HOY LO HARE MEJOR QUE AYER.
Alguien lo hará...
A diario nos encontramos con situaciones que no nos gustan, con detalles con los que no estamos de acuerdo y que querríamos cambiar.
Aparentemente, es mucho más cómodo no esforzarse y dejar que sean otros quienes carguen con todas nuestras responsabilidades, pero si adoptamos esta actitud de dejadez, al final no se hace nada, no se cambia la situación y continuamos dejándonos invadir por la queja y el desánimo, una espiral interminable que podríamos romper si adoptamos la postura de “¡yo lo haré!!!
Está claro que vivimos en sociedad y por ello creemos que las cosas que aparentemente podemos hacer solos son insustanciales. Sin embargo, no es del todo así y una persona puede variar el curso de cualquier acontecimiento. Si cuando estamos en grupo nos dejamos llevar por la “marea” que parece que nos arrastra y “obedecemos” con inercia sin hacer uso de la sabiduría o de nuestra voz de alerta, podemos acabar en un puerto que no era el elegido.
O todo lo contrario, si somos la primera persona que se levanta contra una situación injusta cortando de raíz la negatividad, diciendo la verdad sin miedo, y alentando a otras personas a la reflexión y al diálogo, podemos ser los protagonistas de una historia que tenga un final feliz.
Además, como de lo que se trata en la vida es de elegir por uno mismo, por qué no optar por hacer brillar todo nuestro potencial venciendo cualquier apatía. Si aunamos energías y “jugamos en equipo” con una actitud de hacerlo lo mejor posible, y colocándonos en la avanzadilla sin importarnos el “qué dirán” o cómo actúan los otros, multiplicaremos los resultados y finalmente lograremos objetivos que no hubiésemos imaginado.
HOY LO HARÉ MEJOR QUE AYER
La Ley Mística se manifiesta en nuestra vida sólo cuando libramos una gran contienda por propia iniciativa. Experimentamos la fusión entre la realidad y la sabiduría cuando trabajamos para cumplir nuestra misión. ¡Ardiendo con la certeza de saber que somos Bodhisattvas de la Tierra y que somos Budas!
Sabiduría del Sutra del Loto III, pág 71.
Una de las campañas de la Dirección General de Tránsito dice “no podemos conducir por ti” para incidir en que al final, evitar los accidentes depende de uno y que responsabilizarse en conducir bien es algo que debe hacer cada persona. Esto podría extrapolarse a tantas cosas en la vida... Podemos alentar a una persona a que sea feliz, se supere, saque coraje y tenga esperanza, pero difícilmente podemos “obligarla” a hacerlo. De su predisposición dependerá que dé un paso o se quede tal y como está, que decida reaccionar y cambiar ciertas cosas o permanezca inmóvil.
Frecuentemente, cuando se presentan dificultades o encontramos en nuestro ambiente aspectos que no nos gustan caemos en una actitud derrotista, de queja y resignación: las cosas son así y no puedo cambiarlas. En cambio, se trata de una oportunidad de desafío personal para levantarnos solos, con nuestra propia determinación y mejorar el entorno.
La Historia nos da múltiples ejemplos de personas que cambiaron radicalmente las sociedades en las que vivían. La premio Nobel de la Paz Wangari Maathai(1), el Mahatma Gandhi(2), Martin Luther King(3), Rosa Parks(4), Daisaku Ikeda(5)… Son personas extraordinarias, no porque estén hechas de una pasta especial, sino por lo que hicieron de extraordinario, mostrando decisión y coraje, y no dejándose vencer por ningún obstáculo.
No obstante, “levantarse solo” no implica que no pidamos ayuda cuando así lo necesitemos y que nos apoyemos en compañeros y amigos para lograr objetivos comunes, sino que seamos plenamente conscientes de que nosotros podemos cambiar las circunstancias que nos rodean con nuestro propio cambio, esforzándonos con determinación para conseguirlo.
ELEGIR EL KARMA APROPIADO
En ocasiones, tenemos la sensación de que en la rifa de la vida hay una gran trampa y que a nosotros nos ha tocado lo peor. Fantaseamos con la idea de que “si hubiésemos podido elegir, estaríamos en otra parte, con otra gente, en otras circunstancias”, y así interminablemente...
