LA MUJER: REMANSO DE PAZ.
Un encuentro con el
destino es seguramente un encuentro con la paz. El origen del término se
encuentra, para Occidente, en la mitología de los pueblos antiguos como el
griego y el romano, primero con la diosa Irene y en el segundo caso con la
diosa Pax. De tal manera que muy dentro del inconsciente colectivo, se
encuentra la personificación femenina de la paz. La serenidad de la belleza
femenina, la ausencia de la violencia en su lenguaje y sus maneras, la hermosa
plenitud de su juicio sereno y ponderado, hizo que rápidamente sus virtudes más
sublimes se encarnaran en ella como representación. Así entonces, la sabiduría,
la justicia y la filosofía, actividades directamente vinculadas con el pensamiento
y el conocimiento de las cosas y el ejercicio de la Paz, se asociaron a una
imagen femenina por considerarse caminos hacia la perfección que ella
encarnaba.
Hoy en día aún continúan
siendo válidas esas búsquedas porque el ser humano continúa siendo el mismo,
con sus virtudes y defectos, vestido con un creciente y cambiante vestido
tecnológico. Y el papel de la mujer en la conformación de un estado de paz es
cada vez más urgente y necesario. Podríamos afirmar que la agresión en las
sociedades guarda mucha relación con la presencia o ausencia de la acción
femenina.
En el Japón, una mujer
comienza a activar ese llamado militante femenino hacia la paz. Se ha propuesto
a partir del mejoramiento de la comunicación emocional de la mujer con su
entorno más cercano, lograr que su sensibilidad logre permear rígidas
estructuras en la administración de las relaciones humanas. Nos referimos a la
notable Sra. Kaneko Ikeda. La difusión de su búsqueda introspectiva en la
siembra de los valores del amor, el afecto, el cariño, comienza a difundirse en
todo el mundo.
Ese mensaje llega en la
palabra y obra la Sra. Kaneko Ikeda y de su esposo, el Dr. Daisaku Ikeda,
quienes se han dedicado con energía y pasión al fomento de la Concordia y de los Valores Humanos, creando
instituciones culturales, educativas y de investigación promotoras de la Paz a
través del Conocimiento en todo el mundo.
La Sra. Kaneko Ikeda ha
dirigido en forma virtuosa y ejemplar sus esfuerzos de vida para crear
programas promotores de la fraternidad a través de la comunicación de estados
trascendentes de conciencia, convirtiéndose en importante motor de las
actividades de la Soka Gakkai Internacional, incorporando a la mujer a los
ejercicios y prácticas del crecimiento armónico de mente y cuerpo como claves
para el logro de una sociedad armónica donde viven los valores de la felicidad
individual y social como principios activos en constante transformación y
dinamismo para proyectar el estado equilibrado de la Paz, indispensable para la
estructuración constructiva de la personalidad y los valores de una Nueva
Humanidad.
La Paz, el supremo bien
común, es el mayor reconocimiento que se le puede hacer a un ser humano y a la
civilización donde vive. Ser agente activo de la paz, es el trabajo más
gratificante del mundo porque define a sus practicantes como los auténticos
artífices del futuro. A esa Paz personificada por el Dr. Daisaku Ikeda y su
señora esposa, la Dra. Kaneko Ikeda rendimos el más auténtico tributo y el
mayor de los reconocimientos.