EL ESPIRITU DE LAS OFRENDAS. De La Nueva Revolución Humana, volumen 4, Capítulo “El Triunfo” (páginas 113–16). Por daisaku Ikeda.
Shin’ichi Yamamoto (Nombre literario de Daisaku
Ikeda) discute el espíritu de hacer contribuciones financieras dentro
de la organización de la Soka Gakkai. Clarifica que las ofrendas hechas tienen
el propósito de llevar a cabo el deseo de Nichiren Daishonin de propagar la Ley
Mística y son equivalentes a ofrendar al Buda original.
Shin’ichi abrió el Gosho. Él deseaba
estudiar detenidamente de nuevo el verdadero significado de las ofrendas
budistas a la luz de las enseñanzas del Daishonin.
Primero leyó “La Ofrenda de Arroz”, una
carta que Nichiren Daishonin había escrito en respuesta a una ofrenda de arroz
y otros artículos que le enviaran al Monte Minobu.
Alabando la sinceridad de la persona dice el
Daishonin: “Con respecto al tema de transformarse en Buda, la gente común
tienen en cuenta las palabras ‘ferviente resolución’ y por lo
tanto se vuelven Budas” (WND, 1125). Así indica que la fe ferviente, un sincero
espíritu de búsqueda hacia el Budismo, es la llave para alcanzar la budeidad.
En “La Ofrenda de Arroz” Nichiren Daishonin
alaba la sinceridad de alguien que le ofreció comida, necesaria para sustentar
la vida. Escribe
que el beneficio de esta ofrenda es comparable al beneficio recibido por tales
santos y sabios del pasado como el muchacho Montañas Nevadas (Snow Mountains),
el Bodhisattva Rey Medicina (Medicine King) o el Príncipe Shotoku, quienes
ofrecieron sus vidas por el Budismo.
Shin’ichi Yamamoto abrió otro Gosho, esta
vez “Sudatta El Hombre Rico” (WND, 1086), una carta enviada a Nanjo
Tokimitsu a los veintisiete días del duodécimo mes del calendario lunar del año
1280 (27 de diciembre).
En ese momento, Tokimitsu estaba en grandes
apuros financieros. Dado que él había apoyado a los seguidores del Daishonin
durante la Persecución de Atsuhara, las autoridades lo forzaron a pagar
impuestos pesados y abastecer a los trabajadores por trabajo impago al
gobierno. Aunque él no podía mantener más un caballo para sí mismo y carecía de
la comida y ropa adecuada para su mujer e hijos, ofreció al Daishonin un kan de
monedas por su sincero interés en el bienestar del Daishonin en el frío invierno
del Monte Minobu. Ésta fue la carta que el Daishonin había escrito en
respuesta.
“Viendo tantas cartas dirigidas a Tokimitsu,
encontramos que sus ofrendas al Daishonin normalmente consistían de comida y
otras provisiones. Que en esta ocasión en cambio Tokimitsu haya enviado dinero,
sugiere que él no poseía nada más como
artículos prácticos para ofrecerle al Daishonin. Bien puede ser que la ristra
de monedas era dinero que él había apartado para una emergencia”.
El Daishonin expresó su profundo respeto y
alabó la sinceridad de Tokimitsu. Aunque estaba casi indigente, su espíritu era
elevado y heroico. Las ofrendas deben siempre nacer de un espíritu de fe
sincero.
En una carta dirigida al Señor Matsuno
(Gosho Zenshu, 1380), Nichiren Daishonin
describe como el muchacho Virtud Victoriosa (Virtue Victorious) renació como el
Príncipe Ashoka y alcanzó eventualmente la budeidad porque ofreció una torta de
barro a Shakyamuni. Para el muchacho Virtud Victoriosa, la torta de barro había
sido la ofrenda más grande que él podía hacer. A pesar de su naturaleza
humilde, se la había presentado al Buda con la máxima reverencia. Ésta fue la
causa que lo condujo a renacer como un gran monarca en una vida futura.
