Esta carta va dirigida a Toki Jonín. También deberá mostrarla a
Shíjo Kingo, Tonotsuji Juro, (1) Sajiki no Ama(2) y mis demás discípulos.
Envíenme los nombres de aquellos que murieron en las batallas de Kyoto y
Kamakura. Además, por favor haga que aquellos que vienen para acá me traigan el
Geten Sho,(3) el volumen dos del Hokke Mongu y el volumen cuatro del Hokke
Gengí, como también la colección de los reportes y edictos Imperiales.
Las cosas más temidas en el mundo son el dolor que produce el
fuego, el destello de las espadas y la sombra de la muerte. Aún los caballos y
las reses temen morir; no es extraño que los seres humanos se atemoricen por la
muerte. Aún un leproso se aferra a la vida; no es de extrañarse que una persona
saludable luche por vivir.
El Buda enseñó que ofrecer el dedo meñique por el sutra resulta
en mayor recompensa que cubrir toda la galaxia con las siete clases de joyas.(4)
Sessen Dojí ofreció su vida y Gyobo Bonji se rasgó su propia piel en búsqueda
de la verdad del Budismo.
Ya que nada es más precioso que la vida misma, aquellos que
dedican sus vidas a la práctica Budista con certeza obtendrán la Budeidad. Si
ellos están preparados para ofrecer sus vidas, ¿por qué han de escatimar
cualquier otro tesoro por el bien del Budismo? Por otro lado, si detestan dejar
a un lado sus posesiones materiales, ¿cómo podría ser posible que dieran sus
vidas que son mucho más valiosas?
La sociedad manda que uno deba retribuir una gran obligación con
otra persona aun a costa de su vida. Muchos guerreros mueren por sus amos, tal
vez mucho más de lo que uno podría imaginar. Un hombre morirá por defender su
honor; una mujer morirá por un hombre. Los peces quieren sobrevivir; se quejan
de lo llano del estanque y cavan hoyos para esconderse, pero engañados por el
cebo, muerden el anzuelo. Los pájaros en los árboles temen estar muy bajos y se
posan en las ramas más altas, no obstante, fascinados por el cebo, ellos
también caen presa de las trampas. Los seres humanos son igualmente
vulnerables. Dan sus vidas por asuntos superficiales y mundanos, pero rara vez
por la noble causa del Budismo. No es de extrañarse que no logren la Budeidad.
El Budismo debe propagarse ya sea por el método de shoju o shakubuku, dependiendo de la época.
Estos son análogos a las dos artes mundanas de la pluma y la espada. Los
bodhisattvas antiguos practicaban la Ley de acuerdo al tiempo. Sessen Dojí
ofreció su propio cuerpo cuando se le dijo que se le enseñaría la Ley en
compensación. El Príncipe Satta dio su propia carne y sangre para llevar a cabo
su práctica de bodhisattva.
Pero, ¿debe uno sacrificar su vida en una época que no sea
necesario? En una era en la cual no hay papel, uno debe usar su propia piel. En
una era en la cual no hay plumas, uno debe utilizar sus propios huesos. En una
era en la cual la sociedad acepta la Ley Verdadera y honra los preceptos,
mientras que a la vez denuncian a aquellos que los quebrantan o los ignoran,
uno debe seguirlos todos estrictamente. En una era cuando el Confucianismo o el
Taoísmo se emplea para acosar al Budismo, uno debe arriesgar su vida para
debatir con el emperador, como hicieron los sacerdotes Tao-an, Huiyuan, y
Fa-tao.(5)
En una era cuando la gente confunde el Hinayana y el Mahayana,
las enseñanzas provisionales y las verdaderas o las doctrinas exotéricas y
esotéricas, como si le fuera imposible distinguir las joyas de las piedras o la
leche de vaca de la leche de burra,(6) uno debe diferenciar estrictamente entre
éstos, siguiendo el ejemplo de los Grandes Maestros T’ien-t’ai y Dengyo.
Es la naturaleza de las bestias amenazar al débil y temer al
fuerte. Nuestros eruditos contemporáneos son exactamente igual a ellos. Odian
al hombre sabio sin poder, pero temen a los gobernantes malvados. Son meramente
cortesanos serviles. Únicamente al derrotar a un poderoso enemigo se puede
comprobar su verdadera fuerza.
Cuando un regente malvado en conspiración con sacerdotes herejes
trata de destruir el Budismo verdadero y exilian a un hombre de sabiduría,
aquellos que tienen corazón de león con toda certeza lograrán la Budeidad como
lo hizo Níchiren.
Digo esto no por arrogancia sino porque estoy comprometido con el
Budismo verdadero.
A un hombre arrogante lo dominará el miedo cuando se encuentre
ante un enemigo poderoso, al igual que el altanero Ashura que se encogió y se
escondió en una flor de loto que florecía en el Lago Munetchi al ser reprochado
por Taishaku. Aún una palabra o frase del Budismo verdadero lo conducirá por el
sendero de la iluminación, si está de acuerdo al tiempo y a la capacidad de la
gente. A pesar de que uno estudie mil sutras y diez mil doctrinas, no podrá
lograr la Budeidad, si esas enseñanzas no son apropiadas para el tiempo y la
capacidad de la gente.
Ahora, 26 años después de la batalla de Hojí,(7) el gobierno de
Kamakura está nuevamente plagado por conflictos internos. Las rebeliones (8) ya
se han manifestado dos veces, en el décimo primer y décimo séptimo día del
segundo mes de este año. Ni los no-Budistas ni los enemigos del Budismo pueden
destruir la Verdadera Ley del Buda, pero los discípulos del Buda
definitivamente sí pueden.
Como dice el sutra, un parásito en las entrañas del león devorará
al león. Un hombre de gran fortuna no puede ser arruinado por sus enemigos sino
solamente por aquellos que están cerca de él.
La rebelión actual es lo que el Sutra Yakushi quiere decir con
“el desastre del conflicto interno”.(9) El Sutra Ninno afirma, “Cuando el sabio
se va, los siete tipos de calamidades invariablemente surgirán”.
El Sutra Konkomyo dice: “Los treinta y tres dioses celestiales se
enfurecen porque el rey permite que el mal ande desenfrenado”. A pesar de que
Níchiren no es un sabio, es igual a un sabio porque abraza al Sutra del Loto
exactamente como lo enseñó el Buda. Asimismo, ya que desde hace mucho tiempo él
comprendió los asuntos del mundo, todas las profecías que él escribió se han
convertido en realidad sin excepción alguna. Por lo tanto, no deben dudar de lo
que él les ha dicho con respecto a sus futuras existencias.
