UN CAMBIO GENUINO EN LA SOCIEDAD COMIENZA CON LA "REVOLUCION HUMANA"
David Woodger, Reino Unido
David Woodger, 43 años, conferencista del Departamento de Educación Profesional y Comunitaria en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres, y líder de la División de Caballeros de la SGI del Reino Unido, está activamente comprometido en los esfuerzos por mejorar la vida diaria y las oportunidades educativas de la minoritaria comunidad negra de Londres.
Habiendo crecido como un indio británico, y siendo él mismo una víctima de la discriminación racial en la sociedad británica, David habla acerca de la manera en que su práctica budista le ayudó a transformar su ira y resentimiento profundos en una vida feliz dedicada a batallar contra la verdadera causa del racismo.
David sentía pesadez en su corazón cada vez que era insultado e intimidado en la escuela y en el vecindario, "¿Por qué tengo que pasar por esto?"… se preguntaba a sí mismo.
David nació de padres indios pero debido a que ellos no podían criarlo, cuando tenía tres meses fue colocado en adopción. "Mis padres ingleses, quienes eran blancos, me criaron con mucho amor y cariño. Sin embargo, cuando comencé a ir a la escuela primaria, comencé a darme cuenta de que era diferente a los demás. Era considerado y tratado de manera distinta". Cuando ingresó en la escuela secundaria, fue víctima de constantes prejuicios sociales –sus compañeros continuaron acosándolo y maltratándolo verbalmente. Su angustia se intensificó. David, se preguntaba, "¿Por qué tengo que afrontar tanta hostilidad? ¿Y por qué me estoy sintiendo y viviendo como un extraño?". Pero no encontraba respuesta alguna. Después de graduarse en la universidad, comenzó a trabajar para una organización no gubernamental comprometida con la discriminación racial hacia los desplazados. Se concentró en su trabajo como un activista social en la comunidad negra, pero, sin importar cuánto se esforzara, no podía encontrar la manera para cambiar los prejuicios raciales profundamente arraigados. "¿Qué más se supone que debo hacer?", se desesperaba. Lleno de una profunda antipatía hacia la sociedad, mientras tanto, David sufría por la humillación y una sensación de impotencia por los escasos cambios que ocasionaban sus incansables esfuerzos contra las autoridades. Fue por ese entonces que David se encontró en el trabajo con un superior que compartió con él un diferente punto de vista sobre el problema del racismo.
Su punto de vista era que aun cuando las minorías raciales habían sido consideradas como instigadoras de disturbios en el Reino Unido y muchos eran desempleados, no eran totalmente culpables.
También dijo que el racismo era una señal de la decadencia social y reflejaba las actitudes exclusivistas y los sentimientos de los funcionarios locales hacia las minorías. Él continuó, "Sea que alguien pertenezca a una minoría o represente una autoridad, lo que se requiere es una transformación interior y un cambio en la estructura mental. Eso es lo que originará un cambio genuino en la sociedad".
David estaba estupefacto. Estas eran palabras que no esperaba escuchar de una persona "blanca". Conforme continuaba su diálogo, comenzó a comprender que él había estado concentrado en tratar de cambiar el sistema y las actitudes de la sociedad en general, lo que era sólo una manifestación superficial de un problema más profundo.
Varios meses después, se enteró de que su superior en el trabajo era miembro de la SGI y que practicaba el budismo de Nichiren. Un día, a sugerencia de esa persona, David trató de entonar Nam-myoho-renge-kyo. "Nunca olvidaré lo que ocurrió cuando entoné por primera vez. Todas las emociones y sentimientos contenidos que había venido reprimiendo desde su infancia brotaron. No podía contener mis lágrimas. Me sentí liberado de la ira que había guardado dentro de mí hacia mis padres biológicos y el odio hacia la sociedad.
Conforme continué entonando comencé a desear ser la clase de activista que podía sentir sincera empatía hacia aquellos que han experimentado el mismo sufrimiento por el que yo había atravesado".
En 1994, tomó la decisión de ingresar a la SGI. Poco después, encontró un artículo en una publicación de la SGI del Reino Unido que se refería al encuentro del presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, y Nelson Mandela, alguien a quien David tenía en muy alta estima.
En su diálogo, el señor Ikeda mencionaba a Nichiren, quien había nacido en la casta más baja de la sociedad japonesa y, por lo tanto, también estaba del lado de los "marginados". A pesar del prestigio que hubiese podido ganar como un sacerdote educado, Nichiren dedicó su vida intrépidamente en representación de las personas comunes para establecer una filosofía de vida enraizada en el más profundo respeto por la vida.
David también quedó profundamente conmovido al enterarse de que durante sus 27 años de prisión, Mandela había leído una obra del señor Ikeda. Esto lo inspiró para leer con avidez los escritos del señor Ikeda y abrazó completamente la práctica del budismo de Nichiren, incluyendo la participación en las actividades locales de la SGI.
