REVOLUCIÓN HUMANA… ¿POR QUÉ TOMARNOS ESA MOLESTIA? Por Greg Martin – SGI-USA.
Llevar a cabo nuestra Revolución Humana no
es fácil. Quien diga lo contrario, probablemente no ha trabajado mucho en ella.
Si en mi primera reunión
de la SGI-USA los miembros me hubieran explicado todo el proceso para llevar a
cabo la transformación interior en mi vida y los esfuerzos que conlleva, quizá
hubiera dicho: "No, gracias; yo paso".
Afortunadamente no lo
hicieron. Me dijeron con mucha convicción: "Ora y obtendrás todo lo que
desees". Algo así como un 'medio hábil'. No obstante, me las he
ingeniado para llevar a cabo un poquito de revolución humana durante estos
años, al mismo tiempo que he estado recibiendo muchos beneficios. Y como se ha
dado, he obtenido todo lo que deseaba, en el más profundo sentido de querer ser
realmente feliz.
En japonés revolución humana se dice Ninguen
Kakumei. Kakumei significa "revolución". Nin significa
"persona" o "personas" y guen significa "entre".
Esto implica que la revolución humana ocurre entre las personas, en nuestra
interacción con los demás. Y desde luego, ésta es el área que nos causa mayor
sufrimiento - las relaciones humanas.
Revolución humana no
significa automáticamente dolor o sufrimiento. La revolución humana es el
emerger de nuestra identidad, a pesar de las circunstancias en nuestro medio
ambiente. Pero las relaciones humanas juegan un papel determinante en nuestro
crecimiento.
Nuestra interrelación
con los demás nos refleja como un espejo el reino interior de nuestra propia
vida. Es aquí donde nuestra falta de sabiduría o compasión se refleja con toda
claridad. Es aquí donde la arrogancia y la cobardía se reflejan en todo su
esplendor. Por esta razón con frecuencia es más fácil evitar la interrelación
con los demás que accionar este lado menos deseable de nuestro carácter.
Podemos haber renunciado
a nuestro empleo o habernos deshecho de relaciones afectivas tantas veces en el
pasado que nos convertimos en desempleados crónicos y solitarios terminales.
Pero evitar los problemas de la interacción es sucumbir a la influencia
negativa de los tres venenos: avaricia, ira y estupidez. Es hundirnos en el
fango de nuestro propio yo inferior. Y eso, no es felicidad.
Hay una escena excelente
de la película "Mejor Imposible" donde Jack Nicholson hace el papel
de un cascarrabias egoísta que se interesa en una mujer mucho menor que él
(Helen Hunt). Se encuentran en una cita, en un restaurante muy bonito en
Baltimore. En un momento en la conversación, ella le exige que deje de hablar
de sí mismo y le haga un cumplido en ese momento o ella se irá de su vida. Este
es un intento de ella para llegarle al corazón, pero Jack nuevamente empieza a
hablar de sus problemas, de su forma de vida, de sus prioridades. Ella se
levanta para irse cuando finalmente él dice: "Tú me haces querer ser una
mejor persona". De momento ella escucha que nuevamente está haciendo
referencia a él mismo, pero entonces se da cuenta del cumplido. Ella ha llegado
a ser tan importante en la vida de él como para hacerlo querer cambiar para no
perderla.
Esa es la motivación
para hacer nuestra revolución humana; cuando decidimos que algo es más
importante que seguir siendo como somos y que queremos mejorar para no
perderlo. En ese momento es cuando hacemos la transición entre una práctica
enfocada en lo que podemos obtener a una práctica enfocada en lo que podemos
llegar a ser.
Para mí la motivación
con frecuencia ha sido el conservar mi matrimonio y el mantener la relación con
mis hijos. Algunas veces es no darme por vencido en la meta del kosen-rufu.
Desde luego, cada persona tiene su propia velocidad para lograr sus deseos, ¡y
esto puede incluir una lista interminable de cosas!, pero cuando encontramos
algo lo suficientemente importante que no queremos perder, cuando podemos decir
quizá por primera vez, que luchar por obtener o por conservar algo o a alguien
me hace querer ser mejor persona, ese es el momento cuando inicia la revolución
humana.
Daisaku Ikeda escribe:
"Las papas están sucias y ásperas cuando se cosechan, pero cuando se ponen
en una palangana con agua corriente y se tallan una contra la otra, la cáscara
se adelgaza dejando las papas limpias y brillantes, listas para cocinarse.
Probablemente no es muy
adecuado comparar a las personas con papas, pero el punto que quiero enfatizar
es que la única forma en que podemos pulir y suavizar nuestro carácter es a
través de nuestra interacción con los demás.
Nuestro yo inferior es
como las papas sucias y ásperas. La palangana es nuestra red de interacción
humana, tanto dentro como fuera de la Soka Gakkai. El agua corriente es nuestra
práctica budista diaria. El chocar de las papas unas con otras describe los
desacuerdos, conflictos y todo lo que sucede aun en las mejores relaciones. La
cáscara que se adelgaza representa el romper la dura coraza de nuestro yo
inferior; el limpiarnos de los tres venenos. Y las papas limpias y brillantes
representan el yo superior, el carácter que desarrollamos durante ese proceso.
Con el lavado continuo del agua corriente de nuestra práctica diaria y
permaneciendo en la palangana (manteniendo nuestro compromiso) manifestaremos
nuestras grandes virtudes.
¿Qué nos impide lograr nuestra revolución
humana y nos obstaculiza el establecer en nuestra vida la felicidad duradera?
Es nuestra falta de
habilidad y nuestra mala voluntad para trascender las diferencias. Como dice
Nichiren Daishonin: "Todos los discípulos y creyentes de Nichiren deben
invocar Nam-myojo-rengue-kyo en unión (itai doshin), trascendiendo todas las
diferencias que pueda haber entre ellos (1), hasta llegar a ser inseparables
como los peces y el agua en que nadan. Este lazo espiritual es la base para la
transmisión universal de la Ley suprema de la vida y la muerte. Aquí yace el
verdadero objetivo de la propagación de Nichiren." (Los principales
escritos de Nichiren Daishonin, Vol. 1, p. 23 y 24)
El verdadero propósito de nuestros esfuerzos
en la propagación (Kosen Rufu), es crear un lazo espiritual entre nosotros, en
el cual las diferencias se minimicen y podamos compartir un anhelo en común.
Este lazo espiritual es la felicidad duradera y trascender nuestras diferencias
es la definición práctica de revolución humana.
La misión en la vida o
las relaciones que significan para nosotros lo suficiente para hacernos desear
ser mejores personas, son determinantes para nuestra revolución y nuestra
felicidad duradera.
NOTAS:
1. Esta frase podría haberse traducido literalmente como "sin
discriminar en absoluto entre el yo y el otro, entre esto o aquello". No
significa una negación de la individualidad, sino una exhortación a acortar las
distancias entre las personas, que surgen del egoísmo y de la desconfianza.