
18. LA ESENCIA DEL CAPÍTULO «DURACIÓN DE LA VIDA». (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Páginas 191/194).

En las enseñanzas anteriores al Sutra del loto encontramos dos defectos:
en primer lugar, «Como en estas enseñanzas los diez estados están separados
unos de otros, no van más allá de lo provisional».(2) Es decir, no exponen la
doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, m tampoco
la que enseña a descartar lo provisional y revelar lo verdadero,(3) ni la que
explica que las personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad; en
otras palabras, las doctrinas relacionadas con los diez factores de la vida
expuestos en el capítulo «Medios hábiles» de la enseñanza teórica.
En segundo término, «Como enseñan que Shakyamuni logró la iluminación
por primera vez en este mundo, no desechan la identidad provisional del Buda».(4)
Así pues, no revelan la iluminación primordial del Buda en el remoto pasado,
expuesta en el capítulo «Duración de la vida». Estas dos grandes doctrinas [el
logro de la Budeidad de las personas de los dos vehículos, y la iluminación
original del Buda] son el núcleo de todas las enseñanzas que el Buda expuso en
su vida, el corazón y la médula de todos los sutras.
La enseñanza teórica afirma que las personas de los dos vehículos pueden
lograr la Budeidad, con lo cual resuelve uno de los defectos presentes en los
sutras que datan de los primeros cuarenta y tantos años de prédica del Buda.
Sin embargo, como el capítulo «Duración de la vida» aún no había sido expuesto,
la verdadera doctrina sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante
vital permanecía en la oscuridad, y tampoco estaba asegurada la iluminación de
los practicantes de los dos vehículos. En tal sentido, la enseñanza teórica es
como el reflejo de la luna sobre las aguas o como las plantas sin raíces que
flotan a la deriva en el oleaje.
El Buda también señaló: «Pero, buenos hombres, han transcurrido inmensurables,
ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas de kalpas desde
que yo, en verdad, logré la Budeidad».(5) Con esta sola declaración, invalidó
sus afirmaciones anteriores [referidas a su propia iluminación] como grandes
falsedades. Por ejemplo, en el Sutra de la guirnalda de flores se afirma que
Shakyamuni logró la Budeidad por primera vez [en esa existencia] en este mundo.
Los Sufras agama mencionan la primera vez que accedió al Camino, y en el Sutra
Vimalakirti se afirma: «Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol bodhi».
En el Sutra de la gran compilación, leemos: «Han transcurrido dieciséis años
desde que El Que Así Llega entró en el
Camino por primera vez». El Sutra Mahavairochana, por su parte, refiere que la
iluminación del Buda tuvo lugar «Hace mucho tiempo, cuando me senté en el sitio
de la meditación». En el Sutra de los reyes benevolentes, se describe la
iluminación del Buda como un acontecimiento producido hace «veintinueve años».
El Sutra de los infinitos significados afirma: «En el pasado, me senté erguido
en el lugar de la meditación», y el capítulo «Medios hábiles» del Sufra del
loto comienza diciendo: «Cuando al principio, me senté en el lugar de la
meditación».
Cuando llegamos al capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza esencial,
se desploma la idea de que Shakyamuni logró la Budeidad por primera vez [en la
India], y caen, también, los efectos [la iluminación] de las cuatro enseñanzas.
Cuando caen los efectos de las cuatro enseñanzas, también se demuelen sus
causas. Aquí, «causas» se refiere a la práctica budista [para lograr la
iluminación] o al nivel de los discípulos dedicados a la práctica. Así pues,
desaparecen las causas y los efectos expuestos en las enseñanzas anteriores al
Sutra del loto y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, y se revelan la
causa y el efecto de los diez estados (6) en la enseñanza esencial. Esta es la
doctrina sobre la causa original y el efecto original. Enseña que los nueve
estados están presentes en la Budeidad sin comienzo y que la Budeidad existe en
los nueve estados sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los diez
estados, los verdaderos cien estados y mil factores, y la verdadera doctrina
sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital.
Bajo esta luz, es evidente que el buda Vairochana mencionado en el Sutra
de la guirnalda de flores —que aparece sentado sobre un pedestal de lotos— y el
buda Shakyamuni de cinco metros de altura descrito en los Sutras Agama, así
como los budas provisionales de los Sutras correctos e iguales, el Sutra de la
sabiduría, el Sutra de la luz dorada, el Sutra Amida y el Sutra Mahavairochana
son apenas reflejos del Buda del capítulo «Duración de la vida». Son como
imágenes fugaces de la luna en el cielo, proyectadas sobre la superficie del
agua contenida en vasijas de diversos tamaños. Los hombres de sabiduría y los
eruditos de las muchas escuelas están confundidos con respecto a [la naturaleza
de los budas de] sus propias escuelas y, más fundamentalmente, ignoran al [Buda
del] capítulo «Duración de la vida» del Sutra del loto. Por eso, confunden el
reflejo de la luna en el agua con la luna verdadera que refulge en el cielo.
