¡JÓVENES BODHISATTVAS DE LA TIERRA PROPAGUEN CON JÚBILO LA LEY MÍSTICA! Por Daisaku Ikeda.
(Publicado en julio de 2011 en el Daibyakurenge, revista de estudio de la Soka Gakkai.)
Con juvenil esfuerzo, venzan en su lucha cada vez; y siempre joviales y animosos, muestren la prueba admirable de sus logros personales.
El activista argentino de los derechos humanos, doctor Adolfo Pérez Esquivel, sostuvo: “Lo importante es tener el coraje de construir una nueva era”.[1]
Los Bodhisattvas de la Tierra, dotados de una valentía y confianza excepcionales, aparecen en el mundo para propagar la Ley mística en la época más oscura y difícil. Rebosantes de alegría, surgen allí donde está su misión de lograr el Kosen-rufu, en respuesta al llamado de su maestro, quien tiene una fe sin par en la capacidad de sus discípulos.
Mi mentor Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, dejó oír un clamor en su “Canción de los camaradas”: “No escatimo mi vida, / pero ¿dónde están los jóvenes portadores de estandartes?”. En medio de las ruinas y los escombros del Japón de posguerra, el señor Toda emprendió solitariamente la tarea de reconstruir la Soka Gakkai y de abrir la senda para el logro del Kosen-rufu.
Durante la conflagración, él libró una batalla sin cuartel contra el militarismo demencial que se había cobrado cruelmente la vida de tantos jóvenes brillantes y prometedores. Lleno de un hondo sentimiento de ultraje, decidió firmemente que la naturaleza demoníaca de la autoridad nunca más volvería a arrollar la preciosa vida de la gente joven. Comprendió también que para lograr ese cometido, era vital que los jóvenes despertaran al principio de la dignidad suprema de la vida, que emplearan al máximo su capacidad y talentos sin el menor temor, y que se unieran para proclamar la verdad y la justicia.
Nunca conocí un líder que amara a los jóvenes y confiara tanto en ellos como el señor Toda. Él fundó el Departamento de Jóvenes de la Soka Gakkai con la enorme visión de cambiar el mismísimo curso de la historia del hombre. Nosotros, los jóvenes de aquel entonces, éramos pobres y carecíamos de toda notoriedad; sin embargo, al establecerse el departamento, nos transformamos en jóvenes hombres y mujeres de coraje infinito, alentados por el conocimiento de nuestra profunda misión en bien del Kosen-rufu.
En una carta que escribió a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu, Nichiren Daishonin expresa: “Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento”.[2] También cita un pasaje del Sutra del loto que señala: “Suplicamos que el mérito acumulado gracias a estas ofrendas se extienda a lo ancho y a lo largo, a todas las personas, para que nosotros y los demás seres vivos entremos juntos en el Camino del Buda”[3].[4] La gente joven que hace suyo el juramento del Buda desborda del mismo coraje y fuerza invencibles que este posee.
El Departamento de Hombres Jóvenes se fundó el 11 de julio de 1951, y el Departamento de Mujeres Jóvenes se estableció poco más de una semana después, el 19 de julio. Yo tenía veintitrés años en ese entonces.
El 15 de julio, justo en la mitad de ese período de tremendo entusiasmo, me dirigí con enorme expectación a Sendai, capital de la prefectura de Miyagi en Tohoku, para asistir a una reunión de diálogo junto a mis queridos y confiables compañeros miembros que se habían reunido provenientes de toda la región de Tohoku.
En esa ocasión, hablé acerca de los grandes beneficios que había obtenido gracias a la práctica del budismo del Daishonin y lo hice con gran pasión y convencimiento. Había, recuerdo, ocho invitados en el encuentro, y todos decidieron ingresar en la Soka Gakkai esa misma noche. Fue el comienzo de un desarrollo dinámico del distrito general Sendai, que luego llegó a convertirse en uno de los más destacados de Japón.
Recuerdo claramente el clamor inmortal de mi mentor: “¡Jóvenes! ¡Póngase uno solo de pie, y habrá luego un segundo y un tercero que lo seguirán!”.[5] Han transcurrido sesenta años desde aquella visita a Sendai, y hoy un palacio de personas capaces, tal como la célebre fortaleza de Aoba de antaño, descuella en la región de Tohoku. Se erige sólido y orgulloso, intrépido vencedor de incalculables tempestades.
Ahora, luego de un desastre natural de magnitud sin precedentes, nuestros admirables miembros de Tohoku están batallando valerosamente para reconstruir su vida y sus comunidades, con fe inquebrantable y gran perseverancia. Ellos son la encarnación del auténtico espíritu de los Bodhisattvas de la Tierra, descritos en el Sutra del loto como “firmes en su propósito y pensamiento/ con el poder de una gran perseverancia”.[6]
Las jóvenes del Ikeda Kayo-kai de la SGI de Tohoku y de todo el mundo están expandiendo su red de paz mediante los esfuerzos sinceros y dedicados que realizan para llegar a los demás.
