A través de la práctica de invocar Nam-myoho-rengue-kyo, podemos constatar también, la inseparabilidad de los aspectos físico y espiritual en sus vidas. Con el tiempo, esto llega a manifestarse en un sentimiento de bienestar físico y en una creciente lucidez y pureza en los procesos mentales y perceptivos. Los que son referidos como "beneficios conspicuos" de la práctica budista, se relacionan ante todo con los aspectos físico y material.
BENEFICIOS CONSPICUOS E INCONSPICUOS.
Hay tres
fundamentos al aplicar el budismo: la fe, la práctica y el estudio. Son los
ingredientes principales de la receta para desarrollar nuestra innata condición
iluminada, o budeidad. Los tres son esenciales. Mediante esta receta,
experimentaremos prueba real de nuestra transformación, tanto en forma de
beneficio conspicuo como beneficio inconspicuo.
A través de la práctica de invocar Nam-myoho-rengue-kyo, podemos constatar también, la inseparabilidad de los aspectos físico y espiritual en sus vidas. Con el tiempo, esto llega a manifestarse en un sentimiento de bienestar físico y en una creciente lucidez y pureza en los procesos mentales y perceptivos. Los que son referidos como "beneficios conspicuos" de la práctica budista, se relacionan ante todo con los aspectos físico y material.
El Budismo
divide los beneficios de la práctica en "conspicuos" e
"inconspicuos." Los beneficios de obtener un nuevo trabajo, vencer
una enfermedad, un matrimonio exitoso y así sucesivamente, no están separados
de un profundo y concienzudo proceso de autorreflexión dirigido a una
transformación interna.
Bonno soku
bodai significa literalmente "Los deseos mundanos son iluminación" y
el concepto conforma una tesis clave en el Budismo de Nichiren. A través de
nuestra práctica budista, aun el más mundano y engañoso impulso puede ser
transformado en algo generoso y noble y, nuestros deseos, enfocados de forma
natural en nosotros mismos, se extienden a otros deseos concernientes a
nuestras familias, amigos, comunidades y, finalmente, al mundo entero.
En esta
forma, la naturaleza de los deseos se transforma gradualmente, de deseos por lo
material y físico, a deseos orientados más espiritualmente, para llevar una
vida más plena. Como dice el Presidente Ikeda: "Creo en la existencia de
otra clase de deseos humanos: A esto le llamo el deseo fundamental y, tengo la
convicción de que este deseo fundamental, es la fuerza que impulsa activamente
a todos los otros deseos humanos hacia la creatividad. Es la fuente de toda la
energía impulsora inherente a la vida; también es el anhelo de unir la propia
vida con la vida del universo y obtener su energía vital."
Nuestro
estado mental interior también afecta el funcionamiento físico de nuestros
cuerpos. La risa y las lágrimas son la manifestación más drástica de esto, son
las señales físicas de nuestros sentimientos interiores.
La tensión
física o mental, ha sido relacionada con una gama de enfermedades, desde
padecimientos en la piel, alergias, hasta asma, úlceras y cáncer.
La depresión
y la desesperación, disminuyen la resistencia del cuerpo, haciéndonos
vulnerables a una variedad de enfermedades. Por otra parte, una determinación
positiva para sobreponernos a la enfermedad puede "inducir" a
nuestros órganos, y aun a las células individuales hacia la salud.
Como lo ha
dicho Daisaku Ikeda: "Cuando nuestra determinación cambia, todo comienza a
moverse en la dirección que deseamos. En el momento en que resolvemos salir
victoriosos, cada nervio y fibra de nuestro ser, se orientará de inmediato
hacia nuestro triunfo. Por otra parte, si pensamos: ”Esto nunca va a
funcionar”, entonces, en ese instante, cada célula de nuestro ser se abatirá y
renunciará a luchar.
La verdadera
salud y la felicidad genuina deben abarcar tanto el aspecto físico como el
espiritual.
A través de la práctica de invocar Nam-myoho-rengue-kyo, podemos constatar también, la inseparabilidad de los aspectos físico y espiritual en sus vidas. Con el tiempo, esto llega a manifestarse en un sentimiento de bienestar físico y en una creciente lucidez y pureza en los procesos mentales y perceptivos. Los que son referidos como "beneficios conspicuos" de la práctica budista, se relacionan ante todo con los aspectos físico y material.
De mayor
importancia, son los "beneficios inconspicuos" derivados de la
práctica budista continua, los cuales se manifiestan en el incremento de la
sabiduría y la misericordia hacia los demás. El beneficio inconspicuo último
es, desde luego, la iluminación.
Sobreponerse
a los problemas, realizar sueños y metas largamente acariciados: esta es la
clase de cosas cotidianas de las cuales obtenemos un sentido de realización y
felicidad.
El Presidente
de la SGI ,
Daisaku Ikeda, ha enfatizado la importancia de no cortar nuestros apegos, sino
de entenderlos y, a final de cuentas, usarlos.
Las
experiencias de la fe de los miembros de SGI describen eventos y cambios que
parecen a simple vista estar enfocados hacia la parte externa y material de la
vida. Pero tales "beneficios" son sólo una parte de la historia.
El Budismo
divide los beneficios de la práctica en "conspicuos" e
"inconspicuos." Los beneficios de obtener un nuevo trabajo, vencer
una enfermedad, un matrimonio exitoso y así sucesivamente, no están separados
de un profundo y concienzudo proceso de autorreflexión dirigido a una
transformación interna.
El Bonno soku bodai significa literalmente
"Los deseos mundanos son iluminación" y el concepto conforma una
tesis clave en el Budismo de Nichiren. A través de nuestra práctica budista,
aun el más mundano y engañoso impulso puede ser transformado en algo generoso y
noble y, nuestros deseos, enfocados de forma natural en nosotros mismos, se
extienden a otros deseos concernientes a nuestras familias, amigos, comunidades
y, finalmente, al mundo entero.
En esta
forma, la naturaleza de los deseos se transforma gradualmente, de deseos por lo
material y físico, a deseos orientados más espiritualmente, para llevar una
vida más plena. Como dice el Presidente Ikeda: "Creo en la existencia de
otra clase de deseos humanos: A esto le llamo el deseo fundamental y, tengo la
convicción de que este deseo fundamental, es la fuerza que impulsa activamente
a todos los otros deseos humanos hacia la creatividad. Es la fuente de toda la
energía impulsora inherente a la vida; también es el anhelo de unir la propia
vida con la vida del universo y obtener su energía vital."
KUDOKU (BENEFICIO)
Cada categoría socio profesional emplea una jerga propia. Eso comporta toda una serie de términos que simplifican la explicación de ciertas acciones, dado que seria demasiado largo redefinir cada vez lo que sobreentiende uno o varios de esos términos. A través de los siglos, toda lengua se enriquece con palabras venidas de fuera, tanto en el dominio técnico, deportivo, cultural, etc.
En realidad «
resumimos ». Lo mismo ocurre con el budismo. Sin embargo, es interesante de
volver cada tanto al sentido original de esos términos con el fin de evitar las
amalgamas que no significan nada y que tienen poco o nada que ver con la
enseñanza búdica.
Kudoku es uno
de esos términos que empleamos muy seguido, el cual, aun si se comprende en
nuestro vocabulario común, termina degradándose.
Traducimos
comúnmente Kudoku como beneficio. Sin embargo, en él termino Kudoku, no existe
ningún concepto de beneficio en el sentido material.
