¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL? INTRODUCCION PARA NO BUDISTAS .
Es una asociación
budista laica internacional (SGI), que promueve la paz y felicidad individual
basada en las enseñanzas de la escuela Nichiren del Budismo Mahayana. Sus miembros
reflejan diversidad, representando una amplia esfera de antecedentes étnicos y
sociales.
Nuestras actividades son
dirigidas por nuestro entendimiento del nexo que existe entre la felicidadindividual, la paz y prosperidad de nuestras diversas comunidades.
Nuestras enseñanzas religiosas colocan el énfasis en la santidad de la vida.
Mediante nuestra fe y
práctica budista, mejoramos nuestras vidas, desafiándonos a crear valor, a
vivir sin miedo, a tomar responsabilidad ante las circunstancias, a cuidar de
nuestras familias y a vivir con misericordia hacia los demás.
Lo que creemos…
"Nuestra labor es
establecer un mundo interno inquebrantable, con un fuerte sentido de identidad
que no pueda ser influenciado o perturbado por las circunstancias más duras o
adversas. Nuestra filosofía está basada en el concepto de "revolución
humana", proceso de transformación interna a través de la práctica
Budista. Es el despertar que nos lleva a desarrollar nuestro carácter; a
cultivar la sabiduría, el valor, y la misericordia; y a no actuar solamente por
satisfacción personal, sino por el mejoramiento de la sociedad.
Estos ideales están
basados sobre el principio budista dependiente de su origen, un concepto de
interrelación donde todas las cosas en el ámbito de la humanidad y de la
naturaleza dependen uno del otro para su existencia y no pueden existir en
forma aislada.
La tradición budista…
Los orígenes de la perspectiva a nivel mundial de la SGI, pueden
ser trazados hasta las enseñanzas del Buda Shakyamuni, quién vivió hace unos
2,500 años en lo que es Nepal hoy en día. Su iluminación a la eternidad está
más sucintamente articulada en el Sutra del Loto, ampliamente considerada como
su enseñanza más importante. Aquí la existencia de la innata y universal
verdad, conocida como la
naturaleza de Buda, fue revelada como inherente en todas las formas
del ser. El Sutra del Loto afirma que las realidades de la vida diaria proveen
motivación y oportunidad para la transformación espiritual.
Las funciones del
universo son una expresión de un solo principio ó Ley, expresado como Nam-miojo-renge-kyo. Al poner sus
vidas en armonía con esta Ley, las personas pueden abrir su potencial oculto y
obtener armonía creativa con su medio ambiente. Esta es la máxima expresión del
poder individual —que cada persona puede transformar los sufrimientos
inevitables de la vida, en fuentes de crecimiento y satisfacción,
convirtiéndose en una influencia positiva en su familia y comunidad.
La herencia de la SGI
El presidente fundador,
Tsunesaburo Makiguchi, usó por primera vez el término Soka Gakkai (Sociedad
para la Creación de Valores) en 1930 cuando publicó su muy audaz, "Teoría
Educacional de La Creación de Valores". El afirmó que el propósito de la educación
no debería ser solamente un mero entrenamiento de trabajadores para la creciente
maquinaria industrial del Japón, sino para el desarrollo de la habilidad humana
para crear "valores" (beneficio, belleza y bienestar social) en sus
vidas diarias.
Su visión humanista, centrada en los
estudiantes, constantemente le causó conflictos con las autoridades. Durante la Segunda Guerra
Mundial, Makiguchi y su discípulo Toda fueron encarcelados Makiguchi murió en
la prisión a la edad de 73.
Josei Toda, el discípulo
más cercano, sobrevivió los sufrimientos y fue liberado de una prisión de Tokio,
unas semanas antes de que estallara la primera bomba atómica en
julio de 1945. Después de la guerra, Toda reconstruyó la organización, la cual
logró un notable crecimiento que se extendió hasta su muerte en 1958. El 3 de mayo
de 1960, Daisaku Ikeda se convirtió en el tercer presidente.
Bajo su liderazgo, la
organización ha crecido hasta lograr 12 millones de miembros en 183 países y
territorios y ha fundado el Sistema de Escuelas Soka; que incluye universidades
en Japón y en los Estados Unidos. También ha fundado el Instituto Josei Toda de
la Paz, El Centro de Investigaciones de
Boston para el Siglo XXI, El Museo de Arte Fuji de Tokio, y otros.
PASAJES SELECTOS DE LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN.
Nichiren
Daishonin dice, “Usted mismo, es El que Así Llega, originalmente iluminado…”
Practiquemos
Budismo dónde estemos, y busquemos la iluminación en nuestro interior.
“El lugar de la práctica está dónde se defienda y abrace el Sutra
del Loto. No está en ningún otro lugar. El lugar de la práctica es la residencia
de los seres vivientes de los diez mundos”. (Las enseñanzas
transmitidas oralmente, Gosho Zenshu, Pág. 781).
“Por lo tanto, dónde sea que residamos y practiquemos el vehículo
único, ese lugar será la Capital del la Luz Eternamente Tranquila. Sin tener
que dar un solo paso, quienes sean nuestros discípulos, discípulas y seguidores
laicos podrán día y noche ver a Pico del Águila en la India, e igualmente irán
y vendrán de la Tierra de la Luz Eternamente Tranquila, tierra que ha existido
por los tiempos de los tiempos. ¡Qué júbilo tan
inexpresable!” (Respuesta a Sairen-bo, The Writings of Nichiren Daishonin, Pág.
313).
“Si las mentes de los seres vivientes son impuras, impuras también serán las tierras donde habiten. No existen dos tierras, de por sí una pura y otra impura. La diferencia estriba únicamente en el bien o la maldad de nuestras mentes”. (Sobre alcanzar la Budeidad en esta existencia, WND, Pág. 4).
“Ya que la Ley es maravillosa, la persona es digna de respeto, y ya que la persona es digna de respeto, la tierra es sagrada”. (La persona y la Ley, WND, Pág, 1097).
“Lo más importante es que con invocar Nam-miojo-renge-kyo se puede alcanzar la Budeidad. Esto sin duda dependerá de la fortaleza de vuestra fe. Tener fe es la base del Budismo”. (El verdadero aspecto del Gohonzon, WND, Pág. 832).
“Jamás busquen este Gohonzon fuera de ustedes. El Gohonzon existe sólo dentro de la carne mortal de nosotros, gente común que abraza el Sutra del Loto e invoca Nam-miojo-renge-kyo. El cuerpo es el palacio de la novena conciencia, la inalterable realidad que reina sobre todas las funciones de la vida”. (El verdadero aspecto del Gohonzon, WND, Pág. 832).
"Sin embargo, aunque invoquen y crean en Miojo-renge-kyo, si piensan que la Ley está fuera de ustedes, no abrazan la Ley Mística, sino que abrazan alguna enseñanza inferior. ‘Enseñanza inferior’ significa aquella que no sea este sutra [del Loto], lo que la hace perecedera y transitoria. Ninguna enseñanza perecedera y transitoria conduce directamente hacia la iluminación, y sin una ruta directa hacia la iluminación, la Budeidad no se puede alcanzar, aunque uno practique existencia tras existencia durante incontables kalpas. Así que, alcanzar la Budeidad sería imposible. Por tanto, cuando invoquen miojo y reciten renge, tienen que hacer surgir una fe profunda que Miojo-renge-kyo es su vida misma”. (Sobre alcanzar la Budeidad en esta existencia. WND, Pág. 3).