Níchiren es el pilar, el sol, la luna, el espejo y los ojos del
clan regente Kanto.(10) En el duodécimo día del noveno mes del año pasado
cuando fui arrestado, declaré abiertamente que si el país perdiera a Níchiren
ocurrirían los siete desastres sin fallar.
¿Acaso no se hizo realidad esta profecía sólo sesenta y luego
ciento cincuenta días más tarde? Y aquellas batallas tan solo fueron las
primeras señales. ¿Cuántos lamentos habrán cuando aparezca el efecto completo!
La gente tontamente se pregunta, ¿por qué Níchiren es perseguido por el
gobierno si él es realmente un hombre sabio? Aún así, todo es como yo lo
esperaba.
El Rey Ajatashatru mató a su padre y casi asesina a su madre, por
lo cual fue aclamado por los seis ministros reales. Cuando Devadatta mató a un
Arhat y derramó la sangre del Buda, Kokalika (11) y otros se deleitaron.
Níchiren es padre y madre del clan regente y es como un Buda o un Arhat de esta
era. El soberano y sus súbditos que se regocijan por su exilio son
verdaderamente los más desvergonzados de todos. Aquellos sacerdotes herejes que
han venido lamentándose por habérsele expuesto sus errores, podrán regocijarse
de momento, pero eventualmente sufrirán no menos que Níchiren y sus discípulos.
Su júbilo es como el de Fujiwara Yasuhira (12) cuando mató a su hermano y a
Minamoto no Yoshitsune El demonio que destruirá al clan regente ya ha penetrado
al país. Este es el significado del pasaje del Sutra del Loto que dice: “El
demonio entra en el cuerpo de uno”.(13)
Las persecuciones que ha confrontado Níchiren son resultados del
karma formado en existencias previas. El capitulo Fukyo afirma “… después de
expiar sus faltas”, lo cual indica que el Bodhisattva Fukyo fue difamado y
golpeado por incontables calumniadores debido a su karma del pasado.
Así también sucede con Níchiren quien en esta vida nació pobre y
de una familia chandala (14) de bajo nivel. En mi corazón atesoro algo de fe en
el Sutra del Loto, pero mi cuerpo, aunque externamente humano, es
fundamentalmente el de un animal, que en alguna ocasión subsistió de pescado o
aves y fue concebido de los fluidos de un varón y una hembra.
Mi espíritu vive en este cuerpo como la luna se refleja en un
estanque fangoso o como el oro envuelto en un saco sucio. Ya que mi corazón
cree en el Sutra del Loto, no temo ni aún a Bonten ni a Taishaku, pero mí
cuerpo es aún así el de un animal. Con tal disparidad entre mi cuerpo y mi
mente, no es sorprendente que los tontos me desprecien. Sin duda alguna, al
comparar mi cuerpo, mi mente brilla como la luna o como el oro. ¿Quién sabe qué
calumnia pude haber cometido en el pasado? Quizás posea el alma del Sacerdote
Shoi (15) o el espíritu de Mahadeva.(16) Tal vez descendí de aquellos que
desdeñosamente persiguieron al Bodhisattva Fukyo o estoy entre aquellos que
olvidaron su fe original (17) en el Sutra del Loto. Hasta puedo estar
relacionado a las cinco mil personas arrogantes (18) que no se quedaron a
escuchar el sutra, o pertenecí al tercer y más bajo grupo de los discípulos del
Buda Daitsu. Es imposible imaginarse su propio karma.
El hierro, cuando es calentado por las llamas y forjado se
convierte en una fina espada. Los sabios y santos se prueban con el abuso. Mi
exilio actual no es debido a ningún crimen. Es solamente para que yo pueda
expiar en esta existencia mis calumnias graves del pasado y ser liberado de los
tres senderos del mal en la próxima.
El Sutra Hatsunaion afirma, “En la era venidera, existirán
aquellos que entrarán al sacerdocio, vestirán sotanas y simularán estudiar mis
enseñanzas. No obstante, por no ser ni diligentes ni serios en su práctica,
ellos calumniarán a los sutras Mahayana. Debe estar consciente que estas
personas son las que siguen las religiones herejes actuales”.
Aquellos que leen este pasaje deben reflexionar profundamente
sobre su propia práctica. El Buda está diciendo que aquellos de nuestros
sacerdotes contemporáneos que son perezosos y negligentes fueron los discípulos
de los seis maestros no-budistas en los días de Shakyamuni.
Los seguidores de Honen que se hacen llamar la secta Nembutsu no
sólo hacen que la gente se aparte del Sutra del Loto, diciéndole que lo
“descarten, cierren, ignoren y abandonen”, sino que propugnan que debe
entonarse solamente el nombre de Amida, un Buda descrito en las enseñanzas
provisionales.
Los seguidores de Dainichi, conocidos como la secta Zen, alegan
que las verdaderas enseñanzas del Budismo fueron transmitidas aparte de los
sutras. Ellos ridiculizan el Sutra del Loto como si no fuera nada más que un
dedo señalando hacia la luna o una sarta de palabras sin sentido. Estos
sacerdotes ciertamente eran seguidores de los seis maestros no-Budistas, sólo
que ahora han penetrado en la corriente del Budismo.
Según el Sutra de Nirvana, el Buda había permitido que todos
obtuvieran la iluminación al enseñarles el capitulo Juryo del Sutra del Loto.
Aún así, ¡ay! cuando él iluminó los ciento treinta y seis infiernos
subterráneos, en vez de encontrarlos vacíos, vio que los calumniadores del
Budismo quienes eran personas de una incredulidad incorregible aún estaban
confinadas allí por los guardianes del infierno. Ellos proliferaron hasta
convertirse en la gente del Japón actual.
Debido a que el mismo Níchiren cometió calumnias en el pasado, se
convirtió en un sacerdote del Nembutsu en esta existencia y por varios años él
también se rió de aquellos que practicaron el Sutra del Loto, diciendo, “Ni una
sola persona ha logrado la Budeidad mediante ese sutra” (19) o “Ni una sola
persona en mil puede alcanzar la iluminación a través de sus enseñanzas”.(20)
Al despertar de mi condición calumniadora, me siento como un hijo ebrio, quien,
en su estupor golpea a sus padres, pero no le da importancia a eso. Cuando vuelve
a sus sentidos, lo lamenta amargamente, pero de nada sirve. Su ofensa es
extremadamente difícil de borrar. Aún más lo son las calumnias del pasado
contra la Ley, que manchan las profundidades del corazón.
Un sutra (21) establece, que tanto la negrura del cuervo como la
blancura de la garza son en realidad las profundas manchas de su karma del
pasado. Los brahmanes y los otros no-Budistas rehusaron reconocer esta
causalidad y alegaron que era la labor de la naturaleza, y hoy día, cuando
expongo las calumnias de la gente en un esfuerzo por salvarla, lo niegan con
todas las excusas posibles y argumentan con las palabras de Honen que hablan de
cerrar los portales al Sutra del Loto.
