¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

MENSAJE DE AÑO NUEVO DEL PRESIDENTE DE LA SGI, DAISAKU IKEDA, PARA EL 2012



1º de enero de 2012

ILUMINEMOS EL MUNDO Y EL FUTURO CON LA GRAN LUZ DE LA ESPERANZA.

¡Felicitaciones por el inicio de 2012, el “Año del desarrollo de una SGI juvenil”, rebosante de nuevas posibilidades!

Gracias al magnífico esfuerzo de todos ustedes, hemos iniciado una nueva era del kosen-rufu, en que la SGI, además de estar creciendo como nunca, se ve fortalecida por una multitud impresionante de jóvenes Bodhisattvas de la Tierra que surgen en todas partes del mundo.

Junto a los compañeros de fe de ciento noventa y dos países y territorios, hagamos brillar en nuestro corazón el sol del tiempo sin comienzo, día tras día, e iluminemos nuestro vecindario, la sociedad y el porvenir entero con la potente luz de la esperanza.

Hace seis décadas, durante un seminario de estudio para la División de Jóvenes que se llevó a cabo en 1952, Josei Toda (mi eterno mentor y segundo presidente de la Soka Gakkai), expresó su idea visionaria de la “ciudadanía mundial”.

Nos preguntó si asumiríamos la noble misión de lograr la paz mundial, el kosen-rufu, y todos exclamamos afirmativamente, pletóricos de entusiasmo.

Fiel a ese juramento juvenil que hicimos a nuestro mentor, he trabajado junto a mis laboriosos compañeros de fe para construir las bases del kosen-rufu mundial. Hoy, incontables sucesores de todo el mundo están actuando con idéntica determinación y con este mismo compromiso. Nada podría tranquilizarme tanto ni brindarme mayor inspiración.

Nichiren Daishonin escribe: «Puesto que la Ley es maravillosa, la persona es digna de respeto; ya que la persona es digna de respeto, la tierra es sagrada».(1).

¿Por qué la SGI ha podido forjar en todo el mundo a tantas personas admirables, que hoy contribuyen seria y sinceramente a la prosperidad de su comunidad y a la sociedad en que viven? Porque nuestras actividades siempre se han basado en los escritos de Nichiren Daishonin un inagotable tesoro de sabiduría fundado en el respeto a la dignidad de la vida y porque hemos avanzado a cada momento con el propósito de poner en práctica el budismo en la sociedad.

Este año marca el 60ª aniversario de la publicación del Nichiren Daishonin Gosho Zenshu (Escritos completos de Nichiren Daishonin), tarea que fue posible gracias al auspicio del maestro Toda.

Nikko Shonin, el sucesor directo del Daishonin, escribe: “Cuando llegue el momento de transmitir al mundo las venerables palabras de nuestro maestro del Japón Nichiren Daishonin, se las podrá traducir al sánscrito y al chino”.(2).

Hoy, los escritos del Daishonin han sido traducidos al inglés, chino, español, francés y otros idiomas por iniciativa de la SGI, y son ampliamente leídos en todo el orbe.

¡Cuán felices se sentirían, sin duda alguna, el Daishonin y su leal sucesor!

El doctor Carlos Rubio, supervisor editorial de la traducción al español de Los escritos de Nichiren Daishonin, profesor de idioma japonés y de literatura de la Universidad Complutense de Madrid, se mostró impresionado por el hecho de que Nichiren, un sacerdote de humilde origen, se pusiera de pie a defender la causa de la felicidad del pueblo poniendo en riesgo su vida, en una época como el Japón del siglo XIII. También expresó su admiración por la personalidad sólida y recta que desplegó el Daishonin , a quien describió como un “luchador”, durante su larga contienda en medio de persecuciones incesantes.(3).

El doctor Dennis Gira, supervisor editorial de la traducción al francés de Los escritos de Nichiren Daishonin, estimado estudioso del budismo y especialista cristiano en diálogo interreligioso, ha comentado que si las personas trascendieran sus diferencias religiosas y escucharan con actitud abierta lo que Nichiren intenta comunicar, descubrirían lo más esencial de su experiencia religiosa, distinta de la suya, y se enriquecerían con su filosofía que es parte de la herencia espiritual de la humanidad.(4).

Las enseñanzas de Nichiren Daishonin tienen el poder de hacer surgir la fortaleza y la vitalidad inherentes a cada persona, trascendiendo las diferencias étnicas, de cultura y de idioma. Constituyen una fuente de inspiración y de iluminación que fortalece en las personas su compromiso de impulsar la causa de la justicia y el humanismo, y de promover mayor apertura y entendimiento. El budismo de Nichiren, lo declaro públicamente ante todos, es la gran filosofía de renovación y revitalización que el mundo tanto anhela.

Nichiren Daishonin escribe: No hay otra felicidad verdadera más que mantener la fe en el Sutra del loto. A eso se refiere la expresión “[disfrutarán] de paz y de seguridad en su existencia actual y de buenas circunstancias en existencias futuras”.(5).

Aunque surjan problemas mundanos, jamás deje que estos lo perturben. Nadie puede evitar las dificultades, ni siquiera los sabios y venerables.

[..] Sufra lo que tenga que sufrir; goce lo que tenga que gozar. Considere el sufrimiento y la alegría como hechos de la vida, y siga entonando Nam-myoho-renge-kyo, pase lo que pase.(6).

Cuando alineamos nuestra vida con la Ley Mística, no tenemos por qué temer a nada. La SGI es una red indestructible de personas dedicadas a la causa del bien, que enfrentan la adversidad con bravura y superan juntas toda clase de obstáculos, basadas en la esperanza que les brinda el principio de “transformar el veneno en medicina”

El filósofo suizo Henri-Frédéric Amiel (1821-1881) observó que la buena fortuna mejoraba cuando era puesta a prueba, y que, del mismo modo, las personas que nunca habían experimentado sufrimientos carecían de profundidad espiritual.(7).

En años recientes, hemos visto una serie de desastres naturales, como el terremoto y tsunami del 11 de marzo en el Japón, la inundación de Tailandia y los huracanes destructivos de los Estados Unidos, que se han sumado a una persistente crisis en la economía mundial. Pese a ello, en todo el mundo la población se ha puesto de pie para reconstruir su vida, con un esfuerzo admirable.

Nuestros miembros de la SGI, que han sobrellevado muchas de estas aflicciones en forma personal, están luchando valerosamente por apoyar y asistir a sus semejantes como pilares indispensables de cada comunidad, haciendo gala del comportamiento noble y cabal de los Bodhisattvas de la Tierra. Nichiren Daishonin escribe: “Fortalezca más y más su decisión de buscar el Camino y de lograr la Budeidad en esta existencia”.(8).

Nuestra práctica budista, dirigida hacia el logro de la Budeidad en esta existencia y del kosen-rufu mundial, siempre comienza a partir de este momento y del lugar en que nos encontramos ahora. Esta postura brillante y positiva de seguir avanzando a cada instante es el espíritu de Gakkai.

El doctor Jim Garrison, ex presidente de la Sociedad John Dewey de los Estados Unidos, ha observado: “La SGI todavía es joven y está en pleno florecimiento. Mientras se mantenga abierta, flexible y dispuesta a aprender al mismo tiempo que enseña, podrá seguir creciendo”.(9).

Sigamos esforzándonos en los “dos caminos de la práctica y el estudio”(10) con eterno espíritu de búsqueda juvenil, siempre procurando aprender y actuar con valentía e iniciativa. Esta es la forma de construir un estado de vida más elevado, un círculo de amigos y de confianza más extensa y una SGI siempre juvenil.

Este año también será el 55º aniversario de la “Declaración para la Abolición de las Armas Nucleares” establecida por el señor Toda. En nombre de mi mentor, he adoptado esta declaración histórica , cuyo cumplimiento encomendó a los jóvenes y la he dado a conocer al mundo.

“El mundo es tu escenario”, me dijo mi mentor. Con estas palabras en el alma, he iniciado incontables diálogos y he construido una inmensa red enfocada en la paz mundial. Mi único deseo siempre ha sido dar lo mejor al señor Toda y hacerlo feliz. Por eso, jamás he dudado; por eso, no tengo nada que reprocharme. Cuando nos consagramos a cumplir el juramento compartido de maestro y discípulo, podemos manifestar sin límites nuestra fortaleza innata y nuestro potencial interior. A la vez que seguimos entonando Nam-myoho-renge-kyo vibrantemente y que impregnamos nuestra vida con “la máxima alegría”,(11) triunfemos en la construcción de una magnífica red de paz, cultura y educación que resplandezca como un luminoso faro de esperanza para todos los seres humanos.

Mi esposa y yo estamos orando con fervor por su salud, su felicidad, su seguridad y el éxito de cada una de sus iniciativas.

¡Mis mejores deseos para el año que comienza!
Daisaku Ikeda
Presidente de la Soka Gakkai Internacional

NOTAS
1 Los escritos de Nichiren Daishonin (END), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1142.
2 “Gonin Shoha Sho” (Sobre la refutación a los cinco sacerdotes), en Gosho zenshu, pág. 1613.
3 De una entrevista publicada en la revista de estudio de la Soka Gakkai, Daibyakurenge, en mayo de 2011.
4 De un artículo publicado en el diario de la Soka Gakkai, Seikyo Shimbun, el 24 de octubre de 2011.
5 The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El Sutra del loto, y los sutras de inicio y de cierre), trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap. 5, pág. 136.
6 END, pág. 715.
7 AMIEL, Henri-Frédéric: Amiel's Journal (Diario de Amiel), trad. por Humphry Ward, Londres: MacMillan and Co., 1885, pág. 255.
8 END, pág. 990.
9 Del original en inglés con las observaciones del doctor Garrison en su diálogo con el presidente Ikeda, publicado en la edición de junio de 2011 de la revista Todai (Faro o Luz de Bengala) afiliada a la Soka Gakkai.
10 END, pág. 408.
11 Registro de las Enseñanzas Oralmente Transmitidas. Pág. 212.

LA VIDA Y LA MUERTE. (Ensayo de Daisaku Ikeda publicado en la revista de Filipinas Mirror.)

Nadie puede escapar de la muerte. La cesación de la vida es tan segura como la certeza de que la noche sigue al día, el invierno viene después del otoño, y la vejez llega cuando la juventud queda atrás. La gente toma precauciones para evadir el sufrimiento y no verse en apuros durante el invierno o en la vejez; pero pocas personas se preparan para la muerte, que adviene indefectiblemente.


La sociedad moderna aparta su mirada de este tema esencial. Para la mayoría de las personas, la muerte es una cuestión temible y fatal; para otras, significa la simple ausencia de vida, un estado en blanco, un vacío. Hay quienes hasta la consideran algo absurdo.


¿Qué es la muerte? ¿Qué ocurre con nosotros después de que morimos? Si nos empeñamos, podemos ignorar tales preguntas. Y en efecto, muchos lo hacen. Pero si no adquirimos profunda conciencia sobre la realidad de la muerte, terminaremos viviendo una existencia superficial y de poca estabilidad espiritual. Es posible que logremos convencernos de que, de alguna manera, lidiaremos con la muerte cuando llegue. Algunas personas se mantienen asiduamente ocupadas en todo tipo de tareas, para evitar reflexionar sobre los temas fundamentales de la vida y de la muerte. Sin embargo, con una actitud semejante, la dicha que podamos experimentar siempre será efímera y nos veremos acosados sin cesar por la preocupación de una muerte inevitable. Estoy convencido de que encarar el tema de la muerte les permite a las personas gozar de una existencia estable, pacífica y profunda.