Ku = Acumular
(sentido etimológico)
Toku = Virtud
(fuerza interior), sobreentendiéndose como 10° estado.Kudoku = Es la contracción de los dos términos ku y toku.
Practicando
hacemos aparecer la fuerza del décimo estado. Cuando la acumulación de esa
fuerza es suficiente con relación a un problema o un sufrimiento, el resultado
aparece, y decimos que hemos obtenido un kudoku.
Sin embargo,
cuando estamos frente a Gohonzon, no tenemos a nadie con quien poder dialogar.
El Gohonzon, como objeto, no ha creado nuestra vida, entonces no podemos
pedirle nada, porque no tiene ningún poder sobre nuestra vida. Igualmente
cuando nos miramos frente a un espejo, no podemos decir, Espejo, haceme
morocho(a) o rubio(a), los ojos de esta manera… es imposible.
Sin embargo
todos los esfuerzos (ku) que hagamos delante del espejo, afeitándonos o
maquillándonos, lavándonos, peinándonos, etc., hacen que (toku) aparezcamos tal
cual nos hemos hecho a nosotros mismos. Kudoku es esa idea. Esa noción existía
ya al comienzo del budismo, pero significaba mas que nada « acumular méritos »
(Los diez méritos, que encontramos en el Sutra de Los Infinitos Sentidos,
prologo del Sutra del Loto)
ESFUERZO Y RESULTADO
Ku también es interpretado como esfuerzo.
Toku como el resultado.
Ku, es la
acumulación de acciones positivas durante una vida. Por ejemplo: Ayudo a salir
adelante a un amigo que esta en dificultad, la retribución se manifiesta en
forma de suerte en mi vida, sea una semana después como cinco mil anos mas
tarde.
Toku, es la
fuerza interna acumulada por las acciones positivas que se manifiestan en nuestra
vida cotidiana.
En lo
cotidiano, acumulamos incesantemente (salvo durante el sueño), palabras,
pensamientos y acciones, que se manifiestan concretamente en nuestra vida.
Por ejemplo,
nací con cierta inteligencia, eso es inherente a mi vida, es toku. Podemos
decir en forma simple, que la práctica acelera la manifestación de ese
principio.
ALEGRÍA Y
POSITIVISMO
Nichiren
Daishonin dice que ku significa alegría, y toku hacer aparecer lo positivo. ¿Porque alegría?
Es la alegría que aparece con la idea de acumular algo que nos hará felices.
Por ejemplo,
cuando encontramos un gran problema y nos esforzamos para solucionarlo, aunque
no sea fácil, eso es ku. Toku, es hacer aparecer lo positivo, el antídoto a los
problemas debidos a nuestra falta de perspicacidad, de clarividencia respecto a
la vida, a los tres venenos (cólera, avidez e ignorancia). Podemos encontrar
dificultades sin obtener la solución en el día o la semana o incluso en el mes.
No obstante, la confianza desarrollada por la acumulación de resultados ya
obtenidos, procura la certeza de que vamos a ganar. Esta fuerza interior (toku)
se manifiesta a través de una gran alegría incluso antes que el resultado
aparezca.
Kudoku, es un
principio por el cual hacemos aparecer en nuestra vida cotidiana el resultado
de lo que hemos pensado, dicho y hecho de positivo.
MALA
COMPRENSIÓN Y CONSECUENCIAS
Con una mala
comprensión del término kudoku corremos el riesgo de orientar nuestra práctica
solamente hacia resultados materiales. Encontrar trabajo, curarse de una enfermedad…
todo eso esta bien, pero al mismo tiempo, como se desarrollo nuestro humanismo?
En ese sentido, incluso si estoy enfermo o no tengo trabajo, pero interiormente
no me siento vencido, eso es Kudoku. Mi vida esta llena de fuerza interior
(toku).
Hacer
humanamente todo lo que esta a nuestro alcance para sobrepasar sus problemas,
sus sufrimientos, es ku. El resultado no es forzosamente visible y proporcional
a los esfuerzos, porque puede suceder que no tengamos ningún resultado aparente
(hace 15 anos que tal persona tiene problemas de salud, de trabajo, pero
sentimos algo muy fuerte en ella). Con o sin problemas esa persona tiene mucha
fuerza interior, mucha alegría.
Si el sentido
del termino kudoku es mal comprendido (por ejemplo, tengo un grave problema,
practique, pero me quejo de no obtener el resultado que quería), que sucede?
Nos preguntamos seguramente cual es el interés de practicar y finalmente
terminamos dejando la práctica.
La enseñanza
desarrollada por Nichiren Daishonin es muy vasta y profunda, es entonces muy
difícil hacerse explicar el budismo el primer día, y de ahí la importancia de
estudiar para no limitar el budismo a nuestra comprensión del momento. Aquellos
y aquellas que limitan la comprensión de Kudoku al hecho de recibir beneficios
materiales caen fácilmente en el estado de avidez y padecen frustración o paran
la práctica cuando estiman haber obtenido lo que querían (por ejemplo: « busco
fundar una familia, comienzo a practicar y cuando he obtenido todo eso, estoy
muy ocupado, y no tengo tiempo para dedicar a la práctica… ») Una de las
primeras características del buda es permanecer imperturbable frente a los
hechos. Cuando Nichiren Daishonin se encuentra en el Monte Minobu, escribe: ”aunque
se alimente con cáscaras de árboles y de agua de la nieve, siente en sí, una
alegría inefable”.
CINCO TIPOS
DE BENEFICIOS QUE APARECEN NATURALMENTE EN NOSOTROS
Nichiren
Daishonin cita cinco tipos de beneficios que están explicados en el « Tratado
del estado de buda a Vasubandhu » (GZ pág. 426). Esos beneficios surgen
naturalmente cuando perseveramos en la práctica.
La
capacidad de practicar correctamente con espíritu de búsqueda y un corazón
lleno de compasión.
Tal práctica
nos permite orientar y dirigir correctamente nuestra vida y como consecuencia,
mejorarla profundamente.
La
capacidad de respetar profundamente la Ley Búdica , contrariamente a una actitud
orgullosa.
Eso nos lleva
a moderar nuestro comportamie
La capacidad de obtener la sabiduría para obtener la budeidad, sin atarse a sí mismo.Progresivamente, se adquiere une intuición que nos permite sentir lo que debemos hacer y como debemos actuar.
La capacidad de progresar sin oponerse a la Ley correcta, y despertar la sabiduría de la budeidad, mas que la de la sabiduría mundana.
No atarse demasiado a las alegrías o los tormentos de la vida cotidiana (por ejemplo: cuando mi vida cotidiana va bien, estoy contento y en cuanto no, no estoy bien y toda mi vida oscila entre altos y bajos). Despertar la sabiduría de la budeidad es acordar la máxima atención a nuestra prosperidad interior: alegría de vivir, budeidad, equilibrio, harmonía, desarrollo.
La capacidad de desarrollar un corazón lleno de compasión para aliviar el sufrimiento del pueblo, rechazando el egoísmo.
Solamente cada uno conoce su sinceridad frente al sufrimiento de los demás. En vez de siempre criticar, calumniar, condenar, tratemos de ayudar.
Desarrollar un corazón con compasión es desarrollar el deseo sincero de ayudar a los que sufren. Nuestra propia evolución no es siempre visible a los ojos de los demás, pero ver a alguien practicar, hacer todo para ayudar a alguien y constatar los resultados obtenidos, eso impresiona.
Cuando nuestra budeidad se desarrolla, se manifiesta hacia los otros. Podemos decir que kudoku es lo que trasluce como virtud hacia los demás.
nto, nuestra manera de tratar a los demás, de escuchar los o no….
