¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

LA DERROTA EN LA VIDA. Por Daisaku Ikeda.



"La derrota en la VIDA no es sólo cometer un error.

La derrota significa abandonar en la mitad de la dificultad.

El verdadero éxito significa ganar la batalla a uno mismo.

Quienes persiguen su sueño con insistencia, aunque encuentren obstáculos, son los que ganan, porque han superado sus propias debilidades.

Los verdaderos vencedores son los que se levantan cuando se caen"

DIALOGO. EL SUTRA DEL LOTO ENSEÑA "EL GRAN TESORO OCULTO DEL CORAZON". Daisaku Ikeda.

Fragmentos de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda.

[ . . . ]

Presidente Ikeda:
La humanidad comienza a reconocer que algo no anda bien, en este mundo actual que pone el rendimiento económico por sobre todo lo otro. Hay un reconocimiento creciente de que se debe poner a las personas en el centro, en el foco de las prioridades, de que el "desarrollo humano" es mucho más crucial que el creci­miento económico. Estamos comenzando a enten­der que, en esta sociedad moderna, orientada a la información y caracterizada por la explosión del conocimiento, lo que se necesita imperiosamente es una explosión equivalente de sabi­duría, que nos permita usar correctamente dichos conocimien­tos.

Hay algo mal. Hay algo que falta. El desarrollo científi­co no basta, por sí solo, para darnos la felicidad. Ni el socialismo ni el capitalismo pueden salvarnos. Por muchos congresos que realicemos, por mucho que hablemos de ética y de moral, por mucho que disertemos sobre psicología y filosofía humanas, sigue faltando algo esencial. Y esto que falta es una acertada descripción del estado de pensamiento en que, actual­mente, se halla la humanidad.

El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), más que célebre por su libro El principito, escribe:

Debemos entender que, en algún lugar del camino, hemos desviado el rumbo. La humanidad es, hoy, más rica que en ningún otro momento de su historia, si se la toma como una totalidad. Nos sobra el tiempo libre, así como nos sobra el dinero. Pero falta algo más elemental, imposible de definir. La sensación de percibirnos a nosotros mismos como seres humanos se va tornando cada vez menos frecuente. Hemos perdido algo que era una de nuestras misteriosas prerrogati­vas.[1]

La humanidad ha equivocado el rumbo. Es lo que nos dice. ¿Adónde vamos, entonces? ¿Y qué propósito nos guía?

[ . . . ]

Presidente Ikeda:
Algunos dicen que el estado de ánimo preponderante en el mundo actual es la impotencia. Sea cual fuere el caso, todos estamos muy cons­cientes de que las cosas no pueden seguir como hasta hoy. Sin embargo, las decisiones sobre temas políticos, económicos y ambientales parecen tomarse en algún lugar muy fuera de nues­tro alcance. ¿Qué puede lograr hacer un individuo, en vista de las gigantescas instituciones que gobiernan nuestro mundo? Este sentimiento de impotencia alimenta un círculo vicioso que sólo consigue agravar el cuadro y alentar en la gente la idea de que todo es inútil.

En el extremo opuesto de esta percepción de impotencia, la filosofía del Sutra del Loto nos enseña que cada instante de la vida abarca tres mil estados posibles (ichinen sanzen) y nos orienta a aplicar esta enseñanza en nuestra vida diaria. El principio de que un instante vital abarca tres mil estados nos dice que la determinación esencial interior (ichinen) de una persona puede transformar cualquier cosa. Esta enseñanza da expresión suprema al potencial infinito y a la dignidad inherente a la vida de cada ser humano.

Saito:
Necesitamos insistir en que el ser humano no es una criatura lastimosa e impotente. En general, se dice que el político ruso Aleksandr Yakovlev, que es un buen amigo de usted, presidente Ikeda, fue el arquitecto de la perestroika, es decir, la política de reestructuración de la Unión Soviéti­ca. Cuando le preguntaron "¿Tiene futuro Rusia?", respondió:

Hoy, hasta el racionalismo científico más objeti­vo nos enseña que la especie humana enfrenta cierta destrucción, salvo que reconozcamos el valor de todas y cada una de las vidas humanas.
[2]

Presidente Ikeda:
Me encontré por última vez con el doctor Yakovlev en mayo de 1994, en Moscú. Está dedicándose seriamen­te a promover un "renacimiento ruso" centrado alrededor de la restauración de los valores morales. Este hombre ha señalado:

En los pocos años que restan del siglo XX, habrán quedado totalmente destruidas las últimas ilusiones del comunismo que hemos conocido desde mediados del siglo XIX. Es un pronóstico cierto. Al mismo tiempo, veremos una restauración de los valo­res auténticamente humanos.


Hasta ahora, los valores humanos han sido completamente trastrocados --como una cuestión de política activa-- a través de malen­tendidos, mentiras y difamación. Finalmente, ha llegado la hora de que estos valores sean puestos en libertad. Cuando consideramos el presente y el futuro, nos resulta inevitable concluir que la crisis más grande que hoy enfrentamos se halla en el plano de los ideales espirituales.[3]

Saito:
El Sutra del Loto constituye la manifestación más grandiosa y sublime de dichos valores humanos.

Presidente Ikeda:

Por eso, precisamente, creo que es hora de hablar sobre el Sutra del Loto, que se conoce desde hace siglos como el "rey de los sutras".

Endo:

El Sutra del Loto es el rey y el adalid de todas las enseñanzas budistas. Concuerdo plenamente en que estamos viviendo un "gran interregno filosófico", hoy en día. La fe en el comunismo es cosa del pasado; no obstante, no sé hasta qué punto puede asegurarse que la nueva libertad del anterior yugo esté haciendo feliz a la gente. En cambio, lo que se ha dise­minado por el mundo es el culto al dinero, al materialismo en su sentido más superficial, a la búsqueda irreflexiva del placer.

[ . . . ]

Presidente Ikeda:

Según el uso que se le dé, la religión puede ser una función demoníaca. La religión debería unirnos, pero algunos la explotan para crear cismas más hondos que separen al género humano. ¿Hay un despropósito mayor que éste?

La religión siempre debería existir en bien de los seres humanos. No es cierto que los hombres existan en bien de la religión. Esta deberá ser la regla primordial para los siste­mas religiosos del siglo XXI.

Endo:
El doctor Anatoly Logunov, célebre físico ruso y ex rector de la Universidad Estatal de Moscú, afirma que una de las lecciones que aprendió de usted, presidente Ikeda, es que la sociedad existe en bien del pueblo, y no a la inversa. En la sociedad soviética del pasado, según él cuenta, semejante idea causaba conmoción, en la medida en que representaba un renacimiento de los valores humanos.

Presidente Ikeda:

Dar valor supremo al ser humano es la ense­ñanza del Sutra del Loto. He aquí el humanismo de la Ley budista.

[ . . . ]

Presidente Ikeda:

En verdad, el Sutra del Loto es una escritu­ra que muestra su brillo genuino en períodos de transición como el que estamos viviendo. La época en que se predicó el Sutra del Loto por primera vez parece haber sido muy semejan­te.

En la India de Shakyamuni, el crecimiento de las ciudades estaba conduciendo a una superación del viejo orden tribal, al inicio de una nueva época en que los hombres pudieran vivir en nuevas relaciones de simbiosis. Era un período de intensa confusión intelectual; se enseñaba cualquier cosa: desde materialismo puro hasta hedonismo y ascetismo.

Suda:

Se refiere usted a las doctrinas de los "seis maestros no budistas".[4]

Presidente Ikeda:
En efecto. En ese marco social, Shakyamuni enseñó nuevos principios de integración para unificar a la humanidad en ese período de tantos cambios. Y el Sutra del Loto es la esencia viviente de dicha enseñanza.

Luego, en la China y en el Japón, cuando la religión se hallaba en un estado de caos y las personas ya no sabían en qué creer, el gran maestro T'ien-t'ai y Nichiren Daishonin propugnaron las enseñanzas del Sutra del Loto y, basados en ellas, confrontaron sin ambages los problemas de sus respecti­vas épocas y sociedades. Uno podría decir que el Sutra del Loto representó el estandarte de la unión con el cual cada uno arremetió en sus contiendas, en períodos de gran turbulencia espiritual.

Suda:
Esto me recuerda las observaciones del profesor George Tanabe, presidente del Departamento de Religión de la Univer­sidad de Hawai. El ámbito académico que encabeza es célebre en el mundo por sus estudios comparados sobre religiones de Oriente y de Occidente.

En una reciente entrevista con un corresponsal del Seikyo Shimbun --diario de la Soka Gakkai--, el doctor Tanabe señaló que, como doctrina de lo universal y de lo eterno, el Sutra del Loto ocupa un lugar sin parangón dentro del canon budista. Podríamos aprender mucho, afirmó, si nos fijásemos por qué el Sutra del Loto ha tenido "tanto éxito en su forma de dirigirse a pueblos tan distintos y de despertar significado en todos ellos, a pesar de sus muy diversas situaciones geográficas, culturales y temporales".

Cuando se habla del "vehículo único" del Sutra del Loto, comentó el doctor Tanabe, debería inter­pretarse la mención en el sentido de que esta enseñanza abarca a todos los otros medios, a todos los demás caminos.

He aquí un mensaje sumamente importante para la gente de hoy: "vivimos en un solo mundo, en un único planeta; en verdad, constituimos un solo pueblo". Este catedrático opinaba que el Sutra del Loto era un texto universal, apto para todos los pueblos, y que podía traducirse fácilmente a diversos contextos cultura­les.

Presidente Ikeda:

En verdad, es una sagaz observación sobre la validez contemporánea del Sutra del Loto. Se dice que es el rey de los sutras, justamente, porque expone la mismísima esencia de la Ley. Un rey no niega la existencia de los demás; su función es extraer el pleno potencial de todas las perso­nas.

Nichiren Daishonin afirma:
En última instancia, todos los fenómenos quedan contenidos en la vida de uno, hasta la más diminuta partícula de polvo. Las nueve montañas y los ocho mares se hallan presentes en nuestro cuerpo; el Sol, la Luna y la miríada de estrellas están comprendidas en nuestra mente.

Sin embargo, [los mortales comunes no lo podemos percibir,] así como el ciego no ve las imágenes que se reflejan en un espejo o como un niño no siente temor del fuego ni de las inundaciones. Las enseñanzas no budistas expuestas en los escritos externos[5] y las doctrinas del Hinayana y del Mahaya­na provisional contenidas en las escrituras inter­nas[6] no hacen más que enseñar fragmentos de la Ley inherente a nuestra propia vida. Pero no la exponen en su totalidad, como sí lo hace el Sutra del Loto.[7]

Todas las filosofías, con excepción del Sutra del Loto, no son más que fragmentos, partes de la gran ley de la vida. Si nos basamos en fragmentos, aunque contengan verdades par­ciales, no podremos experimentar una revitalización total e integral en todos los aspectos de nuestra vida. En verdad, las filosofías que exponen sólo verdades parciales terminan di­storsionando nuestra existencia. El Sutra del Loto, por otro lado, enseña la única Ley fundamental que unifica todas las enseñanzas fragmentadas y les da la perspectiva correcta. Y permite que cada persona brille y cumpla su función dentro de una totalidad. Esta es la "sabiduría del Sutra del Loto".

En el capítulo 16 del Sutra del Loto, "Duración de la vida de El Que Así Llega", hallamos menciones sobre "un talen­toso médico, sabio y comprensivo".[8] Como si fuera un médico de gran capacidad, la sabiduría del Sutra del Loto salva a los que sufren y padecen dolor.

Endo:
Más adelante, el sutra habla así de los que fueron salvados del sufrimiento por esta sabiduría: "Después de haber albergado semejante pesar, por fin recuperan su sano juicio...".[9]

¿Cuál es, exactamente, la sabiduría que les ha permitido esta recuperación?

Presidente Ikeda:

¡Ah... Si hubiera una fácil respuesta para tu pregunta, no tendríamos necesidad de hacer una serie ente­ra! Sin embargo, para dejar clara la conclusión, "por fin recuperan su sano juicio" significa que, finalmente, toman conciencia de la verdad de que cada uno de ellos siempre ha sido un buda desde el eterno pasado y que siempre lo serán en el eterno futuro. Desde luego, no se trata de una simple y súbita toma de conciencia, como quien dice: "¡Ah, ahora me doy cuenta!".

