30. LA APERTURA DE LOS OJOS. PARTE DOS. (Los escritos de Nichiren Daishonin, Soka Gakkai, Páginas 265/316).
A partir de este
momento, los grandes bodhisattvas, así como Brahma, Shakra, las deidades del
Sol y de la Luna, y los cuatro reyes celestiales pasaron a ser discípulos del
buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas. Entonces, en el capítulo «La Torre de
los Tesoros» del Sutra del loto, el Buda trata a estos grandes bodhisattvas
como a discípulos suyos, v los reconviene e instruye con estos términos:
«Buenos hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la
extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este Sutra?
¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie
su juramento!». De esta forma solemne se dirigió a ellos. Y entonces, para los
grandes bodhisattvas, fue «como si un gran vendaval sacudiera las ramas de los
arbustos». (123) Y se vieron atraídos al Buda, así como la hierba del kusha (124)
se inclina bajo el fuerte viento o como los ríos y arroyos son atraídos hacia
el gran océano.
Pero hacía relativamente
poco tiempo que el Buda había comenzado a predicar el Sutra del loto en el Pico
del Águila, y las cosas que decía resultaban irreales o fantasiosas a aquellos
que lo escuchaban. La Torre de los Tesoros había aparecido, en principio, para
confirmar la rectitud de la enseñanza teórica contenida en la primera mitad del
Sutra del loto; después de eso, la Torre abrió el camino para que el Buda, en
la segunda mitad, expusiera la enseñanza esencial. Los budas de las diez
direcciones se congregaron en asamblea, y el buda Shakyamuni anunció que todos
ellos eran manifestaciones corpóreas de sí mismo. La Torre de los Tesoros
permaneció suspendida en el aire, y los budas Shakyamuni y Muchos Tesoros se
sentaron en ella, uno al lado del otro, como si el sol y la luna hubiesen
aparecido juntos en el firmamento azul. La gran asamblea de seres humanos y
celestiales se concentró en el cielo como una constelación, y los budas que
eran manifestaciones corpóreas del buda Shakyamuni permanecieron sobre la
tierra, sentados en sus sitiales de león, bajo árboles tachonados de joyas.
En el Mundo de los
Tesoros del Loto, descrito en el Sutra de la guirnalda de flores, todos los
budas, con sus cuerpos de la recompensa, habitan en tierras separadas. Los
budas de otros mundos no vienen a este mundo ni se denominan manifestaciones
corpóreas [como sucedió en el Sutra del loto]; tampoco los budas de este mundo
se dirigen a otros. Sólo van y vienen Sabiduría del Dharma y los otros grandes
bodhisattvas.
En lo que respecta a los
nueve honorables sobre lotos de ocho pétalos, y a los treinta y siete
honorables (125) descritos, respectivamente, en el Sutra Mahavairochana y en el
Sutra de la corona de diamantes, aunque parezcan ser cuerpos de la
transformación de El Que Así Llega Mahavairochana, en realidad no son budas
iluminados desde el remoto pasado ni dotados de los tres cuerpos.
Los mil budas descritos
en el Sutra de la sabiduría mayor y los budas de las seis direcciones
representados en el Sutra Amida jamás se reunieron en este mundo [como lo
hicieron las manifestaciones corpóreas del Buda en el Sutra del loto]. Los
budas que se dieron cita cuando se predicó el Sutra de la gran compilación no eran
manifestaciones corpóreas de Shakyamuni. Los cuatro budas de las cuatro
direcciones representados en el Sutra de la luz dorada son cuerpos de la
transformación del buda Shakyamuni.
Así pues, en los
diversos sutras, salvo en el Sutra del loto, Shakyamuni no congrega a budas que
llevan a cabo diversas austeridades y prácticas, y que poseen los tres cuerpos,
ni tampoco los identifica como sus manifestaciones corpóreas. [Sólo lo hace en
el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto.] Entonces, este
capítulo fue concebido como introducción al capítulo «Duración de la vida», que
vendría después. Hasta ese momento, todos pensaban que Shakyamuni había logrado
la iluminación en esa existencia por primera vez unos cuarenta años antes, pero
entonces este manda llamar a budas que estaban iluminados desde hacía uno o,
incluso, diez kalpas, y declara que ellos son manifestaciones corpóreas de sí
mismo. Esto es algo muy distinto de la prédica habitual del Buda sobre la
igualdad de todos los budas [en sus cuerpos del Dharma] y, de hecho, causa gran
asombro. Si Shakyamuni había alcanzado la iluminación por primera vez hacía
sólo cuarenta años, no era posible que tantos seres de las diez direcciones
hubiesen sido instruidos por él. Y aunque tuviese el privilegio de contar con
todas esas manifestaciones corpóreas, ¿dónde estaba el beneficio de
enseñárselas a sus interlocutores? T’ien-t’ai, al describir lo que pasaba por
la mente azorada de la asamblea, afirma: «Fue evidente para ellos que el buda
Shakyamuni poseía numerosas manifestaciones corpóreas. Por ende, entendieron
que este debía de haber logrado la iluminación en un pasado muy remoto».(126)
Además, desde las
profundidades de la tierra irrumpieron grandes bodhisattvas numerosos como las
partículas de polvo de mil mundos. Y ni siquiera podían compararse con ellos
bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, a quienes se consideraba los
discípulos más prominentes de Shakyamuni. Comparados con estos bodhisattvas
recién llegados, que aparecían entre ellos como una multitud de Shakras, los
grandes bodhisattvas presentes en las asambleas descritas en los sutras de los
períodos Guirnalda de Flores, Correcto e Igual y de la Sabiduría, o los que se
mencionan en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, o
Vajrasattva y el resto de los dieciséis grandes bodhisattvas del Sutra
Mahavairochana [y del Sutra de la corona de diamantes;], parecían una horda de
monos o de simios. Fue como si los grandes ministros de la corte se hubieran
mezclado con humildes montañeses. Hasta Maitreya, que iba a ser el próximo buda
después de Shakyamuni, se quedó estupefacto ante ellos, por no hablar de los
personajes menos importantes que había en la asamblea.
Entre estos grandes
bodhisattvas numerosos como las partículas de polvo de mil mundos, había cuatro
grandes venerables llamados Prácticas Superiores, Prácticas Ilimitadas,
Prácticas Puras y Prácticas Consolidadas. En presencia de estos cuatro, los
demás bodhisattvas suspendidos en el aire o sentados sobre el Pico del Águila
no podían soportar el peso de su mirada o vislumbrar siquiera la magnitud de su
dignidad. Hasta los cuatro bodhisattvas del Sutra de la guirnalda de flores,(127)
los cuatro bodhisattvas del Sutra Mahavairochana (128) o los dieciséis grandes
bodhisattvas del Sutra de la corona de diamantes,(129) en presencia de estos
cuatro, parecían hombres cegados tratando de contemplar el sol o humildes
pescadores presentándose en audiencia ante el Emperador. Estos cuatro eran como
T’ai-kung Wang y los otros —conocidos como los Cuatro Venerables de la antigua
China— (130) que brillaban ante la multitud. Y eran como los cuatro ancianos
eremitas (131) del monte Shang, que asistieron al emperador Hui: seres solemnes
y dignos, de gran y noble estatura. Además de Shakyamuni, también Muchos
Tesoros y las manifestaciones corpóreas de Shakyamuni, provenientes de las diez
direcciones, eran merecedores de la confianza de todos los seres, que podían
considerarlos sus buenos amigos.
Entonces, el bodhisattva
Maitreya empezó a considerar la cuestión que tenía en mente. Se dijo: «Desde
que el buda Shakyamuni era príncipe heredero, y durante los cuarenta y dos años
transcurridos desde que logró la iluminación a los treinta, hasta el tiempo de
esta asamblea en el Pico del Águila, he conocido a todos los bodhisattvas de
este mundo, y a todos los grandes bodhisattvas que vinieron de los mundos de
las diez direcciones para participar en las diversas asambleas. Por otro lado,
he visitado las tierras puras e impuras de las diez direcciones, a veces como
emisario del Buda; otras, por mi propia iniciativa, y he entablado relación con
todos los grandes bodhisattvas de dichos mundos. Pero estos grandes
bodhisattvas que irrumpieron de la tierra, ¿a qué clase de buda han tenido por
maestro? ¡Con seguridad, ha de ser un buda incomparablemente superior a
Shakyamuni, a Muchos Tesoros y a las manifestaciones corpóreas del Buda
provenientes de las diez direcciones! Por la intensidad de la lluvia uno puede
inferir la grandeza del dragón que la ha provocado; por el tamaño de la flor de
loto, uno puede calcular la profundidad del estanque donde ha crecido. Ahora
pues, ¿de qué tierra han venido estos grandes bodhisattvas, a qué buda siguen y
qué grandiosa enseñanza han practicado?».