Por el contrario, también podemos experimentar que el lugar donde hemos nacido, donde vivimos, trabajamos, luchamos y amamos, es la mejor tierra y que afortunadamente nos ha tocado vivir en un lugar donde podemos representar un gran papel.
De cómo veamos la realidad dependerá nuestra felicidad y de cuánto comprendamos que estemos donde estemos podemos desplegar nuestra red de valores humanos, dependerá la victoria en la vida. Las enseñanzas budistas del Daishonin hablan de que podemos “elegir” nacer en una tierra o en otra, lo que se define como “crear deliberadamente el karma apropiado”, es decir, poder ver el lugar donde estamos y las circunstancias en las que vivimos como “el suelo donde enraizar nuestra misión como seres humanos”. (Sabiduría del Sutra del Loto).
No seremos nosotros quienes alentemos desde aquí a “elegir el camino más largo” pero sí a “optar” por aquellas situaciones en las que poder desarrollar nuestras cualidades como seres humanos: la compasión, la misericordia, el coraje, la esperanza... Allí donde surja la oportunidad de acercarnos a los demás y de llevar a cabo una misión noble: sacar felicidad y alentar a que los otros hagan lo mismo.
Elegir el karma apropiado es, entonces, despertar la misión que reposa dentro de nosotros, sacarle el máximo partido para que ese potencial se haga realidad en nuestras vidas y poder gozar de la esencia que hay en uno mismo, que es el de desarrollar nuestra misión en la vida.
Cuando uno, con sus circunstancias, es capaz de sentir una gran alegría y va directo a vencer en todo momento cada obstáculo que se presenta, ya está despertando ese karma apropiado, ya está en el sendero de la búsqueda de uno mismo, haciéndose consciente de superaciones, rompiendo límites, barreras, siempre dirigiendo los pasos de frente para avanzar, cambiar. Estamos transformándonos a nosotros mismos y a nuestras creencias más profundas acerca de la naturaleza de la vida.
GOSHO
“Al principio, sólo yo, Nichiren, invoqué Nam-myoho-rengue-kyo. Pero luego siguieron dos, tres y cien más, que lo recitaron y enseñaron a otros. Así, de este mismo modo, se llevará a cabo la expansión en el futuro”.
EL VERDADERO ASPECTO DE TODOS LOS FENOMENOS.
COMIENZA UNO Y LO SIGUEN UN MILLÓN
En este escrito, Nichiren Daishonin nos presenta la fórmula eterna para el logro de la paz mundial y revela su gran convicción en que se logrará sin falta. Al principio, Nichiren Daishonin invocó daimoku él solo, por primera vez, y poco después fue seguido por dos, tres y cien personas hasta la actualidad, en que su budismo se practica en 190 países y territorios de todo el globo.
Cualquier acontecimiento relevante comienza con un solo individuo que “despierta a su misión” y luego, poco a poco, es apoyado por más personas. Como acabamos de ver, el budismo de Nichiren no es una excepción: él fue el primero que proclamó que Nam-myoho-rengue-kyo era la Ley Mística.
Más tarde, a principios del siglo XX, un humilde maestro, Tsunesaburo Makiguchi, creó la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valor) al levantarse por propia decisión y empezar a invocar, sentando así las bases de una organización mundial que promueve la paz y el respeto por la vida humana.
Su sucesor, el presidente Toda, también fue un pionero: tras salir de la cárcel(6) (donde permaneció junto a su mentor Makiguchi) comenzó a reconstruir la derrumbada Soka Kyoiku Gakkai, y le cambió el nombre a Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valor). Además, expresó su convicción de que, a través de la práctica budista y de una transformación motivada en el interior del individuo, o “revolución humana”(7), todas las personas podrían cambiar su destino para bien.
Finalmente, el actual presidente, Daisaku Ikeda, fue el primero que comenzó a difundir este budismo más allá de las fronteras del Japón siguiendo los deseos de su mentor, y ha sostenido y sostiene diálogos con líderes políticos, culturales e intelectuales de todo el mundo, convencido de que el diálogo sincero puede tener un efecto profundo en el pensamiento de las personas y abrir el camino para el entendimiento entre los pueblos.
