GOSHO: ACTUAR COMO PERSONAS LIBRES. (CARTA DESDE SADO)
“Las persecuciones afrontadas por Nichiren se deben al karma creado en existencias anteriores ... Ya que mi corazón cree en el Sutra de Loto, no temo ni siquiera a Brama o a Shakra, pero mi cuerpo sigue siendo el de un animal. No es de extrañar que los necios me desprecien, dada esta disparidad entre mi cuerpo y mi corazón. Cuando este último se compara con mi cuerpo, resplandece como la luna o como el oro. ¿Quién sabe qué actos contra la Ley habré cometido en el pasado?... Es imposible escrutar el propio karma”.
“Carta desde Sado”, Los escritos de Nichiren Daishonin, página 321
En esta carta, Nichiren Daishonin establece uno de los principios de su filosofía de más trascendencia, la transformación del karma, y no solamente en el plano conceptual sino a través de su propio ejemplo y conducta durante el destierro a Sado. En ella, explica que ha tenido que enfrentar persecuciones tan grandes debido a su propio karma del pasado.
También reconoce la fragilidad y naturaleza cambiante del corazón, que hace que la gente viva embriagada por la ilusión y sucumba a las trampas de la naturaleza demoníaca.
El camino hacia la transformación del karma implica superar esta debilidad interna. Pues el corazón posee, al mismo tiempo, un aspecto débil y otro de gran fortaleza. La mente humana es sutil. Cambia de acuerdo con el momento y con las condiciones externas. Si entregamos el timón de nuestra vida a la mente, que es tan cambiante por naturaleza, nos será difícil seguir un camino de avance, seguro y continuo. Por ello, deberíamos basarnos en la Ley, tomarla como maestro y mirar al comportamiento del que practica correctamente la Ley para que nos sea de ejemplo.
Desde la perspectiva de las personas comunes, el camino hacia el logro de la Budeidad no existe en otra actitud más que en la de buscar la Ley con un solo deseo puro y sincero, y en lograr la Budeidad con esta misma pureza y sinceridad.
En la frase “¿Quién sabe qué actos contra la Ley habré cometido en el pasado?”, el Daishonin se sitúa a si mismo entre las personas que actuaron contra el Sutra de Loto en el pasado. El budismo del Daishonin no considera el bien y el mal como un simple dualismo. Ambos términos son inseparables; la ignorancia u oscuridad fundamental es indivisible de la Iluminación fundamental.
Aunque el Daishonin era el Buda del Último Día de la Ley, seguía siendo un ser humano. Y no existe ningún ser humano que no posea un karma originado en existencias anteriores La frase “Es imposible escrutar el propio karma”, revela su interés en profundizar en la naturaleza de la vida humana, con el fin de guiar a todos los seres humanos hacia la Iluminación. Porque palpita en él su profunda fe en el potencial de las personas y su honda comprensión de las debilidades humanas.
El hierro se convierte en una magnífica espada, cuando es sometida al fuego y los golpes. Los venerables y sabios son puestos a prueba ante el insulto. Mi actual exilio no se debe a ningún crimen secular; su único propósito es que yo pueda expiar en esta existencia mis graves faltas del pasado y, en la próxima, verme liberado de los tres malos caminos”.
“Carta desde Sado”, Los escritos de Nichiren Daishonin, página 321
La frase “El hierro se convierte en una magnífica espada”, sintetiza la transformación del karma. El hierro,para llegar a ser una espada, necesita ser sometido a un duro proceso; de la misma manera el propósito de la fe y de la religión es permitirnos “forjar” nuestra vida.
“Mi actual exilio no se debe a ningún crimen secular; su único propósito es que yo pueda expiar en esta existencia mis graves faltas del pasado y, en la próxima, verme liberado de los tres malos caminos”, dice que nuestro objetivo es transformar la “cuenta negativa” en un gran “saldo positivo”. Y lo que hace posible este cambio es la naturaleza de Buda que existe en nuestra vida. El desafío de transformar el karma está respaldado por nuestra firme convicción en la Budeidad inherente a la vida humana.
El punto clave es tener fe en la Ley Mística. La fe constante y asidua en la Ley Mistica es, en sí, la manifestación de la Budeidad. Precisamente, podemos demostrar la grandeza de la Ley Mística a través de superar y de enfrentar dificultades como personas comunes. El hecho de que seamos gente común es un medio útil que nos permite cumplir esta misión. Vivir atados por los grilletes del karma es dejarnos vencer por el sufrimiento y llenarnos de quejas. Cuando enfrentamos nuestros padecimientos de lleno, con coraje, podemos manifestar nuestra misión justamente en el proceso de transformar nuestras circunstancias. Todo depende de nuestra determinación.
