¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

(1/4) REMONTAR LA AUSENCIA DE FILOSOFÍA QUE PADECE ESTA ÉPOCA. Diálogos de Daisaku Ikeda.

Fragmento del primer punto de la serie de diálogos sobre el Sutra del Loto entre el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda.

Este material de estudio ha sido inicialmente  publicado en el Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai (1995-2000).También, ha sido publicado en el Seikyo Times,  Living Buddhism, revista mensual de la SGI-USA. Traducciones en varios idiomas  han sido publicadas en los periódicos y revistas de la SGI en diversos países del mundo.


. . . en vista de una ostensible ausencia de filosofía que padece esta época, la humanidad está dirigiendo la mirada más allá del presente, en busca de un sistema filosófico nuevo y vigoroso. En otras palabras, la gente está buscando algo que satisfaga el vacío espiritual que percibe en su vida; algo que reviva su existencia golpeada y exhausta; que la colme, una vez más, de energía y de esperanza. Los hombres están buscando una sabiduría que brinde una dirección y un propósito genuino, tanto al individuo como a la sociedad.

[. . .]


La humanidad comienza a reconocer que algo no anda bien, en este mundo actual que pone el rendimiento económico por sobre todo lo otro. Hay un reconocimiento creciente de que se debe poner a las personas en el centro, en el foco de las prioridades, de que el "desarrollo humano" es mucho más crucial que el crecimiento económico. Estamos comenzando a entender que, en esta sociedad moderna, orientada a la información y caracterizada por la explosión del conocimiento, lo que se necesita imperiosamente es una explosión equivalente de sabiduría, que nos permita usar correctamente dichos conocimientos.


Hay algo mal. Hay algo que falta. El desarrollo científico no basta, por sí solo, para darnos la felicidad. Ni el socialismo ni el capitalismo pueden salvarnos. Por muchos congresos que realicemos, por mucho que hablemos de ética y de moral, por mucho que disertemos sobre psicología y filosofía humanas, sigue faltando algo esencial. Y esto que falta es una acertada descripción del estado de pensamiento en que, actualmente, se halla la humanidad.

El escritor francés Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), más que célebre por su libro El Principito, escribe:


Debemos entender que, en algún lugar del camino, hemos desviado el rumbo. La humanidad es, hoy, más rica que en ningún otro momento de su historia, si se la toma como una totalidad. Nos sobra el tiempo libre, así como nos sobra el dinero. Pero falta algo más elemental, imposible de definir. La sensación de percibirnos a nosotros mismos como seres humanos se va tornando cada vez menos frecuente. Hemos perdido algo que era una de nuestras misteriosas prerrogativas.

La humanidad ha equivocado el rumbo. Es lo que nos dice. ¿Adónde vamos, entonces? ¿Y qué propósito nos guía?

[ . . . ]

La cuestión, entonces, sería cuál filosofía, religión o sistema de pensamiento es capaz de brindar respuestas claras a dichos interrogantes. Aunque una nación entera haya sido reducida a cenizas por la guerra, el futuro de su pueblo seguirá siendo brillante en tanto y en cuanto el corazón de la gente siga latiendo con una filosofía positiva.


[. . .]


Por otro lado, cuando el pueblo echa a perder sus valores espirituales, el futuro será tenebroso, aun cuando se trate de un país opulento.


[ . . . ]


Algunos dicen que el estado de ánimo preponderante en el mundo actual es la impotencia. Sea cual fuere el caso, todos estamos muy conscientes de que las cosas no pueden seguir como hasta hoy, Sin embargo, las decisiones sobre temas políticos, económicos y ambientales parecen tomarse en algún lugar fuera de nuestro alcance. ¿Qué puede lograr hacer un individuo, en vista de las gigantescas instituciones que gobiernan nuestro mundo? Este sentimiento de impotencia alimenta un círculo vicioso que sólo consigue agravar el cuadro y alentar en la gente la idea de que todo es inútil.


En el extremo opuesto de esta percepción de impotencia, la filosofía del Sutra del Loto nos enseña que cada instante de la vida abarca tres mil estados posibles (Ichinen sanzen ) y nos orienta a aplicar esta enseñanza en nuestra vida diaria. El principio de que un instante vital abarca tres mil estados nos dice que la determinación esencial interior (ichinen) de una persona puede transformar cualquier cosa. Esta enseñanza da expresión suprema al potencial infinito y a la dignidad inherente a la vida de cada ser humano.

[. . .]

Necesitamos insistir en que el ser humano no es una criatura lastimosa e impotente.

[. . .]

Hoy, hasta el racionalismo científico más objetivo nos enseña que la especie humana enfrenta cierta destrucción, salvo que reconozcamos el valor de todas y cada una de las vidas humanas (Aleksander Yakovlev)

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El regreso a la libertad, en una sociedad moralmente desquiciada, produjo […] una inmensa y sorprendente explosión de todos los vicios humanos imaginables. [...] Somos testigos de una situación extraña: la sociedad se ha liberado, sí, pero en ciertos sentidos se comporta mucho peor que cuando estaba encadenada. […] (Václav Havel)

[. . .]

Según el uso que se le dé, la religión puede ser una función demoníaca. La religión debería unirnos, pero algunos la explotan para crear cismas más hondas que separen al género humano. ¿Acaso hay un despropósito mayor que éste? La religión siempre debería existir en bien de los seres humanos. No es cierto que los hombres existan en bien de la religión. Esta deberá ser la regla primordial para los sistemas religiosos del siglo XXI.

[. . .]

Dar valor supremo al ser humano es la enseñanza del Sutra del Loto. He aquí el humanismo de la Ley budista.


Y por eso, precisamente, allí donde estemos, es imperioso iniciar la revitalización, la revolución de cada ser humano, de a uno por vez. Por eso, nosotros planteamos la revolución de la sociedad y del mundo a través de la "revolución humana".

[. . .]

Hasta el examen más general de la sociedad actual revela que estamos viviendo en un período de gran sublevación de valores, en una fase de caos, en un "gran interregno de la filosofía", en que los viejos sistemas de pensamiento han llegado a un callejón sin salida. El mundo se torna cada vez más pequeño, y, sin embargo, cada vez sabemos menos para qué lado ir. Es natural que la humanidad hoy necesite un parámetro fundamental que la oriente y la conduzca.

[ . . . ]

En una entrevista con un corresponsal del Seikyo Shimbun-- diario de la Soka Gakkai--, el doctor Tanabe señaló que, como doctrina de lo universal y de lo eterno, el Sutra del Loto ocupa un lugar sin parangón dentro del canon budista. Podríamos aprender mucho, afirmó, si nos fijásemos por qué el Sutra del Loto ha tenido "tanto éxito en su forma de dirigirse a pueblos tan distintos y de despertar significado en todos ellos, a pesar de sus muy diversas situaciones geográficas, culturales y temporales". Cuando se habla del "vehículo único" del sutra del Loto, comentó el doctor Tanabe, debería interpretarse la mención en el sentido de que esta enseñanza abarca a todos los otros medios, a todos los demás caminos. He aquí un mensaje sumamente importante para la gente de hoy: "vivimos en un solo mundo, en un único planeta; en verdad, contituimos un solo pueblo". Este catedrático opinaba que el Sutra del Loto era un texto universal, apto para todos los pueblos, y que podía traducirse fácilmente a diversos contextos culturales

[ . . . ]

Nichiren Daishonin afirma:


En última instancia, todos los fenómenos quedan contenidos en la vida de uno, hasta la más diminuta partícula de polvo. Las nueve montañas y los ocho mares se hallan presentes en nuestro cuerpo; el Sol, la Luna y la miríada de estrellas están comprendidas en nuestra mente. Sin embargo, [los mortales comunes no lo podemos percibir,] así como el ciego no ve las imágenes que se reflejan en un espejo o como un niño no siente temor del fuego ni de las inundaciones. Las enseñanzas no budistas expuestas en los escritos externos y las doctrinas del Hinayana y del Mahayana provisional contenidas en las escrituras internas no hacen más que enseñar fragmentos de la Ley inherente a nuestra propia vida. Pero no la exponen en su totalidad, como sí lo hace el Sutra del Loto. 15 (Gosho Zenshu, pág. 1473).

Todas las filosofías, con excepción del Sutra del Loto, no son más que fragmentos, partes de la gran ley de la vida. Si nos basamos en fragmentos, aunque contengan verdades parciales, no podremos experimentar una revitalización total e integral en todos los aspectos de nuestra vida. En verdad, las filosofías que exponen sólo verdades parciales terminan distorsionando nuestra existencia. El Sutra del Loto, por otro lado, enseña la única Ley fundamental que unifica todas las enseñanzas fragmentadas y les da la perspectiva correcta. Y permite que cada persona brille y cumpla su función dentro de una totalidad. Esta es la "sabiduría del Sutra del Loto".

[ . . .]

Nichiren Daishonin, el devoto del Sutra del Loto en el Último Día de la Ley, hace posible que todos corporifiquen esta verdad en su vida cotidiana. El Sutra del Loto enseña el "gran tesoro oculto del corazón", vasto como el universo, que despeja cualquier sentimiento de impotencia en la vida del hombre. Expone una enérgica forma de vivir, en que cada uno puede respirar la inmensa vida del universo. Enseña la aventura realmente grandiosa: emprender la transformación de la propia existencia.


El Sutra del Loto posee una amplitud y una naturaleza tan abarcadora que es capaz de abrazar a todos los pueblos en su búsqueda de la paz. Posee esa fragancia exquisita que hay en el arte y en la cultura. Nos conduce a un estado insuperable de vida, imbuido con las cualidades de la eternidad, la felicidad, el verdadero yo y la pureza, de tal forma que, allí donde estemos, podamos decir: "esta , mi tierra, está segura y en paz".(Sutra del Loto, pág. 230).

