¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…
    A NUESTROS QUERIDOS AMIGOS EN PLENO PROCESO DE REVOLUCION HUMANA: QUE ESTE 2015 “AÑO DEL DESARROLLO DINAMICO DE LA NUEVA ERA DEL KOSEN RUFU MUNDIAL”, LOS INTEGRANTES DEL HAN POLICROMÍA, LES DESEAMOS BUENA FORTUNA, QUE PROFUNDICEN SU FE, SU PRÁCTICA Y SU ESTUDIOS,  AMPLIANDO NUESTRA RED DE AMIGOS, FORJANDO VALORES HUMANOS. 
   POR ELLO…CUANDO LAS PALABRAS SE ACABAN, SOLO RESTA DECIRLES GRACIAS, GRACIAS POR COMPARTIR Y MANTENER ESTE ESPIRITU.

LA PERSECUCIÓN DE NICHIREN Y SU LEGADO.



   Nichiren criticó las escuelas budistas que dependían del patrocinio gubernamental y servían a los intereses de los poderosos, mientras alentaban la pasividad y el sufrimiento de las personas de menor rango.
   En reiteradas ocasiones amonestó a las autoridades feudales e insistió en que los dirigentes se hicieran responsables del padecimiento de la población y actuaran para remediarlo.
   Su postura de que el estado existía para el bien del pueblo fue revolucionaria en su época.
   En 1260, tras una serie de desastres naturales devastadores, Nichiren escribió su tratado “Rissho ankoku ron” (Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra), y lo presentó a las máximas autoridades políticas del Japón, exortándolas a organizar un debate público con los representantes de otras escuelas budistas. El llamado a un debate público –que Nichiren reiteró durante toda su vida – fue desoído, y fue exiliado a la península de Izu.
   Los años siguientes trajeron más destierros y, finalmente, un intento de ejecución contra el daishonin en la playa de Tatsunokuchi, cerca de Kamakura, asiento del gobierno militar.
   Según él lo relata, momentos antes de que la espada del verdugo cayera, un objeto luminoso, atravesó el cielo con tal resplandor, que los oficiales aterrados suspendieron la ejecución; en consecuencia, Nichiren fue exiliado a la isla de Sado donde, en medio de una privación extrema, continuó compartiendo sus enseñanzas y escribiendo tratados y cartas.
   Una vez que fue perdonado del exilio, volvió a Kamakura y posteriormente se retiró al monte Minobu, donde siguió escribiendo copiosamente para esclarecer la interpretación del Sutra del loto y alentar a sus seguidores, hombres y mujeres, que le escribían a menudo pidiéndole su consejo. Asimismo, se concentró en forjar a sus sucesores.
   Durante ese período, quienes se habían convertido a las enseñanzas de Nichiren fueron hostigados y atacados, y tres de ellos fueron ejecutados en 1279. El hecho de que esos seguidores campesinos se hubieran mantenido firmes ante la persecución inspiró a Nichiren la confianza de que sus enseñanzas se mantendrían y practicarían después de su propia muerte. Si bien hasta ese momento había inscrito Gohonzon individuales para algunos creyentes, a partir de entonces inscribió un mandala dedicado explícitamente a la felicidad e iluminación de toda la humanidad.
   Nichiren murió a una edad avanzada tres años después.
   
El legado de Nichiren yace en su lucha incansable por la felicidad de las personas y en su deseo de lograr una sociedad que respete la dignidad y el potencial de cada individuo. 

EL ORIGEN DE URABON. CEREMONIA DEL DIA DE LOS FALLECIDOS. Gosho Zenshu, pág. 1111 The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 4, pág. 921.

   “Los espíritus hambrientos que devoran la Ley renuncian al mundo para difundir el Budismo sólo porque creen que, si predican la Ley, la gente los respetará. Buscan fama y fortuna mundanas, pasan íntegramente esta vida tratando de hacer ver que son superiores a todos en todo. Ni ayudan a los demás ni tratan de salvar siquiera a sus propios padres. A estas personas se las llama espíritus hambrientos que devoran la Ley, o seres que utilizan la Ley para satisfacer sus deseos.
   Cuando observamos a los sacerdotes de nuestra época, vemos a algunos que, en secreto, se hacen entregar ofrendas sólo para ellos. El Sutra del Nirvana llama a estos hombres “sacerdotes con corazón de perro”. En su próxima vida, serán demonios con cabeza de buey. [1] Otros reciben ofrendas abiertamente, pero a causa de su codicia, no las comparten con los demás. En su próxima existencia, nacerán como demonios con cabeza de caballo.
   Algunos creyentes laicos no oran por el reposo de sus padres que han caído en los estados de Infierno, Hambre o Animalidad y soportan agonías extremas. Llevan ropas lujosas, se alimentan opíparamente, poseen bueyes, caballos y servidores en abundancia y disfrutan de todos los placeres que les vengan en gana. ¡Cuánto deben de estar envidiándoles sus padres, cuánto deben de lamentarlo! Hasta los sacerdotes, con muy pocas excepciones, descuidan la oración por el reposo de sus padres y maestros en los aniversarios de su fallecimiento. Por cierto, los dioses del Sol y de la Luna, en los cielos, y las deidades terrenales deben estar furiosos e indignados por esta conducta nada filial. Y aunque estas personas tan ingratas poseen forma humana, no son mejores que los animales. Habría que llamarlos bestias con cabeza de hombre.
   Yo, Nichiren, estoy convencido de que, al erradicar impedimentos “kármicos" como los que he descrito, podré ir a la tierra pura del Pico del Aguila en el futuro. Por lo tanto, aunque caigan sobre mí persecuciones graves y numerosas, como una lluvia o asciendan a mi alrededor como nubes, mis sufrimientos no me parecen tales, en absoluto, ya que los enfrento por la causa del Sutra del Loto. Quienes se convierten en discípulos y seguidores de esta persona llamada Nichiren son devotos del Sutra del Loto. Especialmente la difunta Myoho [2] cuyo aniversario cae el duodécimo día de este mes, fue una devota del Sutra del   Loto y seguidora de Nichiren.
   ¿Acaso sería posible que cayera en el estado de Hambre? Sin duda, hoy está en presencia de Shakyamuni, Taho y de todos los demás budas de las diez direcciones. Deben de estar diciéndose: “¡De modo que ésta es la madre de Shijo Kingo...!” y, de común acuerdo, acariciándole la cabeza y alabándola con cantos de alegría... Por su parte, ella le estará diciendo al buda Shakyamuni qué espléndido hijo ha tenido.