Como vemos, la historia de Soka Gakkai es una historia de pioneros, de personas que se determinaron a dar el primer paso en este movimiento por la paz mundial.
La primera persona que se levanta sola es importante, es la fuente del futuro desarrollo. El fragmento del Gosho arriba citado, “Al principio, sólo yo, Nichiren” se refiere a este espíritu de levantarse solo, tomando la responsabilidad de lograr la paz mundial en nuestro respectivo campo de acción. En nuestra mano está aceptar el desafío.
1) Activista política y ecologista keniana que en 2004 recibió el Premio Nobel de la Paz por “sus contribuciones al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz“.
2) Pensador y político indio; rechazaba la lucha armada y predicaba la no violencia como medio para resistir al dominio británico.
3) Activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos, condecorado con el Premio Nobel de la Paz. Organizó y llevó a cabo marchas por el derecho al voto, la no discriminación, y otros derechos civiles básicos.
4) Figura importante del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, principalmente por haberse negado a ceder el asiento a un blanco como dictaba la ley de la época (1955) en el sur de los Estados Unidos. La acción concluyó con su encarcelamiento.
5) Presidente de la Soka Gakkai Internacional, filósofo budista, escritor prolífico y poeta laureado, reconocido como uno de los mayores intérpretes del budismo. Su labor ha sido comparada incluso con pacifistas como Gandhi y Martin Luther King.
6) Toda y Makiguchi fueron arrestados por oponerse a las políticas del gobierno militarista durante la Segunda Guerra Mundial
7) Término utilizado por el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, para describir un proceso fundamental de transformación interior por el cual rompemos los grilletes de nuestro “pequeño yo”, atado por el interés propio y el ego, creciendo en altruismo hacia un “gran yo”.
http://www.sgi-es.org/civglobal/dialogo_oct07.pdf
A diario nos encontramos con situaciones que no nos gustan, con detalles con los que no estamos de acuerdo y que querríamos cambiar.
Aparentemente, es mucho más cómodo no esforzarse y dejar que sean otros quienes carguen con todas nuestras responsabilidades, pero si adoptamos esta actitud de dejadez, al final no se hace nada, no se cambia la situación y continuamos dejándonos invadir por la queja y el desánimo, una espiral interminable que podríamos romper si adoptamos la postura de “¡yo lo haré!!!
Está claro que vivimos en sociedad y por ello creemos que las cosas que aparentemente podemos hacer solos son insustanciales. Sin embargo, no es del todo así y una persona puede variar el curso de cualquier acontecimiento. Si cuando estamos en grupo nos dejamos llevar por la “marea” que parece que nos arrastra y “obedecemos” con inercia sin hacer uso de la sabiduría o de nuestra voz de alerta, podemos acabar en un puerto que no era el elegido.
O todo lo contrario, si somos la primera persona que se levanta contra una situación injusta cortando de raíz la negatividad, diciendo la verdad sin miedo, y alentando a otras personas a la reflexión y al diálogo, podemos ser los protagonistas de una historia que tenga un final feliz.
Además, como de lo que se trata en la vida es de elegir por uno mismo, por qué no optar por hacer brillar todo nuestro potencial venciendo cualquier apatía. Si aunamos energías y “jugamos en equipo” con una actitud de hacerlo lo mejor posible, y colocándonos en la avanzadilla sin importarnos el “qué dirán” o cómo actúan los otros, multiplicaremos los resultados y finalmente lograremos objetivos que no hubiésemos imaginado.
HOY LO HARÉ MEJOR QUE AYER
La Ley Mística se manifiesta en nuestra vida sólo cuando libramos una gran contienda por propia iniciativa. Experimentamos la fusión entre la realidad y la sabiduría cuando trabajamos para cumplir nuestra misión. ¡Ardiendo con la certeza de saber que somos Bodhisattvas de la Tierra y que somos Budas!
Sabiduría del Sutra del Loto III, pág 71.
