PARA LAS REUNIONES DE QUIENES SE INICIAN EN EL BUDISMO. 4) DUDAS HABITUALES DE QUIENES SE INICIAN EN LA PRACTICA (PREGUNTAS Y RESPUESTAS).
1) ¿Qué es más importante al invocar daimoku: calidad o cantidad?
Un billete de cien pesos vale más que uno de diez. Esto, si se quiere, se relaciona con la «calidad». Naturalmente, la mayoría de la gente preferiría tener un billete de cien que uno de diez. En la fe, es muy importante dirigir una oración sincera y poderosa. ¡Pero, por supuesto, mucho mejor aún es tener muchos billetes de cien! Así que, en lo que concierne a la oración, cuentan tanto la cantidad como la calidad.
Practicamos el Budismo para poder ser felices. Entonces, lo importante es que a cada uno le quede un sentimiento de profunda satisfacción luego de invocar daimoku. No hay reglas ni recetas sobre la cantidad de horas que hay que dedicar a la oración. A veces es útil ponerse un objetivo diario, pero cuando uno está cansado o se está durmiendo, y no se entiende ni el daimoku que sale de sus labios, lo mejor es dejar ahí e irse a dormir. Con las fuerzas repuestas, uno podrá orar con mucha mayor energía y concentración a la mañana siguiente; esto es mucho más productivo. Cuando uno hace daimoku, es importante la postura alerta, sincera y concentrada; no está bien orar en forma dispersa o somnolienta.
Lo esencial es que nuestro propio daimoku nos deje satisfechos y con una sensación refrescante. Cuando uno fortalece esta vivencia día tras día, naturalmente encauza su vida en la dirección más positiva.
2) ¿Qué debe tener en cuenta para instalar el altar una persona que está por recibir Gohonzon?
El Gohonzon es la entidad de la vida de Nichiren Daishonin, el Buda Verdadero de los Últimos Días de la Ley. Recibirlo es como darle la bienvenida al Buda en su hogar, de modo que usted querrá ubicarlo en un lugar que sea el más apropiado para que se siente el Buda.
El altar budista o butsudan, es la casa del Gohonzon, la fuente de la felicidad y prosperidad para Ud. y su familia, de ahora en delante. Trate de adquirir (o construir) uno que sea la expresión adecuada de su sincero sentimiento hacia el Gohonzon. Sin embargo, no hay necesidad de que sea extravagante o gaste más de lo que sus medios le permitan. A medida que usted comprenda la grandiosidad del Gohonzon naturalmente querrá dignificar el lugar donde está consagrado. En lo que concierne a los accesorios del altar, por lo menos debe tener un florero para las ramas verdes, un quemador de incienso y un candelabro. Además, puede tener una campana, una copa para el agua y un plato para las ofrendas.
3) ¿Por qué ofrecemos al Gohonzon agua, hojas verdes, velas e incienso?
Las ofrendas al Gohonzon son una expresión importante de nuestra fe y no deben descuidarse. Lo más importante al hacer estos ofrecimientos es nuestro deseo de expresar nuestra gratitud al Gohonzon. Limpiar el altar y ofrecer agua fresca cada día, hacer ofrendas de ramas verdes y fruta y encender las velas y quemar incienso mientras hacemos gongyo e invocamos daimoku, son todas ofrendas al Gohonzon y dignifican el lugar donde está consagrado.
El ofrecimiento del agua velas, incienso etc. representa la devoción a los Tres Tesoros: el Buda (Nichiren Daishonin), la Ley (Nam-myoho-renge-kyo) y el Sacerdote (Nikko Shonin). Uno puede utilizar ya sea un par de velas y dos floreros para el verde, o una vela y un florero. La tríada de verde, velas e incienso tiene varios significados simbólicos, incluyendo las Tres Verdades, las Tres Propiedades y los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda. En cuanto a las Tres Verdades, las velas simbolizan la verdad de la no-existencia; lo verde, la verdad de la existencia temporaria, y el incienso, la verdad del Camino Medio. En las Tres Propiedades el incienso representa la propiedad esencial de la vida del Buda, o la propiedad de la Ley; las velas la propiedad espiritual iluminada del Buda o la propiedad de la sabiduría; y lo verde representa la propiedad física iluminada del Buda, o la propiedad de la acción misericordiosa. En los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda, el incienso representa la Budeidad; las velas, la sabiduría para percibirla, y lo verde, la capacidad para formar una relación con el medio ambiente que nos permita manifestarla.