[. . .]

El Sutra del Loto contiene la gesta de una lucha por la justicia, contra el mal. Posee una calidez que reconforta a los exhaustos. En él palpita un coraje vibrante que aleja el temor. Resuena en su enseñanza un coro de alegría por lograr la absoluta libertad a través de las tres existencias, una libertad que se remonta como un vuelo hacia las alturas. En él, la luz resplandeciente se conjuga con flores, verdor, música, imágenes pictóricas y vívidos relatos. Ofrece lecciones insuperables sobre la psicología y las funciones del corazón humano, sobre la vida, la felicidad y la paz. Traza como un mapa, las reglas básicas para la buena salud. Nos hace tomar conciencia de la verdad universal de que un cambio en nuestro corazón y actitud puede transformarlo todo. No es ni un desierto calcinante de individualismo ni una prisión totalitaria. Posee el poder de manifestar un reino de pura misericordia, en que las personas se complementan y se alientan unas a otras.


Tanto el comunismo como el capitalismo han utilizado a las personas como medio para sus propios fines. Pero en el Sutra del Loto--rey de los sutras-- hallamos un humanismo fundamental en que las personas son el propósito y el objetivo, son las protagonistas y soberanas

. . . lo importante es la sabiduría y la adquisición de dicha sabiduría.

Es mejor tener sabiduría sin conocimiento, que conocimiento sin sabiduría. Así como es mejor ser rico sin ser dueño de una mina que ser dueño de una mina sin ser rico. Desde luego, lo ideal es poseer sabiduría y conocimiento, pero todo depende, en última instancia, de la primera. Nuestra meta es la felicidad, y esto no es algo que se pueda lograr sólo a partir de conocimientos. Por ende, la única forma de concretar la auténtica prosperidad y felicidad del siglo XXI es hacer de la época venidera una centuria de sabiduría.

El conocimiento se quede transmitir de una persona a la otra; la sabiduría, por el contrario, no. La única forma de desarrollar sabiduría es adquirirla a través de la experiencia personal. Es una de las razones por las cuales el Sutra del Loto deposita tanto énfasis en la relación de maestro y discípulo, una relación que exige a ambas partes una entrega total de vida a vida…

[. . .]


Nuestra relación con las escrituras budistas debe ser, también, de consagración absoluta y personal, y no un simple abordaje desde el intelecto. Esto, creo yo, se aplica asimismo a la vida cotidiana.

[. . .]

Cada fragmento y frase del Sutra del Loto está enseñándonos acerca de nosotros mismos, acerca de la entidad de la Ley Mística. El sutra no habla de algo alejado o separado de nuestra propia existencia.

En el "Ongi Kuden", el Daishonin nos enseña cómo leer el Sutra del Loto desde ese punto de vista esencial. A través de estudiar profunda y cuidadosamente este registro del Daishonin, con la ayuda de sus mentes jóvenes y despiertas, quisiera comenzar este fascinante periplo para escrutar la "sabiduría del Sutra del Loto" en bien de la era que está por llegar. Es un viaje hacia la verdad de que cada uno de nosotros es un buda. La vida es una odisea interminable hacia el santuario más recóndito y sagrado de nuestra propia vida.

El escritor y poeta alemán Hermann Hesse (1877-1962) postuló la necesidad de que se produjera una revolución en la conciencia del hombre. Comprendía perfectamente la enfermedad que padecía este siglo. Su poema "Bücher" ("Libros") es muy instructivo para la exploración del Sutra del Loto que nos proponemos hacer:

La felicidad no llegará a ti
A través de todos los libros del mundo.
Estos te guiarán en silencio
Otra vez hacia tu reino interior.
Allí encontrarás cuanto necesites:
El sol, las estrellas, la luna…
Es que la luz que estás buscando
Ya habita en tu corazón.
Entonces verás que esplende, en cada página,
El saber que tanto buscaste en los libros
Y que ya se ha convertido
En algo que, ahora, te es propio.

EL VERDADERO ASPECTO DE TODOS LOS FENÓMENOS Y LA OBTENCIÓN DE LA BUDEIDAD POR LAS PERSONAS DE LOS DOS VEHÍCULOS.

MATERIAL TRADUCIDO DEL LIBRO KYOGAKU NO KISO (FUNDAMENTOS DE ESTUDIO DEL BUDISMO) POR EL DEPARTAMENTO DE ESTUDIO DE LA SGI-USA.



Dos principios forman la esencia de la enseñanza teórica en la primera mitad del Sutra del loto: el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos y el de la obtención de la Budeidad por las personas de los dos vehículos.

Las personas de los dos vehículos, aquellas de los mundos de los que escuchan la voz (aprendizaje) y los despertados a la causa (realización), eran incapaces de alcanzar la Budeidad a través de las enseñanzas precedentes al Sutra del loto.


El capítulo “Medios hábiles” (segundo) enseña el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos (también conocido como la verdadera entidad de todos los fenómenos o la verdadera entidad de la vida). De esa manera intenta expresar en palabras algo que escapa a cualquier descripción, la naturaleza de la iluminación del Buda.


“Todos los fenómenos” se refiere a todas las cosas y actividades, todas las diversas formas y funciones que aparecen en el mundo de la realidad, o en el universo. Así, incluida en todos los fenómenos están todas las expresiones de la vida, que manifiestan los Diez Mundos, desde Infierno hasta la Budeidad, y los diversos lugares o entornos donde residen esas vidas, es decir, el universo entero.


El verdadero aspecto se refiere a la verdad suprema o realidad fundamental. No debemos pensar en este como algo especial, que existe en un reino separado y distante, en un mundo apartado de la realidad concreta de todos los fenómenos.


En respuesta a una pregunta acerca del significado del verdadero aspecto de todos los fenómenos, Nichiren Daishonin dice, “Significa que todos los seres y su ambiente de los Diez Mundos, desde el infierno, el más bajo, hasta la Budeidad, el más elevado, sin excepción, son manifestaciones de Myoho-renge-kyo” (The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 383).


Percibir que toda forma de vida de cualquiera de los Diez Mundos en todos los reinos en los que reside esa vida es, en su verdadera naturaleza, una manifestación de Myoho-renge-kyo es percibir el verdadero aspecto de todos los fenómenos. A través de esta enseñanza, se aclara, en los términos teóricos del Sutra del loto, el hecho de que todos los seres vivientes, por igual, son capaces de alcanzar la Budeidad. Explicando el hecho de que todas las personas por igual poseen el potencial para la iluminación, la enseñanza teórica enfatiza firmemente que incluso las personas de los dos vehículos pueden alcanzar la Budeidad.


La idea de que todos los seres vivientes por igual pueden alcanzar la Budeidad presenta un enfoque revolucionario, si se la compara con los sutras enseñados antes que el Sutra del loto. Los sutras anteriores consideraban los nueve mundos, desde infierno hasta bodhisattva, como estados de ilusión. Enseñaban que sólo abandonando estos estados de vida podemos convertirnos en budas; para alcanzar esto, era necesario llevar a cabo la práctica budista a lo largo de un período de eones e incontables existencias, mientras ascendíamos gradualmente a través de los diversos niveles de la práctica.


Este enfoque de que se debe buscar un mundo de la Budeidad que está separado y que es distinto a los otros nueve mundos, contradice el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos. De acuerdo con este principio, todos los seres vivientes de los Diez Mundos son igualmente entidades de la Ley Mística (verdadero aspecto) innatamente dotados con la naturaleza de Buda; si se abre este mundo de la Budeidad interior, uno se convierte en un Buda.


EL LOGRO REAL DE LA ILUMINACIÓN DEL BUDA EN EL REMOTO PASADO
Un principio fundamental de la enseñanza esencial del Sutra del loto es que el Buda en realidad alcanzó la iluminación en el remoto pasado. Esto está revelado en el capítulo “Duración de la vida de El Que Así Llega” (decimosexto), en el que el buda Shakyamuni dice, “Pero, buenos hombres, han sido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones de nayutas de kalpas desde que yo en realidad alcancé la Budeidad”.


Así, Shakyamuni expresa que ha pasado un período incalculablemente vasto desde que se convirtiera en Buda por primera vez. Este inmenso espacio de tiempo, a menudo es llamado “kalpas tan innumerables como las partículas de polvo de un sistema mayor de mundos”[i], lo que se puede considerar como virtualmente ilimitado.


La verdadera identidad de Shakyamuni es la del Buda que alcanzó la iluminación realmente en el remoto pasado. Esta idea refuta como transitoria o provisional el enfoque de que Shakyamuni alcanzó la Budeidad por primera en esta vida, como resultado de una larguísima práctica budista llevada a cabo a lo largo de muchas existencias previas. Esa comprensión predicada en los sutras anteriores y en las enseñanzas teóricas de la primera mitad del Sutra del loto, asume que con su obtención de la iluminación en la vida presente,


Shakyamuni había realizado los efectos de la práctica llevada a cabo a lo largo de muchas existencias en el pasado. Además, con su muerte, él pasaría a un reino completamente separado, sin nacer nunca más en este mundo físico. Desde esta perspectiva, el nirvana, o emancipación, es algo que no es de este mundo sino del siguiente. La doctrina del logro real de la iluminación del Buda en el remoto pasado que aparece en el capítulo “Duración de la vida” vuelca totalmente este modo de pensar.


LA PRÁCTICA DE BODHISATTVA DEL BUDA
El capítulo “Duración de la vida” también explica que desde el tiempo, en el remoto pasado, en el cual el Buda alcanzó la iluminación, él ha residido en diversas tierras en medio de este mundo saha[ii]. Ha tomado las formas de los budas y bodhisattvas y, de esa manera, ha venido enseñando la Ley y convirtiendo a los seres vivientes.