“En el Último Día de la Ley, no existe torre del tesoro que no sean las figuras de los hombres y mujeres que abrazan el Sutra del Loto. Por tanto, es lógico concluir que sean eminentes o humildes, de alta alcurnia o clase humilde, quienes invoquen Nam-miojo-renge-kyo son en sí la torre del tesoro, e igualmente son El Que Ha Llegado Lleno de Tesoros. No existe ninguna otra torre del tesoro que no sea Myoho-renge-kyo. El daimoku del Sutra del Loto es la torre del tesoro, y la torre del tesoro es Nam-miojo-renge-kyo”. (Sobre la Torre del Tesoro, WND, Pág. 299).
“Tú, tú mismo, eres El Que Ha Llegado, que está originalmente iluminado y dotado con los tres cuerpos. Debes invocar Nam-miojo-renge-kyo con este convencimiento. Así, el lugar donde invoques daimoku se convertirá en el lugar de la torre del tesoro”. (Sobre la Torre del Tesoro, WND, Págs. 299-300).
“Tienes que considerar que el lugar habitado por los practicantes del Sutra del Loto es la tierra pura. ¿Por qué has de ocuparte en buscarla en otro lugar?” (En cuanto a la protección de la nación, GZ, Pág. 72).
“Nosotros, la gente común, no podemos ver ni nuestras propias cejas que están tan cerca, ni los cielos en la distancia. De igual manera, no vemos que Buda existe en nuestros propios corazones”. (Gosho de Año Nuevo, WND, Pág. 1137).
“Es difícil describir cuán triste y pesaroso me sentí cuando dejé el valle de Minobu. Sin embargo, al ponderarlo mejor, entendí que era esencial continuar la enseñanza del sabio donde quiera que me encontrase, e igualmente establecerla en el mundo. Sin embargo, los demás discípulos traicionaron al maestro. Yo, Nikko, fui el único que comprendió la enseñanza correcta del maestro original, y entendí que tenía que cumplir con mi verdadero propósito. Así que, nunca he olvidado mi determinación original”. (Respuesta a Nara, Hennentai, Nichiren Daishonin Gosho, Pág. 1733).
“Si las mentes de los
seres vivientes son impuras, impuras también serán las tierras donde habiten.
No existen dos tierras, de por sí una pura y otra impura. La diferencia estriba
únicamente en el bien o la maldad de nuestras mentes”. (Sobre alcanzar la
Budeidad en esta existencia, WND, Pág. 4).
“Ya que la Ley es maravillosa, la persona es
digna de respeto, y ya que la persona es digna de respeto, la tierra es
sagrada”. (La persona y la Ley, WND, Pág, 1097).
Sin embargo, aunque invoquen
y crean en Miojo-renge-kyo, si piensan que la Ley está fuera de ustedes, no
abrazan la Ley Mística, sino que abrazan alguna enseñanza inferior. ‘Enseñanza
inferior’ significa aquella que no sea este sutra [del Loto], lo que la hace
perecedera y transitoria. Ninguna enseñanza perecedera y transitoria conduce
directamente hacia la iluminación, y sin una ruta directa hacia la iluminación,
la Budeidad no se puede alcanzar, aunque uno practique existencia tras
existencia durante incontables kalpas. Así que, alcanzar la Budeidad sería
imposible. Por tanto, cuando invoquen miojo y reciten renge, tienen que hacer
surgir una fe profunda que Miojo-renge-kyo es su vida misma”. (Sobre alcanzar
la Budeidad en esta existencia. WND, Pág. 3).
“En el Último Día de la Ley, no existe torre
del tesoro que no sean las figuras de los hombres y mujeres que abrazan el
Sutra del Loto. Por tanto, es lógico concluir que sean eminentes o humildes, de
alta alcurnia o clase humilde, quienes invoquen Nam-miojo-renge-kyo son en sí
la torre del tesoro, e igualmente son El Que Ha Llegado Lleno de Tesoros. No
existe ninguna otra torre del tesoro que no sea Myoho-renge-kyo. El daimoku del
Sutra del Loto es la torre del tesoro, y la torre del tesoro es
Nam-miojo-renge-kyo”. (Sobre la Torre del Tesoro, WND, Pág. 299).
CREANDO BUENA FORTUNA A TRAVÉS DE LAS OFRENDAS.
“Ni siquiera la
sabiduría de Buda puede comprender las bendiciones que usted obtendrá al dar
ofrendas a Nichiren y transformarse en discípulo y seguidor laico”. (Los
Escritos de Nichiren Daishonin, pág. 384).
“¡Deténgase y evalúe!
¡Cuán rara es la fe que lo mueve a uno a dar ofrendas al sacerdote que conoce
el alma del Sutra del Loto! Uno no se perderá en caminos malvados si uno lo
hace siquiera una vez. Aún mayores son los beneficios que provienen de diez o
veinte ofrendas, o de cinco o diez años o de una vida entera de ofrendas. Esto
va más allá aún de la sabiduría de Buda. El
Buda enseña que las bendiciones de una única ofrenda al devoto del Sutra
son cien, mil, diez mil, o un millón de veces más grande que el ofrecer
incontables tesoros al Buda Shakyamuni durante ocho millones de kalpas. Cuando
se encuentra con este Sutra, uno va a desbordar de felicidad y dejará caer
lágrimas de gozo. Parece imposible reembolsar nuestra deuda al Buda Shakyamuni.
Pero mediante sus frecuentes ofrendas hacia mí en lo más profundo de esta
montaña usted recibirá la misericordiosa bondad tanto del Sutra del Loto como
del Buda Shakyamuni”. (Carta a Niike, WND 1026/27).
“Un Sutra dice que el
muchacho Virtud Victoriosa, que le ofreciera una torta de barro al Buda,
renació como el Rey Ashoka quien gobernara la mayor parte sur del continente de
Jambudvipa. Dado que el Buda es digno de respeto el muchacho pudo recibir una
gran retribución aunque la torta fuera sólo de barro. Sin embargo, el Buda
Shakyamuni enseña que aquel que hace ofrendas al devoto del Sutra del Loto en
la última época aunque fuere durante un sólo día recibirá beneficios cien, mil,
diez mil o un millón de veces más grande
que aquel que ofrece incontables tesoros al Buda durante un millón de
palpas”.
¡Entonces cuán
maravilloso es que usted haya apoyado sin reservas al devoto del Sutra del Loto
a través de los años! De acuerdo con las palabras doradas del Buda en la
próxima vida usted con certeza volverá a nacer en la tierra pura de Pico del
Águila. ¡Qué notables recompensas recibirá!”. (La Persona y la Ley, WND, 1097).
“Por cierto el Buda es
digno de respeto, pero comparado con el Sutra del Loto es como una luciérnaga
junto al sol o la luna. La superioridad del Sutra del Loto respecto del Buda
Shakyamuni es tan grande como la distancia desde el cielo a la tierra.
Presentar ofrendas al Buda produce beneficios como esos. ¿Cuánto más es esto
respecto del Sutra del Loto? ¡Si se ofreció una recompensa tan maravillosa por
el solo hecho de ofrendar una torta de barro, cuánto más se recibirá como
resultado de todos sus variados regalos!”. (Los Dos Reyes de la Fe, WND, 899).