Así cavilaba el bodhisattva
Maitreya, mudo de perplejidad. Pero, tal vez gracias al poder del Buda,
finalmente pudo dar voz a sus dudas y decir: «Bodhisattvas incontables, de a
mil, diez mil y millo-nes, en hueste tan grande, jamás se vio en el pasado.
[...] Esta hueste de bodhisattvas de inmensa dignidad, virtud y diligencia ¿de
quién escuchó predicar la Ley? ¿Quién les enseñó y los convirtió, y los hizo
llegar a ser así? ¿Bajo la guía de quién abrigaron por primera vez el deseo de
lograr la iluminación? ¿Y la Ley de qué buda elogian y proclaman? [...] Honrado
por el Mundo, ¡nunca he visto nada igual desde los tiempos pretéritos! Te
suplico me digas de dónde vienen, y cuál es el nombre de su tierra.
Constantemente he estado viajando de un lugar a otro, pero ¡nunca he visto algo
semejante! En toda esta multitud, no hay una sola persona que conozca. De un
instante para el otro, han surgido de las profundidades de la tierra... ¡Te
ruego me expliques la causa!».(132)
T’ien-t’ai comenta
[repitiendo con otras palabras lo dicho por Maitreya]: «Desde el momento en que
el Buda se iluminó, en el sitio de su meditación, hasta la asamblea actual, han
llegado sin cesar grandes bodhisattvas desde los mundos de las diez
direcciones, para participar en las diversas asambleas. Su cantidad es
ilimitada, pero yo, con la sabiduría y el poder apropiados al buda siguiente,
he podido ver y conocer a cada uno de ellos. Y sin embargo, de la multitud de
recién llegados no conozco a una sola persona, pese a que he viajado en las
diez direcciones, pese a que he prestado servicio a muchos budas y a que soy
muy conocido entre aquellos que los escuchan».(133)
Miao-lo comenta: «Los
hombres sabios pueden percibir la causa de las cosas, así como las serpientes
reconocen los caminos de su propia especie».(134)
El significado de estos
pasajes de las escrituras y comentarios es perfectamente claro. En efecto,
desde el momento en que Shakyamuni adquirió la iluminación hasta que se
congregó la asamblea [en el Pico del Águila], en esa tierra y en todas las tierras
de las diez direcciones, el bodhisattva Maitreya jamás había visto u oído a
aquellos bodhisattvas surgidos de lo profundo de la tierra.
El Buda, en respuesta a
las dudas de Maitreya, dijo: «Ajita, (135) [con respecto a] estos bodhisattvas
[...] a quienes nunca has visto antes en el pasado: cuando yo logré la
iluminación perfecta y suprema en este mundo saha, convertí y guié a tales
bodhisattvas, forjé su pensamiento v les hice abrigar el ansia de transitar el Camino».
(136)
También dijo: «Cuando me
hallaba en los alrededores de la ciudad de Gaya, sentado bajo el árbol bodhi,
logré la iluminación más elevada y correcta, e hice girar la rueda de la Ley
insuperable. A partir de entonces, les enseñé y los convertí, e hice que
buscaran el Camino por primera vez. Ahora, todos ellos habitan en el nivel del
que no se regresa. [...] En todo momento, desde el largo y distante pasado, he
venido enseñando y convirtiendo a esta multitud».
Pero estas palabras del
Buda dejaron aún más perplejos a Maitreya y a los demás grandes bodhisattvas.
Cuando el Buda predicó el Sutra de la guirnalda de flores, ante la asamblea se
presentaron Sabiduría del Dharma y otros incontables grandes bodhisattvas.
Maitreya y los demás se preguntaron quiénes podían ser, pero el Buda expresó:
«Son mis buenos amigos», y entonces pensaron que esto debía de ser cierto.
Luego, cuando el Buda predicó [el Sutra de ¡a gran compilado^ en la Gran Cámara
de los Tesoros y (el Sutra de la sabiduría mayor] en el lago de la Garza
Blanca, (137) se presentaron grandes bodhisattvas ante la asamblea, y Maitreya
y los demás supusieron que estos también debían de ser buenos amigos del Buda.
Pero estos que acababan
de irrumpir de lo profundo de la tierra parecían incomparablemente más nobles
que los bodhisattvas anteriores. Uno podría haber pensado que eran maestros del
buda Shakyamuni, pero, sin embargo, el Buda había hecho que «buscaran el Camino
por primera vez» y, cuando aquellos todavía no habían alcanzado el debido grado
de madurez, este los había convertido y aceptado como discípulos. Era este
aspecto lo que movía a perplejidad a Maitreya y a los otros seres.
El príncipe Shotoku del
Japón fue hijo del emperador Yomei, trigésimo segundo soberano. Cuando tenía
seis años, al país llegaron unos ancianos procedentes de los estados de Paekche
y Koguryó, en Corea, y de la China. Al verlos, el Príncipe, de sólo seis años,
exclamó: «¡Estos son mis discípulos!», y los ancianos unieron las palmas de las
manos en señal de reverencia y dijeron: «¡Tú eres nuestro maestro!». Fue un
episodio verdaderamente extraño.
Hay un relato similar
que aparece en una obra no religiosa. De acuerdo con este texto, alguien
caminaba por una carretera cuando vio, a un lado, a un hombre de unos treinta
años que azotaba a un anciano de ochenta. El viajero quiso conocer la razón, y
el joven explicó: «Este anciano es mi hijo».
El bodhisattva Maitreya,
sin poder disipar la duda, dijo: «[Honrado por el Mundo), cuando El Que Así
Llega era príncipe heredero, te marchaste del palacio de los Shakya y te
sentaste en el lugar de la meditación, no lejos de la ciudad de Gaya, donde
lograste la iluminación perfecta y suprema. Desde ese entonces, han
transcurrido apenas cuarenta años o poco más. Honrado por el Mundo, ¿cómo es
posible que en tan corto tiempo hayas llevado a cabo una labor tan grande como
buda?».(138)
Los diversos bodhisattva
presentes en las numerosas asambleas anteriores, convocadas durante los
cuarenta y tantos años transcurridos desde que el Buda predicó el Sutra de la
guirnalda de flores, habían tenido dudas en cada oportunidad y habían pedido al
Buda que las resolviera en bien de la multitud. Pero esta última duda era la
más acuciante de todas. Superaba incluso el interrogante del bodhisattva Gran
Adorno y de los demás sobre los otros ochenta mil bodhisattvas descritos en el
Sutra de los infinitos significados, cuando el Buda anunció que se podía lograr
la iluminación rápidamente siendo que en los cuarenta y tantos años anteriores
de su enseñanza había dicho que lograr la iluminación requería incontables
kalpas.
De acuerdo con el Sutra
de la meditación sobre el buda Vida Infinita, bajo la pérfida influencia de
Devadatta el rey Ajatashatru encarceló a su padre y estuvo a punto de asesinar
a su madre, la dama Vaidehi. Pero, llamado a la reflexión por los ministros de
la corte Jivaka y Chandraprabha, decidió perdonarle la vida a su progenitora.
En ese momento, esta suplicó que se le apareciera el Buda, (139) y entonces
tomó a hacerle esta pregunta: «¿Qué falta he cometido en el pasado para haber
traído al mundo a este hijo depravado? Y, Honrado por el Mundo, ¿a través de
qué causa has llegado a relacionarte con una persona tan malvada como tu primo
Devadatta?».
De las dudas expuestas
allí, la segunda es la que más inquieta: por qué el Buda tuvo que vincularse
con una mala persona como Devadatta. Se nos ha dicho que los reyes que hacen
girar la rueda jamás nacen en el mundo junto a sus enemigos; y que a la deidad
Shakra nunca se la encuentra en compañía de demonios. El Buda era una figura
benevolente desde hacía infinidad de kalpas. Y sin embargo, el hecho de que
Shakyamuni naciera junto a su archienemigo quizá llevara a cuestionar hasta qué
punto, realmente, era un buda. Sin embargo, este no respondió la pregunta de la
dama Vaidehi. Por lo tanto, si uno lee y recita sólo el Sutra de la meditación
y no examina el capítulo «Devadatta» del Sutra del loto, jamás conocerá la
verdad acerca de esta cuestión. (140)
En el Sutra del nirvana,
el bodhisattva Kashyapa planteó al Buda treinta y seis preguntas, pero ni
siquiera estas se comparan con el interrogante que presentó Maitreya. Si el
Buda no hubiera disipado las dudas de Maitreya, las enseñanzas sagradas de toda
su vida tendrían el mismo valor que la espuma sobre el agua, y todos los seres
vivos habrían quedado capturados en las redes de la duda. Por eso, fue tan
importante para él predicar el capítulo «Duración de la vida».