“Siempre, desde entonces, yo he estado constantemente en este mundo saha, predicando la Ley, enseñando y convirtiendo”.


El sutra dice que este Buda nunca ha cesado en estas actividades, ni siquiera por un momento. Esta no es una visión tradicional de un Buda –alguien que alcanza la iluminación y luego entra en un mundo separado o trascendental. El Buda del capítulo “Duración de la vida” es uno que, desde que alcanzara la iluminación mucho tiempo atrás, ha continuado sus actividades en el mundo real para salvar a todas las personas del sufrimiento.


El capítulo “Duración de la vida” enseña que la muerte o el ingreso al nirvana, un estado en el cual su forma ya no se manifiesta en el Buda, no es más que un medio hábil por el cual convierte y enseña a los seres vivientes. En el sutra el Buda dice, “Para salvar a los seres vivientes, como un medio hábil pareciera que yo entro al nirvana, pero en verdad no paso a la extinción”.


Además, es naturaleza de este Buda, que alcanzó la iluminación en el remoto pasado, continuar sus actividades para iluminar a los seres vivientes apareciendo en diversos lugares y en variadas formas. Vistos desde esta perspectiva, los muchos budas descritos en otros sutras y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, incluyendo al buda Shakyamuni que alcanzó la iluminación en la vida presente, son simplemente medios. Ellos revelan sólo un aspecto del Buda del remoto pasado y, por consiguiente, son transitorios o provisionales. Así, el capítulo “Duración de la vida” aclara que el buda Shakyamuni que alcanzó por primera vez la Budeidad en esta existencia es sólo una identidad transitoria o provisional, y el Buda que en realidad alcanzó la iluminación en el remoto pasado es la verdadera identidad de Shakyamuni.


El gran maestro T’ien-t’ai se refiere a esta aclaración como “descartar lo transitorio y revelar lo verdadero”. Un punto clave que subyace en el principio del Buda que alcanza la iluminación en el remoto pasado es que un Buda verdadero o genuino es quien está, continua y eternamente, activo en el mundo real, adoptando formas y roles diferente para salvar a los seres vivientes de su sufrimiento.


El estado de vida real de la Budeidad funciona dentro de cualquier circunstancia que se encuentre en el mundo real. La idea de que el Buda sólo existió en este mundo mientras Shakyamuni estuvo vivo y luego pasó a la extinción con su muerte, es un concepto erróneo. Esta no es la visión de la Budeidad que el propio Shakyamuni buscó que enseñar.


Como hemos visto, el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos aclara que el estado de vida de la Budeidad es innato en todos los seres vivientes. Esto forma una base para la idea de que todas las personas poseen el potencial para convertirse en budas. El principio de la iluminación del Buda en el remoto pasado, que la Budeidad es innata en todos los seres vivientes, lleva esta idea un paso adelante y aclara que el propio Shakyamuni manifestó realmente la vida eterna de la Budeidad.


El capítulo “Duración de la vida” expresa tres aspectos de la Budeidad de Shakyamuni, es decir, la verdadera causa, el verdadero efecto y la verdadera tierra, La afirmación, “Originalmente yo practiqué el camino del bodhisattva” se refiere a la “verdadera causa” por la cual Shakyamuni alcanzó la iluminación a través de su práctica de bodhisattva. El logro de la iluminación de Shakyamuni en el pasado distante revelado en el capítulo “Duración de la vida” establece el “verdadero efecto” de la Budeidad de Shakyamuni.


La descripción que hace Shakyamuni de haber estado continuamente activo como un Buda en diversas tierras de todo el mundo saha es una aclaración de la “verdadera tierra” del Buda. T’ien-t’ai se refirió a estos tres aspectos como los tres principios místicos, es decir, el principio místico de la verdadera causa, el principio místico del verdadero efecto, y el principio místico de la verdadera tierra. Él también habló de ellos en los términos de un principio, como la “fusión de los tres principios místicos”.


LOS BODHISATTVAS DE LA TIERRA
El término Bodhisattvas de la Tierra se refiere a los incontables bodhisattvas que irrumpieron del espacio debajo de la tierra en respuesta al llamado de Shakyamuni para propagar el Sutra del loto después de su muerte. Ellos son descritos en el capítulo “Irrumpir de la Tierra” (decimoquinto) del Sutra del loto. Se dice que estos bodhisattvas son “tan numerosos como las arenas de 60.000 ríos Ganges”, y cada uno de ellos está acompañado por incontables seguidores y partidarios.


De acuerdo con la descripción del sutra, su apariencia y espíritu son más brillantes y magníficos que los del mismo buda Shakyamuni. Además, los Bodhisattvas de la Tierra son identificados como discípulos de Shakyamuni, que habían sido convertidos y enseñados desde el tiempo del logro real de su iluminación en el distante pasado. Esto significa que son discípulos que comparten una relación de unidad de mentor y discípulo con el eterno buda Shakyamuni. Como el Buda ha estado luchando continuamente en este mundo para salvar a los seres humanos desde su iluminación innumerables eones atrás, ellos también han venido aprendiendo y captando profundamente el mismo camino de vida de su maestro. Por lo tanto, no son bodhisattvas que simplemente aspiren sólo al logro de su propia Budeidad como objetivo último; más bien, su objetivo supremo es continuar luchando por la felicidad de las personas en medio de las duras realidades de este mundo, tal como lo hizo su mentor.


Los Bodhisattvas de la Tierra son encabezados por los cuatro líderes:
Prácticas Superiores.
Prácticas Ilimitadas.
Prácticas Puras.
Prácticas Pacíficas.
Cada uno de sus nombres sugiere un aspecto o cualidad de la manera en que un Buda lleva a cabo la práctica en el mundo real para salvar del sufrimiento a los seres vivientes.


En “Los poderes sobrenaturales de El Que Así Llega” (vigesimoprimero), Shakyamuni transfiere todas sus enseñanzas, sus poderes sobrenaturales, y sus prácticas como El Que Así Llega (Tathagata, uno de los títulos del Buda) al bodhisattva Prácticas Superiores, que representa a todos los Bodhisattvas de la Tierra, y le confía la propagación del Sutra del loto después de su muerte. La transferencia de sus enseñanzas, por parte de Shakyamuni, a los Bodhisattvas de la Tierra en el capítulo “Poderes sobrenaturales” es conocida como la “transmisión específica”. Luego, en el capítulo “La transferencia” (vigesimosegundo), Shakyamuni confía sus enseñanzas a todos los bodhisattvas y seres celestiales presentes en la asamblea. Esta transferencia de sus enseñanzas a todos los bodhisattvas es conocida como la “transmisión general”.


Esta forma de transferencia indica que, después de la muerte de Shakyamuni, particularmente en la malvada era llamada el Último Día de la Ley, son los Bodhisattvas de la Tierra conducidos por el bodhisattva Prácticas Superiores quienes desempeñan el rol principal en la propagación del Sutra del loto.


Fue Nichiren Daishonin quien, de acuerdo con esta transferencia, tomó el liderazgo en la propagación del Sutra del loto en el Último Día. En “El verdadero aspecto de todos los fenómenos” Nichiren Daishonin escribe, “Sea como fuere, esfuércese en la fe y sea conocido como un devoto del Sutra del loto, y manténgase como mi discípulo por el resto de su vida. Si usted comparte el mismo espíritu que Nichiren, debe ser un Bodhisattva de la Tierra. Y si es un Bodhisattva de la Tierra, no hay la más mínima duda de que ha sido un discípulo del buda Shakyamuni desde el remoto pasado. El sutra dice, “Desde el pasado distante he venido enseñando y convirtiendo a esta multitud”. (The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 385).


Así, desde la perspectiva del Budismo de Nichiren, cada persona que tiene fe en esa enseñanza y que se esfuerza con el mismo espíritu que el Daishonin en la práctica para propagar la Ley Mística por la paz y la felicidad de la humanidad es un Bodhisattva de la Tierra.


BODHISATTVA JAMÁS DESPRECIAR
La historia del bodhisattva Jamás Despreciar aparece en el capítulo “Bodhisattva Jamás Despreciar” (vigésimo) del Sutra del loto. Él es descrito como una encarnación previa del buda Shakyamuni, y es citado como un ejemplo de la práctica de bodhisattva realizada por el Buda en el distante pasado. El bodhisattva Jamás Despreciar apareció durante el final del Día Medio de la Ley de un buda llamado Rey del Sonido Imponente. Él se inclinaba con respeto y reverencia ante todas las personas que encontraba mientras pronunciaba las palabras: “Tengo una profunda reverencia por ustedes; nunca me atrevería a despreciarlos con arrogancia. ¿Por qué? Porque todos ustedes están practicando el camino del bodhisattva y con seguridad alcanzarán la Budeidad”.


Estas palabras compendian el propósito del Sutra del loto, que es el de afirmar que todos los seres vivientes poseen la naturaleza de Buda. En el texto chino del sutra, esta declaración consiste de veinticuatro caracteres y por esa razón, a veces es referido como el Sutra del loto de veinticuatro caracteres.


El bodhisattva Jamás Despreciar deriva su nombre del hecho de que sus palabras expresan un juramento de jamás despreciar o faltarle el respeto a otros. Conforme él realizaba esta práctica de respetar a los demás, el bodhisattva Jamás Despreciar era calumniado y vilipendiado por las personas cuyas mentes estaban teñidas por el veneno de la ira[iii]. Él enfrentó persecuciones, incluyendo el ser atacado con varas, tejas y piedras. Impertérrito ante esto, sin embargo, él continuaba repitiendo sus palabras de respeto y alabanza por la Budeidad innata de las personas. Como resultado, el capítulo dice, que él pudo “ponerle fin a sus ofensas”, significando que a través de esta práctica, el bodhisattva Jamás Despreciar pudo expiar todas sus pasadas ofensas y karma negativo.


