CARTA A NIIKE SAEMON-NO-JO. (Ghoso)
¡Qué gozo es para nosotros el haber
nacido en el Último Día de la Ley y haber compartido la propagación del Sutra
del Loto! ¡Cuán desdichados son aquellos que a pesar de haber nacido en esta
época, no puede creer en este sutra!
¿Habiendo nacido como
ser humano, nadie puede escapar a la muerte, entonces porqué no practica y se
prepara para la próxima vida?
Cuando veo lo que la
gente hace, me doy cuenta que aunque profesen su fe en el Sutra del Loto, y se
aferren a sus manuscritos, actúan contra el propósito del sutra y por ende
están condenados a los caminos malvados.
Para ilustrarlo, una
persona posee cinco órganos internos (1) de enfermarse uno solo de ellos,
infectará a los otros, y eventualmente la persona morirá. El Gran Maestro Dengyo expresa que aunque ellos
alaben al Sutra del Loto destruyen su corazón. (2) El nos dice que aunque la
gente abrace, lea y alabe el Sutra del Loto, si traicionan su propósito,
estarán destruyendo no sólo al Buda Shakyamuni sino también a todos los Budas
en las diez direcciones.
Nuestras ofensas
mundanas y karma maligno pueden haberse apilado hasta llegar tan alto como el
Monte Sumeru, pero al poner nuestra fe en este sutra, se desvanecerán como la
helada o el rocío bajo el sol del Sutra del Loto. Sin embargo, si uno comete
una o dos de las catorce calumnias establecidas en este sutra, la ofensa
resultará difícil de expiar. Matar a un solo Buda será una ofensa mayor que
destruir todos los seres sensibles en el mundo, y violar el propósito del sutra
será cometer el pecado de tomar las vidas de todos los Budas en las diez
direcciones. Quienquiera que cometa cualquiera de estas catorce es un
calumniador.
El infierno es una
espantosa morada de fuego, y el reino de los espíritus hambrientos es un
espantoso lugar al cual, conducidos por el hambre, devoran a sus propios niños.
El reino de los asuras consiste en la
lucha y el de animales en matar o ser matado. El infierno del loto
carmesí posee ese nombre debido al intenso frío de este infierno, que nos hace que
nos doblemos sobre nosotros mismos hasta que nuestra espalda se abre y emerge
la carne sangrienta como una flor de loto carmesí.
El infierno del gran
loto carmesí es aún más horrible. Cuando uno cae en tal lugar malvado, el que
uno haya sido un regidor o un general nada significa. Atormentado por los
guardianes del infierno, uno no es diferente de un mono en una cuerda.
¿De qué sirven
entonces la fama y la fortuna? ¿Puede uno ser aún arrogante y persistir en falsa
creencias?
¡Deténgase y reflexione! ¡Cuán
rara es la fe que nos mueve a darle limosnas al sacerdote que conoce el corazón
del Sutra del Loto!
Uno no se apartará de
los senderos malignos si hace esto una vez. Aún mayores son los beneficios que
provienen a partir de diez o veinte contribuciones, o de cinco o diez años, o
aun de las contribuciones de una vida. Éstas están más allá aún de la medida de
la sabiduría del Buda. El Buda enseñó que las bendiciones de una sola ofrenda
del devoto del sutra son cien, mil, diez mil, un millón de veces más grandes
que aquellas de ofrecer incontables tesoros al Buda Shakyamuni por 80 millones
de kalpas.
Cuando uno se encuentra con este sutra, uno
rebosará de felicidad y derramará lágrimas de gozo. Parece imposible pagar
nuestra deuda al buda Shakyamuni. Pero a través de las frecuentes
ofrendas a mí en lo profundo de esta montaña, usted devolverá la piadosa
amabilidad tanto del Sutra del Loto como el Buda Shakyamuni.
Esfuércese aún más en la
fe y nunca deje lugar a la negligencia. Toda la gente parece creer sinceramente
cuando abrazan por primera vez el Sutra del Loto, pero a medida que pasa el
tiempo tienden a volverse menos devotos; dejan de reverenciar u ofredar al
sacerdote, volcándose a la arrogancia y formándose puntos de vista
distorsionados. Esto es aterrador. Sea diligente al desarrollar su fe hasta el
último momento de su vida. De otra forma lo lamentará.