Luego, cuando el Buda
expuso este capítulo, dijo: «En todos los mundos, los seres humanos y
celestiales, y los asuras creen que el actual buda Shakyamuni, tras abandonar
el palacio de los Shakya, se sentó en el lugar de la meditación, no lejos de la
ciudad de Gaya, donde logró la iluminación suprema y perfecta». Esta cita
expresa la noción sostenida por todos los grandes bodhisattvas y por el resto
de la multitud, desde el momento en que el Buda predicó por primera vez en el
sitio de su iluminación hasta que expuso el capítulo «Prácticas pacíficas» del
Sutra del loto. «Pero, buenos hombres», agregó el Buda, «han transcurrido
inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas
de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad». (141)
En tres partes del Sutra
de la guirnalda de flores leemos que el Buda logró la iluminación por primera
vez durante el transcurso de esa existencia. En los Sutras agama dice que entró
en el Camino por primera vez en esa existencia; el Sutra Vimalakirti señala:
«Por primera vez, el Buda se sentó bajo el árbol bodhi»; en el Sutra de la gran
compilación, se lee: «Han transcurrido dieciséis años [desde que El Que Así
Llega entró en el Camino por primera vez]»; en el Sutra Alahavairochana se
afirma: «Hace mucho tiempo, cuando me senté en el sitio de la meditación»; en
el Sutra de los reyes benevolentes se señala: «veintinueve años [transcurridos
desde su iluminación]»; en el Sutra de los infinitos significados leemos: «En
el pasado, me senté erguido en el lugar de la meditación»; y en el capítulo
«Medios hábiles» del Sutra del loto se afirma: «Al principio, me senté en el
lugar de la meditación». Pero, luego, con una sola declaración del capítulo
«Duración de la vida», todos esos pasajes quedaron expuestos como burdas
mentiras.
Cuando el buda
Shakyamuni reveló que había adquirido la iluminación en el remoto pasado, fue
evidente que todos los demás budas eran manifestaciones corpóreas de
Shakyamuni. Cuando el Buda predicó los sutras anteriores y la primera mitad del
Sutra del loto —también llamada «enseñanza teórica»—, presentó a los demás
budas en pie de igualdad con Shakyamuni, habiendo todos ellos finalizado sus
respectivas prácticas y disciplinas. Por lo tanto, las personas que toman
alguno de estos budas como objeto de devoción suelen menospreciar al buda
Shakyamuni. Sólo que ahora se ve claramente que el buda Vairochana, descrito en
el Sutra de la guirnalda de flores como un ser sentado sobre un pedestal de
lotos, y los diversos budas que aparecen en las enseñanzas del período Correcto
e Igual, y del período de la Sabiduría —como el Sutra Mahavairochana—, en
realidad son seguidores del buda Shakyamuni.
Cuando este entró en el
Camino a los treinta años, le arrebató el mundo saha al gran rey celestial
Brahma y al Rey Demonio del Sexto Cielo, quienes hasta ese momento venían
teniéndolo bajo su dominio, y lo adoptó como propio. En los sutras anteriores y
en la enseñanza teórica del Sutra del loto, había afirmado que las regiones de
las diez direcciones eran tierras puras, y que este mundo era un lugar impuro.
Pero luego, en el capítulo «Duración de la vida», revirtió estas afirmaciones
diciendo que este mundo era la tierra pura y que las llamadas tierras puras de
las diez direcciones eran tierras impuras, simples tierras provisionales.
Ya que allí se revela
que el Buda [del capítulo «Duración de la vida»] es el que obtuvo la
iluminación en el remoto pasado [y que todos los demás budas son sus
manifestaciones corpóreas], se desprende que no sólo los grandes bodhisattvas a
quienes Shakyamuni enseñó personalmente con su identidad provisional, sino
también los grandes bodhisattvas de los otros mundos [instruidos por los budas
de sus propias tierras] son, en verdad, discípulos del buda Shakyamuni, señor
de las enseñanzas. Si del conjunto de los numerosos sutras faltara este
capítulo «Duración de la vida», sería como si no hubiese luna o sol en el
cielo, como si no hubiera soberano en un país, o piedras preciosas en las
montañas y los ríos, o como si no hubiera espíritu en los seres humanos.
No obstante,
Ch’eng-kuan, Chia-hsiang, Tz’u-en, Kobo y los demás, en apariencia ilustres
exponentes de escuelas provisionales como Guirnalda de Flores o Palabra
Verdadera, a fin de elogiar los diversos sutras en los cuales se basan sus
doctrinas provisionales, llegan incluso a decir: «El Buda del Sutra de la
guirnalda de flores es el del cuerpo de la recompensa, mientras que el Buda del
Sutra del loto es sólo el del cuerpo manifiesto». (142) O dicen: «El Buda del
capítulo “Duración de la vida” del Sutra del loto habita en la región de la
oscuridad, mientras que el Buda del Sutra Mahavairochana ocupa el lugar de la
iluminación».(143)
Así como las nubes
oscurecen la luna, así los ministros proclives a la calumnia
pueden oscurecer a la persona de verdadera sabiduría. Alabada por
muchos, una piedra amarilla puede ser erróneamente tomada por una gema; de la
misma manera, es fácil confundir a un ministro adulador con un sabio. En esta
época impura, los estudiantes y eruditos suelen dejarse confundir por las
afirmaciones erróneas de hombres como los que antes he mencionado, y no aprecian
el verdadero valor de la joya que es el capítulo «Duración de la vida». Aun
entre los seguidores de la escuela Tendai, algunos han llegado a tal grado de
engaño que no pueden distinguir las piedras del oro.
Hay que tener en cuenta
que si el Buda no hubiera logrado la iluminación en el pasado distante, no
podrían haber existido tantos discípulos convertidos e instruidos por él. La
luna no es avara con su reflejo, pero si no hay agua, no puede mostrarlo. El
Buda podrá estar muy deseoso de convertir a todas las personas, pero si el
vínculo que comparte con la gente no es lo debidamente fuerte, no podrá
desplegar las ocho fases de la existencia de un buda. Por ejemplo, los que
escuchaban la voz lograron el primer nivel de seguridad o el primer nivel de desarrollo,
pero mientras siguieron las enseñanzas anteriores al Sutra del loto y buscaron
sólo su propia disciplina y su propia salvación, tuvieron que postergar para
una existencia futura el logro de las ocho fases de la existencia de un buda.
Si el buda Shakyamuni,
señor de las enseñanzas, hubiera logrado la iluminación por primera vez en esa
existencia, en tal caso al momento en que predicó el Sutra del loto tanto
Brahma como Shakra, las deidades del Sol y de la Luna, y los cuatro reyes
celestiales sólo habrían sido discípulos del Buda durante cuarenta y tantos
años, aunque hubieran gobernado este mundo desde el principio del kalpa de
continuación. Eso significaría que ellos habrían establecido su relación con el
Sutra del loto por primera vez durante los ocho años en que este fue predicado
en el Pico del Águila. Y, en tal caso, habrían sido como recién llegados,
incapaces de aproximarse a su maestro sin reservas y mantenidos a distancia por
los que llevaban allí mucho más tiempo que ellos.
Pero, al revelarse que
el buda Shakyamuni había logrado la iluminación hace incontables kalpas, se
desprende que todos esos seres ya eran discípulos del buda Shakyamuni, señor de
las enseñanzas: tanto los bodhisattvas Luz de Sol y Luz de Luna, que asistieron
a El Que Así Llega Maestro de la Medicina en la región del Este, como los
bodhisattvas Percibir los Sonidos del Mundo y Gran Poder, que asistieron a El
Que Así Llega Amida en la región del Oeste, junto a los discípulos de todos los
budas de los mundos de las diez direcciones, y a los grandes bodhisattvas que
son discípulos de El Que Así Llega Mahavairochana, tal como se los muestra en
el Sutra Mahavairochana y en el Sutra de la corona de diamantes. Ya que los
diversos budas son manifestaciones corpóreas de El Que Así Llega Shakyamuni, no
hace falta decir que sus discípulos también han de ser discípulos de
Shakyamuni. Y, desde luego, las diversas deidades del Sol, de la Luna y de las
estrellas, que han habitado este mundo desde el comienzo del kalpa de continuación,
también tienen que ser discípulos del buda Shakyamuni.