ANTECEDENTES
Este gosho fue escrito el 12 de julio de 1271, cuando el Daishonin tenía cincuenta años y se encontraba en Matsubagayatsu, Kamakura. Se lo envió a Shijo Kingo. Como el 12 de julio era el aniversario del fallecimiento de la madre de Kingo, éste ofrendó al Daishonin diversos artículos, y esta carta es la respuesta a la pregunta que hizo sobre el origen de ofrendar a los fallecidos que sufren de hambre.
En este gosho, se señala el origen de la ceremonia del día de los fallecidos y se enseña que invocar Nam-myoho-renge-kyo es la verdadera ofrenda a los difuntos. Luego menciona los aspectos de diversos demonios del estado de Hambre (gaki). Entre ellos, refuta a los sacerdotes que buscan la fama y la fortuna, y los define como “espíritus hambrientos que devoran la Ley”. A estos, los compara con los perros.
   La difunta madre de Kingo se había convertido en seguidora del Daishonin, consagrada a la fe en la Ley Mística. Por esa razón, es imposible que caiga en el estado de Hambre.
   Por el contrario, sin falta estará frente a Shakyamuni, Taho y los budas de las diez direcciones y tres existencias, para ser elogiada por ellos. De esta forma, el Daishonin señala el benefìcio de practicar la Ley Mística.

   ANALISIS DEL FRAGMENTO
   A raíz de la ofrenda que hizo Shijo Kingo en el día de los difuntos, el Daishonin explica el origen de ofrendar a los fallecidos que sufren de hambre. En ella, cita el Sutra Shobonenjo y otras enseñanzas, para mencionar treinta y seis clases de demonios del estado de hambre (gaki), y explicar algunos de ellos. Dentro de ellos, menciona a aquellas personas que enseñan el Budismo, no para salvar al pueblo, sino por su propia fama y fortuna.
   En el sutra citado, dice que las personas codiciosas de ofrendas y consumidas por los celos adquieren esta cualidad hambrienta y lastimosa. Compara con los perros a los sacerdotes que acumulan ofrendas a escondidas, con rapacidad. Además de esto, en este gosho describe a aquellos sacerdotes que aceptan ofrendas de otros, pero no tienen la actitud de compartirlas con los demás; a los clérigos avaros que no rezan por sus difuntos padres; a los creyentes que no oran por sus padres difuntos en el aniversario de su fallecimiento. Señala que estas personas ingratas y avaras, que no reconocen los favores recibidos, en futuras existencias nacerán en el estado de Hambre, compartiendo rasgos humanos con rasgos de buey o de caballo, por ejemplo.
   Estas personas, aun en el presente, ya muestran el grotesco aspecto de un demonio hambriento, en su comportamiento y apariencia. El Daishonin señala, estrictamente, “aunque poseen forma humana, no son mejores que los animales. Habría que llamarlos bestias con cabeza de hombre”.
   Califica a los sacerdotes que se aprovechan de la Ley, fingiendo actuar en bien del Budismo cuando, en realidad, sólo buscan su prosperidad personal mediante hábil retórica, y dice que son como espíritus malvados y hambrientos que devoran la Ley.
   Por detrás del aire de importancia que alguien pretenda darse, lo esencial es descubrir su esencia y saber detectar cuándo, en esencia, un sacerdote es como un espíritu hambriento y aprovechador.
   Hay diversos aspectos en el estado de Hambre. De todos modos, los hombres caemos en él a causa de la avaricia. En cambio, el Daishonin, no daba importancia a las persecuciones que caían como la lluvia o que lo rodeaban como nubes. El luchaba solamente por la causa del Sutra del Loto, sin especular. Como estaba recibiendo numerosas persecuciones por enseñar la Ley Mística a todo el pueblo y por la felicidad de todos los hombres, era absolutamente ajeno a la fama y la fortuna propia. Esto le permitía continuar su actividad más esencial, actuar por los demás, sin dejarse influir por la menor avaricia.
   Al final, se refiere a la madre de Shijo Kingo, quien se había convertido en discípula del Daishonin. Cuando le llegó la hora de la muerte, falleció como devota del Sutra del Loto. Y, además, su hijo Kingo, se estaba dedicando a la fe como discípulo de Daishonin, y estaba compartiendo sus beneficios. Por tal razón, sin falta su madre falleció en estado de iluminación. El Daishonin dice que debía de estar en la tierra pura, alabada y protegida por todos los budas de las diez direcciones, Taho y Shakyamuni.
   Nosotros también, como discípulos de Daishonin, si nos dedicamos a la propagación y seguimos la enseñanza del gosho haciendo a un lado la motivación de la propia fama y la fortuna, podemos tener la convicción y la tranquilidad de trascender el mundo ruin de la codicia y disfrutar libremente junto a los budas de las tres existencias y de todo el universo.
   Nichiren Daishonin dice que es muy difícil salvar a los padres y a otras personas sin lograr la iluminación.
   Por eso se desprende de este gosho y de otros que, aunque nos urja a orar por los difuntos, el origen de los beneficios de los padres esta en nuestra propia dedicación al kosen-ntfu. Con este principio grabado en nuestro corazón dediquémonos diariamente a la práctica para nosotros y para los demás.

NOTAS
1. Demonios con cabeza de buey: Seres que, junto a los demonios con cabeza de caballo, actuarían como guardia cárceles en el infierno aplastante, tercero de los ocho infiernos calientes. Ambas clases de demonios suelen representarse como seres de cuerpo humano, pero con cabeza de buey o de caballo, según el caso.
2. Myoho: También llamada Myoho-ama. Madre de Shijo Kingo.

¿QUÉ SON LOS DIEZ MUNDOS?


    Al examinar los «Diez Mundos», clasificación de los distintos diez estados de la vida, podemos tener una clara comprensión de la filosofía del budismo sobre la dinámica de la condición humana y obtener una profunda percepción sobre la manera de mejorarla.
   ¿Qué significa esto para nosotros los budistas? Desde nuestra perspectiva, aunque en un momento dado estemos experimentando la infelicidad característica del mundo de infierno, en ese mismo momento, a través de la práctica del budismo, podemos comenzar a transformar nuestras vidas para saborear la dicha profunda e inextinguible del mundo o estado de Buda.

Los Diez Mundos son:
1. El mundo de infierno.
2. El mundo de los espíritus hambrientos (o Hambre).
3. El mundo de los animales (o Animalidad).
4. El mundo de los asuras (o Ira).
5. El mundo de los seres humanos (o Humanidad o Tranquilidad).
6. El mundo de los seres celestiales (o Cielo o éxtasis).
7. El mundo de los que escuchan la voz (o Aprendizaje).
8. El mundo de los que están despiertos a las causas (o Comprensión o Absorción).
9. El mundo de los Bodhisattvas.
10. El mundo del Buda.
   Los mundos de infierno, hambre, animalidad, ira, humanidad y cielo se conocen colectivamente como los «seis mundos inferiores» o «los seis senderos del mal»
(o caminos). Los mundos de aprendizaje, absorción, bodhisattvas y Buda se conocen como «los cuatro mundos nobles».
   El concepto de los seis senderos se origina en la antigua visión hindú, «védica» que cree en seis reinos amplios dentro de cuales transmigran todos los seres vivos, a través del repetido ciclo de nacer y morir. El budismo adoptó esta concepción. Los cuatro mundos nobles indican niveles o estados que están fuera o más allá de los seis senderos y que se logran mediante la práctica del budismo.
   A menudo, los Sutras distintos al Sutra del Loto definen a estos mundos como lugares habitados por cierta clase de seres, o en el caso de los cuatro mundos nobles, por los practicantes del budismo. Por ejemplo, se considera que el infierno es un lugar de tormentos que está bajo tierra, mientras que los Budas y bodhisattvas estarían en tierras puras, separadas y distantes del ámbito normal de los seres humanos.
   Pero el Sutra del Loto depone estas concepciones cuando enseña «la Posesión
Mutua de los Diez Mundos». En vez de reinos o lugares separados, los Diez Mundos son condiciones o estados de la vida que todas las personas tienen el potencial de experimentar en cualquier momento.
   Nichiren escribió: «Ni la tierra pura ni el infierno existen fuera de nosotros mismo, ambos se encuentran en nuestro corazón.
   Cuando uno toma conciencia de esto, pasa a llamarse buda; mientras lo ignora, sigue siendo una persona común. El Sutra del loto revela esta verdad, y quien abrace el Sutra del loto comprenderá que el infierno es en sí mismo, la Tierra de la Luz Tranquila» Los escritos de Nichiren Daishonin [END], pág. 478-479).
   ¿Qué significa esto para nosotros? Desde una perspectiva, aunque en un momento dado estemos experimentando la infelicidad característica del mundo de infierno, en ese mismo momento, a través de la práctica del budismo, podemos comenzar a transformar nuestras vidas para saborear la dicha profunda e inextinguible del mundo o estado de Buda.
  