LA RELACIÓN DE TOKI JONIN CON NICHIREN. SEGUIDORES DE NICHIREN DAISHONIN.
Nichiren Daishonin, en agosto de 1253, se instaló en una pequeña
cabaña, sita en Matsubagayatsu, y allí y en la casa de otros adeptos, comenzó a
predicar sus enseñanzas, algunas veces visitaba los templos de la ciudad, para
debatir con los priores; donde denunciaba las creencias de la escuela Jodo, que
aseguraba la salvación, con sólo invocar el nombre del Buda Amida, y atacaba al
Budismo Zen, porque rechazaba a los sutras.
Estos debates religiosos, le permitieron incorporar numerosos
adeptos, entre otros: Shijo Kingo, Toki Jonin, Kudo Yoshitaka, Ikegami
Munenaka; y pronto debió enfrentar una feroz oposición.
El 16 de Julio de 1260, Nichiren le entregó a Hojo Tokiyori,
antiguo regente del sogunato de Kamakura un tratado titulado “Rissho Ankoku
Ron” (Tesis sobre la pacificación de la tierra mediante la propagación del
Budismo verdadero) donde sostenía que las causas de las recientes calamidades
eran los actos contra la
Ley Verdadera , y la adhesión a falsas doctrinas. La nación,
decía, no conocería ningún alivio a sus sufrimientos, hasta que la gente
renunciara a sus creencias erróneas y abrazara las enseñanzas del Sutra del
Loto.
Ésta fue la Primera Amonestación al gobierno.
Tokiyori y los dirigentes del sogunato, hicieron caso omiso del
tratado; pero su contenido molestó a los seguidores de la escuela Jodo, y una
banda armada atacó la cabaña en que vivía, con la intención de matarlo. Escapó
de allí acompañado de algunos discípulos y se refugió en la casa de Toki Jonin,
de gran influencia en la provincia de Shimousa, y lo llevó a vivir a su templo
familiar durante casi seis meses. pero antes de cumplirse un año, volvía a
Kamakura a reiniciar su prédica.
Toki Jonin servía al Señor Chiba, guardia de la Provincia de
Shimosa, como secretario o ayudante para la familia Chiba. Era muy culto, recibió varios escritos
importantes de Nichiren Daishonin, incluyendo, “El Verdadero Objeto de
Veneración”, “La Esencia del Sutra del Loto” y “Sobre las cuatro etapas de la
fe y las cinco etapas de la Practica”.
Podemos deducir que la casa de esta familia era una especie de
"centro de propagación" donde a todas horas del día se invocaba, se
hacían "encuentros de diálogo", se daban disertaciones sobre los
sutras… Su postura tiene que haber sido muy correcta para sobrellevar un ritmo
tan intenso de dedicación a la fe sin una palabra de queja o de reproche. A
todo esto, recordemos que la persona que ella hospedaba era perseguida por las
autoridades, así que tanto movimiento ponía en peligro la seguridad de su
familia.
A los ocho años, cuando llegó el enviado mongol, las autoridades
policiales citaron a declarar a tres seguidores del Daishonin: Toki Jonin, Ota
Jomyo y Shijo Kingo. La esposa lo apoyó en todo momento, sin saber qué suerte
correría el esposo. Además, cuando el Daishonin fue condenado al exilio en
Sado, Toki Jonin impuso prácticamente en el bote a uno de sus hombres, para que
acompañara al Daishonin durante el largo viaje por mar y se asegurara de que
éste llegase a salvo a la isla. Durante todo el exilio, Toki quedó a cargo de
sostener a todos los miembros de Shimosa. Y la mujer, firme a su lado,
ocupándose de todo lo que pudiera para que nadie abandonara la fe.
Toki Jonin tenía una madre muy ancianita, a la cual amaba con
devoción. A su vez, Toki era el hijo favorito de ella, y la tenía viviendo en
su casa. Esta señora había caído enferma, y falleció en 1275, luego de un largo
proceso que la tenía en cama. Aparentemente, la viejita tenía más e 90 años al
morir.
Ya podemos imaginar quién se ocupó de cuidar a la suegra durante
su larga enfermedad, además de todas las responsabilidades en momentos de
inestabilidad y persecución: la fiel Myojo.
Podemos pensar que, siendo un nyudo y un típico hombre japonés de
esa época, bastante mayor que la esposa, Toki Jonin probablemente no haya sido
un hombre muy demostrativo de sus afectos. Pero lo cierto es que a Toki Jonin
lo conmovió ver la manera cariñosa y sincera en que Myojo atendió a su madre
durante la enfermedad y la muerte. Cuando llevó las cenizas de la difunta al
monte Minobu, para que allí las sepultaran, le contó en confianza al Daishonin
lo agradecido que estaba por tener una mujer tan maravillosa. Y es el Daishonin
el que se asegura de que Myojo lo sepa.
Al parecer, la personalidad de esta señora estaba tan centrada en
servir a los demás y en ocupar un segundo plano, que a Myojo le costaba mucho
tener confianza en sí misma y valorarse. Quizá influida por la sociedad feudal,
que tan poco valoraba a la mujer, Myojo se desvalorizaba y no comprendía el
valor de su propia vida. Era sumamente humilde. Por eso, el Daishonin le hace
saber cuán feliz y orgulloso de ella estaba Toki Jonin. Todo el tiempo, en las
cartas la alienta a valorarse, a sentir respeto por sí misma y a cuidar su
salud y su fe, como una mujer que vale por derecho propio.
Ocurre que en el mismo momento en que se estaba muriendo la mamá
del marido, la misma Myojo cayó enferma, pero no le prestó atención a su
enfermedad. Al parecer, Shijo Kingo, que era médico, observó los síntomas y
también advirtió que esta señora no daba valor a su propia salud, pues no se
quería hacer atender. Y se lo comunicó al Daishonin con preocupación.
Shijo Kingo y el Daishonin siguieron con ojos atentos el avance
de la enfermedad durante casi tres años, antes de que la señora se decidiera a
luchar resueltamente contra el mal. El cansancio de cuidar a la anciana más
todas las otras responsabilidad seguramente la llevaron a alimentarse mal y a
dormir poco, con gran esfuerzo físico. Fue el mismo Daishonin quien tuvo que
tomar las riendas y abrirle los ojos sobre la importancia de su vida y de su
salud, y hasta sugerirle formas de actuar para resolver la enfermedad. Es
increíble la forma en que el Daishonin se preocupaba por sus discípulos, a
veces más que ellos mismos…
En esta misma época (1279), cuando la enfermedad ya se hizo
inocultable y Myojo empezaba a sentir temor, en Fuji se produjeron los hechos
de Atsuhara. Los sacerdotes Nisshu y Nichiben tuvieron que escapar de la zona
de Fuji, perseguidos por las autoridades corruptas. En ese momento, sin
vacilar, Toki los escondió en su casa y los protegió, sabiendo que contaba con
la discreción y la comprensión de su esposa. Pero la pobre Myojo siempre tenía
"cosas más importantes" que reclamaban su atención.
En este sentido, quien lee la carta "Sobre la prolongación
de la vida" siente que es muy estricta y severa. Al principio, uno puede
pensar que el Daishonin le estaba escribiendo a una mujer de fe pobre o débil,
pero en realidad, no es así. Justamente porque esta mujer era tan dedicada y
abnegada, y había vivido por el Sutra del Loto, el Daishonin es severo y le
pide que reflexione. Ser un buen budista no es descuidar la propia vida en un
falso sacrificio, sino cuidar la longevidad, para poder cumplir la misión
durante la mayor cantidad de años posible. La "sacude" para que
reflexione, ajuste su fe y tome una nueva decisión. Si ella también muere, es
un fracaso para todos.
