
21. EL ORIGEN DE LA CEREMONIA POR LOS ANCESTROS FALLECIDOS. Respuesta a Shijo Kingo. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Páginas 199/202).

La
ceremonia recordatoria de los ancestros fallecidos tiene su origen en los
afanes del honorable Maudgaiyalyana por salvar a su madre, Shodai-nyo, quien,
debido a su karma de avaricia y de mezquindad, había caído en el estado de las
entidades hambrientas, donde debía permanecer durante quinientas existencias. Sin embargo, [Maudgalyayana] no podía lograr que su madre alcanzara el
estado de Buda, porque él mismo todavía no era devoto del Sutra del loto, y,
por tal razón, no podía conducir ni siquiera a su madre a la Budeidad. Durante
la asamblea del Pico del Águila, que duró ocho años, abrazó la fe en el Sutra
del loto y entonó Nam-myoho-renge-kyo, y llegó a ser el buda Tamalapattra
Fragancia de Sándalo.(1) En ese momento, su madre también logró el estado de
Buda.(2)
Usted preguntó también sobre
las ofrendas a las entidades hambrientas. En el tercer volumen del Sutra del
loto leemos: «Si alguien llegase de una tierra azotada por la hambruna y de
pronto se topase con el fastuoso banquete de un Rey...».(3) Esta frase explica
que los cuatro grandes discípulos que escuchaban la voz,(4) con su capacidad
intermedia, ni siquiera habían oído hablar de la exquisitez de la mantequilla
refinada, pero cuando se expuso este sutra degustaron por primera vez su sabor,
para deleite de su alma, y dieron fin de una vez al hambre que padecía desde
hacía tanto tiempo su corazón. Así pues, cuando realice ofrendas a las
entidades hambrientas, recite ese pasaje del sutra y entone Nam-myoho-renge-kyo
por su reposo.
En general, las entidades
hambrientas se dividen en treinta y seis clases. De todas ellas, las que tienen
forma de caldero son las que no poseen ojos ni boca. Si se pregunta por qué
causa pasada esto es así, la respuesta es que, mientras vivieron en este mundo,
perpetraron robos o ataques contra otras personas al abrigo de la noche. Las
entidades hambrientas que se alimentan de vómito comen lo que los hombres
vomitan. Y el motivo, como en el caso anterior, obedece a que despojaron a las
personas de su alimento. Las entidades hambrientas consumidas por la sed son
aquellas que beben el agua que las personas ofrendan con devoción filial a sus
padres fallecidos. Las entidades hambrientas dotadas de patrimonio (5) son
aquellas que beben agua de los cascos de los caballos. Esto se debe a que,
mientras vivían, escatimaban sus riquezas y escondían sus alimentos. Las
entidades hambrientas desprovistas de bienes (6) son aquellas que, desde su
nacimiento, no han oído hablar siquiera de los alimentos o las bebidas.
Las entidades hambrientas que
devoran la Ley son personas que renuncian al mundo y propagan el budismo, pues
creen que si predican la Ley los hombres las respetarán; pero debido a su
ambición de fama y fortuna, se pasan la vida tratando de demostrar que son
mejores que los demás. No ayudan a otros seres humanos ni tienen el corazón de
salvar a sus padres. A las personas así se las llama «entidades hambrientas que
devoran la Ley» o «entidades hambrientas que utilizan las enseñanzas budistas
para satisfacer sus propios deseos».
Cuando observamos a los
sacerdotes de nuestra época, vemos a algunos que aceptan ofrendas en forma
secreta y las guardan sólo para sí mismos. En el Sufra del nirvana, a estos
sacerdotes se los describe como perros. En su próxima existencia, nacerán como
demonios con cabeza de buey.7 También vemos hombres que, aunque aceptan
ofrendas abiertamente, por su rapacidad nunca las comparten con los demás. En
su próxima existencia, nacerán como demonios con cabeza de caballo.