Fue en junio de 1994 cuando David se encontró por primera vez con el presidente Ikeda, quien estaba visitando Taplow Court (el Centro de la SGI del Reino Unido, ubicado en las afueras de Londres).
A David se le pidió que colaborara con el personal de apoyo durante su estadía. Todavía nuevo en la SGI, David no sabía mucho acerca del líder de la organización, pero presenciando la interacción del señor Ikeda con los miembros locales, él recuerda que pensó, "Esta es la clase de persona en la que puedo confiar y con la que puedo trabajar".
Conforme David continuaba su práctica budista, su enfoque para abordar los diversos temas que afrontaba la comunidad negra comenzó a cambiar. Antes, se llenaba de odio y lanzaba su ira contra los perpetradores de cualquier discriminación racial, después que comenzara a entonar diariamente, aprendió a ser más tolerante y a optar por el diálogo tenaz y paciente, en lugar de la confrontación.
Este cambio dio sus frutos. "Los mismos funcionarios superiores del gobierno local y las organizaciones contra las que yo había estado luchando ahora eran compañeros míos en los esfuerzos por el mejoramiento de la sociedad.
Pudimos colaborar en proyectos y obtener el apoyo del gobierno para implementar proyectos y desarrollos en la comunidad negra y, lo más importante, para alentar a los profesionales blancos de las organizaciones públicas a reflexionar sobre sus prácticas y servicios a los negros y las comunidades de las minorías raciales".
En el otoño de 1997, David participó en un curso de capacitación de la SGI en Tokio, Japón, donde pudo asistir a una reunión con el presidente Ikeda una vez más. En esta ocasión, pudo informar acerca de los avances que había logrado en su trabajo.
"Escuchando el discurso del señor Ikeda, me sentí inspirado por la manera en que él enfatiza la importancia de comprometerse en diálogos que lleguen al corazón de las personas y a la educación que forja a la gente que trabaja por el mejoramiento de la sociedad. Yo tomé la firme resolución de seguir los pasos de mi mentor para llegar a más personas y elevar la conciencia, con el fin de abolir la discriminación racial en el Reino Unido. Entoné para ser capaz de abrir nuevos caminos en mi trabajo en el campo de la educación".
Un año después, le pidieron a David que diera una charla sobre racismo en la Universidad de Londres. Él habló sin reservas, acerca de sus dolorosas experiencias propias de ser discriminado desde su infancia y de su trabajo en la comunidad negra, tratando las causas del racismo en las instituciones públicas. Los estudiantes y profesores ganaron mucho de su conferencia y la universidad le ofreció un trabajo como conferencista en el Departamento de Educación Profesional y Comunitaria en el Goldsmith College.
"Yo les dije que me sentía profundamente honrado por su oferta pero que tenía que continuar mi trabajo en la primera fila de la sociedad". La respuesta de la universidad fue "¡Por supuesto!".
David fue contratado bajo circunstancias excepcionales. Su experiencia práctica con la discriminación racial se refleja en sus conferencias y documentos de investigación, que han ganado una amplia aprobación.
Estos documentos fueron publicados por varios boletines académicos del Reino Unido. Uno de ellos, titulado "Institutional Racism: Holding up a Mirror to Health Practitioners and Managers", fue publicado en EURODIV Papers de la Fondazione Eni Enrico Mattei (FEEM), que comenta sobre la diversidad cultural en Europa.
Cuando los terroristas bombardearon el centro de Londres, en julio de 2005, la comunidad islámica local se convirtió en el blanco de duras críticas y de una irracional intolerancia. David continuó visitando a sus amigos y conocidos de la comunidad islámica y fortaleció con ellos su amistad y confianza.
Como una evidencia mayor de sus sinceros diálogos, David introdujo a cinco personas al budismo de Nichiren en 2006.
Él se siente especialmente gratificado porque su sobrina haya comenzado a practicar.
"Finalmente, quiero compartir las tres alegrías que estoy saboreando hoy.
Una es la alegría de haber encontrado una filosofía de vida que, ciertamente, está profundizando la causa de la paz mundial.
La segunda es haber podido transformar mi destino de tener que sufrir la discriminación racial por una misión para erradicarla.
La tercera es la alegría de haber podido encontrar al presidente de la SGI Ikeda, a quien considero mi mentor y de quien he aprendido tanto acerca de la ‘revolución humana’, el proceso de la transformación interior que se manifiesta como un cambio positivo en el medio ambiente".