Por ejemplo, el viaje
desde Kamakura a Kyoto insume doce días. Si viaja once y se detiene con un día
que le falta para llegar, cómo podrá admirar la luna sobre la ciudad. Sin
importarle nada manténgase cerca del sacerdote que conoce el corazón del Sutra
del Loto, siga aprendiendo de él los principios del Budismo, y continúe su
viaje de fe.
¡Con cuánta rapidez pasan los
días! Nos hace dar cuenta de cuán pocos son los años que nos quedan.
Los amigos disfrutan de
los retoños de cerezos en las mañanas de primavera, y luego se van, llevados
como retoños por los vientos de la impermanencia,
dejando nada más que sus nombres.
Aunque los retoños se han desparramado, los cerezos florecerán
nuevamente en la primavera venidera, ¿pero cuándo renacerán esas personas?
Los compañeros con quienes disfrutamos componer poemas alabando a
la luna en las tardecitas otoñales se han desvanecido con la luna detrás de las
nubes cambiantes. Sólo sus mudas imágenes permanecen en nuestros corazones.
Aunque la luna se haya puesto detrás de las montañas del oeste, escribiremos
poesía bajo ella el próximo otoño.
Pero ¿Dónde están nuestros
compañeros que han fallecido? Aun cuando el tigre de la muerte se acerque
rugiendo (3), ni escuchamos y ni nos sorprendemos. ¿Cuántos días quedan para
que la oveja se dirija al matadero?
Profundo en las
Montañas Nevadas vive un pájaro que sufre el frío, el es torturado por un frío
entumecedor, grita que construirá un nido en la mañana. Pero al romper el alba,
se duerme bajo la cálida luz del sol mañanero sin construir su nido. Así
continúa gritando vanamente a lo largo de su vida.
Lo mismo sucede en los seres
humanos. Cuando caen en el infierno y jadeando en las llamas, ansían renacer
como humanos y hacen votos de que van a dejar todo lo demás de lado y servir a
los tres tesoros a fin de ganar iluminación en su próxima vida. Pero aún en las
raras ocasiones en las que renacen de forma humana, los vientos de fama y
riqueza soplan violentamente, y la lámpara de la práctica budista fácilmente se
extingue.
Sin reparo alguno
malgastan su riqueza en fruslerías sin importancia, escatimando aun la más
pequeña contribución al Buda, la Ley, y la Orden Budista.
Esto es muy serio ya que
entonces los mensajeros del infierno los obstaculizan. Éste es el significado
de “bueno en las menudencias y malo en lo grande”
(good by the inch and evil by the foot). (4)
Más aún, dado que este país es una tierra cuyo pueblo calumnia la
enseñanza correcta, los dioses benevolentes que deberían estar protegiendo a la
nación han sido privados del sabor de la Ley y han ascendido al cielo, abandonando
sus santuarios.
Los santuarios vacíos
han sido ocupados por demonios que están engañando a los fieles. El Buda,
habiendo terminado de predicar, ha regresado a la Tierra de Luz Tranquila.
Salones y pagodas, templos y santuarios han sido abandonados y se transformaron
en morada de demonios. Estas estructuras imponentes se yerguen en filas,
construidas a costa del estado y mediante mano de obra obligatoria impuesta al
pueblo. Ésta no es sólo mi opinión, esto
se encuentra en los sutras, así que deben aprenderlos bien.
Ni Budas ni dioses
aceptarán nunca contribuciones de aquellos que calumnian la enseñanza correcta.
Entonces: ¿Cómo podemos
nosotros, seres humanos, aceptarlas? La deidad del Santuario Kasuga (5) proclamó a través de un oráculo que no
aceptaría nada de aquellos con corazones impuros, aunque tuviera que comer las
llamas del cobre ardiente; que él se negó a poner un pié en sus hogares, aunque
tuviera que sentarse sobre cobre al rojo vivo. Prefería bajar a una choza
miserable, con malezas asfixiantes en su pasaje, o a una pobre casa de campo
con techo de paja. Declaró que no volvería a visitar a los infieles, incluso si
colgaban festones sagrados durante mil días para darle la bienvenida, pero que
iría a una casa donde la gente creyera, aunque estuvieran de luto por un padre.
Lamentando que los calumniadores han rebasado este país, los
benevolentes dioses lo han abandonado y ascendido al cielo. “Aquellos con
corazones impuros” son aquellos que se niegan a abrazar el Sutra del Loto, tal
como lo establece el quinto volumen del sutra.
