotar «los tres obstáculos y cuatro demonios» y realizar la más genuina felicidad.

El alegórico rey demonio del Daishonin, a pesar de toda su malicia y maldad, sabe una importante verdad. Él sabe que una sola persona verdaderamente despierta puede reclamar todo su dominio entero y conducir a muchos otros al mismo estado de libertad espiritual. Reconocer este «poder de una sola persona» puede ser una importante lección que podemos aprender del «rey demonio».

(1) Shakra: También conocido como Indra. Junto con Brahma, uno de los dos principales dioses tutelares del Budismo.

Nueva Era. Soka Gakkai de Perú.
Reeditado por México Seikyo.

ALGO MAS SOBRE LA DUDA...

Quien no aspira a una vida de felicidad así, quien busca, codiciosamente, alegrías minúsculas, como ser humano es digno de lástima.

Lograr la Budeidad significa adquirir el estado en el cual uno siempre renace desbordante de fuerza vital, potente y profusa. Así, es posible actuar hasta sentir genuina satisfacción interior, sobre la base de un profundo sentido de misión: así, uno puede lograr todas sus metas y acumular una buena fortuna que nada consiga destruir.

Porque podemos guiar decenas, cientos, miles, decenas de millones de veces nuestras vidas en esta dirección, nuestra felicidad no sabe de fronteras. Quien no aspira a una vida de felicidad así, quien busca, codiciosamente, alegrías minúsculas, como ser humano es digno de lástima.

"Cuanto más se deshacen los apegos y se provoca la duda, mayores son las dificultades que surgen. Ya que estamos 'deshaciéndonos de los apegos y provocando la duda' para mejorar radicalmente la vida de las personas, es imposible que no asomen dificultades tremendas en nuestra lucha. Al mismo tiempo, nuestro trabajo se centra en el mundo entero.


Estamos instrumentando este principio de deshacerse del apego y provocar la duda en el escenario mundial. Mientras difundamos la paz y la cultura, la amistad y la educación, estamos cambiando profundamente las ideas del pueblo sobre el Budismo y sobre el sentido de la vida humana".

Podríamos decir que existen dos tipos de dudas, en tanto obstaculizan o favorecen el desenvolvimiento espiritual:
1. La que surge de la investigación de la Doctrina, e incrementa la sabiduría.
2. La que nace de la ilusión; es la escéptica, y mantiene en la ignorancia.

Sobre la duda se construye el progreso del ser humano. Si el primate, nuestro progenitor, no hubiese dudado de que un pedazo de hueso podía ser usado como arma - pensamiento que, en la película 2001 Odisea en el espacio simboliza la evolución - probablemente, nosotros no estaríamos aquí razonando. Si a Kepler no le hubiesen surgido dudas sobre la exactitud de los cálculos de los movimientos planetarios, estaríamos todavía regocijándonos con la idea de que la tierra, y por ende el Hombre (probablemente también blanco y occidental) fuese el centro del universo.

La duda relativiza, nos permite redimensionar los absolutos, ser más humildes, aceptar las diferencias, abrirnos al diálogo y a las buenas ideas. Hasta aquellas, absolutamente negadas por las apariencias, como el hecho, por ejemplo, de que la suma de los ángulos internos de un triángulo no sea 180 grados, sino algo más o menos, según el tipo de curvatura del espacio.

Se dice muy a menudo, que el filosofo para trabajar necesita papel y lápiz, el científico necesita también de una papelera, justo porque pone en duda sistemáticamente cualquier cosa, verificando la exactitud de los datos basándose en ciertas reglas, listo a emprender nuevos caminos, si el que se ha recorrido no es satisfactorio.

El método critico del estudioso, que se abstiene del aceptar o del formular juicios o verdades sin antes haberlos examinado, y hasta tanto que la prueba evidente no es acertada, es definido "duda metódica", o sea la suspensión voluntaria (o sistemática) de la verdad, comúnmente admitida, para buscar el fundamento, demostrarla, reconocer sus limites, darle su verdadero valor.