[Adaptado de un artículo aparecido en la edición del 8 de enero de 2007 del Seikyo Shimbun, Soka Gakkai, Japón]
http://www.sgispanish.org/budismo/practica-budista/experiencias/reino_unido.html
David Woodger, 43 años, conferencista del Departamento de Educación Profesional y Comunitaria en el Goldsmiths College de la Universidad de Londres, y líder de la División de Caballeros de la SGI del Reino Unido, está activamente comprometido en los esfuerzos por mejorar la vida diaria y las oportunidades educativas de la minoritaria comunidad negra de Londres.
Habiendo crecido como un indio británico, y siendo él mismo una víctima de la discriminación racial en la sociedad británica, David habla acerca de la manera en que su práctica budista le ayudó a transformar su ira y resentimiento profundos en una vida feliz dedicada a batallar contra la verdadera causa del racismo.
David sentía pesadez en su corazón cada vez que era insultado e intimidado en la escuela y en el vecindario, "¿Por qué tengo que pasar por esto?"… se preguntaba a sí mismo.
David nació de padres indios pero debido a que ellos no podían criarlo, cuando tenía tres meses fue colocado en adopción. "Mis padres ingleses, quienes eran blancos, me criaron con mucho amor y cariño. Sin embargo, cuando comencé a ir a la escuela primaria, comencé a darme cuenta de que era diferente a los demás. Era considerado y tratado de manera distinta". Cuando ingresó en la escuela secundaria, fue víctima de constantes prejuicios sociales –sus compañeros continuaron acosándolo y maltratándolo verbalmente. Su angustia se intensificó. David, se preguntaba, "¿Por qué tengo que afrontar tanta hostilidad? ¿Y por qué me estoy sintiendo y viviendo como un extraño?". Pero no encontraba respuesta alguna. Después de graduarse en la universidad, comenzó a trabajar para una organización no gubernamental comprometida con la discriminación racial hacia los desplazados. Se concentró en su trabajo como un activista social en la comunidad negra, pero, sin importar cuánto se esforzara, no podía encontrar la manera para cambiar los prejuicios raciales profundamente arraigados. "¿Qué más se supone que debo hacer?", se desesperaba. Lleno de una profunda antipatía hacia la sociedad, mientras tanto, David sufría por la humillación y una sensación de impotencia por los escasos cambios que ocasionaban sus incansables esfuerzos contra las autoridades. Fue por ese entonces que David se encontró en el trabajo con un superior que compartió con él un diferente punto de vista sobre el problema del racismo.
Su punto de vista era que aun cuando las minorías raciales habían sido consideradas como instigadoras de disturbios en el Reino Unido y muchos eran desempleados, no eran totalmente culpables.
También dijo que el racismo era una señal de la decadencia social y reflejaba las actitudes exclusivistas y los sentimientos de los funcionarios locales hacia las minorías. Él continuó, "Sea que alguien pertenezca a una minoría o represente una autoridad, lo que se requiere es una transformación interior y un cambio en la estructura mental. Eso es lo que originará un cambio genuino en la sociedad".
David estaba estupefacto. Estas eran palabras que no esperaba escuchar de una persona "blanca". Conforme continuaba su diálogo, comenzó a comprender que él había estado concentrado en tratar de cambiar el sistema y las actitudes de la sociedad en general, lo que era sólo una manifestación superficial de un problema más profundo.
Varios meses después, se enteró de que su superior en el trabajo era miembro de la SGI y que practicaba el budismo de Nichiren. Un día, a sugerencia de esa persona, David trató de entonar Nam-myoho-renge-kyo. "Nunca olvidaré lo que ocurrió cuando entoné por primera vez. Todas las emociones y sentimientos contenidos que había venido reprimiendo desde su infancia brotaron. No podía contener mis lágrimas. Me sentí liberado de la ira que había guardado dentro de mí hacia mis padres biológicos y el odio hacia la sociedad.
Conforme continué entonando comencé a desear ser la clase de activista que podía sentir sincera empatía hacia aquellos que han experimentado el mismo sufrimiento por el que yo había atravesado".
En 1994, tomó la decisión de ingresar a la SGI. Poco después, encontró un artículo en una publicación de la SGI del Reino Unido que se refería al encuentro del presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, y Nelson Mandela, alguien a quien David tenía en muy alta estima.
En su diálogo, el señor Ikeda mencionaba a Nichiren, quien había nacido en la casta más baja de la sociedad japonesa y, por lo tanto, también estaba del lado de los "marginados". A pesar del prestigio que hubiese podido ganar como un sacerdote educado, Nichiren dedicó su vida intrépidamente en representación de las personas comunes para establecer una filosofía de vida enraizada en el más profundo respeto por la vida.
David también quedó profundamente conmovido al enterarse de que durante sus 27 años de prisión, Mandela había leído una obra del señor Ikeda. Esto lo inspiró para leer con avidez los escritos del señor Ikeda y abrazó completamente la práctica del budismo de Nichiren, incluyendo la participación en las actividades locales de la SGI.
