EL PODER DEL GOHONZON, EL PODER DE LA ORACIÓN.
(FRAGMENTO DEL GOSHO "RESPUESTA A KYO'O")
“Crea en este mandala con todo su corazón. Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido del león. Por lo tanto, ¿qué enfermedad puede ser un obstáculo?”
Nichiren claramente expresa su confianza en el poder del Gohonzon. Creer “con todo su corazón” significa que debemos vencer cualquier duda en el Gohonzon, especialmente cuando atravesamos por penalidades. Poseer fe firme en el Gohonzon quiere decir tener fe y convicción en nuestra naturaleza de buda. Es fácil creer en nuestro potencial cuando las cosas marchan bien. Pero cuando nos encontramos frente a obstáculos inesperados, ya sean en el orden de la salud, relaciones personales, financieros, y así por el estilo, nos sentimos inseguros respecto de nuestra fortaleza interior. Este es precisamente el momento en que debemos hacer acopio de nuestra capacidad ilimitada para sobreponernos a cualesquiera problemas que podamos estar enfrentando. Esperanza sin límites proviene de creer en el Gohonzon “con todo su corazón”.
Es importante poder ver los obstáculos por lo que ellos realmente son y retarlos con valentía.
Ello no significa, sin embargo, que vamos a ser dependientes del Gohonzon y ver éste como un escudo que nos va a proteger de los problemas.
El Gohonzon no es una deidad o un talisman que nos resuelve los problemas; Nichiren lo inscribió para que nosotros podamos ver nuestro potencial interior. El Gohonzon es como un espejo claro en el cual podemos ver reflejada nuestra budeidad, la cual existe a pesar de nuestros sufrimientos y confusión. El nos alienta a mantener una actitud positiva y de confianza en nuestra budeidad, en lugar de una relación de dependencia hacia el Gohonzon como una fuerza externa. Nuestra fe en el Gohonzon—en nuestra naturaleza de buda—hará brotar la fortaleza fundamental de la vida que nos permitirá sobreponernos a los problemas.
¿Qué enfermedad puede ser un obstáculo? Aquí, él ratifica que mediante la invocación de Nam-myoho-renge-kyo, podemos sobreponernos a cualquier enfermedad.
Sin embargo, él no dice que las personas que practican budismo no se enfermarán. En tanto que, muchos acuden a Dios o al Buda para que les proteja de la enfermedad u otros sufrimientos, creyendo que estos problemas son la causa de su infelicidad, Nichiren explica que esta no es en realidad la situación. El sufrimiento no tiene su origen en la enfermedad o las dificultades. Mas bien podría decirse que, los sufrimientos cobran forma cuando las personas son derrotadas por la enfermedad u otros obstáculos—cuando pierden la esperanza y el valor.
Es un hecho que ningún estilo de vida puede garantizar una condición libre de enfermedad o accidentes. De allí que, Nichiren promete que ninguna enfermedad debe convertirse en un obstáculo para nuestra felicidad.
Enfermedad en el pasaje citado puede interpretarse no solo como problemas de salud, sino también como otro tipo de dificultades en un sentido amplio y general—problemas con la familia, relaciones humanas, dinero, carrera, etc. Mediante nuestra práctica budista, ningún sufrimiento puede impedirnos el ser felices. Por el contrario, ellos pueden convertirse en el trampolín que nos permitirá cambiar cualquier karma negativo y elevar nuestra condición de vida.
Es una creencia ampliamente difundida que podemos convertirnos en personas felices teniendo buena salud. Desde el punto de vista del Budismo Nichiren, disfrutamos de buena salud porque somos felices.
Podemos ser felices a pesar de la enfermedad, a tal punto que podemos profundizar nuestra fe en nuestra budeidad innata precisamente debido a la enfermedad. Es ampliamente conocido que pacientes al borde la muerte han sido capaces de disfrutar cada segundo de vida que les quedaba, empleando su esperanza para alentar a muchos otros, en tanto ellos mismos, logran aceptar, libres de temores la muerte.
Con fe valerosa en el Gohonzon, el Daishonin enseña que nada puede obstruir nuestra felicidad. Lo único que hace falta es que hagamos propio el rugir del león de Nichiren y oremos con fortaleza al Gohonzon al margen de cualesquiera que sean las circunstancias en que nos encontremos.