1. El mundo de Infierno.
   La palabra japonesa jigoku (naraka, en sánscrito) que significa infierno, indica «una prisión bajo tierra». Los textos budistas indican diversos infiernos que incluyen infiernos calientes y otros fríos. El «infierno» representa la condición de vida inferior en la que uno está confinado en la agonía, totalmente carente de libertad.
   Nichiren Daishonin escribe: «El infierno es una temible morada de fuego (END, pág.
1071). Si consideramos el infierno como un estado potencial de la vida, su descripción es la de estar tan agobiado que nuestros sufrimientos parecen tenernos atrapados completamente, como en medio del rugir de las llamas.
   Nichiren también dijo que «el odio corresponde al estado de infierno» (END, pág.
358). Aquí «el odio» significa la desesperación y resentimiento de no poder vencer el dolor, de no tener la esperanza de aliviarse, ni por corto tiempo, del tormento. Podemos decir que en el estado de infierno estamos controlados por los impulsos destructivos.
   La guerra, que materializa los extremos de la miseria humana, se puede considerar como expresión del mundo de infierno.

2. El mundo de hambre.
El mundo de hambre, o de los espíritus hambrientos, se caracteriza por los deseos irresistibles y por el sufrimiento que resulta de no satisfacer a cualquiera de ellos.
   El término japonés gaki (preta, en sánscrito) se traduce como «espíritu hambriento» o «fantasma hambriento» y se refería originalmente a los difuntos porque se creía que estaban constantemente hambrientos.
   El mundo de hambre es un estado en el que nuestro cuerpo y mente arden continuamente en ansias o anhelos intensos. «El reino de las entidades hambrientas es un lastimoso lugar, donde estas, impulsadas por el hambre extremo y la sed devoran a sus propios hijos» (“Carta a Niike”, END, 1071).
   También dice: «La Codicia [el mundo] de las entidades hambrientas» (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END, pág. 377). Estar tan hambriento como para llegar a devorarse a los propios hijos es estar gobernado por la miseria de anhelos que no conocen limitaciones.
   En sí mismos, los deseos no son ni buenos ni malos. Si no sintiésemos deseos de comer cuando nuestro cuerpo necesita alimentos, moriríamos de hambre. Los deseos y necesidades nos pueden dar el ímpetu para mejorarnos a nosotros mismos, y para el progreso del ser humano. Sin embargo, en el mundo de hambre somos incapaces de utilizar creativamente a los deseos; nos convertimos en sus esclavos y como resultado de ello sufrimos.
  
   3. El mundo de los animales.
   Este mundo, o “animalidad”, se caracteriza por las motivaciones basadas en la obtención de ganancias o pérdidas inmediatas, irracionalmente, en vez de basarse en la razón o en la lógica.
   Nichiren Daishonin dice: «La Estupidez es [el mundo de] los animales» (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END, pág. 377). Cuando estamos en estado de animalidad actuamos basados en los instintos o impulsos, incapaces de distinguir entre lo correcto e incorrecto, entre el bien y el mal.
   Nichiren también escribe: «Es propio de las bestias amenazar a los débiles y temer a los poderosos» (“Carta desde Sado”, END, pág. 320) y el ámbito de los animales se caracteriza por la necesidad extrema de «dejarse matar o morir» (“Carta a Niike”, END-1, 1026). En el mundo de animalidad olvidamos razonar y a la consciencia, viendo a la vida como una lucha para sobrevivir, en la que estamos dispuestos a dañar a los demás para protegernos. No podemos hacer planes para el futuro, incapaces de ver más allá de lo inmediato. Semejante estado de ignorancia conduce a la larga hacia la propia destrucción y sufrimientos.
   Aunque el budismo toma de la antigua tradición hindú la asociación de este mundo o estado de vida con los animales, en realidad, los animales pueden exhibir cualidades como la lealtad y generosidad que a los humanos les haría bien aprender de ellos.
   Además, de maneras diversas, los animales desempeñan el papel irremplazable de apoyar y sustentar la vida de los seres humanos quienes pueden ser capaces de crueldades y bajezas, como por ejemplo durante las guerras, mucho más atroces que cualquier cosa vista en el mundo animal.
   Como los mundos de infierno, hambre y animalidad representan condiciones de sufrimientos, se les llama colectivamente «los tres senderos del mal».

   4. El mundo de los Asuras.
   Un «asura» es un demonio o un dios belicoso de la mitología hindú. Una de las características de quienes están en el estado de vida de los «asuras» es la fuerte tendencia a compararse a sí mismos con los demás y su preocupación por superarles.  Cuando se consideran a sí mismas superiores a los demás, estas personas se consumen en la arrogancia y el desdén.
   Si, por otro lado, encuentra a una persona claramente superior a ellas, se tornan aduladoras y obsequiosas.
   Las personas que están en el mundo de los «asuras» se dan aires de superioridad para impresionar a los demás con la grandeza que piensan poseer.
   Superficialmente, pueden aparecer bien intencionados, educados, corteses y hasta humildes o modestos, pero en su interior albergan envidia o resentimientos hacia los que piensan que son mejor que ellos.
   Este conflicto entre lo que aparentan ser y sus sentimientos y disposición interior hace que los que están en el mundo de los “asuras” sean propensos a ser hipócritas y traidores.
    Por esto es que Nichiren Daishonin escribe que «la perversidad es [el mundo] de los asuras» (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END, pág. 377). La palabra japonesa tenkoku que aquí fue traducida como «perversidad» se compone de dos caracteres: uno significa «someterse sin revelar la verdadera intención de uno» y el otro significa «doblado» o «torcido».
   A diferencia de los tres senderos del mal (los mundos de infierno, hambre y animalidad) en los que uno está controlado por los tres venenos (la ilusión o ilusiones fundamentales de la avaricia o voracidad, ira y estupidez o ignorancia) los que están en el mundo de los «asuras» despliegan un grado mayor de consciencia y dominio de sí mismo. Desde este punto de vista se le puede considerar como un estado más alto que los tres senderos del mal. Sin embargo, el permanecer en el estado de los «asuras» a la larga da lugar a sufrimientos y por ello se le clasifica, junto con los mundos de infierno, hambre y animalidad, como uno de los «cuatro senderos del mal».
   Aunque con frecuencia se denomina «mundo de ira» al mundo de los «asuras» esto no significa que se caracterice por la rabia o enojo, ni por la tendencia a perder los estribos.  Más bien, se refiere a una tendencia permanente a contender, a una predisposición hacia los conflictos que surge de una ambición egocéntrica.