Esto no es sorprendente de los creyentes del Nembutsu, pero aún
los sacerdotes de Tendai y Shingon los apoyan activamente. En el décimo sexto y
décimo séptimo día del primer mes de este año, cientos de sacerdotes y
creyentes del Nembutsu y otras sectas se reunieron para un debate con Níchiren.
Como representante de la secta Nembutsu lnsho-bo dijo, “San Honen
no nos ha dado instrucciones de descartar el Sutra del Loto. Él sencillamente
escribió que todos debían entonar el Nembutsu, y sus grandes bendiciones
asegurarán su ascenso a la tierra pura. Aún los sacerdotes de Tendai de los
Templos Onjo-i y Enryaku-ji, (22) exiliados en esta isla, alaban a San Honen y
dicen cuán excelente es su enseñanza. ¿Cómo se atreve usted a tratar de
refutarla?” Los sacerdotes locales son aún más ignorantes que sus contrapartes
en Kamakura. Son absolutamente dignos de lástima.
¡Cuán terribles son las calumnias que Níchiren cometió en sus
existencias pasadas y presente! Ya que ustedes nacieron en este malvado país y
se han convertido en discípulos de un hombre así, no hay manera de predecir lo
que tendrán que soportar. El Sutra Hatsunaion dice, “Hombres de fe devota,
debido a que cometieron incontables pecados y acumularon mucho karma malvado en
el pasado, deben esperar sufrir la retribución por todo lo que han hecho.
Podrán ser ultrajados, maldecidos con una apariencia horrenda, comerán y se
vestirán pobremente, buscando en vano la riqueza, nacerán de familias
paupérrimas o herejes o serán perseguidos por sus soberanos”.
Dice además, “Es debido a las bendiciones que se obtienen por
proteger la Ley que uno puede disminuir en esta existencia su sufrimiento y
retribución”. De no ser por Níchiren, estos pasajes del sutra virtualmente
harían del Buda un mentiroso. Porque nadie, salvo Níchiren, ha experimentado
los ocho sufrimientos descritos en el Sutra:
ser despreciado; poseer una apariencia física fea; carecer de
vestimentas; carecer de alimentos; buscar la riqueza en vano; nacer en una
familia pobre; nacer en una familia hereje y ser perseguido por su soberano.
Aquel que sube una alta montaña, eventualmente descenderá. Aquel
que desprecia a otro a su vez será despreciado. Aquel que desprecia a aquellos
de apariencia hermosa, nacerá feo. Aquel que roba a otro su comida o su
vestimenta con seguridad caerá en el mundo del Hambre. Aquel que se burla de los
hombres nobles o de cualquiera que observe los preceptos nacerá en una familia
pobre. Aquel que calumnia una familia que abraza la Ley Verdadera nacerá en una
familia hereje. Aquel que se burla de los que atesoran los preceptos nacerá
como una persona común y se enfrentará a persecuciones de su soberano. Esta es
la ley general de causa y efecto.
Sin embargo, los sufrimientos de Níchiren no se atribuyen a esta
ley de causalidad. En el pasado, él despreció a los devotos del Sutra del Loto
y ridiculizó al sutra, a veces con alabanzas exageradas y otras, con altanería.
Él se enfrentó a todos estos ocho terribles sufrimientos por estos actos en
contra del Sutra del Loto que es tan magnifico como las dos joyas combinadas,
dos lunas brillando a la par, dos estrellas en conjunción o un Monte Hua (23)
colocado uno sobre otro.
Usualmente estos sufrimientos atormentarían a una persona por
muchas existencias, apareciendo uno a la vez, pero Níchiren ha denunciado a los
enemigos del Sutra del Loto tan severamente que los ocho descendieron sobre él
al mismo tiempo. Su situación es similar a la de un campesino muy endeudado a
su amo y a otras personas. Siempre y cuando permanezca en la propiedad es
probable que sus deudas sean diferidas de un año a otro, en vez de acosarlo sin
piedad. Pero tan pronto trate de partir, todos lo abordarán y demandarán que
les pague la totalidad inmediatamente.
Por eso el sutra dice: “Es debido a las bendiciones que se
obtienen por proteger a la Ley que uno puede disminuir… sus sufrimientos y
retribuciones”.
El Sutra del Loto dice, “Existen muchas personas ignorantes que
nos denigrarán y atacarán a nosotros los devotos del Sutra del Loto, con
espadas, varas y piedras… nos denunciarán ante soberanos, ministros, Brahmanes
y otras personas influyentes... seremos desterrados una y otra vez”. (24) Sin
guardianes del infierno que los atormenten, los calumniadores nunca podrían
salir del infierno. De no ser por las autoridades que ahora persiguen a
Níchiren, él no podría expiar sus faltas pasadas por calumniar la Ley. Níchiren
es como el Bodhisattva Fukyo, quien vivió en tiempos pasados y la gente de hoy
día son como sacerdotes, monjas, hombres y mujeres laicos que desdeñaron y
persiguieron a Fukyo. La gente es diferente, pero la causa es la misma. Diferentes
personas pueden matar a sus padres, pero todos caerían en el mismo infierno de
incesante sufrimiento. Debido a que Níchiren está haciendo la misma causa que
Fukyo, con certeza se convertirá en un Buda igual que Shakyamuni. Es más,
aquellos que ahora lo persiguen son iguales a Bhadrapala (25) y a los demás que
persiguieron a Fukyo. Ellos serán torturados en las profundidades del infierno
por mil eones. Yo, por lo tanto, siento profunda lástima por ellos y me
pregunto ¿qué puedo hacer por ellos? Aquellos que inicialmente desdeñaron y
persiguieron a Fukyo posteriormente cobraron fe en sus enseñanzas y se
convirtieron en sus seguidores. La mayor parte de sus calumnias fueron por lo
tanto expiadas, pero la pequeña parte que aún quedaba fue la causa de que
sufrieran tan terriblemente como aquellos que han matado a sus padres mil
veces. La gente de esta época rehúsa arrepentirse en lo más mínimo y debe, por
tanto, sufrir por interminables eones tal cual está descrito en el capítulo
Hiyu, quizás aún por la duración de sanzen o gohyaku-jintengo.
