EN OCASION DEL 80º CUMPLEAÑO DE DAISAKU IKEDA. Por Dr. Mikhail E. Sokolov.
Dr. Mikhail E. Sokolov
Profesor de la Universidad Estatal de Moscú “M. V. Lomonosov”
[Fuente: Mensaje publicado en el Seikyo Shimbun, diario de la Soka Gakkai del Japón, el 10 de enero de 2008.]
Permítaseme expresar mis más sinceras felicitaciones por esta fecha auspiciosa, muy apreciada por el pueblo japonés, ya que el número “ocho” significa ‘prosperidad ilimitada’. El aniversario de alguien de la talla de Daisaku Ikeda representa sin dudas un día que debe ser celebrado por el mundo entero, pues el enorme desempeño de esta notable figura, a través de sus actividades, llega al corazón de todas las personas. Los historiadores y filósofos de nuestro tiempo sienten ya el imperativo de referirse a la importancia histórica del pensamiento y de los ideales que Daisaku Ikeda ha brindado al mundo.
El doctor Ikeda encendió la esperanza en el corazón del pueblo japonés, devastado por los estragos de la Segunda Guerra Mundial y por el fascismo militarista, y proporcionó una inspiración visionaria para la reconstrucción del país. Hoy, ha llegado el momento de que tanto los líderes del Japón, nación que desde aquel entonces se ha convertido en un país desarrollado, como los dirigentes de otras naciones presten suma atención a la filosofía de virtud del doctor Ikeda. El doctor Ikeda realiza constantemente invalorables contribuciones al pensamiento y a la filosofía moderna, así como al desarrollo de la cultura y de las artes, y a la creación de un nuevo futuro para la educación.
La magnitud de sus logros, a lo largo de sus ochenta años de vida, es realmente portentosa. Él ha desarrollado un sistema integrado de educación Soka que pone en práctica la filosofía pedagógica del presidente Tsunesaburo Makiguchi y de Josei Toda. Se trata de un sistema que va mucho más allá que el simple hecho de impartir conocimientos a los estudiantes, pues brinda además una formación humanística dentro de la que cada alumno ocupa un lugar de suma importancia y recibe un conjunto de valores humanísticos […]
El humanismo y el amor hacia el género humano son principios que están presentes en toda la obra literaria del doctor Ikeda. Los miembros de la Soka Gakkai, que encuentran inspiración en dicha obra, adquieren la capacidad de desplegar su fortaleza interior y de establecer los cimientos filosóficos de su propia vida, lo que les permitirá enfrentar cualquier adversidad en tiempos aciagos.
El doctor Ikeda se destaca también como ejemplo de alguien dedicado a su mentor. El Centro en Memoria del Presidente Makiguchi de Tokio, creado por él, se yergue como el epítome del discípulo que hereda y pone en práctica el legado espiritual de su maestro.
Tal vez no nos sea posible en nuestra existencia apreciar debidamente la importancia de las notables actividades del doctor Ikeda. Deberemos quizás dejar que las generaciones venideras realicen la merecida y justa evaluación
[…]
Como ciudadano ruso, además, considero que el doctor Ikeda ha colaborado en difundir las ideas de un escritor fundamental de la literatura de mi país, León Tolstoi. A través de numerosos discursos sobre Tolstoi, el doctor Ikeda ha revelado en verdad aspectos profundamente filosóficos del autor, algo que otros investigadores no fueron capaces de lograr. La no violencia es una de las creencias centrales Tolstoi. Él aseguraba que la violencia no solo era inútil para extirpar la iniquidad, sino que, por el contrario, servía únicamente para incitarla. Si bien el pensamiento de Tolstoi se propagó entre las filas del pueblo, no logró propiciar un movimiento popular capaz de transformar la sociedad. La filosofía del doctor Ikeda, por su parte, posee el poder de lograr esa transformación y cuenta con los principios fundamentales para concretarla. Tolstoi argüía que las causas de la infelicidad se hallaban no solo en el individuo sino también en su ámbito social; por ello se consagró a indagar sobre los males sociales y a denunciarlos. El doctor Ikeda fue aun más lejos, al proponer medios que nos permiten transformar dichos males de la sociedad y al señalar un camino hacia una transformación absolutamente accesible para todas las personas. En tal sentido, creo que la comprensión del doctor Ikeda acerca de las relaciones entre la sociedad y el ser humano es mucho más profunda que la de Tolstoi.
Y el activismo de la Soka Gakkai Internacional, organización liderada por doctor Ikeda, demuestra a las claras que es posible lograr los ideales más excelsos y aplicarlos a la realidad de nuestro mundo. ¿Acaso los ideales existen en el vacío? ¿O es que hay un movimiento que puede convertirlos en parte de un esfuerzo humano tangible? He ahí la cuestión más crucial.
Por otro lado, el doctor Ikeda ha forjado a un gran número de personas que son hoy capaces de llevar adelante su legado espiritual. El poder que tiene su filosofía para brindar nueva inspiración a las personas ha permitido que sus discípulos perciban su propio potencial ilimitado
[…]
Hay dos clases de personas en el mundo: aquellas que solo se preocupan por su propia felicidad y quienes hayan su dicha en la felicidad de los demás. El doctor Ikeda la encuentra en la felicidad de todas las personas, y se encuentra totalmente dedicado a ese objetivo. Por ende, debo orar por el bienestar del doctor Ikeda, pues su dicha es la prueba de que la mismísima humanidad es feliz.
Espero sinceramente que él continúe su obra lleno de vigor y vitalidad, y que la mayor cantidad de personas posible puedan conocerlo y dejarse inspirar por su filosofía, a través a de sus escritos y de sus fotografías.
Mikhail E. Sokolov es profesor en de la Universidad Estatal de Moscú, “M. V. Lomonosov” de Rusia. Es director del departamento de administración y gerencia de seguros. Sus investigaciones se centran en los casos de patología vascular.