Una de las campañas de la Dirección General de Tránsito dice “no podemos conducir por ti” para incidir en que al final, evitar los accidentes depende de uno y que responsabilizarse en conducir bien es algo que debe hacer cada persona. Esto podría extrapolarse a tantas cosas en la vida... Podemos alentar a una persona a que sea feliz, se supere, saque coraje y tenga esperanza, pero difícilmente podemos “obligarla” a hacerlo. De su predisposición dependerá que dé un paso o se quede tal y como está, que decida reaccionar y cambiar ciertas cosas o permanezca inmóvil.
Frecuentemente, cuando se presentan dificultades o encontramos en nuestro ambiente aspectos que no nos gustan caemos en una actitud derrotista, de queja y resignación: las cosas son así y no puedo cambiarlas. En cambio, se trata de una oportunidad de desafío personal para levantarnos solos, con nuestra propia determinación y mejorar el entorno.
La Historia nos da múltiples ejemplos de personas que cambiaron radicalmente las sociedades en las que vivían. La premio Nobel de la Paz Wangari Maathai(1), el Mahatma Gandhi(2), Martin Luther King(3), Rosa Parks(4), Daisaku Ikeda(5)… Son personas extraordinarias, no porque estén hechas de una pasta especial, sino por lo que hicieron de extraordinario, mostrando decisión y coraje, y no dejándose vencer por ningún obstáculo.
No obstante, “levantarse solo” no implica que no pidamos ayuda cuando así lo necesitemos y que nos apoyemos en compañeros y amigos para lograr objetivos comunes, sino que seamos plenamente conscientes de que nosotros podemos cambiar las circunstancias que nos rodean con nuestro propio cambio, esforzándonos con determinación para conseguirlo.
ELEGIR EL KARMA APROPIADO
En ocasiones, tenemos la sensación de que en la rifa de la vida hay una gran trampa y que a nosotros nos ha tocado lo peor. Fantaseamos con la idea de que “si hubiésemos podido elegir, estaríamos en otra parte, con otra gente, en otras circunstancias”, y así interminablemente...
Por el contrario, también podemos experimentar que el lugar donde hemos nacido, donde vivimos, trabajamos, luchamos y amamos, es la mejor tierra y que afortunadamente nos ha tocado vivir en un lugar donde podemos representar un gran papel.
De cómo veamos la realidad dependerá nuestra felicidad y de cuánto comprendamos que estemos donde estemos podemos desplegar nuestra red de valores humanos, dependerá la victoria en la vida. Las enseñanzas budistas del Daishonin hablan de que podemos “elegir” nacer en una tierra o en otra, lo que se define como “crear deliberadamente el karma apropiado”, es decir, poder ver el lugar donde estamos y las circunstancias en las que vivimos como “el suelo donde enraizar nuestra misión como seres humanos”. (Sabiduría del Sutra del Loto).
No seremos nosotros quienes alentemos desde aquí a “elegir el camino más largo” pero sí a “optar” por aquellas situaciones en las que poder desarrollar nuestras cualidades como seres humanos: la compasión, la misericordia, el coraje, la esperanza... Allí donde surja la oportunidad de acercarnos a los demás y de llevar a cabo una misión noble: sacar felicidad y alentar a que los otros hagan lo mismo.
Elegir el karma apropiado es, entonces, despertar la misión que reposa dentro de nosotros, sacarle el máximo partido para que ese potencial se haga realidad en nuestras vidas y poder gozar de la esencia que hay en uno mismo, que es el de desarrollar nuestra misión en la vida.
Cuando uno, con sus circunstancias, es capaz de sentir una gran alegría y va directo a vencer en todo momento cada obstáculo que se presenta, ya está despertando ese karma apropiado, ya está en el sendero de la búsqueda de uno mismo, haciéndose consciente de superaciones, rompiendo límites, barreras, siempre dirigiendo los pasos de frente para avanzar, cambiar. Estamos transformándonos a nosotros mismos y a nuestras creencias más profundas acerca de la naturaleza de la vida.
GOSHO
“Al principio, sólo yo, Nichiren, invoqué Nam-myoho-rengue-kyo. Pero luego siguieron dos, tres y cien más, que lo recitaron y enseñaron a otros. Así, de este mismo modo, se llevará a cabo la expansión en el futuro”.