No obstante, las
diversas corrientes budistas, a excepción de la escuela Tendai, se han desviado
del camino correcto en lo que concierne al verdadero objeto de devoción. Las
escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad y
Preceptos toman como objeto de devoción al buda Shakyamuni que eliminó las
ilusiones y logró el Camino practicando las treinta y cuatro clases de
purificación espiritual. (144) Es como si el heredero reconocido del supremo
monarca de un Estado, erróneamente, creyera ser hijo de un plebeyo. Las cuatro
escuelas —Guirnalda de Flores, Palabra Verdadera, Tres Tratados y
Características del Dharma— se agrupan en la categoría del budismo Mahayana. De
todas ellas, las escuelas Características del Dharma y Tres Tratados honran a
un buda comparable con el Buda del cuerpo manifiesto superior.(145) Sería como
si el heredero reconocido del monarca supremo creyese que su padre pertenece a
la clase guerrera. Las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera restan
valor al buda Shakyamuni y declaran que sus objetos de devoción son el buda
Vairochana y el buda Mahavairochana, respectivamente. Sería como si el heredero
despreciara a su propio padre, el monarca supremo, y rindiera honores a alguien
de dudoso origen tan sólo porque esta persona finge ser un soberano que acata
los principios de la rectitud. La escuela Tierra Pura se considera la más
relacionada con el buda Amida, que es una manifestación corpórea de Shakyamuni,
y abandona a este último, que es el señor de las enseñanzas. La escuela Zen se
comporta como la persona de baja estirpe que exagera sus pequeños logros y
desprecia a sus padres. Así pues, la escuela Zen desprecia tanto al Buda como a
los sutras. Todas estas escuelas se equivocan en lo que respecta al verdadero
objeto de devoción. Son como las personas que vivían en la época anterior a los
Tres Soberanos de la antigua China y no sabían quiénes eran sus propios padres.
En tal sentido, los hombres de aquellos tiempos no se diferenciaban mucho de
las aves o de las bestias.
Los practicantes de esas
escuelas que ignoran las enseñanzas del capítulo «Duración de la vida» también
son como bestias. No entienden con quién mantienen deudas de gratitud. Por lo
tanto, Miao-lo señala: «De todas las enseñanzas que expuso el Buda durante su
existencia, no hay otro lugar [fuera del capítulo “Duración de la vida”] donde
se revele la verdadera longevidad del Buda. Un ser humano debería saber qué
edad tienen sus padres. Si un hijo ni siquiera sabe cuántos años tiene su
progenitor, tampoco sabrá con certeza cuántas tierras él administra. Aunque sea
elogiado vanamente por su talento o capacidad, ¡difícilmente pueda
considerárselo un verdadero hijo!».(146)
El gran maestro Miao-lo
vivió en la era T’ien-pao (742-756), durante los últimos años de la dinastía
T’ang. (147) Efectuó un profundo y concienzudo análisis de las distintas
escuelas, como Tres Tratados, Guirnalda de Flores, Características del Dharma y
Palabra Verdadera, entre otras, y también de los sutras en los que estas se
basan. Por fin, concluyó que si uno desconoce al Buda del capítulo «Duración de
la vida», no es mejor que un animal talentoso que ni siquiera sabe cuáles
tierras administra su padre. «Aunque sea elogiado vanamente por su talento o
capacidad» se refiere a hombres como Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela
Guirnalda de Flores, o al maestro del Tripitaka Shan-wu-wei, de la escuela
Palabra Verdadera. Estos maestros tuvieron talento y capacidad, pero fueron como
hijos que ni siquiera conocían a su propio padre.
El gran maestro Dengyo
fue patriarca del budismo esotérico y exotérico en el Japón. (148) En su obra
Principios sobresalientes del «Sutra del loto», escribe: «Los sutras en los
cuales se basan las otras escuelas expresan, en cierta medida, la naturaleza
maternal del Buda. Pero transmiten sólo un sentimiento de amor y carecen de
cierto rigor paternal. Sólo la escuela Tendai del Loto combina amor y
severidad. El Sutra del loto es el “padre de todos los sabios, de los
venerables, de aquellos que aún siguen aprendiendo, de los que ya completaron
su aprendizaje y de los que se trazaron el objetivo de ser bodhisattvas”».(149)
Los sutras que forman la
base de las escuelas Palabra Verdadera y Guirnalda de Flores ni siquiera
contienen los términos «siembra», «maduración» y «cosecha», para no hablar de
la doctrina a la cual se refieren dichas expresiones. Cuando los sutras de las
escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera afirman que sus seguidores
entrarán en el primer nivel de desarrollo en esa existencia y lograrán la
Budeidad con la forma física que poseen en ese momento, están exponiendo sólo
las enseñanzas de los sufras provisionales, doctrinas que ocultan [las semillas
sembradas en] el pasado.(150) Esperar cosechar [el fruto de la Budeidad] sin
conocer la semilla plantada es como lo que hicieron el ministro Chao Kao, que
intentó apoderarse del trono, o el sacerdote Dokyo, que quiso ser emperador del
Japón.
Las diversas escuelas
disputan entre sí, y cada una sostiene que su sutra contiene las verdaderas
semillas de la iluminación. No pienso entrar en la controversia. Dejaré que los
sutras hablen por sí mismos. Así, entonces, el bodhisattvas Vasubandhu, al
hablar de las semillas de la iluminación plantadas por el Sutra del loto, dice
que son «semillas sin par» (151) Y estas semillas de iluminación son la
doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital, tal como
la expuso T’ien-t’ai.
La semilla de la
iluminación de los diversos budas descritos en el Sutra de la guirnalda de
flores, el Sufra Mahavairochana y los demás sufras del Mahayana es la doctrina
única de los tres mil aspectos contenidos en cada instante vital. Y el gran
maestro T’ien-t’ai Chih-che fue la única persona capaz de percibir la verdad de
esta doctrina. Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, usurpó la
doctrina e hizo de ella el alma del pasaje donde, en el Sutra de la guirnalda
de flores, se afirma: «La mente es como un diestro pintor».
El Sutra Mahavairochana
de la escuela Palabra Verdadera no menciona que las personas de los dos
vehículos pueden lograr la Budeidad, que el buda Shakyamuni había logrado la
iluminación en el remoto pasado o que cada instante vital contiene tres mil
aspectos. Pero cuando el maestro del Tripitaka Shan-wu-wei llegó a la China,
tuvo ocasión de leer Gran concentración e introspección de T’ien-t’ai, y esto
le proporcionó comprensión y sabiduría. Luego, hurtó la doctrina de los tres
mil aspectos contenidos en cada instante vital y la empleó para interpretar las
citas del Sutra Mahavairochana sobre la «realidad de la mente» o el que dice
«Soy la fuente y el comienzo de todas las cosas», poniéndola en el centro de
las enseñanzas de la escuela Palabra Verdadera, pero incorporándola a la
práctica de mantras y mudras. Puesto a comparar los méritos relativos del Sutra
del loto y del Sutra Mahavairochana, declaró que aunque ambos concordaban en
sus principios, este último era superior en cuanto a la práctica. Los mándalas
de los dos reinos,(152) afirman los maestros de la escuela Palabra Verdadera,
simbolizan el logro de la Budeidad por parte de los discípulos de los dos
vehículos y la posesión mutua de los diez estados, pero ¿acaso estas doctrinas
se encuentran en alguna parte del Sutra Mahavairochana? Quienes así lo afirman
son culpables del engaño más burdo.
Por lo tanto, el gran
maestro Dengyo señala: «La escuela budista Palabra Verdadera, recientemente
introducida en el Japón, oculta en forma deliberada la manera en que su
transmisión fue falseada en los registros escritos [de I-Hsing, engañado por
Shan-wu-wei], en tanto que la escuela Guirnalda de Flores, introducida con
anterioridad, trata de esconder la influencia recibida de las doctrinas de
T’ien-tai».(153)
Supongamos que alguien
fuese a una región inhóspita, como la isla de Ezo, y recitara el famoso poema (154)
Al alba tenue
en la bahía de Akashi
y entre la bruma
un barco de nostalgias
tras las islas se pierde.
Si la persona dijese a los ignorantes nativos de Ezo que el poema
había sido compuesto por él, probablemente le creerían. Pues bien, los eruditos
budistas de la China y del Japón no han sido menos crédulos.