El Sutra del Loto es un intento de enseñar esta verdad a todos de un modo fácil y comprensible. Nichiren Daishonin, el devoto del Sutra del Loto en el Ultimo Día de la Ley, hace posible que todos corporifiquen esta verdad en su vida coti­diana. El Sutra del Loto enseña el "gran tesoro oculto del corazón", vasto como el universo, que despeja cualquier senti­miento de impotencia en la vida del hombre. Expone una enérgi­ca forma de vivir, en que cada uno puede respirar la inmensa vida del universo. Enseña la aventura realmente grandiosa: emprender la transformación de la propia existencia.

EL Sutra del Loto posee una amplitud y una naturaleza tan abarcadora que es capaz de abrazar a todos los pueblos en su búsqueda de la paz. Posee esa fragancia exquisita que hay en el arte y en la cultura. Nos conduce a un estado insuperable de vida, imbuido con las cualidades de la eternidad, la feli­cidad, el verdadero yo y la pureza, de tal forma que, allí donde estemos, podamos decir: "Esta, mi tierra, está segura y en paz".[10]

El Sutra del Loto contiene la gesta de una lucha por la justicia, contra el mal. Posee una calidez que reconforta a los exhaustos. En él palpita un coraje vibrante que aleja el temor. Resuena en su enseñanza un coro de alegría por lograr la absoluta libertad a través de las tres existencias, una libertad que se remonta como un vuelo hacia las alturas. En él, la luz resplandeciente se conjuga con flores, verdor, música, imágenes pictóricas y vívidos relatos. Ofrece leccio­nes insuperables sobre la psicología y las funciones del corazón humano, sobre la vida, la felicidad y la paz. Traza, como un mapa, las reglas básicas para la buena salud. Nos hace tomar conciencia de la verdad universal de que un cambio en nuestro corazón y actitud puede transformarlo todo.

No es ni un desierto calcinante de individualismo ni una prisión tota­litaria. Posee el poder de manifestar un reino de pura miseri­cordia, en que las personas se complementan y se alientan unas a otras.

Tanto el comunismo como el capitalismo han utilizado a las personas como medio para sus propios fines. Pero en el Sutra del Loto --rey de los sutras-- hallamos un humanismo fundamental en que las personas son el propósito y el objeti­vo, son las protagonistas y soberanas.

¿No podríamos, acaso, llamar "humanismo cósmico" a la enseñanza del Sutra del Loto?

Saito:
Sí, estoy de acuerdo. El término "humanismo cósmico" se diferencia claramente del punto de vista antropocéntrico, según el cual todas las demás formas de vida pueden ser sacri­ficadas en aras del ser humano. Es la visión que ha predomina­do hasta el día de hoy.

Presidente Ikeda:

Creo que es una designación vigorosa y noble, que servirá como punto de referencia para el siglo XXI.

De todas formas, lo importante es la sabiduría y la adquisición de dicha sabiduría. En otras entregas de esta serie analizaremos la relación entre sabiduría y conocimiento, pero quisiera citar unas palabras de un escritor británico:
Es mejor tener sabiduría sin conocimiento, que conocimiento sin sabiduría. Así como es mejor ser rico sin ser dueño de una mina que ser dueño de una mina sin ser rico.
[11]

Desde luego, lo ideal es poseer sabiduría y conocimiento, pero todo depende, en última instancia, de la primera. Nuestra meta es la felicidad, y esto no es algo que se pueda lograr sólo a partir de conocimientos. Por ende, la única forma de concretar la auténtica prosperidad y felicidad del siglo XXI es hacer de la época venidera una centuria de sabiduría.

El conocimiento se puede transmitir de una persona a la otra; la sabiduría, por el contrario, no. La única forma de desarrollar sabiduría es adquirirla a través de la experiencia personal. Es una de las razones por las cuales el Sutra del Loto deposita tanto énfasis en la relación de maestro y discí­pulo, una relación que exige a ambas partes una entrega total de vida a vida...

Endo:
Nuestra relación con las escrituras budistas debe ser, también, de consagración absoluta y personal, y no un simple abordaje desde el intelecto. Esto, creo yo, se aplica asimismo a la vida cotidiana.

Suda:

El despertar que el presidente Toda experimentó durante su encarcelamiento también fue fruto de su desesperada búsque­da en pos de la quintaesencia del Sutra del Loto.

Saito:

Cuando, en aquel momento, comprendió con todo su ser que "el buda era la vida en sí misma", se produjo el punto de partida de una revitalización contemporánea que experimentaría el Sutra del Loto. Hasta ese momento, muchos lo consideraban un simple texto antiguo que no tenía ninguna trascendencia para la época actual. Siento que esta comprensión profunda y esencial constituye el cimiento eterno e inamovible de la SGI.

Presidente Ikeda:

¿Cómo debe leerse el Sutra del Loto? En el "Ongi Kuden" (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), Nichiren Daishonin dice:

"Así lo escuché" significa escuchar el significa­do y la relevancia de cada fragmento y frase de los veintiocho capítulos [del Sutra del Loto] como una enseñanza que expone la realidad de la propia vida de uno. Lo que se "escucha" es Nam-myoho-renge-kyo.
[12]

Cada fragmento y frase del Sutra del Loto está enseñándo­nos acerca de nosotros mismos, acerca de la entidad de la Ley Mística. El sutra no habla de algo alejado o separado de nuestra propia existencia.

En el "Ongi Kuden", el Daishonin nos enseña cómo leer el Sutra del Loto desde ese punto de vista esencial. A través de estudiar profunda y cuidadosamente este registro del Daisho­nin, con la ayuda de sus mentes jóvenes y despiertas, quisiera comenzar este fascinante periplo para escrutar la "sabiduría del Sutra del Loto" en bien de la era que está por llegar. Es un viaje hacia la verdad de que cada uno de nosotros es un buda. La vida es una odisea interminable hacia el santuario más recóndito y sagrado de nuestra propia vida.

El escritor y poeta alemán Hermann Hesse (1877-1962) postuló la necesidad de que se produjera una revolución en la conciencia del hombre. Comprendía perfectamente la enfermedad que padecía este siglo. Su poema "Bücher" ("Libros") es muy instructivo para la exploración del Sutra del Loto que nos proponemos hacer:

La felicidad no llegará a ti a través de todos los libros del mundo.
Estos te guiarán en silencio otra vez hacia tu reino interior.
Allí encontrarás cuanto necesites, el sol, las estrellas, la luna...
Es que la luz que estás buscando ya habita en tu corazón.
Entonces verás que esplende, en cada página, el saber que tanto buscaste en los libros y que ya se ha convertido en algo que, ahora, te es propio.
[13]

[2] YAKOVLEV, Aleksandr N., Rekishi no gen'ei (Las ilusiones de la historia), trad. al japonés por Koji Hitachi, Nihon Keizai Shimbunsha, Tokio, 1993, pág. 364.
[1] SAINT-EXUPÉRY, Antoine de: Un sens à la vie (El sentido de la vida), Gallimard, París. Traducción indirecta de la versión japonesa, publicada por Misuzu Shobo, 1987, pág. 173.
[3] Ib., pág. 378.
[4] Seis maestros no budistas: Influyentes pensadores de la India en los tiempos del buda Shakyamuni, que rompieron abiertamente con la antigua tradición védica y cuestionaron la autoridad de los brahmanes dentro el orden social de la India.
[5] Escrituras externas: Escrituras no budistas, como las enseñanzas del Brahmanismo o del Confucianismo.
[6] Escrituras internas: Se refiere a los sutras budistas.
[7]Gosho Zenshu, página 1473.
[8] Sutra del Loto, pág. 227.
[9] Sutra del Loto, pág. 229.
[10] Sutra del Loto, pág. 230.
[11] COLTON, Rev. C. C.: Lacon: Many Things in Few Words (Muchas cosas en pocas palabras), Longman, Rees, Orme, Brown and Green, Londres, 1829, vol. 2, pág. 18.
[12] Gosho Zenshu, pág. 794.
[13] HESSE, Hermann: "Bücher" (Libros) en Trost der Nacht: Neue Gedichte von Hermann Hesse, G. Fischer, pág. 60. Traducción indirecta.

SANGE por Barbara Cahill, publicado por UK Express.

El sincero arrepentimiento ante el Gohonzon por calumniar la Ley a través de nuestras erróneas creencias pasadas, es el punto de partida para rectificar la condición de vida. Sange significa apología budista.
Es uno de las herramientas más valiosas que tenemos para hacer emerger nuestra Budeidad.
Al hacer nuestra apología no estamos arrepintiéndonos ante algún poder o ser superior que pudiera juzgarnos. Nos estamos arrepintiendo ante nuestra propia vida. Nuestra vida de Budeidad está manifiesta en el Gohonzon, de manera que cuando invocamos daimoku ante el Gohonzon, lo hacemos a nuestra propia vida y nuestra Budeidad misma. Con mucha frecuencia podemos utilizar la apología budista cuando enfrentamos un estancamiento, cuando aparentemente no podemos hacer que suceda algo en nuestra vida. Esa apología nos ayuda a asumir la responsabilidad de la situación. En lugar de culpar a alguien más e invocar daimoku por la felicidad de esa persona, podemos asumir plenamente la responsabilidad de la situación arrepintiéndonos de ella.
Mientras Invocamos podemos pensar: 'Lo siento Gohonzon, todavía no he resuelto mi problema' y luego expresar la determinación '...pero estoy decidido a resolverlo'. O podemos pensar "pero estoy decidido a hacer emerger mi Budeidad y lo resolveré'. El señor Tsuji, quien es vicepresidente de la SGI en Japón, nos dio alguna orientación acerca del sange que nunca he olvidado. Era muy directa y tuvo muy buenos resultados.
Él dijo: El arrepentirse ante el Gohonzon por calumniar la Ley a través de nuestras erróneas creencias pasadas, es el punto de partida para rectificar lo condición de Vida. Sin embargo, con frecuencia nos resulta muy difícil hacerlo, debido a que no podemos Imaginar qué 'creencias erróneas' podemos haber tenido.
Pero el señor Tsuji continuó diciendo: Sus muchas creencias, existencia tras existencia que eran diferentes a la fe en el Gohonzon, han penetrado su existencia configurando de esa manera el karma en lo profundo de su vida. No es preciso que sepamos cuáles fueron esas creencias, podemos ver sus efectos en los problemas que enfrentamos ahora.
En lugar de tratar de encontrar lo que pudimos haber hecho 'erróneamente' es más efectivo que nos arrepintamos sinceramente por cualquier cosa en la que podamos haber creído. Por ejemplo, en vidas pasadas podemos haber creído que estaba bien no hacer caso a los deseos de otros.
Incluso ahora puede resultar difícil sentir que se debe respetar los deseos ajenos, Pero esto es algo de lo que podemos arrepentirnos. Esencialmente, 'creencias erróneas' significa negar que nuestra propia vida contiene el magnífico estado de la Budeidad y que la vida de los demás también contiene este estado. Debe haber sido un incidente crucial en el que nuestra negación de la Budeidad se aclaró de una manera dramática y podemos haber estado conscientes de este incidente. Luego, por supuesto, debemos haber invocado daimoku y habernos arrepentido por actuar basados en 'creencias erróneas'.
Pero, básicamente, podemos no saber cómo nuestras creencias nos condujeron en direcciones erradas a lo largo de muchas existencias.
No es necesario saberlo, Podemos renovar completamente nuestra vida si mientras invocamos daimoku, pensamos 'Realmente generé causas negativas en el pasado, Lo siento de verdad'. El presidente Daisaku Ikeda dijo: Cualquiera sea el problema incluyendo la enfermedad si invocamos daimoku al Gohonzon hasta poder sentir que el daimoku ha llegado a la profundidad fundamental del sufrimiento, se curará.
La verdadera revolución en la Vida seguirá los tenaces esfuerzos en el daimoku. Luego,el señor Tsuji dice:"Lo importante es si se puede invocar la clase de daimoku que pueda llegar a las profundidades de la vida." Lo que estamos tratando de hacer es cambiar nuestras creencias por los de la Budeidad. Esto, por supuesto, es muy difícil porque las viejas creencias están muy atrincheradas.
El acto de arrepentirse ante el Gohonzon por cualesquiera cosas que nos retengan, de alguna manera libera nuestra mente para pensar de manera diferente acerca de nosotros mismos, de los demás y de nuestros problemas. Si estamos tratando de cambiar nuestra conducta pero seguimos volviendo sigilosamente a las viejas maneras, podemos decirle al Gohonzon: Lo siento, sigo haciendo esto, pero estoy decidido a cambiar".
Esto nos ayudará a ver que estamos dispuestos a soportar nuestra vida tal como está. Existe una miríada de nuevas formas que se abren ante nosotros una vez que nos acercamos al Gohonzon y a nuestros problemas, arrepintiéndonos. Lo que precisamos aceptar es que toda la razón de nuestra práctica del Budismo es para hacernos conscientes de nuestra Budeidad y comenzar a utilizarla.
Tal vez nuestras 'creencias erróneas' sean que no queremos buscar nuestra Budeidad. O que está bien para los demás, pero que nosotros solos no podemos, no lograremos nada mejor que la vida que estamos llevando ahora.
Creencias como esta, aun cuando no sean conscientes, que sofocan el desarrollo de la Budeidad en nuestro interior, pueden causar inmensos problemas, En otras palabras, nuestra vida crea los problemas que experimentamos. De manera que tendría sentido comenzar a arrepentirnos ante nuestra propia vida.
'Lo siento, parece que no puedo atesorar mi vida'. 'Lo siento, creo que no soy digno'. Pero estoy decidido a hacer algo para remediarlo', 'Lamento profundamente no poder creer en mi Budeidad- pero prometo que creeré'. Como dice el gosho que estamos estudiando este mes, 'La reflexión y el arrepentimiento sinceros erradican hasta el karma Inmutable y, con más razón el que es mutable.
Nosotros estamos tratando de romper el ciclo kármico que nos mantiene reaccionando y actuando de manera profundamente dañina. Su sincero arrepentimiento, su Invocación de daimoku 'para alcanzar la profundidad fundamental de su sufrimiento' como decía el presidente lkeda, lo sacará del ajetreado tráfico de las reacciones kármicas y permitirá que emerja su nueva vida. En la orientación que dio el señor Tsuji, habló acerca de dos cosas más que debemos hacer además de nuestro arrepentimiento.
Debido a que nuestro karma se forma por acciones, palabras y pensamientos, tenemos que reformar no sólo nuestro pensamiento mediante el arrepentimiento, sino también nuestras palabras y acciones.
Esto lo logramos dedicándonos al kosen-rufu y actuando en beneficio de otros.
El señor Tsuji concluyó:
Primero, para resumir, primero invoquen daimoku con un profundo sentimiento de arrepentimiento ante el Gohonzon por las causas negativas que generaron en el pasado -causas que aparecen como los problemas que los atormentan ahora.
Segundo, expresen su decisión y comprométanse con el kosen rufu en su daimoku.
Tercero, emprendan una sincera acción por el kosen-rufu. Si completan estos tres aspectos sus oraciones serán respondidas sin excepción. ¡Esto se dice con tanta convicción! Quienes escuchamos esto, lo hemos comprobado muchas veces.
Comencemos a utilizar nuestro arrepentimiento para avanzar en nuestra vida.