Después, conforme la vida del bodhisattva Jamás Despreciar se acercaba a su fin, él escuchó proveniente del cielo, y en su totalidad, el Sutra del loto que había predicado el buda Rey del Sonido Imponente. Así, él obtuvo la purificación de sus seis órganos de los sentidos, y la duración de su vida se incrementó por “doscientos diez mil millones de nayutas de años”. Él continuó predicando el Sutra del loto. Posteriormente, después de que muriera, encontró una incalculable cantidad de budas, y continuó enseñando el Sutra del loto a las cuatro clases de creyentes (monjes, monjas, hombres laicos y mujeres laicas) y a través del beneficio resultante, alcanzó la Budeidad.


Las personas que habían perseguido al bodhisattva Jamás Despreciar hasta esa época llegaron a creer en él y a seguirlo, pero la ofensa de haber perseguido a un bodhisattva, sin embargo, les hizo caer en el infierno del sufrimiento incesante por miles de kalpas. Cuando hubieron pagado por sus ofensas, sin embargo, a través del beneficio de haber formado una relación con el Sutra del loto, pudieron estar presentes entre la asamblea de aquellos que escucharon la prédica de Shakyamuni del Sutra del loto.


La descripción que hace el sutra de la práctica del bodhisattva Jamás Despreciar aclara la causa para el logro de la Budeidad de Shakyamuni. También se presenta como un ejemplo de cómo deben poner en práctica el Sutra del loto los bodhisattvas en la época posterior a la muerte de Shakyamuni.


Esa forma de práctica puede resumirse como sigue:
Primero, mantener siempre firme la convicción de que todas las personas pueden alcanzar la Budeidad y tener un profundo respeto por todas las personas,


Segundo, propagar la enseñanza esencial del sutra con el mismo espíritu del bodhisattva Jamás Despreciar; Tercero, estar preparados para encontrar y soportar las persecuciones que surjan como resultado de perseverar en nuestras creencias.


Cuarto, mientras nos esforzamos por realizar nuestras convicciones en una época contaminada por la maldad, nunca corromperse con esa maldad sino, más bien, continuar esforzándonos por transformar nuestro karma. Nichiren Daishonin señaló que su lucha personal por establecer y propagar la Ley Mística constituía su continuación del legado del bodhisattva Jamás Despreciar.


NOTAS


[i] “Kalpas tan innumerables como las partículas de polvo de un sistema mayor de mundos”, descrito en el Sutra del loto como: “Supóngase que una persona tomara quinientos, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas mil millones de mundos y los pulverizara. Luego, viajando hacia el este, cada vez que pasa por quinientos, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas mundos dejase caer una partícula de polvo. Él continúa hacia el este de esta manera hasta que termina de hacer caer todas las partículas. Buenos hombres, ¿cuál es su opinión? ¿Se puede imaginar o calcular la cantidad total de todos estos mundos?”.


“Supóngase que todos estos mundos, sea que hayan recibido una partícula de polvo o no, son, una vez más, reducidos a polvo. Supongamos que una partícula representa un kalpa. El tiempo que ha pasado desde que alcancé la Budeidad sobrepasa esto por cien, mil, diez mil, un millón de nayutas de asamkhyas de kalpas.


[ii] Mundo saha. Este mundo, que está lleno de sufrimientos. A menudo traducido como el mundo de la resistencia. Saha significa la tierra; deriva del significado esencial “resistir” o “soportar”. Por esta razón, en las versiones chinas de las escrituras budistas, saha es traducido como “resistencia”. En este contexto, el mundo saha indica un mundo en el que la gente debe resistir los sufrimientos. También es definido como una tierra impura, una tierra contaminada con los deseos mundanos y las ilusiones, en contraste con una tierra pura. El mundo saha describe la tierra donde el buda Shakyamuni hace su aparición e instruye a los seres vivientes.


[iii] El veneno de la ira. Uno de los ‘tres venenos’, tres males fundamentales inherentes en la vida, que dan lugar al sufrimiento. Los otros dos son la avaricia y la estupidez. El veneno de la ira se refiere, particularmente, al odio y la malicia profundamente asentados, y es considerado como un gran obstáculo para la práctica budista.

DAIMOKU EN GRUPO SEMIRRAPIDO. Duración 4:55 minutos.

CAMINAR EL SENDERO DEL BUDA. LA PERSPECTIVA BUDISTA EN LAS RELACIONES HUMANAS. Por Greg Martín SGI-USA.

Una bellota se convierte en un majestuoso roble si se planta y se nutre con el calor del sol, con la humedad de la lluvia y con los nutrientes de la tierra. Pero una bellota no es todavía un roble. Una bellota es una potencialidad. Un roble es la manifestación de ese potencial. Existe una gran diferencia entre lo que puede ser y lo que realmente es.


La Budeidad es igual. Últimamente he escuchado a la gente decir con seguridad “Yo soy un Buda”. Es verdad. Todo mundo es un Buda. Somos Budas potenciales. Todos poseemos la energía potencial de la naturaleza de Buda. Pero cada uno de nosotros es responsable de transformar la potencialidad en realidad.


Por esto, la enseñanza budista que para mí es más difícil de personificar, es la que dice: “El verdadero significado del advenimiento del buda Shakyamuni a este mundo yace en su comportamiento como ser humano.” (Gosho “Las tres clases de tesoros”, Los principales escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 2, p. 259)


Mi potencial de sabiduría, coraje y compasión debe manifestarse en mi comportamiento en la vida diaria. El simple hecho de que cante Nam-myojo-rengue-kyo no equivale automáticamente a comportarme como Buda.


Los miembros de mi familia han sido mayormente los responsables de mostrarme qué necesito modificar en mi comportamiento. Hace años, en medio de una acalorada discusión, mi hijo me hizo ver que yo había abandonado completamente del diálogo respetuoso, al decir sarcásticamente sobre mi proceder “¿Así que este es el ejemplo de liderazgo que va a traer la paz al mundo?” Me dieron ganas de llorar: ¡Golpe bajo! ¡No se vale!


Poner la teoría en práctica siempre es difícil. Desafortunadamente ha habido muchas ocasiones, a pesar de mis constantes esfuerzos en mi practica budista, que me he comportado terriblemente con las demás personas – familia, amigos, compañeros miembros de la SGI-USA. En alguna ocasión llegue a creer que mientras practicara el budismo fuertemente, cualquier comportamiento automáticamente seria el “comportamiento del Buda”.


Esa percepción me trajo problemas en todos los aspectos de mi vida. También era un problema cuando, como líder de la SGI-USA, daba respuestas cortantes como “es tu karma”. Sin embargo no era tan fácil contestarle a mi hijo “el problema no es mi comportamiento, es tu karma de tenerme como padre”.


La idea de que toda persona común es un Buda y puede manifestar la Budeidad en su forma presente, tiene profundas raíces en la tradición budista Majayana. Sin embargo, en cierta medida se ha desarrollado la idea absurda de que como toda persona es un Buda, todo lo que hace – mentir, hacer fraude, odiar, gritar – es el comportamiento del Buda. Si esto fuera cierto, no habría necesidad de practicar el budismo porque ya todos serían Budas tal y como son.


Afortunadamente, esta distorsión pasó a la categoría de anacronismo religioso. No obstante, en mi comportamiento anterior se reflejaba mi manera de pensar que lo que hiciera, pensara o dijera sería aceptable en tanto continuara haciendo la práctica. Esto se convirtió en una licencia para tratar mal a los demás – quizá poniendo de pretexto una “estricta misericordia” – olvidando la advertencia del Daishonin de que “los creyentes en el Sutra del Loto no deben por ningún motivo abusar uno del otro” (The writings of Nichiren Daishonin, 756).


Creer que el comportamiento de uno automáticamente es el comportamiento del Buda brinda un pretexto excelente para no hacerse responsable de sus acciones y se vuelve terreno fértil para justificar una larga lista de comportamientos no iluminados.


En mi propia vida, he sido más bien lento para despertar de este atontamiento sobre lo que significa manifestar la Budeidad en nuestra forma presente. A menos que mi práctica budista se refleje en acciones compasivas, valerosas y sabias hacia las demás personas sería un logro de la Budeidad teórico solamente.


La prueba final de mi práctica budista está en la forma en que pienso (de la gente), hablo y me comporto con las demás personas. Por más difícil que parezca como modelo de comportamiento lo antes mencionado, a final de cuentas lo que más importa, es mi forma de tratar a los demás. Una bellota libera su potencial innato en la medida en que reciba los cuidados pertinentes.


Nuestra naturaleza de Buda se manifiesta en forma similar en la medida en que fortalezcamos nuestra fe y nuestra práctica. Una persona común manifiesta su Budeidad por medio de su comportamiento como ser humano.


Finalmente, no es suficiente repetir lo que decía el Buda, debemos caminar el sendero del Buda a través de nuestros actos.


LAS CUATRO SENTENCIAS. LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN por Daisaku Ikeda.

En sus escritos, Nichiren Daishonin declara que la causa de la miseria de la gente es su adherencia a enseñanzas erróneas.


Su refutación a las cuatro principales escuelas del Budismo en esa época, se resume en lo que se conoce como “Las cuatro sentencias”.


En los estudios de “El mundo de los escritos de Nichiren Daishonin”, el presidente de la SGI Ikeda explica: “El Daishonin no se propuso, de ningún modo, atacar a los seguidores de determinadas escuelas budistas, ni tampoco expandir meramente su propia escuela religiosa. La esencia de la práctica del Daishonin yace en la lucha contra la naturaleza demoníaca del poder y de la autoridad, que propicia el desprecio y el maltrato del pueblo”


Las cuatro sentencias denuncian a cuatro de las escuelas budistas más influyentes en el Japón –la escuela Tierra Pura (Jodo, también escuela Nembutsu), la escuela Zen, la escuela Palabra Verdadera (Shingon) y la escuela Preceptos (Ritsu). Basado en su comprensión de la supremacía del Sutra del Loto y su percepción de la calumnia que cometen estas escuelas al negar o menospreciar ese sutra, el Daishonin rechazó sus doctrinas y declaró como sigue:
1) “El Nembutsu conduce al infierno de sufrimiento incesante”.
2) “El Zen es una invención de demonios celestiales”.
3) “Palabra Verdadera es una doctrina perniciosa que arruinará a la nación”.
4) “La escuela Preceptos es una traidora nacional”.