Gracias al cálido aliento del Daishonin, esta señora de inmediato
corrigió su postura equivocada y pudo superar su enfermedad rápidamente. A los
tres años, el Daishonin falleció, y en ese momento, el matrimonio decidió
cambiar el nombre de su templo familiar y llamarlo Hokke. Este templo existe
hasta el día de hoy, en Nakayama. Se cree que la señora falleció en 1303.
TOKI JONIN. SEGUIDORES DE NICHIREN DAISHONIN
Abrazó la fe alrededor de 1254, fue un creyente muy importante y
querido por el Daishonin.
De todas formas, Toki Jonin se casó luego con Myojo, que también abrazó la fe y, desde un lugar aparentemente poco visible, soportó situaciones muy difíciles para cualquier esposa.
Aunque era vasallo feudal, a los 35 años había decidido llevar
una vida de viudo o sacerdote laico: mientras llevaba a cabo sus tareas como
miembro de la sociedad, se dedicaba a la fe con la misma seriedad que si fuera
un monje. Fue uno de los primeros seguidores laicos del Daishonin, comenzó la
práctica en 1254, es decir, pocos meses después de que éste revelara por primera
vez Nam-myoho-renge-kyo. Era seis años mayor que el Daishonin.
Toki Jonin se había casado y había tenido un hijo con su mujer,
la cual murió tiempo después. Este hijo, Nitcho, luego llegaría a ser uno de
los cinco sacerdotes principales del Daishonin.
De todas formas, Toki Jonin se casó luego con Myojo, que también abrazó la fe y, desde un lugar aparentemente poco visible, soportó situaciones muy difíciles para cualquier esposa.
Myojo también adoptó los hábitos de monja laica; se hizo cargo de
atender al hijo mayor de Toki y, además, afrontó las responsabilidades de
cuidar la finca y las tareas del hogar que Toki ya tenía encaminado cuando se
casó con ella.
Al poco tiempo, el matrimonio tuvo otro hijo más, que también
abrazó la fe y siguió el camino del sacerdocio. Este otro hijo, también llamado
Nitcho (pero escrito con ideogramas chinos distintos) se forjó con Nikko Shonin
y lo designó primer prior del seminario de Omosu Dansho, la escuela para
sacerdotes del templo Taiseki-ji.
El matrimonio estuvo muy ligado a la práctica seria y sincera de
la religión: y ambos hijos de Toki Jonin siguieron el camino del sacerdocio.
Toki Jonin inclusive había construido un templo en las tierras del hogar.
Digamos que Miojo vivía en un "templo familiar", del cual cuidaba
como otras cuidan de su mansión.
Toki Jonin era un hombre sumamente instruido, en el cual el
Daishonin confiaba totalmente, hasta el punto de confiarle escritos
importantísimos para la posteridad.
LA VOLUNTAD DE SHIJO KINGO PARA OFRECER SU VIDA. SEGUIDORES DE NICHIREN.
…Nichiren Daishonin y su sombrío grupo se
dirigió hacia Tatsunokuchi a media noche. Cuando el grupo pasó por el Santuario
Mikuri, el Daishonin detuvo su caballo. Mientras los soldados lo observaban
sospechosamente, él dijo, "Deténganse un minuto, caballeros, tengo un
mensaje par alguien que vive cerca de aquí". (Shinpen, "Shuju
Ofurumai Gosho", p. 1059; MWND, Vol. 1, "Sobre el Comportamiento del
Buda", p. 180)
EL OBJETO LUMINOSO
Posteriormente, el Daishonin escribió acerca del objeto luminoso de esta manera:
De los tres dioses celestiales, el dios de la luna salvó mi vida en Tatsunokuchi apareciendo como un objeto luminoso y el dios de las estrellas descendió hace cuatro o cinco días a saludarme. Ahora, sólo falta el dios del sol, y, ¡con seguridad él me protegerá! ¡Qué tranquilidad! El capítulo Hosshi afirma, "(El Buda) enviará los dioses en diferentes formas para proteger al devoto del Sutra del Loto". Este pasaje no deja duda alguna. El capítulo Arakugyo lee, "Ni las espadas ni los palos le harán daño". El capítulo Fumon afirma, "La espada se romperá en pedazos instantáneamente". No hay nada falso en estas citas. Una fe férrea y sincera es lo vital. (Shinpen, "Shijo Kingo Dono Goshosoku", p. 479; MWND, Vol. 1, "La
Persecución de Tatsunokuchi", p. 14-15)
Un joven muchacho llamado Kumao-maru fue
enviado a Shijo Kingo, quien vivía cerca, con el mensaje de que el Daishonin
estaba a punto de ser decapitado en Tatsunokuchi esa noche.
Alarmado por la noticia, Shijo Kingo y todos
sus hermanos salieron corriendo descalzos de su residencia. Ellos se aferraron
a las riendas del caballo y se agarraron del Daishonin. Sorprendidos por la rapidez y lo fuerte de la
repentina orden de ejecutar al Daishonin, ellos sólo podían llorar de dolor.
La actitud inmisericorde de Hei no Saemon hacia
el Daishonin era ampliamente aparente en el apuro con el cual el había
comandado la ejecución. El haber señalado la hora para la ejecución a la media
noche revela su obscura intención de matar al Daishonin escondido en la
obscuridad de la noche. Cuando Shijo Kingo se dio cuenta de que no había nada
que él podía hacer para cambiar las instrucciones del gobierno feudal de
decapitar al Daishonin, él tomó la determinación de morir a su lado.
El Daishonin, posteriormente, escribió las
siguientes palabras de alabanza acerca de Shijo Kingo:
Sobre todo, yo recuerdo como, en el octavo año
de la era de Bun'ei (1271), cuando incurrí en la desgracia de las autoridades y
estaba a punto de ser decapitado en Tatsunokuchi en la provincia de Sagami,
usted se aferró a las riendas de mi caballo, acompañándome descalzo y
derramando lágrimas de dolor. Usted estaba, aún más, preparado para seguirme en
la muerte si se llevaba a cabo mi ejecución. ¿En qué época podría ser posible
que yo olvidara ésto? (Shinpen, p. 1501; MWND, Vol. 6, "Respuesta al Amo
Shijo Kingo", p. 307)
EL INTENTO DE EJECUCIÓN
De esta manera, el grupo de Nichiren Daishonin
llegó a Tatsunokuchi.
La tensión aumentaba entre los soldados que
cuidaban al Daishonin. Había una inquietud en el aire y aún Shijo Kingo, el
valiente guerrero, estaba sobrecogido por la emoción. El unió sus manos en
oración y mirando de frente al Daishonin, lloró.
Al ver a Shijo Kingo en esta condición, el
Daishonin dijo:
¡Qué inconsiderado es usted! Debe estar
jubiloso por esta gran fortuna. ¿No recuerda su promesa? (Shinpen, "Shuju
Ofurumai Gosho", p. 1060; MWND, Vol. 1, "Sobre el Comportamiento del
Buda", p. 181)
Así, el Daishonin le recordó a Shijo Kingo del
principio que le había enseñado en numerosas ocasiones: el espíritu de ofrecer
su vida por el bien del Budismo Verdadero.
