“Shariputra, la sabiduría
de El que así llega es amplia y profunda. Posee inmensurable
[misericordia], ilimitada
[elocuencia], poder, valentía, concentración, emancipación y samadhis.(1) Ha
ingresado profundamente en el reino de lo insondable y ha despertado en sí la
conciencia de la Ley nunca antes lograda”. The Lotus
Sutra, cap. 2, pág. 24.
Entre los atributos del Buda, están su “immensurable misericordia”,
“elocuencia ilimitada”, “poder” y “valentía”, que le permiten exponer
libremente la Ley.
De estos cuatro poderes, la “valentía” se refiere a exponer la
Ley con coraje y sin miedo. Indica la convicción inamovible del Buda para
exponer la Ley.
Hay cuatro temas a los
cuales el Buda no teme, en su prédica de la Ley.
Primero, no teme declarar
que él está iluminado con respeto a la verdad suprema; es decir, que posee gran
convicción en la Ley Mística.
Segundo, no teme proclamar
que él ha extinguido toda ilusión en forma permanente; es decir, que no será
derrotado por el sufrimiento ni por la angustia.
Tercero, no teme enseñar a
la gente las ilusiones y los impedimentos que obstruyen el camino hacia la
iluminación; en otras palabras, alienta a los demás a derrotar a los
tres obstáculos y los
cuatro demonios.
Cuarto, no teme enseñar a
la gente el camino decisivo hacia la manifestación del estado de Buda; es decir
que proclama a viva voz que ha hallado el camino hacia la felicidad.
Ausencia de temor significa que no hay ningún miedo cuando se
habla acerca de tales cosas. En síntesis, es el coraje que surge de la gran
convicción.
Si uno propaga el Budismo, seguramente enfrentará dificultades. Shakyamuni
y Nichiren, plenamente conscientes de esto, lanzaron una contienda de palabras,
con voces dignas del rugido de un león, contra las autoridades del mundo
religioso y los gobernantes de su época. He aquí el epítome de la valentía.
Nichiren Daishonin también exhortó a sus discípulos a que no
albergasen ningún temor. “Si
los discípulos de Nichiren son cobardes, sus oraciones no hallarán respuesta.”(2)
Nos enseña que uno debe hablar en bien de la justicia, además de entonar
vigorosamente Nam-myoho-rengue-kyo. […]
Nikko Shonin dice: “Uno
debe atesorar a los practicantes diestros en los debates difíciles, tal como lo
hizo el difunto maestro [Nichiren Daishonin]".
Debemos atesorar sin reparos a los que están difundiendo las
enseñanzas. Este es el espíritu de Nichiren Daishonin y la voluntad de Nikko
Shonin. El clero de hoy se ha burlado de la enseñanza, la ha mancillado con su
corrupción y ha perseguido a la SGI, que es una organización sin precedentes y
sin igual, de personas dedicadas a difundir el Budismo.
Las personas inteligentes y elocuentes son tesoros del
Kosen-rufu. Elocuencia no significa simple retórica, sino la capacidad de
generar en los demás una sincera comprensión del Budismo. A veces, una sola
palabra de alguien con fe poderosa
basta para conseguir que otro comprenda de todo corazón. Y esto,
en ciertos casos, es algo que un gran erudito no puede lograr. En ello se ve el
poder de la fe, el poder de la personalidad y de la sabiduría.
Ustedes han venido perseverando, entregados a un diálogo por la
justicia, sin temer a las críticas petulantes. Sin duda, puede llamárselos personas
de profundo coraje, “inteligentes frente a las cuestiones y a las preguntas
difíciles”.
Este fragmento explica,
además, que el Buda posee “concentración”, “emancipación”, y “samadhis”. Que ha
ingresado en un estado de vida iluminado con respeto a una gran
Ley nunca antes logrado.
Porque tenía un estado de vida tan firme e inquebrantable,
Shakyamuni podía exponer siempre la Ley entre toda clase de personas con la más
absoluta libertad.
No hay budas que pasen los días sentados y entregados a la
meditación. Un buda es tal, precisamente porque siempre ejerce la sabiduría y actúa
para ayudar a los demás a resolver sus problemas.
En tal sentido, todos ustedes son dignos de elogio, por pensar,
reflexionar y orar en busca de soluciones para los diversos problemas que
surgen en el curso del movimiento por el Kosen-rufu. Cada dia, ustedes están
ponderando seriamente cuestiones referidas a la felicidad de los amigos, el
avance del Kosen-rufu, el desarrollo de los valores humanos. El hecho de que
éstas sean sus preocupaciones determina que sean bodhisattvas; y, por esta
misma razón, pueden desarrollar el estado de vida de un buda. Sus actos para lograr
la inmensa tarea del Kosen-rufu pueden compararse con los de un buda.
La sabiduría y los poderes del Buda que se describen en este
pasaje son atributos del estado de vida corporificado en el Gohonzon. Los que
abrazamos el Gohonzon podemos
cultivar en nosotros mismos este estado de vida. Y, la
“concentración”, la “emancipación” y los “samadhis” se encuentran incluidos en
nuestra práctica de gongyo y daimoku.
En otras palabras, los atributos de la sabiduría y las facultades
de un buda irrumpen desde lo profundo de la vida de un ser humano en la misma medida
en que éste se preocupa seria y sinceramente por el bien del Kosen-rufu, en la
misma medida en que uno lleva sus problemas frente al Gohonzon. A esto se
refiere leer este fragmento con la vida de uno…
Concretamente, el estado iluminado del Buda y su sabiduría “nunca
antes lograda” no se refieren a otra cosa que a la gran convicción en el Gohonzon.
REFRENCIA
Disertación sobre los capítulos `Hoben y `Juryo del Sutra del Loto.
Parte 11
NOTA
1) En sánscrito, estado de intensa concentración mental o
meditación
2) Gosho zenshu, pág. 840 (traducción tentativa).
SGI ESPAÑA