“Crea en este mandala con todo su corazón. Nam-myoho-renge-kyo es como el rugido del león. Por lo tanto, ¿qué enfermedad puede ser un obstáculo?”
Nichiren claramente expresa su confianza en el poder del Gohonzon. Creer “con todo su corazón” significa que debemos vencer cualquier duda en el Gohonzon, especialmente cuando atravesamos por penalidades. Poseer fe firme en el Gohonzon quiere decir tener fe y convicción en nuestra naturaleza de buda. Es fácil creer en nuestro potencial cuando las cosas marchan bien. Pero cuando nos encontramos frente a obstáculos inesperados, ya sean en el orden de la salud, relaciones personales, financieros, y así por el estilo, nos sentimos inseguros respecto de nuestra fortaleza interior. Este es precisamente el momento en que debemos hacer acopio de nuestra capacidad ilimitada para sobreponernos a cualesquiera problemas que podamos estar enfrentando. Esperanza sin límites proviene de creer en el Gohonzon “con todo su corazón”.
Es importante poder ver los obstáculos por lo que ellos realmente son y retarlos con valentía.
Ello no significa, sin embargo, que vamos a ser dependientes del Gohonzon y ver éste como un escudo que nos va a proteger de los problemas.
El Gohonzon no es una deidad o un talisman que nos resuelve los problemas; Nichiren lo inscribió para que nosotros podamos ver nuestro potencial interior. El Gohonzon es como un espejo claro en el cual podemos ver reflejada nuestra budeidad, la cual existe a pesar de nuestros sufrimientos y confusión. El nos alienta a mantener una actitud positiva y de confianza en nuestra budeidad, en lugar de una relación de dependencia hacia el Gohonzon como una fuerza externa. Nuestra fe en el Gohonzon—en nuestra naturaleza de buda—hará brotar la fortaleza fundamental de la vida que nos permitirá sobreponernos a los problemas.
¿Qué enfermedad puede ser un obstáculo? Aquí, él ratifica que mediante la invocación de Nam-myoho-renge-kyo, podemos sobreponernos a cualquier enfermedad.
Sin embargo, él no dice que las personas que practican budismo no se enfermarán. En tanto que, muchos acuden a Dios o al Buda para que les proteja de la enfermedad u otros sufrimientos, creyendo que estos problemas son la causa de su infelicidad, Nichiren explica que esta no es en realidad la situación. El sufrimiento no tiene su origen en la enfermedad o las dificultades. Mas bien podría decirse que, los sufrimientos cobran forma cuando las personas son derrotadas por la enfermedad u otros obstáculos—cuando pierden la esperanza y el valor.
Es un hecho que ningún estilo de vida puede garantizar una condición libre de enfermedad o accidentes. De allí que, Nichiren promete que ninguna enfermedad debe convertirse en un obstáculo para nuestra felicidad.
Enfermedad en el pasaje citado puede interpretarse no solo como problemas de salud, sino también como otro tipo de dificultades en un sentido amplio y general—problemas con la familia, relaciones humanas, dinero, carrera, etc. Mediante nuestra práctica budista, ningún sufrimiento puede impedirnos el ser felices. Por el contrario, ellos pueden convertirse en el trampolín que nos permitirá cambiar cualquier karma negativo y elevar nuestra condición de vida.
Es una creencia ampliamente difundida que podemos convertirnos en personas felices teniendo buena salud. Desde el punto de vista del Budismo Nichiren, disfrutamos de buena salud porque somos felices.
Podemos ser felices a pesar de la enfermedad, a tal punto que podemos profundizar nuestra fe en nuestra budeidad innata precisamente debido a la enfermedad. Es ampliamente conocido que pacientes al borde la muerte han sido capaces de disfrutar cada segundo de vida que les quedaba, empleando su esperanza para alentar a muchos otros, en tanto ellos mismos, logran aceptar, libres de temores la muerte.
Con fe valerosa en el Gohonzon, el Daishonin enseña que nada puede obstruir nuestra felicidad. Lo único que hace falta es que hagamos propio el rugir del león de Nichiren y oremos con fortaleza al Gohonzon al margen de cualesquiera que sean las circunstancias en que nos encontremos.