¿A qué se llama “muerte”?, ¿se trata de una extinción?, ¿una transición hacia la nada? ¿O es la puerta de acceso a una nueva vida?, ¿una transformación en lugar de un final? En todo caso, ¿qué es la vida?, ¿una fase momentánea y evanescente que está seguida de quietud?, ¿una fase de no existencia?, ¿algo que tiene una profunda continuidad y se prolonga más allá de la muerte?


El budismo considera un error pensar que la vida concluye con la muerte. A la vez, sostiene que todo lo que existe y ocurre en el universo está vinculado y tiene un “origen dependiente” (engi,, en japonés). Lo que llamamos “vida” es una energía vibrante que fluye a lo largo y a lo ancho de todo el universo, y no tiene principio ni fin; es un proceso continuo y dinámico de cambio. Desde el punto de vista del budismo, la vida del ser humano no es una excepción. ¿Por qué ha de ser la existencia humana algo finito, caprichoso, aislado y desconectado del ritmo universal de la vida?


En la actualidad, sabemos que los cuerpos celestes y las galaxias nacen, duran un determinado lapso y mueren. Todo lo que se aplica a las inmensas realidades del universo se aplica, de la misma manera, al minúsculo mundo de nuestro cuerpo. Desde el enfoque de la física, el cuerpo humano está constituido por la misma materia, los mismos componentes químicos que conforman los astros. En tal sentido, somos “hijos” de las estrellas.


El cuerpo humano consta de unos sesenta billones de células individuales, y la vida es la fuerza vital que armoniza el funcionamiento infinitamente complejo de ese número de células tan difícil de concebir. A cada instante, cantidades incalculables de ellas mueren y son reemplazadas por otras que nacen. En ese nivel, cada uno de nosotros está experimentando diariamente los ciclos del nacimiento y la muerte.


En términos prácticos, la muerte es necesaria. Si las personas vivieran para siempre, con el tiempo empezarían a anhelar la muerte. Sin la muerte, enfrentaríamos toda una nueva gama de problemas, desde la superpoblación mundial hasta el hecho de tener que lidiar con un físico envejecido. La muerte da espacio a la renovación y a la regeneración.


Por consiguiente, la muerte debe agradecerse como un beneficio, tanto como se agradece la vida. El budismo ve la muerte como un período de descanso, como el acto de dormir, mediante el cual la vida recobra energías y se prepara para nuevos ciclos de existencia. No hay ninguna razón para temerle a la muerte, para odiarla o para buscar desterrarla de nuestra mente.


La muerte no discrimina: nos despoja de todo. La fama, la riqueza y el poder son absolutamente inútiles en el estado de desapego total de los últimos instantes de nuestra existencia. En ese momento, en lo único que podemos confiar es en nosotros mismos. Debemos afrontar la muerte con solemnidad, con la sola armadura de nuestra cruda humanidad, con el registro real de nuestras acciones, de acuerdo con las elecciones que asumimos en la vida. “¿He sido fiel a mí mismo?”. “¿Qué he aportado al mundo?”. “¿De qué estoy satisfecho y cuáles son mis remordimientos?”.


Para morir bien, uno tiene que haber vivido bien. Para quienes han transcurrido su existencia fieles a sus convicciones y han trabajado para brindar felicidad a los demás, la muerte puede llegar como un descanso reconfortante, como un sueño bien ganado después de un día de gratos esfuerzos.


La manera en que David L. Norton (1930-1995), profesor de filosofía de la Universidad de Delaware, confrontó su propia muerte hace algunos años me impresionó hondamente.


Cuando tenía diecisiete años, David Norton se sumó a un cuerpo de bomberos paracaidistas voluntarios; se dedicó a lanzarse en su paracaídas sobre las áreas más inaccesibles para impedir que los incendios se expandieran, cortando árboles y cavando trincheras. Él decía que eso le permitía aprender a superar sus propios temores.


Ya en sus sesenta años, le diagnosticaron un cáncer avanzado. Según su esposa Mary Norton, mientras enfrentaba su fin con gallardía, David Norton se dio cuenta de que el dolor no era capaz de doblegarlo; tampoco le pareció que morir fuese una experiencia solitaria. La señora Norton me contó que él se había sentido todo el tiempo rodeado de amigos, y que había mantenido la compostura sin el menor temor ante la muerte, como si fuese “otra aventura”, como la “experiencia límite” de saltar sobre el humo.


La señora Norton reflexionó: “Pienso que, ante todo, una aventura es una oportunidad para desafiarnos a nosotros mismos. (…) Es salir de situaciones que nos son cómodas, donde sabemos qué va a ocurrir, donde no tenemos de qué preocuparnos. Es una oportunidad de crecer (…), de ser lo que realmente uno debe ser. Pero no se puede enfrentar la aventura con temor”.


Estar consciente de la muerte nos permite vivir cada día y cada momento con agradecimiento por la incomparable oportunidad que tenemos de crear algo, mientras habitamos este planeta. Para disfrutar de verdadera felicidad debemos vivir cada momento como si fuese el último. El hoy nunca volverá. Podemos hablar del pasado o del futuro, pero la única realidad que tenemos es el momento presente. Confrontar la realidad de la muerte nos permite, de hecho, generar creatividad ilimitada, valor y alegría en cada instante que vivimos.

GHOSO: EL HOMBRE ACAUDALADO SUDATTA. Preparado y comentado por Shin Yatomi para el Departamento de Estudio de la SGI-USA.

Te enseñaré cómo fácilmente puedes convertirte en Buda.

Impartir una enseñanza a alguien es como aceitar las ruedas de una carreta para que éstas giren, aunque la carreta sea pesada, o como flotar un bote sobre el agua para que se mueva con facilidad. La manera de fácilmente convertirse en Buda no es nada especial. Es lo mismo que dar agua a una persona sedienta en tiempos de sequía o proveerle fuego a una persona que se congela de frío. O también, es lo mismo que regalar algo singular a alguien u ofrendar algo así como una dádiva aún en riesgo de nuestra propia vida.

Había una vez un gobernante llamado Rey Color Dorado.(1) Durante doce años, su país fue asolado por una severa sequía, e incontables cantidades de personas murieron de hambre. En los ríos, los cadáveres se usaban como puentes y en tierra, las osamentas se consideraban montículos de enterramiento.

En ese tiempo, el Rey Color Dorado se animó con una gran aspiración de salvar a los demás y distribuyó una vasta cantidad de donaciones. Regaló todo lo que pudo hasta lo que le quedaba en el almacén eran meramente cinco medidas de arroz.

Cuando sus ministros le informaron que esto le proveería con comida para un solo día, el gran rey tomó las cinco medidas de arroz y permitió que cada uno de sus famélicos súbditos, por ejemplo, tomaran uno o dos granos, o tres o cuatro granos. Entonces dirigió su mirada a los cielos y alzo su voz con un grito de que asumiría para sí el dolor del hambre y la sed de su pueblo, para entonces él, a su vez, morir del hambre. Los dioses celestiales le escucharon e instantáneamente hicieron que cayera la dulce lluvia de la inmortalidad. Y toda aquella gente cuyos cuerpos tocó esta lluvia o cuyos rostros fueron mojados por ella, toda esa gente satisfizo la necesidad de comida y en el espacio de un momento los habitantes de todo el país revivieron.

En la India había un hombre acaudalado llamado Sudatta. Siete veces empobreció y siete veces llegó ser un hombre adinerado. Durante su último periodo de pobreza, cuando todo el mundo había huido o perecido, y sólo quedaban él y su esposa, ambos tenían cinco medidas de arroz que los hubiera alimentado durante cinco días.

En ese tiempo, cinco personas – Mahakashyapa, Shariputra, Ananda, Rahula, y Shakiamuni Buda, llegaron  a Sudatta para mendigar por las cinco medidas de arroz, las que Sudatta les entregó. Desde ese día en adelante, Sudatta fue el hombre más acaudalado de toda la India, y construyó el monasterio de Jetavana. Tomando esto como punto de partida, debes comprender todas las cosas.

Tal como un mono asemeja a un hombre y la torta de arroz asemeja la luna, tú ya te asemejas al devoto del Sutra del Loto. Ya que tan ardorosamente has protegido a mis seguidores y seguidoras en Atsuhara, la gente de este país considera que eres como Masakado(2) de la era Shohei o Sadato(3) de la era Tengi. Esto se debe solamente a que has dedicado tu vida al Sutra del Loto. Los dioses celestiales en lo más mínimo te consideran un hombre que ha traicionado a su Señor. Además, al tener numerosas obras públicas forzosamente asignadas a tu pequeña aldea, tú mismo careces del caballo que debes montar, y tu esposa e hijos carecen de la ropa que deben usar. El que hayas sentido ansiedad de que el devoto del Sutra del Loto probablemente fuera asediado por la nieve en medio de las montañas y careciera de alimento, y al enviarme mil monedas aún en tales circunstancias, eso es exactamente como una mujer pobre que al monje mendigo le da la única pieza de ropa que ella y su esposo llevaban puesta, o como Rida cuando dio el mijo que había en su jarra a pratyekabuda.(4)  ¡Qué admirable, qué noble! Te hablaré en más detalle más tarde.

NOTAS
1.  Rey Color Dorado se refiere a Shakiamuni Buda en una existencia previa. El Sutra del Rey Color Dorado relata una versión un tanto diferente de la historia en que el rey, como ofrenda, entrega su última porción de arroz a pratyekabuda. Ahí mismo, ropa, comida, y otros tesoros caen del cielo y al pueblo se le alivian los sufrimientos.
2.  Masakado (fallecido en el 940) Tairo no Masakado, un distinguido guerrero del clan Taira que ejerció un gran poderío al este del Japón. Atacó las oficinas gubernamentales en Kanto y adoptó el título de “Nuevo Emperador”. Sin embargo, poco después sus huestes recibieron una derrota aplastante y él fue ultimado por su primo, Taira no Sadamori, con el apoyo de Fujiwara no Hidesato (WND, 1246).
3.  Sadato (1019 – 1062) Abe no Sadato, líder de una poderosa familia del nordeste de Japón. Buscó la independencia del dominio imperial pero fue derrotado y ultimado en una batalla contra las fuerzas imperiales. (WND, 1246) 
4.  Tal como cuenta la historia en el Sutra Almacén de Diversos Tesoros, cierto hombre acaudalado tenía dos hijos, Rida y Arida. Al momento de la muerte de este hombre, en vez de dividir su fortuna entre los hijos, este hombre les advierte que se ayuden entre sí. Con el tiempo, el hermano mayor, Rida, cae en tiempos difíciles y hace votos religiosos, y se convierte en un pratyekabuda. El hermano menor, Arida, también pierde su fortuna y a duras penas se ve obligado a ganarse la vida vendiendo leños. Un día, Arida observó un pratyekabuda con una vasija de mendigar vacía y le ofrece comida, sin darse cuenta que es su hermano mayor. Como resultado de esta buena obra, renace primero como el rey celestial Shakra, y posteriormente como el rey girador de ruedas y finalmente, como uno de los diez principales discípulos de Shakiamuni. Aunque el texto se refiere a Rida, pueda que el Daishonin se estuviera refiriendo a Arida. 