La tradición del ofrecimiento de agua procede de la India, el lugar de nacimiento del Budismo. Como la India es un país caluroso, el agua fue considerada desde tiempos antiguos, como de gran valor, y era costumbre ofrecerla a los invitados. Más tarde llegó a ser ofrecida ante las tumbas y los altares budistas. En la Soka Gakkai, la copa de agua fresca es ofrendada al Gohonzon cotidianamente, antes del gongyo de la mañana, y retirada del altar antes del gongyo de la noche.
4) ¿Cuál es el significado particular de quemar incienso, y cómo debe usarse?
El incienso fue usado tradicionalmente para crear una atmósfera de pureza y fragancia frente al altar budista. El ofrecimiento de fragancias en presencia del Buda es mencionado frecuentemente en muchas escrituras budistas, incluyendo el Sutra del Loto. En la Soka Gakkai, quemamos el incienso frente al altar durante el gongyo de la mañana y de la noche como una expresión de sinceridad hacía el Gohonzon. La clase de incienso más comúnmente usado ahora, fue introducida durante el periodo Edo (1600-1868). Se usa de uno a tres palillos, dependiendo de la medida de su quemador. El palillo de incienso, en otras religiones o escuelas de budismo, se quema en una posición erguida pero es una tradición del budismo de Nichiren Daishonin el poner el palillo de incienso en forma horizontal, con el extremo encendido mirando hacia la izquierda. Esta posición es compatible con el objetivo de crear una atmósfera de tranquilidad delante del altar, y posee al menos dos simbolismos importantes: el primero tiene que ver con que nuestra práctica expresa paridad o igualdad con el Gohonzon: no oramos ni rogamos a un hipotético ser supremo sino a la propia esencia de nuestra vida; otro simbolismo podría ser que, al quemar incienso de manera vertical, cuando caen las cenizas de disgregan o esparcen, mientras que cuando lo quemamos de manera horizontal las cenizas quedan conformando un “colchón” de esas mismas cenizas y de cenizas anteriores. Este simbolismo se relaciona con la Ley de Causalidad, por la cual toda causa produce su efecto y no existe efecto que no provenga de una causa.
5) ¿Por qué se usan las ramas verdes en vez de flores u otras plantas?
Las flores son coloridas y agradables a la vista, pero pronto se marchitan y duran poco. Desde el punto de vista budista, representan la transitoriedad de todo fenómeno (Ley de Impermanencia) y por lo tanto, son juzgadas inapropiadas como ofrendas al Buda eterno cuya enseñanza conduce a todas las personas a la iluminación "por diez mil años y más". Las plantas ofrecidas ante el eterno y supremo Gohonzon deben expresar las virtudes de la eternidad y la pureza: las ramas verdes, entonces, con su perpetua vitalidad, son más apropiadas. En Japón, se usa un arbusto de hojas verdes aromáticas llamado shikimi. Sin embargo, cualquier rama verde cumplirá este propósito.
6) ¿Cuál es el significado y el uso apropiado del juzu (rosario budista)? ¿Es necesario llevarlo consigo todo el tiempo?
La palabra japonesa juzu significa simplemente “un número de cuentas”. También son llamadas nenju. Nen significa meditar o tener en mente. Es decir, que cuando nos enfrentamos al Gohonzon, el juzu nos ayuda a tener en mente los Tres Tesoros. Nichikan Shonin declara en “Los Tres Mantos de esta Escuela” que el juzu es un implemento para ayudar a los mortales comunes en su práctica budista.
El juzu de la Soka Gakkai tiene 112 cuentas excluyendo las que están en las borlas. Estas 112 cuentas representan los 108 deseos mundanos más los cuatro Bodhisattvas de la Tierra (que simbolizan la fortaleza de trabajar, eternamente, por la felicidad de todos los hombres. Estos Cuatro Bodhisattvas representan las Cuatro Virtudes de la vida del Buda: verdadero yo, eternidad, pureza y felicidad). También se dice que estas cuentas reproducen la imagen del cuerpo humano: las tres borlas de la derecha representan la cabeza y los brazos; las dos borlas de la izquierda serían las dos piernas. En el cruce de ambas cuentas, en el medio, se ubicaría el ombligo. Ello significa que, abrazando el Gohonzon y devocionándonos a la invocación de Nam-myoho-renge-kyo podemos transformar nuestras ilusiones y sufrimientos desde el infinito pasado, tal como son, en alegría e iluminación. Cuando lo usamos, la parte con las tres borlas debe colocarse en el dedo mayor de la mano derecha, y la de las dos borlas en el dedo mayor de la mano izquierda, cruzados una vez, en el medio.
