LA LUCHA CONTRA LOS TRES ENEMIGOS PODEROSOS
Presidente Ikeda: La esencia del Budismo yace en vivir la existencia como "grandes mortales comunes". Dedicar la vida completamente a los demás, esforzarnos totalmente en bien de la Ley y de la sociedad, y morir después de haber empleado hasta la última fibra de nuestro ser: así vive un bodhisattva y un buda. Es cuestión de "entregar la vida", de hablar sin temor en bien de la justicia, de agotar toda nuestra energía para dar a los demás verdadera felicidad.
Donde falta este espíritu, no existe el Budismo.
El Sutra del Loto describe este espíritu de devoción altruista con las palabras "No nos importan el cuerpo o la vida; / sólo nos preocupa el Camino supremo". Esta es la esencia del capítulo "El aliento a la devoción" (decimotercero), que esta vez vamos a analizar. Es, también, la esencia del movimiento soka que, fundamentalmente, existe sólo donde las personas manifiestan el deseo de consagrar la vida a la propagación de la Ley.
Saito: El propósito del estudio budista, a su vez, yace en internalizar a fondo este espíritu esencial. En el capítulo "El surgimiento de la Torre de los Tesoros" (Ken Hoto, undécimo), Shakyamuni indica qué difícil será exponer el Sutra del Loto después de su muerte y advierte a sus interlocutores (en los "tres pronunciamientos") que decidan estrictamente propagar el sutra. En el capítulo siguiente, "Devadatta" (duodécimo), el gran poder del Sutra del Loto se revela a través de la iluminación de las malas personas y de las mujeres (es decir, en las "dos advertencias esclarecedoras").
Los bodhisattvas, luego de haber escuchado tales enseñanzas, juran exponer el Sutra del Loto con perseverancia, aunque deban enfrentar ataques y persecuciones. Aquí, en el capítulo "El aliento a la devoción", formulan su promesa.
Suda: Podríamos decir que el juramento de los discípulos constituye el tema de este capítulo.
Suda: En síntesis, se hace alusión a los "tres enemigos poderosos", tema que mencionamos con mucha frecuencia.
Presidente Ikeda: Ya que los tres enemigos poderosos son un elemento muy familiar para nosotros, ¿por qué no indagar hasta la raíz qué representan?
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Suda: A continuación, me gustaría examinar en detalle el llamado "fragmento lírico de veinte estrofas", que describe a los tres enemigos poderosos. Este extenso fragmento también expresa, en su totalidad, el juramento que formulan los bodhisattvas.
Suda: El fragmento, conocido por sus "veinte estrofas", se compone, en realidad, de veinticuatro, en el Sutra del Loto traducido por Burton Watson.
Endo: En los comienzos, llegamos a la siguiente descripción del primer enemigo poderoso:
Serán muchas las personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, pero nosotros soportaremos lo que haya que soportar.
Como indica el gran maestro Miao-lo de la China, este fragmento revela el enemigo poderoso constituido por laicos ignorantes (en jap., zokushu zojoman).
Suda: Explica que las mujeres y hombres laicos ignorantes del Budismo hostigarán verbalmente a los devotos del Sutra del Loto y cometerán actos de violencia física contra ellos.
Presidente Ikeda: Es fácil soportar uno o dos "hostigamientos verbales" o un par de "maldiciones" de personas que hablen mal de nosotros. Pero ser incesantemente calumniados y denostados por gran cantidad de personas es algo prácticamente intolerable.
El filósofo francés Alain dice: "Sin duda, no hay una sola persona capaz de mantenerse incólume ante un alud constante y universal de maldiciones e insultos. La persona sometida a la maldición se encamina hacia su ruina".
Creo que está en lo correcto. Es una clase de dolor que uno no puede comprender, a menos que haya pasado por eso. Pero un bodhisattva auténtico es quien, a pesar de ser mal tratado, sigue avanzando y protegiendo a los demás serenamente.
Endo: Los laicos ignorantes son los que no entienden las importantes distinciones entre lo superior y lo inferior, lo profundo y lo superficial, en lo que respecta a la enseñanza budista. El hecho de que persistan en perseguir a los devotos del Sutra del Loto, a pesar de su ignorancia, indica que, en parte, su oposición está incentivada por las otras dos clases de enemigos poderosos: sacerdotes astutos y arrogantes que calumnian a los devotos (domon zojoman) y sacerdotes venerados por el pueblo que, temerosos de perder beneficios y prestigio, inducen a las autoridades a perseguir a los devotos (sensho zojoman).
Saito: Probablemente, la característica más distintiva de los "laicos ignorantes" sea que se muestren hostiles a la verdadera enseñanza, a través de confiar en la palabra de alguna autoridad. Las personas así nunca quieren descubrir la verdad por sí mismos.
Presidente Ikeda: Ciegamente siguen a la autoridad porque no tienen la capacidad de juzgar lo verdadero y lo falso. Depositan su confianza en las autoridades y hacen lo que se les ordena. Esto muestra la importancia de que el pueblo se esclarezca.
Endo: El siguiente fragmento (la tercera estrofa) se refiere a los sacerdotes arrogantes y astutos, que son el segundo de los tres enemigos poderosos:
En esa época corrupta, habrá monjes de perverso saber y de corazón codicioso y rapaz, que creerán haber logrado lo que en realidad no poseen, y se conducirán con soberbia y con jactancia.
Suda: Son personas que han renunciado a la vida secular. Se caracterizan por su "sabiduría perversa" y su "corazón codicioso y rapaz".
Saito: Aunque estas personas han estudiado el Budismo, la sabiduría que pudieron adquirir sólo cabe ser descrita como "perversa". Que tengan corazón "codicioso y rapaz" significa que se inclinan ante los poderosos y que buscan congraciarse con ellos. Dicho de otro modo, su tendencia es a actuar con arrogancia frente a los que creen ser más débiles.
Suda: Poseen una comprensión minúscula del Budismo. Pero su escaso conocimiento, más que inspirarlos a mejorar, los torna más perversos y malvados. No sólo ocultan la verdad a los demás, sino que se valen de las enseñanzas budistas en su beneficio particular, aun a costa de tergiversarlas y retorcerlas.
Presidente Ikeda: En consecuencia, si alguien les dice que hay una enseñanza superior a la que dan por cierta --revelación que, por otra parte, debería llenarlos de alegría--, reaccionan con ira. No pueden respetar honestamente ninguna enseñanza superior o a ninguna persona que haya adquirido una sabiduría más profunda que la de ellos. En una palabra, están cegados por la soberbia.
Falsos "santos", que desprecian y desdeñan a toda la humanidad
Saito: Luego, llegamos (en la cuarta estrofa), al fragmento que describe a los falsos venerables, el tercer enemigo poderoso:
O habrá monjes que habitarán en los bosques, vestidos con andrajos, en vida de retiro. Alegarán practicar el Camino correcto y despreciarán a todos los hombres con franco desdén.
Presidente Ikeda: Dice que “despreciarán a todos los hombres con franco desdén". Esta es la principal característica de los falsos "santos": su actitud condescendiente hacia los demás. Esta postura va directamente en contra del Sutra del Loto, en la medida en que éste enseña que todos los seres vivientes son infinitamente dignos de respeto. Por ende, estas personas sin falta terminan siendo enemigas de los practicantes del Sutra del Loto.
Suda: Uno de ellos fue el traidor Devadatta. Una novela moderna lo describe así: "Devadatta despreciaba y detestaba a los hombres. Como su vida estaba impregnada de todo lo feo y despreciable que hay en la naturaleza humana, las personas le resultaban tontas y despreciables".
Saito: La descripción es muy acertada, cuando dice que los hombres así "despreciarán a todos los hombres con franco desdén"...
Endo: La quinta estrofa denuncia más aún ese lado de los falsos venerables:
Ávidos de provecho y de respaldo, predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas
y serán respetados y venerados por el mundo, como si fueran arhats dueños de los seis poderes trascendentales.
