Mensaje del Presidente de la SGI Daisaku Ikeda, en conmemoración del octogésimo aniversario de la Fundación de la Soka Gakkai.
Mis amados camaradas de la SGI, permítanme felicitarlos a todos, en estas jornadas de festejo dedicadas a celebrar el 80º Aniversario de la Soka Gakkai.
Aquí, desde la sede central de nuestra organización, mi esposa y yo estamos pensando en cada uno de ustedes e imaginando sus rostros felices y sonrientes, en cada reunión donde se encuentran festejando este histórico día.
En una carta escrita durante la Persecución de Atsuhara y dirigida a todos aquellos seguidores que, pese a la represión del gobierno, seguían practicando la fe sin retroceder, Nichiren Daishonin escribe:Cada uno de ustedes debe armarse del coraje de un león rey y jamás sucumbir a las amenazas de nadie. El rey león no teme a las demás bestias, ni tampoco lo hacen sus cachorros.
Los que actúan contra le Ley son como zorros que chillan, pero los seguidores de Nichiren son como leones que rugen.Los primeros ochenta años de historia de la Soka Gakkai son un fiel reflejo de este noble espíritu.
Nuestra organización comenzó sus actividades el 18 de noviembre de 1930, a partir de la iniciativa de dos personas: el presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi y su discípulo Josei Toda.
Catorce años después, el 18 de noviembre de 1944, el presidente Makiguchi moría en la cárcel como prisionero de conciencia, víctima de la represión impuesta por las autoridades militaristas del Japón, que habían coartado la libertad de culto.
El señor Toda, preso al igual que su mentor, sobrevivió a los rigores del encarcelamiento y, tras recuperar la libertad, dedicó su vida a reconstruir la Soka Gakkai.
Años después, me confió a mí, el futuro de la organización como sucesor de su obra, y declaró, poco antes de morir (en abril de 1958): «El kosen-rufu sin falta podrá lograrse, mientras haya un joven, aunque sea uno solo, dispuesto a dedicarle la vida entera».
En la época contemporánea, fue la dedicación abnegada de los tres primeros presidentes, unidos por profundos lazos de maestro y discípulo, y consagrados por entero a la propagación de la Ley, lo que revivió el legado de amor compasivo y bravura que dejó Nichiren Daishonin, y lo que restableció en los tiempos modernos su compromiso con la iluminación de la gente común.
La esencia del budismo de Nichiren Daishonin comenzó a fluir vibrantemente gracias a la incomparable relación de maestro y discípulo que palpita en la SGI.
Hoy, nuestro movimiento se ha extendido a ciento noventa y dos países y territorios del mundo; esta proeza, sin duda alguna, llenaría de dicha y de júbilo a los presidentes Makiguchi y Toda.
En el budismo, la alternativa es triunfar o ser vencidos. En este contexto, el Daishonin escribe: «Fortalezcan su fe día tras día y mes tras mes. Si su determinación flaquea tan sólo un instante, las funciones demoníacas sacarán ventaja».
Espero... que todos nuestros miembros ponderen seriamente estas palabras, hagan surgir una poderosa fe y, junto a mí, escriban una historia de oro, una historia de heroísmo que honre su existencia en este mundo, mientras trabajan por la felicidad de sus semejantes, por el kosen-rufu y por la sociedad, y procuran al mismo tiempo su dicha personal.
Estamos viviendo un periodo de cambios impredecibles y, a menudo, turbulentos. La vida es una sucesión ininterrumpida de contiendas. Es posible que algunos de ustedes se estén debatiendo con circunstancias difíciles y complejas, ya sea en su hogar o en su lugar de trabajo.
Sin embargo, la práctica de este budismo de Nichiren Daishonin permite a las personas transformar su karma y convertir el veneno en remedio. En la vida de los que están esforzándose seriamente en la fe, cada cosa que ocurre tiene un profundo sentido.
Cuando el Daishonin sufrió una persecución que casi le costó la vida y terminó siendo desterrado a la inhóspita isla de Sado, escribió que ese acontecimiento posiblemente lo había salvado de morir en las trifulcas armadas que, poco después, se produjeron en Kamakura (donde él habría tenido que estar, si no hubiera marchado al exilio).
Aunque nos veamos ante alguna desventura imprevista, el Daishonin nos asegura con plena convicción: «Los grandes desastres sin falta de convierten en inmensa fortuna».