Podemos decir que ésta continua verificación esta también en la base del Budismo de Nichiren Daishonin, cuya validez viene comprobada diariamente en la vida de cada creyente. Es lo que comúnmente se define como "espíritu de búsqueda"; son las grandes preguntas las que empujaron a Shakyamuni a indagar sobre las causas del sufrimiento y a llevarlo a fundar una nueva religión.

La duda, fue crucial también en la base del recorrido espiritual de Nichiren, que así se expresó al comienzo del tratado La apertura de los ojos: "¿Por qué los dioses no me asisten? Las varias autoridades guardianas del cielo juraron frente al Buda [de proteger al Devoto del Sutra del Loto]...¿El hecho que no lo hagan, significa probablemente, que yo no soy el Devoto del Sutra del Loto? Esta duda es el punto esencial de este, mi tratado.

Y ya que es de importancia capital para mi vida, lo evidenciaré varias veces y lo profundizaré antes de tratar de contestarles."

Hasta este momento, hemos hablado de construcción, de búsqueda, de profundización. En otras palabras, de una actitud dirigida hacia el futuro. Por lo cual como vimos no podemos considerar a la duda como problema pero si al sentimiento que la genera.

El aspecto negativo de la duda, su función paralizante, es aquella expresada en su misma definición: "Estado de incertidumbre y de perplejidad (de la mente y del espíritu), por el cual no se posee un juicio seguro, una opinión exacta, una decisión convencida, como tampoco se está en condición de creer, conocer, actuar con firmeza, confianza, constancia o satisfacción".

Esta incertidumbre de la mente, incesantemente incluida en las preguntas "Lo habré hecho bien, o, lo habré hecho mal" o "Hago esto o aquello", incapaz de formar juicios y de actuar consecuentemente, podría por ejemplo, ser tomada, desde el punto de vista budista, como un bloqueo en la relación entre el individuo y el ambiente.

La indecisión lleva a la pasividad, a la sumisión, a la insatisfacción. A una vida que se deja vivir, no a una existencia dirigida y consciente. A la parálisis en el presente y al remordimiento del pasado,.

Qué es lo que genera todo esto? Seguramente el temor de cumplir alguna acción sin la garantía del éxito, el miedo de perder, o de equivocarse, pero probablemente también el egoísmo, la arrogancia, la dificultad de aceptar ser cuestionados. En último análisis, la falta de confianza en sí mismo, y por consecuencia, en los demás.

La actitud opuesta, o sea aquella de la absoluta certeza de aquella acción en aquel instante, lleva a resultados admirables. Las crónicas cuentan por ejemplo, de una mujer frágil que logró levantar un camión que había atropellado a su hijo, mientras Nichiren Daishonin del General Tigre de Piedra, que clavó una flecha en una roca confundiéndola por el tigre que había matado a su madre.

Vittorio Zucconi cuenta en su D, el suplemento femenino de la revista La república, la historia de una muchacha que saliendo de un supermercado, fue amenazada por un violador armado con un picahielos. La mujer lo trató amablemente, lo invitó a su casa, le preparó la cena, lo puso a hablar, lo hizo sentirse cómodo y a la final el hombre se hizo llevar a otro sitio, y la dejó libre sin haberla ni siquiera tocado.

Qué hubiese ocurrido, si en vez de mantener esa actitud, ella hubiese, por un momento, prestado oído a su miedo y a las dudas que seguramente se agitaban en su interior?

En una autopista a 130 Kms. por hora explota un caucho. Silencio de ultratumba. Momentos cruciales, en los cuales el chofer logra llevar el auto a salvo al canal de emergencia, ¿Qué hubiese ocurrido si uno o más pasajeros se hubiesen dejado llevar por el pánico?

Las escrituras budistas exhortan a volverse dueños de la propia mente donde "mente" indica el núcleo del ser humano, la totalidad de sus funciones intelectuales y emotivas. En realidad, entonces volverse dueño de sí mismo, construir internamente aquella solidez que Nichiren define "el palacio de la novena conciencia", la Budeidad. Creer en la propia Budeidad, significa creer en sí mismo. Esto es lo que significa la frase: "Ninguna duda equivale a fe".