Presidente Ikeda: Así es... Los falsos venerables son personas que usan el Budismo para ganar provecho personal. Aun así, el mundo los venera como si fueran sabios. No existe en ellos la postura de ayudar a los que sufren ni dedicar la vida al kosen-rufu. Son hipócritas que utilizan a la religión.
Nichiren Daishonin dice que las personas que predican el Budismo para obtener provecho y fama son "seres hambrientos que devoran la Ley". Espiritualmente depravados, estos falsos venerables pergeñan planes astutos para cosechar popularidad, adulación y aplausos en el mundo budista.
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Saito: La sexta estrofa dice:
Estos hombres [falsos venerables], de corazón nublado por la maldad, no harán más que pensar en asuntos mundanos, se harán llamar monjes que viven en los bosques y se deleitarán proclamando nuestras faltas.
En otras palabras, cuando un devoto del Sutra del Loto se opone a ellos, se ocupan de adjudicarles faltas y ponerlos en evidencia.
Presidente Ikeda: A lo que más temen los hipócritas es a que se revele la verdad sobre ellos. Así que un devoto del Sutra del Loto que proclama la verdad representa una amenaza definitiva.
Endo: Por eso, se valen de mentiras para deshacerse de ellos.
Suda: A fin de cuentas, su instrumento es la mentira.
Utilizar mentiras para perseguir a los devotos del Sutra del Loto
Presidente Ikeda: El Sutra del Loto esclarece detalladamente su modo de accionar.
Saito: Sí. Las estrofas séptima y octava explican de qué manera los falsos santos critican a los devotos del Sutra del Loto:
Estos monjes, ávidos de provecho y ganancia, predican doctrinas no budistas
e inventan sus propias escrituras para engañar a los pueblos del mundo.
Porque esperan obtener fama y renombre, hacen distinciones cuando predican este sutra.
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Endo: Creo que, cuando Miao-lo dio al tercer enemigo poderoso el nombre de "falsos venerables" (en jap., sensho zojoman), realmente dio en la tecla con respecto a su auténtica naturaleza. Son personas que se dan aires de santidad inmaculada. Pero no merecen la veneración de la gente, pues su corazón está lejos de lo que aparentan. En verdad, los falsos venerables son todo lo contrario de un santo.
En el fondo de su alma, saben muy bien que de santos no tienen nada, por mucho que digan o pretendan hacer creer; saben que su conducta es una mascarada. Pero porque su arrogancia es tan profunda, no pueden enfrentar y reconocer abiertamente la naturaleza desagradable de su vida. Así que una y otra vez ocultan su verdadera faz.
Pero cuando aparece ante ellos un devoto del Sutra del Loto, un auténtico budista, se sienten forzados a reconocer su propia naturaleza insignificante y mezquina. Es como si, de pronto, su vida quedase iluminada por la luz potente y brillante del Sol. Para alguien de naturaleza oscura y arrogante, esto es algo casi intolerable. Así que deciden "volver a la normalidad" deshaciéndose del devoto que los molesta.
Saito: Entonces, todo se reduce a una cuestión de celos...
Suda: Son como la persona que, al mirarse en el espejo, ve su propio rostro deformado por maldad y se enfurece con el espejo brillante que le muestra evidencias.
Ser cómplices de los poderosos que conspiran sin ser vistos
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Endo: En las estrofas novena y décima, se nos aclara la naturaleza del vínculo que une a los falsos venerables con las autoridades seculares:
Porque en medio de la gran asamblea constantemente intentarán difamarnos
[a los devotos del Sutra del Loto], se dirigirán a los regentes, ministros supremos, brahmanes y terratenientes, así como a los demás monjes, para calumniarnos y hablar mal de nosotros. Dirán: "¡Estos son hombres de ideas pervertidas, y las doctrinas que predican no son budistas!"
Presidente Ikeda: No confrontan a los devotos del sutra en forma directa. Siempre buscan manipular las cosas furtivamente. Es la tendencia de los falsos venerables: conspiran una y otra vez, porque ya se ha hecho carne en ellos la costumbre de vivir tras las fachadas. Son personas de inmensa cobardía.
Así que se dirigen a la sociedad, apelan a individuos cercanos al poder y a la autoridad, para calumniar y manchar la integridad de los devotos del Sutra del Loto.
Suda: Utilizan como peones a las personas laicas ignorantes del Budismo, y esto, de por sí, nos permite ver cuán inescrupulosos y ruines son...
Saito: Del mismo modo, parece ser que, durante los vergonzantes juicios por herejía que plagaron Europa, los miembros del clero nunca se involucraban directamente en las ejecuciones. Utilizaban información provista por informantes secretos y, mediante la tortura, arbitrariamente condenaban a muerte al pueblo. Pero, en lugar de ejecutar la sentencia, entregaban a las víctimas indefensas a las autoridades seculares.
Endo: No se querían ensuciar las manos... Los hipócritas son falsos siempre, en todas las circunstancias.
Presidente Ikeda: Es más, cuando entregaban alguna víctima a las autoridades, se dice que adjuntaban una declaración escrita, donde decían: "Misericordiosamente esperamos que pueda usted salvar su vida. Sin embargo, no hemos tenido más opción que entregarlo a las cortes seculares". En otras palabras, entregaban a la gente, con la condición de que fuera ejecutada. Es el colmo de la hipocresía.
Parte de la naturaleza de las personas malvadas es aliarse, crear frentes. Para conseguir lo que se proponen, no vacilan en mostrar una falsa unión. Por su parte, las buenas personas, alejadas de todo afán de provecho, tienden a estar solas. Pero hay que cambiar esta tendencia preocupante. Las personas de bien deben aliarse y unirse.
Suda: A continuación, la undécima estrofa dice que los tres enemigos poderosos se burlarán de los devotos del sutra: "Nos tratarán con desprecio y dirán: '¡Ustedes son todos budas!'". Se burlan como diciendo: "¡Uf, qué galería de personalidades! ¡Se creen todos budas!"... Sólo desde el desprecio uno puede hablar así.
Presidente Ikeda: Decir a los demás "¡Todos ustedes son budas, sin falta!", como hacía el bodhisattva Jamás Despreciar, es una expresión de supremo respeto. Pero los tres enemigos poderosos emplean incluso estas palabras para mostrar desdén y burla. Lo cual ilustra la depravación de los que sólo saben menospreciar a los semejantes...
Endo: Las estrofas duodécima y decimotercera explican la negatividad que impregna su vida:
En un kalpa envilecido, en una época de maldad, habrá muchas cosas a las cuales temer. Las funciones del mal se apoderarán de los demás y a través de ellos nos difamarán, nos maldecirán y nos tratarán de humillar.
Además, explica que los devotos visten la "armadura de la perseverancia" (en la estrofa decimotercera,) y enseñan al pueblo el Sutra del Loto. Esta postura se refleja en los versos de la estrofa catorce: "No nos importan el cuerpo o la vida / sólo nos preocupa el Camino supremo".
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dice: "El Camino insuperable es Nam-myoho-renge-kyo. Hoy, yo, Nichiren, y mis seguidores estamos más preocupados por Nam-myoho-renge-kyo que por nuestra propia vida". El significado supremo de la fe consiste en atesorar Nam-myoho-renge-kyo más que la propia vida. Es consagrarnos íntegramente a lograr la amplia propagación de la Ley Mística.
En concreto, esto significa avanzar junto a la SGI, proteger la organización seriamente y practicar dentro de ella, tanto en tiempos de alegría como en momentos de adversidad.
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Saito: Las estrofas decimosexta y decimoséptima explican:
Y los monjes corruptos de esa era envilecida, incapaces de comprender los medios hábiles del Buda, incapaces de entender que él predica la Ley de acuerdo con lo correcto y apropiado, nos enfrentarán con lenguaje obsceno y ceños fruncidos; una y otra vez seremos expulsados a lugares muy alejados de las torres y templos.