SOBRE LA BELLEZA DE LA MUJER. Por Daisaku Ikeda.



A mi parecer, el rostro de una mujer que ha sido marcado por las numerosas tormentas de la vida, es hermoso.
Sea cual sea su edad, tal como ocurre con las vetas de la madera, cuya belleza tiende a ser más profunda con el paso de los años, la belleza de una mujer que ha resistido las dificultades de la vida brilla con un esplendor que se destaca.

Creo que cuando uno ve a una mujer por lo que realmente es, libre de adornos o cosméticos, es cuando verdaderamente ve emerger su vida en toda su naturalidad y en toda su verdadera e indestructible belleza.

Sin embargo, ¿En qué consiste esta ilusoria cualidad llamada belleza?

En la antigua literatura china, el concepto de "mujer bella" luce delgada y frágil. Sus pies son pequeños, por haber sido moldeados, también luce débil, casi enferma. Esa parece haber sido la preferencia en algún momento.

No obstante, más adelante, en la dinastía T'ang, una mujer ideal era voluptuosa y de apariencia saludable. Incluso hoy en día, en muchas culturas, una mujer "rellenita" es considerada hermosa y, con frecuencia, a las jóvenes se les anima a que coman bien.

Esto puede parecer increíble para mujeres que viven en sociedades en las que las modelos altas y delgadas son las que establecen la tendencia de lo que es considerado bello.

En Japón, la definición de belleza también parece haber variado según la época.

Las mujeres bonitas que fueron representadas en impresiones de madera durante el período Edo tenían caras largas, ojos alargados y mejillas grandes y prominentes.

No obstante, en el período que siguió a la segunda guerra mundial, las mujeres de apariencia masculina pasaron, de repente, a ser consideradas atractivas. Esto me hace preguntarme: ¿Cómo puede haber estándares tan diferentes en la sociedad, en cuanto a la belleza femenina?

Las mujeres tienen la tendencia a caer en la trampa que las hace buscar encajar en el molde de "belleza", según los parámetros establecidos por las tendencias sociales de cada época.

El propósito de esta interminable búsqueda, y el objeto para el cual se busca, suelen ser olvidados. Después de todo, tal vez su búsqueda de la belleza sea en realidad para usted misma, para que se sienta bien cuando se vea en el espejo. Si el propósito de su búsqueda de la belleza es lucir atractiva para los demás, entonces, honestamente, yo le recomendaría que dedicara este tiempo y energía a pulir y cultivar su ser interior, su carácter. Creo que esto sería mucho más efectivo para lograr su propósito.

Hablemos de su novio, su esposo o sus amigos... ¿Por qué se sienten ellos atraídos hacia usted? Estoy seguro de que no es solamente por su aspecto físico, sino por la clase de persona que es usted, por lo que ellos encuentran en usted, por la belleza de su corazón y por la de su personalidad.

En mi opinión por muy bonita que sea una mujer, si lo que la hace atractiva está sólo en su apariencia física, el interés por ella lejos de mantenerse por mucho tiempo, se desvanecerá poco a poco.

La atracción duradera y verdadera que ejerce una persona sobre otra proviene de la belleza interior y la seguridad con la que esa persona brilla desde adentro.

En cierta oportunidad escuché la historia de una dama que cuando fue a la reunión conmemorativa del vigésimo aniversario de su graduación de estudios secundarios descubrió algo sorprendente: la mayor parte de las señoras que habían sido hermosas en su juventud se veían más bien marchitas, mientras que muchas de las que habían sido chicas cuyo atractivo no era algo que se destacara, mostraban ahora el brillo de su belleza interior. A medida que hablaba con estas amigas de tantos años atrás, se fue dando cuenta de que las que habían sido hermosas no habían tenido que hacer muchos esfuerzos para atraer la atención. A lo largo de los años habían mantenido la tendencia a sentirse satisfechas consigo mismas.

Por el contrario, las otras damas de aspecto más sencillo, habían tenido que trabajar abiertamente para desarrollarse y, por eso, llegaron a convertirse en seres humanos verdaderamente atractivos.

Para mí, la verdadera belleza de una mujer no está en su apariencia sino en lo profundo de su corazón. Una mujer que hace esfuerzos extremos y que se dedica con todo su corazón a su campo de acción es hermosa, brilla de verdad. Luce aguda, decidida y segura de sí misma. Este tipo de esplendor siempre sobrepasará, en mi opinión, a la belleza externa de cualquier adorno que lleve puesto esa mujer. De hecho, las mujeres que están conscientes de su belleza interior, no necesitan pedirle prestada la belleza a nada que les sea externo. Por otra parte, resulta lamentable que quienes sólo se preocupan por su apariencia física, la mayoría de las veces lucen empobrecidas espiritualmente y tratan de remediar esa carencia con trampas externas.

Todos deseamos tener cosas hermosas: belleza interior, belleza física, una vida hermosa, una hermosa familia, y así sucesivamente. Pero esto no puede lograrse si nos aislamos y nos limitamos a sólo vernos a nosotros mismos. Debemos establecer las mejores relaciones con otras personas e interactuar con nuestra comunidad y sociedad con un corazón abierto. Debemos ser amables con la naturaleza. Es sólo mediante este proceso que podemos realmente crecer y cultivar nuestra propia belleza.

Una mujer que puede alabar, apreciar y respetar con todo su corazón a los que la rodean es más hermosa que otra que constantemente está criticando a los demás. De igual modo, una persona que puede encontrar alegría y júbilo por sí misma, en su cotidianidad, o hasta en la naturaleza y en el cambio de las estaciones, tiene la calidez y el brillo que puede proporcionar un sentido de paz y bienestar a los demás. Una gran capacidad para descubrir la belleza hace bella a una persona.

El famoso escultor Rodin dijo una vez que la belleza no ha de ser encontrada en una mujer en particular sino en todas las mujeres. Rodin identifica la fuente que ilumina esta belleza como la "llama de nuestra vida interior". La llama de un corazón puro, la llama de la compasión, la llama de la esperanza, la llama del coraje. Estas llamas son las fuentes de luz que le permiten a la mujer irradiar belleza.

Se dice que "lo más hermoso de una mujer brilla con la edad." Encuentro tanta sabiduría en estas palabras. La gente, por lo general, relaciona la belleza con la juventud. No logra establecer la conexión entre las palabras "mujer bella" con "mujer mayor". Una mujer joven, en su adolescencia, es en verdad hermosa, pero hay una clase diferente de belleza que se encuentra en las mujeres que tienen alrededor de 30, 50 y hasta 70 años de edad.

Cuando buscamos la belleza dentro de una persona nos percatamos de que una mujer verdaderamente hermosa es aquella cuya belleza interior sigue siendo profunda y sigue siendo cultivada a lo largo del tiempo.

El budismo enseña que la apariencia física de una persona es un reflejo de su ser interior. De allí que una mujer verdaderamente hermosa es fiel a sí misma.

Hoy en día vivimos en una época en la cual el comercialismo determina lo que es "bello". No obstante, por favor, recuerde que usted no podrá encontrar la verdadera belleza en estas tendencias de la moda. Recuerde también que la belleza tampoco puede ser comprada con el dinero.

Muchas mujeres inseguras tienden a confundirse con los mensajes que reciben por parte de los productores en masa presentes hoy en día en nuestro entorno; sin embargo, siento que el que usted aprecie y perciba su propia belleza tiene que ver con que establezca un ser interior seguro y firme que no pueda ser influenciado por las circunstancias externas.

Toda mujer puede ser hermosa. Todo comienza con que ella crea en su propia belleza.

EL MECANISMO DE LAS FUNCIONES NEGATIVAS EN LA VIDA. Por Ted Morino, Vice Director General, Los Angeles, USA.

Con frecuencia, la gente comienza a practicar Budismo en la SGI en busca de beneficios.

Tienen la expectativa que algo grandioso - adquisición material, mejoría en las relaciones con los demás, un romance, vencer alguna condicion crónica - no sólo ocurrira, sino que ello hará que aumenten los niveles de felicidad.


Mientras la práctica produce beneficios, igualmente nos encontraremos con diversos obstáculos, tanto internos como externos. Para equiparnos mejor para manejar estos obstáculos - los que el Budismo denomina demonios o funciones negativas - seria conveniente el ampliar nuestro entendimiento de la visión budista sobre el bien y el mal.

Las doctrinas de lo no-material, Camino del Medio, y origen dependiente, cada cual corrobora la interconexión entre todo ser viviente. El Budismo, que considera todo fenómeno es expresión de la Ley Mística, de igual manera considera que el bien y el mal - la iluminacion y la oscuridad fundamental - surgen de la realidad suprema de la vida. Además, el Budismo explica que el bien y el mal son mutuamente incluyentes - no existen independientemente.

No se puede enfatizar con suficiente firmeza que los términos Budeidad y funciones negativas (o demonios) no son conceptos alegóricos. Estos términos se refieren a fuerzas reales que, de momento a momento, impactan nuestras vidas - la Budeidad nos impacta creativamente, mientras que las funciones malvadas nos impactan destructivamente.

Cuando cultivamos nuestra cualidad inherente del bien (la Budeidad), son desplazados el mal y la ignorancia, que también son inherentes y, por tanto, hacen esfuerzos por reestablecerse. Esta interacción entre iluminación y funciones negativas - o, como lo relata el Sutra del Loto, entre Shakyamuni Buda y Devadatta - constituye un tema budista fundamental.