También hay aquellos que aparentaron creer en Níchiren, pero
empezaron a dudar cuando vieron que fue perseguido. Ellos, no solamente han
abandonado al Sutra del Loto, sino que, aún más, se creen lo suficientemente sabios
como para instruir a Níchiren. Lo más lastimoso de todo es que esta gente
perversa deberá sufrir en las profundidades del infierno aún por más tiempo que
los creyentes de Nembutsu. Ashura sostenía que el Buda sólo tenía dieciocho
funciones sensoriales, pero que él tenía diecinueve. Los Brahmanes alegaban que
el Buda ofrecía una sola vía hacia la iluminación, pero que ellos tenían
noventa y cinco. De igual forma, los discípulos renegados dicen que a pesar de
que el Sacerdote Níchiren es su maestro, es demasiado estricto y que ellos
propagarán el Sutra del Loto de manera más flexible. Al aseverar esto, son tan
ridículos como las luciérnagas que se ríen de la luz del sol y la luna, o un
oso hormiguero que desestima al Monte Hua, o las pequeñas ensenadas que
desprecian al inmensurable mar, o una urraca mofándose de un ave fénix China.
Nam-myoho-renge-kyo.
Níchiren
El vigésimo día del tercer mes en el noveno año de Bun’ei (1272).
Hay poco papel de escribir aquí en la Provincia de Sado y
escribirles individualmente tomaría mucho tiempo. Sin embargo, si aún una
persona deja de oír de mi, esto causará resentimientos. Por consiguiente,
quiero que todos mis sinceros creyentes se reúnan y lean esta carta juntos para
alentarse entre si. Cuando el desastre ataca, nuestros problemas personales
parecen insignificantes.
No sé cuán veraces sean los informes que me llegan, pero de
seguro debe haber mucho pesar, por los que han muerto en las batallas
recientes. ¿Qué se han hecho lzawa no Nyudo y Sakabe no Nyudo? (26) Envíenme
noticias de Kawanobe, Yamashiro, Tokugyo-ji (27) y los demás. Además por favor
tengan la bondad de enviarme Lo Esencial del Gobierno en la Era Chen Kuan (28) y La Antología de Cuentos(29),
y Las Enseñanzas Esotéricas de las Ocho Sectas.(30) Sin éstos, ni siquiera
puedo escribir cartas.
NOTAS:
1. Tonotsuji Juro: Un fiel creyente que vivía en Tonotsuji,
Kamakura.
2. Sajiki no Ama: Una creyente de Kamakura.
3. Geten Sho: Una colección de escrituras no-Budistas.
4. Sutra del Loto, capítulo 23.
5. Tao-an (314-385), Hui-yuan (523-592) y Fa-tao (1086-1147):
Sacerdotes que dedicaron sus vidas a la propagación del Budismo.
6. Leche de vaca y leche de burra: La leche de vaca indica al
Sutra del Loto mientras que la leche de burra, que se cree es venenosa, se refiere
a todos los otros sutras.
7. La Batalla de Hoji: La batalla que se libró en 1247 entre los
clanes Hojo y Miura por el control del poder. El clan Hojo emergió victorioso.
8. Rebeliones: Estas fueron instigadas por Hojo Tokísuke, un
comisionado de mucha influencia en Kyoto, quien intentó derrocar a su medio
hermano, el Regente Hojo Tokimune.
9. El desastre del conflicto interno: Uno de las tres calamidades
y siete desastres.
10. Kanto: Como se utiliza en este caso, se refiere al gobierno
de Kamakura.
11. Kokalíka: Un miembro del clan de Shakyamuni quien ingresó al
sacerdocio al ordenarlo el padre del Buda, el Rey Shuddhodana. Luego, cayó bajo
la influencia de Devadatta y calumnió a los discípulos más cercanos a
Shakyamuni, Shariputra, y Maudgalyayana.
12. Fujiwara Yasuhira (1155-1189): El hijo de Fujiwara Hidehira,
amo de la provincia de Mutsu, al noroeste del Japón. El mató a su hermano y
usurpó el poder. Minamoto no Yoritomo, el shogún de Kamakura le ordenó matar a
Yoshitsune, hermano de Yoritomo, lo cual llevó a cabo para probar su lealtad.
Posteriormente, no obstante, Yoritomo lo mandó a ejecutar para consolidar su
propio poder en la parte norte del Japón.
13. Sutra del Loto, capítulo 13.
14. Chandala: La clase más baja, aún más baja que en el sistema de
castas de la India, formada por aquellos cuya profesión les requería matar
criaturas vivientes. El Daishonin nació de una familia de pescadores.
15. Shoi: El apareció en el Último Día de un Buda llamado
Shishíonno. Dícese que cayó vivo al infierno por calumniar al Bodhisattva
Kikon, quien propagó el Budismo.
16. Mahadeva: Un brahmán, que nació unos cien años después de
Shakyamuni. Se dice que cometió tres de los cinco pecados cardinales, matar a
su padre, a su madre y a un arhat. E se arrepintió e ingresó al sacerdocio,
pero rompió la unidad de los creyentes al corromper las enseñanzas ortodoxas
con sus propios conceptos equivocados.
17. Aquellos que olvidaron su fe original: Personas quienes,
debido a las calumnias que han cometido, no recuerdan que recibieron la semilla
de la iluminación por parte del Buda en el pasado distante llamado
gohyaku-jintengo.
18. Cinco mil personas arrogantes: Las personas (sacerdotes,
monjas, hombres y mujeres laicos) quienes pensaron que habían dominado el
Budismo y abandonaron la asamblea en el momento que Shakyamuni comenzaba a
exponer el Sutra del Loto.
19. Anraku-shu, volumen 1.
20. Ojo-raisan.
21. Sutra Ryogon.
22. Onjo-ji y Enryaku-ji: Onjo-ji (también llamado Mii-dera), un
templo en Kyoto que se convirtió en la sede de la escuela Jimon de la secta
Tendai en 993, cuando los discípulos posteriores de Chisho abandonaron el
templo Enryaku-ji situado en el Monte Hiei. Luego, Enryaku-ji se convirtió en
el templo principal de la escuela Sammon de la secta Tendai.
23. Hua: Una de las cinco montañas más altas de la China.
24. Sutra del Loto, capítulo 13.
25. Bhadrapala: Una de las figuras centrales en la persecución
del Bodhisattva Fukyo. Se dice que sufrió en un infierno interminable.
26. lzawa no Nyudo y Sakabe no Nyudo: Aparentemente eran fieles
seguidores del Daishonin en Kamakura. Se conoce muy poco acerca de ellos.
27. Kawanobe, Yamashiro, y Tokugyo-ji: Seguidores del Daishonin
que se cree fueron encarcelados en una celda subterránea después de la
Persecución de Tatsunokuchi.
28. Lo Esencial del Gobierno en la Era Chen kuan (627-649):
(Chin., Chen-kuan Cheng-Yao), escrito por Wu Ching durante la Dinastía T’ang de
la China, discute los asuntos políticos entre el emperador y sus súbditos.