Presidente Ikeda: "Una y otra vez seremos expulsados". Con respecto a esta frase, Nichiren Daishonin señala:
Si yo, Nichiren, no hubiera sido exiliado una y otra vez por causa del Sutra del Loto, ¿qué significado habrían tenido las palabras "una y otra vez"? Ni siquiera T'ien-t'ai o Dengyo pudieron cumplir esta predicción contenida en las palabras "una y otra vez", así que, mucho menos, cualquier otra persona.
Excepto Nichiren Daishonin, nadie leyó jamás este fragmento con su propia vida. La "estrofa de veinte versos" es, por ende, la prueba documental de que Nichiren Daishonin es el auténtico "devoto del Sutra del Loto".
La lucha contra los tres enemigos poderosos es una genuina contienda por los derechos humanos
Presidente Ikeda: Cuando examinamos la realidad desde este punto de vista, vemos un marcado contraste entre los devotos del Sutra del Loto y los tres enemigos poderosos. En especial, los falsos venerables. Por un lado, hay una actitud de respeto hacia los seres humanos; por el otro, una actitud de franco desprecio.
Esto se traduce en una diferencia de índole religiosa: en un caso, una religión que existe en bien del pueblo; en el otro, una religión que existe para perpetuar su propia autoridad. Por un lado, una organización que lucha contra el poder corrupto; por el otro, una organización que se alía con los poderosos y la autoridad corrupta. También esto marca la diferencia entre los auténticos creyentes, perseguidos y atacados por sus creencias, y los charlatanes que viven de la religión y persiguen a los demás.
El Sutra del Loto, que explica que todas las personas pueden lograr la Budeidad y que todos son budas, representa el espíritu de supremo respeto hacia el ser humano. En cambio, las enseñanzas que buscan reducir los individuos a "objetos de explotación" representan la total falta de respeto hacia el ser humano. En su raíz, esta falta de respeto es expresión de la oscuridad fundamental.
En el orden individual, practicar el Sutra del Loto significa hacer frente a la oscuridad fundamental en nuestra propia vida. En el orden social, implica confrontar al poder y a la autoridad corrupta. Por ende, practicar el Sutra del Loto necesariamente entraña una gran cuota de dificultades. Quien no enfrenta grandes adversidades no es un auténtico devoto del Sutra del Loto.
Saito: Al mencionar usted la tendencia humana a despreciar a los demás recordé un episodio de la vida de Emanuel Kant, el gran filósofo germano (1724-1804). Kant dice que cuando leyó el Emilio de Rousseau reflexionó sobre su actitud despectiva hacia el pueblo.
Suda: Es una anécdota célebre. Kant, hombre muy metódico, solía dar un paseo todos los días a la misma hora. Tan absorto quedó por la lectura del Emilio, que un día olvidó salir a caminar.
Saito: Sí, efectivamente. Dice Kant: "Había despreciado a las personas incultas. Rousseau me enderezó. Cuando eliminé de mi corazón ese sentimiento cegador de creerme privilegiado, pude aprender a respetar a la humanidad".
Endo: En un discurso, presidente Ikeda, usted habló sobre el Emilio de Rousseau y citó esas palabras del texto: "El hombre es el mismo en todos los estados: si esto es así, los estados más numerosos merecen el mayor respeto." Usted sostenía que el pueblo debía ejercer la soberanía de la sociedad.
Presidente Ikeda: "Aprender a respetar a la humanidad." Son palabras realmente hermosas, ¿no es así? Lo que determina el valor de nuestra vida es la medida en que podemos respetar a los demás. El respeto a los demás es el punto de partida hacia los derechos humanos. No debemos despreciar a nadie: este es el humanismo budista.
Saito: El establecimiento de los derechos humanos es una cuestión de importancia absoluta. No puedo olvidar las palabras del difundo Austregésilo de Athayde, presidente de la Academia Brasileña de Letras.
El señor Athayde, verdadero defensor de los derechos humanos, le dijo a usted: "Si no reconocemos la existencia de lo divino dentro de todas las personas, el respeto a los derechos humanos será una mera idea vacía y desprovista de raíces". En tal sentido, creo que el Sutra del Loto brinda una base filosófica esencial para los derechos humanos.
Endo: La lucha contra los tres enemigos poderosos es una contienda por los derechos humanos, imbuida de respeto hacia la dignidad de todos.
Presidente Ikeda: El problema es que los falsos venerables siempre fingen ser aliados de los derechos humanos y defensores del pueblo. Entonces, no resulta fácil discernir su verdadera naturaleza.
Endo: El gran maestro Miao-lo dice:
De estas tres clases de arrogancia, la primera [la de los laicos] se puede tolerar. La segunda [la de los sacerdotes arrogantes y astutos] es más temible que la primera. Y la tercera [la de los falsos venerables], es la más temible de todas.
Esto se debe a que la segunda clase de arrogancia es difícil de reconocer como tal, y a que la tercera es la más difícil de reconocer de todas.
Suda: Hay muchas personas en la sociedad actual que fingen luchar por los derechos humanos y la paz. Precisamente por esa razón, necesitamos mirar con sagacidad la verdadera naturaleza de cada persona, para no dejarnos engañar por sus palabras o por las falsas imágenes que pueda proyectar.
Saito: En "La apertura de los ojos", Nichiren Daishonin dice: "Los ciegos, los tuertos y los de visión distorsionada no pueden ver estas tres clases de enemigos del Sutra del Loto que han aparecido a comienzos del Ultimo Día de la Ley"; mientras que los devotos del Sutra del Loto "han logrado una parte de la visión del Buda" para distinguir a los tres enemigos poderosos.
Presidente Ikeda: Sólo las personas de acción, sólo los que luchan, pueden reconocer al mal como tal. Un joven preguntó, una vez, al presidente Makiguchi, fundador de la Soka Gakkai, cómo podía desarrollar la capacidad de distinguir el bien y el mal. Y el señor Makiguchi le contestó: "Si tienes la tenacidad y el coraje de practicar la mejor religión del mundo, llegarás a comprenderlo".
Suda: Aunque saben que no es así, “alegan practicar el Camino correcto". De esa forma, los falsos venerables se adulan a sí mismos, desprecian a los demás y terminan creyéndose superiores. Así es su naturaleza. ¿Qué clase de psicología creen que está en juego, en la gente así?
Saito: En sentido general, una persona sumamente soberbia posee fuertes y hasta extremas tendencias narcisistas.
Suda: Se encuentran embriagadas de sí mismas. Si se dieran por satisfechas con observarse fascinadas en el espejo, no causarían graves problemas. Pero, en realidad, la sociedad las venera como si fueran personas superiores, y por eso se comportan de ese modo.
Endo: El psicoanalista Erich Fromm (1900-1980) brinda un análisis del narcisismo de los poderosos que, como él mismo dice, "tienen una estructura fronteriza entre la locura y la salud mental". Según Fromm, los individuos así se hacen creer a sí mismos que no hay límite para sus deseos y su poder, así que tratan de lograr todo lo que ambicionan. En otras palabras, para usar las palabras del psicólogo, "tratan de ser Dios".
Fromm escribe:
Cuanto más intenta ser Dios, más se aísla del género humano; este aislamiento lo atemoriza, pues cualquiera parece un enemigo. Para hacer frente a tamaña "lucha" resultante, tiene que aumentar su poder, su falta de escrúpulos y su narcisismo.
Saito: Creer que uno es Dios es, por cierto, una forma extrema del amor a sí mismo...
Suda: Es terrible llegar a eso. Un individuo así vive consumido por la angustia de pensar que todos dudan de su autoridad o la rechazan; entonces, lejos de todo sosiego, se reduce a una masa de sospechas y hostilidad. Lo cual sólo agrava la insania que padece. El solo hecho de dialogar con alguien así agota a cualquiera.
Presidente Ikeda: Esa es una perspectiva sobre la "psicología del mal". Como lo dijo el filósofo francés Blaise Pascal (1623-1662): "El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien haga el ángel haga la bestia".
Finalmente, los seres humanos no pueden ser otra cosa que seres humanos.