“Sea que usted cante el
nombre del Buda, recite el Sutra o simplemente ofrezca flores e incienso, todos
sus actos virtuosos establecerán beneficios y raíces de bondad en su vida. Con
esta convicción debe luchar con fe. (En
Alcanzar la Budeidad en esta Vida WND, 4).
SHAKYAMUNI. LA PARÁBOLA DE LA FLECHA ENVENENADA. Esta parábola es el eje central del sutra 63 del “Majjhima Nikaya” del Canon Pali, titulado “Pequeño sermón a Malunkyaputta”.
Un día, un seguidor reciente del Buda
Shakyamuni le hizo a este una serie de preguntas metafísicas. El Buda replicó
con una parábola sobre un hombre al que le habían disparado una flecha
envenenada. El Buda utilizó la parábola para demostrar el sinsentido de
obsesionarse con la conjetura abstracta.
Esto es lo que oí decir:
El maestro se hallaba viviendo cerca de Svatthi, en Jetavana, en el parque de
Anathapindika. El anciano Malunkyaputta se había retirado por entonces del
mundo, y cuando se hallaba meditando, se le ocurrió este pensamiento: "Estas teorías han quedado sin explicar
por el Señor, desatendidas y rechazadas, si el mundo es eterno o no es eterno,
si el mundo es finito o no es finito, si el alma ( la vida) es lo mismo que el
cuerpo o si el alma es una cosa y el cuerpo otra, si un Buda (Tathagata) existe
después de la muerte o no existe después de la muerte, y si un Buda es o no
existente y no existente al mismo tiempo después de la muerte. El Señor no me
ha explicado estas cosas, y no me agrada el hecho de que no me las haya
explicado, ni tampoco me conviene. Me acercaré al Señor y le preguntaré por
todas estas cosas…Si el Señor no me las explica, renunciaré a la formación y me
volveré a una vida mundana”.
"Cuando
Malunkyaputta se acercó y expuso al Señor sus preguntas, éste replicó: ¿Acaso
te dije yo, Malunkyaputta, ven, emprende conmigo una vida religiosa y te
explicaré si el mundo es eterno o no lo es…?
No hiciste tal cosa,
venerable Señor.
Es como si un hombre cae
herido por una flecha envenenada y sus amigos, compañeros y parientes llaman a
un médico para que le cure, y él dice: "No consentiré que me arranquen la
flecha hasta saber por qué clase de hombre he sido herido, si es de la casta de
los guerreros, si en un brahmín, un agricultor o si pertenece a la casta
inferior".
O como si dijera: No
dejaré que me arranquen esta flecha hasta saber de qué nombre o familia es el
individuo…o si es alto, bajo o de mediana estatura…si es negro, moreno o
amarillo….o si viene de esta o de aquella aldea, ciudad o pueblo…o hasta que
sepa si el arco con que me hirió era de chapa o kondanda…o hasta que sepa si la
cuerda del arco estaba hecha de celidonia o de fibra de bambú o de tendón o
cáñamo o de gomero, o hasta que sepa si el astil estaba hecho de una planta
silvestre o cultivada…o si estaba emplumado con plumas de ala de buitre o de
garza o de halcón o de gallo…o si estaba asegurada con tendón de toro o de
búfalo o de ciervo o de mono…o hasta que sepa si era una flecha ordinaria o una
flecha tajadora o un vekanda o una flecha de hierro o de diente de ternera o de
hoja de karavira".
Ese hombre moriría, sin haber llegado a
saber tantas cosas.
La vida religiosa no
depende de que el mundo sea eterno, y tampoco depende de que el mundo no sea
eterno. Lo mismo si se afirma que el mundo es eterno o que no es eterno, siempre
habrá renacimiento, veneración, y yo anuncio la destrucción de todas estas
cosas ya para esta vida. Tampoco depende la vida religiosa de la idea de que el
mundo es finito…ni de que el Tathagata exista después de la muerte. …Por lo
tanto, considera inexplicado lo que no he explicado y explicado lo que he
explicado.
¿Y qué es lo que no he
explicado?
Si el mundo es eterno o
si el mundo no es eterno…si un tathagata es a la vez no existente y no
existente después de morir.
¿Y porqué, no he
explicado estas cosas? Porque todo esto, no tiene utilidad alguna, en nada
afecta al principio de la vida religiosa, no conduce a la aversión, a la
ausencia de pasión, a la cesación, a la tranquilidad, a la facultad
sobrenatural, al conocimiento perfecto, al nirvana, y por ese motivo no lo he
explicado.
¿Y qué es lo que he
explicado? He explicado el dolor, la causa del dolor, la destrucción del dolor
y el sendero que lleva a la destrucción del dolor. Porque esto es útil, esto se
refiere al principio de la vida religiosa, esto conduce a la aversión, a la
ausencia de pasión, a la cesación, a la tranquilidad, a la facultad
sobrenatural, al conocimiento perfecto, al nirvana, y por eso lo he explicado.
Por tanto, Malunkyaputta, considera
inexplicado lo que no he explicado y explicado lo que he explicado".
LA MUJER: REMANSO DE PAZ.
Un encuentro con el
destino es seguramente un encuentro con la paz. El origen del término se
encuentra, para Occidente, en la mitología de los pueblos antiguos como el
griego y el romano, primero con la diosa Irene y en el segundo caso con la
diosa Pax. De tal manera que muy dentro del inconsciente colectivo, se
encuentra la personificación femenina de la paz. La serenidad de la belleza
femenina, la ausencia de la violencia en su lenguaje y sus maneras, la hermosa
plenitud de su juicio sereno y ponderado, hizo que rápidamente sus virtudes más
sublimes se encarnaran en ella como representación. Así entonces, la sabiduría,
la justicia y la filosofía, actividades directamente vinculadas con el pensamiento
y el conocimiento de las cosas y el ejercicio de la Paz, se asociaron a una
imagen femenina por considerarse caminos hacia la perfección que ella
encarnaba.
Hoy en día aún continúan
siendo válidas esas búsquedas porque el ser humano continúa siendo el mismo,
con sus virtudes y defectos, vestido con un creciente y cambiante vestido
tecnológico. Y el papel de la mujer en la conformación de un estado de paz es
cada vez más urgente y necesario. Podríamos afirmar que la agresión en las
sociedades guarda mucha relación con la presencia o ausencia de la acción
femenina.
En el Japón, una mujer
comienza a activar ese llamado militante femenino hacia la paz. Se ha propuesto
a partir del mejoramiento de la comunicación emocional de la mujer con su
entorno más cercano, lograr que su sensibilidad logre permear rígidas
estructuras en la administración de las relaciones humanas. Nos referimos a la
notable Sra. Kaneko Ikeda. La difusión de su búsqueda introspectiva en la
siembra de los valores del amor, el afecto, el cariño, comienza a difundirse en
todo el mundo.
Ese mensaje llega en la
palabra y obra la Sra. Kaneko Ikeda y de su esposo, el Dr. Daisaku Ikeda,
quienes se han dedicado con energía y pasión al fomento de la Concordia y de los Valores Humanos, creando
instituciones culturales, educativas y de investigación promotoras de la Paz a
través del Conocimiento en todo el mundo.