Explicando el significado de las declaraciones, el presidente Ikeda dice:
“Las cuatro sentencias fueron surgiendo a medida que el Daishonin luchaba contra las funciones negativas, para conducir al pueblo del Último Día de la Ley hacia la felicidad. Por eso, cristalizan su sabiduría y su amor protector. No son comentarios excluyentes ni fanáticos, sino críticas basadas en argumentos lógicos.


“Las cuatro sentencias, en esencia, expresan la sabiduría del Daishonin, quien identificó y desenmascaró rigurosamente el fanatismo de diversas escuelas religiosas de su época, y también la hipocresía de ocultar sus verdaderos móviles tras el manto de la autoridad clerical. No hace falta decir que, en la raíz de las cuatro sentencias, lo que palpita es el deseo humanitario y bondadoso de proteger al pueblo.


“En otras palabras, sostener las cuatro sentencias significa manifestar la sabiduría de denunciar las filosofías y religiones que obstruyen la felicidad del pueblo en cualquier época.


“Limitarse a repetir las cuatro sentencias tan sólo porque es algo que postuló el Daishonin, ignorando los sentimientos de la gente y los cambios de la época, es no tener en cuenta el espíritu del Buda original. En tal caso, quedan reducidas a un dogma. Este tipo de cosas es lo que da origen a los aspectos demoníacos de las religiones.


“Lo que cuenta es el ser humano, el corazón... Las cuatro sentencias manifiestan la firme convicción del Daishonin de lidiar resueltamente contra las funciones destructivas que confunden al pueblo. Es extremadamente superficial perder de vista este punto clave e interpretar las cuatro sentencias de manera dogmática o superficial, concluyendo que el Budismo del Daishonin es excluyente o intolerante.


“Las doctrinas de estas cuatro escuelas pueden resumirse de la siguiente manera:
1) salvación por medio del poder externo de un ser absoluto (Nembutsu);
2) logro de la iluminación sólo mediante la percepción directa de la propia mente, tomando esa iluminación personal e individual como el estado supremo (Zen);
3) obtención de beneficios en esta vida mediante medios ocultos (Palabra Verdadera); y
4) control externo de la vida, por medio de preceptos y mandamientos (Preceptos).


“La enseñanza perfectamente equilibrada no sucumbe a ninguno de estos extremos, sino que expone la fusión del poder interno y externo como el medio de transformar la vida del individuo y las circunstancias que lo rodean. Combinar el poder interno y externo significa descubrir dentro del yo una fuerza superior a la del yo”.


El presidente Ikeda señala luego que los cuatro arquetipos listados antes, vistos a la luz del poder que lo abarca todo del Budismo del Daishonin, pueden tomar una función positiva. Por ejemplo, con respecto a los arquetipos anteriores: 1) Si bien es poco lo que se gana con sólo observar un poder exterior imaginado para la salvación, como enseña la escuela de la Tierra Pura, existe un valor en apreciar correctamente la relación dinámica entre nuestra vida y nuestro medio ambiente exterior. Particularmente, cuando nuestra vida encuentra la naturaleza de Buda manifiesta en nuestro medio ambiente, nuestra naturaleza de Buda interior puede ser estimulada y logramos hacerla emerger. Es por esta razón que invocamos daimoku al Gohonzon, la manifestación concreta de la vida iluminada de Nichiren Daishonin, y buscamos que hacer emerger ese mismo estado de vida que es innato en nosotros.


Al mismo tiempo, el presidente Ikeda señala que podemos tener la convicción de que, haciendo emerger nuestra propia naturaleza de Buda, obtenemos “la capacidad de abrazar a los enfermos y agobiados con el estado de vida de la Budeidad y de brindar una sensación de absoluta paz interior”


Respecto al segundo arquetipo: los maestros Zen negaban y menospreciaban los sutras, las enseñanzas del Buda mismo; en ese sentido, ellos veían sus propias mentes como superiores a las enseñanzas del Buda. Sin embargo, el Daishonin enfatizó la orientación hacia adentro del Budismo. Mediante la fe en la Ley Mística, despertamos a la realidad interior de que nuestra vida es la Ley misma, que la Budeidad es algo que abrimos desde adentro.


Es por esto que el Gohonzon es considerado como el objeto de devoción para “observar la mente”, es decir, para observar y hacer emerger el estado de la Budeidad desde el interior. Este es el punto fundamental de los sutras, tal como lo cristaliza el Sutra del Loto, y Nichiren Daishonin lo manifestó en la realidad. Mientras que el Zen rechaza los sutras y enfoca enteramente la “mente”, el Budismo del Daishonin aclara y cristaliza el mensaje fundamental y la intención de los sutras: capacitar realmente a las personas comunes para que manifiesten la Budeidad desde el interior de sus vidas.


Por esta razón, el presidente Ikeda dice que el valor de este arquetipo, cuando está basado en la Ley Mística, se compara a “la capacidad de creer y de realmente percibir que poseemos dentro de nosotros el poder de transformarnos y de cambiar”


Respecto al tercer arquetipo: La escuela Palabra Verdadera, que era la principal ramificación del Budismo esotérico o tántrico japonés, enfatizaba ritos secretos y fórmulas mágicas para afectar las consecuencias mundanas. Nichiren Daishonin señaló claramente que buscar ganancias mundanas a través de medios ocultos no era el espíritu del Budismo. De otro lado, él enfatizó la importancia de la “prueba real”, el poder de una enseñanza budista para capacitar a sus practicantes para que demuestren sus principios en el mundo real. El Budismo de Nichiren Daishonin, entonces, enfatiza el poder de la oración para infundirle sabiduría y fuerza vital a nuestra vida y, de esa manera, posibilitarnos el logro de cambios positivos en nuestras circunstancias. De esta manera, a través de la fe y la práctica en el Budismo del Daishonin, este arquetipo corresponde a “la capacidad de luchar valientemente contra nuestras circunstancias” .


Finalmente, en relación con el cuarto arquetipo: La práctica de preceptos en el Budismo, originalmente tenía la intención de inculcar disciplina y orden entre los monjes. La finalidad de los preceptos era infundir autocontrol y combatir los impulsos malvados. Eventualmente, sin embargo, las disciplinas y estilos de vida monásticos funcionaron para separar a los monjes de los creyentes comunes y alejarlos de los sufrimientos y preocupaciones de quienes viven en la sociedad. El Budismo orientado a los preceptos, de esta manera, perdió su poder para contribuir con la sociedad y mejorarla.


Si bien Nichiren Daishonin refutó la práctica de los preceptos como un medio para alcanzar la iluminación, él enfatizó la importancia de la práctica diligente. El Budismo Mahayana enfatiza el dominio de los seis paramitas, o seis disciplinas para alcanzar la perfección, y Nichiren Daishonin dijo que los seis están contenidos dentro de la práctica de invocar Nam-myoho-renge-kyo. Uno de los seis paramitas es “preceptos”. En ese sentido, la invocación de Nam-myoho-renge-kyo, haciendo emerger la fuerza y la sabiduría desde el interior, nos capacita para dominar la autodisciplina que los preceptos alguna vez trataron de inculcarnos desde el exterior.


Por consiguiente, dice el presidente Ikeda, el arquetipo de los preceptos, cuando está basado en la fe en la Ley Mística, representa “la capacidad de controlar los deseos mundanos y de eliminar el mal mediante nuestra sabiduría interior” .


“El significado moderno de las cuatro sentencias no se limita a la simple refutación de las escuelas budistas japonesas, sino que se halla en desarrollar plenamente el poder positivo de la vida humana. Esta es la Ley Mística de simultaneidad de causa y efecto inherente a la vida del hombre; tener fe en dicha Ley es crear valor en forma ilimitada.


“Cuando el Daishonin estableció y proclamó esta enseñanza perfecta, levantó el telón de una religión para toda la humanidad. Así, pues, reveló el camino eterno y fundamental que conduce a la iluminación de todo el género humano” .

VIVAMOS CADA DIA CON PROFUNDO SIGNIFICADO. Por Daisaku Ikeda

• Me despierto muy temprano para esforzarme en el Gongyo de la Fe.
• Esforzarme un poco mas que los demás, radica el significado de la vida y el  canto de la victoria.
Ikeda Sensei.

¿CÓMO REALIZAR EL GONGYO?
• Con voluntad y decisión.
• En forma vigorosa.
• En forma continua todos los días.
• Con solemnidad, profundo respeto, serenidad y gratitud.
• Leyendo la liturgia con claridad, sin omitir ni alterar la pronunciación.
• Leyendo correctamente las oraciones silenciosas a fin de expresar la gratitud.

¿PARA QUE?
• Para tener un día lleno de alegría y vitalidad.
• Para poseer fuerza vital.
• Para resolver correctamente cada situación.
• Para transformar situaciones adversas en favorables.
• Para profundizar y comprender nuestra vida.
• Para que florezca la misericordia dentro de nuestro corazón.

¿POR QUÉ?
• Porque es el camino hacia nuestra felicidad.
• Porque nos permite surgir nuestro máximo potencial individual.
• Porque a través de la practica constante del gongyo, desarrollamos en nuestro ser, una existencia Feliz, libre de limitaciones y transformando
Nuestro Karma.