Así que el camino correcto es vivir toda la existencia humanamente, no como personas "fuera de serie" sino como simples hombres y mujeres.
Saito: Para dar imagen de superioridad, los falsos venerables necesitan tomar cierta distancia que los aísle de los demás. La declaración "habitarán en los bosques" es, en tal sentido, muy interesante...
Precisamente por esa razón, no pueden soportar el pensamiento igualitario del Sutra del Loto, que enseña que todas las personas son budas. Para sus propósitos, la Budeidad tiene que ser un estado difícil de lograr. Cuanto más se ve al buda como alguien fuera del alcance humano, más se destaca su autoridad como intermediarios entre el pueblo y el Buda. Podría decirse que los falsos venerables intentan establecer un "monopolio" sobre el Buda.
Endo: Son como un agente bursátil sin escrúpulos, que hace subir los precios arbitrariamente para aumentar sus ganancias. Fundamentalmente, el Budismo del Daishonin enseña la fusión directa entre el sujeto y el Gohonzon, según los principios de que "abrazar la Ley es, de por sí, la iluminación (y ver, en ella, los Diez Estados)" y de "adquirir rápidamente una percepción correcta" (es decir, manifestar la Budeidad con la forma física que cada uno posee). Pero el clero ha distorsionado estos conceptos y ha querido interponerse entre el pueblo y el Gohonzon.
Presidente Ikeda: Lo importante es tener fe, y poseer un vínculo con alguien que enseñe la forma correcta de practicar. En el mundo del Budismo del Daishonin, no hay ninguna necesidad --ni ahora ni nunca-- de sacerdotes que no tienen fe ni llevan a cabo la práctica budista, sino que se limitan a esgrimir la autoridad.
Los hipócritas utilizan toda clase de medios para rodearse de un halo superior y soberbio. Así ocurrió con Devadatta. En su deseo de verse más noble y más recto que Shakyamuni, postuló normas monásticas extremas.
Endo: En determinado momento, Devadatta presionó a Shakyamuni para que estableciera cinco preceptos severos:
1) de por vida, los monjes no deberán agregar sal a las comidas.
2) de por vida, los monjes no deberán beber leche cuajada.
3) de por vida, los monjes no deberán comer carne de animales ni pescado.
4) de por vida, los monjes deberán dedicarse a solicitar ofrendas y no aceptarán invitaciones a comer en casa de terceros.
5) los monjes deberán vivir en la intemperie durante los ocho meses de primavera y verano, y dormir bajo cobertizos sólo durante los cuatro meses de invierno, y no aceptarán ofrecimientos de albergue.
Trataba de elevar su posición dentro del samgha u orden budista criticando las enseñanzas de su maestro, como si éstas fueran demasiado flojas. Así, quería dar la imagen de una superioridad espiritual que, en realidad, no poseía.
Devadatta trató de ser un "nuevo Buda" capaz de reemplazar a su maestro Shakyamuni.
Presidente Ikeda: Es suficiente con que seamos fieles a nosotros mismos, que seamos personas comunes, sin artificios ni afectación. Basta con que manifestemos la Budeidad revelando nuestra naturaleza intrínseca, tal como somos, como "mortales comunes del tiempo sin comienzo" (en jap., kuon ganjo).
En otras palabras, nuestra iluminación no es algo que "no fue mejorada, sino que existe tal como siempre ha sido". Un auténtico buda no necesita adornarse ni ornamentarse. No manifiesta treinta y dos rasgos y ochenta características.
Adoptar poses de vanidad es propio de un falso venerable. El Buda revelado en las profundidades del Sutra del Loto es un mortal común. Mientras que su verdadera identidad es la del Buda, en su conducta y apariencia, es un bodhisattva. Así que es un "buda-bodhisattva". Un buda no es arrogante. Vive entre el pueblo y comparte sus alegrías y sufrimientos.
Suda: Es exactamente lo contrario del narcisismo que exhiben los falsos venerables.
Endo: Fromm, de quien ya hablamos antes, dice:
El objetivo del hombre es superar su narcisismo. Acaso este principio se exprese en el Budismo mejor que en ningún otro lado. [...] La persona "iluminada" de la cual habla la enseñanza budista es la persona que ha superado su narcisismo y que, por lo tanto, está plenamente preparado parar la iluminación.
Presidente Ikeda: Es una observación muy sagaz. Podría decirse que la revolución humana es una gran contienda contra el yo. Específicamente, es la lucha por lograr el estado donde a uno "no le importa el cuerpo o la vida". A través de afrontar dificultades y de luchar por superarlas, podemos erradicar la oscuridad fundamental de nuestra vida. Fuera de ello, no hay verdadero logro de la Budeidad.
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Presidente Ikeda: Es importante exponer al pueblo la verdadera naturaleza de los falsos venerables. Para producir un cambio social hace falta bastante más que un puñado de personas esclarecidas. Por lo tanto, habrá que emprender la acción con audacia y "desenmascarar" a los falsos venerables.
En última instancia, la gente abandonará a los devotos del Sutra del Loto o abandonará a los falsos "santos". Una sociedad que abandone a los devotos del Sutra del Loto será manipulada por los falsos venerables y seguirá un camino directo hacia la autodestrucción. Todo lo que estamos haciendo es para impedir que esto suceda. La lucha contra los tres enemigos poderosos es una contienda por concretar el principio de la paz y la prosperidad basadas en la filosofía y los principios del Budismo del Daishonin.
La consagración altruista es la vida de una religión.
Presidente Ikeda: El escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942), quien luchó contra el totalitarismo del régimen nazi, escribió una vez que si una escuela de pensamiento quería ejercer un impacto duradero en el mundo, tenía que formar personas de convicciones, a las que llamó "testigos", dispuestos a dar la vida por los principios en los que creían.
Las personas de consagración altruista son el orgullo y el honor de una religión. Son la base de cualquier organismo religioso. Y digo que la muerte de una religión comienza cuando sus creyentes pierden esta postura.
Endo: Esta actitud, creo yo, es la esencia vital del capítulo "El aliento a la devoción".
Presidente Ikeda: Los tres enemigos poderosos buscan perseguir y matar a las personas a causa de sus ideas religiosas. En cambio, los devotos del Sutra del Loto consagran la vida a sus creencias.
Nichiren Daishonin fue un hombre así. También lo fueron Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda. El presidente Toda solía decir: "Me alegraré cuando aparezcan [los tres enemigos poderosos]. Quisiera que todos ustedes sintieran lo mismo. Cuando llegue ese momento, luchemos con todas nuestras fuerzas".
En la parte de "veinte estrofas" del capítulo "El aliento a la devoción", los bodhisattvas juran: "No nos importan el cuerpo o la vida, sólo nos preocupa el Camino supremo".
Los que practican con esta postura de que "no les importa la vida" podrán manifestar la iluminación. Los que se pongan de pie y difundan la Ley Mística con corazón altruista llegarán a ser budas.
Saito: Gandhi dijo: "Aunque esté totalmente solo". En el discurso que usted pronunció en el Centro para Oriente y Occidente, en Hawai, usted citó palabras de Gandhi: "Tienen que ponerse de pie contra todo el mundo, aunque al ponerse de pie se den cuenta de que están solos. Tienen que mirar al mundo de frente, en la cara, aunque cuando lo hagan se den cuenta de que el mundo los mira con ojos inyectados en sangre. No teman. Confíen en ese algo diminuto que habita en su corazón...".
Cuando escuchó su discurso el doctor Robert Thurman, titular del Departamento de Religión de la Universidad de Columbia, observó:
Para que haya paz en el mundo, más personas tienen que estar dispuestas a morir con tal de no cometer violencia, que las que están dispuestas a morir ejerciendo la violencia. A eso se reduce, en última instancia, lo que el presidente Ikeda llama "revolución humana personal": que haya más personas en este planeta dispuestas a morir con tal de no ser violentos que las que hoy existen dispuestas a morir durante el proceso de ser violentas. Y entonces, tendremos paz mundial.