PUNTOS CLAVES
1-        Expandimos nuestras vidas a través de compartir las alegrías y los sufrimientos de los demás.
2-        La principal manera de ayudar a los demás es enseñarle Budismo, y cómo construir felicidad duradera.
3-        La sinceridad es la base de la ofrenda budista.

ANTECEDENTES
Esta carta fue escrita en Minobu en el invierno de 1280 y enviada a Nanjo Tokimitsu (1250 – 1332), el joven senescal de la Aldea de Ueno en la Provincia Suruga.

Ya que Nichiren Daishonin había ido a vivir a Minobu, Tokimitsu había establecido una relación particularmente estrecha con Nikko Shonin, y apoyó los esfuerzos de propagación de éste en el área de Fuji.

Durante la Persecución de Atsuhara, Tokimitsu usó su influencia para proteger a los demás creyentes, al albergar a algunos en su propia casa y negociar la libertad de otros que habían sido encarcelados.

El Daishonin honró la valentía que Tokimitsu mostró al llamarlo “Ueno el Digno”, aunque en ese tiempo el joven apenas tenía veinte años de edad.

Las autoridades en Kamakura, en represalia por el apoyo que Tokimitsu había brindado a los seguidores y las seguidoras del Daishonin habían impuesto pesadas tributaciones a las propiedades de Tokimitsu y le exigieron a éste que proveyera mano de obra gratuita. Sin embargo, sin importarle su propia pobreza, la preocupación primordial de Tokimitsu era por el Daishonin, a quien de alguna manera pudo enviar mil monedas. Profundamente conmovido, el Daishonin le escribió esta respuesta.

COMENTARIOS

PREOCUPARNOS POR LOS DEMÁS, COMPARTIR CON LOS DEMÁS
La manera de fácilmente convertirse en Buda no es nada especial. Es lo mismo que dar agua a una persona sedienta en tiempos de sequía o proveerle fuego a una persona que se congela de frío. O también, es lo mismo que regalar algo singular a alguien u ofrendar algo así como una dádiva aún en riesgo de nuestra propia vida. 

Compartir es una de las más importantes expresiones de compasión e indica cuánto nos importa la gente sufriente. Cuando actuamos en consideración por la felicidad de los demás, al hacer que esa felicidad sea tan importante para nosotros como si fuera nuestra, igualmente nuestra alegría y la de los demás, aumenta mucho más. Cuando apoyamos a los demás durante el sufrimiento, al asumir ese sufrimiento como si fuera nuestro, podemos aminorar ese sufrimiento y hacerlo más llevadero. Así de fuerte es el poder de compartir. Al compartir y preocuparnos por los demás, podemos expandir nuestras vidas más allá de los confines de nuestra propia piel o cualquier otra demarcación para abrazar toda vida y naturaleza. La vida es elástica, y puede encogerse hasta convertirse en la pequeña prisión del egoísmo o expandirse para abrazar el universo entero.

Cerca de los comienzos de esta carta, Nichiren Daishonin escribe: “Te enseñaré cómo fácilmente puedes convertirte en Buda.” A renglón seguido explica que “La manera de fácilmente convertirse en Buda no es nada especial. Es lo mismo que dar agua a una persona sedienta en tiempos de sequía o proveerle fuego a una persona que se congela de frío. O también, es lo mismo que regalar algo singular a alguien u ofrendar algo así como una dádiva aún en riesgo de nuestra propia vida.”

Aquí él enseña que desarrollar la compasión de compartir la vida de los demás (especialmente, el sufrimiento) es la clave para revelar nuestra Budeidad innata. Claro está, la causa fundamental para alcanzar la Budeidad es invocar Nam-myoho-renge-kyo con fe en el Gohonzon, es decir, en la naturaleza de Buda dentro de la vida de toda persona. Sin embargo, además de esta práctica básica, es esencial hacer esfuerzos concientes para desarrollar compasión.

Tal como Nichiren señala, hacer esto acarrea dos importantes consideraciones.
Primero, tenemos que tener sensibilidad sobre las causas de los sufrimientos fundamentales de los demás. En este aspecto, Nichiren compara la compasión necesaria para alcanzar la Budeidad fácilmente con “dar agua a una persona sedienta en tiempos de sequía” y con “proveerle fuego a una persona que se congela de frío”. Cuando presentamos el Budismo Nichiren a los demás, es muy importante reconocer las fuentes de los sufrimientos y frustraciones de esas personas. La sensibilidad para con los demás es el distintivo de la compasión, mientras que la insensibilidad o indiferencia ante el sufrimiento de los demás es señal de crueldad.

Segundo, Nichiren enfatiza la dedicación abnegada al bienestar de los demás, al explicar que podemos manifestar nuestra Budeidad innata al “ofrendar algo así como una dádiva aún en riesgo de nuestra propia vida.” El desarrollo de la compasión es, al mismo tiempo, el proceso de retar nuestro egoísmo. Sin embargo, esto no significa que los budistas Nichiren tenemos que sacrificar la felicidad propia en pro de los demás. Al contrario, Nichiren nos alienta a adoptar la visión de que “El fracaso de los demás en alcanzar la Budeidad es mi propio fracaso en alcanzar la Budeidad, y el logro de la Budeidad por los demás es mi propio logro de la Budeidad.” (GZ, 401) También escribe: “Si enciendes una linterna para alguien, iluminarás también tu propio camino.” (GZ, 1598)

El Budismo Nichiren enseña la inseparabilidad entre el yo y los demás, la interconexión entre todos los seres vivientes. Nuestras acciones compasivas por los demás enriquecen nuestras propias vidas y finalmente conducen hacia la revelación de nuestra propia Budeidad. Mientras que el altruismo beneficia a todos, el egoísmo priva de genuina felicidad a la gente.

Para ilustrar la importancia de compartir y preocuparnos por los demás, Nichiren cita las historias del Rey Color Dorado y del hombre acaudalado Sudatta. En el relato del Rey Color Dorado, lo que mueve a los “dioses celestiales”, las funciones afirmadoras de la vida que existen en la vida y el universo es la “gran aspiración por salvar a los demás”  que tenía el rey en tiempos de hambruna y el resoluto grito que dio para afirmar “que asumiría para sí el dolor del hambre y la sed de su pueblo, para entonces él, a su vez, morir del hambre”. La valentía del rey de permanecer fiel a su juramento de altruismo influencia aún a los fenómenos naturales a través del universo. En el relato del hombre acaudalado Sudatta, él y su señora esposa gustosamente dieron sus últimas cantidades de arroz a Shakiamuni y a los discípulos de éste. A través de la sinceridad de la pareja de apoyar a quienes laboraban en pro de la salvación de mucha gente, esta pareja no sólo acumula una enorme riqueza material, sino que también construye la duradera riqueza de una vasta condición de vida de compasión a través de compartir sus vidas con los demás.

ENSEÑAR EL ARTE DE LA FELICIDAD.
Impartir una enseñanza a alguien es como aceitar las ruedas de una carreta para que éstas giren, aunque la carreta sea pesada, o como flotar un bote sobre el agua para que se mueva con facilidad.

Cada persona recorre un sendero singular en la vida con una carga en específico sobre los hombros. Las circunstancias kármicas de cada persona son diferentes; sin embargo, según enseña el Budismo, todo el mundo experimenta los cuatro sufrimientos:
1)      Nacer.
2)      Envejecer.
3)      Enfermar.
4)      Morir.

Los sufrimientos de nacer se refieren a los dolores que padecemos desde la concepción hasta el nacimiento y por extensión, los inevitables problemas que siguen.

Todo el mundo envejece y experimenta diversas enfermedades, tanto de cuerpo, como de mente.

Posteriormente, todo el mundo enfrenta el miedo y dolor de la muerte.

Además, el Budismo enseña los cuatro sufrimientos adicionales:
1)      El sufrimiento de tener que separarnos de quienes amamos.
2)      El sufrimiento de tener que encontrarnos con quienes odiamos.
3)      El sufrimiento de no poder obtener lo que deseamos.
4)      El sufrimiento que surge de nuestros diversos elementos físicos y mentales que cambian constantemente.

Cada persona experimenta esos ocho sufrimientos, filtrados por las circunstancias kármicas únicas de cada cual, y nadie más puede relevarnos de llevar esta carga. 

En el pasaje anteriormente mencionado, Nichiren señala que enseñar a los demás sobre Budismo es ayudarles a que más fácil y confiadamente carguen el peso de sus vidas, un peso que nadie más puede cargar. Cuando la carreta pesada de alguien rehúse moverse, podemos ayudar con aceitar las ruedas. Así la persona podrá halar la carreta más fácilmente. Cuando el bote de alguien se atasque, podemos ayudar al empujarlo para que alcance aguas más profundas. Así el bote puede adelantar, pero la persona aún es responsable por timonearlo.

Enseñar a los demás sobre Budismo es enseñarles cómo construir felicidad duradera. Mientras respetamos las responsabilidades y circunstancias kármicas de cada persona, los budistas Nichiren luchamos por orientarles sobre cómo fortalecer sus propias vidas, aceitar las ruedas de las carretas o ayudarles a nuevamente flotar el bote, a través de la fe, práctica y estudio. Sin embargo, cada cual debe crear su propia felicidad. Nadie más nos puede dar la felicidad.

En cierto sentido, crear felicidad es el arte de descubrir y fomentar nuestra Budeidad innata. Primero, la naturaleza de Buda tiene que ser descubierta. Entonces, como todo arte digno, para que sea efectivo el proceso de revelar o fomentar este estado tiene que practicarse diariamente. Al enseñar a los demás este arte de la felicidad, podemos beneficiar no sólo a otra gente, sino a nosotros mismos también. Con frecuencia, enseñar a los demás constituye el mejor proceso de aprendizaje, algo que nos permite tanto a nosotros, como a quienes enseñamos, dominar el arte de la felicidad -  algo que todas y todos estamos capacitados para hacer. Al dominar el arte de la felicidad, podemos transformar la carga de nuestra retribución kármica en el eje de nuestra misión de llevar felicidad a muchísima gente.

HACER OFRENDAS CON SINCERIDAD
El que hayas sentido ansiedad de que el devoto del Sutra del Loto probablemente fuera asediado por la nieve en medio de las montañas y careciera de alimento, y al enviarme mil monedas aún en tales circunstancias… ¡Qué admirable, qué noble!

En noviembre de 1279, en medio de la Persecución de Atsuhara (alrededor de un año antes de que escribiera “El hombre acaudalado Sudatta”) Nichiren envió otra carta a Nanjo Tokimitsu, donde le decía lo siguiente a su joven discípulo, que en ese entonces tenía sólo veinte años de edad: “Mi deseo es que todos mis discípulos y discípulas hagan un gran juramento.” (“La Puerta del Dragón”, WND, 1003). Tokimitsu juró a su amado maestro y a sí mismo proteger y propagar el Budismo Nichiren durante toda la vida. Tokimitsu permaneció fiel a su juvenil juramento reafirmandolo día a día, mientras lidiaba contra la opresión gubernamental, dificultades financieras, enfermedades graves, así como con la traición de los sacerdotes principales, hasta que murió en 1332 a la edad de 73 años.