Si los mismos dioses
consideran las limosnas de los calumniadores más abominables que las llamas del
cobre ardiente, cómo podemos nosotros seres humanos aceptarlas. Si alguien
fuera a matar a nuestros padres y luego intente ofrecernos algunos regalos, ¿podríamos aceptarlo? Ni aún las personas sabias o los
santos pueden evitar el infierno del sufrimiento incesante si aceptan ofrendas
de los calumniadores. Tampoco deben asociarse con calumniadores, porque de
hacerlo, compartirá la misma culpa de ellos. A esto debe temérsele sobre todas
las cosas.
El Buda Shakyamuni es el
padre, soberano y maestro de todos los otros Budas y todos los dioses, de toda
la asamblea de seres humanos y celestiales, y de todos los seres vivientes. ¿Cómo podrían regocijarse los dioses celestiales y las deidades
benevolentes si el Buda fuera asesinado?
Hoy toda la gente de
nuestra país ha demostrado ser enemiga del
Buda Shakyamuni, pero más que los laicos, hombres o mujeres, son los
sacerdotes con entendimiento y corazones torcidos quienes son los peores
enemigos del Buda.
Hay dos clases de
sabiduría: la correcta y la perversa. Sin importar cuán sabia pueda parecer, si sus
aseveraciones están distorsionadas, no debe escucharlas. Ni seguir a sacerdotes
meramente porque son venerables o de alto rango.
Pero si una persona
tiene la sabiduría de conocer el verdadero significado del Sutra del Loto, sin
importar lo humilde que pueda ser, téngale respeto y hágale ofrendas como si
fuese un Inefable (Thus Come One). Así está escrito en el sutra. (6).
Es por esto que el Gran
Maestro Dengyo dice que los hombres y mujeres que creen en este sutra, aunque
carezcan de conocimiento o violen los preceptos, deberán ser sentados por encima
de los sacerdotes que observan los 250 preceptos de las enseñanzas Hinayana, y
nunca ser sentados en una posición humilde, y esto es aun más cierto de los
sacerdotes de este sutra Mahayana.
Se considera al sacerdote Ryokan del templo Gokuraku-ji como un
Inefable viviente (Thus Come One), pero los hombres y mujeres que creen el
Sutra del Loto deben ser sentados por arriba de él.
Parece increible que
este Ryokan, que observa los doscientos
cincuenta preceptos, deba enojarse y echarme a mí, Nichiren, una mirada
fulgurante cada vez que me ve. El erudito ha sido poseído por un demonio. Es como el caso de una
persona básicamente ecuánime que
cuando está borracha, pone de manifiesto su lado oscuro, y causa problemas.
Antes de predicar el
Sutra del Loto, el Buda enseñó que aquel que diera limosnas a Mahakashyapa,
Shariputra, Maudgalyayana, [y Subhuti] caería en los tres senderos del mal.
Dijo que las mentes de
estos oyentes son inferiores a aquellas de perros o zorros. Estos cuatro
grandes oyentes firmemente mantenía los doscientos cincuenta preceptos, y su
observancia de las tres mil reglas de conductas era tan perfecta como la luna
llena en la décimo quinta noche. Sin embargo, hasta que ellos no abrazaron el
Sutra del Loto, fueron criticados amargamente por el Buda. ¡Cuánto más aún se
aplicaría esto en el caso de los sacerdotes actuales, que son inferiores a
ellos!
Así flagrantemente hacen
los sacerdotes de los templos Kencho- ji y Engaku-ji (7) que rompen el código
de ceremonias y los preceptos, pareciendo una montaña que ha colapsado a
escombros. Su comportamiento licencioso es igual al de los monos.
Es completamente inútil
buscar la salvación en la otra vida, dando limosna a estos sacerdotes. Los
dioses benevolentes que dieron su protección sin duda han abandonado nuestra
tierra. Tiempo atrás los dioses celestiales y las deidades benevolentes, los
bodhisattvas y los oyentes se comprometieron a una sola voz en presencia del
Buda Shakyamuni en que, si una tierra hostil al Sutra del Loto existiese,
aparecerían en la forma de helada y granizo en el sexto mes para llevar a la
tierra a la hambruna; o transformarlos en insectos y devorar las cinco clases
de granos; (8) o causar sequías e
inundaciones para arruinar los campos y las granjas; o ser vientos fuertes y
barrer a la gente a la muerte; o transformarse en demonios y ocasionar el
sufriente del pueblo.