Al poco tiempo, el Daishonin tomó su sitio en
el lugar de ejecución que había sido preparado por los soldados. Siguiendo las
instrucciones señaladas por las autoridades, los guerreros rodearon al Daishonin.
Un hombre desenfundó su espada y la elevó en el aire para poder decapitarlo.
En ese mismo instante un objeto brillante, tan
grande como la luna, súbitamente apareció e iluminó la obscuridad. La tremenda
luz cegó al espadachín y causó que cayera al suelo. Los otros soldados todos
quedaron asustados. Algunos se alejaron y huyeron, mientras que otros
desmontaron su caballo y se postraron en el piso temerosos. Aún otros,
escondieron sus rostros en la espalda de sus caballos y temblaban.
Durante esta sombría procesión hacia
Tatsunokuchi, los soldados se habían sentido cada vez más perturbados y más
dudosos acerca de decapitar al Daishonin. Por lo tanto, la sorpresa y la
incomodidad los llevó a un estado de extremo pánico y causó que se acobardaran
por un increíble terror.
El Daishonin describió la situación de la
siguiente manera:
Yo llamé, "Aquí, ¿por qué le temen a este
miserable prisionero? ¡Acérquense! ¡Vengan más cerca!" Pero nadie se
acercaba. "¿Qué sucederá si llega el amanecer? Deben apurarse a ejecutarme,
porque lo encontrarán terrible hacerlo al salir el sol". Los insté, pero
ellos no respondieron. (Shinpen, "Shuju Ofurumai Gosho", p. 1060;
MWND, Vol. 1, "Sobre el Comportamiento del Buda", p. 181)
En este estado de confusión y temor, ni un solo
soldado intentó más decapitar al Daishonin. Poco tiempo después, se decidió que
el Daishonin debería seguir la sentencia planeada originalmente de ser exiliado
a la Isla de
Sado. Primero, el Daishonin sería enviado a la mansión de Honma Rokuro-zaemon
en Echi y puesto en su custodia.
Así, el grupo del Daishonin prosiguió por el
camino de la montaña hacia Echi. Cerca del medio día del trece, los hombres
llegaron a la residencia de Honma en Echi.
EL OBJETO LUMINOSO
Posteriormente, el Daishonin escribió acerca del objeto luminoso de esta manera:
De los tres dioses celestiales, el dios de la luna salvó mi vida en Tatsunokuchi apareciendo como un objeto luminoso y el dios de las estrellas descendió hace cuatro o cinco días a saludarme. Ahora, sólo falta el dios del sol, y, ¡con seguridad él me protegerá! ¡Qué tranquilidad! El capítulo Hosshi afirma, "(El Buda) enviará los dioses en diferentes formas para proteger al devoto del Sutra del Loto". Este pasaje no deja duda alguna. El capítulo Arakugyo lee, "Ni las espadas ni los palos le harán daño". El capítulo Fumon afirma, "La espada se romperá en pedazos instantáneamente". No hay nada falso en estas citas. Una fe férrea y sincera es lo vital. (Shinpen, "Shijo Kingo Dono Goshosoku", p. 479; MWND, Vol. 1, "
De esta manera, el Daishonin explicó que el
objeto luminosos que apareció en Tatsunokuchi significó la protección del dios
de la luna, uno de los tres dioses celestiales.
Los científicos modernos ofrecen varias explicaciones
para esta bola de fuego. Ellos postulan que ésta pudo haber sido un relámpago,
una estrella fugaz o una bola de fuego causada por un meteorito que caía de la
atmósfera. No obstante, elaboradamente y según la teoría, este objeto luminoso
se puede explicar en términos científicos, no es más que una mera descripción
de sus características físicas. El punto esencial es el por qué apareció este
objeto luminoso ese día, en ese momento y en esa ubicación.
El hecho permanece, claramente, de que el gobierno
de Kamakura, el estado feudal que tenía el mayor poder sobre la nación en esa
época, no pudieron decapitar a un simple sacerdote. Además, este extraño evento
se llevó a cabo poco después de que el Daishonin había amonestado abiertamente
a las deidades guardianas por no protegerlo e inmediatamente antes de su
planeada ejecución. Este místico suceso en el tiempo, sólo puede explicarse en
términos del Budismo Verdadero, que explica el poder del Buda Verdadero que
penetra todos los fenómenos y el profundo principio de la unidad de la vida y
su entorno (esho funi).
SHIJO KINGO (APROX. 1230-1300). SAMURAI (guerrero a las órdenes de un señor feudal) Y MÉDICO. SEGUIDORES DE NICHIREN
Figura
central de los discípulos de Nichiren.
Recibió numerosas cartas del Buda, “La apertura de los ojos” es una de las más importantes.
Modelo eterno de nuestra fe:
Por su coraje y fe, frente a la persecución.Por su fe aplicada a la vida cotidiana.
Por su espíritu de búsqueda.
Por su desafío en el trabajo.
Por su matrimonio basado en la fe.
Por su inseparabilidad entre maestro y discípulo.
Recibió numerosas cartas del Buda, “La apertura de los ojos” es una de las más importantes.
Modelo eterno de nuestra fe:
Por su coraje y fe, frente a la persecución.Por su fe aplicada a la vida cotidiana.
Por su espíritu de búsqueda.
Por su desafío en el trabajo.
Por su matrimonio basado en la fe.
Por su inseparabilidad entre maestro y discípulo.
El
nombre completo era Shijo Nakatsukasa Saburo Zaemon-no-jo Yorimoto. Kingo
equivale al título Saemon-no-jo o Zaemon-no-jo. Sus rasgos distintivos eran:
agudo temperamento y buen corazón, además de un fuerte sentido de justicia. Por
otra parte, descollaba en erudición y dominaba las artes militares.
Tenía
tres hermanos menores. Se supone que tenía una hermana, cuyo nombre nos es
desconocido. Su esposa se llamó Nichigennyo (nombre que le dio el Daishonin),
con quien tuvo dos hijas: Kyo'o y Tsukimaro.
Su
esposa llevaba un nombre budista concedido por el Daishonin: Nichigen-nyo. Ella
también practicaba la fe con devoción. Ambos lideraban el movimiento incipiente
de seguidores en la región de Kamakura,
donde vivían.
Su
unión armoniosa, como pareja, se basaba en la fe y en el sentido de la misión.
Al
parecer, el matrimonio tenía dificultades para tener hijos. Cuando finalmente,
la señora quedó embarazada, tenía aproximadamente unos cuarenta años. A través
de la fe y del aliento constante, enfrentó esta situación con coraje, y pudo
tener dos hijas hermosas, a quienes el Daishonin les dio los nombres de
Tsukimaro y Kyo'o.
Como
samurai fue contratado por la familia Emma de Kamakura, una rama del clan gobernante
Hojo. Fue un fiel asistente, como samurai y médico, al igual que su padre,
Yorazaku..
Se
convirtió a las enseñanzas de Nichiren, alrededor de 1256 a los 26 años, al mismo
tiempo que Kudo Yoshitaka y los hermanos Ikegami Munenaka y Ikegami Munenaga.
En
aquellos días, cuando la gente padecía hambre, pestilencia y otros desastres,
sólo Nichiren señalaba la causa de esas miserias: la creencia en falsas
enseñanzas. Por ello, Kingo abrazó tan firmemente la enseñanza del Daishonin.
