JOSEI TODA Y EL NACIMIENTO DEL BUDISMO MODERNO. Por Clark Strand.
SI UNA VERDAD SE SIENTE
PROFUNDA E INTENSAMENTE entonces se puede manifestar con simpleza. Este hecho
ha sido comprendido por los reformadores y sabios a través de las épocas, desde
el Buda Shakyamuni hasta Martin Luther King. Por otro lado, si una verdad no
puede ser manifestada con simplicidad, si no se la ha sentido profundamente y
por lo tanto no ha sido verdaderamente comprendida, entonces hay gran
probabilidad que tampoco será útil. Y una verdad que no es útil no es para nada
la verdad.
Desde este criterio es difícil imaginar una verdad más simple,
más profunda o más útil a la que llegara Josei Toda en marzo de 1944 en tanto
luchaba con un pasaje de la porción Significados Inconmensurables del Sutra del
Loto.
Conforme a ese pasaje el cuerpo del Buda era:
Ni existiendo ni no existiendo, Ni causado ni condicionado, ni yo ni otro, Ni cuadrado ni redondo, ni corto ni largo, Ni apareciendo ni desapareciendo, ni nacido ni extinguido...
El pasaje continuaba para incluir ocho líneas más, ofreciendo un
total de 34 negaciones en total. El cuerpo del Buda no era ni esto ni aquello,
explica el Sutra, pero no decía que era.
Tantas veces Josei Toda había leído este pasaje del Sutra, pero
aún no podía comprenderlo. Y aunque el Sutra de los Significados
Inconmensurables servía como una "Introducción" al Sutra del Loto.
Si Toda quería comprender el Sutra del Loto, cómo había prometido
hacerlo, sólo cabía decidir que tenía que comprender esta parte primero. Pero
no importaba cuánto luchaba, el cuerpo del Buda no se le revelaba a su mente.
A decir verdad, estaba atorado. Parecía no haber forma de
progresar a menos que pudiera comprender este punto fundamental. "En un
sentido, quemó los puentes detrás de él en la batalla de comprender el Sutra
del Loto", escribe el actual Presidente de la SGI Daisaku Ikeda acerca de
la primera gran lucha espiritual en la vida de su mentor.
En otras palabras, Toda había alcanzado el punto donde no era
posible regresar.
Si bien es triste contemplar el dolor que le causara a Toda y su
familia, el mundo es afortunado que haya sido encarcelado por el gobierno japonés
durante la II Guerra Mundial.
De haber continuado con su libertad, no hay garantía que él hubiera
estudiado el Sutra tan encarnizadamente. Y aún de haber sido así, con el acceso
a incontables comentarios y recursos estudiosos sobre el Sutra del Loto que
hubieran estado disponibles para el como hombre libre, es improbable que
hubiera sentido tanto impulso de forjar su propia comprensión de lo que leía.
Toda trató varias veces de enviar su copia del Sutra del Loto
desde la prisión a su familia. Pero cada vez misteriosamente le era retornado a
su celda. Finalmente, comprendió que era su destino estudiarlo, y así,
comenzando el 1 de enero de 1944, se sumergió con resolución para seguir
adelante.
En algún punto del mes de marzo de ese mismo año, luego de haber leído
el Sutra completo tres veces, comenzó a preguntarse en qué consistía el cuerpo
del Buda.
Razonó, que no era ni el cuerpo físico de Shakyamuni ni meramente
una idea abstracta sin sustancia. En el primer caso, tal cuerpo era
inalcanzable para el ser humano promedio. En el segundo, era un mero idealismo
y por lo tanto de ningún valor práctico para la vida común.
De acuerdo con La Revolución Humana, un día mientras él estaba
cantando Nam-myoho-renge-kyo en su celda, entró en un estado de meditación
profunda ", recordando cada una de las 34 negaciones, una tras otra,
tratando de imaginar lo que puede ser o existir en medio de tantas palabras
negacionales”. Al final, perdió la pista de cuánto tiempo había estado cantando
y, finalmente, incluso olvidó dónde estaba. Fue entonces que una sola palabra
brilló de pronto en su mente: LA VIDA. No había nada místico ni misterioso en
ello, finalmente se dio cuenta. El Buda era la vida
misma.
Fue una señal para Josei
Toda, para la Soka Gakkai y para el Budismo moderno en un todo. ¿Cuál era el
significado de ese momento? ¿Qué significaba la identidad del Buda y de la Vida
para los seres humanos modernos?
En una palabra significaba libertad. Significo que los budistas
modernos eran libres de las interpretaciones autoritarias de los textos
budistas que por cientos de años habían regido las vidas de los japoneses. Poniéndolo
en términos simples, era la diferencia entre una "filosofía para la vida
" y una "vida de filosofía".
En el primer caso, la filosofía y la vida eran separadas. Había
ciertos ideales filosófico o religiosos que uno aplicaba a la vida, pero esos
ideales estaban fundamentalmente separados de la vida en sí misma.
Uno podía recurrir a un sacerdote o maestro o sabio que
demostrara que los dos podrían algunas veces ser uno, pero para la mayor parte
del Budismo era una clase de "deporte profesional". Sólo si uno se
separa de la existencia del día a día (por ejemplo, viviendo en un monasterio o
templo puede esperar hacer de esos ideales espirituales elevados una realidad
en su propia vida. En otras palabras, el Budismo era para los sacerdotes o monjes.
El resto de nosotros simplemente hizo lo mejor que pudo.
La gran percepción de Josei Toda fue la de anteponer la vida a la
filosofía, invirtiendo la estructura jerárquica tradicional del Budismo que
ubicaba a la autoridad espiritual en manos de una elite religiosa o
intelectual. Es por esto que era inevitable desde el comienzo, y aún necesario,
que la Soka Gakkai experimentase un corte con la organización matriz
sacerdotal, Nichiren Shoshu.
Para anteponer la vida, tal como
hizo Josei Toda, significaba que cada miembro de la futura Soka Gakkai estaría
conectado directamente con el Buda sin recurrir a ninguna estructura autoritaria
"profesional", o ningún otro recurso que esa estructura pudiera tener
en su posesiòn, el Dai-Gohonzon, por ejemplo.
Tan maravilloso como podría ser para la Soka Gakkai poseer tal preciado
tesoro, pero por cierto estará mejor sin él. Porque ahora, para los miembros de
la Soka Gakkai en el mundo, el verdadero Gohonzon es el que cantan cada mañana
y cada atardecer en sus hogares, el que yace en el punto muerto de la vida que
en realidad viven. No necesitan visitar el templo central en Japón para sentir
que han adorado al verdadero Gohonzon.
El verdadero Gohonzon es la vida que en realidad viven, en el
lugar en el que en realidad estén.
Èsta era la verdad que descubrió Josei Toda en ese día de marzo
en Tokio, cuando ni siquiera las cuatro paredes de una celda podían contenerlo.
El se liberó en ese momento, no cuando lo liberaron las autoridades un año más
tarde. Fue libre cuando descubrió que el Buda es la vida en sì misma, naciendo así
el Budismo moderno.