Algunos de ellos se internan en el agua para tratar de aferraría con sus manos,
mientras que otros buscan apresarla con una cuerda. Como dice el gran maestro
T’ien-t’ai: «Nada saben sobre la luna que hay en el cielo, porque tienen la
vista posada en la imagen que refleja el estanque».(7) Quiere decir que los que
se aferran a las enseñanzas anteriores al Sutra del loto o a la enseñanza
teórica de este sutra no tienen conciencia de la luna que brilla en el cielo,
porque sólo tienen ojos para ver su reflejo en el estanque.
El
Gran canon de reglas monásticas también cuenta la historia de quinientos monos
que, al salir de las montañas, vieron el reflejo de la luna en el agua y
trataron de capturarla. Pero como era sólo una imagen, cayeron en el estanque y
se ahogaron. Este escrito equipara los monos con Devadatta y el grupo de los
seis monjes. (8)
Si
en las muchas enseñanzas de Shakyamuni no existiera el capitulo «Duración de la
vida», ellas serían como un cielo sin sol y sin luna, como un reino sin
monarca, como mares y montañas sin tesoros, como una persona sin alma. Por eso,
sin el capítulo «Duración de la vida» todos los sutras carecerían de sentido.
La hierba sin raíces muere en instantes; un río sin fuente no recorre una gran
distancia. Un niño sin padres es objeto de menosprecio. Nam-myoho-renge-kyo,
corazón del capítulo «Duración de la vida», es la madre de todos los budas de
las diez direcciones y de las tres existencias.
Con mi profundo respeto, Nichiren
En el decimoséptimo día del cuarto mes.
ANTECEDENTES
Esta
carta no indica el año en que fue escrita ni da cuenta de su destinatario. Su
contenido, en gran medida, reitera lo que el Daishonin había escrito sobre la
importancia del capítulo «Duración de la vida» en su tratado La apertura de los
ojos. Por lo tanto, aunque suele creerse que data del octavo año de Bun’ei
(1271), algunos sostienen que podría haber sido escrita con posterioridad a
dicho extenso tratado de 1272. Sea como fuere, esclarece importantes
diferencias entre las enseñanzas “anteriores al Sutra del loto, las enseñanzas teórica
y esencial del Sutra del loto, y la enseñanza esencial revelada por Nichiren
Daishonin; es decir,
Nam-myoho-renge-kyo, implícito en lo
profundo del capítulo «Duración de la vida».
Primero,
las doctrinas anteriores al Sutra del loto discriminan a ciertas personas en
cuanto a su capacidad de lograr la Budeidad; en segundo lugar, la enseñanza
teórica revela que la naturaleza de buda es inherente a todas las personas por
igual, pero no explica la iluminación primigenia de Shakyamuni, en un pasado
que se remonta a incontables kalpas. Esto llevó a los practicantes a creer que
podrían obtener la Budeidad sólo al cabo de muchas existencias de práctica
austera y sacrificada, como escucharon que había hecho Shakyamuni. Para ellos,
lograr la Budeidad era un sueño remoto. Sin embargo, en el capítulo «Duración
de la vida», Shakyamuni anuncia: «Pero, buenos hombres, han transcurrido
inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas
de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad». De esto se desprende que
Shakyamuni no llegó a ser un buda en su existencia actual como resultado de sus
muchos kalpas de prácticas ascéticas, sino que ya era un buda con anterioridad.
La
cuestión pendiente era establecer cuál enseñanza o Ley había abrazado
Shakyamuni en su corazón y había puesto en práctica al obtener la iluminación
por primera vez, hace incontables kalpas. Ningún maestro budista posterior a
Shakyamuni había podido responder este interrogante. Nichiren Daishonin fue el
primero en revelar esa Ley, Nam-myoho-renge-kyo, para que cualquier persona, en
cualquier época o lugar, fuese capaz de manifestar la Budeidad.
NOTAS
1. Sutra del loto, cap. 16.
2. Comentario sobre “Profundo significado
del Sutra del loto”.
3. Principio expuesto en la enseñanza
teórica del Sutra del loto. Aquí, «lo provisional» se refiere a todos los sutras
expuestos durante los primeros cuarenta y dos años de enseñanza de Shakyamuni;
y «lo verdadero», al Sutra del loto.
4. Comentario sobre «Profundo significado
del Sutra del loto”.
5. Sutra del loto, cap. 16.
6. Aquí, la «causa» o nivel de práctica
se equipara con los nueve estados de ilusión, en los cuales la naturaleza de
Buda sigue dormida; y el «efecto», con la Budeidad o iluminación, como décimo
estado. Al indicar que el Buda conserva los nueve estados aun después de lograr
la iluminación, el capítulo «Duración de la vida» muestra que la causa (los
nueve estados) y el efecto (la Budeidad) existen en forma simultánea, con lo
cual fundamenta la posesión mutua de los diez estados.
7. Profundo significado del «Sutra del
loto».
8.
«Grupo de seis monjes» se refiere a monjes que vivieron durante la existencia
del Buda, cuyas faltas de conducta habrían dado lugar a la necesidad de
formular los preceptos. Son Nanda, Upananda, Kalodayin, Chanda, Ashvaka y
Punarvasu.