El 12
de septiembre de 1271, un nutrido grupo de guerreros samuráis, bajo el mando de
Hei no Saemon, irrumpió en la morada del Daishonin en Kamakura para arrestarlo
bajo el falso cargo de traición. Pero, ilegalmente, buscaban llevarlo a
Tatsunokuchi para ejecutarlo. En el camino al patíbulo, el Buda envió un
mensajero a Shijo Kingo, para informarle de la emergencia. Atónito, Kingo y sus
tres hermanos llegaron corriendo hasta el maestro.
Al
llegar al lugar, Kingo tomó las riendas del caballo que llevaba al Daishonin,
decidido a martirizarse junto con él. Pero un inusual fenómeno celeste impidió
la ejecución.
Al día
siguiente, 13 de setiembre de 1271, el gobierno puso temporariamente al
Daishonin bajo la custodia de la familia Honma, en Echi (provincia de Sagami).
Hasta allí lo acompañó Kingo.
En
octubre, el Buda fue exiliado a la isla de Sado, que por lo desolado y cruel de
su clima era considerada como sinónimo de la pena capital. A pesar de ello,
Kingo le envió numerosos mensajeros con donaciones.
Debido
a su férrea fe en el Budismo, Kingo recibió, en febrero de 1272, uno de los
escritos más importantes del Daishonin: "La apertura de los ojos"
(Kaimoku sho).
En esa
época, el Japón enfrentaba rebeliones internas y la amenaza de una invasión
mongólica, tal como lo habla predicho Nichiren en el "Rissho ankoku
ron". En aquel momento, Kingo desempeñó un papel fundamental entre los
discípulos del Daishonin. Además de enviar a sus emisarios a Sado, Kingo viajó
ala isla en muchas ocasiones, deseoso de encontrarse con su maestro.
Finalmente,
el gobierno indultó al Daishonin, quien regresó a Kamakura el 26 de marzo de
1274.
En
abril, el Buda amonestó a Hei-no Saemon nuevamente (lo habla hecho
anteriormente antes de la persecución de Tatsunokuchi), pero sus consejos
fueron otras vez desoídos, por lo que se dirigió al monte Minobu, desde donde alentó a todos sus seguidores para que
propagasen la fe.
Cuando
Shijo Kingo le habló a su amo del Daishonin, éste no sólo lo rechazó, sino que
dudó de su lealtad, afectado por las maliciosas informaciones de otros
súbditos, que envidiaban a Kingo. Así, bajo la influencia de quienes tenían
celos de Kingo, lord Emma lo rebajó de grado y confiscó parte de sus tierras
(en setiembre de 1276). A pesar de ello, Kingo se mantuvo fiel a su amo,
siguiendo el consejo del Daishonin.
Tiempo
despues de haber Nichiren retornado de Sado y una vez que se había retirado a
Minobu en 1274, Shijo Kingo trató de convertir a su Lord, Ema, quien era
creyente de la escuela de La
Tierra Pura (Jodo) y seguidor del sacerdote Ryokan del templo
Gokuraku-ji. Lord Ema no tomó de buen modo que su empleado fuera creyente del
Sutra del Loto o que apoyara a Nichiren, a quien Ryokan odiaba. Él le ordenó a
Kingo abandonar su Fe en las enseñanzas de Nichiren, amenazándolo con
transferirlo a la remota provincia de Echigo si no lo obedecía.
En la
primavera de 1277, Ryuzo-bo, un sacerdote que había sido expulsado de Kyoto por
corrupción, se asentó en Kamakura y bajo el amparo de Ryokan -el máximo
dirigente de la escuela Nembutsu- declaró que estaba dispuesto a vencer a
cualquiera en un debate religioso.
Kingo
acompañó a un bonzo llamado Sanmi-bo para que lo enfrentara. Derrotado en la
disputa y lleno de rencor, Ryuzo-bo le habló mal de Kingo a Emma Mitsutoki.
Influenciado por esas mentiras, lord Emma intimó a Kingo a que abandonara su fe
en las enseñanzas del Daishonin y comenzó por quitarle sus dominios.
Sus
compañeros samurais, celosos de Kingo, vieron la posibilidad de hacerlo caer en
desgracia frente a su Lord y le reportaron, falsamente, a Lord Ema que Kingo
había forzado negativamente en el debate. Esto provocó la amenaza de Lord Ema
de confiscar los bienes de Kingo.
Ante
esa situación, Nichiren escribió una petición a Lord Ema en defensa de Shijo
Kingo, la que envió a su leal discípulo.
Tiempo
después, Lord Ema cayó enfermo y tuvo que pedir un tratamiento a Shijo Kingo.
Ema se recuperó bajo los cuidados de Kingo, de ahí en mas recuperó la confianza
en su samurai. En 1278 Kingo recibió de Ema propiedades tres veces más grandes
que las primeras.
Ante
ese cambio de actitud del amo, quienes tenían celos de Kingo planearon un
ataque contra él, pero Kingo salió indemne de la emboscada.
Cuando
Nichiren se enfermó, en sus últimos años, Shijo Kingo lo atendió en Minobu.
Kingo
también lo atendió a Nichiren en su lecho de muerte y participó en su funeral.
Cuando
el Daishonin falleció, el 13 de octubre de 1282, Kingo se retiró a su propiedad
de Koshu, en Utsubuna, provincia de Kai, donde murió el 15 de marzo de 1300, a la edad de 71 años.
Su vida
contempla dos aspectos: en primer lugar, Kingo siempre estuvo al servicio del
Daishonin y desarrolló un infatigable espíritu de propagación de las enseñanzas
del Buda. En segundo lugar, aplicó el Budismo a sus situaciones personales y
testimonió la supremacía de la enseñanza del Daishonin cuando conquistó la
profunda confianza de su amo.
LA RELACION DE NICHIREN DASHONIN CON SHIJO KINGO. NICHIREN Y SUS SEGUIDORES.
Shijo Kingo
era un modelo digno de seguir en muchos sentidos. Las cartas (se
han conservado treinta y siete) que recibió del Daishonin siempre tocan puntos
fundamentales para la vida cotidiana, como el matrimonio, el trabajo, el
comportamiento en la sociedad, la actitud hacia los demás creyentes, los hijos.
Por lo tanto, Shijo Kingo es tomado como ejemplo de creyente que aplica la fe en
sus circunstancias personales.
Como el Daishonin había estudiado cuidadosamente las debilidades de la personalidad de Shijo Kingo, podía darle instrucciones cálidas y detalladas para que no fuera el causante de su propia aflicción. ¿No sentimos, casi, cómo el aliento del Daishonin, desbordante de misericordia ilimitada, habrá serenado las emociones tumultuosas de Kingo y le habrá dado una perspectiva mucho más elevada de sus problemas?
A medida que los creyentes del Daishonin fueron desplegando una mayor actividad, debieron hacer frente a diversas persecuciones y dificultades.
C uando
sobrevino esta calamidad, el Daishonin le enseñó que uno no debía lamentarse en
horas de adversidad, sino perfeccionarse y crecer como ser humano. Ésta, le
decía, era la forma correcta de vivir, tanto para un hombre como para n
creyente budista. Le explicó a Shijo Kingo que aunque uno debiera soportar
calumnias infundadas o persecuciones, la clave estaba en no dejarse influir por
la rabia y vivir siempre de la manera correcta. Pues la persona capaz de tener
ese autocontrol, sin falta termina ganando el respeto y la admiración de todos,
cuando la marea se calma.
2 -lb., vol. 6, pág. 308.
3 -Extraído de Reminiscencias: Cien enseñanzas budistas, escrito por Nichiko Shonin.
4 -Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 231.