Éste es el momento en que nosotros, como discípulos, debemos "bramar con el rugido del león" por la justicia y la verdad.
(Extraido de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de octubre de 1996 del Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai.)
Donde falta este espíritu, no existe el Budismo.
El Sutra del Loto describe este espíritu de devoción altruista con las palabras "No nos importan el cuerpo o la vida; / sólo nos preocupa el Camino supremo". Esta es la esencia del capítulo "El aliento a la devoción" (decimotercero), que esta vez vamos a analizar. Es, también, la esencia del movimiento soka que, fundamentalmente, existe sólo donde las personas manifiestan el deseo de consagrar la vida a la propagación de la Ley.
Saito: El propósito del estudio budista, a su vez, yace en internalizar a fondo este espíritu esencial. En el capítulo "El surgimiento de la Torre de los Tesoros" (Ken Hoto, undécimo), Shakyamuni indica qué difícil será exponer el Sutra del Loto después de su muerte y advierte a sus interlocutores (en los "tres pronunciamientos") que decidan estrictamente propagar el sutra. En el capítulo siguiente, "Devadatta" (duodécimo), el gran poder del Sutra del Loto se revela a través de la iluminación de las malas personas y de las mujeres (es decir, en las "dos advertencias esclarecedoras").
Los bodhisattvas, luego de haber escuchado tales enseñanzas, juran exponer el Sutra del Loto con perseverancia, aunque deban enfrentar ataques y persecuciones. Aquí, en el capítulo "El aliento a la devoción", formulan su promesa.
Suda: Podríamos decir que el juramento de los discípulos constituye el tema de este capítulo.
Suda: En síntesis, se hace alusión a los "tres enemigos poderosos", tema que mencionamos con mucha frecuencia.
Presidente Ikeda: Ya que los tres enemigos poderosos son un elemento muy familiar para nosotros, ¿por qué no indagar hasta la raíz qué representan?
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Suda: A continuación, me gustaría examinar en detalle el llamado "fragmento lírico de veinte estrofas", que describe a los tres enemigos poderosos. Este extenso fragmento también expresa, en su totalidad, el juramento que formulan los bodhisattvas.
Suda: El fragmento, conocido por sus "veinte estrofas", se compone, en realidad, de veinticuatro, en el Sutra del Loto traducido por Burton Watson.
Endo: En los comienzos, llegamos a la siguiente descripción del primer enemigo poderoso:
Serán muchas las personas ignorantes que nos maldecirán y hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, pero nosotros soportaremos lo que haya que soportar.
Como indica el gran maestro Miao-lo de la China, este fragmento revela el enemigo poderoso constituido por laicos ignorantes (en jap., zokushu zojoman).
Suda: Explica que las mujeres y hombres laicos ignorantes del Budismo hostigarán verbalmente a los devotos del Sutra del Loto y cometerán actos de violencia física contra ellos.
Presidente Ikeda: Es fácil soportar uno o dos "hostigamientos verbales" o un par de "maldiciones" de personas que hablen mal de nosotros. Pero ser incesantemente calumniados y denostados por gran cantidad de personas es algo prácticamente intolerable.
El filósofo francés Alain dice: "Sin duda, no hay una sola persona capaz de mantenerse incólume ante un alud constante y universal de maldiciones e insultos. La persona sometida a la maldición se encamina hacia su ruina".
Creo que está en lo correcto. Es una clase de dolor que uno no puede comprender, a menos que haya pasado por eso. Pero un bodhisattva auténtico es quien, a pesar de ser mal tratado, sigue avanzando y protegiendo a los demás serenamente.
Endo: Los laicos ignorantes son los que no entienden las importantes distinciones entre lo superior y lo inferior, lo profundo y lo superficial, en lo que respecta a la enseñanza budista. El hecho de que persistan en perseguir a los devotos del Sutra del Loto, a pesar de su ignorancia, indica que, en parte, su oposición está incentivada por las otras dos clases de enemigos poderosos: sacerdotes astutos y arrogantes que calumnian a los devotos (domon zojoman) y sacerdotes venerados por el pueblo que, temerosos de perder beneficios y prestigio, inducen a las autoridades a perseguir a los devotos (sensho zojoman).
Saito: Probablemente, la característica más distintiva de los "laicos ignorantes" sea que se muestren hostiles a la verdadera enseñanza, a través de confiar en la palabra de alguna autoridad. Las personas así nunca quieren descubrir la verdad por sí mismos.
Presidente Ikeda: Ciegamente siguen a la autoridad porque no tienen la capacidad de juzgar lo verdadero y lo falso. Depositan su confianza en las autoridades y hacen lo que se les ordena. Esto muestra la importancia de que el pueblo se esclarezca.
Endo: El siguiente fragmento (la tercera estrofa) se refiere a los sacerdotes arrogantes y astutos, que son el segundo de los tres enemigos poderosos:
En esa época corrupta, habrá monjes de perverso saber y de corazón codicioso y rapaz, que creerán haber logrado lo que en realidad no poseen, y se conducirán con soberbia y con jactancia.
Suda: Son personas que han renunciado a la vida secular. Se caracterizan por su "sabiduría perversa" y su "corazón codicioso y rapaz".
Saito: Aunque estas personas han estudiado el Budismo, la sabiduría que pudieron adquirir sólo cabe ser descrita como "perversa". Que tengan corazón "codicioso y rapaz" significa que se inclinan ante los poderosos y que buscan congraciarse con ellos. Dicho de otro modo, su tendencia es a actuar con arrogancia frente a los que creen ser más débiles.
Suda: Poseen una comprensión minúscula del Budismo. Pero su escaso conocimiento, más que inspirarlos a mejorar, los torna más perversos y malvados. No sólo ocultan la verdad a los demás, sino que se valen de las enseñanzas budistas en su beneficio particular, aun a costa de tergiversarlas y retorcerlas.
Presidente Ikeda: En consecuencia, si alguien les dice que hay una enseñanza superior a la que dan por cierta --revelación que, por otra parte, debería llenarlos de alegría--, reaccionan con ira. No pueden respetar honestamente ninguna enseñanza superior o a ninguna persona que haya adquirido una sabiduría más profunda que la de ellos. En una palabra, están cegados por la soberbia.
Falsos "santos", que desprecian y desdeñan a toda la humanidad
Saito: Luego, llegamos (en la cuarta estrofa), al fragmento que describe a los falsos venerables, el tercer enemigo poderoso:
O habrá monjes que habitarán en los bosques, vestidos con andrajos, en vida de retiro. Alegarán practicar el Camino correcto y despreciarán a todos los hombres con franco desdén.
Presidente Ikeda: Dice que “despreciarán a todos los hombres con franco desdén". Esta es la principal característica de los falsos "santos": su actitud condescendiente hacia los demás. Esta postura va directamente en contra del Sutra del Loto, en la medida en que éste enseña que todos los seres vivientes son infinitamente dignos de respeto. Por ende, estas personas sin falta terminan siendo enemigas de los practicantes del Sutra del Loto.
Suda: Uno de ellos fue el traidor Devadatta. Una novela moderna lo describe así: "Devadatta despreciaba y detestaba a los hombres. Como su vida estaba impregnada de todo lo feo y despreciable que hay en la naturaleza humana, las personas le resultaban tontas y despreciables".
Saito: La descripción es muy acertada, cuando dice que los hombres así "despreciarán a todos los hombres con franco desdén"...
Endo: La quinta estrofa denuncia más aún ese lado de los falsos venerables:
Ávidos de provecho y de respaldo, predicarán la Ley a laicos de túnicas blancas
y serán respetados y venerados por el mundo, como si fueran arhats dueños de los seis poderes trascendentales.
Presidente Ikeda: Así es... Los falsos venerables son personas que usan el Budismo para ganar provecho personal. Aun así, el mundo los venera como si fueran sabios. No existe en ellos la postura de ayudar a los que sufren ni dedicar la vida al kosen-rufu. Son hipócritas que utilizan a la religión.