La vida de Tokimitsu fue una dedicada al “gran juramento” de la propagación amplia.

Alrededor del tiempo en que recibió la carta “El hombre acaudalado Sudatta”, en 1280, Tokimitsu era hostigado por el gobierno local.

Durante la Persecución de Atsuhara, valientemente protegió a sus compañeros y compañeras creyentes, y albergó a algunos en su propio hogar, mientras negoció la liberación de otros que habían sido encarcelados. Oficiales del gobierno lo injuriaban al tildarlo de traidor. Y en represalia, las autoridades locales exigían que la pequeña aldea de Tokimitsu realizara una cantidad desproporcionadamente alta de obras públicas. El hogar de Tokimitsu empobreció, tal como lo describe Nichiren en su carta: “Tú mismo careces del caballo que debes montar, y tu esposa e hijos carecen de la ropa que deben usar.” 

Las responsabilidades de Tokimitsu eran enormes y sus preocupaciones profundas. Era un samurai considerado traidor, sin corcel para entrar en batalla, con una familia pobremente vestida, y con muchos de sus aldeanos obligados a realizar trabajo forzado; sin embargo, Tokimitsu permaneció firme en su juramento. Sin importar las calamitosas circunstancias, Tokimitsu protegió a sus compañeros y compañeras creyentes y apoyó a su maestro enviándole numerosas ofrendas. Por su parte, Nichiren alaba la sinceridad de Tokimitsu: “Tú ya te asemejas al devoto del Sutra del Loto”. Al afirmar la justicia de las acciones de Tokimitsu, también escribe: “Los dioses celestiales en lo más mínimo te consideran un hombre que ha traicionado a su Señor”. La ofrenda de mil monedas que Tokimitsu envió a su maestro no era meramente un obsequio monetario, sino que era la cristalización de la sinceridad de él, y la corporificación del juramento que había hecho de proteger y propagar el Budismo.

En Budismo hay tres clases de ofrendas:
1)      La “ofrenda de bienes”
2)      La “ofrenda de la Ley”
3)      La “ofrenda de la valentía”.

La ofrenda de bienes significa proveer los materiales necesarios para que la comunidad budista pueda cumplir las importantes encomiendas de proteger la integridad del Budismo y ampliamente propagar sus enseñanzas. Y lo que es más, la ofrenda de bienes tiene que hacerse a la comunidad de practicantes correctos. Ofrecer bienes a quienes distorsionan el Budismo no sólo es inefectivo, sino que concretamente es perjudicial para nuestra práctica.

La ofrenda de la Ley significa enseñar a los demás sobre Budismo, al así dirigirles hacia la felicidad inquebrantable.

Y la ofrenda de valentía quiere decir ayudar a los demás a vencer los miedos e inspirarles con la valentía de retar y vencer los obstáculos. Digno de la alabanza de Nichiren: “¡Qué admirable, qué noble!” Tokimitsu compartió sus bienes materiales para apoyar a su maestro, no escatimó esfuerzos para propagar el Budismo y por vía de su propio ejemplo, Tokimitsu también infundió valentía en muchos compañeros y compañeras creyentes.

Sea cual sea la ofrenda que escojamos hacer en un momento específico de nuestra vida,  este dar de nosotros mismos es una parte importante de nuestra práctica budista. Además, lo más importante cuando hacemos ofrendas es la sinceridad.

Ofrendar en el Budismo Nichiren debe ser una expresión de nuestro “gran juramento” en pro de la felicidad de todas las personas, y al mismo tiempo el medio de reafirmar y profundizar ese juramento. La vida de Nanjo Tokimitsu ejemplifica el espíritu de ofrendar en el Budismo Nichiren.

Preparado por Shin Yatomi para el Departamento de Estudio de la SGI-USA. Living Budhism, enero de 2005.
(The Writings of Nichiren Daishonin  págs. 1086-87; Gosho Zenshu, págs. 1574-75)

NUESTRA ACTITUD FRENTE AL GOHONZON. Por el Dr. Yamazaki (Responsable del Continente Europeo.)

   Nuestra actitud frente al Gohonzon debe ser semejante a aquélla que uno tiene cuando está de vacaciones. Es necesario desconectarse del trabajo, y de la vida cotidiana. Esto es importante para regenerarse, estar libre de tensiones y relajado.   
   Si consideramos la práctica como una prolongación más de nuestra vida mundana, ésta no es eficaz.  En la Ceremonia del Aire (Gongyo), uno se desconecta de la tierra y se eleva. Y si está dominado por sus problemas frente al Gohonzon, nada bueno aparece. Es necesario elevarse, convertirlo en un momento especial... relajante.
    Ésta es una ceremonia de ''Ku''. ¡Soy un Buda frente al Gohonzon! El Gohonzon es como un espejo, por lo tanto, para ingresar en su mundo no es preciso sentirse encarcelado, ni apegado, ni dominado, ni culpable, ni sin valor, ni tener arrogancia. Es necesario ser indiferente a nuestros propios pensamientos. Uno no lucha frente al Gohonzon, sino que se relaja ilimitadamente tal como si estuviera en el aire. Con esta clase de ichinen durante quince minutos... es suficiente.  ¡Desde el primer daimoku, cambie el mundo, sienta el universo, perciba ''Ku'', ''Ke'', y 'Chu''! (''Ku'' es el mundo del Buda; ''Ke'' es uno mismo; ''Chu'' es toda la fortaleza y la sabiduría del universo.)Entonces uno puede recuperar todas las fuerzas del universo. La sabiduría para escuchar, creer, reflexionar y decidir.
   Rechace su propia arrogancia y permítale a su sabiduría emerger, yendo más allá del tiempo y del espacio para poder desintoxicarse frente al Gohonzon. Nada se encuentra demasiado lejos durante nuestro gongyo de la mañana y de la tarde: es allí cuando somos Budas. ¡Debemos tener confianza para encontrar un sentido a la Ceremonia del Aire y proclamar nuestra convicción de ser el Buda de la vida eterna, el Buda de ichinen sanzen y el Buda de la confianza y la alegría!

CÓMO LEER EL GOSHO. SUS FORMAS DE LECTURA.

Disponemos de tres formas de lectura:
1) La primera sería pensar que ese gosho fue escrito en el Siglo XIII, en Japón, para un creyente determinado.
   ¿Qué relación tenía el Daishonin con esa persona? ¿Cómo lo orientaba en sus circunstancias? ¿Cuál era la realidad en esa época?, etc. Esto sería una lectura general o argumental, pero superficial.
2) La segunda es desde el punto de vista de mi propia fe.
   Pensar que ese Gosho fue escrito para mí, para mis circunstancias, como si el cartero golpeara a mi puerta y depositara en mis manos una enseñanza que el Buda escribió para que yo forjara mi Fe. De ese modo, el Gosho se convierte en una enseñanza trascendental, que supera todo límite de tiempo y espacio, pues se trata de una transmisión directa, de vida a vida, a través de las tres existencias.
   El hecho de que nos sentimos discípulos del Daishonin, depende exclusivamente de nosotros, pues el maestro siempre está abierto para todos los hombres por igual. Quien puede sentir el lazo eterno entre la vida del maestro y su propia vida, quien puede cultivar, a través de su esfuerzo, seriedad y determinación, la relación maestro-discípulo, es la persona que crece ilimitadamente y que, a su vez, forja innumerables seguidores, sin detenerse ante nada.
   Cuando uno lee el Gosho desde este enfoque, puede sentir la emoción y la riqueza que sólo se experimenta en el mundo de la Fe. Únicamente sobre la base del Gosho y del Gohonzon, uno puede forjarse como creyente verdadero y levantarse solo con el corazón valiente de un discípulo.
3) la tercera, la más profunda, es buscar la enseñanza del Gosho con la seria determinación de reflejarla en cada uno de nuestros actos. Es decir, leer el Gosho con la vida y lograr una absoluta coherencia e inseparabilidad entre la enseñanza del Daishonin y nuestro comportamiento como persona en la vida cotidiana.
   La fe no existe fuera de nuestra conducta diaria como seres humanos. Así lo dice el Gosho. Esta lectura, entrelazada con la acción, implica un compromiso sin reservas y una decisión que va más allá de las teorías o de las palabras. Todos deberíamos tender a desarrollar esta clase de fe, inseparable de la vida cotidiana.
   Abordemos pues el estudio del Gosho con toda seriedad y responsabilidad, y reflexionemos sobre estas preguntas:
1. ¿Cuál es la esencia profunda del Gosho que acabo de estudiar? ¿Pude comprenderlo verdaderamente, más allá del aspecto superficial?
2. ¿Qué decisión pude tomar en mi vida cotidiana, para aplicar el espíritu de esta enseñanza y triunfar?
   Otro aspecto importante es no encarar el estudio del Gosho como una adquisición de conocimientos de afuera hacia adentro. De esa forma, uno nunca podrá sentir el Gosho como parte de sí. En cambio, el estudio del Gosho es despertar algo que está dentro de nosotros y que, por lo tanto, luego no será necesario "memorizar" o "recordar", pues nos pertenece. Una vez que terminó la reunión, ¿por qué no volver a leer las frases de oro cada semana, después de invocar Dáimoku, hasta sentir la emoción de haberle extraído toda su significación?
   El proceso de incorporar el Gosho a la vida cotidiana y hacer de él la base de nuestros actos, es tan arduo y largo, CÓMO LA VIDA de todo creyente!

GHOSO # 21: THE ORIGIN OF THE SERVICE FOR DECEASED ANCESTORS.

You went to the trouble to send me by messenger a donation for the service for your deceased ancestors of one to of polished rice as white as snow, a bamboo container of oil like well-aged sake, and one thousand coins. In particular, I was very much moved by the contents of your letter.


The service for deceased ancestors has its origins in the events arising from the Venerable Maudgalyayana’s attempts to save his mother, Shodai-nyo, who, because of her karma of greed and stinginess, had fallen into the world of hungry spirits for a period of five hundred lifetimes. He failed, however, to make his mother a Buddha. The reason was that he himself was not yet a votary of the Lotus Sutra, and so he could not lead even his mother to Buddhahood. At the eight-year assembly on Eagle Peak, he embraced the Lotus Sutra and chanted Nam-myoho-renge-kyo, and became Tamalapattra Sandalwood Fragrance Buddha.1 At this time, his mother also became a Buddha.2


You also asked about offerings for the hungry spirits. The third volume of the Lotus Sutra says, “Suppose that someone coming from a land of famine should suddenly encounter a great king’s feast.”3 This passage is explaining that the four great voice-hearers,4 who were of intermediate capacity, had not
yet even heard of the delicacy called ghee, but when this sutra was expounded, they savored its taste to their hearts’ content for the first time, thus bringing an end at once to the hunger that had long been in their hearts. Therefore, when you make offerings to the hungry spirits, you should recite that passage from the sutra and chant Nam-myoho-renge-kyo for their repose.


