El Budismo de
Nichiren, sobresale de todas las demás tradiciones budistas. Estas diferencias,
más que similitudes, arrojan luz sobre la fuerza que el Budismo de Nichiren
tiene para permitir a todas las personas transformar el sufrimiento en
sabiduría y felicidad. También hacen posible un cambio positivo en el destino de
la humanidad. Con frecuencia nos referimos a ella como la fuerza para «transformar
veneno en medicina».
Si bien el budismo está visto como una religión
igualitaria, las enseñanzas budistas que preceden al Sutra del loto no ponen en
claro que todas las personas tienen por igual el potencial para lograr la
iluminación.
Nichiren Daishonin esclareció que el potencial
de Budeidad existe dentro de todas las personas en todo momento y enseñó cómo
manifestar ese potencial. Para ilustrar este concepto, empleó principios
filosóficos del gran maestro Tíen-t’ai que se basan en el Sutra del loto. Entre
ellos, son importantes principios el de la «posesión mutua de los diez estados»
y «los tres mil aspectos en un instante de la vida». De estos conceptos se desprende
una serie de ideas que, consideradas
desde el
punto de vista de las doctrinas budistas tradicionales y de la comprensión común de la
gente del Japón del Siglo XIII, deben haber sido revolucionarias.
Solo basta con mencionar cuatro de ellas:
1) «El logro
de la Budeidad por personas de los dos vehículos»; los sutras que
preceden al
Sutra del loto sostienen que las personas de los dos vehículos (1), debido a la
arrogancia, habían «quemado las semillas» de la Budeidad y no eran capaces de
alcanzar la iluminación. Pero
el Sutra del loto enseña que ellas y todas las demas personas lograrán la
Budeidad si practican las enseñanzas del sutra.
2) «El logro
de la Budeidad en nuestra forma presente»; La enseñanzas pre-Sutra el loto ven
al Buda como un ser muy superior a las personas comunes. Es más, las mujeres estaban
vistas como inherentemente incapaces de lograr la Budeidad. El Sutra del loto
revela que todas las personas comunes, hombres y mujeres por igual, pueden
manifestar la Budeidad tal como son.
3) «Los
deseos mundanos son la iluminación»; las primeras enseñanzas budistas consideran
los deseos mundanos, o impulsos ilusorios, fuentes de sufrimiento e impedimentos
para lograr la iluminación. En contraposición, el principio de los tres mil aspectos
en un instante de la vida revela que el potencial de Budeidad existe inclusive dentro
de los estados gobernados por la ilusión y el deseo. Nichiren escribe, cuando
invocamos Nam-myoho-renge-kyo estamos «quemando la leña de los deseos mundanos,
convocando al fuego de la sabiduría de bodhi o iluminación» (Registro de enseñanzas
orales, pág. 11).
Los deseos y el sufrimiento alimentan nuestra práctica del budismo y
nos permiten sacar a la luz la sabiduría iluminada.
4) «Los
sufrimientos del nacimiento y la muerte son el nirvana»; las primeras escuelas
de budismo enseñaban que solamente extinguiendo el ciclo de muerte y renacimiento
nos podíamos librar del sufrimiento.
Nirvana significa literalmente «apagar» la
propia existencia así como uno apagaría la llama de una vela soplándola.
Partiendo del Sutra del Loto, Nichiren enseñó que el ciclo interminable
de nacimiento, muerte y renacimiento es un ciclo natural de la vida y jamás
podrá
extinguirse. El corazón de este ciclo lo ocupa una
esencia vital imperecedera que tiene la Budeidad como potencial eterno. La
Budeidad, o nirvana, es un estado natural ideal que cultivamos mediante nuestra
práctica del budismo, en el que podemos atravesar el ciclo de nacimiento y
muerte con alegría, transformando el sufrimiento en buena fortuna y felicidad.
Nagarjuna, el gran filósofo indio, se
refirió al Sutra del loto, específicamente a la palabra sad, traducida como myo
en el título del sutra, describiéndolo como un «gran médico capaz de transformar
el veneno en medicina» (El daimoku del ‘Sutra del loto’, END, pág. 153). Lo
dijo en referencia a la declaración del Sutra según la cual las personas de los
dos vehículos pueden en efecto alcanzar la iluminación. La Ley Mística, representada
por el caracter myo, es la que lo hace posible.
En relación con la declaración de Nagarjuna, Nichiren escribe: «¿Cuál es
el veneno? Son los tres caminos de los deseos mundanos, el karma y el
sufrimiento que forman parte de nuestra suerte.
¿Cuál es el remedio? Es el cuerpo del
Dharma, la sabiduría y la emancipación. Y ¿qué quiere decir transformar veneno
en medicina? Cambiar los tres caminos en las tres virtudes: el cuerpo del
Dharma, la sabiduría y la emancipación. («Qué quiere decir Oir el Vehículo del
Buda», Writings of Nichiren Daishonin, Vol. 2, pág. 743).
Cuando los deseos mundanos, o los impulsos ilusorios, motivan nuestras acciones,
esas acciones se convierten en karma negativo que genera sufrimiento. El
sufrimiento a su vez genera más impulsos ilusorios, que originan actos que
generan mas karma negativo y producen mas sufrimiento. Este ciclo se lo conoce
como los tres caminos.
Pero nuestra práctica de Nam-myohorenge-kyo
nos permite hacer aflorar el Estado de Buda aun en medio de la ilusión.
Nuestros actos se tornan los actos propios de
un buda (representados por la virtud conocida como el cuerpo del Dharma), están
impregnados de la sabiduría de buda (virtud de sabiduría) generan buen karma que
trae felicidad y satisfacción (virtud de emancipación).
Aplicándolo a nuestra vida diaria, esto quiere decir que aun en las
peores circunstancias o en el peor de los sufrimientos, mediante la fe en la
Ley Mística y la práctica, estos se pueden trasformar en felicidad y buena
fortuna.
El Presidente Ikeda nos dice: El budismo
enseña el principio de transformar veneno en medicina. Por lo tanto, sean
cuales fueren los problemas que nos aquejen, podemos abordarlos con una postura
positiva.
Todo lo que tenemos que hacer es seguir avanzando
con profunda confianza
en las
palabras del Daishonin. «Cuando ocurre un gran mal, sobreviene un gran bien»,
«El gran mal y el gran bien», END, 1165). (World Tribune, 18 de marzo de 2011,
pág. 5).
Transformar veneno en medicina, nos quiere significar que, por más
profundo o grave que sea el problema que enfrentamos, o por más intenso que sea
nuestro sufrimiento actual, a medida que perseveramos en invocar y participar de
las actividades en bien del kosen rufu, no solamente superaremos nuestro problema
o sufrimiento, sino que a resultas de superarlo, disfrutaremos de beneficios y felicidad
que sobrepasarán ampliamente la intensidad de ese sufrimiento.
(Traducción tentativa, Living Buddhism, septiembre de 2012, págs. 14-15)
NOTA:
1. Personas de los dos vehículos: son los que
escuchan la voz, y los que han despertado a la causa. A la luz de los Diez
Estados o Mundos, son practicantes que se encuentran en el mundo de los que escuchan
la voz (aprendizaje) y los que han despertado a la causa (comprensión
intuitiva).