La Sra. Kaneko Ikeda ha
dirigido en forma virtuosa y ejemplar sus esfuerzos de vida para crear
programas promotores de la fraternidad a través de la comunicación de estados
trascendentes de conciencia, convirtiéndose en importante motor de las
actividades de la Soka Gakkai Internacional, incorporando a la mujer a los
ejercicios y prácticas del crecimiento armónico de mente y cuerpo como claves
para el logro de una sociedad armónica donde viven los valores de la felicidad
individual y social como principios activos en constante transformación y
dinamismo para proyectar el estado equilibrado de la Paz, indispensable para la
estructuración constructiva de la personalidad y los valores de una Nueva
Humanidad.
La Paz, el supremo bien
común, es el mayor reconocimiento que se le puede hacer a un ser humano y a la
civilización donde vive. Ser agente activo de la paz, es el trabajo más
gratificante del mundo porque define a sus practicantes como los auténticos
artífices del futuro. A esa Paz personificada por el Dr. Daisaku Ikeda y su
señora esposa, la Dra. Kaneko Ikeda rendimos el más auténtico tributo y el
mayor de los reconocimientos.
FANG ZHAOLING. PINTURAS DEL CORAZÓN. ENSAYO DE DAISAKU IKEDA PUBLICADO EN LA EDICIÓN DE JULIO DE 2005, EN LA REVISTA SGI QUARTERLY.
Fan Zhaolin |
La señora Zhaoling nació el 17 de enero de 1914 y creció bajo la calidez y el amparo de una familia muy afectuosa y culta.
Su padre alquilaba una
casa al general de uno de los caudillos en que se dividían el control militar
de la China entre ellos. Un día, cuando Zhaoling tenía once años, su padre
volvía a reunirse con su familia en barco, en ese entonces, un medio de
transporte muy usual en la región. De repente, tres soldados que se hallaban apostados
en el lugar apuntaron sus armas y comenzaron a disparar contra el barco. Las
balas atravesaron el equipaje del padre y penetraron en su cuerpo. “¡Al suelo,
al suelo!”, fueron las últimas palabras que él dirigió a Zhaoling y a su
hermana.
Después de los funerales
de su esposo asesinado, la madre de Zhaoling hizo lo que estuvo a su alcance a
fin de preparar a sus hijas para enfrentar un mundo turbulento, brindándoles la
mejor educación posible. Tenía la certeza de que era lo más valioso que podía hacer
por ellas.
En 1931, la joven
Zhaoling viajó a Inglaterra para estudiar en la Universidad de Manchester,
donde fue la única estudiante femenina de origen chino. Su futuro esposo, Fang
Yingao, ya era alumno de Manchester cuando ella se integró en la institución.
Se casaron cuando aún eran estudiantes. Contra las costumbres que prevalecían
en aquella época, Fang Yingao, persona de gran amplitud, trataba a su esposa
como a una igual, de modo que juntos consideraban todo. Luego nació su primer
hijo, un varón. Fueron momentos felices.
Pero en 1940, el
infierno desatado por la agresión de Hitler comenzó a llegar a las costas de
Inglaterra, y desaparecieron la seguridad y la protección. En busca de refugio,
el matrimonio viajó a Noruega y luego, a Nueva York. Zhaoling, que estaba
encinta, tuvo que viajar tres días y tres noches por tren hasta llegar a Los
Ángeles, en su travesía de vuelta a la China. Una semana después de que la
familia arribó a Shangai, nacieron dos mellizas. Todos se dirigieron a Hong Kong,
pero se encontraron con que allí también había guerra. El ejército japonés
había invadido el territorio y estaba perpetrando las atrocidades más
inimaginables contra la población local. La joven familia, acosada por el
fragor de los disparos y el trepidar de botas, se desplazó de un lugar a otro
por toda la vastedad del territorio chino. Los hijos de la pareja que fueron
naciendo en aquellos años vinieron todos al mundo en diferentes lugares.
Los ocho hijos de Fang Zhaoling |
Cada día, Zhaoling
sentía como si tuviera que tomar a sus niños de la mano y realizar otro
desesperado avance sobre hielo quebradizo. Pero su esposo Yingao le insuflaba
esperanza y destacaba siempre su enorme capacidad. “Nunca olvides tu arte”, la
alentaba; “ese es el camino que debes seguir”. Fang Zhaoling sentía que el solo
hecho de estar cerca de su esposo y de sentir su espíritu amplio y solidario
hacía surgir en ella un gran coraje.
En 1948, después de diez
años de deambular y de huir, la familia Fang se instaló en Hong Kong. Luego, el
9 de setiembre de 1950, justo cuando todos estaban comenzando a disfrutar la
dicha de la paz y retornando a una vida normal, Yingao falleció a causa de una
enfermedad.
Abrumada, Zhaoling dirigió su mirada a los cielos. Y reflexionó
sobre el cruel misterio del destino. A los treinta y seis años, se encontraba
sola, con ocho hijos a quienes criar.
El mayor tenía once
años, el menor, tres; eran seis niños y dos niñas, Ocho pares de ojos en los
que bailaba una sola pregunta, un solo temor: “¿Qué será de nosotros? ¿Cómo
haremos para vivir a partir de ahora?”. Ella abrazó a sus hijos con fuerza,
tratando en vano de contener las lágrimas, que corrían por sus mejillas.
“Siempre estuviste a mi
lado… siempre fuiste gentil. Todo lo compartíamos. ¿Por qué ha de ser la muerte
lo único que no podremos compartir?”. Deambulando en plena noche, comprendió
que estaba sola. Sola en un oscuro laberinto. En medio de una inmovilidad que
hacía que incluso las estrellas se vieran paralizadas. Sola. Sintió el peso de
un inmenso vacío, profundo como el océano, vasto como el cielo.
Una y otra vez se
recordaba a sí misma que debía continuar viviendo. Y sin embargo… Nada es más
frágil que el corazón humano. Y al mismo tiempo, nada es más indestructible.
Zhaoling había llegado a ese punto que solo conocen quienes se han sumergido en
las entrañas del dolor, pero se han negado a morir. Es allí donde encontramos
la luz que brilla en las profundidades de la vida, en la esencia misericordiosa
del universo. Únicamente aquellos que han experimentado el lacerante frío del
invierno pueden apreciar verdaderamente la misericordia y el amor del sol.
Incluso la noche más larga debe rendirse a la llegada de la
aurora. Un día, Zhaoling sintió la presencia de su esposo. Oyó que este le
hablaba en su corazón y le brindaba el mismo aliento cálido de siempre “Estoy
ahora aquí, contigo. Y siempre lo estaré”, parecía decir.
Fue entonces cuando
Zhaoling tomó la decisión de no volver sobre el pasado nunca más. “Si avanzo”,
pensó, “él avanzará a mi lado, conmigo. Estaremos juntos”.
Con un precioso atado de
cartas de su esposo, Fang Zhaoling inició una nueva vida. Comenzó a administrar
la pequeña compañía comercial que su marido le había dejado. Se esforzó para
asegurarse de que, tal como su madre había hecho con ella, sus hijos recibieran
de su parte la mejor educación posible.
Protección ambiental”, por Fang Zhaoling |
Fang Zhaoling buscó nuevos rumbos dentro de la pintura china.
Estaba decidida a desarrollar un estilo renovado y único para retratar la
figura humana y la naturaleza. Una vez me dijo que le había tomado cincuenta
años desarrollar su propio estilo pictórico.
La victoria, tanto en el arte como en la vida, se halla en el
esfuerzo denodado e inflexible.