En vez de la familiar imagen plácida que proviene de las estatuas, Buda, como utiliza Nichiren Daishonin el término, denota la condición de vida suprema cuya grandeza, plenitud, hermosura, vitalidad, y totalidad no se puede expresar adecuadamente en palabras. Aunque podamos experimentar la Budeidad, ésta se encuentra más allá de nuestra habilidad para comprenderla a plenitud, describirla, o siquiera imaginarla. Esta condición es la piedra angular de la felicidad y libertad que toda persona anhela, así que nuestra práctica budista podría definirse como el proceso de construir o expandir la condición de vida de Buda desde el interior.

Mientras que el término demonio nos hace evocar la aterradora y execrable personificación del mal que se conoce en las religiones occidentales, en el budismo demonio significa una fuerza poderosa que obstaculiza tanto nuestra práctica, como el flujo del Kosen-rufu. El Daishonin divide las funciones malvadas en dos clases – las que evitan que el individuo alcance la Budeidad, y las que obstaculizan la propagacion de la Ley.

El Budismo designa nuestra era actual como el Ultimo Dia de la Ley, donde “Ley” se refiere a las enseñanzas de Shakyamuni. En estos tiempos, se dice que las enseñanzas de Shakyamuni disminuyen en cuanto a la capacidad de llevar a la gente hacia la iluminación, lo que convierte a esta era en una era corrupta donde las fuerzas malvadas se intensifican y el conflicto abunda. En esta era también surge una forma de Budismo más condensada y universal que permite a toda persona despertar de la oscuridad fundamental. Por lo tanto, el advenimiento del Daishonin cumplió con la profecía del sutra; la aplicación universal del Sutra del Loto que él hace, constituye el medio perfecto para que nosotros hagamos un llamado a las fuerzas de Buda para derrotar las fuerzas de la negatividad.

Ahora bien, examinemos algunas de las caracteristicas de las funciones negativas con las que tenemos que luchar. Los demonios se originan en nuestra oscuridad fundamental

En “El tratamiento de la enfermedad”, el Daishonin escribe lo siguiente: “La oscuridad fundamental se manifiesta como el rey demonio del sexto cielo.” (Escritos de Nichiren Daishonin], Pág. 1113).

Al aclarar que el sexto es el cielo más alto en el mundo del deseo, él explica que “Este mundo es el dominio del rey demonio del sexto cielo. Todo el pueblo ha estado bajo el gobierno de este rey demonio desde el tiempo sin principio.” (“Carta a los hermanos”, WND, Pag. 495). Este “rey demonio” - nuestra ilusión fundamental inherente - funciona insidiosamente para erosionar nuestra fe y confianza. Ella surge para contrariarnos, justo cuando estamos por alcanzar un avance sustancial en cuanto a cambiar nuestro destino, o cuando el movimiento por Kosen-rufu está presto a avanzar. Si somos concientes de esta realidad podemos escapar del caos causado por esta influencia malvada.

El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, ha escrito que “No debemos permitir que las funciones malvadas logren adentrarse. Es justamente como lo indica el Daishonin en “Sobre las persecuciones acaecidas al sabio” cuando dice: “Fortalezcan su fe, día tras día y mes tras mes. Si disminuyen, aunque sea un poco, los demonios se aprovecharan.'”(“Sobre las persecuciones acaecidas al sabio”, WND, 997).

“Las funciones malvadas no pueden penetrar las vidas de quienes nunca titubean en sus esfuerzos, ni de quienes permanecen siempre alertas mientras avanzan y luchan valientemente por derrotar esas fuerzas negativas. Hay que tener la sabiduría para discernir la presencia del mal y enrradicarlo con firmeza. A menos que aplastemos las fuerzas malvadas totalmente, el poder que tienen asediará y erosionará nuestras vidas.” (Tornado del discurso, “Nuestras determinaciones en este momento concretan las bases de nuestro futuro”, Sapporo, Hokkaido, 20 de agosto de 1994.)

Conciente de las funciones malvadas, tanto internas como externas, el Buda se mantiene forme. Practicamos el Budismo de Nichiren Daishonin diariamente para solidificar nuestra Budeidad, para permanecer inmunes a las fuerzas negativas. Emergen de forma confusa

Asimismo, en “Carta a los Hermanos”, el Daishonin cita un pasaje de “Gran Concentración y Discernimiento del Gran Maestro Tien-tai: “A la vez que progresa la práctica y crece el entendimiento, de forma confusa emergen los tres obstáculos y los cuatro demonios, en rivalidad entre sí para interferir… No hay que permitir que nos influencien, si que nos atemoricen.” (WND, 501).

A veces, quizás sintamos decir: “Hoy sencillamente no tengo deseos de hacer daimoku”, o “No quiero hablar con ese / esa responsable”, o quizás, “¿Por qué me siento tan deprimido?”. Influenciados por el engaño interior, carecemos de motivación, lo que constituye una forma de malestar espiritual. Pero si continuamente tratamos de revitalizar nuestra fe, podemos lidiar efectivamente con la negatividad en nuestro interior.

Recibir aliento de nuestros mayores en la fe es de particular ayuda, especialmente la gran cantera de material que componen los escritos, alocuciones y orientaciones de nuestro mentor en la fe. Entrar en las mentes de los practicantes, así como en las mentes de quienes se oponen a los practicantes.

En “Carta a Misawa”, Nichiren Daishonin escribe lo siguiente: “Cuando una persona común en Ultimo Día de la Ley se apresta a alcanzar la Budeidad, tras haber comprendido la esencia de todas las sagradas enseñanzas de la existencia de Buda, así como entendido el corazón de la importante enseñanza presentada en “Gran Concentración y Discernimiento”, este demonio se sorprende enormemente. Dice así mismo: “Que contrariedad. Si permito que esta persona permanezca en mi dominio, no sólo se liberará de los sufrimientos de nacer y morir, sino que también llevará a otras personas hacia la Budeidad. Además, se apoderará de mi reino y lo tranformará en una tierra pura. ¿Qué hago?”. Ahí el rey demonio convoca a todos sus subalternos del mundo tripartito de seo, forma y amorfia, y les dice: “Ahora mismo, cada uno de ustedes vaya y según sus respectivas habilidades hostigue a ese devoto. Si fracasas en hacer que abandone la práctica budista, entonces entren en las mentes de sus discípulos, seguidores laicos, y la gente del país, y por ese medio traten de persuadir o amenazarle. Si estos intentos tampoco tiene resultados, yo mismo descenderé y poseeré la mente y cuerpo del soberano para que persiga al devoto. Juntos ustedes y yo, ¿cómo podremos fracasar en evitar que el devoto alcance la Budeidad?” (WND, 804-895).

Para repetir, cuando estamos prestos a alcanzar la Budeidad, sutilmente, pero con fuerza, emergen los demonios desde lo interior, así como desde lo exterior. Aparecen sin fallar cuando la gente practica correctamente y el Kosen-rufu se mueve hacia delante. El Daishonin continuamente nos alienta que cuando los demonios entren en las mentes de practicantes budistas, o en las mentes de quienes nos persigan, no debemos permitir que nos influencien, ni que nos atemoricen. (Ver WND, Pag. 501) Al contrario, el Daishonin nos enseña que la clave para derrotar estas influencias es comprender que aparecen como parte del curso natural de los eventos, y para que mantengamos nuestra valentía en la fe.

Un indicador de que fuerzas malvadas ocupan nuestra mente sería el ser incapaz de sentir júbilo al practicar nuestra fe. Cuando nos sentimos melancólicos, podríamos hasta distanciarnos del flujo del Kosen-rufu; es decir, de las fuerzas de Buda. El surgimiento de funciones negativas representa algo positivo

El Daishonin escribe que “Buda y Devadatta son como una forma y su sombra - existencia tras existencia permanecen sin separarse.” (“La apertura de los ojos,” WND, 278).

Tambien declara que “Algo extraordinario ocurre cuando una persona común alcanza la Budeidad. En ese momento, los tres obstáculos y los cuatro demonios invariablemente se manifestarán, y los sabios se regocijarán, mientras que los insensatos se retirarán.”(WND, 637).

Desde esta perspectiva, la manifestación de las funciones malvadas significa que está en proceso de cambio lo que pensabamos era nuestro destino fijo; significa que estamos en proceso de eliminar la raíz causante del engaño. Al fortalecer nuestra fe y practicar hasta el punto en que emergen las influencias malvadas y las vencemos, abrimos nuestras vidas a una nueva dimensión de la Budeidad, así como a una grandiosa buena fortuna. Nuestra budeidad es la clave para derrotar las influencias malvadas

La budeidad no es un concepto abstracto. Es un estado de vida que manifestamos en la realidad, mientras luchamos con los asi llamados “nueve mundos inferiores”: Infierno, Hambre, Animalidad, Ira, Tranquilidad, Extasis, Aprendizaje, Absorsión, y Bodisatva - con sus respectivas características de sufrimiento, frustración, miedo o cobardía, furia, tranquilidad, éxtasis, inteligencia, y preocupación e interés por los demás.

En medio de las terribles condiciones de vida en Isla de Sado, Nichiren Daishonin escribió lo siguiente: “Debido a que veo las cosas de esta manera, siento un inmensurable deleite, aunque al presente sea un exilado.” (WND, 386).

En comparación, ¿cuán bien nos va a cada cual de nosotros? ¿Trascendemos nuestras influencias negativas y experimentamos jubilo inmensurable? ¿Lo sucumbimos sin siquiera damos cuenta que nos han desviado de ruta? El continuamente hacernos estas preguntas durante el viaje de fe de nuestra vida es crucial para liberar nuestra Budeidad innata, que es el mayor de los tesoros de nuestro corazón y la fuente de los demás tesoros.

Igualmente vital es que incluyamos en nuestra preocupacion a quienes luchan contra la misma oscuridad interna. El Sutra del Loto constantemente se cuestiona ¿Que es la Budeidad?” y ¿Cómo se puede salvar a la gente aquí y ahora, con qué enseñanza, y de qué manera?” Cada capítulo expresa la subyacente compasión y humanismo del Budismo.

Estrictamente, somos budistas sólo hasta el punto en que sinceramente consideramos estos planteamientos fundamentales. Si detenemos nuestra labor por vencer nuestra oscuridad fundamental y dejamos de tratar de ayudar a los demás, nuestra condición de vida se deteriorara y nos tornaremos receptivos a las influencias negativas. Por añadidura, nos volveríamos susceptibles a ideas diametralmente opuestas al Budismo. En caso extremo, podríamos hasta comenzar a funcionar como enemigos del Budismo. Con frecuencia, la transformación de budista a no-budista es sutil, una que comienza con la más pequeña fisura en nuestra actitud, cuando reducimos los esfuerzos por buscar nuestra propia iluminación o por vivir de manera altruista.

Por otro lado, cuando nos enfocamos en derrotar las influencias malvadas, al extender nuestra compasión hacia los demás, nuestra fuerza vital aumentará, lo que generará progreso en cada aspecto de nuestra vida. El progreso del kosen-rufu recorre la misma ruta que nuestra felicidad individual. Cada aspecto de nuestro movimiento depende de esfuerzos denodados por derrotar las influencias malvadas.

Doquier que haya vida, las funciones del demonio y el poder de la Budeidad competirán entre sí. En nuestras vidas, el Budismo se reduce a esta batalla real entre las fuerzas del mal y las fuerzas de Buda. El Daishonin declara que “Lo que importa es el corazon.” (“El tambor en La Puerta de Trueno,” WND, 949) Por lo tanto, Budismo es vencer o perder. Esto sobrepasa por mucho los rituales y formalidades que con frecuencia se asocian con las enseñanzas budistas.

El Buda contínuamente lucha contra las fuerzas malvadas, al siempre buscar la verdad de la Budeidad para evitar caer en el reino del anti-Budismo. De todos modos, alcanzamos la Budeidad, nuestra meta máxima como budistas, por vía de contínuamente derrotar las funciones malvadas dentro de nosotros mismos, y al ayudar a que los demás lo hagan también.

Como nos explica el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda: “Budismo es una lucha entre Buda y las fuerzas del mal. Sólo al culminar una batalla con las fuerzas malvadas es que podemos derrotar la negatividad dentro de nuestras propias vidas y acceder a nuestra naturaleza de Buda. En nuestras vidas, sólo cuando vencemos el mayor de los males es que creamos el mayor de los bienes. No existe otra manera que ésta, para alcanzar la iluminación y ganar fortuna eterna.” (Tornado del discurso “Los lideres tienen que desarrollar una mente buscadora para trabajar en pro de los demas,” Tokio, Japon, 2 de abril de 1994).