Shin’ichi Yamamoto continuó con el Gosho
“Los Cuerpos y Mentes de los Seres Comunes” y se detuvo en un pasaje cerca del
final de la carta. Lo leyó varias veces, percibiendo su profundo significado:
“Aunque uno pueda hacer acciones meritorias, si éstas están dirigidas hacia
algo que sea falso, entonces esas acciones
pueden traer un gran mal, no resultando nunca en bien alguno. Por otra
parte, aunque uno pueda ser ignorante y hacer exiguas ofrendas, si uno presenta
esas ofrendas a una persona que sostenga la verdad, el mérito propio será
grande. ¡Cuánto más lo será en el caso de personas que con toda sinceridad
hacen ofrendas a la enseñanza correcta!” (WND, 1134).
En resumen, lo que el Daishonin dice en “Los
Cuerpos y Mentes de los Seres Comunes” indica que las ofrendas pueden dar como
resultado tanto el bien como el mal, lo cual depende para quien o para que
causa se hacen.
A la luz de este pasaje de este Gosho,
Shin’ichi meditó acerca de las ofrendas hechas dentro de la Soka Gakkai. Las
ofrendas y las contribuciones financieras
que solicita la organización fueron exclusivamente hechas para lograr el
mandato del Daishonin de propagar ampliamente la Ley Mística. Las ofrendas
hechas con este fin eran equivalentes a las ofrendas hechas al Buda original.
Entonces, no había mayor ofrenda, ni bien mayor. Por cierto, nada podía traer
mayor beneficio. Este pensamiento llenó a
Shin’ichi con una inconmensurable sentido de buena fortuna y gozo al
haber tenido la oportunidad de hacer tales ofrendas como miembro de la Soka
Gakkai.
El Daishonin concluye este escrito alabando
el espíritu de este seguidor que le había enviado las ofrendas al Monte Minobu:
“Seguramente usted está sembrando buenas semillas en un campo de fortuna. Mis
lágrimas nunca dejan de fluir cuando pienso en ello” (WND, 1134).
Dedicarse uno
al kosen-rufu significa “sembrar buenas semillas en un campo de fortuna”, Shin’ichi
se había convencido fuertemente de esto desde su juventud. Recordaba los días
de la lucha fervorosa para proteger y apoyar a Josei Toda, quien había tomado
el liderazgo de propagar las enseñanzas del Daishonin. En esa época, el negocio
de Toda estaba experimentando severas dificultades, y durante un largo tiempo
el pago del salario de Shin’ichi fue con retraso.
Shin’ichi se dio cuenta de que apoyar a este
gran león de hombre quien había nacido solo para difundir la Ley, era la forma
de proteger a la Soka Gakkai y alcanzar la meta del kosen-rufu.
Drásticamente disminuyó su costo de vida he hizo su credo el usar aunque
fuera un poco del dinero remanente de su paga para apoyar a las actividades de
la Gakkai, contribuir a difundir el Budismo del Daishonin. Lograr esto fue su
gozo y su orgullo secreto. Debido a esto, pasó hasta un invierno entero sin un
sobretodo.
Siempre que recibía algo de su sueldo
atrasado, usaba una porción importante del mismo para apoyar las actividades de
Toda en las que promovía el kosen-rufu. Shin’ichi estaba absolutamente
convencido de que el beneficio y la buena fortuna que había obtenido como
resultado le había permitido a él
superar su enfermedad y hoy asumir el liderazgo de la Gakkai con confianza y
compostura.
No había actuado para apoyar a su mentor o a
la organización por encargo de un tercero. Lo había hecho tan espontáneamente,
con un espíritu de alegría. Era la expresión de su sincera fe, un reflejo de su
profunda resolución de dedicar su vida a difundir el Budismo del Daishonin a
través del mundo.