El Gran Bodhisattva
Hachiman estaba entre los presentes. ¿Acaso no teme romper el juramento hecho
en el Pico del Águila? De romper su promesa, seguramente estará condenado al
infierno del sufrimiento incesante, algo terrible de contemplar. Hasta que el
enviado del Buda en realidad apareciera en el mundo para propagar el Sutra del
Loto, los regidores de la tierra no eran hostiles a él, porque reverenciaban
todos los sutras por igual.
Sin embargo, ahora que
estoy difundiendo el Sutra del Loto como el enviado del Buda, todos, desde el
regidor hasta la gente común, se han convertido en calumniadores.
Hasta ahora Hachiman ha hecho todo lo posible para evitar que la
hostilidad hacia el Sutra del Loto se desarrolle en nuestro pueblo, ya que se resisten
a abandonarla como padres que nunca abandonarían a un hijo único. Pero ahora con el
temor de romper la promesa que hizo en el Pico del Águila, que quemó su altar y
ascendió al cielo. Aun así, de haber un devoto del Sutra del Loto que diese su
vida, Hachiman velará por él. Pero ya que ambos la Diosa del Sol y el Gran Bodhisattva Hachiman se han ido,
¿cómo podrían seguir en sus altares los otros dioses? Incluso si ellos no
quisieran irse, ¿cómo iban a quedarse un día más si les reprocho por no
mantener la promesa que hicieran en el Pico del Águila?
Una persona puede ser un
ladrón y en tanto nadie lo sepa puede vivir donde quiera. Pero cuando alguien
que lo conoce lo denuncia como ladrón se ve obligado a huir de su lugar contra
su voluntad. De la misma manera, porque conozco sus votos, los dioses se ven
obligados a abandonar sus santuarios. Contrariamente a la creencia popular,
este país está habitado por demonios. ¡Qué lástima!
Muchos han propagado las
diferentes enseñanzas del Buda, pero hasta ahora, nadie, ni siquiera T'ien-t'ai o Dengyo, han enseñado la
más importante de todas.(9) Que esto sea, porque la enseñanza se propaga con la
llegada del Bodhisattva Jogyo durante los primeros quinientos años del Último
Día de la Ley.
No importa qué mantenga
siempre su fe firme en el Sutra del Loto. Luego, en el último momento de su
vida, usted será recibido por un millar de budas, que le llevarán rápidamente
al paraíso en el Pico del Águila, donde podrá experimentar la verdadera
felicidad de la ley.
Si su fe se debilita y
no alcanza la iluminación en esta vida, no me lo reproche a mí. Si lo hace,
podría ser como el paciente que se niega el medicamento que su médico prescribe
y toma veneno en su lugar. No se recupera, pero no se le ocurre pensar que es
su culpa, y le echa la culpa al médico. La fe en este sutra significa
que seguramente va a alcanzar la iluminación si es fiel a la totalidad del
Sutra del Loto, adhiriendo exactamente a sus enseñanzas sin añadir ninguna de
sus propias ideas o siguiendo interpretaciones arbitrarias de los demás.
Transformarse en un Buda
no es nada extraordinario. Si cantamos
Nam-myohorenge-kyo con todo nuestro corazón, naturalmente
adquiriremos los treinta y dos rasgos y las ochenta características del Buda.
Como dice el sutra:
“esperando hacer que todas las personas fueran iguales a mí, sin distinciones
entre nosotros” (10) por lo que usted fácilmente puede volverse tan noble como
un Buda, como Shakyamuni.
Un huevo de pájaro contiene nada más que líquido, sin embargo por sí
mismo se convierte en un pico, dos ojos y todas las otras partes, y el pájaro
toma vuelo vertiginoso hacia el cielo. Nosotros también somos los
huevos de la ignorancia, cosas lastimosas, pero nutridos con el canto del
Nam-myoho-renge-kyo, que se asemeja al calor de la mamá pájaro, desarrollamos
el pico de los treinta y dos rasgos y las plumas de las ochenta características
y estamos libres para elevarnos a los cielos del verdadero aspecto de todos los
fenómenos y la realidad de todas las cosas”. Esto es lo que quiere
decir el pasaje del sutra que dice en esencia: “Toda la gente vive dentro de
una cáscara de ignorancia, careciendo del pico de la sabiduría. El Buda regresa
a este mundo, la tierra donde los sabios y los mortales comunes conviven,
padeciendo los última la trasmigración con diferencias y limitaciones (11),
justo al igual que una madre pájaro regresa a su nido, y rompe la cáscara de la
ignorancia para que toda la gente, como
novatos puedan dejar el nido y volar al cielo de la naturaleza esencial
de los fenómenos y la realidad de todas las cosas”. (12)
"El conocimiento
sin fe" describe a aquellos que puedan estar bien informados sobre las
doctrinas budistas pero no tiene fe. Estas personas nunca van a alcanzar la
iluminación. Los de "fe sin conocimiento" pueden carecer de
conocimientos, pero tienen fe, y pueden alcanzar la iluminación. Estas no son
mis propias palabras; está claramente expresado en el Sutra del Loto.