VAMOS A TRIUNFAR A PESAR DE TODO. Por Takehisa Tsuji, Vice Presidente de la Soka Gakkai Internacional (SGI).

Una vez tomada la determinación de que vamos a triunfar frente a una gran oportunidad, debemos proteger nuestro mundo interior subjetivo de las voces negativas que se nos presentan ya sea como violenta embestida o como sutil insinuación que nos susurra: “Nada cambiará, siempre será lo mismo”.


Si somos permeables a esto, lo que nos sucede a la mayoría de nosotros, al menos hasta que somos lo suficientemente fuertes para rechazar estas voces de manera automática, terminaremos por escucharlas y, finalmente, permitiremos que nos influencien.


Cuanto más las escuchemos, más erosionarán nuestra oración, de manera tal que, en nuestro fuero íntimo, comenzamos a reemplazar nuestra decisión: en algún punto hemos comenzado a aceptar nuestras voces negativas debido a que, en suma, esto es lo que hemos venido haciendo la mayor parte de nuestra vida.


Cuando llegamos a este punto, nuestra oración sencillamente no se concreta. Cuando usted invoca Daimoku, todo lo que está pensando o sintiendo es proyectado hacia el universo y, debido a que la Ley de Causalidad es imparcial, poseemos total libertad: el Gohonzon es como un espejo. De manera que si inadvertidamente cambiamos nuestra oración, entonces la Ley de Causalidad aceptará esta nueva modificación sin tomar partido alguno.


De modo que nuestro real compromiso consiste en que, si queremos concretar determinado objetivo, entonces debemos mantener nuestra determinación y no permitir que nuestra voz negativa nos desaliente. Porque una vez que comenzamos a transar, ya hemos abandonado nuestra determinación original sin siquiera darnos cuenta; por eso, una vez que hemos fijado nuestra determinación, no debemos transigir.


El budismo es triunfo o derrota, o sea lo opuesto a transar, que es lo que venimos haciendo a diario en nuestras vidas.


Por lo tanto, determine e invoque daimoku hasta lograr el objetivo.

Una vez que ha tomado la determinación, el cómo lo logre y demás detalles constituyen ya la tarea del Gohonzon. Nuestra única responsabilidad consiste en mantener nuestra oración sin dejarnos desviar interna ni externamente.

Es esencial que, cada mañana, invoque daimoku para manifestar su budeidad: este es el punto básico porque, si no podemos manifestar la budeidad, entonces tampoco nuestras oraciones lograrán mucho efecto. Si no comprendemos este punto, estamos malgastando nuestro tiempo al invocar por aquello que anhelamos.


Lo que es importante es el concepto de que poseemos en forma inherente la naturaleza de Buda.


La vida misma es Buda, nuestra entera vida es Buda. Todo aquello nacido en este mundo es Buda. No debemos permitirnos pensar que esta naturaleza de Buda es algo que se encuentra fuera de nosotros mismos: es una e inseparable.


El Gohonzon es un objeto externo, pero constituye un catalizador que hace emerger nuestra budeidad inherente desde las profundidades de nuestra vida, y aquello que corporifica el Gohonzon representa la misma realidad.


Parecen dos cosas separadas pero, la inmutable y eterna verdad es que la budeidad es la vida misma.


Usted es ahora un Buda.


Una vez que cobre conciencia de esto, comenzará a valorar y reconocer la dignidad y el poder de los ilimitados aspectos de su propia vida.


Esto significa que usted es el Buda a cargo de su propia vida. Nadie más que usted puede hacer que sea lo que quiere ser, ni siquiera el medio ambiente.


Cuando usted cobre conciencia de que su vida es Buda y experimente esa convicción, entonces eso es ichinen sanzen.


Sólo entonces podrá direccionar ese poder para transformar o crear una tierra de Buda precisamente en el lugar en el cual se halla, no en algún otro sitio ni en el futuro.


El pasado es sólo un sueño, no importa qué tan bueno o malo haya sido, nada más que un sueño. Y el futuro no es más que producto de nuestra imaginación, sea ésta optimista o pesimista, en sí mismo carece de existencia o sustento real. La esencia de la vida, que es MYO, es eterna e inmutable y, cuanto más conciencia tome de que su vida es Buda, más convicción tendrá su daimoku.


El Ichinen último del Gohonzon es hacer a todas las personas del universo iguales a sí mismas; ésa es la razón por la cual surge el Buda: permitirles a todas las personas abrir el palacio de su propia iluminación y sabiduría.


Si no logramos comprender esto, sólo seremos como mendigos que invocan daimoku y, en determinado momento, el Gohonzon dejará de responder a nuestras oraciones debido a que, si continuamos por este camino, nunca manifestaremos nuestra iluminación.


Así, estaremos fallando en el punto principal: aquello que sintamos respecto del Gohonzon también lo sentiremos respecto del Gohonzon viviente que se encuentra dentro nuestro. El budismo es vertical, este momento presente es infinito, ilimitado y eterno.


Llegará un momento en el cual usted deba comenzar a trabajar sobre su propia iluminación y no podrá simplemente ir a la deriva, porque puede pasarse practicando toda su vida desde una perspectiva errónea.


Pero si se esfuerza por estar conscientemente alerta, podrá percibir que su propia vida es, en sí misma, Buda. Usted debe lograr percibir la naturaleza de su propia vida. Si no puede lograrlo, entonces cada vez que se le presente un problema sufrirá y se sentirá desesperanzado e indefenso. Pero cuando tome conciencia de que su vida es Buda, entonces no importa qué problema aparezca, surgirá una gran convicción y autoconfianza y sentirá: “Debido a que mi vida es Buda, puedo transformar esto en un gran beneficio”.


Cuando usted pueda profundizar esta convicción de que nuestra propia vida constituye la entidad de Buda tal como somos y somos en verdad seres perfectos, entonces frente a cualquier dificultad no experimentará ni temor ni ansiedad sino solamente que es una nueva oportunidad de transformarla en un mayor beneficio y que usted es capaz de convertir el sufrimiento en alegría.


Sentirá un supremo optimismo y dejará de temer el futuro y de arrepentirse por el pasado.


Nuestra vida es Buda y podemos transformar cualquier cosa y hacer que cualquier situación manifieste su budeidad inherente. Así, aún en medio de una situación de infierno, debido a que poseemos una profunda convicción en que nuestra vida misma es Buda, es que podemos manifestar esta convicción y la budeidad innata dentro del fenómeno o situación emergerá en consonancia con esta convicción.

NICHIREN DAISHONIN: MENTOR DE LA FELICIDAD. DAISAKU IKEDA MENTOR DEL KOSEN RUFU.


CAMINAR EL SENDERO DEL BUDA. Por Greg Martín Subdirector de la SGI-USA

LA PERSPECTIVA BUDISTA DE LAS RELACIONES HUMANAS



Una bellota se convierte en un majestuoso roble si se planta y se nutre con el calor del sol, con la humedad de la lluvia y con los nutrientes de la tierra. Pero una bellota no es todavía un roble. Una bellota es una potencialidad. Un roble es la manifestación de ese potencial. Existe una gran diferencia entre lo que puede ser y lo que realmente es.


La Budeidad es igual. Últimamente he escuchado a la gente decir con seguridad “Yo soy un Buda”. Es verdad. Todo mundo es un Buda. Somos Budas potenciales. Todos poseemos la energía potencial de la naturaleza de Buda. Pero cada uno de nosotros es responsable de transformar la potencialidad en realidad.


Por esto, la enseñanza budista que para mí es más difícil de personificar, es la que dice: “El verdadero significado del advenimiento del buda Shakyamuni a este mundo yace en su comportamiento como ser humano.” (Gosho “Las tres clases de tesoros”, Los principales escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 2, p. 259)


Mi potencial de sabiduría, coraje y compasión debe manifestarse en mi comportamiento en la vida diaria. El simple hecho de que cante Nam-myojo-rengue-kyo no equivale automáticamente a comportarme como Buda.


Los miembros de mi familia han sido mayormente los responsables de mostrarme qué necesito modificar en mi comportamiento. Hace años, en medio de una acalorada discusión, mi hijo me hizo ver que yo había abandonado completamente del diálogo respetuoso, al decir sarcásticamente sobre mi proceder “¿Así que este es el ejemplo de liderazgo que va a traer la paz al mundo?” Me dieron ganas de llorar: ¡Fue un golpe bajo!


Poner la teoría en práctica siempre es difícil. Desafortunadamente ha habido muchas ocasiones, a pesar de mis constantes esfuerzos en mi practica budista, que me he comportado terriblemente con las demás personas – familia, amigos, compañeros miembros de la SGI-USA. En alguna ocasión llegue a creer que mientras practicara el budismo fuertemente, cualquier comportamiento automáticamente seria el “comportamiento del Buda”.


Esa percepción me trajo problemas en todos los aspectos de mi vida. También era un problema cuando, como líder de la SGI-USA, daba respuestas cortantes como “es tu karma”. Sin embargo no era tan fácil contestarle a mi hijo “el problema no es mi comportamiento, es tu karma de tenerme como padre”.


La idea de que toda persona común es un Buda y puede manifestar la Budeidad en su forma presente, tiene profundas raíces en la tradición budista Majayana. Sin embargo, en cierta medida se ha desarrollado la idea absurda de que como toda persona es un Buda, todo lo que hace – mentir, hacer fraude, odiar, gritar – es el comportamiento del Buda. Si esto fuera cierto, no habría necesidad de practicar el budismo porque ya todos serían Budas tal y como son.


Afortunadamente, esta distorsión pasó a la categoría de anacronismo religioso. No obstante, en mi comportamiento anterior se reflejaba mi manera de pensar que lo que hiciera, pensara o dijera sería aceptable en tanto continuara haciendo la práctica. Esto se convirtió en una licencia para tratar mal a los demás – quizá poniendo de pretexto una “estricta misericordia” – olvidando la advertencia del Daishonin de que “los creyentes en el Sutra del Loto no deben por ningún motivo abusar uno del otro” (The writings of Nichiren Daishonin, 756).


Creer que el comportamiento de uno automáticamente es el comportamiento del Buda brinda un pretexto excelente para no hacerse responsable de sus acciones y se vuelve terreno fértil para justificar una larga lista de comportamientos no iluminados.


En mi propia vida, he sido más bien lento para despertar de este atontamiento sobre lo que significa manifestar la Budeidad en nuestra forma presente. A menos que mi práctica budista se refleje en acciones compasivas, valerosas y sabias hacia las demás personas sería un logro de la Budeidad teórico solamente.


La prueba final de mi práctica budista está en la forma en que pienso (de la gente), hablo y me comporto con las demás personas. Por más difícil que parezca como modelo de comportamiento lo antes mencionado, a final de cuentas lo que más importa, es mi forma de tratar a los demás. Una bellota libera su potencial innato en la medida en que reciba los cuidados pertinentes.


Nuestra naturaleza de Buda se manifiesta en forma similar en la medida en que fortalezcamos nuestra fe y nuestra práctica. Una persona común manifiesta su Budeidad por medio de su comportamiento como ser humano.


Finalmente, no es suficiente repetir lo que decía el Buda, debemos caminar el sendero del Buda a través de nuestros actos.


LAS 3 GRANDES LEYES SECRETAS DE NICHIREN DAISHONIN

Las 3 grandes leyes secretas Representan la doctrina esencial que expuso Nichiren Daishonin para que toda la gente de Día Posterior de la Ley, lograra la Budeidad.


¿Cuáles son? :
El Objeto de Devoción de la enseñanza esencial o Honmon no Jonzon.
El Supremo Santuario de la enseñanza esencial o Honmon no Kaidan.
La Entonación del daimoku de la enseñanza esencial o Honmon no daimoku.


¿Por qué son “secretas”?
Se denominan “secretas” porque estaban implícitas en las profundidades del capítulo Juryo (XVI) del Sutra del Loto y permanecieron “escondidas” hasta que Nichiren Daishonin las reveló para el Día Posterior de la ley . También son “secretas” porque trascienden la comprensión de las personas en general.

¿Con qué las asociamos?
Las Tres Grandes Leyes Secretas se asocian con los tres tipos de aprendizajes planteados en el Budismo: 1. Disciplina. 2. Meditación. 3. Sabiduría.


1. La Disciplina o el Precepto.
Equivale al Supremo Santuario, por ser el lugar donde se entona el daimoku al objeto de devoción. Se refiere al acto de evitar la injusticia y detener el mal. Estado de Vida llamado “Naturaleza de Buda” gracias al cual se establece un comportamiento correcto y una vida armoniosa y equilibrada.


