Unos años después de la primera invocación a los 32 años en 1253, Nichiren Daishonin se trasladó a Kamakura.
En esa ciudad se encontraba la sede del gobierno (“sogunato”), y esta carta fue dirigida a un oficial que servía en el tribunal militar.
Para ese entonces, muchos creyentes ya habían abrazado la fe en la enseñanza de Nichiren, incluyendo a Shijo Kingo, los hermanos Ikegami, Kudo Yoshitaka, entre otros.
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Toki Jonin
En cuanto a Toki Jonin, abrazó la fe alrededor de 1254 y fue un firme seguidor del Daishonin durante toda su vida.
Tanto él como su esposa recibieron unas treinta cartas; entre otras, “Sobre el logro de la Budeidad en esta existencia”, “Carta desde Sado” y “El verdadero objeto de veneración”.
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Puntos Clave
1)Superando los sufrimientos de la vida y la muerte
“Si desea liberarse de los sufrimientos del nacimiento y de la muerte que ha venido soportando a lo largo de la eternidad y lograr la iluminación suprema en esta existencia, debe percibir la verdad mística que siempre ha existido dentro de su vida".
Esta verdad es Myoho-renge-kyo. Por ende, invocar Myoho-renge-kyo, le permitirá captar la verdad mística en su interior” […]
“Nacer y morir que ha padecido desde el tiempo sin comienzo” significa la repetición eterna de la vida y la muerte. Este proceso de dejar de existir y de volver a existir o reencarnación, no tiene ni principio ni fin, es interminable.
En la tradición budista “nacer y morir” o “la vida y la muerte” son sinónimos del sufrimiento.
En la repetición interminable de nacer y morir, uno nació en esta existencia como un ser humano y si uno quiere tomar esta gran oportunidad para detener el ciclo interminable de sufrir y lograr la misma suprema Iluminación del buda, entonces, dice el Daishonin, uno debe percibir “la verdad mística que es originalmente inherente en todos los seres vivientes“ y que para ello debe invocar Myoho-rengue-kyo.
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La verdad mística, originalmente inherente en todos los seres vivientes, significa la verdad maravillosa que existe en toda vida.
Un buda es una persona que ha logrado la Iluminación por darse cuenta que en la raíz de su vida existe esta Ley.
En otras palabras, lo que da surgimiento a un buda—es decir, la semilla de la Budeidad— es esta verdad mística.
Sin embargo, en este pasaje, el Daishonin dice algo extraordinario: “en esta existencia presente, como ser humano común, cualquier persona puede percibir la verdad mística inherente en todas las personas, dentro de sus propias vidas, liberándonos así, nosotros mismos, de los sufrimientos de la vida y de la muerte.
Esta aseveración es asombrosa. Lo que en la mayoría de las religiones está reservado solo para personas especiales es lo que cada uno de nosotros puede tener en esta existencia presente.
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El significado de Myoho-renge-kyo
El Daishonin identifica a esta verdad mística, inherente en todos los seres vivientes, como Myoho-renge-kyo y que cuando uno invoca su nombre, es lo mismo que percibir esa verdad mística inherente en toda vida.
Shakyamuni percibió la Ley Mística mediante su sabiduría y trató de enseñarles a sus discípulos la práctica para lograr dicha sabiduría.
Cuando esta verdad mística se activa en la vida humana se convierte en la existencia de la Budeidad.
El poder ilimitado de la Ley Mística comienza a funcionar, sin obstrucciones e irrestrictamente, manifestándose a sí misma como las diversas cualidades o puntos fuertes de un ser humano.
Ciertamente, Nam-myoho-renge-kyo es el maravilloso nombre de la Ley Mística. Es el sonido o palabra que puede, libremente, hacer surgir el poder de la Ley Mística.
Sin embargo, hay que resaltar que lo que detiene usualmente la manifestación del poder de la Ley Mística es nuestra propia ilusión o ignorancia, es decir, la Oscuridad Fundamental.
La Oscuridad Fundamental es la ignorancia primordial de la Ley Mística.
Debido a esta ignorancia la vida cae en estado de confusión, bajo la influencia de sus impulsos oscuros, conduciéndonos así hacia la infelicidad. En otras palabras, en la raíz de todo sufrimiento y dolor yace la Oscuridad Fundamental.