Fue en junio de 1994 cuando David se encontró por primera vez con el presidente Ikeda, quien estaba visitando Taplow Court (el Centro de la SGI del Reino Unido, ubicado en las afueras de Londres).
A David se le pidió que colaborara con el personal de apoyo durante su estadía. Todavía nuevo en la SGI, David no sabía mucho acerca del líder de la organización, pero presenciando la interacción del señor Ikeda con los miembros locales, él recuerda que pensó, "Esta es la clase de persona en la que puedo confiar y con la que puedo trabajar".
Conforme David continuaba su práctica budista, su enfoque para abordar los diversos temas que afrontaba la comunidad negra comenzó a cambiar. Antes, se llenaba de odio y lanzaba su ira contra los perpetradores de cualquier discriminación racial, después que comenzara a entonar diariamente, aprendió a ser más tolerante y a optar por el diálogo tenaz y paciente, en lugar de la confrontación.
Este cambio dio sus frutos. "Los mismos funcionarios superiores del gobierno local y las organizaciones contra las que yo había estado luchando ahora eran compañeros míos en los esfuerzos por el mejoramiento de la sociedad.
Pudimos colaborar en proyectos y obtener el apoyo del gobierno para implementar proyectos y desarrollos en la comunidad negra y, lo más importante, para alentar a los profesionales blancos de las organizaciones públicas a reflexionar sobre sus prácticas y servicios a los negros y las comunidades de las minorías raciales".
En el otoño de 1997, David participó en un curso de capacitación de la SGI en Tokio, Japón, donde pudo asistir a una reunión con el presidente Ikeda una vez más. En esta ocasión, pudo informar acerca de los avances que había logrado en su trabajo.
"Escuchando el discurso del señor Ikeda, me sentí inspirado por la manera en que él enfatiza la importancia de comprometerse en diálogos que lleguen al corazón de las personas y a la educación que forja a la gente que trabaja por el mejoramiento de la sociedad. Yo tomé la firme resolución de seguir los pasos de mi mentor para llegar a más personas y elevar la conciencia, con el fin de abolir la discriminación racial en el Reino Unido. Entoné para ser capaz de abrir nuevos caminos en mi trabajo en el campo de la educación".
Un año después, le pidieron a David que diera una charla sobre racismo en la Universidad de Londres. Él habló sin reservas, acerca de sus dolorosas experiencias propias de ser discriminado desde su infancia y de su trabajo en la comunidad negra, tratando las causas del racismo en las instituciones públicas. Los estudiantes y profesores ganaron mucho de su conferencia y la universidad le ofreció un trabajo como conferencista en el Departamento de Educación Profesional y Comunitaria en el Goldsmith College.
"Yo les dije que me sentía profundamente honrado por su oferta pero que tenía que continuar mi trabajo en la primera fila de la sociedad". La respuesta de la universidad fue "¡Por supuesto!".
David fue contratado bajo circunstancias excepcionales. Su experiencia práctica con la discriminación racial se refleja en sus conferencias y documentos de investigación, que han ganado una amplia aprobación.
Estos documentos fueron publicados por varios boletines académicos del Reino Unido. Uno de ellos, titulado "Institutional Racism: Holding up a Mirror to Health Practitioners and Managers", fue publicado en EURODIV Papers de la Fondazione Eni Enrico Mattei (FEEM), que comenta sobre la diversidad cultural en Europa.
Cuando los terroristas bombardearon el centro de Londres, en julio de 2005, la comunidad islámica local se convirtió en el blanco de duras críticas y de una irracional intolerancia. David continuó visitando a sus amigos y conocidos de la comunidad islámica y fortaleció con ellos su amistad y confianza.
Como una evidencia mayor de sus sinceros diálogos, David introdujo a cinco personas al budismo de Nichiren en 2006.
Él se siente especialmente gratificado porque su sobrina haya comenzado a practicar.
"Finalmente, quiero compartir las tres alegrías que estoy saboreando hoy.
Una es la alegría de haber encontrado una filosofía de vida que, ciertamente, está profundizando la causa de la paz mundial.
La segunda es haber podido transformar mi destino de tener que sufrir la discriminación racial por una misión para erradicarla.
La tercera es la alegría de haber podido encontrar al presidente de la SGI Ikeda, a quien considero mi mentor y de quien he aprendido tanto acerca de la ‘revolución humana’, el proceso de la transformación interior que se manifiesta como un cambio positivo en el medio ambiente".
[Adaptado de un artículo aparecido en la edición del 8 de enero de 2007 del Seikyo Shimbun, Soka Gakkai, Japón]
http://www.sgispanish.org/budismo/practica-budista/experiencias/reino_unido.html