Nichiren Daishonin dice que las personas que predican el Budismo para obtener provecho y fama son "seres hambrientos que devoran la Ley". Espiritualmente depravados, estos falsos venerables pergeñan planes astutos para cosechar popularidad, adulación y aplausos en el mundo budista.
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Saito: La sexta estrofa dice:
Estos hombres [falsos venerables], de corazón nublado por la maldad, no harán más que pensar en asuntos mundanos, se harán llamar monjes que viven en los bosques y se deleitarán proclamando nuestras faltas.
En otras palabras, cuando un devoto del Sutra del Loto se opone a ellos, se ocupan de adjudicarles faltas y ponerlos en evidencia.
Presidente Ikeda: A lo que más temen los hipócritas es a que se revele la verdad sobre ellos. Así que un devoto del Sutra del Loto que proclama la verdad representa una amenaza definitiva.
Endo: Por eso, se valen de mentiras para deshacerse de ellos.
Suda: A fin de cuentas, su instrumento es la mentira.
Utilizar mentiras para perseguir a los devotos del Sutra del Loto
Presidente Ikeda: El Sutra del Loto esclarece detalladamente su modo de accionar.
Saito: Sí. Las estrofas séptima y octava explican de qué manera los falsos santos critican a los devotos del Sutra del Loto:
Estos monjes, ávidos de provecho y ganancia, predican doctrinas no budistas
e inventan sus propias escrituras para engañar a los pueblos del mundo.
Porque esperan obtener fama y renombre, hacen distinciones cuando predican este sutra.
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Endo: Creo que, cuando Miao-lo dio al tercer enemigo poderoso el nombre de "falsos venerables" (en jap., sensho zojoman), realmente dio en la tecla con respecto a su auténtica naturaleza. Son personas que se dan aires de santidad inmaculada. Pero no merecen la veneración de la gente, pues su corazón está lejos de lo que aparentan. En verdad, los falsos venerables son todo lo contrario de un santo.
En el fondo de su alma, saben muy bien que de santos no tienen nada, por mucho que digan o pretendan hacer creer; saben que su conducta es una mascarada. Pero porque su arrogancia es tan profunda, no pueden enfrentar y reconocer abiertamente la naturaleza desagradable de su vida. Así que una y otra vez ocultan su verdadera faz.
Pero cuando aparece ante ellos un devoto del Sutra del Loto, un auténtico budista, se sienten forzados a reconocer su propia naturaleza insignificante y mezquina. Es como si, de pronto, su vida quedase iluminada por la luz potente y brillante del Sol. Para alguien de naturaleza oscura y arrogante, esto es algo casi intolerable. Así que deciden "volver a la normalidad" deshaciéndose del devoto que los molesta.
Saito: Entonces, todo se reduce a una cuestión de celos...
Suda: Son como la persona que, al mirarse en el espejo, ve su propio rostro deformado por maldad y se enfurece con el espejo brillante que le muestra evidencias.
Ser cómplices de los poderosos que conspiran sin ser vistos
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Endo: En las estrofas novena y décima, se nos aclara la naturaleza del vínculo que une a los falsos venerables con las autoridades seculares:
Porque en medio de la gran asamblea constantemente intentarán difamarnos
[a los devotos del Sutra del Loto], se dirigirán a los regentes, ministros supremos, brahmanes y terratenientes, así como a los demás monjes, para calumniarnos y hablar mal de nosotros. Dirán: "¡Estos son hombres de ideas pervertidas, y las doctrinas que predican no son budistas!"
Presidente Ikeda: No confrontan a los devotos del sutra en forma directa. Siempre buscan manipular las cosas furtivamente. Es la tendencia de los falsos venerables: conspiran una y otra vez, porque ya se ha hecho carne en ellos la costumbre de vivir tras las fachadas. Son personas de inmensa cobardía.
Así que se dirigen a la sociedad, apelan a individuos cercanos al poder y a la autoridad, para calumniar y manchar la integridad de los devotos del Sutra del Loto.
Suda: Utilizan como peones a las personas laicas ignorantes del Budismo, y esto, de por sí, nos permite ver cuán inescrupulosos y ruines son...
Saito: Del mismo modo, parece ser que, durante los vergonzantes juicios por herejía que plagaron Europa, los miembros del clero nunca se involucraban directamente en las ejecuciones. Utilizaban información provista por informantes secretos y, mediante la tortura, arbitrariamente condenaban a muerte al pueblo. Pero, en lugar de ejecutar la sentencia, entregaban a las víctimas indefensas a las autoridades seculares.
Endo: No se querían ensuciar las manos... Los hipócritas son falsos siempre, en todas las circunstancias.
Presidente Ikeda: Es más, cuando entregaban alguna víctima a las autoridades, se dice que adjuntaban una declaración escrita, donde decían: "Misericordiosamente esperamos que pueda usted salvar su vida. Sin embargo, no hemos tenido más opción que entregarlo a las cortes seculares". En otras palabras, entregaban a la gente, con la condición de que fuera ejecutada. Es el colmo de la hipocresía.
Parte de la naturaleza de las personas malvadas es aliarse, crear frentes. Para conseguir lo que se proponen, no vacilan en mostrar una falsa unión. Por su parte, las buenas personas, alejadas de todo afán de provecho, tienden a estar solas. Pero hay que cambiar esta tendencia preocupante. Las personas de bien deben aliarse y unirse.
Suda: A continuación, la undécima estrofa dice que los tres enemigos poderosos se burlarán de los devotos del sutra: "Nos tratarán con desprecio y dirán: '¡Ustedes son todos budas!'". Se burlan como diciendo: "¡Uf, qué galería de personalidades! ¡Se creen todos budas!"... Sólo desde el desprecio uno puede hablar así.
Presidente Ikeda: Decir a los demás "¡Todos ustedes son budas, sin falta!", como hacía el bodhisattva Jamás Despreciar, es una expresión de supremo respeto. Pero los tres enemigos poderosos emplean incluso estas palabras para mostrar desdén y burla. Lo cual ilustra la depravación de los que sólo saben menospreciar a los semejantes...
Endo: Las estrofas duodécima y decimotercera explican la negatividad que impregna su vida:
En un kalpa envilecido, en una época de maldad, habrá muchas cosas a las cuales temer. Las funciones del mal se apoderarán de los demás y a través de ellos nos difamarán, nos maldecirán y nos tratarán de humillar.
Además, explica que los devotos visten la "armadura de la perseverancia" (en la estrofa decimotercera,) y enseñan al pueblo el Sutra del Loto. Esta postura se refleja en los versos de la estrofa catorce: "No nos importan el cuerpo o la vida / sólo nos preocupa el Camino supremo".
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dice: "El Camino insuperable es Nam-myoho-renge-kyo. Hoy, yo, Nichiren, y mis seguidores estamos más preocupados por Nam-myoho-renge-kyo que por nuestra propia vida". El significado supremo de la fe consiste en atesorar Nam-myoho-renge-kyo más que la propia vida. Es consagrarnos íntegramente a lograr la amplia propagación de la Ley Mística.
En concreto, esto significa avanzar junto a la SGI, proteger la organización seriamente y practicar dentro de ella, tanto en tiempos de alegría como en momentos de adversidad.
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Saito: Las estrofas decimosexta y decimoséptima explican:
Y los monjes corruptos de esa era envilecida, incapaces de comprender los medios hábiles del Buda, incapaces de entender que él predica la Ley de acuerdo con lo correcto y apropiado, nos enfrentarán con lenguaje obsceno y ceños fruncidos; una y otra vez seremos expulsados a lugares muy alejados de las torres y templos.
Presidente Ikeda: "Una y otra vez seremos expulsados". Con respecto a esta frase, Nichiren Daishonin señala:
Si yo, Nichiren, no hubiera sido exiliado una y otra vez por causa del Sutra del Loto, ¿qué significado habrían tenido las palabras "una y otra vez"? Ni siquiera T'ien-t'ai o Dengyo pudieron cumplir esta predicción contenida en las palabras "una y otra vez", así que, mucho menos, cualquier otra persona.
