SOKA GAKKAI. FUNDACION E HISTORIA.
Desde sus orígenes como movimiento para la reforma educativa en el Japón antes de la Segunda Guerra Mundial, hasta sus actuales condiciones como la posible mayor asociación budista laica comprometida con la sociedad, en la esencia del pensamiento de la Soka Gakkai siempre ha habido la convicción en el ilimitado potencial de cada individuo y en que todas las personas tienen derecho a llevar vidas felices y plenas.
La Soka Gakkai (literalmente, "Sociedad para la Creación de Valor") comenzó en 1930 como grupo de educadores reformistas dedicados al estudio. Su fundador Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) fue un escritor y educador, inspirado en el budismo de Nichiren y dedicado con pasión a la reforma del sistema educativo japonés. Su teoría de la Educación para la Creación de Valor, sobre la cual publicó un libro en 1930, se centra en la creencia en el ilimitado potencial de cada individuo y considera que la educación es una lucha de por vida orientada a encontrar el conocimiento de sí mismo, la sabiduría y el desarrollo.
El énfasis de Makiguchi en el pensamiento independiente por encima del aprendizaje basado en la memorización, y la motivación interior sobre la obediencia ciega, fue un reto directo a las autoridades japonesas de su época, quienes percibían que el papel de la educación estaba en moldear dóciles súbditos del Estado.
La década de 1930 fue testigo del nacionalismo militar en el Japón, el cual condujo, finalmente, a que este país entrara en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno militar impuso a la población la ideología estatal sintoísta, como medio para glorificar su guerra de agresión, y sometió toda forma de disidencia.
Makiguchi y su más cercano compañero Josei Toda (1900-1958) se negaron a ceder en cuanto a sus creencias y a prestar apoyo al régimen. Esto hizo que el gobierno los arrestara y los llevara a prisión en 1943 bajo el cargo de “delincuentes ideológicos”.
A pesar de los intentos por alejarlo de sus principios, Makiguchi se mantuvo firme en sus convicciones y murió en prisión en 1944.
Josei Toda sobrevivió a las duras pruebas y fue liberado de prisión pocas semanas antes de que terminara la guerra. En medio de la confusión del Japón de la posguerra, se dedicó a reconstruir la Soka Gakkai, expandiendo su misión desde el campo de la educación hasta la mejora de la sociedad como un todo.
Promovió una forma activa de budismo, comprometida con la sociedad, como medio para que el individuo desarrollara sus propias capacidades, y sobrepasara los obstáculos en la vida dando rienda suelta –desde su interior– a la esperanza, la confianza, la valentía y la sabiduría. Este mensaje resonó especialmente entre los excluidos de la sociedad japonesa y, antes de la muerte de Toda, en 1958, ya había aproximadamente un millón de miembros. En 1957, en una declaración plena de fuerza, Toda hizo un llamado a los jóvenes para la abolición de las armas nucleares. Este llamado se convirtió en la piedra angular de las actividades por la paz de la Soka Gakkai.
El sucesor de Toda, Daisaku Ikeda, también había experimentado los horrores de la guerra en su juventud, y estaba determinado a dedicar su vida a la construcción de la paz. Tenía 32 años cuando asumió la presidencia de la Soka Gakkai en 1960. Bajo el liderazgo de Ikeda, la organización siguió creciendo y ampliando su enfoque.
En 1975, en respuesta a las necesidades del crecimiento de la cantidad de miembros internacionales, fue fundada la Soka Gakkai Internacional (SGI). Ésta es hoy una red mundial integrada por 82 organizaciones registradas y miembros en 192 países y territorios, que comparten una visión en común de un mundo mejor. La filosofía budista de la SGI apuntala a un movimiento que promueve la paz, la cultura y la educación.
La Soka Gakkai (literalmente, "Sociedad para la Creación de Valor") comenzó en 1930 como grupo de educadores reformistas dedicados al estudio. Su fundador Tsunesaburo Makiguchi (1871-1944) fue un escritor y educador, inspirado en el budismo de Nichiren y dedicado con pasión a la reforma del sistema educativo japonés. Su teoría de la Educación para la Creación de Valor, sobre la cual publicó un libro en 1930, se centra en la creencia en el ilimitado potencial de cada individuo y considera que la educación es una lucha de por vida orientada a encontrar el conocimiento de sí mismo, la sabiduría y el desarrollo.
El énfasis de Makiguchi en el pensamiento independiente por encima del aprendizaje basado en la memorización, y la motivación interior sobre la obediencia ciega, fue un reto directo a las autoridades japonesas de su época, quienes percibían que el papel de la educación estaba en moldear dóciles súbditos del Estado.
La década de 1930 fue testigo del nacionalismo militar en el Japón, el cual condujo, finalmente, a que este país entrara en la Segunda Guerra Mundial. El gobierno militar impuso a la población la ideología estatal sintoísta, como medio para glorificar su guerra de agresión, y sometió toda forma de disidencia.
Makiguchi y su más cercano compañero Josei Toda (1900-1958) se negaron a ceder en cuanto a sus creencias y a prestar apoyo al régimen. Esto hizo que el gobierno los arrestara y los llevara a prisión en 1943 bajo el cargo de “delincuentes ideológicos”.
A pesar de los intentos por alejarlo de sus principios, Makiguchi se mantuvo firme en sus convicciones y murió en prisión en 1944.
Josei Toda sobrevivió a las duras pruebas y fue liberado de prisión pocas semanas antes de que terminara la guerra. En medio de la confusión del Japón de la posguerra, se dedicó a reconstruir la Soka Gakkai, expandiendo su misión desde el campo de la educación hasta la mejora de la sociedad como un todo.
Promovió una forma activa de budismo, comprometida con la sociedad, como medio para que el individuo desarrollara sus propias capacidades, y sobrepasara los obstáculos en la vida dando rienda suelta –desde su interior– a la esperanza, la confianza, la valentía y la sabiduría. Este mensaje resonó especialmente entre los excluidos de la sociedad japonesa y, antes de la muerte de Toda, en 1958, ya había aproximadamente un millón de miembros. En 1957, en una declaración plena de fuerza, Toda hizo un llamado a los jóvenes para la abolición de las armas nucleares. Este llamado se convirtió en la piedra angular de las actividades por la paz de la Soka Gakkai.
El sucesor de Toda, Daisaku Ikeda, también había experimentado los horrores de la guerra en su juventud, y estaba determinado a dedicar su vida a la construcción de la paz. Tenía 32 años cuando asumió la presidencia de la Soka Gakkai en 1960. Bajo el liderazgo de Ikeda, la organización siguió creciendo y ampliando su enfoque.
En 1975, en respuesta a las necesidades del crecimiento de la cantidad de miembros internacionales, fue fundada la Soka Gakkai Internacional (SGI). Ésta es hoy una red mundial integrada por 82 organizaciones registradas y miembros en 192 países y territorios, que comparten una visión en común de un mundo mejor. La filosofía budista de la SGI apuntala a un movimiento que promueve la paz, la cultura y la educación.