29. La Antología de Cuentos: Una colección de literatura
no-Budista. Muy poco se conoce sobre ésta.
30. Las Enseñanzas Esotéricas de las Ocho Sectas: Las doctrinas
esotéricas de las ocho sectas principales budistas del Japón de la Edad Media:
Kusha, Jojitsu, Ritsu, Hosso, Sanron, Kegon, Shingon, y Tendai.
ANTECEDENTES
Esta carta se escribió el vigésimo día del tercer mes del año
1272, unos cinco meses después de que Nichiren Daishonin llegara a la isla de
Sado para comenzar su destierro.
La carta la dirigió a Toki Jonin, un samurai que se encontraba a
la cabeza de los hombres al servicio de Lord Chiba, el condestable de la
provincia de Shimosa, a Saburo Saemon (Shijo Kingo) en Kamakura y a otros
seguidores leales.
Al Daishonin lo desterraron el décimo día del décimo mes de
1271. Ryokan, el prior de Gokuraku-ji,
un templo en Kamakura y Hei no Saemon, subjefe de Asuntos militares y
policiales, promovieron acusaciones falsas de traición en contra de Nichiren
Daishonin. Hei no Saemon tenía la firme
intención de ejecutar al Daishonin en Tatsunokuchi antes de que lo entregaran a
la custodia de Homma Shigetsura, el subcondestable de Sado.
El intento de ejecución no prosperó, empero, y, tras una demora
de casi un mes, los guerreros de Homma escoltaron al Daishonin a las costas del
Mar del Japón. Después de demorarse allí
a causa del mal tiempo, el Daishonin llegó por fin a Sado el vigésimo octavo
día del décimo mes.
Nichiren Daishonin se alojó al principio en una construcción en
ruinas conocida con el nombre de Sammai-do en donde vivió expuesto al viento y
a la nieve que entraba por los huecos del techo y las paredes. Después de cinco meses se mudó a un lugar más
cómodo en Ichinosawa.
El Daishonin participó en debates con la secta de la Tierra Pura y otros
monjes y propagó activamente sus propias enseñanzas. Mientras se encontraba en Sado escribió dos
tratados importantes: “La apertura de los ojos” y “El objeto de devoción para
observar la mente”. El segundo mes de
1274 lo perdonaron y regresó a Kamakura el vigésimo sexto día del tercer mes.
En este escrito el Daishonin primero dice que la única manera de
lograr la budeidad es estando dispuesto a ofrecer la propia vida, la posesión
más preciada, al Budismo. Luego dice que
el método de propagación conocido con el nombre de shakubuku es el adecuado
para esta época y que se puede alcanzar la budeidad con sólo dedicarse a
el. Después declara que él es el “pilar,
el sol, la luna, el espejo y los ojos” y “el padre y la madre” del país:
referencias simbólicas al Buda del último día de la Ley, que está perfectamente
dotado de las tres virtudes de soberano, maestro y padre. También menciona sus profecías anteriores de
“El establecimiento de la enseñanza correcta para la pacificación de la tierra”
con respecto al levantamiento político y las luchas violentas dentro del país.
Finalmente, da una explicación detallada del karma o destino,
diciendo que sus problemas actuales surgen de haber calumniado al Sutra del
Loto en una existencia pasada.
Poniéndose a si mismo como ejemplo, esclarece a sus discípulos el tipo
de espíritu y práctica mediante los cuales pueden cambiar su karma. Agrega que aquellas personas que intentan
propagar vigorosamente la enseñanza verdadera del Budismo, invariablemente
enfrentarán oposición y que esta oposición, en realidad, es una oportunidad
para que transformen su karma. A quienes
abandonan su fe y, en cambio, critican, se les advierte que sus acciones
conllevan las peores consecuencias.
Compara su arrogancia con luciérnagas que se ríen del sol.
Fuente: Material de estudio para las reuniones de estudio de la SGI-USA.
PASAJE DE LA “CARTA
DESDE SADO”.
Las persecuciones que yo, Nichiren, he enfrentado son el
resultado del karma creado en vidas anteriores.
El capítulo “Nunca Menospreciar” (“Fukyo”) señala: “… después de expiar
sus faltas”, y con ello indica que el bodhisattva Nunca Menospreciar fue
difamado y azotado por innumerables calumniadores debido a su karma del
pasado.
Cuánto más vale para Nichiren, quien, en esta existencia, nació
en una pobre y humilde familia chandala.
En mi corazón, abracé hasta cierto punto la fe en el Sutra del Loto,
pero mi cuerpo, que exteriormente es humano, en esencia es el de un animal,
concebido de los dos fluidos: el rojo y el blanco, de un padre y una madre que
subsistían a fuerza de comer carnes de aves y de peces. Mi espíritu habita en este cuerpo, como la Luna que se refleja en el
estanque fangoso o el oro envuelto en un saco mugriento. Ya que mi corazón cree en el Sutra del Loto,
no temo ni siquiera a Brahma ni a Shakra pero mi cuerpo sigue siendo el de un
animal. No es de extrañar, entonces, que
los necios me desprecien, si hay tanta disparidad entre mi cuerpo y mi
corazón. Sin duda, mi corazón brilla
como la luna o el oro cuando se lo compara con mi cuerpo. ¿Quién sabe qué acción contra la Ley habré cometido en el
pasado? Acaso posea el alma del monje
Propósito Superior (Shoi) o el espíritu de Mahadeva. Tal vez descienda de quienes persiguieron
desdeñosamente al bodhisattva Nunca Menospreciar o me cuente entre los que olvidaron
las semillas de la iluminación sembradas en su vida. Quizá hasta tenga relación con las cinco mil
personas arrogantes o pertenezca al
tercer grupo [que no creyó en el Sutra del Loto] en los días del Buda Gran
Excelencia Universal de Sabiduría (Daitsu).
Es imposible escrutar nuestro karma.
El hierro se convierte en una espada magnífica cuando se lo forja
entre las llamas. Los hombres sabios y
los venerables son puestos a prueba frente a los insultos. El destierro que hoy sufro no se debe a ningún
delito secular. Su única razón de ser es
que yo pueda expiar en esta vida las gravísimas causas cometidas en el pasado,
para verme libre en la próxima existencia, de los tres malos caminos.
PUNTOS CLAVE
1. Hacer frente a los
problemas: desafiar las dificultades directamente, en aras del kosen rufu, es
la mejor forma de transformar el karma.
2. Reflexión y
determinación: debemos constantemente reflexionar sobre nuestra postura y tomar
la determinación de fortalecer nuestra fe.
3. Transformar el karma en
misión: los grandes obstáculos forjan nuestra confianza a medida que nuestro
karma se convierte en nuestra misión.