Excepto Nichiren Daishonin, nadie leyó jamás este fragmento con su propia vida. La "estrofa de veinte versos" es, por ende, la prueba documental de que Nichiren Daishonin es el auténtico "devoto del Sutra del Loto".
La lucha contra los tres enemigos poderosos es una genuina contienda por los derechos humanos
Presidente Ikeda: Cuando examinamos la realidad desde este punto de vista, vemos un marcado contraste entre los devotos del Sutra del Loto y los tres enemigos poderosos. En especial, los falsos venerables. Por un lado, hay una actitud de respeto hacia los seres humanos; por el otro, una actitud de franco desprecio.
Esto se traduce en una diferencia de índole religiosa: en un caso, una religión que existe en bien del pueblo; en el otro, una religión que existe para perpetuar su propia autoridad. Por un lado, una organización que lucha contra el poder corrupto; por el otro, una organización que se alía con los poderosos y la autoridad corrupta. También esto marca la diferencia entre los auténticos creyentes, perseguidos y atacados por sus creencias, y los charlatanes que viven de la religión y persiguen a los demás.
El Sutra del Loto, que explica que todas las personas pueden lograr la Budeidad y que todos son budas, representa el espíritu de supremo respeto hacia el ser humano. En cambio, las enseñanzas que buscan reducir los individuos a "objetos de explotación" representan la total falta de respeto hacia el ser humano. En su raíz, esta falta de respeto es expresión de la oscuridad fundamental.
En el orden individual, practicar el Sutra del Loto significa hacer frente a la oscuridad fundamental en nuestra propia vida. En el orden social, implica confrontar al poder y a la autoridad corrupta. Por ende, practicar el Sutra del Loto necesariamente entraña una gran cuota de dificultades. Quien no enfrenta grandes adversidades no es un auténtico devoto del Sutra del Loto.
Saito: Al mencionar usted la tendencia humana a despreciar a los demás recordé un episodio de la vida de Emanuel Kant, el gran filósofo germano (1724-1804). Kant dice que cuando leyó el Emilio de Rousseau reflexionó sobre su actitud despectiva hacia el pueblo.
Suda: Es una anécdota célebre. Kant, hombre muy metódico, solía dar un paseo todos los días a la misma hora. Tan absorto quedó por la lectura del Emilio, que un día olvidó salir a caminar.
Saito: Sí, efectivamente. Dice Kant: "Había despreciado a las personas incultas. Rousseau me enderezó. Cuando eliminé de mi corazón ese sentimiento cegador de creerme privilegiado, pude aprender a respetar a la humanidad".
Endo: En un discurso, presidente Ikeda, usted habló sobre el Emilio de Rousseau y citó esas palabras del texto: "El hombre es el mismo en todos los estados: si esto es así, los estados más numerosos merecen el mayor respeto." Usted sostenía que el pueblo debía ejercer la soberanía de la sociedad.
Presidente Ikeda: "Aprender a respetar a la humanidad." Son palabras realmente hermosas, ¿no es así? Lo que determina el valor de nuestra vida es la medida en que podemos respetar a los demás. El respeto a los demás es el punto de partida hacia los derechos humanos. No debemos despreciar a nadie: este es el humanismo budista.
Saito: El establecimiento de los derechos humanos es una cuestión de importancia absoluta. No puedo olvidar las palabras del difundo Austregésilo de Athayde, presidente de la Academia Brasileña de Letras.
El señor Athayde, verdadero defensor de los derechos humanos, le dijo a usted: "Si no reconocemos la existencia de lo divino dentro de todas las personas, el respeto a los derechos humanos será una mera idea vacía y desprovista de raíces". En tal sentido, creo que el Sutra del Loto brinda una base filosófica esencial para los derechos humanos.
Endo: La lucha contra los tres enemigos poderosos es una contienda por los derechos humanos, imbuida de respeto hacia la dignidad de todos.
Presidente Ikeda: El problema es que los falsos venerables siempre fingen ser aliados de los derechos humanos y defensores del pueblo. Entonces, no resulta fácil discernir su verdadera naturaleza.
Endo: El gran maestro Miao-lo dice:
De estas tres clases de arrogancia, la primera [la de los laicos] se puede tolerar. La segunda [la de los sacerdotes arrogantes y astutos] es más temible que la primera. Y la tercera [la de los falsos venerables], es la más temible de todas.
Esto se debe a que la segunda clase de arrogancia es difícil de reconocer como tal, y a que la tercera es la más difícil de reconocer de todas.
Suda: Hay muchas personas en la sociedad actual que fingen luchar por los derechos humanos y la paz. Precisamente por esa razón, necesitamos mirar con sagacidad la verdadera naturaleza de cada persona, para no dejarnos engañar por sus palabras o por las falsas imágenes que pueda proyectar.
Saito: En "La apertura de los ojos", Nichiren Daishonin dice: "Los ciegos, los tuertos y los de visión distorsionada no pueden ver estas tres clases de enemigos del Sutra del Loto que han aparecido a comienzos del Ultimo Día de la Ley"; mientras que los devotos del Sutra del Loto "han logrado una parte de la visión del Buda" para distinguir a los tres enemigos poderosos.
Presidente Ikeda: Sólo las personas de acción, sólo los que luchan, pueden reconocer al mal como tal. Un joven preguntó, una vez, al presidente Makiguchi, fundador de la Soka Gakkai, cómo podía desarrollar la capacidad de distinguir el bien y el mal. Y el señor Makiguchi le contestó: "Si tienes la tenacidad y el coraje de practicar la mejor religión del mundo, llegarás a comprenderlo".
Suda: Aunque saben que no es así, “alegan practicar el Camino correcto". De esa forma, los falsos venerables se adulan a sí mismos, desprecian a los demás y terminan creyéndose superiores. Así es su naturaleza. ¿Qué clase de psicología creen que está en juego, en la gente así?
Saito: En sentido general, una persona sumamente soberbia posee fuertes y hasta extremas tendencias narcisistas.
Suda: Se encuentran embriagadas de sí mismas. Si se dieran por satisfechas con observarse fascinadas en el espejo, no causarían graves problemas. Pero, en realidad, la sociedad las venera como si fueran personas superiores, y por eso se comportan de ese modo.
Endo: El psicoanalista Erich Fromm (1900-1980) brinda un análisis del narcisismo de los poderosos que, como él mismo dice, "tienen una estructura fronteriza entre la locura y la salud mental". Según Fromm, los individuos así se hacen creer a sí mismos que no hay límite para sus deseos y su poder, así que tratan de lograr todo lo que ambicionan. En otras palabras, para usar las palabras del psicólogo, "tratan de ser Dios".
Fromm escribe:
Cuanto más intenta ser Dios, más se aísla del género humano; este aislamiento lo atemoriza, pues cualquiera parece un enemigo. Para hacer frente a tamaña "lucha" resultante, tiene que aumentar su poder, su falta de escrúpulos y su narcisismo.
Saito: Creer que uno es Dios es, por cierto, una forma extrema del amor a sí mismo...
Suda: Es terrible llegar a eso. Un individuo así vive consumido por la angustia de pensar que todos dudan de su autoridad o la rechazan; entonces, lejos de todo sosiego, se reduce a una masa de sospechas y hostilidad. Lo cual sólo agrava la insania que padece. El solo hecho de dialogar con alguien así agota a cualquiera.
Presidente Ikeda: Esa es una perspectiva sobre la "psicología del mal". Como lo dijo el filósofo francés Blaise Pascal (1623-1662): "El hombre no es ni ángel ni bestia, y la desgracia quiere que quien haga el ángel haga la bestia".
Finalmente, los seres humanos no pueden ser otra cosa que seres humanos.
Así que el camino correcto es vivir toda la existencia humanamente, no como personas "fuera de serie" sino como simples hombres y mujeres.