Tal como lo afirma la doctora Sarah Wider, profesora de Lengua Inglesa y de Estudios sobre la Mujer en la Universidad Colgate de los Estados Unidos: “La gente que dialoga puede cambiar algo. Puede cambiar muchas cosas. Puede cambiarlo todo”.[7] La doctora Wider considera que nuestro Departamento de Mujeres Jóvenes es una enorme fuente de esperanza y de motivación.
En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente Nichiren Daishonin sostiene: “[El Sutra del loto describe cómo] uno danza de alegría cuando llega a comprender que los elementos del cuerpo y de la mente son la Ley prodigiosa [La Ley mística]”.[8]
No hay desventura, ni siquiera la crisis o la recesión económica más severas, que la gente joven no pueda superar, pues su corazón baila con la dicha de saber que su vida es infinitamente noble y preciosa.
Mis queridos amigos, jóvenes Bodhisattvas de la Tierra, ha llegado el momento de realizar con alegres bríos esfuerzos aún más grandes para propagar la Ley mística.
Como discípulos míos, marchen a la vanguardia, luchen sin temor alguno y preparen la senda para la victoria del Kosen-rufu.
NOTAS
[1] Extraído de un artículo publicado en la edición del 1o de enero de 1997 del diario Seikyo.Traducción indirecta del japonés.
[2] Los escritos de Nichiren Daishonin (LEDND), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1048.
[3] Véase The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El Sutra del loto, y los sutras de inicio y de cierre), trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap. 7, pág. 168.
[4] END, pág. 1048.
[5] Extraído de un artículo escrito por el señor Toda en octubre de 1954, titulado “¡Jóvenes sean patriotas!
[6] Véase The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras, op. cit., cap. 15, pág. 256.
[7] Extraído de un discurso pronunciado por la doctora Wider en la Universidad Soka de Tokio, el 22 de noviembre de 2009, en una conferencia del Instituto Toda sobre el tema “El poder del diálogo en una época de crisis global”.
[8] The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 1996, pág. 45.
Con juvenil esfuerzo, venzan en su lucha cada vez; y siempre joviales y animosos, muestren la prueba admirable de sus logros personales.
El activista argentino de los derechos humanos, doctor Adolfo Pérez Esquivel, sostuvo: “Lo importante es tener el coraje de construir una nueva era”.[1]
Los Bodhisattvas de la Tierra, dotados de una valentía y confianza excepcionales, aparecen en el mundo para propagar la Ley mística en la época más oscura y difícil. Rebosantes de alegría, surgen allí donde está su misión de lograr el Kosen-rufu, en respuesta al llamado de su maestro, quien tiene una fe sin par en la capacidad de sus discípulos.
Mi mentor Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, dejó oír un clamor en su “Canción de los camaradas”: “No escatimo mi vida, / pero ¿dónde están los jóvenes portadores de estandartes?”. En medio de las ruinas y los escombros del Japón de posguerra, el señor Toda emprendió solitariamente la tarea de reconstruir la Soka Gakkai y de abrir la senda para el logro del Kosen-rufu.
Durante la conflagración, él libró una batalla sin cuartel contra el militarismo demencial que se había cobrado cruelmente la vida de tantos jóvenes brillantes y prometedores. Lleno de un hondo sentimiento de ultraje, decidió firmemente que la naturaleza demoníaca de la autoridad nunca más volvería a arrollar la preciosa vida de la gente joven. Comprendió también que para lograr ese cometido, era vital que los jóvenes despertaran al principio de la dignidad suprema de la vida, que emplearan al máximo su capacidad y talentos sin el menor temor, y que se unieran para proclamar la verdad y la justicia.
Nunca conocí un líder que amara a los jóvenes y confiara tanto en ellos como el señor Toda. Él fundó el Departamento de Jóvenes de la Soka Gakkai con la enorme visión de cambiar el mismísimo curso de la historia del hombre. Nosotros, los jóvenes de aquel entonces, éramos pobres y carecíamos de toda notoriedad; sin embargo, al establecerse el departamento, nos transformamos en jóvenes hombres y mujeres de coraje infinito, alentados por el conocimiento de nuestra profunda misión en bien del Kosen-rufu.