En el segundo volumen el
Buda dice: "Aún tu, Shariputra, en el caso de este sutra fuiste capaz de
entrar sólo con la fe, sin sabiduría alguna de tu parte”.(13) Esto muestra que
aún Shariputra, insuperable en su sabiduría, fue capaz de alcanzar la
iluminación sólo por abrazar y creer firmemente en este sutra, y que su
sabiduría sólo no le permitía ser un Buda.
Si Shariputra no pudo alcanzar la iluminación a través de su vasta
sabiduría, ¿cómo podemos nosotros, con limitados conocimientos, soñar con que
podemos alcanzar la iluminación si no tenemos fe?
El Buda explica que la
gente en la última época será arrogante, desatendiendo la Ley, y por lo tanto
caerán en caminos malvados. Si uno realmente entiende las enseñanzas budistas
lo debe mostrar en su respeto por los sacerdotes, reverenciando la Ley y
ofrendando al Buda.
El Buda Shakyamuni no
está entre nosotros ahora, por lo que debe respetar al maestro con sabiduría
iluminada como si fuera el mismo Buda. ¿Cómo entonces no recibirá bendiciones?
Si deseamos la felicidad en nuestra próxima existencia, debemos renunciar a
nuestro deseo de fama y fortuna y respetar al sacerdote que enseña el Sutra del
Loto como uno lo haría con un Inefable viviente (Thus Come One), por muy
humilde que sea ese sacerdote.
Así está escrito en el sutra.
La secta Zen hoy viola en general las cinco grandes virtudes constantes
de la benevolencia, la rectitud, el decoro, la sabiduría y la buena fe. Honrar al sabio y al virtuoso, respetar a los ancianos y proteger a los
jóvenes, son reconocidos universalmente como conductas humanas tanto en las
escrituras budistas como en las no budistas. Pero los sacerdotes Zen fueron
hasta ayer o el día anterior no más que gentuza inculta, incapaces de
distinguir el negro del blanco. Pero ahora que usan vestiduras sacerdotales
llamativas, se han vuelto tan engreídos que menosprecian a los sacerdotes
sabios y virtuosos de las escuelas Tendai y la Verdadera Palabra. No observan
ninguno de los buenos modales y piensan que tienen mayor rango que todas las
demás.
Estas personas son tan
insolentes que hasta los animales se comportan mejor. El Gran Maestro Dengyo
escribió que la nutria muestra su respeto ofreciendo antes el pescado que ha
cogido(14), el cuervo en el bosque lleva
alimento a sus padres y abuelos, la paloma se encarga de posarse tres
ramas más bajo que su padre, gansos salvajes mantienen perfecta formación
cuando vuelan juntos, y los corderos se arrodillan para beber la leche de su
madre.
El pregunta: ¿Si los animales humildes se conducen
con tanta propiedad, cómo pueden los seres humanos ser tan faltos de cortesía?
A juzgar por las palabras de Dengyo, es natural que los sacerdotes Zen estén
confundidos acerca del budismo cuando son ignorantes aún de cómo los hombres
deben comportarse. Actúan como Papiyas, del demonio celestial.
Entienda claramente lo que yo le he enseñado
aquí y continúe su práctica sin negligencia, creyendo reverentemente en el
única sutra que consiste de ocho volúmenes y veintiocho capítulos. Cuando desee verme,
ore hacia el sol cada día, y una vez al día mi imagen se reflejará ahí. Haga
que el sacerdote que es mi mensajero le lea esta carta. Confíe en él como
maestro con sabiduría iluminada y hágale cualquier pregunta que usted pueda
tener acerca de las doctrinas. Si no se cuestiona y resuelve sus dudas, no
puede disipar los nubarrones de la ilusión, al igual que no podría viajar miles
de kilómetros sin piernas. Pídale que lea esta carta una y otra vez, y escuchelo
atentamente. A la espera de verle de nuevo, concluyo aquí.