En la postdata de esta carta, el Daishonin escribió: “hay muy
poco papel con que escribir, aquí, en la provincia de Sado, y escribirles
individualmente me llevaría mucho tiempo.
Sin embargo, si una sola persona no recibe noticias mías, albergaría
resentimientos. Por lo tanto, deseo que
aquellos que tengan espíritu de búsqueda se reúnan y lean” (Writings of
Nichiren Daishonin, pág. 306).
Aún enfrentándose a las peores circunstancias en medio del
destierro, obligado a llegar hasta el límite de lo que un ser humano puede
resistir, su mayor deseo era tener más papel para redactar cartas de aliento
para todos y cada uno de sus seguidores.
Nichiren se encontraba inmensamente preocupado por que tuvieran la
capacidad de mantener la fe, puesto que a muchos de ellos los estaban
persiguiendo con el máximo rigor.
Después de la persecución de Tatsunokuchi, las autoridades
tomaron medidas enérgicas en contra de sus seguidores: a muchos los encarcelaron, los desterraron,
les confiscaron las tierras o, incluso, hasta los asesinaron, a resultas de lo
cual mucha gente terminó por abandonar la fe.
Tal como escribe el Daishonin:
“En Kamakura, cuando me arrestaron, 999 de 1000 personas abandonaron la
fe” (WND, pág. 469).
Los seguidores no pudieron entender que se arrestara y se
persiguiera al Daishonin si éste estaba practicando y propagando la enseñanza
correcta. Algunos hasta llegaron a
criticarlo, diciendo que él mismo había sido la causa de la persecución con sus
rigurosos ataques a las demás escuelas de Budismo. No podían comprender por qué se atrevía a
hacerles frente, pese a que los monjes y las enseñanzas que criticó habían sido
la causa del profundo sufrimiento del pueblo en todo Japón.
En el pasaje seleccionado, hablando del principio de karma, el
Daishonin aclaró el significado de las persecuciones por las que estaban
pasando él y sus seguidores. Expresó su
ferviente deseo de que, seguidores devotos como Toki Jonin y Shijo Kingo
captaran la importancia de la enseñanza:
luchar en contra de los adversarios para poder transformar el karma y
que, utilizando esta carta, la compartiesen con otros seguidores.
1) HACER FRENTE A LOS PROBLEMAS.
“Las persecuciones que yo, Nichiren, he enfrentado son el
resultado del karma creado en vidas anteriores.
El capítulo “Nunca menospreciar” (“Fukyo”) señala: “… después de expiar sus faltas”, y con ello
indica que el bodhisattva Nunca menospreciar fue difamado y azotado por
innumerables calumniadores debido a su karma del pasado.”
El Daishonin sabía, a raíz de diversas noticias de discípulos que
visitaban Sado, que muchos seguidores sinceros y devotos estaban enfrentando
persecuciones y dificultades rigurosos y compartía su sufrimiento como si fuera
el suyo propio. Aquí explica que el
motivo por el que tuvo que tropezarse con tantas penurias, aún siendo el devoto
del Sutra del Loto, se debía al karma que él mismo había creado, así como sus
seguidores estaban pasando por su propio sufrimiento kármico.
Él nunca hace diferencia entre el y los demas, nunca se postula
como un ser de índole especial. Al
contrario, dice que, como mortal común, estaba sufriendo debido a su propio
karma. Comparte su confianza, cimentada
en su propia experiencia y en el ejemplo del bodhisattva “Nunca menospreciar”,
de que el karma se puede transformar haciendo frente a los propios adversarios
con todo valor.
En el Sutra del Loto, al bodhisattva “Nunca Menospreciar” se lo
describe como a alguien que practica el corazón del Sutra del Loto: que todas las personas tienen por igual la
naturaleza de Buda, y a reverenciar a todos.
Sin ninguna justificación aparente, sino fundamentalmente a raíz de su
karma del pasado, fue insultado, vilipendiado, apedreado y golpeado por monjes
malvados, monjas y laicos. Pero jamás
desistió y continuó su práctica de respetar y cultivar el potencial de budeidad
de los demás frente a todo ese maltrato. Como resultado, pudo expiar sus faltas
cometidas en vidas anteriores y lograr la iluminación.
En realidad, Shakyamuni identificó al bodhisattva “Nunca
Menospreciar” consigo mismo en una existencia anterior. En otras palabras, Shakyamuni también logró
la budeidad mediante la erradicación del karma pasado, así como también lo hizo
el Daishonin.
Karma es una palabra sánscrita que significa “acto”, “acción” o
“acción pasada que lleva a un resultado futuro”. El Budismo describe el karma desde el punto
de vista de las tres clases de acción o causas:
mental, verbal y física. Las
causas, tanto buenas como malas, quedan impresas en forma potencial en nuestra
vida, para manifestarse en el futuro en forma de resultados. Es similar al concepto de destino o sino en
Occidente, con la diferencia que nuestras propias acciones son las que dictan
el karma, en vez de que lo dicte el juicio de una fuerza o deidad suprema.
Esta ley de causalidad kármica funciona perpetuamente, pasa de
una existencia a la siguiente y permanece con nosotros en el estado latente que
experimenta la vida después de la muerte y antes del renacimiento. Nadie escapa a esta realidad de la vida. Las acciones negativas en la vida presente y
las pasadas se acumulan, quedan almacenadas como karma en las profundidades de
nuestra vida y se manifestarán en el futuro como experiencias negativas. Este concepto puede hacer que uno se sienta
impotente, que no puede erradicar semejante acumulación de karma desde el
pasado eterno y que ha de sufrir por toda la eternidad.
El Daishonin enseña aquí a sus seguidores que, no obstante,
pueden expiar su karma de existencias pasadas enfrentando una gran persecución
y que, con toda seguridad pueden lograr manifestar la budeidad en su lucha
contra un gran adversario. La persecución
que acaecida al Daishonin y a sus seguidores debido a su fe en el Sutra de Loto
debe haberles parecido peor que si no hubiesen practicado el Budismo de
Nichiren.
Pero, escribe el Daishonin posteriormente en esta carta: “Por lo general estos sufrimientos aparecen
de a uno por vez, por toda la eternidad, pero Nichiren ha denunciado a los
enemigos del Sutra del Loto con tanta severidad, que los ocho descendieron al
mismo tiempo. Esta es como la situación
de un campesino muy endeudado con el administrador de su aldea. Siempre y cuando permanezca en la aldea o
distrito, lo más probable es que le difieran el pago de las deudas de un año
para el siguiente, en vez de acosarlo despiadadamente. Pero en cuanto intente irse, se abalanzan
para exigirle el pago inmediato. A esto
se refiere el Sutra donde dice: “se debe a los beneficios que se obtienen de
proteger la Ley””.