   5. El mundo de los seres humanos.
   Este es un estado de tranquilidad y de compostura, por lo que Nichiren Daishonin dice: «La Calma es [el mundo] de los seres humanos» (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END, pág. 377).
   Un aspecto del mundo de humanidad es la calidad del razonamiento que nos permite distinguir lo correcto de lo incorrecto y de hacer juicios en base a ello.
   En este estado, también tenemos un alto grado de dominio propio. Nichiren escribe que «A los sabios puede llamárseles humanos, pero los desconsiderados no son más que animales (“Las tres clases de tesoros”, END, pág. 893).
   Sin embargo, para permanecer en este estado de humanidad se requiere de esfuerzo.
   En un mundo donde abundan las influencias negativas, no es fácil seguir viviendo de modo realmente humano. En realidad, es imposible, a menos que se hagan esfuerzos constantes para mejorarse a uno mismo. De los Diez Mundos, el mundo de humanidad es el primero en que podemos acercarnos a vencer nuestras debilidades.
   Es más, los que están en el mundo de humanidad, aunque son vulnerables a las influencias negativas, son capaces de esforzarse en la práctica del budismo y por ende, de avanzar a los cuatros mundos nobles.
  
   6. El mundo de los seres celestiales.
   El nombre de este mundo proviene de la palabra hindú deva-loka que significa el lugar donde habitan los dioses y seres sobre-humano semejante a dioses.
   En la filosofía budista, el cielo se refiere a un estado de vida en que experimentamos la dicha de haber cumplido nuestros deseos. De ahí que Nichiren diga: «La alegría es [el mundo] de los seres celestiales» (“Objeto de devoción para observar la vida…” END, 377).
   Los seres humanos sienten muchas clases de deseos. Hay deseos básicos o instintivos como comer y dormir, los hay de cosas materiales, sociales, intelectuales y espirituales.
   En general, podemos pensar que el mundo de cielo es el estado de alegría que invade nuestra vida cuando se realiza alguno de esos deseos.
   Pero la alegría del mundo de cielo no es perdurable, a la larga se debilita y desaparece.
   Por lo tanto, este mundo no puede ser representativo del estado de felicidad genuina que el budismo permite que logre la gente.
  
   De los seis senderos a los “cuatro mundos nobles”.
   Los seis mundos de los cuales ya hemos hablado y que juntos, constituyen los seis senderos, son estados de vida fácilmente influenciados por las circunstancias externas.   Quienes permanecen en ellos no pueden disfrutar la verdadera libertad o independencia.
   La práctica del budismo aspira a transcender estos seis senderos y a construir una felicidad que sólo depende de uno mismo, no controlada por las circunstancias externas.
   Los estados de vida que una persona cultiva con la práctica budista se conocen como los cuatro mundos nobles: el de los que escuchan la voz (aprendizaje), el de los despiertos a la causa (comprensión o absorción), el de los Bodhisattvas y el del Buda o Budas.

   7/8. Los mundos de «Los que escuchan la voz» y de «Los despiertos a la causa».
   En enseñazas anteriores al Sutra del Loto, estos dos mundos representaban los dos estados más altos que podían lograr los practicantes del budismo. Juntos, se les denomina «los dos vehículos».
   Originalmente, «Los que escuchan la voz» designaba a los que había logrado un despertar parcial por escuchar una enseñanza del Buda. Pero «los despiertos a la causa» eran los que habían logrado un despertar por su propia cuenta, a través de su conexión u observación de varios fenómenos.
   La iluminación parcial que caracteriza a ambos mundos o estados, a estos dos vehículos, consiste en un despertar a la transitoriedad o no permanencia de todas las cosas. La no permanencia indica la realidad de que todos los fenómenos cambian con el paso del tiempo y que finalmente dejan de existir, mueren. Quienes están en la condición de vida de los dos vehículos, al haber superado la tendencia a apegarse a las cosas no permanentes, pueden verse a sí mismos y al mundo objetivamente, despiertos a la verdad de que todo en este mundo real cambia y perece con paso del tiempo.
   Nichiren Daishonin dice: «El hecho de que todo en este mundo sea transitorio nos resulta muy claro. ¿No es porque los estados de los dos vehículos están presentes en el mundo humano? (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END, 377). Está diciendo que dentro del mundo de humanidad existe el potencial de los estados de vida de los dos vehículos.
   Al considerar a los Diez Mundos como estados potenciales en la vida humana, podemos decir que los mundos de aprendizaje y absorción representan estados de despertar y de autodeterminación que trascienden a los mundos que constituyen los seis senderos.
   Los que están en los dos vehículos pueden ser inquisitivos, intelectuales y creativos, pero las limitaciones que enfrentan son las propias de la auto complacencia, de pensar que han llegado al pináculo de su desarrollo, y de sólo preocuparse y esforzarse por su bien y su realización personal, sin hacerlo por los demás. Fue por esta tendencia al egocentrismo y egoísmo que en escrituras budistas anteriores al Sutra del Loto se les negó a las personas de los dos vehículos la posibilidad de lograr la iluminación.

   9. El mundo de los Bodhisattvas.
   Los Bodhisattvas son seres que se esfuerzan incesantemente en lograr la iluminación de un Buda. Las personas de los dos vehículos, aunque consideran que su maestro es el Buda, no se creen capaces de lograr el mismo estado de iluminación que el del Buda, pero los Bodhisattvas, no sólo consideran que el Buda es su maestro, sino que también aspiran a lograr la misma iluminación suprema que la del Buda. Además, los Bodhisattvas trabajan para propagar ampliamente las enseñanzas del Buda para liberar a las personas de sus sufrimientos y conducirlas a la felicidad.
   Lo que distingue a los Bodhisattvas es su firme intención de buscar el mundo de Buda, estado éste más alto que un ser humano puede manifestar, y también sus esfuerzos para compartir con los demás los beneficios que han obtenido a través de su práctica del budismo. Antes que nada, lo que más les preocupa es su fuerte deseo por la felicidad de las personas.
   El mundo de los Bodhisattvas es un estado de vida en el que se actúa con un sentido de misión por el bien de la gente y por el de la Ley. La misericordia es fundamental en dicho mundo. La palabra sánscrita karuna (jihi, en japonés) que significa compasión, a veces se traduce como «amor compasivo» o «misericordia». En relación a ello, Nichiren Daishonin dice: «Hasta un villano desalmado ama a su esposa y a sus hijos. Él también, posee dentro de sí una parte del estado de Bodhisattvas» (“Objeto de devoción para observar la vida…”, END PAG 377). Aquí, Nichiren nos recuerda que todas las personas, hasta la corruptas y crueles, poseen el potencial de la misericordia.
   El basar sus vidas y acciones en el amor compasivo por todas las personas es la naturaleza de los que manifiestan el mundo de los Bodhisattvas.