El budismo enseña que el
corazón es similar a un hábil pintor. El arte, así como nuestra vida, son
expresiones fieles de lo que yace en nuestro corazón. Estoy convencido de que
es así, en todo sentido.
Haciendo frente a la adversidad, el corazón de Fang Zhaoling se
mantuvo victorioso. Ella siguió avanzando, decidida a que cada día representara
un paso adelante.
La experiencia de haber
atravesado y superado una tristeza tan profunda la ha liberado completamente
del temor. Los sufrimientos de la vida han generado un amplio espacio en su
corazón, que le da cabida al mundo entero; y en ese vasto ámbito, han surgido
obras pictóricas de asombrosa belleza y energía. En todo lo que contempla, ella
siente la luz, las formas y las sombras de la vida misma. Montañas, ríos,
paisajes eternamente cambiantes, todo surge como un canto sin fin a la vida.
Con cada año que pasa, nace un nuevo cosmos en lo profundo de su ser.
Los hijos de Zhaoling se
han convertido en personas excelentes, cultivadas. Uno de ellos es intérprete
simultáneo en las Naciones Unidas; otro, presidente de una empresa; un tercero
es abogado y dos más son médicos. Una de las hijas de la artista, Anson Chan
Fang On-Sang, desempeñó un papel crucial en el retorno de Hong Kong a la China,
y luego pasó a ser reconocida como la conciencia de Hong Kong.
Daisaku y Kaneko Ikeda con Fang Zhaoling, Hong Kong, diciembre de 2000. |
Luego, Fang Zhaoling me envió dos fotografías de su familia. La
primera, tomada un año después del fallecimiento de su esposo, muestra la
imagen de ocho inocentes niños posando en apretado grupo. La segunda, tomada en
1995, es la de ocho hombres y mujeres, dignos y seguros, que sonríen congregados
alrededor de su madre.
A sus ochenta años, Fang
Zhaoling seguía levantándose temprano y pintando durante seis u ocho horas por
día. Mantenerse ocupada, decía, era el secreto de una larga vida. “Si una se
dedica a su trabajo y se mantiene ocupada, no se molesta en afligirse por
nimiedades. Ni siquiera piensa en los pequeños problemas ni permite que estos
la perturben”.
En enero de 1997, ya a
los ochenta y tres años, Fang Zhaoling inscribió una caligrafía que pareciera
resumir toda su vida: “Una vez más, me levanto para escalar la elevada
cúspide”.
DAISAKU IKEDA, SUS ESFUERZOS FUNDACIONALES.
Los esfuerzos que Daisaku Ikeda realiza para hacer realidad el objetivo de la SGI de lograr un mundo pacífico lo ha llevado a fundar numerosas instituciones dedicadas a la paz, la educación y el intercambio cultural.
Basado en el pensamiento de Tsunesaburo Makiguchi, Ikeda fundó numerosas instituciones educativas con el propósito de alentar a los estudiantes a desarrollar sabiduría y humanidad, y a contribuir con la concreción de un mudo pacífico. En el Japón, el sistema educativo soka abarca desde jardines hasta centros de estudios de postgrado.
También hay jardines de Infantes en Singapur, Brasil, Hong Kong y Malasia; y la Universidad Soka de los Estados Unidos, situada en Aliso Viejo, California, ofrece carreras de grado en artes liberales. Su plan de estudios, basado en el ideal de promover la ciudadanía global, abarca programas de idiomas con perfeccionamiento en el exterior; y también fomenta el aprendizaje de cuestiones globales y de la condición humana.
El sistema educativo
soka, está abierto a la sociedad y ofrece una instrucción no confesional, basada
en la filosofía educativa de creación de valor expuesta por Makiguchi. Las
instituciones educativas tienen el propósito de nutrir el potencial creativo
único que posee cada estudiante.
La Universidad Soka del
Japón cuenta con programas de intercambio con más de 90 universidades de todo
el mundo.
DAISAKU IKEDA, CONFERENCIA BRINDADA EN LA UNIVERSIDAD DE BUENOS AIRES, ARGENTINA, EL 1º DE MARZO DE 1990. (LEÍDA POR UN SUSTITUTO.)
Hoy es, para mí, un día
inolvidable. En primer lugar, tengo el honor de expresar mis ideas en una de
las instituciones universitarias más prestigiosas de América Latina. Por esta
oportunidad, quiero manifestar mi sincero agradecimiento al rector Shuberoff, a
la comunidad docente y a los estudiantes de la Universidad de Buenos Aires. En
segundo lugar, reitero mi agradecimiento por el doctorado honoris causa que
esta casa de estudios acaba de concederme. Con ello, me inviste de un mérito
que me esforzaré por representar de la manera más digna posible.
UN MUNDO SIN FRONTERAS
Hoy vivimos en lo que, en muchos sentidos,
bien podría llamarse “un mundo sin fronteras”. Los límites nacionales han
perdido relevancia en muchos campos; no sólo me refiero al comercio y a las
finanzas, sino también a la tecnología. A fines de 1989 cayó el Muro de Berlín,
símbolo de la Guerra Fría entre el Este y el Oeste de Occidente. Por conocer la
ciudad de Berlín personalmente, este giro drástico de la historia me impactó de
una manera especial. Los hechos nos obligaron a reconocer que la
interdependencia global, tanto en lo político como en lo económico, está
creciendo en forma incesante; ya ningún Estado o régimen puede obstinarse en
mantener una política de aislamiento.
Se está gestando una
gran transición. Los engranajes de la historia, durante mucho tiempo confinados
a una repetición trágica de enfrentamientos y divisiones, por fin rechinan en
dirección inversa y avanzan hacia un orden de convivencia y armonía. Sin
embargo, lo que podría ser una rotación aceitada y veloz sufre el lastre de una
tercera inercia, representada por nuestros supuestos sobre la relación que nos
une al mundo.
El desafío más grande
que enfrentamos en vísperas del siglo XXI es cambiar de marcha y encontrar la
forma de armonizar y fusionar esas dos fuerzas divergentes que son el nacionalismo
y el globalismo. Lo que tenemos por delante es nada menos que la tarea de
redefinir el nacionalismo, en el contexto de un mundo unificado, de una aldea
global. En los años posteriores a Yalta se produjeron cambios de impacto
contundente en el orden mundial. Puede apreciárselos en los conflictos étnicos
de la Unión Soviética y Europa oriental, en los desvelos de la unificación
alemana y en el movimiento hacia la integración de la Comunidad Europea. Un mal
tratamiento de estas cuestiones sería capaz de conducirnos a una confusión
incontrolable; si eso sucediera, el sol de la unión mundial, que apenas
vislumbramos sobre el lejano horizonte, quedaría cubierto por un espeso manto
de nubes.
En 1990 conocí en Tokio
al embajador De la Guardia. En ese momento me brindó una perspicaz descripción
del temperamento nacional argentino. Es difícil caer en generalizaciones
apuradas, dijo, pero quizá sea acertado decir que Argentina es una “tierra de
fusión armoniosa”. Su comentario inesperado me resultó muy esclarecedor.
Geográficamente, éste es un país muy extenso y variado; no hace falta abandonar
el territorio para cambiar totalmente de escenario y de clima. Los argentinos
son producto de la fusión de grupos étnicos muy diversos. Esa nación para la
cual todos ellos han trabajado, la unión de numerosos pueblos, simboliza la
clase de transformación que debe emprender el hombre para hacer un uso óptimo
del potencial que ofrece el futuro.