2. La Meditación.
La meditación es el acto de serenar la mente, previniendo la confusión, para lograr discernimiento del verdadero aspecto de la vida. En el Budismo de Nichiren Daishonin, la meditación equivale al Objeto de Devoción, por ser la base para que las personas comprendan la verdad, los objetivos de su vida y su misión por el kosen rufu.


3. La Sabiduría.
La sabiduría es la mente que juzga correctamente la verdad de todos los fenómenos. En el Budismo de Nichiren Daishonin, la sabiduría corresponde al daimoku, por ser el medio con el que se evidencia la fe, en forma de sabiduría.


¿Qué significa esta relación?
Que los tres preceptos para la iluminación están contenidos totalmente en las Tres Grandes Leyes Secretas y juntos muestran la validez de este Budismo. Antes de pasar a definir cada una de las Tres Leyes Secretas, nos detendremos unos minutos en hechos históricos que nos afectan a todos. Se relacionan a la Secta Nikken y a su función, como manifestaciones del mal fundamental que se atraviesa, para destruir el fluir del kosen rufu y para impedir el avance natural de la Ley.


Definición de Las Tres Grandes Leyes Secretas.
Bajo estas premisas, y ya ubicados en el tiempo de hoy, podemos ver en un contexto más claro, qué son las Tres grandes Leyes Secretas.


El Objeto de Devoción o Gojonzon.
Go = Supremo y Jonzon = Objeto Fundamental de veneración. Es la incorporación de Nam Miojo Rengue Kio en forma de diagrama y se refiere al Dai Gojonzon inscrito por Nichiren Daishonin el 12 de Octubre de 1279. Es la inscripción de la vida misma del Buda Original del Tiempo sin Comienzo. En él está incorporada la Eterna Ley Mística. La Ley fundamental que atraviesa tanto el cosmos como la vida.


Gojonzon.
Posibilita a toda la gente al logro de la Budeidad en el Día Posterior de la Ley. Está fundamentado en el principio de “unidad de persona y ley” que prueba su supremacía sobre todas las otras formas de devoción.


El Gojonzon en términos de la Persona.
En términos de la persona, el Supremo Objeto de Devoción es Nichiren Daishonin, quien posee las tres virtudes de Padre, Maestro y Soberano, y sembró la semilla del Estado de Buda en las personas del Día Posterior de la Ley. Ongui Kuden: El Objeto de Devoción es la vida misma del devoto del Sutra del Loto”.


El Gojonzon en términos de la Ley.
Desde el punto de vista de la Ley, el Supremo Objeto de veneración es Nam Miojo Rengue Kyo de Ichinen Sanzen, la realidad fundamental que comprende los tres mil estados potenciales en un solo momento de existencia.


Más sobre el Gojonzon.
El Gojonzon instalado en nuestros hogares es exactamente igual al Dai Gojonzon en lo que respecta a su cualidad básica: Nichiren Daishonin inscribió el Gojonzon para toda la humanidad. Tener fe en el “Dai Gojonzon” es orar y esforzarse por la propagación del Budismo. Los Gojonzon entronizados en nuestros hogares son transcripciones del Dai Gojonzon y son lo mismo en lo que respecta a su poder benéfico.


Principio de la “Dispersión del Cuerpo del Buda”.
Se explica en el Sutra de los significados infinitos y dice que el Buda “esparció” su cuerpo en muchas direcciones, a fin de conducir a todos los seres vivientes por igual, hacia la Iluminación. El Gojonzon ha sido “reproducido” como se ha hecho, para que los creyentes puedan disfrutar de su beneficio donde quiera que ellos practiquen.

El Daimoku del Budismo de la Enseñanza Esencial.
El Nam Miojo Rengue Kyo, que es el Daimoku del Budismo Ortodoxo, es el nombre del Buda original del Tiempo sin Comienzo y está contenido en el Gojonzon. Desde nuestra posición de “mortales comunes”, significa invocar nam Miojo Rengue Kyo (daimoku de práctica) con fe (daimoku de fe) en el objeto de Devoción del Budismo.


Esencia de la Práctica y de la Oración.
Nichiren Daishonin definió este acto como la esencia de la práctica para todas las personas de Día Posterior de la Ley. Una oración de fe indica la recitación personal de Nam Miojo Rengue Kyo, que es la recitación diaria del Gongyo y del daimoku. Una oración de práctica, es el acto de hablarles a otras personas de la práctica budista (shakubuku). La verdadera oración mantiene un correcto equilibrio entre la fe y la Práctica,


El Supremo Santuario de la Enseñanza Esencial.
Es el lugar donde se entroniza el Objeto de Devoción del Budismo de Nichiren Daishonin y es donde se invoca el Daimoku. Se refiere tanto al sitio donde se entronizó el Dai Gojonzon inscrito por Nichiren (santuario “oficial”) como a los lugares donde están instalados los demás Gojonzons o santuarios “particulares”.


Conclusión.
Quien quiera que tenga fe en este Gojonzon y entone Nam Miojo Rengue Kio, puede obtener el gran beneficio de lograr la iluminación en esta existencia, sin fallar. Como discípulos de Nichiren Daishonin (y de Ikeda Sensei), nos queda a nosotros la misión de luchar para que la fluidez de la ley nunca se pierda y para que hagamos realidad en gran suelo del logro del Kosen Rufu Mundial..


LOS 3 OBSTACULOS Y LOS 4 DEMONIOS

La práctica de entonar daimoku es el camino para revelar ¨la verdad mística que existe en todos los seres vivos en forma inherente¨, y para lograr la budeidad en esta existencia.


Esta práctica representa el medio para que todos los seres vivos tengamos acceso a la iluminación.

La fe que se practica en la Soka Gakkai Internacional implica una lucha activa para manifestar la ley mística en la propia vida, con el beneficio de pruebas concretas y reales.

El propósito de la fe es desplegar libremente nuestro máximo potencial y resplandecer cada uno fiel a la naturaleza que le es propia. Por eso es importante estar siempre desafiándonos y avanzando, y sentir: me esforcé en mi práctica diaria, haré que mi fe sea cada vez más profunda!¨, daré lo mejor de mi como integrante de la Soka Gakkai Internacional¨.

La ignorancia profundiza y exacerba las cinco inclinaciones ilusorias propias del ser humano: Ira, codicia, estupidez, arrogancia, y duda. Eso ocurre cuando uno sucumbe a la creencia de que la LEY está fuera de si mismo.


¨La advertencia del daishonin que nos pide: si piensa que la ley está fuera de usted mismo, no está abrazando la ley mística, sino una enseñanza inferior.

Buscar la Ley Mística en algún lugar externo o separado de nosotros equivale, de manera profunda, a evadir, la responsabilidad de nuestra propia vida.

Practicar el budismo de Nichiren Daishonin significa, no dejarnos arrastrar por las ideas cambiantes, no ser influenciables, construir una identidad sólida y resuelta.

Pero si descuidamos este esfuerzo y depositamos nuestra expectativa en otro lado, antes de que nos demos cuenta terminaremos adoptando creencias que nos harán buscar la ley afuera.

Por ejemplo, si hacemos daimoku, pero siempre culpamos a otras personas o a nuestro medio ambiente de lo que nos toca vivir, estamos eludiendo el desafío de enfrentar nuestra propia ignorancia u oscuridad. De este modo, estamos buscando la iluminación fuera de nosotros mismos.

Uno comienza a mejorar su situación y a ver cambios cuando se desafía a si mismo en un nivel más profundo. La oración es la fuerza motriz de este cambio.

Desde el punto de vista del budismo de Nichiren, cada uno de nosotros podemos lograr un estado de vida tan basto como el océano, capaz de experimentar una verdadera dicha aún en las circunstancias más dolorosas.

Lo que nos permite tener esta convicción no es precisamente el tiempo que nos pasamos ¨pensando¨ en cómo resolver tal o cual situación sino la convicción que manifestamos para concretarlo.

Daisaku Ikeda afirma: ¨Si uno usa el cerebro para desarrollar una fe realmente poderosa y contribuir a la causa del Kosen Rufu no podrá evitar ser cada vez más inteligente. No podrá evitar adquirir sabiduría. Y así, uno naturalmente se moverá en la mejor dirección, con el mejor ritmo.

La vida concuerda, entonces, con la verdad más profunda (la ley mística), y uno es sabio según su modo peculiar de ser. La vida impregnada de sabiduría es prueba de la validez de nuestra fe.

El Señor Makiguchi solía decir que el poder de la fe actuaba como un remedio para curar la estupidez ¨

Como nuestra práctica de la fe apunta a lograr la budeidad en esta existencia, es absolutamente esencial que, cuando hagamos daimoku, tengamos una actitud mental sólidamente enfocada. Es como disparar una flecha: Si uno no tiene un blanco trazado con claridad, tampoco tendrá fuerza para tensar el arco con energía y determinación.

Del mismo modo las oraciones sólo pueden concretarse cuando uno convierte sus deseos difusos en determinaciones concretas y hace el daimoku con la convicción de que, sin falta, logrará lo que se propone.

La queja y los reproches son las principales puertas por donde se filtran la duda generalizada y la incredulidad.

Muchas veces, aún sabiendo que este proceder es erróneo, uno se encuentra haciéndolo igual. Cuando las quejas y los reproches se vuelven costumbre, actúan como un freno constante a nuestro crecimiento y nos llevan a poner en 2do plano nuestra auto superación y nuestro avance personal.

Cuando eso ocurre, es como si pusiéremos una tapa que bloquea nuestro potencial; en tal caso, terminamos cayendo en el camino de buscar la Ley fuera de nosotros.

Es cierto, que cuesta mucho esfuerzo dejar de quejarnos y de lanzar reproches pero la Ley Mística nos proporciona la sabiduría para controlar estas tendencias y usarlas como trampolín para llegar a un crecimiento y un desarrollo positivos.

A la vez, estemos muy atentos a otro peligro, y es el de hablar mal de los compañeros de fe.

Cuando uno calumnia a otros o se entrega al resentimiento y a la envidia lo que hace es virar hacia la negación de su naturaleza de buda.

No poder creer en la BUDEIDAD de los demás, como no creer en la budeidad de uno mismo, esto nos desvía del rumbo y nos lleva a buscar la ley externamente.

Nuestra naturaleza de Buda es lo que, de manera esencial, nos impulsa a buscar la felicidad nuestra y ajena. No creer en la naturaleza de BUDA es negar el espíritu del Sutra del Loto, que enseña que todas las personas poseen el potencial de la budeidad.

LOS 3 OBSTACULOS.
Sansho shima (san=tres, sho=Obstáculos; Shi=cuatro, ma= demonios).

Nichiren Daishonin dijo: “En el momento en que resuelva liberarse de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte y alcance la Budeidad, encontrará los 3 obstáculos y 4 demonios. Esto es tan seguro como que la sombra sigue al cuerpo y los nubarrones acompañan a la lluvia”.

Si adoptamos la perspectiva del Daishonin sobre las dificultades de la vida, cualquier cosa que parezca frenar nuestra práctica budista y nuestra vida en general se transformará en una oportunidad para demostrar nuestro supremo potencial.

Veamos:
Los obstáculos representan dificultades que interrumpen los caminos, espirituales y materiales, pero, pueden ser superados con esfuerzo, voluntad y sobre todo a través de la práctica budista. Y, ya que aprender a superar obstáculos nos hace más fuertes, estos últimos se vuelven una oportunidad de mejoramiento.

Los demonios por otra parte, bloquean totalmente la vida y el crecimiento y hacen retroceder. Sobre todo ponen en peligro nuestra fe. Por eso vienen también definidos como “ladrones de la vida”. Representan algo que puede bloquear y “robar” las mejores potencialidades.

¿Cómo podemos, entonces, distinguir entre obstáculo y demonio?


En realidad, somos nosotros los que decidimos sí aquel problema, aquella dificultad o aquel deseo habrá que entenderlo en un sentido o en el otro. Son la determinación, la conciencia y la práctica budista las que determinan la calidad del “adversario”, permitiéndonos transformarlo y utilizarlo positivamente.