   10. El mundo de los Budas.
   El mundo de los Budas es el estado de vida supremamente noble y virtuosa.
   En sánscrito, la palabra «buda» significa «el que ha despertado». Un Buda es el que está iluminado a la Ley Mística, la Ley maravillosa o principio, base de toda vida y de todo fenómeno en el universo.
   Específicamente, «el Buda», se refiere a Shakyamuni, también conocido como Gautama
o Siddhartha, quién vivió y enseñó en la India hace unos dos mil quinientos años.
   Los Sutras budistas describen a otros budas tales como Amida y Mahavairochana, pero estos son figuras míticas y la intención es representar la maravilla y grandeza de alguna cualidad o virtud en particular del estado de vida del Buda.
   Nichiren Daishonin apareció en el Último Día de la Ley, época en la que se predijo que las enseñazas de Shakyamuni habrían decaído y tornado ineficaces para conducir a las personas a la iluminación. Para salvar a toda la gente de sus sufrimientos, Nichiren manifestó el mundo de Buda en su propia vida como demostración de que también lo puede lograr cualquier ser humano común. Como él estableció el camino por el que todas las personas pueden lograr la Budeidad, se le respeta como el Buda del Último Día de la Ley.
   El mundo de los Budas es una condición de vida, rica en virtudes nobles y en buena fortuna que emerge cuando una persona despierta a la realidad de que la fuente y base de su propia vida es la Ley Mística. Un Buda es quién abre este estado de vida interior y por ende, corporiza insuperables sabiduría y misericordia ilimitadas y, alimentado por ellas, trabaja constantemente para que todas las personas manifiesten el mismo estado de Buda.
   Todos tenemos el mundo de la Budeidad inherente, pero hacerlo emerger en medio de la realidad de nuestra vida no es cosa fácil. Por ello, el Daishonin estableció el Gohonzon, el objeto de devoción, como corporización del mundo de Buda que él manifestó. Lo hizo para proporcionarnos el medio para que todos manifestemos la Budeidad que está en nuestras propias vidas.
   En relación a esto escribió: ”Yo, Nichiren, he inscrito mi vida en tinta sumi”; por eso, crea en el Gohonzon con todo su corazón.
   La voluntad del Buda es el Sutra del Loto, pero el alma de Nichiren no es otra cosa que    Nam-myoho-renge-kyo” (“Respuesta a Kyo’o”, END, pág. 433).
   El mundo de la Budeidad, estado que Nichiren manifestó en su esencia, es la Ley de        Nam-myoho-renge-kyo. Cuando creemos en el Gohonzon y nos esforzamos en invocar a esta Ley, tanto para nuestra propia felicidad, como para la de los demás, contactamos al mundo de Buda inherente en nosotros y lo corporizamos en nuestras vidas.
   En “El Objeto de devoción para observar la vida”, Nichiren se refiere a la profunda conexión que hay entre la fe y nuestra Budeidad innata. El dice : «Si las personas comunes nacidas en la última época pueden creer en el Sutra del Loto es porque, en el estado de humanidad existe el estado de Budeidad» (END, pág. 378).
   El Sutra del Loto revela que todas las personas son Budas innatos y nosotros, los seres humanos, podemos creer en esa enseñanza precisamente porque nuestras vidas poseen fundamentalmente al mundo de la Budeidad.
   Nichikan, el gran erudito del budismo, escribió basado en la cita anterior de Nichiren lo siguiente: «Un corazón que cree firmemente en el Sutra del Loto [otro] nombre para el mundo de la Budeidad». Aquí, Sutra del Loto se refiere al Gohonzon y el mundo de la Budeidad no es otro que la fe inquebrantable de vivir basado en invocar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon ante todo tipo de circunstancias.
   Los textos budistas, incluidos los escritos de Nichiren, comparan con frecuencia al mundo de la Budeidad con el rey león.

   Así como el rey león, los que han activado su Budeidad no le temen ni se dejan amedrentar por nada ni por nadie. Es un estado de paz genuina, de felicidad absoluta y de iluminación.