Generally speaking, hungry spirits are divided into thirty-six kinds. Among these, caldron-shaped hungry spirits are ones with no eyes or mouth. If you ask what sort of cause from the past exists for this, it is because, while they were in this world, they did such things as attacking people under cover of night or committing robberies. Vomit-eating hungry spirits feed on what people have vomited up. The cause of this is the same as that mentioned above. It is also because they robbed people of their food. Thirstconsumed hungry spirits are ones that drink things like the water that people offer out of filial piety to their deceased parents. Property-possessing hungry spirits5 are ones that drink the water from horses’ hooves. This is because, while alive, they begrudged their property and concealed their food. Property-less hungry spirits6 are ones who have not heard even the name of food or drink since the time of their birth.


Law-devouring hungry spirits are people who renounce the world and spread Buddhism. They think that if they preach the Law people will respect them, and because of their ambition for fame and profit, they spend their entire present lifetime striving to be thought of as better than others. They neither help other human beings nor have a mind to save their parents. Such people are called Law-devouring hungry spirits, or hungry spirits who use the Buddhist teachings to satisfy their own desires.


When we observe the priests of our time, we find some who secretly accept offerings for themselves alone. In the Nirvana Sutra they are described as dog-like priests. In their next life they will become ox-headed demons.7 We also find persons who, though they receive offerings openly, being greedy, never share them with others. In their next existence they will be born as horse-headed demons.


Also, some lay believers fail to pray for the repose of their parents who, having fallen into hell or the realm of hungry spirits or of animals, are undergoing excruciating agonies. These believers are luxuriously clad and fed, have an abundance of cattle, horses, and retainers, and enjoy themselves as they please. How their parents must envy and resent them! Even among priests, those who pray for the repose of their parents and teachers on the anniversaries of their death are rare. Certainly the gods of the sun and moon in the heavens and the deities on earth must be angry and indignant with them, considering them to be unfilial. Though they possess a human form, they are like animals. They should also be called human-headed beasts.


When I think that I will surely eradicate these karmic impediments and in
the future go to the pure land of Eagle Peak, though various grave persecutions fall on me like rain and boil up like clouds, since they are for the sake of the Lotus Sutra, even these sufferings do not seem like sufferings at all. Those who have become the disciples and lay supporters of such a Nichiren— especially your deceased mother, Myoho, the anniversary of whose death falls on the twelfth day of this month—are votaries of the Lotus Sutra and my lay supporters. How could she possibly have fallen into the world of hungry spirits? No doubt she is now in the presence of Shakyamuni Buddha, Many Treasures Buddha, and the Buddhas of the ten directions. Perhaps they are saying, “So this is the mother of Shijo Kingo!” and, with one accord, patting her on the head and praising her joyfully. And she is probably saying to Shakyamuni Buddha, “What a splendid son I have.”


The Lotus Sutra says: “If there are good men or good women who, on hearing the ‘Devadatta’ chapter of the Lotus Sutra of the Wonderful Law, believe and revere it with pure hearts and harbor no doubts or perplexities, they will never fall into hell or the realm of hungry spirits or of beasts, but will be born in the presence of the Buddhas of the ten directions, and in the place where they are born they will constantly hear this sutra. If they are born among human or heavenly beings, they will enjoy exceedingly wonderful delights, and if they are born in the presence of a Buddha, they will be born by transformation8 from lotus flowers.”9 The phrase “good women” is found in this passage of the sutra. If it does not refer to the deceased, Myoho, then to whom does it refer? The sutra also states, “This sutra is hard to uphold; if one can uphold it even for a short while I will surely rejoice and so will the other Buddhas. A person who can do this wins the admiration of the Buddhas.”10 My praise of your mother counts for little, but the sutra says that she “wins the admiration of the Buddhas.” Thinking, “How encouraging, how encouraging!” you should apply yourself earnestly to faith. Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.
With my deep respect,
Nichiren
The twelfth day of the seventh month
Reply to Shijo Kingo


BACKGROUND
This letter was written to Shijo Kingo, a samurai and one of Nichiren Daishonin’s most loyal followers, in the seventh month of the eighth year of Bun’ei (1271). Shijo Kingo had sent various offerings to Nichiren Daishonin as a donation for a memorial service to be held for his mother, who had passed away some years before on the twelfth day of the seventh month. The Daishonin wrote Kingo this letter in reply, explaining that, in the profoundest sense, only the act of chanting Nam-myoho-renge-kyo benefits the deceased.


Traditionally held in Japan on the fifteenth day of the seventh month, the service for deceased ancestors is a Buddhist observance honoring the spirits of the ancestors. This tradition originated in China and is based on the story of Maudgalyayana’s saving his deceased mother that is related in the Service for the Deceased Sutra. Records indicate that the service for deceased ancestors was first held in China in 538, and in Japan in 657. Recent scholarship has established that the Service for the
Deceased Sutra has its origins not in India, but in China, where filial piety was highly valued.


According to popular belief in Kamakuraperiod Japan, those who were greedy or egotistic in life would inevitably suffer from hunger in death. In this letter, the Daishonin discusses the various kinds of hungry spirits mentioned in Buddhist texts and explains the causes, that is, the evil acts they committed in past existences, that led them to acquire these forms.


The Daishonin also exposes the true motives of many of the priests of his day, referring to them as “Law-devouring hungry spirits” who use the Buddhist teachings as a means to gain personal fame and profit. Though they pretend to have a sincere desire to preach the Buddhist teachings, in their hearts they are greedy. They conceal the offerings they receive from others, keeping them to themselves. The Daishonin also censures those Buddhists, whether of the priesthood or of the laity, who neglect to pray for the repose of their deceased parents or teachers.


NOTES
1. This name is found in chapter 6 of the Lotus Sutra. The eight-year assembly indicates the assembly at which the Lotus Sutra was expounded.
2. According to the Service for the Deceased Sutra, Maudgalyayana tried unsuccessfully with his supernatural powers to
save his deceased mother, Shodai-nyo, who was suffering in the world of hungry spirits. He sought the advice of Shakyamuni, who urged him to offer one hundred kinds of food to the monks on the fifteenth day of the seventh month (the last day of the monks’ three-month retreat during the rainy season). Maudgalyayana did as the Buddha instructed, and his mother was relieved of her agony. Here the Daishonin interprets the story in the light of the Lotus Sutra and the daimoku of Nam-myoho-renge-kyo, that is, the sutra’s essence.
3. Lotus Sutra, chap. 6.
4. Maudgalyayana, Mahakashyapa, Katyayana, and Subhuti.
5. Hungry spirits who have property, but begrudge sharing it with others, and who have an insatiable desire for even more.
6. Hungry spirits who have no property.
7. Beings who, together with horseheaded demons, are said to act as jailors in
the hell of crushing, the third of the eight hot hells. These two kinds of demons are depicted as having the bodies of human beings and the heads of oxen or horses.
8. “Born by transformation” refers to one of the four forms of birth. Due to their karma, beings so born are said, upon the end of their previous lifetime, to appear suddenly in this fashion without the help of parents or other intermediary agency. This passage may be interpreted to mean that one attains the state of Buddhahood by manifesting one’s inherent Buddha nature.
9. Lotus Sutra, chap. 12.
10. Ibid., chap. 11.

FUNDAMENTOS DEL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN. NICHIREN VIDA Y OBRA. Basado en el libro Kyogaku no Kiso.

Basado en el libro Kyogaku no Kiso [Elementos esenciales del estudio], publicado por el departamento de estudio de la Soka Gakkai [en Japón].

Conceptos desarrollados: NACIMIENTO, INGRESO EN EL CLERO, Y ESTUDIO. DECLARAR EL ESTABLECIMIENTO DE LAS ENSEÑANZAS. SOMETER EL ESCRITO “SOBRE ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA” Y LA PERSECUCIÓN QUE RESULTÓ DE ESTO. LA PERSECUCIÓN DE TATSUNOKUCHI, DONDE REVELÓ SU VERDADERA IDENTIDAD. EL EXILIO EN SADO. PARTIDA PARA MINOBU. LA PERSECUCIÓN DE ATSUHARA Y EL ESTABLECIMIENTO DEL DAI-GOHONZON. EL ACTO DE CONFIAR LAS ENSEÑANZAS A NIKKO; LOS DÍAS FINALES. NACIMIENTO, INGRESO EN EL CLERO, Y ESTUDIO



Nichiren Daishonin nació el décimo sexto día del segundo mes de 1222, en una aldea pesquera llamada Kataumi en la provincia de Awa en la costa del Pacífico del Japón. Su nombre de pila fue Zen’nichi-maro, donde zen significaba “buen” y nichi, “sol”. Maro era un sufijo común en los nombres de varón.


En cuanto a su nacimiento, el Daishonin escribe: “Nichiren, nació pobre y humilde en una familia chandala”. (“Carta desde Sado”, The Writings of Nichiren Daishonin, pág. 303) Aquí y en otras aseveraciones, el Daishonin señala que nació sin status, ni privilegio, sino que nació entre la clase de plebeyos que se ganaban la vida con la pesca.


A los doce años de edad, Nichiren ingresó en un templo de la provincia de Awa llamado Seicho-ji para comenzar su educación primaria.


En ese entonces en Japón no había un sistema de educación pública, y la educación para los hijos de familias
no privilegiadas estaba disponible solamente en templos budistas.


Seicho-ji era un prestigioso e influyente templo de la escuela Tendai en el área. Aunque la escuela Tendai de Budismo defendía el Sutra del Loto, en el templo Seicho-ji también se practicaban el Budismo Esotérico y las enseñanzas de la Tierra Pura (Nembutsu), y ninguna de estas dos enseñanzas adjudicaba mucho valor al Sutra del Loto.


Ya desde los primeros días de su estadía en Seicho-ji, con el deseo y juramento de convertirse en “la persona más sabia de todo el Japón”, el Daishonin oró ante una estatua de Bodisatva Tesoro Del Espacio entronizada en el templo. (WND, 175) ¿Y a qué se debía tan extraordinario deseo? Por sus escritos podemos suponer que, aún de muy joven, Nichiren buscó la sabiduría para resolver importantes interrogantes.


Por ejemplo, el año antes de su nacimiento, ocurrió una perturbadora serie de eventos que se conoció como el Disturbio Jokyu, donde el Emperado Gotoba ya retirado, conjuntamente con otros dos emperadores también retirados, intentaron derrocar el shogunado (el gobierno militar acuartelado en Kamakura). Las fuerzas imperiales fueron derrotadas y sus tres líderes exiliados. Nichiren Daishonin cuestionó, porqué la familia imperial, que por mucho tiempo había estado constituida como soberana del país, había sufrido una derrota tan trágica, aún cuando se habían auspiciado oraciones en pro de la victoria, ofrecidas por sacerdotes de las prestigiosas escuelas Tendai y Palabra Verdadera.


Además, aunque el Budismo era una enseñanza promulgada por un Buda, Shakyamuni, el Daishonin deseaba saber por qué esta enseñanza se había tornado tan sectaria, al haberse dividido en tantas ramas o escuelas que competían entre sí.