Respetuosamente
Nichiren
El segundo mes en el tercer año de Koan (1280), a Niike
ANTECEDENTES
Nichiren Daishonin
escribió esta carta el segundo mes de 1280 a Niike Saemon-no-jo, un funcionario del
shogunato de Kamakura. Niike era del pueblo Niike en el Distrito de Iwata de la
Provincia de Totomi. Él y su esposa habían sido convertidos a las enseñanzas
del Daishonin por Nikko Shonin y habían mantenido su fe a pesar de la presión
gubernamental.
Primero, Nichiren
Daishonin le dice a Niike que su gran fortuna es el haber nacido en el Último
Día de la Ley con la misión de divulgar la correcta enseñanza del Budismo a
través del mundo. Aún así sería temerario profesar la fe en el Sutra del Loto y
luego calumniar. La consecuencia es descender a un camino malvado de existencia
sin importar el papel que uno juegue o el status que uno tenga.
Usando el ejemplo
del pájaro que sufre el frío, el Daishonin amonesta a sus creyentes para que no
caigan nunca en negligencia, o sean tentados por la fama o la fortuna.
Luego de mencionar el estado deplorable del país y la degradación de los
sacerdotes budistas, describe el propósito del Sutra del Loto comparando a una
persona ordinaria con un huevo. Como los fluidos en un huevo que luego
desarrollan en un pájaro, la iluminación existe como un potencial dentro de la
vida humana. Finalmente dice que la llave para la iluminación es la fe en el
Gohonzon.
NOTAS
1. El hígado, los
pulmones, el corazón, los riñones y el bazo.
2. Los Principios Sobresaliente del Sutra del Loto (The
Outstanding Principles of the Lotus Sutra).
3. La imagen del “tigre de la muerte” proviene de un pasaje en “El
Tratado sobre la Gran Perfección de la Sabiduría” (The Treatise on the Great
Perfection of Wisdom) que expresa: “cuán dulce sea el agua o lozana la hierba,
las ovejas se quedarán con hambre por miedo al tigre feroz”.
4. Aquí la palabra japonesa ma, o ‘demonio,’ se la traduce como
‘mal’ para que haya claridad en la expresión. En este caso significa lo que
obstruye un bien mayor.
5. Un importante santuario en Nara, asociado con la familia
Fujiwara.
6. El capítulo el “Maestro de la Ley” doce: “En el mundo malvando
a continuación de mi extinción si existen aquellos que pueden abrazar este
sutra, deberá juntar sus palmas en reverencia y ofrecer limosnas a ellos como
lo haría con el Honrado en el Mundo (World-Honored One)”.
7. Dos de los cinco templos Zen principales en Kamakura.
Kencho-ji fue fundado por el Regente Hojo Tokiyori en 1253, y Engaku-ji, por el
Regente Hojo Tokimune en 1278.
8. Trigo, arroz, frijoles y dos tipos de mijo. También un término
genérico para todos los granos que es su significado aquí.
9. “Al más importante de todos” se refiere a la enseñanza que
Shakyamuni transfirió al Bodhisattva Prácticas Superiores (Bodhisattva Superior
Practices) en el capítulo los “Poderes Supernaturales” del Sutra del Loto y
definido en el capítulo “Rey Medicina” como la Ley que se propagará en los
últimos quinientos años después de su muerte.
10. Sutra del Loto, capítulo 2.
11. Esto se refiere a la trasmigración de seres no iluminados a
través de los seis senderos. Se dice que los seres vivientes repiten el ciclo
de renacimiento entre los seis mundos inferiores, caracterizados por la ilusión,
con limitadas brechas de vida y en formas diferentes conforme con su karma.
12. Fuente desconocida.
13. Sutra del Loto, capítulo 3.
14. Los chinos creían que cuando la nutria dejaba partes del
pescado sin comer, estaba de hecho presentando los restos como una ofrenda
religiosa. Esta historia se encuentra en el Libro confuciano de los Ritos.
Fuente: Los escritos de Nichiren Daishonin, Tokio, Soka Gakkai,
2008, págs. 1071-1078.