El reverendo Liang-hsü
señala que las doctrinas de las escuelas Palabra Verdadera, Zen, Guirnalda de
Flores, Tres Tratados y otras corrientes, comparadas con el Sutra del loto, son
sólo una introducción a las enseñanzas verdaderas [del Sutra del loto]. Se dice
que el maestro del Tripataka Shan-wu-wei se vio sometido a los tormentos de
Yama por su idea equivocada [de que el Sutra Mahavairochana era superior al
Sutra del loto]. Luego, cambió de parecer y siguió al Sutra del loto, razón por
la cual se evitó futuros tormentos. Como prueba de ello, cuando él, junto a
Pu-k’ung y los demás, diseñaron el mándala del Reino de la Matriz y el mándala
del Reino de Diamante de la escuela Palabra Verdadera, pusieron el Sutra del
loto en el centro de ambos mándalas, como gobernante supremo, y a izquierda y
derecha, como sus ministros, incluyeron al Sutra Mahavairochana representando
al Reino de la Matriz y al Sutra de la corona de diamantes representando al
Reino de Diamante.
Cuando, en el Japón,
Kobo formuló una declaración teórica de las enseñanzas de la escuela Palabra
Verdadera, se sintió atraído por la escuela Guirnalda de Flores y asignó el
Sutra del loto al octavo nivel [luego de poner al Sutra de la guirnalda de
flores en el noveno nivel de desarrollo].(155) Pero cuando enseñó las prácticas
y las ceremonias a sus discípulos Jitsue, Shinga, Encho y Kojo, entre otros, situó
al Sutra del loto en posición central, entre los dos reinos de la Matriz y de
Diamante, como habían hecho Shan-wu-wei y Pu-k’ung.
En un caso similar,
Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, en los diez volúmenes de su Tratado
sobre la profundidad del «Sutra del loto» asignó el Sutra del loto al cuarto de
los cinco períodos de las enseñanzas,(156) afirmando que había repudiado los
dos vehículos para revelar el vehículo único del bodhisattva y que luego había
incorporado a aquellos como medio para lograr este último. Pero después, se
convirtió a las enseñanzas de T'ien-t’ai. Dejó de dar conferencias, se despidió
de sus discípulos y, en cambio, prestó servicio a T’ien-t’ai durante siete
años, en los cuales se ocupó personalmente de cargarlo a sus espaldas [cuando
T’ien-t’ai debía subir a un sitio elevado para predicar].
Además, Tz’u-en, de la
escuela Características del Dharma, en su obra de siete y de doce volúmenes
Bosque de significados en el jardín de la Ley, señala que la doctrina del
vehículo único establecida en el Sutra del loto es un medio hábil, y que la
doctrina de los tres vehículos representa la verdad. También formula otras
aseveraciones no menos absurdas. Pero en el cuarto volumen de Significado
esencial de «Elogio a la profundidad del “Sutra del loto se le atribuye haber
dicho que “ambas doctrinas deben ser aceptadas”; es decir, aportando una
interpretación flexible a los principios de su propia escuela. Pero aunque dijo
que ambas doctrinas eran aceptables, en su fuero íntimo apoyó las enseñanzas de
Tien-t’ai sobre el Sutra del loto.
Ch’eng-kuan, de la
escuela Guirnalda de Flores, escribió un comentario sobre el Sutra de la
guirnalda de flores en el cual comparó esta enseñanza con el Sutra del loto y,
al parecer, declaró que el Sutra del loto era un medio hábil. Pero, después,
escribió: «La escuela T’ien-t’ai define esta enseñanza [de los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital] como la verdad. Las doctrinas de mi
propia escuela, en lo que concierne a los principios, no discrepan en ningún
sentido de las de la escuela T’ien-t’ai». Todo parece indicar, entonces, que se
arrepintió y corrigió sus afirmaciones anteriores.
Kobo es un ejemplo
semejante. Si uno carece de espejo, no puede verse el rostro; quien no tiene
oponentes, no puede aprender de sus propios errores. Los estudiosos de la
escuela Palabra Verdadera y de muchas otras corrientes no tuvieron conciencia
de sus equivocaciones. Pero, una vez que tuvieron la fortuna de conocer al gran
maestro Den-gyo, comprendieron los desaciertos de sus respectivas escuelas.
Los diversos budas,
bodhisattvas, y seres humanos y celestiales descritos en las enseñanzas
anteriores al Sutra del loto parecen haber adquirido la iluminación mediante
los sutras en que todos ellos aparecen. Pero, en verdad, sólo se iluminaron
mediante el Sutra del loto. El juramento general formulado por Shakyamuni y los
demás budas, que es salvar a incontables seres vivos, halló expresión y
realidad sólo en el Sutra del loto. Este es el significado de la frase del Sutra
que dice que el juramento “ahora se ha cumplido”.(157)
En vista de tales
hechos, creo que los devotos y seguidores del Sutra de la guirnalda de flores,
el Sutra de la meditación y el Sutra Mahavairochana, entre otros, sin duda
serán protegidos por los budas, bodhisattvas y seres celestiales de los sutras
respectivos que practican. Pero si los devotos de todos esos sutras llegasen a
ser enemigos del devoto del Sutra del loto, entonces los budas, bodhisattvas y
seres celestiales los abandonarían y protegerían al devoto del Sutra del loto.
Es como el caso de un hijo piadoso cuyo padre se opone al soberano del reino.
El hijo tendrá que abandonar a su padre y apoyar al rey, pues este acto
representa la culminación de la piedad filial.
Lo mismo se aplica al
budismo. Los budas, los bodhisattvas y las diez demonios descritos en el Sutra
del loto no dejarán de brindar su protección a Nichiren. Y, además, los budas
de las seis direcciones y los veinticinco bodhisattvas de la escuela Tierra
Pura, los más de mil doscientos honorables (158) de la escuela Palabra
Verdadera, y los diversos honorables y deidades guardianes benevolentes de las
siete escuelas (159) nunca dejarán de proteger infaliblemente a Nichiren. Es
como el caso del gran maestro Dengyo, quien fue protegido por las deidades
guardianas de las siete escuelas.
Yo, Nichiren, pienso lo
siguiente. Las deidades del Sol y de la Luna y las demás deidades estuvieron
presentes en los dos lugares y las tres asambleas, cuando se predicó el Sutra
del loto. Si apareciese un devoto del Sutra del loto, entonces, así como el
hierro es atraído por el imán o el reflejo de la luna se proyecta sobre el
agua, todas ellas instantáneamente acudirían a relevarlo de sus sufrimientos y
a cumplir el juramento formulado en presencia del Buda. Pero todavía no se han
presentado a inquirir sobre mi bienestar. ¿Significa esto que no soy un devoto
del Sutra del loto? Si así fuera, tendré que examinar el texto del Sutra una
vez más desde el punto de vista de mi conducta, y ver en qué he tallado.
Pregunta: ¿Qué visión de
sabiduría le permite percibir que las escuelas Nembutsu, Zen y otras de nuestra
época son enemigas del Sutra del loto y constituyen malas influencias,
dispuestas a descarriar a toda la población?
Respuesta: No expreso
opiniones personales; tan sólo sostengo el espejo de los sutras y comentarios
para que los que actúan contra la Ley puedan ver allí reflejado su feo rostro y
percibir sus errores. Pero si son «ciegos» incurables, están más allá de mi
poder.
En el capítulo «La Torre
de los Tesoros* del cuarto volumen del Sutra del loto, leemos: «En ese momento,
el buda Muchos Tesoros ofreció la mitad de su asiento en la Torre de los
Tesoros al buda Shakyamuni [...] En ese momento, los miembros de la gran asamblea
[vieron] a dos Los Que Así Llegan, sentados con las piernas cruzadas sobre el
sitial de león, en la Torre de los siete tesoros. (...) Y con voz resonante [el
buda Shakyamuni] se dirigió a las cuatro clases de creyentes exclamando:
“¿Quién es capaz de predicar el Sutra del loto de la Ley prodigiosa en este
mundo saha? Este es el momento de hacerlo, pues El Que Así Llega no tardará en
entrar en el nirvana. El Buda desea confiar este Sutra del loto a alguien, para
que pueda ser preservado”».
Esta es la primera proclama del Buda. Luego, en el mismo capítulo
se afirma: «En ese momento, el Honrado por el Mundo, deseoso de reiterar su
intención una vez más, habló en verso y dijo: “Este señor sagrado, este Honrado
por el Mundo, aunque ha pasado a la extinción largo tiempo atrás, sigue
sentándose en la Torre de los Tesoros y viniendo aquí en bien de la Ley.
Vosotros, ¿por qué no os esforzáis también en pro de la Ley? [...] Además, han
venido estas manifestaciones corpóreas de mi ser, bu-das en cantidad incalculable
como los granos de arena del Ganges, con el deseo de escuchar la Ley. [...]