Él sentía la preocupación de que aunque el Budismo existía para aliviar el sufrimiento de la gente común, así como para establecer paz y estabilidad en la sociedad, ese mismo Budismo parecía carecer del poder de realmente lograr estas cosas.


Los escritos del Daishonin nos revelan que como joven buscó la sabiduría y capacidad para aliviar el sufrimiento de la gente, propósito que tiene el Budismo también. Por tanto, a los dieciséis años de edad decidió convertirse en sacerdote, por lo que renunció a la vida secular y se dedicó enteramente al estudio Budista.


Tras ingresar al clero bajo el tutelaje de Dozen-bo, un sacerdote de alto rango en el templo, Nichiren asumió el nombre de Zesho-bo Rencho (Rencho significa Crecimiento del Loto) y continuó estudiando en los centros de aprendizaje budista en Kamakura, Kyoto y Nara.


Con una cuidadosa lectura de todos los sutras a su disposición, examinó las doctrinas esenciales de ambas corrientes del Budismo, Hinayana y Mahayana. En “Carta a los sacerdotes de Seicho-ji”, al referirse a él mismo en la tercera persona, el Daishonin explica que había logrado tener la habilidad de percibir los méritos comparativos de todos los sutras y todas las enseñanzas budistas: “[de joven] recibió gran sabiduría del viviente Bodhisattva Tesoro Espacial.


Oró al bodhisattva para convertirse en la persona más sabia del Japón. El bodhisattva tiene que haberse apiadado de él, ya que le otorgó una gran joya tan brillante como una estrella mañanera, la que Nichiren guardó en su manga derecha.


Posteriormente, al examinar la colección completa de sutras, pudo discernir en esencia el valor relativo de las ocho escuelas, así como de todas las escrituras”. (WND, 650) La “gran joya” a la que él se refiere es la sabiduría de la Ley Mística, la ley universal por la que todos los Budas se han iluminado y el fundamento de toda enseñanza budista.


Durante el transcurso de sus estudios, Nichiren Daishonin llegó a algunas conclusiones claves, las que se podrían resumir como sigue:
El Sutra del Loto es supremo entre los demás sutras enunciados por Shakyamuni.


La Ley Mística ante la que Nichiren Daishonin se concienció es Nam-myoho-renge-kyo, la enseñanza medular del Sutra del Loto. En el Sutra del Loto, Buda confía en los Bodisatvas de la Tierra la misión de propagar las enseñanzas del sutra e igualmente salvar a la gente del Último Día de la Ley.


El Daishonin reconoció que al haberse concienciado de esta esencia del sutra, o Ley Mística, específicamente él era quien habría de cumplir la misión como Bodisatva Prácticas Superiores, líder de los Bodisatvas de la Tierra. Esa misión era revelar la Ley Mística como la enseñanza a propagarse en el Último Día.


Las diversas doctrinas budistas que se promulgaban en Japón en ese tiempo todas compartían un elemento común, calumniaban la Ley; es decir, todas rechazaban la enseñanza correcta, el Sutra del Loto. El Daishonin concluyó que ya que él refutaba la calumnia cometida por estas escuelas, seguramente le avasallarían grandes dificultades y persecuciones.


DECLARAR EL ESTABLECIMIENTO DE LAS ENSEÑANZAS.
En el transcurso de sus estudios, el Daishonin confirmó su misión de propagar la Ley Mística y decidió sobre los medios para lograrlo. Así, determinó comenzar a propagar su enseñanza, bien conciente de que ello provocaría una feroz oposición.


A mediodía del vigésimo octavo día del cuarto mes de 1253, en un salón del templo Seicho-ji llamado Jibutsu-bo, el Daishonin refutó la escuela de la Tierra Pura, así como otras escuelas budistas. Resonantemente, invocó Nam-myoho-renge-kyo, y lo proclamó como la única e incomparable enseñanza capaz de salvar a la gente del Último Día de la Ley.


Este evento se conoce como la declaración del establecimiento de la enseñanza. Además, en esta ocasión el Daishonin se cambió el nombre de Rencho a Nichiren (Sol Loto).


La refutación estricta que hizo Nichiren Daishonin a la escuela de la Tierra Pura encolerizó a Tojo Kagenobu, senescal de la Aldea de Tojo en la Provincia de Awa donde estaba localizado Seicho-ji, y devoto creyente de esa escuela.


Ya que Kagenobu parecía tener la intención de hacer daño al Daishonin, los demás sacerdotes del templo le asistieron (al Daishonin) para que éste se alejara de Seicho-ji. Tras haber evitado estar al alcance de Kagenobu, el Daishonin se preparó para dejar Kamakura. Sin embargo, antes de partir llevó a su padre y madre a adoptar la fe en las enseñazas, y confirió a su padre el nombre budista de Myonichi (Sol Místico) y a su madre, el nombre budista de Myoren (Loto Místico).


Ya en Kamakura, el Daishonin fijó su residencia en el área de Nagoe, en una sencilla vivienda de un lugar llamado Matsubagayatsu. Desde aquí propagó sus enseñanzas. Enfocó en refutar las doctrinas de las ampliamente populares escuelas de la Tierra Pura y el Zen, mientras enunciaba la enseñanza correcta del Sutra del Loto, al invocar Nam-myoho-renge-kyo y propagar esa práctica entre la gente.


En el undécimo mes de 1253, una persona que asumiría el nombre de Nissho y se convertiría en uno de los seis principales sacerdotes discípulos, visitó al Daishonin en Matsubagayatsu y abrazó las enseñanzas.


Ese mismo año, Toki Jonin, retenedor del Señor Chiba, condestable provincial de la Provincia Shimosa (que incluye la parte norteña de lo que hoy día es la Prefectura de Chiba) se convirtió en seguidor del Daishonin.


El mensaje del Daishonin resonaba cada vez más con la gente, así que la cantidad de quienes abrazaban las enseñanzas aumentaba consistentemente. Alrededor del 1256, seguidores laicos tales como Shijo Kingo, Kudo Yoshitaka, e Ikegami Munenaka adoptaron la fe. El Daishonin brindaba disertaciones en su residencia y otros lugares, y comenzó a plasmar sus enseñanzas por escrito.


Durante ese periodo, escribió obras tales como “Preguntas y respuestas sobre las diversas escuelas” (Gosho Zenshu, págs. 375-382) y “Sobre alcanzar la Budeidad en esta existencia” (WND, 3-4).


SOMETER EL ESCRITO “SOBRE ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA” Y LA PERSECUCIÓN QUE RESULTÓ DE ESTO.
A la vez que Nichiren Daishonin comenzaba las actividades de propagación en Kamakura, casi cada año ocurrían disturbios naturales tales como inusuales patrones en las condiciones del tiempo y grandes terremotos. Grandes hambrunas, fuegos y epidemias eran rampantes. En particular, un severo terremoto sacudió el área en el octavo mes de 1257 que derribó edificaciones importantes en Kamakura e infligió amplios daños y lesiones. La desdicha y desesperación del pueblo se profundizaba.


En respuesta a estas circunstancias, el Daishonin se afanó por clarificar la causa fundamental de las aflicciones de la nación, así como por revelar los medios para erradicarlas. En el segundo mes de 1258, ingresó en Iwamoto-ji, un templo en la Provincia Suruga (hoy día, la central Prefectura Shizuoka), donde meticulosamente examinó los sutras budistas. Fue en ese tiempo que Nikko, quien posteriormente se convirtió en el sucesor inmediato del Daishonin, se convirtió en discípulo.


Basado en su investigación, Nichiren Daishonin escribió su tratado, “Sobre establecer la enseñanza correcta para la paz de la tierra”. El décimo sexto día del séptimo mes de 1260, el Daishonin sometió el documento ante el regente retirado, Hojo Tokijori, la figura más poderosa en el shogunato de Kamakura. Éste se conoce como el primero de sus debates con el soberano.


En “Sobre establecer la enseñanza correcta”, primeramente el Daishonin señala que la causa de las calamidades que continuamente asolaban la nación yacía en que el pueblo había dado la espalda a la enseñanza budista correcta y en su lugar apoyaba doctrinas erróneas y maestros errados.


El ejemplo primordial de tales enseñanzas erróneas era la escuela de la Tierra Pura fundada por Honen. (La Tierra Pura se basaba en la práctica Nembutsu, invocar el nombre del Buda Amida con la esperanza de renacer en la Tierra Pura de la Dicha Perfecta, por virtud de la gracia obtenida de Amida).


El Daishonin también declaró que si el pueblo de Japón le retiraba el apoyo a esta “singular doctrina malvada” de la enseñanza de la Tierra Pura y colocaba la fe en la enseñanza correcta, esto aseguraría la realización de una tierra pacífica y segura.


Nichiren Daishonin advirtió que si no prestaban atención a su consejo, entre las calamidades y desastres descritos en los sutras que asolarían a quienes se oponen a la enseñanza correcta (lucha intestina e invasión desde el exterior) definitivamente ocurrirían.


Al dirigirse en este tratado a Hojo Tokijo, líder de facto de la nación, el Daishonin advirtió a los gobernantes para que prontamente abrazaran la enseñanza correcta de Budismo.


Sin embargo, los líderes del shogunado hicieron caso omiso de la petición seria que él les hizo. Y peor aún, prosélitos prominentes de la Tierra Pura, con el solapado apoyo de oficiales gubernamentales claves, conspiraron para atacar a Nichiren Daishonin.


En 1260, en la noche del vigésimo séptimo día del octavo mes, un grupo de creyentes de la Tierra Pura atacaron la residencia del Daishonin en Matsubagayatsu con la intención de matarle. Los responsables del ataque fueron respaldados por Hojo Shigetoki, padre de Hojo Nagatoki, el entonces regente del gobierno de Kamakura. El incidente llegó a conocerse como la Persecución de Matsubagayatsu. Afortunadamente, el Daishonin logró salir ileso y durante un tiempo se alejó de Kamakura.


Cuando el Daishonin regreso el año siguiente en el duodécimo día del quinto mes de 1261, el gobierno lo arrestó y sin investigar el asunto a plenitud lo exiló a Ito en la península de Izu (al sudeste de Kamakura en la costa del Pacífico). Un pescador llamado Yasaburo y su esposa le apoyaron y protegieron durante el exilio.


Mientras se encontraba en Izu, al Daishonin le pidieron que orara por que se encontrara una cura para la enfermedad grave del senescal del área, Ito Hachiro Saemon, lo que el Daishonin aceptó hacer. Ito Hachiro se recuperó y se convirtió en creyente de las enseñanzas del Daishonin.


Además, durante este periodo de exilio, el Daishonin escribió obras tales como “Las cuatro deudas de gratitud” y “La enseñanza, la capacidad, el tiempo y el país”, donde dejó claro que a él se le perseguía severamente por propagar el Sutra del Loto, y que ciertamente él era el devoto del sutra, devoto que el propio sutra había predicho.


En el segundo mes de 1263, por orden de Hojo Tokiyori, el Daishonin fue indultado, lo que concluyó lo que se conoció como el Exilio en Izu, y éste (el Daishonin) regresó a Kamakura.


