EL OBJETO DE DEVOCIÓN Y EL SUTRA DEL LOTO. EL GOHONZON: UNA INTROSPECCIÓN ESPIRITUAL. LA FORMA DE LOGRAR LA BUDEIDAD MEDIANTE EL “SUTRA DEL LOTO” . LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN. (Fragmentos).
A veces, la palabra “buda” se relaciona con
la imagen de una estatuilla de un hombre asiático que medita sentado. La
percepción de una imagen abstracta como deidad religiosa es contradictoria a la
práctica budista debido a que las figuras no son veneradas en el budismo como
divinidades, sino que son representaciones simbólicas de las cualidades que
poseen los budas y los bodhisattvas, cuyas condiciones vitales sublimes son una
meta que aspiran conseguir sus practicantes.
Se presume que tales figuras fueron
elaboradas para ayudar a los devotos del budismo a comprender la dignidad
inherente en sus vidas y a manifestar su máximo potencial en su accionar.
Una de las principales
aspiraciones de los practicantes del budismo es la percepción de la condición
de vida de la Budeidad en sus propias vidas, ejercicio que es denominado
también como “observar la mente”. Sin embargo, debido a que tal introspección
es sumamente difícil de lograr, los practicantes consagraron gran parte de sus
vidas a la meditación a lo largo de la historia. Nichiren (1222-1282)
contribuyó al budismo al establecer el Gojonzon, que refleja nítidamente el
estado de Budeidad inherente a la vida y permite a las personas desarrollar la
naturaleza de buda sin importar las circunstancias o la habilidad individuales.
El Gohonzon
(literalmente significa “objeto de devoción”) es un pergamino escrito en chino
y sánscrito. La elección de Nichiren de utilizar letras, en lugar de imágenes
de personajes, refleja su compromiso de reflejar universalmente el significado
y evitar connotaciones étnicas o de género. El Gohonzon contiene nombres de
figuras que aparecen en el canon budista, los cuales simbolizan los diversos
aspectos del potencial de la vida. En la parte inferior del centro del
pergamino está inscrito en caracteres chinos “Nam Miojo Rengue Kio”.
Miojo Rengue Kio es la
versión japonesa del título del Sutra del loto de Shakyamuni (en sánscrito,
Saddarma-pundarika-sutra). Nichiren consideró al Miojo Rengue Kio como la Ley
fundamental o principio fundamental del universo y de la vida, es decir la
esencia de la Budeidad, gracias a la cual Shakyamuni logró la iluminación.
Nichiren dijo que todas las virtudes y las prácticas logradas por el Buda
estaban contenidas en los cinco caracteres del Miojo Rengue Kio.
Al incluir Nam Miojo
Rengue Kio en la inscripción del Gojonzon, Nichiren manifestó su convicción de
que el estado de la Budeidad no es un concepto abstracto sino que es algo que
se manifiesta en la existencia y en el comportamiento en la vida real de los
seres humanos. Nichiren inscribió el Gojonzon para sus seguidores personales.
Actualmente, los
creyentes del budismo entronizan una transcripción impresa del Gojonzon en sus
hogares. La práctica del budismo de Nichiren consiste en la entonación del Nam
Miojo Rengue Kio ante el Gojonzon, con el objetivo de armonizar sus vidas con
la naturaleza de buda que se refleja en él. El prefijo “nam”, que significa
devoción, simboliza esta intensión.
En el budismo, el
concepto de la vida es extremadamente abarcador y holístico, y no separa la
vida humana con la del universo. Cuando las personas ha¬cen surgir el poder de
la sabiduría y la compasión mediante la oración, éstas logran orientar sus
vidas hacia la misma dirección de la sabiduría cósmica y la misericordia
creativa que se manifiesta en todo, desde la extraordinaria fusión de las
moléculas, la impresionante evolución de las especies y el nacimiento de las
galaxias. La fe en el potencial del ser humano, permite a las personas
desarrollarse, avanzar y superar los obstáculos. El Gojonzon simboliza la
creencia en el ilimitado potencial de la vida. Por ende, la práctica relativa
al Gojonzon es una expresión de esta convicción.
El Gojonzon, que funciona como un espejo, tiene un efecto doble:
Refleja y ayuda a las personas a despertar la riqueza espiritual ilimitada e
inherente a la vida, y ayuda a practicar la introspección para enfrentar la
realidad de la vida, momento a momento.
Fuente: SGI Quarterly, abril 2003.