Del mismo modo, hay creyentes
que no oran por el descanso de sus padres, siendo que estos han caído en el
infierno o se encuentran sufriendo una agonía insoportable en el estado de las
entidades hambrientas o de los animales. Estos creyentes visten prendas
suntuosas y poseen alimentos, ganado, caballos y sirvientes en abundancia, y
disfrutan de la vida a su antojo. ¡Cuánta envidia y resentimiento habrán de
sentir sus padres! Incluso entre los sacerdotes, muy pocos oran por el descanso
de sus padres y maestros en el aniversario de su muerte. Sin duda, las deidades
celestiales del Sol y de la Luna y las deidades terrenales estarán enfurecidas
e indignadas con ellos, al ver su falta de amor filial. Aunque estas personas
posean forma humana, son como animales; podría decirse, también, que son
bestias con cabeza humana.
Cuando pienso que, sin falta,
erradicaré estos impedimentos kármicos y, en el futuro, iré a la tierra pura
del Pico del Aguila, aunque las persecuciones más graves se abatan sobre mí
como la lluvia o se ciernan a mi alrededor como nubes, ni siquiera estas
adversidades me parecen sufrimientos, puesto que son en bien del Sutra del
loto. Quienes han decidido ser discípulos y creyentes de un hombre como
Nichiren —en especial, su difunta madre Myoho, cuyo fallecimiento se conmemora
el duodécimo día de este mes— son devotos del Sutra del loto y son mis
seguidores laicos. ¿Cómo pensar que ella pueda haber caído en el estado de las
entidades hambrientas? Sin duda, ahora está en presencia del buda Shakyamuni,
del buda Muchos Tesoros y de los budas de las diez direcciones. Posiblemente,
todos ellos estén diciendo; «¡Así que esta es la madre de Shijo Kingo!»,
mientras, de común acuerdo, le acarician la cabeza y la elogian con expresiones
de júbilo. Y, con toda certeza, ella estará diciéndole al buda Shakyamuni: «¡Qué
hijo tan espléndido tengo!».
El Sutra del loto afirma: «En
las épocas futuras, los buenos hombres y buenas mujeres que, al escuchar el
capítulo “Devadatta” del Sutra del loto de la Ley prodigiosa, crean en él y lo
veneren con corazón puro y libre de dudas o cuestionamientos, jamás caerán en
el estado de infierno o en el estado de las entidades hambrientas o de las
bestias, sino que nacerán en presencia de los budas de las diez direcciones, y
en el lugar donde nazcan, escucharán constantemente este sutra. Si nacen entre
seres humanos o celestiales, gozarán de un deleite incomparablemente
extraordinario, y si lo hacen en presencia de un buda, nacerán de flores de
loto, por transmutación» (8 y 9). En este pasaje del sutra se encuentra la
frase “buenas mujeres”; si no se refiere a la fallecida Myoho, ¿a quién
entonces podría aplicarse? [El sutra] también señala: «Este sutra es difícil de
mantener; si alguien puede hacerlo, aunque sea por poco tiempo, sin duda me
hará feliz a mí y a los demás budas. La persona capaz de mantener este sutra se
gana la admiración de los budas».(10) Aunque mis elogios a su madre no
signifiquen mucho, el sutra afirma que ella se ha ganado «la admiración de los
budas». Dedíquese sinceramente a la fe, sintiendo siempre en su corazón. ¡Qué
alentador, qué reconfortante!.
Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el duodécimo día del séptimo mes.
Respuesta a Shijo Kingo
ANTECEDENTES
Esta carta fue escrita a Shijo
Kingo el séptimo mes del octavo año de Bun ei (1271). El samurai Shijo Kingo
era uno de los seguidores más firmes de Nichiren Daishonin; había enviado a su
maestro diversos artículos para que él realizara, el duodécimo día del séptimo
mes, una ceremonia en memoria de su madre, fallecida algunos años atrás. Esta
es la respuesta del Daishonin, quien le explica que, en el sentido más
profundo, el solo acto de entonar
Nam-myoho-renge-kyo beneficia a la persona fallecida.
