LA LUCHA DE LOS TRES PRIMEROS PRESIDENTES Fragmento pronunciado por Daisaku Ikeda en la 58ª Reunión de la sede central para responsables, el 9 de marzo del 2006.
¿Quién ha seguido directamente la enseñanza
de Nichiren Daishonin y ha abierto el camino hacia el kosen-rufu mundial en
esta época impura del Último Día de la Ley? ¿Y quién, en el transcurso de este
esfuerzo, tuvo que soportar calumnias e insultos, odio y celos incluso más
intensos que durante la existencia del Buda”, como predice el Sutra del Loto?
Nadie más que los tres primeros presidentes
de la Soka Gakkai, unidos por los lazos de maestro y discípulo.
El fundador y presidente Tsunesaburo
Makiguchi fue encarcelado por haber protegido con denuedo la pureza de las
enseñanzas expuestas por Nichiren Daishonin; allí murió, como mártir y
prisionero de conciencia.
El segundo presidente, Josei Toda, también
fue a la cárcel.
Sobrevivió a dos años de espantoso presidio,
pero la ardua experiencia debilitó mucho su salud y acortó su vida.
Yo, tercer presidente de la organización,
también fui preso por una acusación falsa. Me vi expuesto a infinidad de
afrentas e injurias, alimentadas por las mentiras indignantes de la prensa
sensacionalista y por las maniobras de individuos que, deseosos de ganar dinero
inescrupulosamente, traicionaron a la Soka Gakkai.
Todos los obstáculos que encontramos los
presidentes Makiguchi, Toda y yo reflejan fielmente las predicciones contenidas
en el Sutra del Loto y en los escritos del Daishonin.
Sólo nosotros, los primeros tres
presidentes, hemos soportado el peso extremo de la persecución y de los
ataques; sólo nosotros luchamos contra los tres enemigos poderosos, sin desviarnos
ni un ápice de las enseñanzas del Daishonin.
Estoy seguro de que todos lo saben muy bien.
LOS LAZOS INSEPARABLES DE MAESTRO Y
DISCÍPULO
¡Qué entrenamiento severo y exigente me
brindó el señor Toda!
¡Cuánto me apreció y me valoró!
Cuando los negocios del señor Toda quebraron
y se vio arrojado a una crisis de vida o muerte, yo me levanté sin esperar que
nadie más lo hiciera, e hice todo lo que estuvo a mi alcance por apoyarlo y
protegerlo.
Fui resolviendo la montaña de deudas que
caían sobre él.
Si alguien se atrevía a hablar mal de mi mentor, no bien me
esteraba iba al encuentro de esa persona para hacerla responsable de sus
dichos. No me importaba a quién tuviera
que enfrentar; a todos confrontaba con valor, franqueza y sinceridad, como
correspondía a un joven, tenazmente decidido a corregir las distorsiones hasta
que la gente comprendiese que se equivocaba respecto al señor Toda.
La
esencia de la relación de maestro y discípulo, en el budismo del Daishonin, se
encuentra en la oración y la acción que hace el sucesor por proteger
absolutamente a su maestro, cuando éste sufre asedios y ataques.
Los presidentes Makuguchi y Toda tuvieron un
mismo objetivo y sentir; lo mismo cabe decir del señor Toda y de mí.
Nuestros lazos de maestro y discípulo
trascendieron la vida y la muerte. Heredero del profundo corazón del presidente Toda,
luché contra los tres enemigos poderosos y convertí a la Soka Gakkai en la
grandiosa organización que es hoy.
Los que trazamos el camino de maestro y
discípulo en la Soka fuimos el maestro Makiguchi, el maestro Toda y yo. La vía del maestro y discípulo
que establecimos con nuestro ejemplo es el mismísimo corazón de la Soka Gakkai.
Mientras la organización mantenga el
espíritu de maestro y discípulo de los tres presidentes, se desarrollará
eternamente, crecerá y podrá, sin falta,
construir el kosen-rufu mundial.
Me gustaría que mis sucesores de la División
de Jóvenes hereden el espíritu de lucha de los primeros tres presidentes en pro
del kosen-rufu, sin excepción, y que triunfen en cada una de sus contiendas.
¡Jóvenes, cuento con ustedes!
Por favor, sepan que cuando hablo de mi
propia persona es sólo para dejar un registro correcto de los hechos, pensando
en el futuro eterno de nuestro movimiento.
La Soka Gakkai es una agrupación dedicada a
lograr el kosen-rufu. Por ende, nuestros miembros merecen el absoluto
respeto, en la medida en que dedican su vida a ese noble fin.
Los responsables existen en beneficio de los
miembros. Su función es prestarles servicio y apoyarlos de todas las formas
posibles.
La Soka Gakkai no debe, bajo ningún aspecto,
aceptar a los líderes que se dejan vencer por su propia vanidad, que se creen
importantes y terminan aprovechándose de los miembros en nombre de su interés
personal.
Espero que ni uno solo de ustedes se permita
caer en la bajeza de liderar con esa arrogancia.
Por favor, recuerden que el verdadero
espíritu de un líder de la Soka Gakkai es trabajar siempre al servicio de los
miembros, con compromiso infatigable e incondicional.