LOS TRES OBSTACULOS Y LOS CUATRO DEMONIOS


    Nichiren Daishonin dice: «Sin duda, hay algo extraordinario en el flujo y reflujo de las mareas, en el recorrido de la luna desde que asoma hasta que se pone, en la forma en que se suceden el verano, el otoño, el invierno y la primavera.
   También sucede algo inusitado cuando una persona común logra la Budeidad. En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstáculos y los cuatro demonios» («Los tres obstáculos y los cuatro demonios», Los escritos de Nichiren Daishonin, pág. 668)
   Cuando un avión esta parado en la pista no encuentra resistencia del viento. Pero, a medida que acelera por la pista, se encuentra con la resistencia del aire a su alrededor. La resistencia del viento que va en aumento genera debajo de las alas una fuerza de elevación que le permite volar. Mientras el avión mantenga suficiente velocidad, la fuerza opuesta del viento continuará generando la elevación necesaria para continuar volando.
   De manera similar, cuando nos esforzamos en la práctica del budismo y comenzamos a movernos hacia la felicidad perdurable, nos encontraremos la «resistencia» de obstáculos internos y externos que funcionan para resistir o detener nuestro avance.
   El budismo describe estas funciones como los «tres obstáculos y los cuatro demonios».
   En el caso del avión, la aparición de la resistencia del viento muestra que la velocidad del avión ha aumentado y que está a punto de despegar. Para nosotros, encontrarnos con los tres obstáculos y los cuatro demonios es prueba de que estamos acelerando hacia la felicidad, la revolución humana y la transformación
de nuestro karma.
   T’ien-t’ai declara en su escrito titulado “Gran concentración e introspección”: «A medida que avanza la práctica y mejora la comprensión, comienzan a surgir los tres obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí para interferir […] Uno no debería dejarse influenciar ni atemorizar por estas funciones». («Carta a los hermanos», END, pág. 525).
   Respecto de este pasaje, Nichiren escribe: «Esta declaración no sólo se aplica a mí, sino que constituye una guía para mis seguidores.
   Con profundo respeto, graben esta enseñanza en lo más hondo de su vida y transmítanla como axioma de fe para las futuras generaciones» (END, pág. 525).
   Como señala Nichiren Daishonin, la característica de los obstáculos y los demonios es que surgen «en forma confusa». Es importante entenderlos para poder reconocerlos mejor y superarlos. De otro modo, podemos dejarnos influir y asustar hasta tal punto que dejemos de practicar.
   Lamentablemente, significaría que hemos dejado de avanzar hacia la felicidad.
   Los tres obstáculos son:
1. El obstáculo de los deseos mundanos.
2. El obstáculo del karma.
3. El obstáculo de la retribución.
   Nichiren Daishonin dice:
   El obstáculo de los deseos mundanos se produce cuando la codicia, el odio, la estupidez y otras inclinaciones semejantes nos impiden practicar.
   El obstáculo del karma son los escollos que nos presentan los hijos o la esposa.
   El obstáculo de la retribución son las obstrucciones provocadas por el soberano o los padres (END, pág. 525).
   Si nuestra codicia, ira o estupidez nos distraen de nuestro camino a la felicidad perdurable o Budeidad que procuramos mediante la práctica del budismo, entonces estamos bajo los efectos del primero de los tres obstáculos. Si la oposición de nuestros familiares o de personas en posición de autoridad nos desanima a seguir el camino de nuestra verdadera felicidad, habremos sucumbido al miedo ante el segundo y tercer obstáculo.
   Los cuatro demonios son funciones negativas que obstruyen nuestra práctica, son:
1. La obstrucción de nuestras propias funciones mentales y físicas.
2. La obstrucción de los deseos mundanos.
3. La obstrucción de la muerte inoportuna de un compañero de práctica.
4. La obstrucción del rey demonio del sexto cielo, o sucumbir ante la oposición de personas de autoridad.
   Los tres obstáculos y cuatro demonios debilitan nuestro espíritu de luchar por nuestra propia felicidad y hacen que descienda nuestro estado de vida. Como consecuencia, nuestra práctica nos aporta menos sabiduría y coraje. En otras palabras, nos succionan desde adentro el estado de vida brillante y positiva de quienes practicamos.
   El rey demonio del sexto cielo es poderoso. Nichiren declara: La oscuridad fundamental se expresa como el Rey Demonio del Sexto Cielo» («El tratamiento de la enfermedad», END, pág, 1158). Debemos comprender que el demonio es la personificación de tendencias destructivas fundamentales que anidan en la vida de todas bien que las personas han cultivado en su vida y alimenta el deseo de controlar a los demás, incluso hasta el punto de llegar a tomar vidas ajenas. Si no se la enfrenta y se le pone límite esta negatividad conduce a la destrucción y a la guerra. En definitiva, los tres obstáculos y los cuatro demonios en realidad son funciones negativas que llevan a la gente a la desgracia y el sufrimiento.
   Nichiren dice: «[El rey demonio del sexto cielo] se vale del gobernante para amenazar al devoto del Sutra del loto» («Carta a los hermanos», END, pág. 519). Aquí nos dice que el rey demonio también opera por medio de la autoridad gubernamental. Cuando eso sucede, debemos ver a través de su naturaleza demoníaca y triunfar ante cualquier fuerza de oposición que se proponga impedir que practiquemos nuestra fe.
   Por lo tanto, es importante estar preparados para cuando surjan estos obstáculos o funciones y para que, cuando aparezcan —cosa que sucederá sin falta— no nos distraigamos ni nos desanimemos de seguir el camino en que hemos emprendido.   
   Lograr la felicidad perdurable, o Budeidad, es una lucha sin fin entre nuestra oscuridad fundamental, que nos pinta atractiva la imagen de sucumbir a los tres obstáculos y los cuatro demonios y quedarnos así, y la determinación de mejorar nuestra vida. Ante los obstáculos y la oposición, debemos esforzarnos a nuevo en nuestra práctica del budismo con determinación valiente y fortalecida. Como resultado, no nos dejaremos vencer por ningún obstáculo y los superaremos todos y seguiramos avanzando.
   El axioma que Nichiren nos insta a practicar y propagar podría expresarse de esta manera: A lo largo del camino hacia nuestra felicidad absoluta, los tres obstáculos y los cuatro demonios aparecerán sin duda. Debemos estar preparados para su aparición y jamás dejarnos influir ni asustar por ellos.
   Cuando surgen los tres obstáculos y los cuatro demonios, ese es el momento de
transformar el karma, luchar por nuestra revolución humana y acelerar en dirección a nuestra felicidad. Como dice Nichiren: «En ese momento, invariablemente aparecen los tres obstáculos y los cuatro demonios, pero cuando ello sucede, los sabios se regocijan, mientras que los necios se echan atrás» («Los tres obstáculos y los cuatro demonios», pág. 668). El nos está exhortando a no retroceder jamás, sino en cambio a desafiar con alegría y superar nuestros problemas. Si lo hacemos, podemos elevar enormemente nuestro estado de vida.
   El presidente Ikeda manifiesta: «Es importante tener un estado de vida lo suficientemente elevado como para poder aceptar con calma lo que sea que suceda en la vida siempre luchando para ver los problemas desde la perspectiva correcta y resolverlos con una postura positiva. La felicidad aflora desde un estado de vida así de elevado y que todo lo abarca.
   Ustedes pueden forjar el camino a una vida satisfactoria y placentera si tienen la fe profunda como para considerar todo como fuente de creación de felicidad y valor. A la inversa, si ven todo en forma negativa o pesimista, su vida se hundirá gradual e inevitablemente en la oscuridad. El budismo nos enseña el principio sutil de nuestra determinación y, más aún, la fuerza de la fe» (Mis queridos amigos en América, segunda edición, págs. 4–5).
   Las personas sabias se alegrarán cuando se enfrenten con los tres obstáculos y los cuatro demonios porque saben que los obstáculos y la oposición son la resistencia que los ayuda a alzar el vuelo hacia la Budeidad.


LAS RAZONES DE LA VIDA. NICHIREN DAISHONIN.



   Nichiren Daishonin afirmó que para juzgar la validez de una enseñanza había que analizarla bajo tres criterios o pruebas:
  1. La prueba documental.
  2. L prueba teórica
  3. y la prueba real.
   La prueba documental confirma que el cuerpo de la enseñanza coincide con lo asentado por su fundador, que no ha sufrido alteración.
   La prueba teórica confirma que la enseñanza es compatible con la razón y la lógica, y ofrece una explicación de la realidad que concuerda con la experiencia.
   La prueba real confirma, por medio de resultados concretos, que la enseñanza beneficia a la vida.
   
   Para Nichiren Daishonin, la prueba real es la más importante de las tres porque una enseñanza debe poder ayudar a las personas a desarrollarse, mejorarse y vivir de forma más significativa.

LOS DIOSES BUDISTAS (SHOTEN ZENJIN). LOS FENÓMENOS DEL UNIVERSO QUE TRABAJAN PARA NUESTRA FELICIDAD.


   La invocación de la Ley Mística hace surgir la vitalidad.
   Llamamos Dioses Budistas a los fenómenos del universo que nos orientan hacia la felicidad y al progreso. Son las funciones de la vida del cosmos que actúan positivamente protegiendo a las personas.