“La falta de conciencia y la pereza transforman cada obstáculo en una pared insuperable, dando pie a que el demonio controle la vida y bloquee el desarrollo y la reforma” (Dasaku Ikeda)

LOS TRES OBSTÁCULOS.
Bonno-sho: Obstáculos originados en los deseos mundanos que se presentan debido a



LOS TRES VENENOS.
Ira, Avaria y estupidez. Estos venenos son males Fundamentales, inherentes a la vida que originan el sufrimiento humano.


Tienen correlación respectivamente con los tres malos caminos, es decir, los estados de Infierno, hambre y animalidad. Algunos abandonan la práctica budista debido a que anteponen el logro de sus deseos inmediatos al budismo. Es decir, están más interesados con la ganancia a corto plazo que el desarrollo y el beneficio verdaderamente recompensante que es posible, alcanzar perseverando con la práctica budista.


Otros renuncian a su fe debido al emocionalismo, algunos encuentran razones para resentirse con otro practicante y abandonar su fe para evitarlo o por rencor hacia esa persona.

Go-sho.
Obstáculos debido al karma generados por cometer las cinco faltas graves.
Go-sho, también significa oposición de la familia.

CINCO FALTAS GRAVES O CARDINALES.
Las cinco ofensas más graves del Budismo.
1) Matar al propio padre.
2) Matar a la propia madre.
3) Matar a un budista.
4) Calumniar a un buda
5) Crear desunión entre los creyentes.

Se dice que aquellos que cometen cualquiera de las cinco faltas cardinales caen, indefectiblemente, en el infierno de sufrimiento incesante.

El obstáculo del karma se refiere a nuestra orientación karmica fundamental
que nos desvía del correcto camino del budismo.

También son obstáculos que presentan la esposa o los hijos. Algunos pueden abandonar su práctica simplemente por satisfacer a los miembros de su familia o personas amadas que pueden temer o resentirse con la práctica budista.

HO- SHI.
Obstáculos debido a la dolorosa retribución causada por las acciones
cometidas en los 3 malos caminos( infierno, hambre y animalidad).


Ho-sho, también se refiere a los obstáculos causados por los superiores (gobernantes, padres, etc.).

Una persona enfrenta sufrimientos como prueba del avance en su práctica y su mayor comprensión del Budismo.

Por lo tanto, los Tres obstáculos y cuatro demonios (Sansho Shima) aparecerán sin falta.

En este sentido, los obstáculos que confrontan las personas dedicadas a la práctica budista sirven para confirmar que están transitando el camino para la Iluminación

LOS CUATRO DEMONIOS
Son una referencia a las diversas funciones negativas de la vida y el universo (no a seres demoníacos reales). Estas funciones atormentan el cuerpo y la mente de un practicante budista.

Los demonios en el budismo pueden ser considerados como metáforas para las funciones destructivas de la vida de los practicantes budistas en particular y de la gente en general.

BONNO-MA.
Impedimentos que surgen de los deseos mundanos, debido a los tres venenos.

ON-MA.
Impedimento de los cinco componentes: forma, percepción, conceptualización, volición y conciencia.

El cuerpo y la mente humanos se manifiestan mediante la combinación temporaria de estos cinco componentes, y estos causan muchas clases de sufrimientos;

SHI-MA.
Impedimento de la muerte, que nos hace abandonar la práctica del Budismo, o la muerte intempestiva de un creyente, que provoca dudas en otros;

TENJI-MA.
Impedimento de la función llamada "Demonio del Sexto Cielo" .


El “Demonio del Sexto cielo” que surge como función de la oscuridad fundamental para mantenernos en la ignorancia sobre nuestra naturaleza de Buda, obstruyendo nuestra iluminación.

…Si Ud. propaga, los demonios surgirán sin fallar. De no ser por ellos, no habría forma de saber que ésta es la verdadera enseñanza

PERO QUIEN ES EL REY DEMONIO DEL SEXTO CIELO?
“Rey de los demonios que mora en el más alto de los seis cielos del mundo de los eseos.

También llamado Takejizaiten, Rey que usa, licenciosamente, los frutos de los esfuerzos de los demás para su propio placer.

Asistido por innumerables secuaces, trabaja para obstaculizar la práctica budista y se deleita minando la fuerza vital de los demás seres. Su meta es quitar la fuerza vital de los demás

“Este “rey demonio” – nuestro engaño fundamental innato funciona insidiosamente para erosionar nuestra fe y confianza, al surgir para contrariarnos, justo cuando estamos por alcanzar un avance sustancial en cuanto a cambiar nuestro destino, o cuando el movimiento por kosen-rufu esta presto a avanzar.

Conscientes de esta dura realidad podemos escapar del caos causado por esta influencia malvada.

El Daishonin continúa, "Cuando él se encuentra con alguien con un espíritu de búsqueda, trata de obstaculizarlo." Cuando avanzamos en nuestra práctica budista, el Demonio del Sexto Cielo se manifiesta en diferentes formas para tratar de obstaculizar nuestro progreso.

Algunas veces esta naturaleza perversa aparece en nuestros cónyuges e hijos, utilizando nuestro afecto por ellos como medio de forzarnos a retroceder en la fe.

En otras ocasiones, este rey demonio se manifiesta en nuestros padres, patronos o cualquier otra figura de autoridad con el fín de oponerse poderosamente a nuestra práctica.

El Daishonin nos previene especialmente del Demonio del Sexto Cielo que se manifiesta en la forma de autoridad religiosa, tales como sacerdotes o eruditos budistas.

Eminentes sacerdotes, perversos, codiciosos y arrogantes, que permiten al Demonio del Sexto Cielo dominar sus vidas, advierte el Daishonin. Ellos hábilmente engañan a aquellos que creen en el Gohonzon, conduciéndolos gradualmente a lo que en la superficie parece ser muy similar pero que en el fondo es fundamentalmente diferente.”

Las fuerzas negativa constantemente tratan de entrar en nuestras vidas y distorsionar nuestros conceptos a través de la envidia, la ira y la estupidez con la finalidad de que perdamos de vista el camino correcto de la fe.

EL DESEO
El Deseo no por casualidad es el primero de los “ejércitos del Demonio del sexto cielo”, o sea, la primera entre las funciones de la “oscuridad fundamental”. Y, es evidente, el “peligro” potencial que representan.

El deseo no solo es clasificado como una función (“el primer ejercito”) del Demonio del sexto cielo, si no también es definido como bonno-ma (Bonno: ilusión, ma: demonio) uno de los cuatro Demonios del que habla Nichiren.

El deseo es un adversario traicionero, difícil de reconocer y utilizar. Al mismo tiempo representa una gran oportunidad de crecimiento.

En “Los deseos mundanos son iluminación (bonno soku bodai)”, Nichiren sostiene que: Esta es la enseñanza más importante. Es la enseñanza de que “los deseos mundanos son (soku) iluminación” y “los sufrimientos de nacer y morir son (bodai) nirvana”.

El deseo, si es utilizado correctamente, representa entonces un potente motor para el crecimiento personal. Otra vez Nichiren, en el Ongi kuden (enseñanzas orales trasmitidas por Nichiren), enseña que aquellos que entonan Nam miojo rengue kio queman la leña de los deseos mundanos para reavivar la llama de la sabiduría iluminada frente a sus ojos.

Pero para utilizarla primero hay que conocerla. O sea hay que conocerse a sí mismo.

Desde un cierto punto de vista, de hecho, cada uno “es” lo que quiere ser. La calidad del desear, la trama de los sueños, la fuerza y la grandeza de las aspiraciones determinan las características de una vida.

¿Pero, qué es el deseo? Con este término se puede calificar un sentimiento de búsqueda o espera tanto por la posesión de cosas materiales, como por el cumplimiento de lo que se ha entendido apto a nuestros propios gustos o exigencias.

El deseo se define también como la necesidad de algo o alguien, como también la avidez hacia algo o alguien.

La función negativa se revela en el momento en que nos volvemos esclavos del deseo. Cuando, en pocas palabras, quedamos encadenados a los apegos. Desde este punto de vista las personas permanecen “envueltas” por el objeto de sus propios deseos, que puede llegar a volverse, de alguna manera, un objeto de culto.

Por otra parte existe también una función positiva del deseo, representada por la energía desarrollada por la expectativa. La búsqueda de la satisfacción de las necesidades propias y de la realización de los deseos que de ésa derivan, ha permitido grandes progresos a la humanidad en el curso de los siglos.

Estando relacionados a las necesidades humanas, los deseos no pueden ser eliminados, ya que de alguna manera vendría anulada también la calidad humana

El Buda Sakyamuni nos invita a liberarnos de los apegos en cuanto ellos se vuelven cadenas que aprisionan el corazón. Sin embargo no debe ser un acto de represión, sino más bien un proceso dinámico de transformación

Daisaku Ikeda por otra parte aclara que “renunciar” hay que entenderlo como “erradicar”, o sea “iluminarse en relación”: para lograr la iluminación utilizando los propios apegos, no se deben erradicar los deseos, si no más bien observarlos con claridad, ya que la practica budista nos permite comprender la verdadera naturaleza de nuestros apegos, y utilizarlos como fuerza motriz para lograr la felicidad. (...)

LA TRISTEZA
Cada persona, tiene su propia y personal manera de sufrir; hay quién sufre con rabia y quien con pereza, quien se aferra tenazmente a su dolor y quien lo “olvida”, quien lo consume en pequeños mordiscos y quien en cambio, lo devora en pocos o infinitos instantes; y también hay quien logra encontrar en el sufrimiento un empuje capaz de transformar la inercia del dolor en una fuerza constructiva.

Cuando la tristeza llena cada pensamiento y cubre todo lo que nos rodea, con la capa negra de pesimismo; alargando las horas en una infinita serie de dolorosos minutos, quitándonos la posibilidad de ver una salida y haciéndonos sordos a la voluntad de cambiar, entonces estamos experimentando una tristeza que podríamos llamar “absoluta”; que, tal como la felicidad absoluta, nace dentro de nosotros y se irradia después hacia el ambiente.

El demonio de la tristeza es definido, como los otros nueve “ejércitos”, un “demonio interno”, o sea, una función presente dentro de la vida humana, y por eso es dentro de la vida humana que podrá ser combatido.

No se trata de huir de la causa, removiendo la razón de nuestro sufrimiento, y menos aún de tratar de actuar sobre las circunstancias externas a nosotros, que son culpables de nuestra tristeza tanto como lo sería un vehículo que nos atropelle cruzando con una luz roja.

HAMBRE Y SED
La historia del mundo es la historia del hambre. Que seguramente ha estimulado la civilización, ha sido la razón histórica de género humano.

Como dijo Nichiren, ningún tesoro poseído por el ser humano es más precioso del alimento y de las bebidas.... Porque sirven parta proteger la dignidad de la vida.

Es que muy a menudo ya no parece aquella amiga que nos fastidiaba amablemente para recordarnos de estar vivos. Es diferente, porque nace de una incomodidad interna, de una infelicidad que nos ilusionamos de poder aplacar con alimento. O porque busca imprevistamente aquel mínimo de sobrevivencia a la cual la miseria da el sabor de lujo.

Cuando desborda mas allá de las propias necesidades, entonces. O si reside en un cuerpo reducido a existir en treinta kilos de carne. Y es la sola emoción, la más desesperada, obsesiva. Y si se adueña de todo subyuga cada uno de los sentidos, impone una animalidad primordial, hasta llegar al carácter monotemático de las formas de vidas más elementales.

Y entonces… se tiene más hambre. Se es hambre. La “peor de las enfermedades” como se lee en las antiguas escrituras.

APEGO AL PLACER
¿Solamente mío o para mí y para los demás? El egoísmo del placer es probablemente el enemigo más mezquino, justo porque aparentemente no nos hace sufrir.

Trata de mantener eternamente situaciones fugaces, transforma en obsesión el cuidado hacia uno mismo, el deseo sexual o la búsqueda de riquezas.

Sin embargo ampliando la perspectiva, pensando por ejemplo en el sexo como amor hacia otra persona, se puede disfrutar y alegrarse de algo que contrariamente quedaría solo en un vulgar apego.

Su meta es debilitar la condición de vida El trata de desviar nuestra dirección. Nos muestra caminitos, veredas imprevistas. Quiere entorpecer nuestra oración, evitar que vayamos hacia adelante. Quiere pararnos. No tiene el aspecto rabioso y acalorado de la ira, ni la expresión decaída de la tristeza, ni tampoco la voz elevada del poder.

Así sería demasiado fácil reconocerlo. El tiene un bello aspecto. Además posee una de las técnicas más ambiguas para debilitar la condición de vida. Se disfraza con los objetos que más nos gustan. Con lo que parece sinónimo de libertad. El es el gran tramposo, es el apego al placer.