El proceso de fusión
aparenta ser caótico, pero en realidad sigue un orden. Es como un remolino que,
a partir de la confusión, termina generando un nuevo cosmos. En el vórtice
donde el caos parece ser extremo, el movimiento de la vida humana es dinámico y
exhibe una creatividad suprema. Ésta podría ser la imagen de Argentina de hoy:
una tierra multirracial, aún en proceso de fusión. La energía que produce este
crisol es gigantesca; parece que va a evaporarse hasta la desaparición, pero en
lugar de disiparse, se acumula. Lo que está sucediendo en Argentina tiene todo
el aspecto del “caos generativo” que mencionó el sociólogo francés Edgar Morin
para describir a Europa. Por eso, veo a Argentina como la precursora de un
nuevo globalismo
UNA NUEVA IMAGEN DE LA HUMANIDAD
Un mundo sin fronteras
exige una nueva imagen de la humanidad, a tono con la época. En esa
perspectiva, si hay algo que impacta es la clase de individualismo que ha
echado raíz aquí en Argentina. Esta tierra ha mantenido, orgullosamente, un
espíritu de la libertad y autonomía desde los días en que declaró la independencia,
a la vanguardia del movimiento emancipador hispanoamericano. Su pueblo supo
forjar una unidad multirracial y crear un floreciente ethos cosmopolita. Así,
pues, Argentina ofrece un valioso ejemplo de alianza amistosa entre el
individuo autónomo y el ciudadano del mundo.
El poeta y escritor
argentino Jorge Luis Borges, quien acuño la visión de un laberinto que existe
fuera del tiempo y del espacio, señaló: “Nadie es alguien, un solo hombre
inmortal es todos los hombres”. Por sí mismo, arribó al prodigioso
descubrimiento de que una persona abarca a todas las demás; de que todos los
seres humanos existen dentro de cada individuo. Dicho de otro modo, cuando uno
se interna verticalmente en las capas profundas que forman su propio ser, lo
que encuentra es lo universal. Según Borges, los argentinos son individuos, más
que ciudadanos. Así, pues, la universalidad se logra atravesando el marco
“horizontal” de las naciones Estado. En la convergencia entre las dimensiones
vertical y horizontal yace la imagen de un individuo cosmopolita, equipado de
autonomía personal y de un enfoque global.
Martín Fierro es una de
las obras fundamentales de la literatura argentina, que retrata la dura
supervivencia del gaucho en la vasta llanura pampeana. En la última parte de
esta obra fascinante, el protagonista canta, poéticamente:
Pues son mis dichas desdichas
las de todos mis hermanos,
ellos guardarán ufanos
en su corazón mi historia,
me tendrán en su memoria
para siempre mis paisanos. (1)
El estereotipo del gaucho
es el de un marginal desafiante e independiente, a menudo perseguido por la
ley. Pero este mismo aislamiento del gaucho es lo que vuelve más conmovedora
esta entrañable referencia a los demás paisanos. (2) Jamás abandono la
esperanza de ver una nueva era, en que los individuos sean capaces de pensar en
la humanidad de la misma forma que Fierro atesora a sus paisanos.
Entre los desafíos
francamente difíciles de nuestro tiempo hay que mencionar la cuestión de los
derechos humanos, que cada vez parece tornarse más compleja, más controvertida
e importante. En este quehacer, puede ser de ayuda invaluable el aporte de un
pueblo cosmopolita. Vivimos en la época de los “derechos humanos de tercera
generación”. Los de primera y segunda generación se refieren a derechos
básicos, como la libertad y la vida, respectivamente. En este momento, es el
Estado el que protege y estos derechos, y el que recibe los reclamos de la
población. Con todo, los de tercera generación abarcan aspectos referidos al
desarrollo, al ambiente y la paz, y no pueden consolidarse sin una gestión
coordinada y global, libre de los límites de las fronteras nacionales.
Consideremos, por
ejemplo, el derecho a un ambiente sano. Las medidas para asegurar y proteger la
integridad ambiental no sirven de nada si quedan confinadas dentro de una
nación y si solo se limitan a contemplar el interés de ella. La única forma de
garantizar una atmósfera limpia y un agua libre de contaminación es trabajar
con un enfoque global, que tenga en cuenta los intereses de toda la humanidad.
El mundo sin fronteras
ofrece, oportunidades insuperables. Pero para llegar a el debemos abandonar las
prácticas y los conceptos que excluyen al otro. En lo personal, cada ser humano
debe entender, en los simples actos de su vida cotidiana, que la supervivencia
de la especie humana y su propia suerte son una misma cosa. La cuestión de los
derechos humanos, forma parte de un nuevo sistema universalista de valores. En
tal sentido, observo que el temperamento nacional del pueblo argentino, y la
energía creativa de sus jóvenes, prometen dar a este país un papel protagonista
en el movimiento por los derechos humanos.
NOTAS
(1) HERNÁNDEZ, José: Martín Fierro, Buenos Aires, Instituto
Salesiano de Artes Gráficas, 1972, pág. 299.
(2) En español, en el original.
PROPUESTA DE PAZ 2011 (Versión completa). Por Daisaku Ikeda Presidente de la Soka Gakkai Internacional, 26 de enero de 2011.
POR UN MUNDO DE DIGNIDAD PARA TODOS: EL TRIUNFO DE LA VIDA CREATIVA.
Al iniciarse la segunda década del siglo XXI, quisiera expresar algunas ideas acerca de los problemas que afectan a nuestra sociedad contemporánea y sobre los medios más efectivos de establecer un mundo en paz.
La desvalorización del lenguaje.
El año pasado, el Japón se vio sacudido por una serie de terribles incidentes que demostraron claramente las dificultades que enfrenta una sociedad que envejece.
A fines de julio, el cuerpo momificado de un hombre, considerado uno de los ciudadanos más ancianos del Japón cuando tenía ciento once años de edad, fue encontrado sobre su cama, en su casa de Tokio, donde había fallecido unos treinta años antes. Con la consiguiente alarma, las autoridades locales comenzaron a verificar la condición de residentes ancianos y descubrieron que en realidad había numerosas personas centenarias cuyo paradero era desconocido. En algunos casos, algunos individuos de mucha edad todavía figuraban como vivos en los registros oficiales, pues sus familiares habían ocultado su fallecimiento para seguir recaudando el dinero de las pensiones.
Esa insospechada condición de una sociedad que es famosa por su longevidad perturbó sobremanera al público en general. Se ha acuñado la frase muen shakai o sociedad fragmentada para describir la desintegración de las relaciones sociales que, con incidentes como ese, pone en evidencia un escalofriante panorama sicológico.
Como lo explica el concepto budista del origen dependiente, la trama de la vida diaria se crea a partir de los lazos que nos conectan con nuestro ambiente. Los incidentes antes mencionados, sin embargo, nos recuerdan dolorosamente la fragilidad de esas conexiones. Ante relaciones familiares y comunitarias cada vez más endebles, e individuos cada vez más distanciados unos de otros, un gran número de jóvenes y de adultos mayores abrigan una visión pesimista acerca del futuro.