ORO AL GHOHONZON
Oro al Gohonzon para que mi vida sienta desde su esencia qué es lo que necesita y qué es lo que la daña.
Oro al Gohonzon para quitarle a mi vida, lo que la daña y darle lo que necesita.
Si siento que no puedo orar, debo orar para sentir que puedo.
Tengo que cambiar todo lo que siento: si lo que siento es negativo, manifiesto negativo; tengo que orar para sentir positivo y manifestar positivo.
No debo orar con duda: tengo que orar con fe, creyendo que voy a lograr aquello por lo que estoy orando.
Muchos de nosotros tenemos algunos problemas por los cuales no queremos invocar daimoku, porque tememos enfrentarlos directamente o preferimos no pensar en ellos.


Otros pueden tener sueños encerrados en sus corazones y temen admitírselos a sí mismo, y por los cuales no se atreven a invocar daimoku, porque sienten que no merecen ser felices, o porque temen sentirse frustrados de no tener éxito en el esfuerzo por alcanzar su meta.


Nichiren Daishonin nos enseña que el poder del ghohonson no tiene límites. Somos nosotros quienes ponemos los límites con nuestras dudas y temores.


Que trágico seria si habiendo encontrado la LEY MISTICA, no pudiésemos disfrutar plenamente de sus beneficios debido a nuestra falta de coraje para orar con todo nuestro corazón por lo que verdaderamente deseamos.


Con toda seguridad, nada seria mas amargo en nuestras vidas que tener que mirar atrás y sentir, “nunca logre lo que realmente quería”.


Nichiren Daishonin, por su misericordia, nos enseña como vivir para no tener tales lamentaciones.


Si hemos sido lo suficientemente afortunados como para encontrar el gohonzon ¿Porque no creer plenamente en él? ¿Porque no orar valientemente por lo que deseamos y alcanzar nuestros sueños en esta existencia?

Daisaku Ikeda.

AMOR DE JUVENTUD. por Daisaku Ikeda

Si sacrifica su propio crecimiento y talento por amor, usted nunca encontrará la felicidad.


Es tan natural sentirse atraído, estar interesado y enamorarse durante la juventud como lo es para las plantas florecer en primavera. Y más aún, las agonías por amor son muchas y variadas.


Mientras todos son libres de enamorarse o sentirse atraídos por alguien y nadie tiene el derecho de inmiscuirse en sus asuntos privados; como un viejo amigo, me gustaría explicarles cuán importante es, desde mi punto de vista, no perder la visión de luchar por su propio desarrollo personal. Por supuesto, no hay reglas en el amor ni en el matrimonio y nadie tiene derecho de restringirle de ninguna manera. Pero no me gusta ver a jóvenes envueltos en relaciones frívolas sufriendo y agonizando por ellas cuando deberían estar plenos y felices.


Mi maestro con frecuencia decía que cuando una mujer actuaba con dignidad en sus relaciones, los problemas podían resolverse. Las mujeres, decía, no deberían tener actitudes facilistas, actitudes que tomen el amor a la ligera, ya que ello les llevaría a lamentaciones y sufrimientos.


Mientras escribo estas palabras con las jóvenes particularmente en mis pensamientos, mucho de lo que digo también se aplica a los jóvenes.


Para mí, el amor debería ser la fuerza que nos ayude a expandir nuestras vidas, hacer brotar nuestro potencial con una fresca vitalidad. Esto es lo ideal, pero muy a menudo, las personas pierden la objetividad al enamorarse.


La pregunta es: ¿Esta persona le inspira a trabajar más duro, o le distrae de aquello que tiene que hacer?. O su presencia le determina a entregar más energía en sus actividades, a ser una mejor persona?. O le inspira a realizar sus metas futuras y trabajar por ellas? O, es esa persona su foco central, opacando todo lo demás?.


Si usted esta siendo negligente en relación a lo que debe hacer, olvidando su propósito en la vida debido a la relación que tiene, me temo que se encuentra mal encaminado. Una sana relación, desde mi punto de vista, es aquella en la cual las dos personas se animan para conseguir sus respectivos objetivos, a la vez que comparten sus anhelos y sus sueños. Una relación debe ser motivo de inspiración, vitalidad y esperanza.


En vez de convertirse en una pareja cerrada, creando un mundo en el cual sólo ustedes dos existen, es mucho más sano aprender de aquellos aspectos de su pareja que usted admira y respeta, y continuar haciendo esfuerzos por mejorar y desarrollarse usted mismo. Antoine de Saint Exupery, autor de El Principito, una vez escribió: "El amor no son dos personas mirándose una a la otra, pero si dos personas mirando juntas hacia la misma dirección".


Se que gran parte de nuestra vida cotidiana tiende a ser rutinaria y poco emocionante y por eso hacer esfuerzos sostenidos para mejorarnos a nosotros mismos, puede ser difícil, pero entonces cuando usted se enamora, la vida parece estar llena de drama y emoción y sentir que es el protagonista de una novela. Pero si usted se pierde en el amor porque se aburre y pierde todos sus caminos en la vida, entonces el amor no es otra cosa que un escape. Espero que no sucumba a esta visión de que el amor es el todo y el final, creyendo que mientras este enamorado, nada mas importa.


Incluso si usted intenta usar el amor como un escape, la euforia definitivamente, no durará mucho. Como si fuera poco usted sólo se encontrará con mas problemas, dolor y tristeza. Por mas que lo intente, no podrá escapar de sí mismo. Si se mantiene débil internamente, el sufrimiento lo perseguirá donde quiera que vaya. Nunca encontrará la felicidad si no cambia desde su interior. La felicidad no es algo que otro, como su ser amado, pueda brindarle. Usted tiene que conseguirla por sus propios medios. La única manera de hacerlo es desarrollando su propio carácter y capacidades como ser humano, maximizando totalmente su potencial. Si sacrifica su propio crecimiento y talento por amor usted nunca encontrará la felicidad.


Se que ahora puedo parecer un padre estricto, pero sólo digo esto por el bien de los jóvenes, particularmente aquellas jóvenes que muy frecuentemente son tan vulnerables a la persuasión de los chicos. Ellas actúan como si estuviesen aturdidas y pierden la habilidad de tomar decisiones calmadas y racionales.


Debido a que las jóvenes son las que más frecuentemente salen heridas, ellas tiene todo el derecho de darle valor a su dignidad y buscar su propio beneficio.


Es por esa razón que yo siento lo importante que es para las jóvenes desarrollar fuerza interior y auto respeto.


Es degradante estar buscando aprobación constantemente. Si usted se encuentra en una relación donde no es tratada como demanda su corazón, espero que tenga el coraje y la dignidad de decidir que es mejor correr el riesgo de estar sola por un tiempo a mantener una relación infeliz. El amor verdadero no son dos personas dependiendo la una de la otra, sólo puede ser alimentado entre dos personas fuertes, seguras de su individualidad. Una persona superficial, tendrá sólo relaciones superficiales. Si usted desea experimentar el amor verdadero, es importante primero, desarrollar una fuerte auto identidad.


El amor verdadero no es hacer aquello que el otro desea que haga, o pretender ser alguien que usted no es. El amor ideal se consigue solo entre dos personas sinceras, maduras e independientes.


LA LUCHA CONTRA LA ILUSIÓN (INDEPENDENCIA ESPIRITUAL)

TODAS LAS PERSONAS ESTÁN IGUALMENTE DOTADAS CON EL PODER DE LA LEY. ¿QUIÉN CONTROLA LO SAGRADO? BIEN Y MAL, DEMONIOS Y ENEMIGOS. LA INSEPARABILIDAD DEL BIEN Y DEL MAL ES INHERENTE EN LA VIDA.


¿Qué pudo ocasionar que un clero relativamente pequeño de la Nichiren Shoshu, de unos pocos miles de sacerdotes, le ordenara disolverse a la Soka Gakkai, organización laica de más de diez millones de miembros? ¿Por qué un clero, que cuenta con una presencia exigua fuera del Japón, se separó de un laicado que actualmente está creciendo en más de 190 países y territorios?
esta podría ser por la influencia de lo que se conoce en sociología como “institucionalización”. Esto significa que una vez que se ha creado una burocracia de rituales y formalidades (en este caso, en torno al Budismo de Nichiren)“. Existe la posibilidad de una desviación sustancial de los valores”, según el sociólogo B. Guy Peters.

Cuando se desarrolla una infraestructura burocrática en torno a una religión, entran en juego fuerzas poderosas que existen dentro de la naturaleza humana y que pueden funcionar en contra de la intención original de la enseñanza del fundador. A la larga, el poder, la prosperidad y la supervivencia de dicha infraestructura se convierten en prioridades, por encima de las enseñanzas que dicha estructura estaba supuesta a proteger y propagar. Esto puede acarrear que se adopten otras enseñanzas distintas a las originales, o se las distorsione, de modo que la burocracia religiosa y sus autoridades se mantengan existiendo indefinidamente. Pero en las escrituras budistas se encuentra una visión mucho más profunda que ésta.