Es construir también, la conciencia de que esta Budeidad es el sutil hilo, que une cada fenómeno del universo, según el principio de Shojo jisso, "La verdadera entidad de todos los fenómenos", también definido Ichinen Sanzen o "tres mil condiciones en un instante de vida". Esto equivale a creer que, cuanto mayor es nuestra convicción, tanto más fuerte serán los efectos sobre nosotros mismos y sobre el ambiente.

Desconfianza de sí mismo es la peor de las dudas. En cuanto a ésto, Tien-t'ai declara, "La falta de fe en sí mismo significa que usted se menosprecia a sí mismo, pensando que no es merecedor y capaz de poder llevar a cabo la práctica budista."

De esta manera, señala como la desconfianza de nosotros mismos puede prevenirnos en lograr beneficios y puede llevarnos hasta el punto de abandonar nuestra práctica budista.

Lamentablemente, estamos viviendo en una época de escepticismo, en la cual es muy fácil para la gente desconfiar de todo, comenzando con ellos mismos. Mucha gente no tiene confianza en la política, educación, la prensa, religión y hasta la misma raza humana. Esta "lista de desconfianza" sigue creciendo sin límite.

Sin embargo, al tope de dicha lista, está la desconfianza de sí mismo. Así que vemos aquí, un ciclo vicioso: La desconfianza en uno mismo afecta desfavorablemente nuestro ego y auto-estima, lo cual últimamente degrada la sociedad aun más.

Una de las grandes metas del Budismo es eliminar la desconfianza de sí mismo de la faz de la tierra y ayudar a cada individuo establecer una verdadera confianza en sí mismo.

En "La apertura de los ojos", Nichiren Daishonin dice: "Aunque yo y mis discípulos debamos enfrentar diversas dificultades, si no albergamos dudas en nuestro corazón, naturalmente manifestaremos la Budeidad. No duden tan sólo porque el cielo no les brinde su protección.


No se desalienten porque no gozan de una vida fácil y segura en esta existencia. Es lo que vine enseñando a mis discípulos mañana y noche, y sin embargo comienzan a albergar dudas y a abandonar la fe. Los necios tienden a olvidar sus promesas cuando llega el momento crucial".

Dice el Gosho: "El gran maestro Dengyo declaró que el poder del Sutra del Loto le permite a cualquier persona manifestar su propia Budeidad. Lo señaló, porque hasta la hija del Rey Dragón pudo lograr la Budeidad mediante el poder del Sutra del Loto. No dude de esto en absoluto". Como vemos aquí, y en muchos otros escritos, Nichiren Daishonin invariablemente respalda sus argumentos con citas documentales.

Como lo indica el Daishonin al final de esta carta cuando escribe "no dude de esto en lo absoluto", es necesario tener gran convicción y vivir con franca esperanza, tanto de jóvenes como de viejos.

Cuando adquirimos una esperanza radiante, podemos escrutar nuestros sufrimientos del pasado con calma y compostura, podemos comprobar cuántas veces nos ahogamos en una vaso de agua, dando a nuestros obstáculos mucho mayor trascendencia de la que realmente tenían.

Por lo tanto no debemos dudar del poder de la Ley Mística y de que cada persona puede manifestar la iluminación. "Si encontramos tales prodigios aún entre las cosas más simples de este mundo, cuánto más prodigioso será el poder de la Ley Mística!

La vida de los hombres y mujeres comunes está presa en los grilletes del karma negativo, los deseos mundanos y los sufrimientos innatos del nacimiento y de la muerte. Pero debido a los tres potenciales inherentes a la naturaleza de Buda,
-la Budeidad innata, la sabiduría para tomar conciencia de ella y la acción de manifestarla-, nuestra vida puede llegar a revelar, sin ninguna duda, las tres propiedades".

Seguramente, es mucho más fácil reconocer este poder intrínseco de la existencia en los momentos cruciales, donde se trata de vida o de muerte, porque en tales circunstancias, no hay otra alternativa o la posibilidad de postergar. Mucho más difícil, es superar la cotidiana parálisis de la duda y las frecuentes angustias del remordimiento.