La fragmentación de la sociedad está inexorablemente ligada al fracaso de la comunicación, a una ruptura del lenguaje. Las dificultades económicas y la erosión de los lazos con los parientes se cuentan entre los factores causantes del problema, si bien no se puede negar que el vertiginoso avance de la tecnología de la información también se encuentra entre las causas más importantes. Los aspectos negativos de la era de la información, en donde las palabras pierden su valor y sustancia original, y se convierten en signos y cifras vacíos, contrastan irónicamente con el impresionante volumen de información. Todo ello lleva inevitablemente a la decadencia de la capacidad de diálogo, el cual es un sello distintivo del ser humano.
El científico y ensayista francés Albert Jacquard, brindó la siguiente observación imparcial sobre la tecnología de la información: La ciencia de la información […] únicamente provee comunicación enlatada o congelada. Es incapaz de suscitar los estallidos de creatividad que surgen naturalmente en el curso de un diálogo, que involucra tanto momentos de silencio como de palabras.(1)
Es verdad que el desarrollo de la tecnología de la información proporciona oportunidades para que las personas forjen nuevas conexiones entre sí. Sin embargo, las relaciones que se establecen a través de medios tecnológicos jamás tendrán un rostro humano si se limitan a intercambios anónimos y despersonalizados. Esa clase de interacción solo puede ser inorgánica y neutra, completamente alejada del estimulante asombro, la respuesta tangible y la satisfacción que proviene del esfuerzo por concretar una comunicación cara a cara, corazón a corazón.
En contraste, quisiera destacar cuán importantes para el espíritu humano son los esfuerzos para fomentar el diálogo que realizan los miembros de la Soka Gakkai Internacional (SGI) a escala global, en especial, a través de encuentros de diálogo en diferentes localidades, lo que constituye una de las actividades fundamentales que llevamos a cabo desde el inicio de nuestra organización.
Esos encuentros interactivos, que se realizan en miles de lugares cada día, reflejan el concepto de Jacquard sobre el diálogo que involucra tanto momentos de silencio como de palabras. Quienes participamos de esas reuniones experimentamos un sentimiento de alegría y de plenitud cuando nuestras palabras llegan al corazón de otras personas, y del mismo modo, nos sentimos confundidos y frustrados cuando no lo logran. En silencio, nos esforzamos con paciencia por encontrar palabras más adecuadas, y nos vemos embargados de una alegría aun mayor cuando finalmente estas son escuchadas y provocan una respuesta.
El tapiz multicolor que se va tejiendo gracias a ese empeño incansable para generar el diálogo nos permite desarrollar y enriquecer nuestra mente y nuestra alma. Constituye la caldera donde se templa y se capacita la vida interior. Es, pues, el opuesto exacto de la “comunicación congelada”.
Los seres humanos pueden ser realmente humanos solamente cuando se sumergen en las palabras y en el diálogo; no es posible madurar y llegar a ser un individuo hecho y derecho si no se viven esas experiencias. Es por esa razón que Sócrates declaró en su Phaedo que [la misología], es decir, el odio hacia el lenguaje y la misantropía (aversión al trato humano) se originaban de la misma fuente.
Actualmente estoy manteniendo un diálogo en forma de serie con los doctores Larry Hickman y Jim Garrison, ambos ex presidentes de la Sociedad John Dewey; en nuestras conversaciones estamos tratando el tema del célebre filósofo estadounidense y de la educación Soka. El doctor Hickman definió los centros comunitarios de la SGI como la clase de instituciones que fortalecen los lazos en la sociedad y como la cuna donde los ciudadanos maduran, o donde aquellos a quienes Dewey denominó “públicos” se forjan.(2)
El énfasis que pone la SGI en el establecimiento del diálogo tal vez parezca un enfoque que involucra un proceso paulatino y difícil de palpar. Pero tenemos el orgullo de que, precisamente por esa razón, ese empeño tiene el potencial de revitalizar el lenguaje tan desvalorizado y desvirtuado que domina el mundo actual.
Recuerdo aquí un intento de insuflar nueva vida al lenguaje y al discurso. El profesor Michael Sandel dicta una cátedra de filosofía política en la Universidad de Harvard, y ese programa se ha convertido en uno de las más populares en la historia de la institución. No se trata de clases conducidas por una sola persona; el docente encara cuestiones contemporáneas de público conocimiento, preguntándoles a los alumnos su opinión acerca del curso de acción correcto. Las clases, por ende, se transforman en un apasionado e interactivo intercambio de ideas.
Ese método de trabajo, que ha sido comparado con el diálogo socrático, llegó a ser conocido en Japón y tratado una y otra vez por los medios. El profesor Sandel visitó Japón el año pasado para acercar “Justicia con Michael Sandel” al público japonés, lo que concitó una gran atención por parte de la gente. Su obra, Justice: What’s the Right Thing to Do? [Justicia: ¿Cómo debemos actuar?], sigue siendo un best seller, algo inusual para un libro de su clase.
La cuestión de la justicia es sumamente compleja. Yo he explorado el tema en mi propuesta de paz del año pasado, al referirme a un episodio de la novela Los miserables de Víctor Hugo, en el cual el obispo Myriel y un jacobino moribundo sostienen una acalorada discusión debido a sus diferentes interpretaciones de la justicia.(3)
Esas cuestiones deben tratarse con respeto y cuidado. De no ser así, las opiniones enfrentadas sobre el concepto de justicia irán subiendo cada vez más de tono, hasta que el concepto en sí se vacíe de significado. La competencia sin freno entre las diferentes teorías sobre la justicia fue en gran medida la causa de que el siglo XX se convirtiera en una era de derramamientos de sangre, guerras y revoluciones violentas. Quizás la enorme popularidad de una iniciativa como la del curso del profesor Sandel sea un reflejo de la aguda necesidad de emprender una profunda revisión interior.
Las preguntas primordiales
Quisiera referirme ahora a la obra del filósofo francés Henri Bergson (1859-1941), al que fui muy afecto en mi juventud, con el propósito de esclarecer el concepto de humanismo budista tal como lo concibe la SGI.
Muy pocas personas han analizado la desvalorización de las palabras, la vulnerabilidad del lenguaje ante el abuso, tan incisivamente como Bergson. Casi no hay quienes hayan alertado de manera tan completa sobre la desequilibrada tendencia occidental de considerar todo a través del lenguaje y de la lógica. La filosofía de Bergson siempre se centró en el principio de que este debe estar al servicio de las necesidades de la gente. Así afirmó al respecto el filósofo francés Vladimir Jankélévitch (1903-1985): “Bergson restauró la filosofía, que estaba patas arriba”.(4)
Tengo un cálido recuerdo de cuando fui invitado a mi primera reunión de diálogo, durante el verano de 1947. Tenía diecinueve años, y cuando mi amigo me dijo que era una reunión sobre, la filosofía de la vida, mi primera reacción fue preguntar: ¿Es acerca de Bergson?.
Bergson se guiaba por el axioma primun vivere (primero vivir) y definía su motivación hacia la filosofía de la siguiente manera:
¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿Hacia dónde vamos? Estas son preguntas vitales, que nos plantearíamos de inmediato si nos entregáramos a la reflexión filosófica, más allá de cualquier sistema filosófico.(5)
En verdad, esas son las preguntas primordiales que hasta cierto punto todos debemos enfrentar, si nos esforzamos para vivir una vida mejor. Contrariamente, muchos sistemas filosóficos se han centrado en las minucias de la argumentación a un grado tal, que han perdido de vista esas cuestiones absolutamente fundamentales. Tal es la lección que enseña la parábola budista sobre un hombre que recibe un disparo de flecha envenenada.