El Sutra del loto nos dice que quienes propaguemos sus enseñanzas revolucionarias estamos sujetos a encontrar oposición, debido a que «Este Sutra del loto es el más difícil de creer y el más difícil de comprender» (The Lotus Sutra, pág. 164). Una de las razones de estas dificultades es porque éste revela que todas las personas, sin excepción, son, en esencia, dignas de respeto ya que todas poseen la naturaleza de Buda. Otra razón es que provee la base de una religión centrada en el pueblo, algo sin precedentes en la Historia.
La historia de la Soka Gakkai Internacional, por ser la principal promotora de los principios de este Sutra corporificados en el Budismo de Nichiren, da fe de la validez de estar sujetos a enfrentar oposición por propagar estas enseñanzas.
Cuando en 1930, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda (primer y segundo presidente, respectivamente) fundaron la Soka Gakkai, adoptaron el linaje de la Escuela Fuji fundada por Nikko, el sucesor de Nichiren, y representada por la Nichiren Shoshu, que para aquel entonces era una escuela del Budismo de Nichiren empobrecida y pequeña.
En los sesenta años siguientes, el movimiento laico progresista de la Soka Gakkai luchó por mantener una relación armoniosa con un clero anacrónico e intransigente. Desde el principio, era claro que las prioridades de cada una de las partes estaban en conflicto. El clero de la Nichiren Shoshu, con casi 700 años de historia, estaba centrado en mantener su orden sacerdotal. La Soka Gakkai, inspirada por sus fundadores, estaba enfocada en el mandato de Nichiren de lograr el kosen-rufu, la amplia propagación de sus enseñanzas.
El presidente Makiguchi fue quién propuso por vez primera la creación de un formato para recitar el Sutra del Loto como parte de la práctica diaria de los creyentes laicos. El surgimiento de un laicado proactivo que abrazara la misión de lograr el kosen-rufu fue una inmensa separación del enfoque que tenían los anteriores seguidores del clero de la Nichiren Shoshu.
Para los años 70 y 80 del siglo pasado, la Nichiren Shoshu se enriqueció enormemente, gracias al apoyo económico de los creyentes laicos. Finalmente, el sacerdocio vio claramente que la práctica del Budismo de Nichiren que libera e independiza a las personas impediría, por siempre, que el clero controlara a los laicos y a sus recursos, e hicieron un intento desesperado para tomar el control.
En noviembre de 1991, el clero de la Nichiren Shoshu, liderado por su sumo prelado, Nikkei Abe, excomulgó a más de diez millones de miembros de la SGI. Esperaban arrastrar a un gran porcentaje de los miembros de la Soka Gakkai a sus templos. Eso no sucedió.
Por un lado, el punto álgido del conflicto fue la insistencia del clero en que los sacerdotes son los intermediarios imprescindibles entre los creyentes laicos y el poder que ofrecen las enseñanzas de Nichiren, y que también son intermediarios necesarios de las enseñanzas del Budismo de Nichiren. Los sacerdotes, haciendo énfasis en un ritualismo y formalidades que no se hallan en las enseñanzas del Daishonin, buscaban que la veneración y obediencia a ellos, especialmente a su sumo prelado, sea el aspecto más importante de la fe de un practicante.
Por ejemplo, hicieron hincapié en que los servicios fúnebres deben ser dirigidos por los sacerdotes para que los difuntos logren la iluminación, además de pedirles a los creyentes laicos donaciones económicas exorbitantes para celebrar dichos servicios. Sostienen el criterio de que si los practicantes no veneran al sumo prelado no pueden lograr la iluminación.
Nichiren Daishonin denunció claramente en sus escritos a este tipo de criterio, haciendo énfasis en empoderar a los creyentes comunes para que logren la iluminación.
Nichiren le escribe a una creyente laica: “Jamás busque este Gohonzon [la Budeidad] fuera de usted misma. El Gohonzon existe sólo en la carne mortal de nosotros, las personas comunes que creemos en el Sutra del loto y entonamos Nam-myoho-renge-kyo” (WND, pág. 873).
El clero afirmaba que la fe sólo tiene fuerza y validez mediante la autoridad del sumo prelado. La SGI hace hincapié en una fe basada en fuerza inherente del individuo. Esta es la diferencia entre dependencia y la autonomía, entre inclinarse ante otros y tomar sus propias determinaciones.
TODAS LAS PERSONAS ESTÁN IGUALMENTE DOTADAS CON EL PODER DE LA LEY.
En otro nivel, esta cuestión se origina en la lucha espiritual entre fuerzas opuestas dentro del corazón del ser humano. El presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, afirma que: “Hacer daimoku en términos de la fe se refiere al aspecto espiritual de nuestra práctica. Esto consiste, esencialmente, en la contienda que libramos en nuestros corazones contra nuestra ilusión interior u oscuridad (una batalla en contra de las fuerzas negativas y destructivas que están en nosotros. Significa que, mediante el poder de la fe) en otras palabras, mediante el fortalecimiento de nuestra convicción en que poseemos la naturaleza de Buda, podemos traspasar la oscuridad que nubla ese despertar, revelando así el estado de vida de la Budeidad” (Living Buddhism, septiembre de 2006, pág. 79).
La fe correcta se fundamenta en la profunda percepción o conciencia de que “No hay ninguna diferencia o separación entre el Buda Shakyamuni, quién obtuvo la iluminación hace incontables kalpas; el Sutra del loto, que conduce a todas las personas a la Budeidad; y nosotros, las personas comunes” (END, pág. 226). Este es un punto crucial relativo a la esencia o médula de la fe en la Ley Mística. En este escrito, Nichiren afirma que invocar Nam-myoho-renge-kyo con esta convicción es una “cuestión de importancia primordial” para sus discípulos (END, pág. 226). El mensaje fundamental de esta afirmación es que debemos creer en que nuestra existencia presente, en sí misma, es una entidad de Myoho-renge-kyo, y en que podemos lograr la Budeidad con nuestra forma actual en esta existencia” (Living Buddhism, mayo-junio, 2008, pág. 46). Todas las personas estamos igualmente dotadas con el poder de la Ley; sacerdotes y laicos por igual.
Desde los días iniciales de la Soka Gakkai, bajo el liderato de los presidentes Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, el clero se benefició enormemente, tanto en prestigio como en bienes materiales. A pesar de estas ganancias, cuando el laicado creció hasta llegar a ser una fuerza de millones de creyentes, el clero siguió demostrando numerosos signos de corrupción y de autoritarismo.

Cada vez que los miembros de la Soka Gakkai protestaban ante estas actitudes y ante la conducta irresponsable del clero, y pedían por una reforma, la respuesta del clero sólo fue cada vez más inflexible en cuanto a imponerles sumisión a los miembros de la Soka Gakkai. Mientras más crecía la Soka Gakkai, más autoritario y corrupto se volvía el clero.
Finalmente, en 1990, luego de haber amasado una enorme base económica proveniente de las donaciones de los miembros de la Soka Gakkai, Nikken formuló un plan que denominó “Operación C”, diseñado para “cortar”, es decir, separar a los miembros de la Soka Gakkai de su mentor Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, y para disolver a nuestra organización.
Implementó dicho plan tomando una serie de acciones unilaterales en contra del presidente Ikeda y de la Soka Gakkai. En definitiva, la “Operación C” provino de la interpretación incorrecta de Nikken de las enseñanzas de Nichiren Daishonin.
En 1991 el sacerdocio excomulgó a la organización entera, es decir, a todos los miembros, suponiendo que los miembros quedarían obligados a dejar la Soka Gakkai para afiliarse directamente a un templo local.
Ocurrió lo contrario: la gran mayoría de los miembros continuó practicando con la Soka Gakkai bajo el liderato del presidente Ikeda. En resumen, el clero se excomulgó a sí mismo del cuerpo de practicantes dedicados sincera y seriamente a lograr el kosen-rufu.
Durante las décadas que siguieron, el presidente Ikeda ha conducido la propagación del Budismo de Nichiren a 192 países y territorios: más de doce millones de miembros de la SGI invocan Nam-myoho-renge-kyo en lugares tan diferentes, como por ejemplo, los Estados Unidos de América, Brasil, Europa, la India y Sudáfrica.

Una de las razones por la que la SGI cuenta con tanta diversidad es su rechazo en aceptar las estructuras que le otorguen más valor a la vida de un ser humano que a los demás. Estas estructuras pueden ser institucionales, tales como sacerdocio versus laicado, y también podrían ser estructuras racistas, o discriminatorias. La separación del clero fue un proceso valioso para sensibilizar a los miembros de la SGI ante la injusticia estructural y la desigualdad institucional.
¿QUIÉN CONTROLA LO SAGRADO?
De esta cuestión surge la pregunta de quién ha de controlar o administrar lo sagrado, tanto en el universo como en el corazón del ser humano. ¿Debería la esencia de una religión pertenecerle exclusivamente a una élite, o a un clero ordenado como tal?
Es probable que desde la alborada de los registros históricos de la humanidad, un grupo especial de personas, o casta de sacerdotes, bien sea que fueran shamanes o monjes, afirmaran haber sido escogidos por la divinidad para ser los guardianes de los secretos religiosos y de las enseñanzas, supuestamente inalcanzables para el entendimiento de las personas comunes. Sin embargo, los principios del Sutra del loto, tal cual fueron incorporados en el Budismo de Nichiren, definen una religión en la que las personas cuentan consigo mismas, una religión centrada en las personas comunes, y no en el clero.
La Ley que gobierna a toda vida y fenómeno en el universo es accesible, por igual, a todas las personas.
Como mencionamos arriba, la naturaleza de las instituciones religiosas es que, a menudo, el éxito y supervivencia de la burocracia religiosa se vuelve más importante que la pureza de las enseñanzas que profesa. La autoridad clerical termina por distorsionar, cambiar e inventar nuevas enseñanzas para asegurarse su autoridad y prosperidad.
La enseñanza del Budismo de Nichiren, por su naturaleza intrínseca, rechaza todo poder autoritario. Cuando la SGI puso en práctica estas enseñanzas que le dan poder al individuo, el sacerdocio de la Nichiren Shoshu perdió la posibilidad de controlar a la membresía, así como las ventajas económicas de ello, y entonces, reaccionó excomulgando a diez millones de miembros de la SGI.
Esta es una cuestión de derechos humanos —el derecho que tienen todas las personas de acceso directo a la Ley —de abrazar plenamente a lo universal y sagrado, sin necesidad de ningún tipo de intermediarios. Es una revolución religiosa en contra del autoritarismo y del apego fundamentalista a los rituales y formalismos.
Sin embargo, no basta con señalar los errores del sacerdocio. La verdadera tarea es la transformación extremadamente difícil de la base cultural subyacente que permite que prospere una religión autoritaria, centrada en el clero; es decir, debemos eliminar tanto nuestras tendencias a volvernos autoritarios, como a depender de la autoridad. Se resume en vencer nuestra incredulidad en nuestra naturaleza de Buda y en la de los demás.
En su propuesta de paz de 2008 a las Naciones Unidas, el presidente Ikeda afirmó lo siguiente: “Estoy convencido de que nuestra época necesita un humanismo capaz de confrontar y detener la tendencia hacia el fundamentalismo. Y eso implica la tarea de situar nuevamente a las personas y a la humanidad toda en el centro de la escena, labor que, en última instancia, solo se puede llevar a cabo mediante un esfuerzo espiritual incansable para adiestrar y templar nuestra propia naturaleza”.
Y más adelante dice: “Si hemos de ponerle freno a esta tendencia, no debemos contentarnos con ser espectadores pasivos. Un auténtico humanista no puede eludir o abandonar la lucha contra el mal. “Humanismo”, como ya se ha mencionado, es una palabra y a la vez un concepto que denota tanto un aspecto positivo (paz, tolerancia, moderación, así como también posibilidades negativas) la tendencia a transigir rápidamente y a mostrar escaso entusiasmo por cualquier clase de compromiso. A menos que seamos capaces de romper la barrera y de elevarnos por sobre esos aspectos negativos, no podremos contrarrestar las ideologías extremistas, que representan el rasgo típico del fanatismo”.