Los que mantengan la fe en su práctica budista con continuidad serán los que, al final, obtengan la victoria.
Todos ustedes están esforzándose por el kosen-rufu y trabajando por la paz mundial, basados en los ideales humanísticos del budismo de Nichiren Daishonin.
Son todos personas increíblemente valiosas y dignas de supremo respeto; tienen asegurada la protección de todos los budas y bodhisattvas, y de todas las fuerzas positivas del universo corporificadas en el Gohonzon.
Es más, la buena fortuna y los beneficios que ustedes acumularán mediante la fe, inexorablemente, se transmitirán a sus familiares y seres queridos, así como a sus descendientes de las generaciones futuras, contribuyendo a la felicidad y a la prosperidad de todos ellos.
Así como incontables bodhisattvas surgieron de la tierra en el Sutra del Loto y, con su dignidad majestuosa, dejaron pasmada de admiración a la asamblea, hoy está surgiendo en todo el mundo una corriente cada vez más grandes de jóvenes Bodhisattvas de la Tierra.
Así como la corriente de un río caudaloso nutre la tierra a su paso, la segunda fase el kosen-rufu mundial está avanzando a ritmo firme, constante y seguro.
Nichiren Daishonin escribe:Los que se conviertan en discípulos y seguidores laicos de Nichiren deberán comprender los profundos lazos kármicos que comparten con él y propagar el Sutra del Loto de la misma manera que él lo hacer.
Ser conocido como devoto del Sutra del Loto es un destino amargo, pero inevitable.Todos los que actúan en pro del kosen-rufu con esta conciencia y este grado de compromiso (sea cual fuere su edad, sus circunstancias o el lugar donde estén) comparten con el Daishonin una relación así de profunda, y poseen una misión de sublime nobleza.
Con un daimoku poderoso, valentía incondicional y vitalidad juvenil, ¡iniciemos juntos una marcha renovada y enérgica hacia el próximo «Año de los valores humanos y del desarrollo dinámico», y hacia el victorioso centenario de la Soka Gakkai, en el 2030!
Mi esposa y yo estamos orando cada día con devoción sincera y ferviente por la buena salud, la larga vida y la felicidad de todos nuestros amados miembros de la SGI del mundo.
¡Cuídense, por favor, y sigan bien!
Kaneko Ikeda
Daisaku Ikeda
En conmemoración del 18 de noviembre de 2010
Aquí, desde la sede central de nuestra organización, mi esposa y yo estamos pensando en cada uno de ustedes e imaginando sus rostros felices y sonrientes, en cada reunión donde se encuentran festejando este histórico día.
En una carta escrita durante la Persecución de Atsuhara y dirigida a todos aquellos seguidores que, pese a la represión del gobierno, seguían practicando la fe sin retroceder, Nichiren Daishonin escribe:Cada uno de ustedes debe armarse del coraje de un león rey y jamás sucumbir a las amenazas de nadie. El rey león no teme a las demás bestias, ni tampoco lo hacen sus cachorros.
Los que actúan contra le Ley son como zorros que chillan, pero los seguidores de Nichiren son como leones que rugen.Los primeros ochenta años de historia de la Soka Gakkai son un fiel reflejo de este noble espíritu.
Nuestra organización comenzó sus actividades el 18 de noviembre de 1930, a partir de la iniciativa de dos personas: el presidente fundador Tsunesaburo Makiguchi y su discípulo Josei Toda.
Catorce años después, el 18 de noviembre de 1944, el presidente Makiguchi moría en la cárcel como prisionero de conciencia, víctima de la represión impuesta por las autoridades militaristas del Japón, que habían coartado la libertad de culto.
El señor Toda, preso al igual que su mentor, sobrevivió a los rigores del encarcelamiento y, tras recuperar la libertad, dedicó su vida a reconstruir la Soka Gakkai.
Años después, me confió a mí, el futuro de la organización como sucesor de su obra, y declaró, poco antes de morir (en abril de 1958): «El kosen-rufu sin falta podrá lograrse, mientras haya un joven, aunque sea uno solo, dispuesto a dedicarle la vida entera».
En la época contemporánea, fue la dedicación abnegada de los tres primeros presidentes, unidos por profundos lazos de maestro y discípulo, y consagrados por entero a la propagación de la Ley, lo que revivió el legado de amor compasivo y bravura que dejó Nichiren Daishonin, y lo que restableció en los tiempos modernos su compromiso con la iluminación de la gente común.