¿Pero cómo darnos cuenta, si mientras existe parece tan satisfactorio?


Se trata de probar salir de aquel círculo vicioso que termina por alimentar sólo a uno mismo.

ES EL EGOISMO EL PUNTO TORCIDO.
El budismo dice que el control del yo se ejercita siendo siempre íntegros en cualquier cosa que se lleve a cabo. Estar presentes al cien por ciento. Sobre todo mientras entonamos.

La actitud frente al Gojonzon durante la entonación del Daimoku y del Gongyo es determinante.

Se pueden hacer horas y horas de Daimoku estando en otros sitios, allí con el cuerpo y la voz, mientras que la cabeza visualiza la decoración de la nueva casa, la disposición de los muebles, o recuerda un saludo de amor, recuerda la cara, los gestos y las palabras. Se ora por la mitad.

En cambio el secreto está en: estar totalmente dedicados a lo que se está haciendo. Íntegros, mientras se entona, pero también en el placer.


Íntegros, en aquella caricia o en aquel juego, lo que significa no ver únicamente lo de uno, no olvidar la relación entre lo que estamos haciendo y la vida.

El placer no es un demonio de por sí. El sexo, por ejemplo, es la manera más bella para expresar el amor hacia una persona, es la manera de lograr el nacimiento de otros seres humanos.

El cuidado del propio cuerpo es un medio para decirnos que nos queremos, es una manera de reconocer que nosotros somos el castillo de la novena conciencia.

También ganar dinero puede ser importante si es empleado para hacer algo bueno (si para lograr el kosen-rufu no se necesitara dinero no me preocuparía, solía decir Josei Toda).

Todo depende del uso que se le da.

Se trata de probar salir de aquel círculo vicioso que termina por alimentar sólo a uno mismo.

EL MIEDO
Es verdad que el miedo tiene una función determinante para la sobrevivencia humana: cuando aparece, de hecho, produce una serie de modificaciones corporales que predisponen a la huida o a la agresión. Como la taquicardia, la producción de adrenalina y el aumento de la presión arterial.

Las reacciones de los seres humanos, entonces son las mismas de todos los demás animales, sin embargo, nuestra capacidad de asustarnos es mucho mayor que la de ellos. De hecho a diferencia de los animales, que reaccionan al peligro inmediato y real, el hombre tiene miedo hasta del recuerdo o de la anticipación o de la imaginación de una situación peligrosa.

Es suficiente con buscar en el diccionario: encontraremos una cantidad increíble de palabras que terminan por “fobia” (del griego phobos: temor).

A parte de las fobias más conocidas por ser las más difundidas, como la agorafobia (miedo a los espacios abiertos), la claustrofobia (miedo a los espacios cerrados), el miedo a la muerte, al sucio, a las contaminaciones, al avión – hay otras que son verdaderamente “originales”.

Pero, cuántos de los miedos que aprisiona la humanidad de hoy, no podrían ser juzgados igualmente ridículos e inconsistentes? Sin embargo todos nosotros, quien más y quien menos, somos víctimas de los mismos. Veamos de que manera.

El miedo al silencio va a la par con otro gran miedo de nuestros tiempos: el de la soledad.

Se tiene miedo de estar únicamente en compañía de uno mismo, y entonces se trata de quedar lo más posible entre los demás, se sale de shopping para los centros comerciales, nos agrupamos en las discotecas, se viaja únicamente en viajes organizados. Hasta quedarse en la cola del tráfico, nos hace sentir menos solos.

Miedo al silencio, miedo a la soledad: miedo a pensar. Miedo al silencio en nuestra propia cabeza y a pararse para escuchar los propios pensamientos. Miedo de mirarse en el espejo y decirle, a la imagen ahí reflejada: Estoy aquí. Soy yo.

¿Pero...quién soy YO?

Miedo a mirarse adentro, mirarse de verdad hasta el fondo, y darse cuenta de que no todo lo que vemos nos gusta. La otra cara del miedo a mirarnos adentro es el miedo a mostrarnos a los demás por lo que verdaderamente somos, y ahí entonces la necesidad de utilizar máscaras.

Después está aquel miedo del cual nadie puede jactarse de no tener: el miedo a la muerte. Siempre ha existido, desde la aparición del primer ser humano sobre la tierra, sin embargo hoy este temor es aún más profundo.

El elenco de los temores del ser humano del 2.000 podría continuar al infinito.

Pero detengámonos aquí, y miremos más bien cuáles instrumentos ofrece el Budismo de Nichiren Daishonin para combatir y vencer este gran enemigo.

Comprender profundamente el concepto del Karma nos ofrece una primera y potente arma para enfrentarlo. Al comienzo es desconcertante pensar de que todo, en la vida, depende exclusivamente de nosotros: puede parecer mucho más confortante creer que nuestra felicidad o infelicidad dependa de las personas que nos rodean, de un Dios, de un destino ya marcado en el cual no podemos cambiar ni una coma, porque de esta manera nos descargamos de cualquier responsabilidad.

Por lo contrario asumir que suerte y mala suerte, sufrimiento y felicidad, todo aquello que nos ocurre no es más que el efecto de causas positivas o negativas que hemos puesto en el pasado, en un primer momento nos asusta aún más: nos damos cuenta que estamos solos, completamente solos y únicos responsables de nuestra existencia.

Ya no podemos culpar a nada y ni a nadie, no podemos aferrarnos mas a ningún motivo, ni llorar sobre ningún hombro, menos todavía confiar en la clemencia de ninguna entidad superior.

Sin embargo, en la medida en que nos entrenamos para vivir según la estricta ley de causa y efecto, esta gran soledad de nosotros mismos frente a nosotros mismos se transforma en una gran libertad.

Es verdad, el pasado está todo grabado en la octava conciencia, no nos lo podemos sacudir de encima y continuamos recibiendo los efectos día tras día, instante tras instante.

Sin embargo todavía depende de nosotros y solamente de nosotros el quedar esclavos de estos efectos para siempre, vivirlos con una fatalidad ineludible, o si así queremos tomar en nuestras manos la vida, nos volvernos realmente artífices de nuestro destino.

Es posible hacerlo, porque el karma no es sólo el pasado y los efectos que continuamos sufriendo: el karma es su concepción Budista, la acción que estamos cumpliendo ahora y aquella que hemos decidido cumplir y cumpliremos mañana.

En el Gojonzon esta inscrito también: “Para el presente y para el futuro”, para esto sirve la fe, para esto sirve la Ley budista.

Cuando veneramos el Gojonzon, la vida eterna del tiempo sin comienzo emerge desde adentro de nosotros.

Para aquel que cree en el Gojonzon, cada día, cada instante empieza desde el tiempo sin comienzo. Nos estamos moviendo, llenos de esperanza, desde hoy hacia el futuro, desde este instante hacia la felicidad eterna. Somos siempre jóvenes, siempre a punto de empezar.

Después de infinitos años pensando en nuestros aspectos negativos (defectos, debilidades, miserias), pensando: Así soy y no puedo cambiar, no cambiaré jamás, a la luz de la practica budista comenzamos a ver nuestras tendencias negativas debilitándose cada vez más, siempre más controlables, menos desastrosas.

Nos damos cuenta de que dentro de nosotros esta ocurriendo una transformación. La prueba concreta quita el miedo, que lleva a la inamovilidad y a la resignación, y da esperanza y confianza.

Decía De Mello: No existe mal en el mundo que no pueda ser atribuido al miedo. Ni siquiera uno. Ignorancia y miedo, ignorancia causada por el temor: es desde aquí que proviene cada mal, es de aquí que proviene la violencia.

Ignorancia significa no conocer, no saber, no ver. Tener los ojos vendados, incapaces de verse con objetividad y amor a sí mismo, a los demás, al mundo, a la vida y a la muerte.

El Budismo de Nichiren Daishonin es una práctica para quitarse la venda de los ojos, y dejar que la vida fluya con inmensa energía y coraje y se expanda hasta los confines del universo

EL SUEÑO
Porque dormir bien, es tan importante como el comer. Y el sueño hace bien. Envuelve el cuerpo y la mente y con dulzura aplaca la ansiedad y el cansancio. Regenera y nutre.

Casi te lleva lejos, en lugares insólitos, en un espacio donde la gravedad ya no te permite sentir el peso de tu propio cuerpo, donde todo es posible y nada jamás tiene la responsabilidad de lo verdadero. Dormir bien es descanso. Un oasis que nos abraza como la caricia de una madre.

Tengo sueño, tengo mucho sueño. No se porque, sin embargo estoy muy cansado y solo quiero dormir . Pareciera repetir una vocecita adentro, capaz de hacernos desistir de cualquier decisión

Aquel que bien lo conoce, a este señor, sabe que no es solamente nocturno. Sabe que su velo a veces es como una droga. Que embriaga , que penetra en las articulaciones, las manos, los pensamientos. A menudo es un cansancio que acompaña cada gesto. Distrae. Es una fuerza que atrae como si quisiera llevarme lejos de aquí, de los problemas, de los momentos de dificultad y fatiga.

Con los sueños y las esperanzas defraudadas. Las ilusiones. Los errores. Es difícil darse cuenta de que durmiendo se quiere solo huir de si mismos, o de circunstancias que, para ser cambiadas, requieren de un esfuerzo mayor.

Aquel de comenzar, determinación profunda, continuar y llevar a cabo los propios proyectos.

He aquí entonces todo el cansancio del universo, pareciera pesar sobre nuestros párpados. He aquí que el, el señor del sueño, estirando casi sus brazos, nos ofrece la salida mas rápida y sencilla entre todas las huidas: dormir, y substraerse así, por poco tiempo, a la necesidad.

Huir de la vida, como si de la vida pudiéramos de verdad huir.

El problema está, cuando este placer no esta tan claro. O no se presenta tal como un placer. Cuando los días, a menudo, los más importantes, requieren sudor y esfuerzos. Cuando nos damos cuenta de nuestras propias tendencias y de la dificultad en cambiarlas, de cambiar pensamientos y acciones. Aprender a ser un poco más. Cuando se necesita perseverar, avanzar no importa lo que pase, aunque nos cueste mucho y la meta nos parezca lejana.

Es justamente en estos momentos, los mas críticos, aquellos en los cuales se necesitaría mayor atención, concentración y energía, que la magia de este señor se vuelve el arma de un demonio en contra de nosotros. En contra de la vida. Se transforma en uno de esos engaños listos a obstaculizar la vista y el camino. Un engaño sutil, de sabor dulce, narcótico. El sabor de la libertad. De la rebelión a las reglas del universo, según las cuales cada fruto de la tierra es el resultado de la fatiga con la cual hemos cuidado su aparecer.

Dormir asume el aspecto de un libre albedrío que se opone a la necesidad del esfuerzo. El engaño encierra y distrae de la meta: mejor dormir, mejor no pensar, mejor dejar para mañana, pasado mañana, el mes siguiente; el despertar, el instante en cual decidir de verdad y cambiar el propio destino. En un prolongado rechazo a vivir que bloquee cualquier cosa.

OTROS COMPONENTES
Duda y remordimiento, ira, éxito y ganancia, los ocho vientos: prosperidad, decadencia, honor, deshonor, alabanza, critica, sufrimiento y placer.

No se exaltará en la prosperidad ni se quejará en el declive. Orgullo y desprecio.


Existe una sola manera para desenmascarar un demonio: enfrentándolo. Entonces es posible encontrar en sí mismo la fuerza para transformar la inercia en acción, la autocompasión en autoestima y el egoísmo en altruismo.

Las consecuencias de negar nuestra habilidad innata de superar los obstáculos y ser felices son profundamente graves; porque el dolor y el sufrimiento de buscar inútilmente la felicidad fuera de nosotros, son interminables.

El Daishonin clarifica que Nam-myoho-renge-kyo es el bien supremo, que transciende el tiempo y el espacio.

Nam-myoho-renge-kyo puede ser descrito como la esencia universal de todas las vidas y la fuente de la iluminación.

La verdadera “clave”, es aquella de entonar Nam Miojo Rengue Kio con la meta de abrirnos al mundo, para salir del duro caparazón construido por nuestro egoísmo.

Usando el Daimoku como un pico, para desmoronar el muro que nos rodea y lograr salir afuera, para “percibir” verdaderamente a los demás y hacernos “percibir” por los demás por lo que realmente somos.