Las palmas unidas de las manos representan la fusión entre la realidad (nuestra vida) y la sabiduría (la Ley Mística).
Los cinco dedos de cada mano en contacto serían la posesión mutua de los Diez Estados (ninguno de los Diez Estados existe en forma separada). Debemos tratar de evitar el frotar excesivamente las cuentas durante el gongyo y el daimoku.
Muchas personas llevan sus juzus todo el tiempo, pero no existe una regla fija y rigurosa sobre ello. Uno podría decir que es conveniente en el sentido de que teniéndolo, puede ayudar a elevar su conciencia, orgullo y sentido de responsabilidad como budista. Sin embargo, las circunstancias individuales difieren, y esto es algo que es mejor decidir caso por caso. Como en todo, lo importante es mantener la fe pura en el Gohonzon, y, sobre esa base, decidir qué hacer en cada situación.
7) ¿Cuál es el significado de tocar la campana?
El capitulo Ho (primero) del Sutra del Loto dice: “...dioses y dragones, seres humanos y no humanos, continuamente ofrendan perfume y música”. Hay una mención frecuente en el Sutra del Loto y otras escrituras budistas en cuanto a que la música también fue usada como una ofrenda al Buda.
Similarmente, tocar la campana durante el gongyo sirve para alabar al Buda Verdadero y elevar el corazón con su hermoso sonido. Por lo tanto no debe sonar desagradable, sino de una manera placentera. No hay necesidad de preocuparse demasiado por ello; sólo tenga en mente este punto fundamental. Si usted vive en un departamento o con otras personas, sea cuidadoso de no tocar la campana muy fuerte como para perturbarlos.
En suma, las cuentas del juzu, el altar, el incienso y los demás elementos forman parte del «ritual» y están sujetas a cambios, según la época y el lugar, etc. Lo que nunca cambiará es la naturaleza dual de nuestra práctica: para uno y para los demás. La práctica para uno es hacer daimoku y gongyo con fe, la práctica para los demás implica transmitir a otras personas la Ley Mística.
Un billete de cien pesos vale más que uno de diez. Esto, si se quiere, se relaciona con la «calidad». Naturalmente, la mayoría de la gente preferiría tener un billete de cien que uno de diez. En la fe, es muy importante dirigir una oración sincera y poderosa. ¡Pero, por supuesto, mucho mejor aún es tener muchos billetes de cien! Así que, en lo que concierne a la oración, cuentan tanto la cantidad como la calidad.
Practicamos el Budismo para poder ser felices. Entonces, lo importante es que a cada uno le quede un sentimiento de profunda satisfacción luego de invocar daimoku. No hay reglas ni recetas sobre la cantidad de horas que hay que dedicar a la oración. A veces es útil ponerse un objetivo diario, pero cuando uno está cansado o se está durmiendo, y no se entiende ni el daimoku que sale de sus labios, lo mejor es dejar ahí e irse a dormir. Con las fuerzas repuestas, uno podrá orar con mucha mayor energía y concentración a la mañana siguiente; esto es mucho más productivo. Cuando uno hace daimoku, es importante la postura alerta, sincera y concentrada; no está bien orar en forma dispersa o somnolienta.
Lo esencial es que nuestro propio daimoku nos deje satisfechos y con una sensación refrescante. Cuando uno fortalece esta vivencia día tras día, naturalmente encauza su vida en la dirección más positiva.
2) ¿Qué debe tener en cuenta para instalar el altar una persona que está por recibir Gohonzon?
El Gohonzon es la entidad de la vida de Nichiren Daishonin, el Buda Verdadero de los Últimos Días de la Ley. Recibirlo es como darle la bienvenida al Buda en su hogar, de modo que usted querrá ubicarlo en un lugar que sea el más apropiado para que se siente el Buda.