La esencia del budismo de Nichiren Daishonin comenzó a fluir vibrantemente gracias a la incomparable relación de maestro y discípulo que palpita en la SGI.
Hoy, nuestro movimiento se ha extendido a ciento noventa y dos países y territorios del mundo; esta proeza, sin duda alguna, llenaría de dicha y de júbilo a los presidentes Makiguchi y Toda.
En el budismo, la alternativa es triunfar o ser vencidos. En este contexto, el Daishonin escribe: «Fortalezcan su fe día tras día y mes tras mes. Si su determinación flaquea tan sólo un instante, las funciones demoníacas sacarán ventaja».
Espero... que todos nuestros miembros ponderen seriamente estas palabras, hagan surgir una poderosa fe y, junto a mí, escriban una historia de oro, una historia de heroísmo que honre su existencia en este mundo, mientras trabajan por la felicidad de sus semejantes, por el kosen-rufu y por la sociedad, y procuran al mismo tiempo su dicha personal.
Estamos viviendo un periodo de cambios impredecibles y, a menudo, turbulentos. La vida es una sucesión ininterrumpida de contiendas. Es posible que algunos de ustedes se estén debatiendo con circunstancias difíciles y complejas, ya sea en su hogar o en su lugar de trabajo.
Sin embargo, la práctica de este budismo de Nichiren Daishonin permite a las personas transformar su karma y convertir el veneno en remedio. En la vida de los que están esforzándose seriamente en la fe, cada cosa que ocurre tiene un profundo sentido.
Cuando el Daishonin sufrió una persecución que casi le costó la vida y terminó siendo desterrado a la inhóspita isla de Sado, escribió que ese acontecimiento posiblemente lo había salvado de morir en las trifulcas armadas que, poco después, se produjeron en Kamakura (donde él habría tenido que estar, si no hubiera marchado al exilio).
Aunque nos veamos ante alguna desventura imprevista, el Daishonin nos asegura con plena convicción: «Los grandes desastres sin falta de convierten en inmensa fortuna».
Los que mantengan la fe en su práctica budista con continuidad serán los que, al final, obtengan la victoria.
Todos ustedes están esforzándose por el kosen-rufu y trabajando por la paz mundial, basados en los ideales humanísticos del budismo de Nichiren Daishonin.
Son todos personas increíblemente valiosas y dignas de supremo respeto; tienen asegurada la protección de todos los budas y bodhisattvas, y de todas las fuerzas positivas del universo corporificadas en el Gohonzon.
Es más, la buena fortuna y los beneficios que ustedes acumularán mediante la fe, inexorablemente, se transmitirán a sus familiares y seres queridos, así como a sus descendientes de las generaciones futuras, contribuyendo a la felicidad y a la prosperidad de todos ellos.
Así como incontables bodhisattvas surgieron de la tierra en el Sutra del Loto y, con su dignidad majestuosa, dejaron pasmada de admiración a la asamblea, hoy está surgiendo en todo el mundo una corriente cada vez más grandes de jóvenes Bodhisattvas de la Tierra.
Así como la corriente de un río caudaloso nutre la tierra a su paso, la segunda fase el kosen-rufu mundial está avanzando a ritmo firme, constante y seguro.
Nichiren Daishonin escribe:Los que se conviertan en discípulos y seguidores laicos de Nichiren deberán comprender los profundos lazos kármicos que comparten con él y propagar el Sutra del Loto de la misma manera que él lo hacer.
Ser conocido como devoto del Sutra del Loto es un destino amargo, pero inevitable.Todos los que actúan en pro del kosen-rufu con esta conciencia y este grado de compromiso (sea cual fuere su edad, sus circunstancias o el lugar donde estén) comparten con el Daishonin una relación así de profunda, y poseen una misión de sublime nobleza.
Con un daimoku poderoso, valentía incondicional y vitalidad juvenil, ¡iniciemos juntos una marcha renovada y enérgica hacia el próximo «Año de los valores humanos y del desarrollo dinámico», y hacia el victorioso centenario de la Soka Gakkai, en el 2030!
Mi esposa y yo estamos orando cada día con devoción sincera y ferviente por la buena salud, la larga vida y la felicidad de todos nuestros amados miembros de la SGI del mundo.
¡Cuídense, por favor, y sigan bien!
Kaneko Ikeda
Daisaku Ikeda
En conmemoración del 18 de noviembre de 2010