El siguiente año Nichiren Daishonin visitó su provincia hogar de Awa. En el undécimo día del undécimo mes de 1264, él y varios de sus seguidores iban en ruta hacia el hogar del seguidor laico Kudo Yoshitaka, en Amatsu en la misma provincia. En un lugar llamado Komatsubara fueron atacados por un nutrido grupo de guerreros dirigidos por el senescal del área, Tojo Kagenobu. Kudo Yoshitaka recibió notificación del ataque y apresuradamente se dirigió al lugar para defender al Daishonin. Yoshitaka murió en la resultante lucha, conjuntamente con otro de los discípulos del Daishonin, un sacerdote llamado Kyonin-bo. El Daishonin recibió una herida de espada en la frente, y sufrió la quebradura de su mano izquierda. Este incidente se conoce como la Persecución de Komatsubara.


LA PERSECUCIÓN DE TATSUNOKUCHI, DONDE REVELÓ SU VERDADERA IDENTIDAD.
En el intercalado primer mes (1) de 1268, una misiva oficial del Imperio Mongol llegó a Kamakura. Esta misiva declaraba que si Japón no cumplía con las exigencias del Imperio Mongol y a este imperio reconocía lealtad, el cumplimiento se concretaría por vía de la fuerza. Con esto, el Daishonin percibió que su predicción de invasión foránea incluida en su tratado “Sobre establecer la enseñanza correcta” estaba a punto de realizarse.


En el cuarto mes de ese año, el Daishonin presentó su tratado “Razones fundamentales para someter el tratado ‘Sobre establecer la enseñanza correcta’”, a un sacerdote estrechamente vinculado con el shogunado. Este escrito advertía a los gobernantes que cesaran el apoyo a enseñanzas erróneas. Sin embargo, los reclamos del Daishonin cayeron en oídos sordos, ni siquiera los atendieron.


En el décimo mes, el Daishonin escribió a once dirigentes – incluidos el regente Hojo Tokimune y otros oficiales del shogunado, así como sacerdotes de principales templos de Kamakura, tales como Ryokan de Gokuraku-ji y Doryu de Kencho-ji – para hacer un llamado a celebrar un debate público religioso entre él y representantes de las principales escuelas budistas.


Ni los dirigentes de las escuelas budistas, ni del gobierno, respondieron de buena fe a esta petición. Al contrario, los oficiales gubernamentales consideraron que el Daishonin y sus seguidores eran una amenaza y especularon sobre maneras de suprimirles las actividades.


Sin dejarse amedrentar por una oposición oficial tan intensa, el Daishonin estrictamente refutó los errores doctrinales de las principales escuelas budistas japonesas. En cuanto a cuatro de esas escuelas, el Daishonin emitió unas breves declaraciones que se conocen como sus “cuatro dictámenes”:
1) La Tierra Pura conduce hacia el infierno del sufrimiento incesante.
2) El Zen es el invento de demonios celestiales.
3) La Verdadera Palabra es una doctrina malvada que arruinará la nación.
4) Preceptos es traidora de la nación. (WND, 1016)


En 1271, durante una severa sequía, el Daishonin se enteró que Ryokan de Gokuraku-ji, un sacerdote de la escuela Preceptos de la Palabra Verdadera con considerable influencia en la gobernante familia Hojo, en representación del gobierno celebraría un ceremonia oficial de oración por lluvia. El Daishonin le envió un mensaje a Ryokan donde lo retaba a una competición para determinar las validez de la enseñanza de cada cual.


Nichiren Daishonin propuso convertirse en discípulo de Ryokan si éste, por vía de las oraciones que ofreciera, podía hacer llover. Ahora bien, si dentro de un periodo de siete días no llovía, Ryokan concordaría en seguir al Daishonin.


Ryokan aceptó el reto. Durante siete días, que comenzaron el décimo octavo día del sexto mes, Ryokan llevó a cabo rituales de oración por lluvia, pero no cayó ni una sola gota. Solicitó y le fueron concedidos siete días adicionales para hacer sus oraciones. No sólo volvió a fracasar, sino que en esta ocasión surgieron fuertes ventarrones.


En vez de admitir la derrota, un resentido Ryokan ordenó a su seguidor, Gyobin, un sacerdote de la Tierra Pura, que radicara una querella contra el Daishonin. Y por vía de influyentes oficiales del gobierno de Kamakura y las esposas de éstos, Ryokan además urdió un plan para que el Daishonin fuera perseguido por las autoridades políticas.


A Ryokan se le tenía en alta estima en Japón, donde se le consideraba un sacerdote virtuoso y erudito que percibía la esencia misma del Budismo. Sin embargo, en realidad lo que intentaba era amasar fortuna personal por vía del contubernio con el gobierno. Nichiren Daishonin identificó a Ryokan con el tercero de los “tres enemigos poderosos” del Sutra del Loto y sus practicantes.


Basado en el capítulo “Alentar la devoción”, el décimo tercero del sutra, Miao-lo, que pertenecía a la escuela china de T’ien-t’ai, definió tres tipos de enemigos, y el tercero lo constituían “falsos sabios arrogantes”. Esto se refiere a aquellos cuyas apariencias externas eran las de sacerdotes sabios y venerables, pero que internamente estaban apegados a deseos y caprichos egoístas. Al aprovecharse del hecho de ser clero de alto rango, desarrollan vínculos estrechos con gente en el poder y conspiran para perseguir a quienes propaguen la enseñanza budista correcta.


En el décimo día del noveno mes de 1271, Nichiren Daishonin fue citado por el gobierno e interrogado por Hei-no-Saemon, Jefe Auxiliar de la Oficina de Asuntos Militares y Policíacos (el jefe en propiedad era el regente mismo). Desde el punto de vista de las enseñanzas budistas, el Daishonin reclamó ante Hei-no-Saemon, al explicar la actitud y postura correcta que un líder de una nación debe adoptar para asegurar la paz del país.


Dos días más tarde, en la noche del duodécimo día, Hei-no-Saemon, con un grupo de soldados armados, irrumpió en la morada del Daishonin en Matsubagayatsu. Lo arrestaron, tratándole como un traidor.


El Daishonin, tras identificarse como el pilar espiritual de toda la nación, amonestó a Hei-no-Saemon. Nichiren Daishonin declaró que al perseguirlo a él, los gobernantes derrumbaban ese pilar y llevaban a la nación hacia la ruina. Como resultado, declaró el Daishonin, las dos calamidades descritas en el sutra que todavía no se habían manifestado (lucha intestina e invasión desde el exterior) definitivamente ocurrirían.


Posteriormente, Nichiren Daishonin fue llevado ante las autoridades gubernamentales y sentenciado al exilio en la Provincia de Sado, una isla en el Mar de Japón.


Sin embargo, Hei-no-Saemon secretamente maquinó para que el Daishonin fuera ejecutado. En las horas previas al amanecer de la mañana siguiente, hizo que un grupo de soldados llevaran al Daishonin a los terrenos del cadalso en Tatsunokuchi (Boca del Dragón), en una playa cerca de Kamakura.


Pero justo cuando iban a cumplir la orden de decapitarlo, un objeto brillante apareció en los cielos sobre Enoshima, una pequeña isla cerca de la costa. En las propias palabras del Daishonin, “un brillante orbe tan iluminado como la luna irrumpió desde el área de Enoshima, y surcó el cielo en dirección sudeste a noroeste.” (WND, 776)


Los soldados, aterrados ante el espectáculo, desistieron de la ejecución. Este incidente se conoce como la Persecución de Tatsunokuchi.


Este evento es extremadamente significativo en el contexto de las enseñanzas promulgadas durante la vida del Daishonin.


El significado que tiene se puede resumir como sigue: A través de la Persecución de Tatsunokuchi, el Daishonin descartó la identidad provisional de alguien que se encontraba en la etapa inicial de práctica budista (el “estado de escuchar el nombre y las palabras de la verdad”) y dentro de su vida como persona común, manifestó su verdadera identidad, el Buda de libertad absoluta. Esto se denomina “deshacerse de lo transitorio y revelar lo verdadero”.


Así, Nichiren Daishonin reveló su verdadera identidad y verdadera función como el Buda del Último Día de la Ley. En desempeño de esa función, inscribió el Gohonzon, el mandala que incorpora “el alma de Nichiren”, y que es Nam-myoho-renge-kyo. Toda persona, al reconocer y reverenciar al Gohonzon como el fundamento de su vida, puede alcanzar la Budeidad.


EL EXILIO EN SADO.
Después del fallido intento de ejecución en Tatsunokuchi, el gobierno no lograba decidir qué hacer con Nichiren Daishonin. Durante casi un mes fue detenido en la residencia de Homma Rokuro Saemonen Echi, en la provincia de Sagami (al presente la prefectura de Kanagawa, en la norteña Ciudad de Atsugi).


Finalmente, fue impuesta una sentencia de exilio a Isla de Sado, de la que Homma era senescal.


El Daishonin fue removido de Echi el décimo día del décimo mes del 1271.


En Sado ingresó en su residencia asignada, una pequeña y dilapidada choza llamada Sammai-do en un cementerio llamado Tsukahara, el primer día del undécimo mes.


Encima de la dificultad que presentaba el gélido clima invernal de Sado, el Daishonin carecía de alimentación y vestimenta adecuada, y los creyentes en la Tierra Pura representaban una amenaza a su seguridad.


El décimo sexto día del primer mes del siguiente año,1272, varios cientos de sacerdotes y seguidores de Sado y provincias cercanas de la isla grande, Japón, se reunieron en Sado y retaron al Daishonin a un debate religioso.


En ese cónclave, conocido como el debate de Tsukahara, el Daishonin rebatió los argumentos de sus oponentes, y refutó las doctrinas erróneas de las escuelas budistas que ellos representaban.


Durante el segundo mes de ese año, ocurrió una intentona de derrocamiento dentro del gobernante clan Hojo, e igualmente estallaron batallas en Kamakura y Kyoto (evento conocido como el Disturbio del Segundo Mes). Así, la calamidad de lucha intestina sobrevino tan solo 150 días después de la predicción del Daishonin al momento de la Persecución de Tatsunokuchi.


A principios de ese verano, en el cuarto mes de 1272, Nichiren Daishonin fue transferido de Tsukahara a un domicilio más cómodo llamado Ichinosawa. Sin embargo, el traslado no disminuyó la amenaza a su vida que representaban los iracundos creyentes de la Tierra Pura.


Nikko, a quien el Daishonin posteriormente designaría como su sucesor, permaneció junto al Daishonin durante todas las dificultades que este último sufrió, en continuo servicio y aprendizaje del mentor. Además, residentes de Sado comenzaron a adoptar la fe en las enseñanzas del Daishonin, entre éstos, creyentes tan notables como Abutsu-bo y su señora esposa, la monja laica Sennichi; el sacerdote laico de Ko y su señora esposa; el sacerdote laico Nakaoki, así como el sacerdote Sairen-bo, Nichijo.


Mientras estaba exilado en Sado, Nichiren Daishonin redactó muchos importantes escritos, entre los que se destacan: “La apertura de los ojos” y “El verdadero objeto de devoción para observar la mente”.


Escrito el segundo mes de 1272, “La apertura de los ojos” se conoce como el escrito que revela el objeto de devoción en términos de la Persona. Esta obra clarifica el papel que el Daishonin desempeña como el Buda del Último Día de la Ley que incorpora las tres virtudes, padre y madre, maestro, y soberano (las tres virtudes exhibidas por Budas).