Las enseñanzas anteriores al Sutra de Loto explicaban que los sufrimientos en esta existencia se deben al karma negativo del pasado, pero no aclaran el medio para cambiarlo. Esto condujo a la gente a aceptar sus sufrimientos con un sentido de resignación, como una carga. Nichiren Daishonin profundiza y confirma con su vida, a través del principio de la causa fundamental, el camino para que todas las personas puedan alcanzar la Budeidad en esta vida. A este respeto, Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, escribe en La Nueva Revolución Humana:“Es cierto que el budismo enseña que aquel que comete acciones en contra de otro recibirá los correspondientes efectos negativos. Pero es sólo un aspecto. Si esa fuera toda la enseñanza sobre el karma, las personas estarían condenadas a vivir bajo una nube de culpa y de vaga ansiedad, sin saber qué ofensas habían cometido en otras existencias.
También significaría que el destino de las personas está fijado, un concepto que fácilmente podría quitarles la energía y la pasión. También podría hacer que la gente cayera en una actitud pasiva, que solo se preocupara de no hacer nada malo.
El budismo de Nichiren Daishonin va mucho más allá de la estructura de la causalidad superficial. Elucida la causa fundamental y nos muestra el medio para regresar a la vida pura interior que ha existido, desde el tiempo sin comienzo. Esta causa fundamental es despertar a nuestra misión como Bodhisattva de la Tierra y dedicar la vida a la propagación de la Ley”.
En otras palabras, cada persona tiene una misión; cada persona es dueña de un potencial infinito. La pregunta es cómo hacer para que ese potencial se vuelva realidad.
Cuando una persona lleva a cabo su revolución humana, brinda coraje y esperanza a los demás, y les infunde convicción y confianza. Entonces, una inspiración da lugar a otra inspiración, y se dispara una reacción en cadena que genera una tremenda energía de cambio.
Asumiendo una gran misión como maravillosos seres humanos, como Bodhisattvas de la Tierra, nosotros podemos transformar nuestro karma negativo en una fuente de felicidad y alentar a otros a seguir. Asumir esta misión es superar la incredulidad en que la naturaleza de Buda existe en uno y en los demás. En otras palabras, estamos realizando esta causa fundamental cuando apoyamos a los demás y compartimos el budismo con otros.
Nuestro karma no es una cadena para atar nuestro espíritu. Cuando infundimos en nuestra vida un sentido de misión como Bodhisattvas de la Tierra, podemos vivir vidas libres y realizadas.
“Carta desde Sado”, Los escritos de Nichiren Daishonin, página 321
En esta carta, Nichiren Daishonin establece uno de los principios de su filosofía de más trascendencia, la transformación del karma, y no solamente en el plano conceptual sino a través de su propio ejemplo y conducta durante el destierro a Sado. En ella, explica que ha tenido que enfrentar persecuciones tan grandes debido a su propio karma del pasado.
También reconoce la fragilidad y naturaleza cambiante del corazón, que hace que la gente viva embriagada por la ilusión y sucumba a las trampas de la naturaleza demoníaca.
El camino hacia la transformación del karma implica superar esta debilidad interna. Pues el corazón posee, al mismo tiempo, un aspecto débil y otro de gran fortaleza. La mente humana es sutil. Cambia de acuerdo con el momento y con las condiciones externas. Si entregamos el timón de nuestra vida a la mente, que es tan cambiante por naturaleza, nos será difícil seguir un camino de avance, seguro y continuo. Por ello, deberíamos basarnos en la Ley, tomarla como maestro y mirar al comportamiento del que practica correctamente la Ley para que nos sea de ejemplo.
Desde la perspectiva de las personas comunes, el camino hacia el logro de la Budeidad no existe en otra actitud más que en la de buscar la Ley con un solo deseo puro y sincero, y en lograr la Budeidad con esta misma pureza y sinceridad.
En la frase “¿Quién sabe qué actos contra la Ley habré cometido en el pasado?”, el Daishonin se sitúa a si mismo entre las personas que actuaron contra el Sutra de Loto en el pasado. El budismo del Daishonin no considera el bien y el mal como un simple dualismo. Ambos términos son inseparables; la ignorancia u oscuridad fundamental es indivisible de la Iluminación fundamental.
