Cuentas para orar que Toda
hiciera con las tapas de botellas
de leche mientras estuvo en prisión,
junto a una pizarra en la registraba
los daimoku que cantaba en prisión.
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JOSEI TODA, LA CARCEL Y SU ILUMINACION.
Mientras soportaba el encarcelamiento a mano de las autoridades
militares de Japón durante la II Guerra Mundial, Toda experimento un despertar
o iluminación religiosa.
Logró profunda comprensión de la naturaleza de la vida tal como
la revela el Sutra del Loto, que toda la vida está dotada de una inalienable
dignidad (naturaleza de Buda) y está conectada y profundamente
interrelacionada. También se iluminó su misión o propósito en esta vida.
En los años de la posguerra comenzó a reconstruir la Soka Gakkai,
desarrollando un enfoque revolucionario hacia el Budismo, con frecuencia en
contraste total con las convenciones de las escuelas tradicionales de Budismo
japonés.
Creía que la fe religiosa y la práctica debían ser aplicadas
directamente a los problemas reales y apremiantes del diario vivir. Su enfoque
se describiría hoy como el desarrollo de una religión de base de individuos
empoderados.
Dicho enfoque sobre la religión era radical para la época y
permanece de esa forma hoy en día.
En el centro de su filosofía yace el concepto de la "Revolución
Humana”, un proceso de transformación personal que permite a cada individuo
alcanzar una vida de absoluta felicidad. Debido a la consciencia de la interrelación
de toda la vida, la revolución humana de un solo individuo positivamente afectará
al ambiente de ese individuo y, por último, al destino de toda la humanidad.
Esta visión del empoderamiento forma ahora el núcleo de las
creencias y actividades de la SGI y de sus millones de comprometidos budistas
practicantes alrededor del mundo.