(WND, pág.305)
Por principio de disminución de la retribución kármica, explica
que podemos expiar el karma negativo que normalmente nos afectaría no solamente
en esta vida sino durante muchas vidas por venir, si nos enfrentamos a la
persecución relativamente leve que surge de profesar y propagar nuestra fe en
las enseñanzas correctas.
2) REFLEXIÓN Y
DETERMINACIÓN
Cuánto más vale para Nichiren, quien, en esta existencia, nació
en una pobre y humilde familia chandala.
En mi corazón, abracé hasta cierto punto la fe en el Sutra del Loto,
pero mi cuerpo, que exteriormente es humano, en esencia es el de un animal,
concebido de los dos fluidos: el rojo y
el blanco, de un padre y una madre que subsistían a fuerza de comer carnes de
aves y de peces. Mi espíritu habita en
este cuerpo, como la Luna
que se refleja en el estanque fangoso o el oro envuelto en un saco
mugriento. Ya que mi corazón cree en el
Sutra del Loto, no temo ni siquiera a Brahma ni a Shakra pero mi cuerpo sigue
siendo el de un animal. No es de
extrañar, entonces, que los necios me desprecien, si hay tanta disparidad entre
mi cuerpo y mi corazón. Sin duda, mi
corazón brilla como la luna o el oro cuando se lo compara con mi cuerpo. ¿Quién sabe qué acción contra la Ley habré cometido en el
pasado? Acaso posea el alma del monje
Shoi o el espíritu de Mahadeva. Tal vez
descienda de quienes persiguieron desdeñosamente al bodhisattva Nunca Menospreciar
o me cuente entre los que olvidaron las semillas de la iluminación sembradas en
su vida. Quizá hasta tenga relación con
las cinco mil personas arrogantes o
pertenezca al tercer grupo [que no creyó en el Sutra del Loto] en los días del
Buda Gran Excelencia Universal de Sabiduría (Daitsu). Es imposible escrutar nuestro karma.
El Daishonin aquí escribe que el es un mortal común como todos,
que nació en la clase baja de la sociedad y vive con deseos materiales en este
mundo prosaico pleno de sufrimientos.
Especialmente en la grave situación de su destierro a la isla de
Sado, debe haber pasado un hambre
terrible y haberse sentido vulnerable al intenso frío. Pese a todo, siguió adelante.
El presidente Ikeda de la
SGI, en el diálogo en serie “El mundo de los escritos de
Nichiren Daishonin”, habla del profundo significado de este pasaje: “Aunque
dice, ‘En mi corazón, abracé hasta cierto punto la fe en el Sutra del Loto’, el
Daishonin claramente leyó el Sutra con toda su vida: su cuerpo y su mente; leyó los veintiocho capítulos del sutra con
todo su ser. Sin embargo admite ‘abrazar
hasta cierto punto la fe’.
Al final, el Daishonin dice: ‘mi corazón brilla como la luna o el
oro cuando se lo compara con mi cuerpo’.
Hace esta comparación precisamente porque su cuerpo, que ‘en esencia es
el de un animal’, hace un contraste tan marcado con su corazón o mente, que
‘brilla como la luna o el oro’. De todas
maneras reconoce la flaqueza o la volubilidad del corazón humano, que hace que
las falsas impresiones lo obnubilen y lo hagan sucumbir ante el cebo de la
naturaleza demoníaca. El camino de la
transformación del karma es el camino de la superación de esta debilidad
interna. El corazón tiene dos facetas:
una débil y una fuerte.” (Living
Buddhism, agosto 2003, pág.43)
Aunque no experimentemos la persecución del Daishonin en nuestra
vida cotidiana, debido al karma que hemos creado en el pasado, nos tropezamos
con grandes dificultades: problemas de relación, problemas de trabajo, crisis
económicas, enfermedades que ponen en peligro nuestra vida o, hasta la
violencia, entre las más destacadas. En
medio de estos problemas, por supuesto que tendemos a asustarnos y a ceder al
sufrimiento, la ira, la ansiedad o la inseguridad. Nuestras propias debilidades nos hacen elegir
el camino del menor esfuerzo y tenemos la tendencia de no levantarnos con fe
para encarar las situaciones difíciles.
Mediante el ejemplo del riguroso examen que hace el Daishonin de
su propia vida, aprendemos la importancia de desafiar nuestra tendencia a
escaparnos de nuestros problemas. Es
precisamente cuando nos encontramos con dificultades, que tenemos que armarnos
de fe y valor y, conscientes de que nuestros obstáculos son el resultado de
nuestro propio karma, esforzarnos para conquistar la debilidad de nuestro corazón.
El primero de los “tres obstáculos y los cuatro demonios” surge
de nuestro yo interior. Es el “obstáculo
de los deseos mundanos”, que deriva de los tres venenos: ira, avaricia y
estupidez, y el “obstáculo de los cinco componentes”, causado por nuestras
funciones físicas y mentales. Uno de los
pasajes más famosos de los escritos del Daishonin dice: “Fortalezcan su fe día
tras día y mes tras mes. Si ceden en su
determinación aunque sea un poco, los demonios se aprovecharán. (WND, pág.
997) Esta es una firme advertencia para
que llevemos a cabo una lucha sin cuartel en contra de nuestra propia debilidad
interna.
El Daishonin sugiere aquí que él se encontraba entre aquellos que
calumniaron a los que practicaban el Sutra del Loto en el pasado. Aunque también escribe: “Es imposible conocer
nuestro karma”. La clave es que no hace
falta perder tiempo tratando de averiguar la causa cuando nos topamos con
grandes problemas. Más bien, lo
importante es que aceptemos que ese es nuestro propio karma negativo y
avancemos confiando que incluso “los sufrimientos del infierno se desvanecerán
instantáneamente” (WND, pág.199).
Cuando desarrollamos una fe valerosa para conquistar nuestras
propias debilidades y superar nuestras circunstancias difíciles, es mas, cuando
fortalecemos nuestra dedicación al logro del kosen-rufu pese a nuestros
problemas, podemos transformar nuestro karma con toda certeza y abrir el
potencial ilimitado de la vida del Buda.
3) TRANSFORMAR EL KARMA EN
MISIÓN.
“El hierro se convierte en una espada magnífica cuando se lo
forja entre las llamas. Los hombres
sabios y los venerables son puestos a prueba frente a los insultos. El destierro que hoy sufro no se debe a
ningún delito secular. Su única razón de
ser es que yo pueda expiar en esta vida las gravísimas causas cometidas en el
pasado, para verme libre en la próxima existencia, de los tres malos caminos.”