Aunque el Daishonin era el Buda del Último Día de la Ley, seguía siendo un ser humano. Y no existe ningún ser humano que no posea un karma originado en existencias anteriores La frase “Es imposible escrutar el propio karma”, revela su interés en profundizar en la naturaleza de la vida humana, con el fin de guiar a todos los seres humanos hacia la Iluminación. Porque palpita en él su profunda fe en el potencial de las personas y su honda comprensión de las debilidades humanas.
El hierro se convierte en una magnífica espada, cuando es sometida al fuego y los golpes. Los venerables y sabios son puestos a prueba ante el insulto. Mi actual exilio no se debe a ningún crimen secular; su único propósito es que yo pueda expiar en esta existencia mis graves faltas del pasado y, en la próxima, verme liberado de los tres malos caminos”.
“Carta desde Sado”, Los escritos de Nichiren Daishonin, página 321
La frase “El hierro se convierte en una magnífica espada”, sintetiza la transformación del karma. El hierro,para llegar a ser una espada, necesita ser sometido a un duro proceso; de la misma manera el propósito de la fe y de la religión es permitirnos “forjar” nuestra vida.
“Mi actual exilio no se debe a ningún crimen secular; su único propósito es que yo pueda expiar en esta existencia mis graves faltas del pasado y, en la próxima, verme liberado de los tres malos caminos”, dice que nuestro objetivo es transformar la “cuenta negativa” en un gran “saldo positivo”. Y lo que hace posible este cambio es la naturaleza de Buda que existe en nuestra vida. El desafío de transformar el karma está respaldado por nuestra firme convicción en la Budeidad inherente a la vida humana.
El punto clave es tener fe en la Ley Mística. La fe constante y asidua en la Ley Mistica es, en sí, la manifestación de la Budeidad. Precisamente, podemos demostrar la grandeza de la Ley Mística a través de superar y de enfrentar dificultades como personas comunes. El hecho de que seamos gente común es un medio útil que nos permite cumplir esta misión. Vivir atados por los grilletes del karma es dejarnos vencer por el sufrimiento y llenarnos de quejas. Cuando enfrentamos nuestros padecimientos de lleno, con coraje, podemos manifestar nuestra misión justamente en el proceso de transformar nuestras circunstancias. Todo depende de nuestra determinación.
Las enseñanzas anteriores al Sutra de Loto explicaban que los sufrimientos en esta existencia se deben al karma negativo del pasado, pero no aclaran el medio para cambiarlo. Esto condujo a la gente a aceptar sus sufrimientos con un sentido de resignación, como una carga. Nichiren Daishonin profundiza y confirma con su vida, a través del principio de la causa fundamental, el camino para que todas las personas puedan alcanzar la Budeidad en esta vida. A este respeto, Daisaku Ikeda, presidente de la SGI, escribe en La Nueva Revolución Humana:“Es cierto que el budismo enseña que aquel que comete acciones en contra de otro recibirá los correspondientes efectos negativos. Pero es sólo un aspecto. Si esa fuera toda la enseñanza sobre el karma, las personas estarían condenadas a vivir bajo una nube de culpa y de vaga ansiedad, sin saber qué ofensas habían cometido en otras existencias.
También significaría que el destino de las personas está fijado, un concepto que fácilmente podría quitarles la energía y la pasión. También podría hacer que la gente cayera en una actitud pasiva, que solo se preocupara de no hacer nada malo.
El budismo de Nichiren Daishonin va mucho más allá de la estructura de la causalidad superficial. Elucida la causa fundamental y nos muestra el medio para regresar a la vida pura interior que ha existido, desde el tiempo sin comienzo. Esta causa fundamental es despertar a nuestra misión como Bodhisattva de la Tierra y dedicar la vida a la propagación de la Ley”.
En otras palabras, cada persona tiene una misión; cada persona es dueña de un potencial infinito. La pregunta es cómo hacer para que ese potencial se vuelva realidad.
Cuando una persona lleva a cabo su revolución humana, brinda coraje y esperanza a los demás, y les infunde convicción y confianza. Entonces, una inspiración da lugar a otra inspiración, y se dispara una reacción en cadena que genera una tremenda energía de cambio.
Asumiendo una gran misión como maravillosos seres humanos, como Bodhisattvas de la Tierra, nosotros podemos transformar nuestro karma negativo en una fuente de felicidad y alentar a otros a seguir. Asumir esta misión es superar la incredulidad en que la naturaleza de Buda existe en uno y en los demás. En otras palabras, estamos realizando esta causa fundamental cuando apoyamos a los demás y compartimos el budismo con otros.
Nuestro karma no es una cadena para atar nuestro espíritu. Cuando infundimos en nuestra vida un sentido de misión como Bodhisattvas de la Tierra, podemos vivir vidas libres y realizadas.