   Supongamos, por ejemplo, que vamos de paseo en bicicleta un día de primavera con un Sol radiante, y de repente, comienza a soplar un viento fuerte. Si vamos con viento favorable, pedalearemos muy fácilmente avanzando; pero si tenemos viento en contra sería muy cansador.
   En el caso del viento favorable, este nos ayuda y protege. Cualquier función que proteja a los creyentes de la Ley Mística y los orienta hacia la felicidad, ya sea una función de la naturaleza, sociedad o de algún ser humano, en el Budismo es llamado protección de los "Dioses Budistas". Aunque digamos "dioses", esta palabra se usa con un significado completamente distinto al del Dios de la creación del cristianismo o los dioses del sintoísmo.
   En la primera oración silenciosa del Gongyo de la mañana dice: "Manifiesto mi agradecimiento a los shoten zenjin, funciones de la vida y del ambiente que actúan para protegernos día y noche. Oro para que su fuerza protectora se fortalezca y aumente cada vez más, a través de mi práctica de la Ley". Según el capítulo “Introducción” (Jo) del Sutra del Loto, los Dioses Budistas, incluidos Bonten, Taishaku, se reúnen en ese lugar para escuchar la prédica del Sutra del Loto, y prometen que sin falta protegerán a los creyentes del Budismo Verdadero.
   En el capítulo catorce del Sutra del Loto, “Prácticas pacíficas” (Anrakugyo) dice: "Los Dioses Budistas siempre protegerán a los creyentes del Budismo Verdadero durante el día y la noche". Es decir, los Dioses Budistas protegen a quienes practican correctamente la Ley Mística y la propagan. Por eso, no son de ninguna manera objetos de fe ni de invocación, sino que solamente actúan para proteger a quienes practican con firmeza la Ley Mística.
   Los Dioses Budistas se reúnen donde la Ley Mística puede ser escuchada. Cuando nuestro comportamiento se basa en esta “Ley”, recibimos la protección de los dioses.
Cuando Nichiren Daishonin sufría la persecución de Tatsunokuchi, amonestó severamente a los Dioses Budistas para que lo protegieran y poco después, una luz deslumbrante atravesó el cielo desde la isla de Eno. Se dice que pudo haber sido un aerolito o algún otro fenómeno que haya surgido después que el Daishonin amonestara a los dioses, justo antes de ser decapitado; pero que indica que no es una simple casualidad, sino el resultado natural de acuerdo a la profunda filosofía de vida del Budismo.
   Fue la firme determinación (ichinen) del Daishonin, su poderosa fuerza vital lo que activó la protección de los Dioses Budistas en ese momento crucial.
   En el Gosho dice: "Cuanto más poderosa es la fe, mayor es la protección de las deidades (Gosho Zenshu, pág.1186)”. El punto importante es que la protección de los Dioses Budistas se manifiesta según la fortaleza de la fe. Los Dioses Budistas no están fuera de nuestra vida, sino que nuestra fuerza vital y nuestra fe los ponen en funcionamiento.
   El Gosho también dice: "la naturaleza fundamental de la vida se manifiesta como Bonten y Taishaku (Gosho Zenshu, pág.997)”. La naturaleza fundamental se refiere al estado de vida e iluminación se refiere al brillo de la vida.
Cuando vivimos practicando con firmeza, la vida es brillante y surgen los Dioses Budistas. Por ende, cuando dice que "Bonten y Taishaku protegen al creyente de la Ley Mística", también lo podríamos interpretar como que uno puede hacer surgir una vitalidad pura y poderosa.
   El Budismo nos explica que la persona y su medio ambiente son inseparables (Esho Funi) y que por eso el ambiente protege al creyente de la Ley Mística. Tener esa protección depende de la persona.
   Por ejemplo, supongamos que el Sol está brillando en el cielo. Si uno está gravemente enfermo, los rayos del Sol pueden ser perjudiciales para su salud, pero serían placenteros para aquellos que gozan de una buena salud. Aunque los rayos del Sol sean los mismos, el efecto depende de la situación de la persona. Por lo tanto, la misma función de la naturaleza actuaría como los Dioses Budistas o como algo perjudicial según la situación de la persona.
 
   Las creencias equivocadas atraen el desastre al país.
   Quienes practicamos la Ley Mística, somos capaces de cambiar cualquier circunstancia en una función de los Dioses Budistas a través de nuestra determinación basada en la fe firme. Por eso, no nos lamentemos por no tener el apoyo de los Dioses Budistas cuando sufrimos alguna dificultad. Más bien, decidamos construir una fe firme para vivir por el logro del kosen-rufu. Entonces, todas las condiciones negativas se transforman en función de los Dioses Budistas, permitiéndonos progresar y construir una felicidad estable en nuestra vida.
   La existencia de los Dioses Budistas, representados por el Sol y la Luna no son  algo sobrenatural. Lo importante es la manera en que adoptamos su luz, su calor u otras funciones para dirigirnos a un estado de felicidad indestructible. Todo ello dependerá de nuestra determinación y fuerza vital. Debemos elevar y fortalecer nuestra vida fundamentalmente con la Ley Mística. En la tesis "Pacificación de la Tierra a través del establecimiento del Budismo Verdadero" (Rissho Ankoku Ron) el Daishonin nos dice que si las creencias equivocadas que debilitan la vida prosperan por todo el país, entonces el poder de los Dioses Budistas disminuiría en la gente y en la tierra, aconteciendo desastres y calamidades.

   Si aumentan las personas que practican la Ley Mística, la sociedad se llenará de fuerza vital. Por eso, es de gran importancia nuestra práctica budista con fe firme y fuerte determinación para el logro del kosen-rufu.

LO QUE CREEMOS…

              
   “Nuestra labor es establecer un mundo interno inquebrantable, con un fuerte sentido de identidad que no pueda ser influenciado o perturbado por las circunstancias más duras o adversas”. Nuestra filosofía está basada en el concepto de «revolución humana», un proceso de transformación interna a través de la práctica budista. Es un despertar que nos lleva a desarrollar nuestro carácter; a cultivar la sabiduría, el valor, y la misericordia; y a no actuar solamente por satisfacción personal, sino por el mejoramiento de la sociedad. Estos ideales están basados sobre el principio budista dependiente de su origen, un concepto de interrelación donde todas las cosas en el ámbito de la humanidad y de la naturaleza dependen uno del otro para su existencia y no pueden existir en forma aislada.
   LA TRADICIÓN BUDISTA.
   Los orígenes de la perspectiva a nivel mundial de la SGI pueden ser trazados hasta las enseñanzas del Buda Shakyamuni, quién vivió hace unos 2500 años en lo que es Nepal hoy en día. Su iluminación a la eternidad está más sucintamente articulada en el Sutra del Loto, ampliamente considerada como su enseñanza más importante. Aquí la existencia de la innata y universal verdad, conocida como la naturaleza de Buda, fue revelada como inherente en todas las formas del ser. El Sutra del Loto afirma que las realidades de la vida diaria proveen motivación y oportunidad para la transformación espiritual.

   Las funciones del universo son una expresión de un solo principio o Ley, expresado como Nam-myoho-renge-kyo. Al poner sus vidas en armonía con esta Ley, las personas pueden abrir su potencial oculto y obtener armonía creativa con su medio ambiente.  Esta es la máxima expresión del poder individual —que cada persona puede transformar los sufrimientos inevitables de la vida en fuentes de crecimiento y satisfacción —convirtiéndose en una influencia positiva en su familia y comunidad.