5 -lb., pág. 259.
6 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 283.
7 -Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 273.
8 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 3, pág. 286.
9 -lb., vol. 6, pág. 263.
10 -Gosho Zenshu, pág. 1175.
11 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 3, pág. 286.
12 -Gosho Zenshu, pág. 1175.
Su
espíritu de búsqueda era proverbial. Ante cada situación que le tocaba vivir,
lo primero que hacía era consultar con el Daishonin cuál era la manera correcta
de orar y de actuar basado en el Sutra del Loto. Probablemente por esta
postura, también fue ejemplo de fe victoriosa: triunfó en todas las
dificultades que le tocó padecer, sin una sola excepción.
Otro
aspecto en el cual se destacó fue en su coraje. Es uno de los creyentes que más
dificultades y persecuciones soportó. Sin embargo, nunca abandonó la fe; nunca
se entregó a la derrota, aun cuando, a veces, su propia situación llegó al
extremo de lo intolerable e, incluso, sufrió emboscadas que casi le costaron la
vida. Perseveró frente a la adversidad y finalmente revirtió todos los
obstáculos. Además, su lazo con el Daishonin era inseparable.
El
Daishonin sabía que podía contar con Shijo Kingo, como "hombre capaz de
heredar el alma del Sutra del Loto".(1) En el mismo gosho en que formula
esta observación, declara que, desde su juventud, el Daishonin nunca había
orado por asuntos seculares, sino que su único propósito había sido llegar a
ser un buda. Pero que, sin embargo, siempre oraba por Shijo Kingo, porque
consideraba a su seguidor laico como un individuo que transmitiría la vida del
Sutra del Loto.
Se
observa que el Daishonin elogiaba siempre, de todo corazón, a los valerosos
creyentes que mantenían la fe pura y sincera. A Shijo Kingo, quien realizó
muchas veces el largo y difícil trayecto a través de montañas y ríos, a través
del oleaje traicionero, para visitar al Daishonin en Sado, llegó incluso a
decirle: "¿Cómo podría su determinación ser inferior [a la de Sessen
Doji]?''.(2)
Pero
Kingo también tenía un carácter colérico e impaciente.
Muchas
veces, el Daishonin mostró preocupación por la naturaleza impetuosa de Shijo
Kingo; le aconsejó que se esforzara por controlar mejor su temperamento y por
manejar sus asuntos cotidianos de un modo circunspecto. El 59° sumo prelado
Nichiko escribió al respecto: "Las cartas de enseñanza que nuestro
fundador Nichiren Daishonin enviaba a sus discípulos y creyentes laicos se
ajustaban con perfecta precisión al temperamento, situación y circunstancias de
cada persona. Ya fuera que se tratase de problemas graves o pequeños, la penetración
de su sabiduría es, realmente, merecedora de respeto y de asombro. La suya
hubiera sido una tarea imposible, de no haber recurrido ala visión del Buda, a
la sabiduría del Buda y a la gran misericordia del Buda original.
Particularmente,
en sus cartas a Shijo Kingo, uno puede discernir con toda claridad la
misericordia profunda de Nichiren Daishonin".(3)
Como el Daishonin había estudiado cuidadosamente las debilidades de la personalidad de Shijo Kingo, podía darle instrucciones cálidas y detalladas para que no fuera el causante de su propia aflicción. ¿No sentimos, casi, cómo el aliento del Daishonin, desbordante de misericordia ilimitada, habrá serenado las emociones tumultuosas de Kingo y le habrá dado una perspectiva mucho más elevada de sus problemas?
Otro
punto que mereció elogios del Daishonin fue la actitud de propagación constante
que tenía Shijo Kingo en la sociedad. El Daishonin le dice, en una carta:
"Usted está siguiéndome como devoto del Sutra del Loto y también habla con
los demás acerca de esta Ley [Nam-myoho-renge-kyo]. ¿Qué puede ser esto, acaso,
sino la transmisión de la
Ley Mística ?".(4)
A medida que los creyentes del Daishonin fueron desplegando una mayor actividad, debieron hacer frente a diversas persecuciones y dificultades.
Alrededor
de 1274, luego de que el Daishonin regresara de su exilio en la isla de Sado y
se retirara al monte Minobu, Shijo Kingo trató de transmitirle las enseñanzas
del Daishonin a su señor feudal, Ema Chikatoki, seguidor del sacerdote Ryokan,
del templo Gokuraku-ji. El señor feudal Ema no veía con buenos ojos la fe de su
vasallo en el Sutra del Loto y lo hostigaba de las maneras más diversas. En
determinado momento, influido por informes maliciosos que le acercaban los
colegas samuráis de Shijo Kingo, movidos por la envidia, el señor feudal Ema
amenazó con reducirle las tierras a su cargo y hasta con transferirlo a la
distante provincia de Echigo, si no renunciaba a la fe.
Uno de
los goshos más conocidos que le dirigió a Shijo Kingo, "Las tres clases de
tesoros", dice: "El verdadero significado del advenimiento del Buda
Shakyamuni a este mundo yace en su comportamiento como ser humano".(5)
El
Daishonin le quiere enseñar que el Budismo cobra vida y se demuestra,
precisamente, en nuestra conducta como seres humanos. La conducta respetable y
digna es expresión de una fe correcta.
En
junio de 1277, Shijo Kingo participó en un debate religioso que se llevó a cabo
en Kamakura, donde un sacerdote seguidor del Daishonin, llamado Sammi-bo,
derrotó al monje Ryuzo-bo, protegido de Ryokan. Otros vasallos del señor Ema,
celosos de Kingo, vieron en estos acontecimientos una oportunidad de causarle
perjuicio; dieron, entonces, a su amo feudal un falso informe, diciendo que
Kingo había perturbado el debate mediante el uso de la fuerza. Esto encendió la
ira de Ema, quien optó por implementar medidas en contra de Kingo.
Así las
cosas, Nichiren Daishonin redactó una apelación dirigida al señor Ema, en nombre
de Shijo Kingo, y se la envió para que éste la presentara ante su amo cuando
encontrase una oportunidad favorable. Este documento se conoce como "La
petición de Yorimoto".
Algo
muy importante que el Daishonin le inculcó a Shijo Kingo fue la postura de ver
los cambios como oportunidades de crecimiento. A raíz del traslado de Kingo a
feudos de menor categoría y superficie, el Daishonin le dice: "Aunque le
confisquen las tierras o lo dejen a un lado, piense que se debe a la función de
las Diez Deidades, y confíese a ellas de todo corazón. Si yo, Nichiren, me
hubiera quedado en Kamakura en lugar de haber sido desterrado, seguramente
habría muerto en la batalla. Del mismo modo, como permanecer al servicio de su
amo tal vez hubiese resultado perjudicial para usted, seguramente el Buda
Shakyamuni planeó así las cosas [para que usted se vea obligado a partir]"(.6)
Las
persecuciones que Shijo Kingo estaba enfrentando de parte de su señor feudal
eran muy severas. Kingo había recibido por escrito, de su amo, una orden de
dejar sus tierras a cambio de otras, mucho menos valiosas, en la lejana
provincia de Echigo (en lo que hoy es la prefectura de Niigata), si no juraba
abandonar la fe en el Budismo del Daishonin. Como no quiso obedecer la orden de
su amo, se sugirió que las tierras que administraba le fuesen confiscadas de
inmediato.