Cada una de ellas ha abandonado esta tierra maravillosa, y también a su hueste
de discípulos, seres celestiales y humanos, dragones y espíritus, y todas las
ofrendas que estos le daban, y han llegado a este sitio con un propósito, para
cerciorarse de que la Ley perdure durante largo tiempo [...] como si un gran
vendaval sacudiera las ramas de los arbustos. Mediante este medio hábil, ellos
se aseguran de que la Ley perdure durante mucho tiempo. Buenos hombres,
entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la extinción, ¿quién
de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este Sutra? ¡Que ahora, en
presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie su
juramento!”».
Esta es la segunda proclama del Buda. El pasaje prosigue diciendo:
«“Muchos Tesoros El Que Así Llega, yo mismo y estas manifestaciones corpóreas
del Buda que se han congregado aquí, seguramente sabemos que este es nuestro
propósito. [...] ¡Todos y cada uno de vosotros, buenos hombres, debéis pensar
cuidadosamente! Esta es una difícil cuestión; es apropiado que hagáis un gran
juramento. Los demás sutras son numerosos como los granos de arena del Ganges,
pero aunque los expusierais a todos, esto no merecería ser considerado una
dificultad. Tampoco sería difícil tomar el monte Sumeru y arrojarlo a lo lejos,
hacia las inconmensurables tierras de buda. [...] Será realmente difícil poder
preguntar sobre su significado. [...] ¡Pero sí será difícil, indudablemente,
predicar este Sutra en la época de maldad, cuando el Buda haya entrado en la
extinción! Y cuando estallen los incendios, a fines del kalpa, tampoco será
difícil cargar un fardo de heno a las espaldas v atravesar el fuego sin quemarse.
¡Pero sí será difícil, indudablemente, creer en este Sutra y exponerlo aunque
sea a una sola persona, cuando yo haya entrado en la extinción! [...] Buenos
hombres, entonces, digo a la gran asamblea: cuando yo haya pasado a la
extinción, ¿quién de vosotros podrá aceptar y mantener, leer y recitar este Sutra?
¡Que ahora, en presencia del Buda, esa persona dé un paso adelante y pronuncie
su juramento!”».
Esta es la tercera
proclama del Buda. La cuarta y la quinta se encuentran en el capítulo «Devadatta»,
del cual me ocuparé más adelante.
El significado de estas
frases del Sutra está a la vista, evidente como el sol suspendido en el cielo
azul o como un lunar sobre la blanca piel del rostro. Y sin embargo, los
ciegos, los de mirada pervertida, los tuertos, los que no creen en nadie salvo
en sus maestros y los que se aferran a ideas distorsionadas no pueden verlo.
Para los que buscan
seria y sinceramente el Camino sin reparar en las muchas dificultades, trataré
de demostrar qué significan estos pasajes. Pero deben comprender que el
encuentro con la verdad es más infrecuente y extraordinario que hallar los
melocotones de la inmortalidad en el jardín de la Reina Madre del Oeste, o la
flor de udumbara que se abre sólo cuando adviene un rey que hace girar la rueda.(160)
Por otro lado, el conflicto [entre Nichiren y las diversas escuelas] es más
hondo que los ocho años de guerra desatados cuando el gobernador de P’ei y
Hsiang Yü (161) lucharon por el Imperio chino, o que los siete años de batallas
libradas cuando Yoritomo y Munemori (162) se disputaron las islas del Japón, o
que las luchas entre Shakra y los asuras, o entre el Rey Dragón y las aves
garuda en el lago Anavatapta. (163)
La verdad del Sutra del
loto se ha manifestado dos veces en la tierra del Japón. Deben entender que
apareció una vez, con el gran maestro Dengyo, y otra vez, con Nichiren. Pero
los ciegos lo ponen en duda, y convencerlos está más allá de mi poder. El buda
Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones se reunieron
y juzgaron juntos los méritos relativos de todos los sufras del Japón, la
China, la India, el palacio del Rey Dragón, los cielos y todos los demás mundos
de las diez direcciones, y este es el Sutra que escogieron.
Pregunta: El Sutra de la
guirnalda de flores, los del período Correcto e Igual, el Sutra de la
sabiduría, el Sutra de los profundos secretos, el Sutra Lankavatara, el Sutra
Mahavairochana y el Sutra del nirvana ¿pertenecen al grupo de los «nueve actos
fáciles» o al de los «seis actos difíciles»? (164)
Respuesta: Tu-shun,
Chih-yen, Fa-tsang y Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores, todos
maestros de las tres divisiones del canon, señalan que tanto el Sutra de la
guirnalda de flores como el Sutra del loto pertenecen a la categoría de los
«seis actos difíciles». Dicen que, aunque nominalmente sean dos sutras
distintos, son idénticos en sus enseñanzas y en sus principios. Es algo
semejante a la declaración: «Aunque las cuatro percepciones de la realidad son
distintas, la verdad a la cual ellas remiten es idéntica».(165)
El maestro del Tripitaka
Hsüan-tsang y el gran maestro Tz’u-en, de la escuela Características del
Dharma, señalan que tanto el Sutra de los profundos secretos como el Sutra del
loto exponen la doctrina de la conciencia como origen. [Ellos dicen que] ambos
pertenecen al tercer período de las enseñanzas del Buda (166) y a la categoría
de los «seis actos difíciles».
Chi-tsang, de la escuela
Tres Tratados, asegura que el Sutra de la sabiduría y el Sutra del loto son dos
formas distintas de llamar a una sola entidad, dos sufras que predican una
misma enseñanza.
Los maestros del
Tripitaka Shan-wu-vvei, Chin-kang-chih y Pu-k’ung [de la escuela Palabra
Verdadera] sostienen que el Sutra Mahavairochana y el Sutra del loto son
idénticos en sus principios y que ambos pertenecen al grupo de los «seis actos
difíciles». Pero, en el Japón, Kobo [líder de la escuela Palabra Verdadera]
afirma que el Sutra Mahavairochana no pertenece ni al grupo de los «seis actos
difíciles» ni a la categoría de los «nueve actos fáciles». El Sutra
Mahavairochana, de acuerdo con sus aseveraciones, ocupa un lugar distinto del
de todos los demás sutras predicados por el buda Shakyamuni, ya que fue
expuesto por Mahavairochana El Que Así Llega, un buda del cuerpo del Dharma. En
el mismo tenor, algunos aseguran que como el Sutra de la guirnalda de flores
fue predicado por El Que Así Llega del cuerpo de la recompensa, no queda
comprendido en las categorías de los «seis actos difíciles» o los «nueve actos fáciles».
Tales, pues, son las
ideas desarrolladas por los fundadores de estas cuatro escuelas. Los miles de
estudiosos de estas corrientes adhieren a los mismos conceptos.
Debo observar con
tristeza que aunque sería harto sencillo señalar el error de las nociones
postuladas por estos hombres, si lo hiciera, el pueblo de esta época ni
siquiera se dignaría mirar en dirección a mí. La gente seguiría aferrada a su
camino equivocado y, finalmente, me calumniaría ante el soberano del país
poniendo en peligro mi vida. No obstante, cuando nuestro benevolente padre, el
buda Shakyamuni, enfrentó su última hora en el bosque de árboles sal, dijo como
instrucción testamentaria que debíamos «confiar en la Ley y no en las personas».
(167) «No confiar en las personas» significa que cuando predican personas de la
primera, la segunda, la tercera y la cuarta categoría,(168) aunque se trate de
bodhisattvas como Sabio Universal o Manjushri, que han llegado al nivel de la
iluminación casi perfecta, si no predican con el Sutra en la mano, no deberá
aceptárselos.
También está
establecido: «Sólo confiad en sutras completos y finales, mas no en aquellos
que no lo sean».(169) Por ende, debemos examinar con detenimiento los sutras
para determinar cuáles son completos y finales, y cuáles no, y depositar
nuestra fe en los primeros. El bodhisattva Nagarjuna, en su Comentario sobre el
«Sutra de los diez niveles», advierte: «No confiéis en tratados que
distorsionan los sutras; confiad sólo en aquellos que son fieles a los sutras».