BIEN Y MAL, DEMONIOS Y ENEMIGOS
“Los que digan ser mis discípulos y practiquen el Sutra del loto, deberían practicarlo tal como lo hago yo.” —Nichiren Daishonin (END, pág. 1023).

Por más simple que parezca esta afirmación, en estas palabras subyace la premisa de que para practicar tal cual lo hizo Nichiren, debemos vencer a la poderosa tendencia de hacer lo opuesto; es decir, de practicar y creer en lo que estamos predispuestos, de ser arrastrados por las fuerzas internas, originadas en la oscuridad fundamental de nuestras vidas.

Con frecuencia, estas tendencias negativas se describen como los “tres venenos” de la voracidad o avaricia, de la ira, y de la estupidez o ignorancia, las cuales indican una vida dominada por los deseos, la falta de poder y la ignorancia. Aparecen y son definidas como funciones diabólicas, como el mal, o como enemigos que obstruyen el progreso hacia la felicidad verdadera y hacia una práctica correcta del Budismo de Nichiren, con su mismo propósito.

Podemos observar la influencia de estas fuerzas en nosotros cuando pensamos y nos comportamos como egoístas y egocéntricos – con un comportamiento por el cual abusamos de nuestra posición y utilizamos a los demás para nuestro beneficio personal. Cuando somos esclavos de nuestra arrogancia y carentes de templanza y de autodominio estamos ciegos ante el gran potencial de nuestra naturaleza de Buda y la de los demás.

El presidente Ikeda dijo que “en definitiva, la fe es una lucha contra nuestro propio egocentrismo” (The New Human Revolution, vol. 9, pág. 143).

LA OPOSICIÓN SE PRESENTA CUANDO SE PROPAGA LA LEY
El Sutra del Loto explica que cuando se revela la Ley, aparecerán fuerzas negativas opuestas a su propagación. Estas fuerzas se manifiestan mayormente en la conducta arrogante y egocéntrica de quienes detentan posiciones o cargos de poder. La historia del Budismo de Nichiren y de la Soka Gakkai es la de confrontar y vencer los intentos y esfuerzos que buscan impedir la amplia propagación de la Ley de Nam-myoho-renge-kyo.

Nichiren afirma en sus escritos que “Los tres poderosos enemigos se manifestarán sin falta” (END, pág. 416); “Este mundo es el territorio del Rey Demonio del Sexto Cielo” (END, pág. 519); y “A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios” (END, pág. 525).

En general, estos demonios, enemigos y obstáculos representan funciones negativas en las vidas de las personas, que disminuyen el valor de la vida, causan desarmonía, socavan nuestra independencia y confianza y obstruyen el progreso de nuestra fe y práctica del budismo. Estas son las fuerzas de la infelicidad, son las fuerzas que se oponen al kosen-rufu, la propagación de la Ley.

Los términos como demonios, enemigos y el mal representan tipos de comportamientos del ser humano, tanto nuestros como de los demás, que pueden apoyar o impedir nuestros esfuerzos para despertar a nuestra naturaleza de Buda inherente. Afortunadamente, si somos firmes y constantes en la fe, cualquier obstáculo, demonio o enemigo se puede convertir en un “buen amigo” o fuerza positiva en nuestra práctica del budismo, permitiendo que surja nuestra naturaleza de Buda.

Entre los “Tres obstáculos y cuatro demonios” se encuentran los deseos internos o las dudas que pueden probar nuestra fe; la influencia de familiares u otras personas que se oponen a nuestra fe, y las conductas específicas que las escrituras budistas identifican como el surgimiento de la negatividad innata a la vida para oponerse a la propagación de la Ley. Estas tres categorías de personas que se comportan de esos modos son llamadas los “tres poderosos enemigos”.

LA INSEPARABILIDAD DEL BIEN Y DEL MAL ES INHERENTE EN LA VIDA.
El budismo no ve al bien y al mal o al Buda y al demonio como dualidades separadas. En otras palabras, no enseña que el mal esté por aquí y el bien esté por allá, existiendo independientemente el uno del otro. El budismo considera que son mutuamente inclusivos, ninguno existe sin el otro. Donde está uno, el otro es un potencial siempre latente. El budismo propone la visión de la inseparabilidad del bien y el mal”. Tal como lo explica Nichiren: “El bien y el mal han estado inherentes en la vida desde el tiempo sin comienzo” (END, pág. 1158).
Esto no significa que el bien y el mal sean lo mismo, ni que sean equivalentes, ni igualmente aceptables. Por reconocer el potencial para el bien que existe en el mal, podemos retar fuertemente a la injusticia y a lo incorrecto, a la vez que luchamos para estimular y nutrir al bien. Al mismo tiempo, por saber que en el bien existe el potencial del mal, siempre podemos estar vigilantes; podemos desarrollar la capacidad de reconocer al mal cuando aparece en nosotros o en los demás, así como la valentía de actuar para enfrentarlo y contrarrestarlo.

Cuando los términos demonio o malvado se usan respecto a una persona, lo que eso significa es que dicha persona está manifestando conductas que las enseñanzas budistas definen como tales. Sin embargo, también se sobreentiende que la fuerza opuesta está simultáneamente presente.
Cuando vemos al bien o al mal en los demás, ello significa que también estamos viendo al bien o al mal en nosotros mismos.

El budismo considera que la tensión entre las energías negativas y positivas de la vida es una realidad de todos los fenómenos, los cuales son gobernados por la Ley de Nam-myoho-renge-kyo. Tanto la iluminación fundamental, como la oscuridad fundamental (el bien y el mal) surgen de la única Ley de Nam-myoho-renge-kyo (Ver END, pág. 404). La oscuridad fundamental tiene su raíz en la ignorancia o menosprecio (Calumnia) de la Ley, y la iluminación fundamental tiene sus raíces en la fe y en el despertar a la Ley. Cualquiera de ellas es una fuerza que puede orientar nuestra conducta.
La forma en que vivimos o nos comportamos puede acrecentar nuestra ignorancia de la Ley, pero también puede conducirnos a un mayor despertar a la Ley. En resumidas cuentas, todo se revela en nuestro comportamiento. Nichiren dice que: “El propósito con el cual nació en este mundo el buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, yace en su comportamiento como ser humano” (END, pág. 893). El criterio definitivo para juzgar la grandeza de cualquier religión o filosofía es el comportamiento de quienes la profesan.
La religión o filosofía de vida que se abraza desempeña un papel significativo en cuanto a si la fuerza positiva o la negativa predominará en nuestros pensamientos, palabras y acciones, todo lo cual genera las tendencias de la vida en forma de karma. Esta palabra sánscrita significa “acción” o “conducta”. Una filosofía de vida frágil o errada nos hace más susceptibles a los deseos egocéntricos y a las necesidades oscuras que se originan en la oscuridad fundamental, o karma negativo. Esta tensión entre el bien y el mal se hace más evidente en los que detentan posiciones o cargos de autoridad, secular o religiosa, en cuyo caso las tentaciones de la naturaleza humana se vuelven especialmente fuertes.
A lo largo de la historia, esto le ha ocurrido repetidamente a personas que ocupaban posiciones de poder en el clero budista, a sacerdotes que sucumbieron a sus emociones humanas más bajas, considerándose superiores, contrariamente a las propias enseñanzas que decían seguir. Su arrogancia les llevó a subvertir las enseñazas que les fueron confiadas. El mismo Nichiren libró esta lucha, como así lo explica: “El Rey Demonio del Sexto Cielo ha intentado de valerse de mi cuerpo. Pero desde hace un tiempo vengo tomando tan grandes precauciones que ya ni se me acerca” (END, pág. 329).

Debido a que Nichiren derrotó a su propia oscuridad fundamental, fue que él pudo manifestar su naturaleza de Buda. Pretender experimentar la verdadera felicidad sin dominar nuestra tendencia a ser infeliz es contrario a la naturaleza de la vida. Es importante resaltar que cuando el bien despliega su potencial total por oponerse al mal, entonces el mal está sirviendo para un buen propósito. Cuando se permite el mal, sin retarlo, éste lo consumirá todo y todo se habrá perdido. Es con este espíritu que la SGI protesta en contra de las distorsiones del sacerdocio de la Nichiren Shoshu.