En una carta que escribió a su joven discípulo Nanjo Tokimitsu, Nichiren Daishonin expresa: “Mi deseo es que todos mis discípulos puedan hacer un gran juramento”.[2] También cita un pasaje del Sutra del loto que señala: “Suplicamos que el mérito acumulado gracias a estas ofrendas se extienda a lo ancho y a lo largo, a todas las personas, para que nosotros y los demás seres vivos entremos juntos en el Camino del Buda”[3].[4] La gente joven que hace suyo el juramento del Buda desborda del mismo coraje y fuerza invencibles que este posee.
El Departamento de Hombres Jóvenes se fundó el 11 de julio de 1951, y el Departamento de Mujeres Jóvenes se estableció poco más de una semana después, el 19 de julio. Yo tenía veintitrés años en ese entonces.
El 15 de julio, justo en la mitad de ese período de tremendo entusiasmo, me dirigí con enorme expectación a Sendai, capital de la prefectura de Miyagi en Tohoku, para asistir a una reunión de diálogo junto a mis queridos y confiables compañeros miembros que se habían reunido provenientes de toda la región de Tohoku.
En esa ocasión, hablé acerca de los grandes beneficios que había obtenido gracias a la práctica del budismo del Daishonin y lo hice con gran pasión y convencimiento. Había, recuerdo, ocho invitados en el encuentro, y todos decidieron ingresar en la Soka Gakkai esa misma noche. Fue el comienzo de un desarrollo dinámico del distrito general Sendai, que luego llegó a convertirse en uno de los más destacados de Japón.
Recuerdo claramente el clamor inmortal de mi mentor: “¡Jóvenes! ¡Póngase uno solo de pie, y habrá luego un segundo y un tercero que lo seguirán!”.[5] Han transcurrido sesenta años desde aquella visita a Sendai, y hoy un palacio de personas capaces, tal como la célebre fortaleza de Aoba de antaño, descuella en la región de Tohoku. Se erige sólido y orgulloso, intrépido vencedor de incalculables tempestades.
Ahora, luego de un desastre natural de magnitud sin precedentes, nuestros admirables miembros de Tohoku están batallando valerosamente para reconstruir su vida y sus comunidades, con fe inquebrantable y gran perseverancia. Ellos son la encarnación del auténtico espíritu de los Bodhisattvas de la Tierra, descritos en el Sutra del loto como “firmes en su propósito y pensamiento/ con el poder de una gran perseverancia”.[6]
Las jóvenes del Ikeda Kayo-kai de la SGI de Tohoku y de todo el mundo están expandiendo su red de paz mediante los esfuerzos sinceros y dedicados que realizan para llegar a los demás.
Tal como lo afirma la doctora Sarah Wider, profesora de Lengua Inglesa y de Estudios sobre la Mujer en la Universidad Colgate de los Estados Unidos: “La gente que dialoga puede cambiar algo. Puede cambiar muchas cosas. Puede cambiarlo todo”.[7] La doctora Wider considera que nuestro Departamento de Mujeres Jóvenes es una enorme fuente de esperanza y de motivación.
En el Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente Nichiren Daishonin sostiene: “[El Sutra del loto describe cómo] uno danza de alegría cuando llega a comprender que los elementos del cuerpo y de la mente son la Ley prodigiosa [La Ley mística]”.[8]
No hay desventura, ni siquiera la crisis o la recesión económica más severas, que la gente joven no pueda superar, pues su corazón baila con la dicha de saber que su vida es infinitamente noble y preciosa.
Mis queridos amigos, jóvenes Bodhisattvas de la Tierra, ha llegado el momento de realizar con alegres bríos esfuerzos aún más grandes para propagar la Ley mística.
Como discípulos míos, marchen a la vanguardia, luchen sin temor alguno y preparen la senda para la victoria del Kosen-rufu.
NOTAS
[1] Extraído de un artículo publicado en la edición del 1o de enero de 1997 del diario Seikyo.Traducción indirecta del japonés.
[2] Los escritos de Nichiren Daishonin (LEDND), Tokio: Soka Gakkai, 2008, pág. 1048.
[3] Véase The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras (El Sutra del loto, y los sutras de inicio y de cierre), trad. por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 2009, cap. 7, pág. 168.
[4] END, pág. 1048.
[5] Extraído de un artículo escrito por el señor Toda en octubre de 1954, titulado “¡Jóvenes sean patriotas!
[6] Véase The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras, op. cit., cap. 15, pág. 256.
[7] Extraído de un discurso pronunciado por la doctora Wider en la Universidad Soka de Tokio, el 22 de noviembre de 2009, en una conferencia del Instituto Toda sobre el tema “El poder del diálogo en una época de crisis global”.
[8] The Record of the Orally Transmitted Teachings (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente), traducido por Burton Watson, Tokio: Soka Gakkai, 1996, pág. 45.