DESPUÉS DE UNA TEMPESTAD, VIENE SIEMPRE LA BONANZA. Por Tatiane Yumi China, Vice coordinadora de la DFJ de la CCSP.
Brasil Seikyo 23 de octubre 2010 #2056.
Traducción de keiko shimazaki.
“ Quienes creen en el Sutra del Loto son como el invierno. Después del invierno, siempre llega la primavera. Nunca, nadie escuchó decir que el invierno se haya transformado en otoño. Ni nunca oímos decir que un practicante del Sutra del Loto se haya convertido en una persona común.” (WND, pag. 536)
Esta es una frase famosa del Buda Nichiren Daishonin que nosotros la conocemos muy bien. Es común oír esta frase en los relatos de experiencias de nuestros compañeros. Es una frase excepcional, extraordinaria.
Mi duda es si conseguimos, de hecho, tener la certeza de que la primavera vendrá cuando estamos en medio de un riguroso invierno, sumergidos en un mar de sufrimientos, cuando la esperanza parece no existir más y todos parecen estar en contra. Exageré? Tengo certeza que no.
La vida es un gran misterio. Principalmente para nosotras, mujeres, que ahora nos levantamos felices de la vida y en otra hora de un mal humor incontrolable y ay! de quien esté delante de mí, y, lo peor, ni sabemos el por qué sentimos todo eso. Que cosa más rara, no? Bromas a parte, la verdad es que la vida es realmente un misterio, nuca sabremos lo que nos espera.
La pregunta es: “ ¿Tengo fe en el Gohonzon, en el maestro y en las enseñanzas budista de que todo sucederá para mi propio bien y desarrollo?”. El secreto, creo yo, está en el fuerte ichinen (determinación). Cuando tenemos en el corazón una fuerte y palpitante relación con el Gohonzon, el budismo y el Maestro, conseguimos entender todo y cualquier invierno que tendremos que pasar.
Cierta vez, el segundo presidente de la Soka Gakkai, Josei Toda, observó sabiamente: “ Los obstáculos existen para probar y forjarnos, así como un profesor de judo que derrumba a los alumnos para hacer que ellos sean más fuertes.
Si enfrentan cada obstáculo listo para confrontarlos con la determinación de vencer, conseguirán superar las más desafiantes dificultades”. Y continuó: “ El budismo de Nichiren Daishonin garantiza que las personas que más sufren se tornen las más felices.
Espero que todos ustedes demuestren de forma alegre y positiva en su vida la prueba real de que el invierno siempre se transforma en primavera”. (Brasil Sikyo #1846 3 de Junio del 2006).
Oí también de un gran veterano algo que nunca más olvidé: que no existe transformación en medio de la tranquilidad, o sea, no hay forma de llegar a la bella y florida primavera sin haber pasado por el duro, frío y cruel invierno.
Es en el momento de mayor sufrimiento, duda y dolor, que reside la gran oportunidad de transformar el mal karma por la raíz e iniciar la bella revolución humana.
Pero, desafortunadamente, muchas veces perdemos esa oportunidad lamentando la situación y dudando de la grandiosa Ley. Por eso, como dije anteriormente, el secreto está en el fuerte ichinen en el Gohonzon y en el Maestro.
Digo esto, pero sé muy bien que en la vida real no es así de fácil, y más yo, llorona de la forma que soy. Pero es ahí cuando entran nuestros veteranos y amigos de la Soka Gakkai, que están siempre a nuestro lado ayudándonos a comprender mejor las fases de nuestra preciosa vida.
Mi padre, por ejemplo, cuando me ve llorando, siempre me dice la misma frase: “Esta niña llorando de nuevo?! ¿ No crees en tu daimoku? Yo creo en mi daimoku. Entonces, basta de llorar ya!”.
Les hago la misma pregunta. Crees o no en tu Daimoku, en el Gohonzon, en el Maestro? Porque si realmente crees y hace tu parte en esta historia, la primavera no solo vendrá, sino que permanecerá para siempre florida en tu corazón.
Cuando cada uno haga que la fragante flor de la victoria florezca en la propia vida, ciertamente llegará la primavera de la esperanza.