La parábola de la flecha envenenada.
Un día, un seguidor reciente del Buda le hizo a este una serie de preguntas metafísicas. El Buda replicó con una parábola sobre un hombre al que le habían disparado una flecha envenenada. Aunque sus amigos y familiares trataron de que un médico lo curara, él se negó a que le quitaran la flecha hasta no saber quién la había disparado, su casta, nombre, altura, y procedencia; quiso saber también qué tipo de arco se había empleado, de qué estaba hecho, quién había puesto las plumas a la flecha, y qué clase de plumas eran esas. Antes de que se pudiera responder a todas esas preguntas, el hombre murió. El Buda utilizó la parábola para demostrar el sinsentido de obsesionarse con la conjetura
abstracta.
CAMBIAR EL DESTINO. INTRODUCCION PARA NO BUDISTAS.
Con frecuencia nos dicen
que podemos cambiar nuestro karma practicando el Budismo de Nichiren Daishonin,
pero ¿qué quiere decir eso en realidad?
El Budismo de Nichiren
existe para aliviar el sufrimiento de la gente y ayudarlos a ser realmente
felices. Con ese fin, enseña la Ley de causa y efecto, que forma la base de la
doctrina del karma. Con nuestros actos creamos causas, buenas y malas, que se
graban en nuestra vida en forma de potencial que llamamos karma.
La palabra karma significa «acción». Nuestras buenas y malas
causas se manifestarán en forma de efectos positivos y negativos en el futuro.
Los acontecimientos o patrones, buenos y malos, que se manifiestan en esta vida
se consideran efectos de causas negativas o positivas hechas en vidas pasadas.
¿LOS SUFRIMIENTOS DEL
ESTADO DE INFIERNO DESAPARECERÁN EN UN INSTANTE?
Como los efectos
negativos generalmente atraen más atención, la palabra karma tiende a asociarse
con sufrimientos ineludibles o malos resultados. Si el karma es ineludible,
entonces ¿por qué hace falta aprender del karma?
La respuesta del Budismo
de Nichiren constituye un punto importante que la distingue de otras formas de
budismo. En general, la teoría de karma dice que la ley de causa y efecto se
basa en una especie de justicia de retribución, este concepto idealiza que las
personas no pueden ser feliz hasta tanto reciban, y de este modo elimine de su
vida, todos los efectos negativos del karma, que se han generado a partir de
causas negativas realizadas en el pasado.
Pero, como la vida es un
proceso eterno y continuo, y el karma negativo del pasado puede ser ilimitado,
sería inimaginable o casi imposible, expiar todos los efectos negativos
acumulados.
Además, según esta concepción, dado el inmenso escollo que supone
nuestro karma negativo, en la creación de suficientes buenas causas para lograr
la iluminación o Budeidad - o sea, para manifestar la felicidad absoluta -
tendríamos que hacer solamente buenas causas durante innumerables vidas.
Es por eso que muchas
enseñanzas budistas que no se basan en el Sutra del Loto hablan de que son
necesarios «interminables kalpas de práctica» para alcanzar la Budeidad.
Pero Nichiren Daishonin
enseñó que esta concepción del karma, si bien es exacta en un aspecto, no
esclarece el proceso para crear una vida verdaderamente feliz y un mundo de
paz. El escribió: «El que menosprecia a otro, a su vez será despreciado. El que
habla mal de alguien que tiene un bello aspecto físico, renacerá siendo feo […]
Esta es la ley general de causa y efecto». Y continúa: «Sin embargo, mis
sufrimientos no deben atribuirse a esta ley causal. En el pasado, yo desprecié
a los devotos del Sutra del loto. También me burlé del mismísimo Sutra — a
veces elogiándolo exageradamente y, a veces, con desdén» («Carta desde Sado»,
END, pág. 323).
Nichiren nos enseña que,
en contraste con la ley causal general, las causas y efectos más profundos
surgen de la relación con la Ley mística de Nam-myoho-renge-kyo, que funciona
en el núcleo de la vida misma. Nichiren identifica que la fuente de toda la
oposición y el sufrimiento que tiene que enfrentar a medida que propaga el
Sutra del Loto, Sutra que expone las funciones de la Ley mística, es su propia
incredulidad y desprecio por esta Ley en el pasado. Al enfrentarse con las
dificultades que provienen de este compromiso de propagar la Ley, él no
solamente está expiando su karma a nivel profundo, sino que está activando al
máximo el Estado de Buda dentro de su vida. El mismo proceso es válido para
todas las personas. También nos aclara que la fuente del karma negativo es la
oscuridad o ignorancia fundamental de la vida, que nos hace difícil reconocer
la función de la Ley mística dentro de nuestra propia vida y la vida de los
demás. Si reconocemos esta Ley y luchamos para actuar en armonía con ella,
podemos superar nuestra oscuridad fundamental, la raíz del sufrimiento Kármico.
Cuando lo hacemos, dice Nichiren: «los sufrimientos del infierno desaparecerán
en un instante» (END, pág. 208).
¿ENTONCES EL KARMA SE
DESVANECE EN UN INSTANTE CUANDO PRACTICAMOS EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN?
Claro que no. En
realidad, quiere decir que la importancia del karma negativo pierde el
producido con rapidez ante la sabiduría y la fuerza vital que llenan nuestra
vida cuando despertamos a nuestra naturaleza de Buda.
Como ejemplo, Nichiren
dice que “una vez que el sol sale, las estrellas en el cielo ya no se ven” («La
selección del tiempo», END, pág. 602). De manera similar, una vez que el sol de
la Ley mística sale en nuestro corazón, mientras profundizamos la fe con una
firme práctica del budismo, los problemas que surgen del karma se tornan
triviales e insignificantes en comparación con la Ley.
Nuestro karma negativo
del pasado ya no puede dictar la dirección de nuestra vida. En cierto sentido,
al activar una fuente mucho más profunda y poderosa de causas y efectos
cambiamos nuestro destino a nivel fundamental.
GRANDES OPORTUNIDADES
PARA FORJAR NUESTRA VIDA
Nadie está libre del
karma negativo, que inevitablemente aparece en forma de obstáculos y problemas.
Pero practicando el Budismo de Nichiren podemos enfrentar y transformarlos. Por
lo tanto, es importante que encaremos los problemas directamente mientras
entonamos Nam-myoho-renge-kyo con
una determinación firme, clara y convincente. Tratar de evitar o eludir los
problemas nos priva de la oportunidad de cambiar nuestro karma.
Nichiren escribe: «el
hierro se convierte en una magnífica espada cuando es sometido al fuego y a los
golpes» («Carta desde Sado», END, pág. 322) y «cuando el hierro es forjado, los
defectos del material afloran a la superficie» («Carta a los hermanos », END,
pág. 521). Una espada fuerte se hace golpeando un pedazo de hierro candente y
haciendo salir las impurezas del metal. Del mismo modo, encarando directamente
los obstáculos y superándolos podemos cultivar un yo inquebrantable y sólido.
Desde los primeros días
de la Soka Gakkai, los miembros han transformado su karma constantemente, en su
trabajo para transformar el destino de la humanidad mediante la propagación del
Budismo de Nichiren, es decir, el trabajo para lograr el kosen-rufu. Como
consecuencia, han desarrollado un estado de felicidad inquebrantable...
Nota: END: Abreviatura de “Los Escritos de Nichiren Daishonin”.
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