Saito: Para dar imagen de superioridad, los falsos venerables necesitan tomar cierta distancia que los aísle de los demás. La declaración "habitarán en los bosques" es, en tal sentido, muy interesante...
Precisamente por esa razón, no pueden soportar el pensamiento igualitario del Sutra del Loto, que enseña que todas las personas son budas. Para sus propósitos, la Budeidad tiene que ser un estado difícil de lograr. Cuanto más se ve al buda como alguien fuera del alcance humano, más se destaca su autoridad como intermediarios entre el pueblo y el Buda. Podría decirse que los falsos venerables intentan establecer un "monopolio" sobre el Buda.
Endo: Son como un agente bursátil sin escrúpulos, que hace subir los precios arbitrariamente para aumentar sus ganancias. Fundamentalmente, el Budismo del Daishonin enseña la fusión directa entre el sujeto y el Gohonzon, según los principios de que "abrazar la Ley es, de por sí, la iluminación (y ver, en ella, los Diez Estados)" y de "adquirir rápidamente una percepción correcta" (es decir, manifestar la Budeidad con la forma física que cada uno posee). Pero el clero ha distorsionado estos conceptos y ha querido interponerse entre el pueblo y el Gohonzon.
Presidente Ikeda: Lo importante es tener fe, y poseer un vínculo con alguien que enseñe la forma correcta de practicar. En el mundo del Budismo del Daishonin, no hay ninguna necesidad --ni ahora ni nunca-- de sacerdotes que no tienen fe ni llevan a cabo la práctica budista, sino que se limitan a esgrimir la autoridad.
Los hipócritas utilizan toda clase de medios para rodearse de un halo superior y soberbio. Así ocurrió con Devadatta. En su deseo de verse más noble y más recto que Shakyamuni, postuló normas monásticas extremas.
Endo: En determinado momento, Devadatta presionó a Shakyamuni para que estableciera cinco preceptos severos:
1) de por vida, los monjes no deberán agregar sal a las comidas.
2) de por vida, los monjes no deberán beber leche cuajada.
3) de por vida, los monjes no deberán comer carne de animales ni pescado.
4) de por vida, los monjes deberán dedicarse a solicitar ofrendas y no aceptarán invitaciones a comer en casa de terceros.
5) los monjes deberán vivir en la intemperie durante los ocho meses de primavera y verano, y dormir bajo cobertizos sólo durante los cuatro meses de invierno, y no aceptarán ofrecimientos de albergue.
Trataba de elevar su posición dentro del samgha u orden budista criticando las enseñanzas de su maestro, como si éstas fueran demasiado flojas. Así, quería dar la imagen de una superioridad espiritual que, en realidad, no poseía.
Devadatta trató de ser un "nuevo Buda" capaz de reemplazar a su maestro Shakyamuni.
Presidente Ikeda: Es suficiente con que seamos fieles a nosotros mismos, que seamos personas comunes, sin artificios ni afectación. Basta con que manifestemos la Budeidad revelando nuestra naturaleza intrínseca, tal como somos, como "mortales comunes del tiempo sin comienzo" (en jap., kuon ganjo).
En otras palabras, nuestra iluminación no es algo que "no fue mejorada, sino que existe tal como siempre ha sido". Un auténtico buda no necesita adornarse ni ornamentarse. No manifiesta treinta y dos rasgos y ochenta características.
Adoptar poses de vanidad es propio de un falso venerable. El Buda revelado en las profundidades del Sutra del Loto es un mortal común. Mientras que su verdadera identidad es la del Buda, en su conducta y apariencia, es un bodhisattva. Así que es un "buda-bodhisattva". Un buda no es arrogante. Vive entre el pueblo y comparte sus alegrías y sufrimientos.
Suda: Es exactamente lo contrario del narcisismo que exhiben los falsos venerables.
Endo: Fromm, de quien ya hablamos antes, dice:
El objetivo del hombre es superar su narcisismo. Acaso este principio se exprese en el Budismo mejor que en ningún otro lado. [...] La persona "iluminada" de la cual habla la enseñanza budista es la persona que ha superado su narcisismo y que, por lo tanto, está plenamente preparado parar la iluminación.
Presidente Ikeda: Es una observación muy sagaz. Podría decirse que la revolución humana es una gran contienda contra el yo. Específicamente, es la lucha por lograr el estado donde a uno "no le importa el cuerpo o la vida". A través de afrontar dificultades y de luchar por superarlas, podemos erradicar la oscuridad fundamental de nuestra vida. Fuera de ello, no hay verdadero logro de la Budeidad.
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Presidente Ikeda: Es importante exponer al pueblo la verdadera naturaleza de los falsos venerables. Para producir un cambio social hace falta bastante más que un puñado de personas esclarecidas. Por lo tanto, habrá que emprender la acción con audacia y "desenmascarar" a los falsos venerables.
En última instancia, la gente abandonará a los devotos del Sutra del Loto o abandonará a los falsos "santos". Una sociedad que abandone a los devotos del Sutra del Loto será manipulada por los falsos venerables y seguirá un camino directo hacia la autodestrucción. Todo lo que estamos haciendo es para impedir que esto suceda. La lucha contra los tres enemigos poderosos es una contienda por concretar el principio de la paz y la prosperidad basadas en la filosofía y los principios del Budismo del Daishonin.
La consagración altruista es la vida de una religión.
Presidente Ikeda: El escritor austríaco Stefan Zweig (1881-1942), quien luchó contra el totalitarismo del régimen nazi, escribió una vez que si una escuela de pensamiento quería ejercer un impacto duradero en el mundo, tenía que formar personas de convicciones, a las que llamó "testigos", dispuestos a dar la vida por los principios en los que creían.
Las personas de consagración altruista son el orgullo y el honor de una religión. Son la base de cualquier organismo religioso. Y digo que la muerte de una religión comienza cuando sus creyentes pierden esta postura.
Endo: Esta actitud, creo yo, es la esencia vital del capítulo "El aliento a la devoción".
Presidente Ikeda: Los tres enemigos poderosos buscan perseguir y matar a las personas a causa de sus ideas religiosas. En cambio, los devotos del Sutra del Loto consagran la vida a sus creencias.
Nichiren Daishonin fue un hombre así. También lo fueron Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda. El presidente Toda solía decir: "Me alegraré cuando aparezcan [los tres enemigos poderosos]. Quisiera que todos ustedes sintieran lo mismo. Cuando llegue ese momento, luchemos con todas nuestras fuerzas".
En la parte de "veinte estrofas" del capítulo "El aliento a la devoción", los bodhisattvas juran: "No nos importan el cuerpo o la vida, sólo nos preocupa el Camino supremo".
Los que practican con esta postura de que "no les importa la vida" podrán manifestar la iluminación. Los que se pongan de pie y difundan la Ley Mística con corazón altruista llegarán a ser budas.
Saito: Gandhi dijo: "Aunque esté totalmente solo". En el discurso que usted pronunció en el Centro para Oriente y Occidente, en Hawai, usted citó palabras de Gandhi: "Tienen que ponerse de pie contra todo el mundo, aunque al ponerse de pie se den cuenta de que están solos. Tienen que mirar al mundo de frente, en la cara, aunque cuando lo hagan se den cuenta de que el mundo los mira con ojos inyectados en sangre. No teman. Confíen en ese algo diminuto que habita en su corazón...".
Cuando escuchó su discurso el doctor Robert Thurman, titular del Departamento de Religión de la Universidad de Columbia, observó:
Para que haya paz en el mundo, más personas tienen que estar dispuestas a morir con tal de no cometer violencia, que las que están dispuestas a morir ejerciendo la violencia. A eso se reduce, en última instancia, lo que el presidente Ikeda llama "revolución humana personal": que haya más personas en este planeta dispuestas a morir con tal de no ser violentos que las que hoy existen dispuestas a morir durante el proceso de ser violentas. Y entonces, tendremos paz mundial.
Éste es el momento en que nosotros, como discípulos, debemos "bramar con el rugido del león" por la justicia y la verdad.
(Extraido de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de octubre de 1996 del Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai.)