El gran maestro
T’ien-t’ai dice: «Deberá asentarse y darse a conocer aquello que
posea una profunda doctrina y concuerde con los sutras. Pero no deberá darse
crédito a nada que no posea una profunda doctrina ni concuerde con los sutras».(170)
El gran maestro Dengyo afirma: «Depended de la prédica del Buda, y no de las
doctrinas transmitidas posteriormente en forma oral».(171). Enchin, también
conocido como el gran maestro Chisho, dice: «Para transmitir las enseñanzas,
hay que confiar sólo en las palabras escritas [o escrituras]».(172)
Por cierto, los líderes
de las diversas escuelas cuyas opiniones he mencionado antes parecen basarse en
ciertos grupos de sutras y tratados, en su afán de establecer cuáles enseñanzas
son superiores a las demás. Pero estos hombres se aferran con obstinación a las
doctrinas de sus propias escuelas y perpetúan los conceptos errados
transmitidos por sus predecesores, de tal forma que sus juicios se caracterizan
por interpretaciones distorsionadas y por sentimientos subjetivos. Sus
doctrinas no son más que opiniones personales, glorificadas y cubiertas de
ornamentos.
Las escuelas no budistas
de hombres como Vatsa y Vaipulya, que aparecieron en la India después de la
muerte del Buda, son más erróneas todavía en sus puntos de vista, y más astutas
en la articulación de sus doctrinas que las que existían antes de los tiempos
del Buda [ya que hurtaron al budismo sus ideas]. Del mismo modo, desde que el
budismo se introdujo en la China en la dinastía Han posterior, los escritos e
ideas no budistas se han vuelto mucho más erróneos y solapados que las obras
confucianas previas al budismo, referidas a los Tres Soberanos y a los Cinco
Emperadores de la Antigüedad. A su vez, los maestros de las escuelas Guirnalda
de Flores, Características del Dharma, Palabra Verdadera y otras, envidiosos de
las doctrinas correctas de la escuela T'ien-t ai, interpretan las palabras del Sutra
correcto con tal desvergüenza que las hacen concordar con el sentido de las
enseñanzas provisionales.
Sin embargo, los que
buscan el Camino deberían rechazar estas nociones unilaterales, trascender las
disputas entre su escuela y las demás, y no tratar a las otras con desprecio.
En el Sutra del loto, el
Buda dice: «De todos los sutras que he predicado, predico y predicaré, [este
Sutra del loto es lo más difícil de creer y lo más difícil de comprender]».(173)
Miao-lo observa: «Aunque
otras enseñanzas digan ser el rey de los sutras, no hay ningún otro que se
defina a sí mismo como el mejor de todos los sutras predicados en el pasado,
predicados en el presente o por predicar en el futuro».(174) También afirma:
«Con respecto a [la declaración del Buda de] que este Sutra prodigioso supera a
todos los del pasado, presente y futuro, hay quienes insisten en desviarse. Así
pues, cometen el grave error de actuar contra el Sutra y, durante muchos
kalpas, se verán sometidos al sufrimiento».(175)
Desconcertado por estos pasajes del Sutra y de sus comentarios,
lo que yo hice fue examinar el conjunto completo de enseñanzas, y los desarrollos
y comentarios de los distintos maestros, hasta ver que mis dudas y sospechas se
hubieran desvanecido. Pero los necios sacerdotes de la escuela Palabra
Verdadera confían en sus mudras y mantras, y creen que su escuela es superior
al Sutra del loto tan sólo porque el gran maestro Jikaku y sus otros maestros
les han asegurado que la escuela Palabra Verdadera es superior. Sus ideas no
merecen siquiera ser debatidas.
El Sutra de la secreta
solemnidad expone: «De este Sutra derivan el Sutra de los diez niveles,(176) el
Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra del gran árbol del rey Kimnara, el
Sutra de los poderes sobrenaturales, el Sutra Shrimala y las demás enseñanzas.
Así pues, el más grande de todos es el Sutra de la secreta solemnidad».
El Sutra de la gran nube
afirma: «De todos los sutras, este es el rey que hace girar la rueda. ¿Por qué?
Porque en este Sutra se expone la doctrina de la constancia de la naturaleza de
Buda como verdadera naturaleza de todos los seres».
En el Sutra de los seis
paramitas se lee: «Todas las enseñanzas correctas expuestas por los incontables
budas del pasado, y las ochenta y cuatro mil enseñanzas espléndidas que he
expuesto hasta hoy pueden dividirse, en su conjunto, en cinco categorías:
primero, los sutras (enseñanzas del Buda); segundo, el vinaya (serie de reglas
monásticas); tercero, el abhidharma (serie de tratados); cuarto, el
prajna-paramita (enseñanzas sobre el perfeccionamiento de la sabiduría), y
quinto, los dharanis (fórmulas místicas). Las obras de estas cinco
compilaciones instruirán a los seres animados. Entre ellos, habrá algunos que
no podrán aceptar y seguir los sutras, o el vinaya, o el abhidharma, o los
prajna-paramitas, o habrá
seres animados que cometerán diversos actos malos, como las
cuatro faltas graves, las ocho faltas graves o las cinco faltas capitales, que
conducen al infierno del sufrimiento incesante, o que actuarán contra los
sutras correctos e iguales, o habrá icchantikas que, directamente, no podrán
creer en el budismo en sí. Para erradicar dichos crímenes, dar rápida
liberación a los perpetradores y permitirles ingresar en el nirvana de
inmediato, prediqué en su beneficio este conjunto de dharanis.
»Estas cinco divisiones del Dharma se
comparan con los sabores de la leche, la nata o crema, la leche cuajada, la
mantequilla y la mantequilla clarificada, respectivamente, de las cuales esta
última es la mejor. La división que contiene a los dharanis se compara con la
mantequilla clarificada. Este producto posee el sabor más delicado y fino de
las cinco sustancias antes enumeradas; es capaz de curar muchas enfermedades, y
de aplacar la mente y el cuerpo de los seres animados. Del mismo modo, la
división de los dharanis es la que ocupa el primer lugar dentro de las cinco
divisiones de las enseñanzas, porque puede erradicar las faltas graves».
En el Sutra de los
profundos secretos se expone: «[En ese momento, el bodhisattva Aparición de la
Verdad Superlativa se dirigió al Buda diciendo:] Honrado por el Mundo, en el
primer período de tu enseñanza, cuando te hallabas en el bosque Cónclave de los
Venerables Ascetas, o Parque de los Ciervos, en Varanasi, en beneficio de
aquellos que ansiaban sólo buscar el vehículo de los que escuchan la voz,
expusiste la doctrina de las cuatro nobles verdades, haciendo así girar la
rueda de la Ley correcta. Fue algo muy maravilloso, algo muy extraordinario.
Ningún ser humano o celestial, en ninguno de los mundos incontables, había
podido jamás exponer una doctrina como esa. Y sin embargo, la rueda de la Ley que
hiciste girar en ese momento aún podía ser mejorada y dejó lugar para la duda.
Su significado no era definitivo, y daba amplio espacio para la controversia.
»Entonces, Honrado por
el Mundo, en el segundo período de tu enseñanza, en beneficio de aquellos que
sólo querían buscar el gran vehículo,(177) enseñaste que todos los fenómenos
carecen de naturaleza distintiva que les sea propia; que no hay nacimiento ni
muerte; que todas las cosas, básicamente, se encuentran en estado de quietud, y
que la naturaleza de los seres, en su existir, es el nirvana. Hiciste girar la
rueda de la Ley correcta, aunque no revelaste la verdad íntegra. Esto fue algo
más maravilloso aún, e incluso más extraordinario. Pero la rueda de la Ley que
hiciste girar en aquel momento aún podía ser mejorada, y dejó lugar para la
duda. Su significado no era definitivo, y daba amplio espacio para la
controversia.
»Y ahora, Honrado por el
Mundo, en el tercer período de tu enseñanza, en beneficio de aquellos que
desean practicar el vehículo que salva a todos los seres, enseñaste que todos
los fenómenos carecen de naturaleza distintiva; que no hay nacimiento ni
muerte; que todas las cosas, básicamente, se encuentran en estado de quietud, y
que la naturaleza de los seres, en su existir, es el nirvana. Y entonces
enseñaste que la ‘naturaleza’ de la que hablabas no posee, en sí, nada que
pueda ser denominado ‘naturaleza Hiciste girar la rueda de la Ley correcta y
expusiste estas doctrinas en su forma perfecta. Esto es sumamente maravilloso y
representa lo más extraordinario de todo. Esta rueda de la Ley que hiciste
girar no puede ser mejorada y no deja lugar para la duda. Su significado es en
verdad completo y definitivo, y no da ningún espacio para la controversia”».
En el Sutra de la gran sabiduría
se afirma: «Cuando uno considera cualquier enseñanza que escucha, ya sea
secular o budista, como medio hábil, acaba comprendiendo que estas pueden ser
incorporadas en los profundos principios que sólo el prajna —o sabiduría del
Buda— puede aprehender. Cuando, con la misma sabiduría, uno entiende que todas
las cuestiones y acciones seculares representan la naturaleza esencial de las
cosas, no hallará una sola cosa que quede fuera de la naturaleza esencial».