“El verdadero objeto de devoción para observar la mente”, escrito el cuarto mes de 1273, explica el Gohonzon, el objeto de devoción que incorpora la Ley de Nam-myoho-renge-kyo, en cuya fe permite que toda persona de la era del Último Día alcance la Budeidad. Por esta razón, se conoce como el escrito que revela el objeto de devoción en términos de la Ley.


En el segundo mes de 1274, el Daishonin recibió un indulto de su exilio en Sado, y en el décimo tercer día del tercer mes regresó a Kamakura.


En el cuarto mes, se reunió nuevamente con Hei-no-Saemon y fuertemente le advirtió que para evitar un ataque mongol no recurriera a oraciones basadas en enseñanzas budistas erróneas. En respuesta a los cuestionamientos de Hei-no-Saemon, el Daishonin predijo que seguramente dentro de un año los mongoles lanzarían un ataque contra Japón.


En el décimo mes de 1274, numerosas fuerzas militares lanzaron un ataque contra la sureña isla japonesa de Kyushu. Las predicciones que hizo Nichiren Daishonin sobre dos calamidades (lucha intestina e invasión foránea) se concretaron.


En resumen, en las tres ocasiones en que el Daishonin pugnó con los gobernantes e hizo predicciones que posteriormente se cumplieron se conoce como “ganar distinción por partida triple”. La primera fue con su obra “Sobre establecer la enseñanza correcta para la paz de la tierra”; la segunda consistió en las declaraciones que hizo cuando fue arrestado por Hei-no-Saemon y la resultante Persecución de Tatsunokuchi; y la tercera comprende las advertencias y predicciones hechas al gobierno después de su indulto del exilio en Sado.


PARTIDA PARA MINOBU.
Debido a que esta tercera polémica, como las dos que precedieron, tampoco recibió atención alguna, Nichiren Daishonin, como parte de una vieja costumbre,(2) se fue de Kamakura.


Él escribió: “Son ya tres veces las que he polemizado con las autoridades, con el único propósito de salvar de la ruina al Japón. Conciente de que alguien cuyas advertencias en tres ocasiones se desatiendan debe retirarse al bosque de una montaña, dejé Kamakura el duodécimo día del quinto mes.” (“Carta a Konichi-bo”, WND, 661)


Así estableció su residencia en el bosque al costado de una montaña llamada Minobu en la Provincia de Kai (la actual Prefectura de Yamanashi), en el distrito de Hakiri. Ese distrito estaba gobernado por Hakiri (también pronunciado Hakkii) Sanenaga, a quien Nikko había convertido en seguidor del Daishonin.


El Daishonin llegó al hogar de Hakiri Sanenaga el décimo séptimo día del quinto mes de 1274. El décimo séptimo día del sexto mes, se mudó a una sencilla ermita en Monte Minobu.


En Minobu, el Daishonin ni se retiró de su misión en la vida, ni se aisló. Al contrario, allí escribió muchas obras importantes, tales como “La selección del tiempo” y “Sobre saldar deudas de gratitud”. En estos escritos, explicó el significado de su Budismo en términos de la historia humana, tal como se conocía esa historia en ese entonces. Igualmente disertó sobre el Sutra del Loto y otros tópicos, y al mismo tiempo dirigió sus energías a fomentar la capacitación de sucesores capaces que propagarían las enseñanzas en el futuro.


Además, escribió muchas cartas a sus seguidores y seguidoras laicas individualmente, al continuamente alentarles en fe y en cómo enfrentar las duras realidades de la vida diaria.


Finalmente, Nichiren Daishonin transmitió las profundas doctrinas de su Budismo a su sucesor inmediato, Nikko, quien las plasmó por escrito en forma de notas que registró y recopiló. Estas compilaciones incluyen obras intituladas “El registro de las enseñanzas oralmente transmitidas” y las “Ciento seis comparaciones”.


En el undécimo día del décimo mes de 1282, dos días antes de su muerte, el Daishonin entregó a Nikko la obra “Sobre el principio místico de la verdadera causa”.


LA PERSECUCIÓN DE ATSUHARA Y EL ESTABLECIMIENTO DEL DAI-GOHONZON.
Tras la llegada de Nichiren Daishonin a Monte Minobu, Nikko emprendió la propagación de las enseñanzas en el área Fuji de la Provincia Suruga (la actual prefectura de Shizuoka). Los sacerdotes y, seguidores y seguidoras laicas, de la secta Tendai y demás escuelas echaron a un lado esas creencias y adoptaron el Budismo del Daishonin.


Como resultado, los templos Tendai establecidos en el área, tales como Shijuku-in y Gizo-ji comenzaron a perseguir a los seguidores y las seguidoras del Daishonin.


Un sacerdote laico llamado Gyochi, en funciones como auxiliar del sacerdote principal del templo Ryusen-ji en el distrito de Atsuhara, maltrató y abusó de campesinos del área que seguían las enseñanzas del Daishonin.


El vigésimo primer día del noveno mes de 1279, veinte aldeanos creyentes fueron arrestados. En lo que se llegó a conocer como la Persecución de Atsuhara, esos aldeanos fueron falsamente acusados de infringir en los campos de Gyochi e ilegalmente cosechar arroz. Fueron llevados a Kamakura y sujetos a severos interrogatorios en la residencia privada de Hei-no-Saemon, quien les amenazó e intimidó para que abandonaran la creencia en el Sutra del Loto.


Sin embargo, esos campesinos continuaron la defensa de sus creencias. En las acciones de ellos, el Daishonin percibió que finalmente se había establecido entre practicantes comunes la fe fuerte que se necesita para proteger la enseñanza correcta de Budismo contra grandes persecuciones.


En “Sobre las persecuciones que acosan a un sabio”, escrito el primer día del décimo mes de ese año, el Daishonin declara que él ha cumplido con el propósito de su advenimiento en este mundo. Ya había propagado el Sutra del Loto (la voluntad de Buda ) e igualmente había enfrentado las persecuciones predichas en el sutra, persecuciones que habrían de acechar al devoto del sutra. La frase “propósito de nuestro advenimiento” se refiere a la razón por el advenimiento de Buda a este mundo. Por tanto, el propósito del Daishonin al haber nacido en el Último Día de la Ley, era cumplir el gran juramento de conducir a todas las personas hacia la Budeidad durante los 10,000 años de esa era.


El duodécimo día del décimo mes de 1279, en respuesta a la fe fuerte de gente común, tal como se demostró durante la Persecución de Atsuhara, Nichiren Daishonin estableció el Dai-Gohonzon o gran objeto de devoción para “todo Jambudvipa”, o lo que es los pueblos del mundo entero.


En acuerdo con la declaración de cumplir con el propósito de su advenimiento, el Daishonin inscribió el Dai-Gohonzon como expresión y cristalización de su gran juramento y deseo de salvar del sufrimiento a todos los seres vivientes a través de la amplia propagación de sus enseñanzas.


La profundamente enraizada fe de los aldeanos creyentes de Atsuhara pronto enfrentaría la prueba máxima. Tres de los campesinos ( Jinshiro, Yagoro y Yarokuro) fueron ejecutados y los restantes diecisiete fueron exiliados de Atsuhara (el décimo quinto día del décimo mes de ese año, o según otro relato, en el octavo día del cuarto mes del siguiente año). Ésta era una clara demostración del espíritu elucidado en el Sutra del Loto de “con férrea determinación y sin titubear, desear ver a Buda, aunque les cueste la vida.” (SL16, 230); es decir, estar dispuestos a sacrificar hasta sus propias vidas para defender la fe budista.


EL ACTO DE CONFIAR LAS ENSEÑANZAS A NIKKO; LOS DÍAS FINALES.
En el undécimo mes de 1281, se completó en Minobu la construcción de un templo albergue que en pies medía aproximadamente seis por sesenta, y que se le dio el nombre de Kuon-ji.


En el noveno mes de 1282, el Daishonin transfirió a Nikko la totalidad de las enseñanzas que él (el Daishonin) había enunciado, y le encomendó también con el Dai-Gohonzon, el que se había establecido para beneficio de toda la humanidad. El Daishonin también confió a Nikko la misión y responsabilidad de lograr la amplia propagación de la Ley Mística. El documento que registra esta transferencia se conoce como el “Documento de Transferencia de Minobu” (también llamado “El Documento para la Transferencia de la Ley que Nichiren Propagó Durante Toda su Vida”).


En el octavo día del noveno mes, tras sugerencia de varios de sus seguidores, el Daishonin dejó Minobu para instalarse en la Provincia de Hitachi (la que hoy día abarca la norteña Prefectura de Ibaraki y la sudeste Prefectura de Fukushima) para allí recibir tratamiento de termas calientes para una dolencia. En Minobu residió nueve años. De camino a Hitachi visitó al seguidor laico Ikegami Munenaka en la Provincia Musashi, donde aclaró asuntos que tenían que observarse tras su muerte (del Daishonin).


En el vigésimo quinto día del noveno mes, no obstante la gravedad de la enfermedad que sufría, Nichiren Daishonin dio su último sermón, al disertar acerca de “Sobre establecer la enseñanza correcta para la paz de la tierra”.


En el octavo día del décimo mes, seleccionó a seis sacerdotes a quienes designó como sus discípulos principales: Nissho, Nichiro, Nikko, Niko, Nitcho y Nichiji (listados en orden de conversión). Éstos se conocen como los seis sacerdotes principales, seleccionados para servir como figuras centrales para unos creyentes que estaban ampliamente dispersos, e igualmente para que fueran responsables por áreas donde residieran quienes con ellos (con los seis sacerdotes principales) compartían nexos familiares, personales o religiosos. Sin embargo, el Daishonin no confió formalmente sus enseñanzas, ni nombró como sucesores a los seis sacerdotes.


En la fe, práctica y estudio del Budismo del Daishonin, Nikko claramente sobrepasaba a los demás sacerdotes principales; sólo Nikko había acompañado al Daishonin durante los exilios tanto en Izu, como en Sado, siempre en servicio su maestro. Además, Nikko por mucho sobrepasaba a los demás en cuanto a la práctica de propagación y en cuanto a preparar discípulos y discípulas capaces que asumirían la responsabilidad en el futuro. Sólo Nikko entre los seis consideraba que Nichiren Daishonin era el Buda del Último Día de la Ley, y como tal le reverenciaba. También fue el único que correctamente asimiló el profundo significado del Budismo del Daishonin.


El décimo tercer día del décimo mes de 1282, en la estancia de Ikegami Munenaka en la Provincia de Musashi, el Daishonin nuevamente declaró la transferencia de las enseñanzas a Nikko, al designar a Nikko como sacerdote principal del templo Minobu-san Kuon-ji (fundado por el Daishonin).


El documento que recoge esto se conoce como el “Documento de Transferencia de Ikegami (o “El Documento para Hacer la Transferencia de Minobu-san).


Más tarde ese día, la venerable vida de Nichiren Daishonin concluyó a la edad de sesenta y un años.


NOTAS
2. Tomada del Libro de ritos confucionistas, que declara que un hombre sabio a quien por tercera ocasión no se le hace caso, debe retirarse al bosque de una montaña.