EL VERDADERO ASPECTO DE TODOS LOS FENOMENOS.
COMIENZA UNO Y LO SIGUEN UN MILLÓN
En este escrito, Nichiren Daishonin nos presenta la fórmula eterna para el logro de la paz mundial y revela su gran convicción en que se logrará sin falta. Al principio, Nichiren Daishonin invocó daimoku él solo, por primera vez, y poco después fue seguido por dos, tres y cien personas hasta la actualidad, en que su budismo se practica en 190 países y territorios de todo el globo.
Cualquier acontecimiento relevante comienza con un solo individuo que “despierta a su misión” y luego, poco a poco, es apoyado por más personas. Como acabamos de ver, el budismo de Nichiren no es una excepción: él fue el primero que proclamó que Nam-myoho-rengue-kyo era la Ley Mística.
Más tarde, a principios del siglo XX, un humilde maestro, Tsunesaburo Makiguchi, creó la Soka Kyoiku Gakkai (Sociedad Educativa para la Creación de Valor) al levantarse por propia decisión y empezar a invocar, sentando así las bases de una organización mundial que promueve la paz y el respeto por la vida humana.
Su sucesor, el presidente Toda, también fue un pionero: tras salir de la cárcel(6) (donde permaneció junto a su mentor Makiguchi) comenzó a reconstruir la derrumbada Soka Kyoiku Gakkai, y le cambió el nombre a Soka Gakkai (Sociedad para la Creación de Valor). Además, expresó su convicción de que, a través de la práctica budista y de una transformación motivada en el interior del individuo, o “revolución humana”(7), todas las personas podrían cambiar su destino para bien.
Finalmente, el actual presidente, Daisaku Ikeda, fue el primero que comenzó a difundir este budismo más allá de las fronteras del Japón siguiendo los deseos de su mentor, y ha sostenido y sostiene diálogos con líderes políticos, culturales e intelectuales de todo el mundo, convencido de que el diálogo sincero puede tener un efecto profundo en el pensamiento de las personas y abrir el camino para el entendimiento entre los pueblos.
Como vemos, la historia de Soka Gakkai es una historia de pioneros, de personas que se determinaron a dar el primer paso en este movimiento por la paz mundial.
La primera persona que se levanta sola es importante, es la fuente del futuro desarrollo. El fragmento del Gosho arriba citado, “Al principio, sólo yo, Nichiren” se refiere a este espíritu de levantarse solo, tomando la responsabilidad de lograr la paz mundial en nuestro respectivo campo de acción. En nuestra mano está aceptar el desafío.
1) Activista política y ecologista keniana que en 2004 recibió el Premio Nobel de la Paz por “sus contribuciones al desarrollo sostenible, a la democracia y a la paz“.
2) Pensador y político indio; rechazaba la lucha armada y predicaba la no violencia como medio para resistir al dominio británico.
3) Activista del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos para los afroamericanos, condecorado con el Premio Nobel de la Paz. Organizó y llevó a cabo marchas por el derecho al voto, la no discriminación, y otros derechos civiles básicos.
4) Figura importante del Movimiento por los Derechos Civiles en Estados Unidos, principalmente por haberse negado a ceder el asiento a un blanco como dictaba la ley de la época (1955) en el sur de los Estados Unidos. La acción concluyó con su encarcelamiento.
5) Presidente de la Soka Gakkai Internacional, filósofo budista, escritor prolífico y poeta laureado, reconocido como uno de los mayores intérpretes del budismo. Su labor ha sido comparada incluso con pacifistas como Gandhi y Martin Luther King.
6) Toda y Makiguchi fueron arrestados por oponerse a las políticas del gobierno militarista durante la Segunda Guerra Mundial
7) Término utilizado por el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, para describir un proceso fundamental de transformación interior por el cual rompemos los grilletes de nuestro “pequeño yo”, atado por el interés propio y el ego, creciendo en altruismo hacia un “gran yo”.
http://www.sgi-es.org/civglobal/dialogo_oct07.pdf