El
servicio en memoria de los ancestros, que se realiza tradicionalmente en el Japón
el decimoquinto día del séptimo mes, es una práctica budista dedicada a los
familiares difuntos. Esta tradición, originada en la China, se basa en la
historia de Maudgalyayana, quien salvó a su madre fallecida, tal como menciona
el “Sutra de la ceremonia por los difuntos”. Los registros indican que dicha
ceremonia se realizó por primera vez en la China en el año 538, y en el Japón,
en 657. Las investigaciones más recientes han determinado que el Sufra de la
ceremonia por los difuntos no se originó en la India, sino en la China, donde
la devoción filial tiene un valor inestimable.
Según una popular creencia
vigente en el período Kamakura de la historia japonesa, quienes eran avaros o
egoístas en vida, sin falta sufrían de hambre en la muerte. En esta carta, el
Daishonin aborda los diversos tipos de entidades hambrientas mencionadas en los
textos budistas y explica las causas —es decir, las faltas cometidas en
existencias pasadas— que los condujeron a adquirir dicha forma física.
El Daishonin expone también la
verdadera motivación de muchos sacerdotes de su época, a quienes llama
«entidades hambrientas que devoran la ley», ya que utilizan las enseñanzas
budistas como medio para obtener fama y beneficio personal. Aunque fingen tener
un deseo sincero de predicar las enseñanzas budistas, su corazón sólo alberga
mezquindad; ocultan las ofrendas que reciben de la gente y se las guardan. El
Daishonin censura también a los budistas —sacerdotes y laicos por igual- que
faltan a su deber de orar por el descanso de sus padres o maestros fallecidos.
NOTAS
1. Este nombre se encuentra en el capítulo sexto del Sutra del loto. La
«asamblea de ocho años» indica aquella en la cual se expuso el Sufra del loto.
2. De acuerdo con el “Sutra de la ceremonia por los difuntos”,
Maudgalyayana trató, sin éxito, de utilizar sus poderes sobrenaturales para
salvar a su madre fallecida. Shodai-nyo, quien sufría en el estado de las
entidades hambrientas. Buscó el consejo de Shakyamuni, quien lo instó a ofrecer
cien clases de alimentos a los monjes, el decimoquinto día del séptimo mes
(último día de retiro de los monjes, que dura tres meses, durante la estación
de lluvias). Maudgalyayana siguió el consejo del Buda, y su madre pudo aliviar
su agonía. Aquí, el Daishonin interpreta la historia a la luz del Sutra del loto
y del daimoku de Nam-myoho-renge-kyo, es decir, la esencia del sutra.
3. Sutra de! loto cap. 6.
4. Maudgalyayana, Mahakashyapa, Katyavana y Subhud.
5. Entidades hambrientas que poseen riquezas, pero rehúsan compartirlas
y viven movidas por el deseo insaciable de obtener más.
6. Entidades hambrientas que no poseen bienes.
7. Según se cree, son seres que, junto con los demonios con cabeza de
caballo, actúan como carceleros del infierno triturador, una de las ocho clases
de infiernos ardientes. Estas dos clases de demonios son descritos como seres
de cuerpo humano y cabeza de buey o caballo.
8. «Nacerán de flores de loto, por transmutación» se refiere a una de
las cuatro formas de nacer. Se cree que los seres que nacen de este modo,
debido a su karma, una vez finalizada su existencia anterior aparecen en forma
repentina, sin intervención de padres ni de ningún otro intermediario. Una
interpretación de este pasaje sería que la Budeidad se logra manifestando la
naturaleza inherente de Buda.
9. Sutra del loto, cap. 12.
10. Ib., cap. 11.