El altar budista o butsudan, es la casa del Gohonzon, la fuente de la felicidad y prosperidad para Ud. y su familia, de ahora en delante. Trate de adquirir (o construir) uno que sea la expresión adecuada de su sincero sentimiento hacia el Gohonzon. Sin embargo, no hay necesidad de que sea extravagante o gaste más de lo que sus medios le permitan. A medida que usted comprenda la grandiosidad del Gohonzon naturalmente querrá dignificar el lugar donde está consagrado. En lo que concierne a los accesorios del altar, por lo menos debe tener un florero para las ramas verdes, un quemador de incienso y un candelabro. Además, puede tener una campana, una copa para el agua y un plato para las ofrendas.
3) ¿Por qué ofrecemos al Gohonzon agua, hojas verdes, velas e incienso?
Las ofrendas al Gohonzon son una expresión importante de nuestra fe y no deben descuidarse. Lo más importante al hacer estos ofrecimientos es nuestro deseo de expresar nuestra gratitud al Gohonzon. Limpiar el altar y ofrecer agua fresca cada día, hacer ofrendas de ramas verdes y fruta y encender las velas y quemar incienso mientras hacemos gongyo e invocamos daimoku, son todas ofrendas al Gohonzon y dignifican el lugar donde está consagrado.
El ofrecimiento del agua velas, incienso etc. representa la devoción a los Tres Tesoros: el Buda (Nichiren Daishonin), la Ley (Nam-myoho-renge-kyo) y el Sacerdote (Nikko Shonin). Uno puede utilizar ya sea un par de velas y dos floreros para el verde, o una vela y un florero. La tríada de verde, velas e incienso tiene varios significados simbólicos, incluyendo las Tres Verdades, las Tres Propiedades y los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda. En cuanto a las Tres Verdades, las velas simbolizan la verdad de la no-existencia; lo verde, la verdad de la existencia temporaria, y el incienso, la verdad del Camino Medio. En las Tres Propiedades el incienso representa la propiedad esencial de la vida del Buda, o la propiedad de la Ley; las velas la propiedad espiritual iluminada del Buda o la propiedad de la sabiduría; y lo verde representa la propiedad física iluminada del Buda, o la propiedad de la acción misericordiosa. En los Tres Potenciales inherentes a la naturaleza del Buda, el incienso representa la Budeidad; las velas, la sabiduría para percibirla, y lo verde, la capacidad para formar una relación con el medio ambiente que nos permita manifestarla.
La tradición del ofrecimiento de agua procede de la India, el lugar de nacimiento del Budismo. Como la India es un país caluroso, el agua fue considerada desde tiempos antiguos, como de gran valor, y era costumbre ofrecerla a los invitados. Más tarde llegó a ser ofrecida ante las tumbas y los altares budistas. En la Soka Gakkai, la copa de agua fresca es ofrendada al Gohonzon cotidianamente, antes del gongyo de la mañana, y retirada del altar antes del gongyo de la noche.
4) ¿Cuál es el significado particular de quemar incienso, y cómo debe usarse?
El incienso fue usado tradicionalmente para crear una atmósfera de pureza y fragancia frente al altar budista. El ofrecimiento de fragancias en presencia del Buda es mencionado frecuentemente en muchas escrituras budistas, incluyendo el Sutra del Loto. En la Soka Gakkai, quemamos el incienso frente al altar durante el gongyo de la mañana y de la noche como una expresión de sinceridad hacía el Gohonzon. La clase de incienso más comúnmente usado ahora, fue introducida durante el periodo Edo (1600-1868). Se usa de uno a tres palillos, dependiendo de la medida de su quemador. El palillo de incienso, en otras religiones o escuelas de budismo, se quema en una posición erguida pero es una tradición del budismo de Nichiren Daishonin el poner el palillo de incienso en forma horizontal, con el extremo encendido mirando hacia la izquierda. Esta posición es compatible con el objetivo de crear una atmósfera de tranquilidad delante del altar, y posee al menos dos simbolismos importantes: el primero tiene que ver con que nuestra práctica expresa paridad o igualdad con el Gohonzon: no oramos ni rogamos a un hipotético ser supremo sino a la propia esencia de nuestra vida; otro simbolismo podría ser que, al quemar incienso de manera vertical, cuando caen las cenizas de disgregan o esparcen, mientras que cuando lo quemamos de manera horizontal las cenizas quedan conformando un “colchón” de esas mismas cenizas y de cenizas anteriores. Este simbolismo se relaciona con la Ley de Causalidad, por la cual toda causa produce su efecto y no existe efecto que no provenga de una causa.
5) ¿Por qué se usan las ramas verdes en vez de flores u otras plantas?