Incertidumbres, indecisiones que nos arrastran por meses, años. Que desgastan. Crean insatisfacciones, destruyen la confianza en sí mismo.

Sin actuar, es imposible cambiar, construir la propia autoreforma. El Budismo queda entonces como una filosofía abstracta y no un instrumento práctico para realizarnos nosotros mismos. Una teoría para entender, no un medio para cambiar y para vivir una existencia sin remordimientos.

El Buda no es un ser imaginario ni un ideal ético, sino una existencia real que yace en la profundidad de la vida humana, que comprendió Shakyamuni con su profunda percepción. Nagarjuna dice: "El Buda es el supremo de todos los seres".

El estado de Buda indica el más esplendente estado de la vida o la vida más pura y poderosa.

"Nichiren Daishonin enseña que manifestar la Budeidad no es cuestión de 'convertirse' en un buda sino de 'revelar' el Buda que uno lleva intrínsecamente dentro de su propia vida, es decir, de 'cultivar' la propia condición de Budeidad.

El presidente Toda decía: 'Lograr la Budeidad no significa que uno se convierta en un Buda ni que ande intentándolo. En cambio, quiere decir que uno crea honestamente en las palabras del Daishonin -'un mortal común es un ser supremo' y 'todos los fenómenos manifiestan la verdadera entidad de la vida'- y que tome conciencia de su propia identidad: es decir, que cada uno es un buda que existe desde el remoto pasado y a lo largo del futuro infinito'".

El propósito de la fe consiste en que logremos este estado de felicidad eterna. La nuestra es una existencia fugaz como un sueño. Practicamos la fe para poder despertar de ese sueño y construir firmemente un estado de felicidad eterna en lo profundo de nuestro ser, durante esta existencia. Eso quiere decir 'lograr la Budeidad en esta vida'. Y por eso, tenemos que empeñar todos los esfuerzos posibles en la fe".

Otro nombre con el cual se define la fuerza vital que emana de la entonación de Nam-myoho-rengue-kyo, podría ser aquel de "coraje". Un coraje, una energía que deben transformarse en una iniciativa - que puede expresarse en los tres niveles de pensamientos, palabras y acciones concretas -, un coraje que tendrá su éxito, no porque tenemos alguna garantía de antemano, si no más bien, en la medida en que le damos valor a nuestra oración. Lo que es también, el metro mediante el cual, podemos evaluar la eficacia del camino espiritual que hemos escogido.

Los mortales comunes son, simplemente Budas ilusionados; Budas que tienen que todavía comprender el poder absoluto de sus existencias -su identidad como entidades de Nam-myoho-rengue-kyo- El Daishonin ilustra este punto cuando dice: Si el corazón de las personas es impuro, la tierra en que viven también es impura. Pero que, si el corazón de las personas es puro, su tierra también lo será.

No existen dos tierras que sean una pura y otra impura en sí mismas. La única diferencia yace en el bien o el mal de nuestro corazón. Lo mismo sucede en el caso de un Buda y un hombre común. No se trata de dos entidades separadas. Uno se llama "mortal común" mientras duda de que la Budeidad y su propia vida son una misma cosa; pero una vez que percibe esta verdad, puede llamarse "buda".

Hasta un espejo percudido brilla como una gema, si se pule y se lo lustra. Una mente nublada por las ilusiones que se originan en la oscuridad fundamental de la vida es como un espejo percudido, pero, cuando se la pule, se vuelve clara y refleja la iluminación de la verdad inmutable.

"El hecho de que el buda busque abrir el portal de la sabiduría de Buda (es decir, el estado de Budeidad) a los seres vivientes significa que estos ya poseen la sabiduría de Buda en su propia vida, en forma inherente. La razón por la cual poseen la sabiduría de Buda es que, originariamente, todos son budas, Las palabras de Shakyamuni entrañan, en verdad, la gran declaración de que todos los seres vivientes son dignos de respeto supremo".