Por esta razón, cuando despertamos a la Ley Mística se despeja esta Oscuridad Fundamental.
Aunque todas las personas son entidades de la Ley Mística y están dotadas originalmente de la Budeidad, a menos que luchen contra las oscuras nubes de la ignorancia, su Budeidad no se manifestará.
Invocar simplemente Nam-myoho-renge-kyo, como si se tratase de un encantamiento mágico, no nos permitirá manifestar nuestra Budeidad innata. Debe haber un elemento de espíritu de lucha en nuestra práctica.
Myoho-renge-kyo expresa la Ley fundamental del Universo. La grandeza del Budismo de Nichiren yace en crear esta vía: invocar su nombre.
Sin embargo, el practicante que invoca ha de ganar la lucha interior contra la Oscuridad Fundamental, su propia confusión interior, y ha de tener lugar dentro de su corazón. La descripción de esta lucha interior es fe.
Si perdemos fe o confianza, nuestra convicción en nuestra felicidad, en nuestra Budeidad, en lograr el kosen-rufu, sucumbiremos ante los obstáculos que se nos presenten en nuestra vida. Si nos retiramos antes de enfrentarlos, entonces esto ya es una señal de derrota.
En otras palabras, la base de invocar Nam-myoho-renge-kyo es la confianza.
Hay dos aspectos en cuanto a invocar Nam-myoho-renge-kyo: la fe y la práctica.
Al invocar Nam-myoho-renge-kyo, la fe es un factor crucial.
Y físicamente invocar Nam-myoho-renge-kyo al Gohonzon es el aspecto “práctico” de invocar.
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2) Mi vida es un entidad de la Ley Mística
“Sin embargo, aun cuando usted invoque Myoho-renge-kyo y crea en él, si piensa que la Ley se encuentra fuera de usted mismo, no está abrazando la Ley Mística, sino cualquier otra enseñanza inferior.
El Presidente Ikeda comenta lo siguiente: ND nos está urgiendo a decidir y creer en que nosotros mismos somos entidades de Myoho-renge-kyo.
“Yo soy Myoho-rengue-kyo”, así ha de decidirlo cada quién.
El Presidente Ikeda dice aquí: depende de usted, quién hace que su vida sea una sola con la Ley Mística.
Era esto lo que estaba en el corazón del Daishonin cuando enseñó Myoho-renge-kyo. Esto es el Budismo de Nichiren La base de todo esto es Myoho-renge-kyo (El Mundo de Nichiren Daishonin, Living Buddhism, septiembre de 2002, Pág. 11).
3) La naturaleza de nuestra vida
“Usted nunca debe pensar que alguna de las Ochenta Mil Enseñanzas sagradas expuestas por el buda Shakyamuni durante su existencia, ni que alguno de los budas y bodhisattvas de las Diez Direcciones y de las Tres Existencias está fuera de usted mismo.
Una de las siete parábolas del Sutra del Loto es la de la joya en la túnica: un hombre pobre visita la casa de su amigo, se emborracha con vino y se queda dormido.
Su amigo debe irse en un viaje de negocios. Preocupado por el hombre pobre, antes de partir, le cose una joya preciosa en el forro de la túnica.
El hombre pobre finalmente se va, viaja por muchos territorios, sufriendo gran pobreza, inconsciente del gesto generoso de su amigo. (Véase The Lotus Sutra, págs. 150-151.)
Muchas personas van por la vida sin dirección, y sin saber de la existencia de la ilimitada fuente de tesoros que existe en su interior.
Las personas buscan la Ley en todos lados menos en donde realmente existe —dentro de su propia vida— es por eso que sufren.
El tratado de T’ien-t’ai “La Gran Concentración y Percepción” explica que: “Aunque estudian el Budismo, su concepción no difiere de la de los no budistas” (“WND”, Pág. 4).
Además, a menudo las personas invocan Nam myoho-renge-kyo como si se estuvieran quejando.
Pero si invocamos daimoku llenos de quejas, el beneficio será mínimo.
Invoquemos siempre con gran convicción de que definitivamente vamos a concretar beneficios y de que alcanzaremos la victoria sin falta. Invocar de ese modo es invocar el “daimoku de lucha” que Nichiren nos enseñó.