EL SURGIMIENTO DE LA TORRE DE LOS TESOROS.

    «El surgimiento de la Torre de los Tesoros», capítulo 11º del Sutra del loto, describe una descomunal torre de los tesoros que emerge desde las profundidades de la tierra y queda suspendida en el aire.
   Nichiren explica que esta torre es una metáfora para describir la magnitud del potencial del ser humano — la grandeza de la naturaleza de Buda inherente a todas las personas («Sobre la Torre de los Tesoros», END, pág. 317). A continuación, el sutra describe la Ceremonia del Aire — una vasta congregación de budas, bodhisattvas y seres de todas las descripciones, llegados desde todos los rincones del cosmos. El Buda emplea poderes especiales para elevar al aire a toda la congregación ante la Torre de los Tesoros.
   Entonces, comienza a predicar.
   Nichiren eligió incluir en el Gohonzon, por escrito, elementos clave de esta Ceremonia del Aire. Nam-myoho-renge-kyo, que representa la Torre de los Tesoros, se encuentra escrito en el centro del Gohonzon.
   En vez de usar una imagen pintada o esculpida, que no podía llegar a capturar la totalidad de lo que es un Buda, Nichiren utilizó los caracteres escritos del Gohonzon para comunicar el estado de unión con la Ley mística que él manifestó en su propia vida.
   Según dice el presidente Ikeda: «Semejante [estatua o imagen] nunca iba a poder expresar plenamente Nam-myoho-renge-kyo, la Ley fundamental que incluye todas las causas (prácticas) y efectos (virtudes). El atributo invisible del corazón o mente, no obstante, se puede expresar con palabras» (El mundo de los escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 2, pág. 181).
   El presidente Ikeda también recalca: «Mediante nuestra práctica cotidiana [recitación del sutra] e invocación [Nam-myoho-renge-kyo] podemos sumarnos a la eterna Ceremonia Del Aire aquí y ahora. Podemos hacer brillar la Torre de los Tesoros en nuestro interior y dentro de nuestras vidas y actividades diarias. Esa es la magnificencia de Gohonzon. Un esplendoroso “cosmos” de vida se abre ante nosotros, y la realidad se presenta como un mundo de creación de valor. (El mundo de Los escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 2. pag 176)


¿EL GOHONZON NO ES UN PAPEL?

Única fotografía publicada del
Dai Gohonzon tomada con permiso en 1910.
KIMURA: ¿Qué hay con respecto a los que dicen que no quieren orar a un pedazo de papel impreso, porque un papel no puede tener el poder de resolver nuestros problemas?
PRESIDENTE IKEDA: Nuestro Gohonzon puede estar impreso, pero así y todo conserva su poder inherente. Un billete de 10 dólares está impreso, al igual que un diploma que certifica nuestro título profesional o que los documentos oficiales donde se nombra a los ministros del gabinete.
   Todos los documentos importantes están impresos, y cada uno de ellos conserva su poder específico.
   El papel es una sustancia física, pero las palabras escritas en él son el espíritu y la esencia de Nichiren Daishonin. El Buda original del Ultimo Día de la Ley inscribió, en la tinta del Gohonzon, su propia vida.
   "Yo, Nichiren, diluí mi vida y en ella impregné la tinta sumi con la cual inscribí este Gohonzon. Por eso, crea en él con todo su corazón".
   El principio budista de la inseparabilidad entre la mente y el cuerpo nos enseña que lo físico y lo espiritual son una misma cosa. La vida se encuentra en la unión de ambos términos. El Gohonzon corporifica la vida del Buda. Cuando invocamos al Gohonzon, no estamos dirigiendo nuestras oraciones a una hoja de papel.
   Los textos y libros también son papel impreso, pero al leer las palabras escritas sobre sus páginas adquirimos conocimientos, hacemos nuevos descubrimientos y hallamos nuevas ideas.
   Tomemos otro ejemplo: Supongamos que nos cruzamos con un cartel que dice: "Estación de Tokio". Estas tres palabras contienen las muchas funciones que se llevan a cabo en una estación, desde ser cabecera del tren bala hasta ser la boca de acceso a la ciudad de Tokio. Desde luego, la estación de Tokio existiría igual sin el cartel, sin las palabras, al igual que sus muchas funciones. Pero el cartel y las palabras ayudan a la gente a encontrar la estación fácilmente.

KIMURA: Los caracteres impresos en el Gohonzon representan un medio para que nos comuniquemos con el universo, ¿no?
PRESIDENTE IKEDA: Aquí va otro ejemplo. Un teléfono celular no sirve de nada sin estaciones centrales que transmitan las ondas de radio de un punto al otro. De la misma manera, el Gohonzon es una "estación central" que nos permite comunicarnos con el universo.

   Fragmento de una serie de conversaciones sobre la juventud que mantiene el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, con los responsables de la División de Segunda Enseñanza Superior de la Soka Gakkai, Hidenobu Kimura –División Juvenil Masculina- y Yoshiko Ueda –División Juvenil Femenina-, en representación de todos los miembros en esta etapa de sus estudios. Material publicado el 11/02/1998 en el Koko Shimpo, periódico quincenal de la División.

EL GOHONZON EXISTE EN LA FE

          
   Si bien muchos concuerdan con el concepto de que todos poseemos un maravilloso potencial en nuestro interior, realmente creer esto de toda la gente y lo viviente partiendo de esta creencia no es cosa fácil.
   Nichiren Daishonin inscribió el Gohonzon para que todos puedan creer y activar su naturaleza de Buda. Aunque el solo tener el Gohonzon no nos asegurará este resultado.  Tanto la fe como la práctica son esenciales para revelar nuestra poderosísima naturaleza de Buda.
   Nichiren dice: «este Gohonzon se encuentra sólo en los dos ideogramas con que se escribe “fe”. A esto se refiere el sutra cuando dice que uno sólo puede obtener el acceso a través de la fe […] Lo más importante es que, con sólo entonar Nam-myoho-renge-kyo, usted puede manifestar la Budeidad.
   Sin duda, ello dependerá de la fortaleza de su fe; tener fe es la base del budismo («El verdadero aspecto del Gohonzon», END, págs. 873–74).
   El estandarte de la propagación.
   Nichiren Daishonin también dice: «que yo haya sido el primero en revelar, como estandarte de la propagación del Sutra del loto, este gran mándala» («El verdadero aspecto del Gohonzon », END, pág. 872).
   Hoy, la SGI, con el liderazgo de sus tres presidentes fundadores— Tsunesaburo
Makiguchi, Josei Toda y Daisaku Ikeda—ha abrazado el Gohonzon tal como Nichiren
Daishonin quería— como «estandarte de la propagación» de la enseñanza budista que puede conducir a la humanidad a la paz y la felicidad. Es por eso que los miembros que invocan Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon y se esfuerzan por realizar las actividades de la SGI para propagar la Ley con el espíritu de los tres presidentes, constantemente alcanzan notable crecimiento, beneficios y victoria en la vida.