Las flores son coloridas y agradables a la vista, pero pronto se marchitan y duran poco. Desde el punto de vista budista, representan la transitoriedad de todo fenómeno (Ley de Impermanencia) y por lo tanto, son juzgadas inapropiadas como ofrendas al Buda eterno cuya enseñanza conduce a todas las personas a la iluminación "por diez mil años y más". Las plantas ofrecidas ante el eterno y supremo Gohonzon deben expresar las virtudes de la eternidad y la pureza: las ramas verdes, entonces, con su perpetua vitalidad, son más apropiadas. En Japón, se usa un arbusto de hojas verdes aromáticas llamado shikimi. Sin embargo, cualquier rama verde cumplirá este propósito.
6) ¿Cuál es el significado y el uso apropiado del juzu (rosario budista)? ¿Es necesario llevarlo consigo todo el tiempo?
La palabra japonesa juzu significa simplemente “un número de cuentas”. También son llamadas nenju. Nen significa meditar o tener en mente. Es decir, que cuando nos enfrentamos al Gohonzon, el juzu nos ayuda a tener en mente los Tres Tesoros. Nichikan Shonin declara en “Los Tres Mantos de esta Escuela” que el juzu es un implemento para ayudar a los mortales comunes en su práctica budista.
El juzu de la Soka Gakkai tiene 112 cuentas excluyendo las que están en las borlas. Estas 112 cuentas representan los 108 deseos mundanos más los cuatro Bodhisattvas de la Tierra (que simbolizan la fortaleza de trabajar, eternamente, por la felicidad de todos los hombres. Estos Cuatro Bodhisattvas representan las Cuatro Virtudes de la vida del Buda: verdadero yo, eternidad, pureza y felicidad). También se dice que estas cuentas reproducen la imagen del cuerpo humano: las tres borlas de la derecha representan la cabeza y los brazos; las dos borlas de la izquierda serían las dos piernas. En el cruce de ambas cuentas, en el medio, se ubicaría el ombligo. Ello significa que, abrazando el Gohonzon y devocionándonos a la invocación de Nam-myoho-renge-kyo podemos transformar nuestras ilusiones y sufrimientos desde el infinito pasado, tal como son, en alegría e iluminación. Cuando lo usamos, la parte con las tres borlas debe colocarse en el dedo mayor de la mano derecha, y la de las dos borlas en el dedo mayor de la mano izquierda, cruzados una vez, en el medio.
Las palmas unidas de las manos representan la fusión entre la realidad (nuestra vida) y la sabiduría (la Ley Mística).
Los cinco dedos de cada mano en contacto serían la posesión mutua de los Diez Estados (ninguno de los Diez Estados existe en forma separada). Debemos tratar de evitar el frotar excesivamente las cuentas durante el gongyo y el daimoku.
Muchas personas llevan sus juzus todo el tiempo, pero no existe una regla fija y rigurosa sobre ello. Uno podría decir que es conveniente en el sentido de que teniéndolo, puede ayudar a elevar su conciencia, orgullo y sentido de responsabilidad como budista. Sin embargo, las circunstancias individuales difieren, y esto es algo que es mejor decidir caso por caso. Como en todo, lo importante es mantener la fe pura en el Gohonzon, y, sobre esa base, decidir qué hacer en cada situación.
7) ¿Cuál es el significado de tocar la campana?
El capitulo Ho (primero) del Sutra del Loto dice: “...dioses y dragones, seres humanos y no humanos, continuamente ofrendan perfume y música”. Hay una mención frecuente en el Sutra del Loto y otras escrituras budistas en cuanto a que la música también fue usada como una ofrenda al Buda.
Similarmente, tocar la campana durante el gongyo sirve para alabar al Buda Verdadero y elevar el corazón con su hermoso sonido. Por lo tanto no debe sonar desagradable, sino de una manera placentera. No hay necesidad de preocuparse demasiado por ello; sólo tenga en mente este punto fundamental. Si usted vive en un departamento o con otras personas, sea cuidadoso de no tocar la campana muy fuerte como para perturbarlos.
En suma, las cuentas del juzu, el altar, el incienso y los demás elementos forman parte del «ritual» y están sujetas a cambios, según la época y el lugar, etc. Lo que nunca cambiará es la naturaleza dual de nuestra práctica: para uno y para los demás. La práctica para uno es hacer daimoku y gongyo con fe, la práctica para los demás implica transmitir a otras personas la Ley Mística.