En el Budismo de Nichiren Daishonin, el principio de transformar
el karma no quiere decir simplemente expiar las causas negativas acumuladas en
el pasado. Más bien, significa que vemos
los obstáculos como oportunidades para forjar nuestra fe, nuestra confianza en
la vida, de modo que, con el correr del tiempo desarrollamos el inmenso estado
de Buda, un estado libre de los tres
malos caminos: el reino del infierno, de
los espíritus hambrientos y de los animales.
Capacitarse para casi cualquier intento, día tras día, conlleva
cierto grado de dificultad. Cuanto más
elevado es el logro que procuramos, generalmente más grandes son las dificultades
que debemos trasponer para lograr triunfar.
El entrenamiento con pesas es un claro ejemplo: la presión y el dolor
que ocasiona levantar pesas pesadas son una condición imprescindible o causa
externa para aumentar la fuerza y la masa muscular. Un campeón de levantamiento de pesas tiene
que experimentar rigurosas dificultades en procura del “físico” perfecto: sin
dolor no hay ganancia, como va el dicho en inglés.
En “La apertura de los ojos (II)”, el Daihsonin habla de puntos
parecidos, y explica: “Si uno somete el hierro al calor, las impurezas sólo se
tornan visibles cuando el metal es forjado intensamente. Las fallas aparecen sólo cuando se lo somete
a la forja reiteradas veces. Cuando se
trata de obtener aceite de cáñamo, el fluido se obtiene sólo presionando las
semillas con mucha fuerza. Del mismo
modo, cuando yo refuto enérgicamente a las personas que actúan contra la Ley en este país, provoco la
aparición de grandes dificultades. Debe
ser que mis actos en defensa de la
Ley en esta existencia están generando una retribución por
las graves faltas cometidas en el pasado”.(WND, pág. 281-282).
En vez de resentirnos y enojarnos con el mundo, si tomamos las
dificultades o persecuciones como oportunidades para forjarnos a nosotros
mismos, tanto más podemos traspasar nuestro karma negativo e ir
perfeccionándonos.
Además, el Daishonin escribe: “Los hombres sabios y los venerables
son puestos a prueba frente a los insultos”.
En muchos de sus escritos, se hace eco del mismo pensamiento, llegando incluso
a expresar su inmensa alegría ante tantos obstáculos, puesto que el rigor de
estas dificultades le concedió los medios para demostrar la gran prueba real de
la victoria. Como devoto del Sutra del
Loto, su triunfo sobre la adversidad le ayudaría a guiar a la gente hacia la
iluminación. Ciertamente el Daishonin
aceptó el obstáculo de la gran persecución en su deseo de cumplir con su
misión. Este espíritu se explica en “Maestro
de la Ley”, el
décimo capítulo del Sutra del Loto, como el principio de “asumir
voluntariamente el karma apropiado.”
Dice así: “Estas personas
renunciaron voluntariamente a la recompensa a ellos debida a raíz de sus actos
puros y, en la época que sigue a mi desaparición, como sienten piedad por los
seres vivientes, nacen en este mundo funesto para poder exponer este sutra
ampliamente” (Lotus Sutra, Capítulo 10, págs.161-162).
El presidente Ikeda explicó este concepto en “El mundo de los
escritos de Nichiren Daishonin” como sigue: “Todos tenemos nuestro propio karma
o destino, pero cuando lo miramos frente a frente y captamos su verdadera
importancia, entonces cualquier obstáculo puede servirnos de ayuda para vivr
una vida más rica y profunda. Nuestros
actos en desafío de nuestro destino se convierten en ejemplo e inspiración para
muchísimas personas. En otras palabras,
cuando transformamos nuestro karma en misión, trasformamos nuestro destino de
hacer un papel negativo a hacer un papel positivo. Quienes transforman su karma en misión, han
‘asumido voluntariamente el karma apropiado.’
Por lo tanto, quienes continúan avanzando y consideran todo como parte
de su misión, se mueven en dirección al objetivo de transformar su
destino.” (Living Buddhism, agosto de
2003, pág.50)
Preparado por el Departamento de estudio de la SGI-USA, Publicado en la
revista Living Buddhism y traducido por Alejandra Schulte, miembro de la SGI-USA.
CONCLUSIONES DE LA REUNION DE ESTUDIO DEL
HAN POLICROMIA.
Durante el estudio de este ghoso, comprendimos que era muy
importante el momento en que Nichiren escribió esta carta, ya que su situación
era muy difícil y extrema. Ni siquiera sabía si iba a sobrevivir, ya que el
lugar desde el que escribió la carta era una especie de choza en un campo en
donde la gente iba a tirar los cadáveres de los muertos ya que en esa época no
existía el entierro; para la gente común, costumbre que no cambió probablemente
hasta el siglo XVII.
Además, al igual que sucedió con los dos presidentes de la SGI,
cuando lo arrestaron, casi lo decapitaron y lo desterraron a Sado, y sus
seguidores estaban confundidos y
enfrentando brutales persecuciones, que produjo que algunos abandonaran.
En medio de esta situación extrema, Nichiren encuentra su misión
y es cuando escribe sus tratados más importantes y extensos en el menor tiempo.
Cuando estamos en medio de una lucha tan extrema, sutilmente
dejamos de creer en causa y efecto y abandonamos porque juzgamos por las
apariencias (aparentemente nuestras causas no producen el resultado que
esperamos). Es por eso que Nichiren
habla de la disparidad entre su cuerpo y su corazón/mente.
Si escribimos algo en un papel y apagamos la luz, el hecho de que
no podamos ver lo que escribimos, no significa que lo que hemos escrito no está
ahí. Lo mismo sucede con nuestras
causas. Debemos creer en las causas que
realizamos.
También es importante recordar el capítulo 20 del Sutra del Loto
"Bodhisattva Nunca Menospreciar" (Fukyo) porque tanto Nichiren
Daishonin como Shakyamuni hacen hincapié en su historia.
Fukyo nunca esperó nada a cambio, incluso en el momento de su
muerte. Y durante toda su vida no logró
hacer ni un mísero shakubuku, pero eso no lo hizo desistir.
Observamos que todos
nosotros estamos en peligro (en nuestras actividades de gakkai) de hacer una
falsa práctica de bodhisattva: de
esperar recompensa por todas nuestras acciones por el kosen-rufu. Y que, cuando no vemos el resultado, nos
venimos abajo.
Fukyo nunca dejó de hacer causas a pesar de no ver el efecto
porque sabía que estaba haciendo las causas correctas.
Por todo ello, es importante HACERSE CARGO del propio
sufrimiento. Como lo hizo Nichiren
Daishonin (como lo indica la carta),y pudo cambiarlo. La clave es creer en las causas que estamos
haciendo, invocar para tener el valor de salir de la postura de autocompasión y
el coraje para darlo vuelta.