En el
Japón feudal, el poder que un amo ejercía sobre sus vasallos era enorme. En ese
momento, si un vasallo actuaba contra las instrucciones de su señor, éste no
sólo podía confiscarle las tierras con las que mantenía a los suyos, sino que
semejante desacato ponía en peligro la vida del vasallo.
Cuando
Shijo Kingo recibió la carta oficial de Ema, le envió copia al Daishonin, que
estaba en Minobu, junto con una misiva suya donde le juraba que nunca aceptaría
renunciar a la fe, pasara lo que pasase.
El
Daishonin le respondió con un gosho titulado "Una advertencia sobre la
postura de mezquinar los feudos". Aunque no es muy largo, rebosa de
aliento a este creyente en graves dificultades.' El Daishonin elogia la firme
decisión de Kingo, que jura mantener la fe aun frente a las amenazas de su amo.
Y define la postura básica de la fe cuando advierte: "Aunque llegara a ser
el más desgraciado de los mendigos, jamás deshonre el Sutra del Loto": sea
cual fuere nuestra posición social o la adversidad que nos toque enfrentar, lo
esencial es mantener la fe y jamás perder la integridad como devotos del Sutra
del Loto.
Esto es
lo que hizo Shijo Kingo. Poco tiempo después, el señor feudal Ema cayó enfermo.
Los tratamientos fracasaron, de modo que no tuvo más remedio que: pedir ayuda a
Shijo Kingo. Esto dio al Daishonin oportunidad de enseñarle otro punto
importante: él siempre quería que sus seguidores desempeñaran un papel activo
en la sociedad, que atesoraran a las personas de su comunidad, con corazón
magnánimo y "abierto". A pesar de la tremenda enemistad que el señor
feudal: sentía por su vasallo y de todo lo que había hecho para perjudicarlo,
el Daishonin le escribió a Kingo: "Estoy sumamente preocupado por la
enfermedad de su amo. Aunque él no haya profesado la fe en el Sutra del Loto,
usted es miembro de su clan, y si usted pudo hacer ofrendas al sutra, ha sido
gracias a la consideración de él. Por lo tanto, todas sus ofrendas actúan como
oraciones por la curación de su señor feudal".'
No hay
que interpretar que el Budismo alienta los valores y las costumbres del
feudalismo... Lo digno del mayor respeto, en la orientación del Daishonin, es
el humanismo de orar incesantemente por la salud y la felicidad de todos
aquellos con quienes tenemos relación, ya sea que practiquen o no. Esto es lo
que le enseñó a Kingo y lo que éste puso en práctica, más allá de todos sus
comprensibles sentimientos.
Bajo el
tratamiento de Kingo, Ema logró recuperarse y, gracias a esta oportunidad de
conocer el corazón de su vasallo, redobló la confianza que le tenía. No sólo
admitió formalmente que no había existido nada incorrecto en la actitud de
Shijo Kingo, sino que también lo recompensó devolviéndole las antiguas tierras
y dándole, además, tres aldeas adicionales para que las administrara.
Cuando
Shijo Kingo supo que le serían restituidos y aumentados sus feudos, lo primero
que hizo fue escribirle al Daishonin para contárselo. Al saberlo, éste
respondió, muy consciente de la realidad: "Los dominios de su señor
feudal, Ema Nyudo, solían ser vastos, pero ahora han disminuido. Tiene muchos
hijos varones que podrían sucederle, y también hay muchos vasallos que le han
prestado servicio durante mucho tiempo. Estos, de tal modo, deben de haber
sido poseídos por una envidia cada vez
mayor [...]. Además, dado que usted ha desobedecido a su amo y ha contravenido
sus deseos de tanto en tanto, las calumnias que habrán hecho en su contra deben
de haber sido numerosas. Sin embargo, aun cuando usted fue obligado a ceder
feudos una y otra vez, ahora en su carta me cuenta que su amo le ha conferido
una finca".(8)
Agrega,
con maravillosa consideración: "En todo el clan de su señor feudal, no hay
nadie que haya experimentado una alegría más grande, se trate de sacerdotes o
de laicos. Al hablar así [de la concesión de nuevos feudos] uno puede dar la
impresión de sentir demasiado apego por los deseos mundanos, pero para los
mortales comunes es natural tener estos deseos. Es más, existe una forma de
llegar a ser un Buda sin tener que erradicarlos".(9) Así, el Daishonin le
indica de qué modo se aplican concretamente las doctrinas del Sutra del Loto,
según las cuales "los deseos mundanos son la iluminación" y "los
sufrimientos del nacimiento y de la muerte son el nirvana".
Como
vemos, Shijo Kingo triunfó, gracias a que supo mantener una fe imperturbable
frente á la andanada de celos e intrigas que cayeron sobre él. Específicamente,
el Daishonin dice: "[Este desenlace favorable] se debe sólo a la
protección de las deidades celestiales y al poder del Sutra del Loto".(10) Y
lo alaba diciéndole: "Se trata de algo verdaderamente prodigioso.
Precisamente a esto se refiere la afirmación, de que la virtud invisible genera
una recompensa visible. Debe haber sucedido por la profunda sinceridad con que
usted intentó conducir a su amo a la fe en el Sutra del Loto".(11)
La
victoria de Shijo Kingo es un auténtico triunfo en la fe, que se logró gracias
al ichinen o determinación basada en la sinceridad y la integridad. Esto
demostró no solo su rectitud, sino la del Daishonin.
En otra
carta, el Daishonin le cuenta lo feliz que se siente de saber que las cosas se
estaban solucionando, tanto para Kingo como para los demás creyentes que habían
sufrido persecuciones. Es una carta que nos conmueve hasta las lágrimas:
"Lo que más me alegra de las noticias que recibí sobre usted es saber que
ahora su señor feudal lo ha escogido para prestar servicio en la comitiva que
lo acompaña durante sus funciones oficiales ante el gobierno -y no sólo por un
par de días-, a pesar de que, en el pasado, él sentía tanta hostilidad por
usted. Me cuentan que usted anda tan ocupado todos los días, que apenas si
tiene un respiro. No sé qué palabras usar para transmitirle mi alegría.
Emon-noTayu
[Ikegami Munenaka, el mayor de los hermanos Ikegami, quien también era seguidor
del Daishonin] desobedeció a su padre y por ello fue desheredado, pero ahora
volvió a ocupar su lugar en la familia. Durante años, usted vivió sometido a la
animosidad de su amo feudal; según lo que escuché, el invierno pasado debió
enfrentar las peores dificultades. Ahora la situación se revirtió, y usted lo
acompaña permanentemente en sus funciones oficiales, todos los días. ¿Cómo se
han hecho realidad todas estas cosas? ¿No son, simplemente, una función de los
cielos, una manifestación del poder del Sutra del Loto?".(12)
Gracias
a esta orientación estricta pero inmensamente afectuosa del Daishonin, Shijo
Kingo, hace siete siglos y, hoy, nosotros mismos, podemos dar una magnífica
prueba real y demostrar, en medio de la realidad cotidiana, que "el
Budismo es victoria o derrota".
NOTAS
1 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 3,
pág. 239.2 -lb., vol. 6, pág. 308.
3 -Extraído de Reminiscencias: Cien enseñanzas budistas, escrito por Nichiko Shonin.
4 -Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 231.
5 -lb., pág. 259.
6 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 283.
7 -Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 273.
8 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 3, pág. 286.
9 -lb., vol. 6, pág. 263.
10 -Gosho Zenshu, pág. 1175.
11 -The major writings of Nichiren Daishonin, vol. 3, pág. 286.
12 -Gosho Zenshu, pág. 1175.
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