El primer volumen del
Sutra Mahavairochana señala: «Maestro de los Secretos [Vajrasattva], hay una
práctica del gran vehículo que despierta en nosotros un pensamiento libre de
apegos a las cosas y que nos conduce a comprender que todos los fenómenos
carecen de naturaleza individual. ¿Y por qué? Porque, en épocas pasadas, los
que practicaron de esta manera pudieron observar la conciencia alaya dentro de
los cinco componentes, y comprender que las naturalezas individuales son
ilusorias».
En el mismo Sutra
también leemos: «Maestro de los Secretos, estos hombres, así, descartaron el
concepto del no yo, y llegaron a comprender que el ser esencial existe en un
ámbito de completa libertad, y que el ser esencial del individuo jamás ha
conocido el nacimiento [o la muerte] desde el principio».
También se establece:
«Por naturaleza, el vacío o vacuidad está separado de los órganos sensoriales y
de sus objetos. No tiene forma ni límites; más allá de cualquier teoría inútil,
equivale al espacio. Representa lo supremo en ausencia de la naturaleza individual».
Del mismo modo, allí
leemos: «El buda Mahavairochana se dirigió al Maestro de los Secretos diciendo:
“Maestro de los Secretos, ¿cuál es el significado de la iluminación? Significa
entender nuestro propio ser esencial tal como realmente es”».
El Sutra de la guirnalda
de flores indica: «De los muchos y diversos seres que hay en todos los mundos,
pocos buscan practicar el vehículo de los que escuchan la voz. Menos aún son
los que buscan practicar el vehículo de los que comprenden la causa. Y los que
buscan el gran vehículo son extremadamente pocos. Buscar el gran vehículo es
relativamente fácil de hacer, pero creer en las doctrinas de este Sutra es
difícil en extremo. Y cuánto más difícil es sostener este Sutra, tener en mente
sus enseñanzas de la manera correcta, practicarlas como se enseña y entender su
verdadero significado.
»No es difícil tomar el
gran sistema planetario y sostenerlo sobre la cabeza sin moverse durante el
término de un kalpa. Pero creer en las doctrinas de este sutra es difícil en
extremo. Ofrecer durante el término de un kalpa artículos placenteros a todos
los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de un gran sistema
planetario, no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas de este Sutra
nos dará méritos inmensos. Sostener en la palma de la mano diez tierras de buda
y permanecer inmóvil en el aire durante el término de un kalpa no es algo
difícil de hacer. Pero creer en las doctrinas de este Sutra es difícil en
extremo. Ofrecer artículos placenteros durante el término de un kalpa a todos
los seres vivos, incontables como las partículas de polvo de diez tierras de
buda, no será un gran mérito. Pero creer en las doctrinas de este sutra nos
brindará méritos inmensos. Durante el término de un kalpa uno podrá honrar y
dar ofrendas a Los Que Así Llegan, incontables como las partículas de polvo de
esas diez tierras de buda. Pero uno obtendrá méritos muchísimo mayores si puede
aceptar y respetar las doctrinas de este capítulo». (178)
En el Sutra del nirvana
se lee: «Aunque los muchos sutras correctos e iguales del gran vehículo
proporcionen méritos inestimables, no hay forma de describir cuánto mayor será
el mérito obtenido por medio de este Sutra. Es cien veces, mil veces, mil
millones de veces mayor; es mayor de una manera que escapa a toda posibilidad
de cálculo o de analogía. Buenos hombres, la leche se extrae de la vaca; la
nata se extrae de la leche; el cuajo se obtiene de la nata; la mantequilla se
obtiene del cuajo; y la mantequilla clarificada se hace a partir de
mantequilla. La más delicada es la mantequilla clarificada. El que la consuma
se verá curado de cualquier enfermedad, como si en ella estuviesen contenidas
todas las clases de medicamentos benéficos. Buenos hombres, el Buda es así. El
Buda expuso las doce divisiones de la prédica. De esas doce divisiones, extrajo
los sufras, y entre los sutras seleccionó los sutras correctos e iguales; de
los sutras correctos e iguales extrajo la doctrina de los prajna-paramitas
(perfeccionamiento de la sabiduría), y de los prajna-paramitas hizo nacer el
Sutra del nirvana. El Sutra del nirvana es comparable con la mantequilla
clarificada. Aquí, la mantequilla clarificada es una metáfora de la naturaleza
de Buda».
Cuando comparamos estos
pasajes de las escrituras que acabo de citar con los del Sutra del loto que lo
describen como el Sutra más grande de todos los que el Buda «ha predicado,
predica y predicará» y se ocupan de los seis actos difíciles y los nueve actos
fáciles, este último Sutra se destaca como la luna refulgente al lado de las
estrellas, o como el monte Sumeru al lado de las otras ocho cadenas montañosas
que lo rodean.
Y sin embargo,
Ch’eng-kuan, de la escuela Guirnalda de Flores; Tz’u-en, de la escuela
Características del Dharma; Chia-hsiang, de la escuela Tres Tratados, y Kobo,
de la escuela Palabra Verdadera -todos hombres supuestamente poseedores del ojo
del Buda— no entendieron las citas del Sutra del loto antes mencionadas. ¡Cómo entonces podríamos esperar que los
estudiosos comunes de la época, que parecen tener un grado avanzado de ceguera,
juzguen la diferencia entre el Sutra del loto y los demás sutras! Esta
diferencia es tan obvia como la que hay entre el blanco y el negro, o entre el
monte Sumeru y una semilla de mostaza; no obstante, dichos hombres persisten en
el camino equivocado. Por ende, no debería sorprendernos que también se dejen
confundir por principios difusos como el aire. Quien no puede percibir la
profundidad relativa de los diversos escritos, tampoco podrá juzgar el valor de
los principios que en ellos se revele.
Las frases [de los ocho
sutras] antes citadas aparecen en volúmenes separados y no siguen un orden [en
cuanto a su profundidad relativa]. Ya que esto dificulta la tarea de discernir
el valor de cada enseñanza, explicaré dichos pasajes para que las personas
ignorantes [del budismo] puedan entenderlos mejor.
Si hablamos de reyes,
los hay grandes e insignificantes; además, en cualquier asunto que se analice,
siempre hay que considerar las partes y el todo. Hemos mencionado la analogía
con los cinco sabores lácteos, pero debemos entender en qué casos esta
semejanza se aplica al conjunto de las enseñanzas budistas, y en qué casos se
aplica a alguna parte de las doctrinas.
El Sutra de los seis
paramitas enseña que los seres animados pueden manifestar la iluminación, pero
rehúsa aplicar este principio a aquellos seres que no poseen la naturaleza de
la iluminación. Y, desde luego, nada dice sobre la doctrina de que el buda
Shakyamuni logró la iluminación incontables eras atrás en el pasado.
A decir verdad, el Sutra
de los seis paramitas ni siquiera puede compararse con el Sutra del nirvana
que, de los cinco sabores, se equipara al de la mantequilla clarificada, ni
mucho menos puede compararse con las enseñanzas teórica y esencial del Sutra
del loto. Y sin embargo, el gran maestro Kobo del Japón, engañado por el pasaje
recién citado del Sutra de los seis paramitas, asignó el Sutra del loto al
cuarto sabor, el de la mantequilla. Si la mantequilla clarificada de los dharanis
(fórmulas místicas) ni siquiera puede compararse con la mantequilla clarificada
del Sutra del nirvana, ¿cómo explicar que Kobo haya cometido un error tan
burdo? No obstante, este escribe que «los maestros budistas de la China
pugnaron entre sí por robar la mantequilla clarificada»,(179) y llama ladrones
a T’ien-t’ai y a los otros. En tono jactancioso, declara: «¡Que lástima, que
los sabios de los tiempos antiguos no hayan podido deleitarse con esta
mantequilla clarificada!».
Pero dejaré esto a un lado y señalaré la
verdad en beneficio de mis seguidores. Como algunas personas eligen no creer en
ella en este momento, están formando por esta vía una relación inversa. Basta
con probar una sola gota para descubrir el sabor del océano. Basta con ver un
solo capullo en flor para predecir la llegada de la primavera. Para juzgar las
virtudes relativas de las enseñanzas predicadas por el Buda a lo largo de su
existencia, no hace falta cruzar las aguas que nos separan de la lejana China
Sung ni pasar tres años viajando al Pico del Águila en la India,(180) ni
visitar el palacio del Rey Dragón como lo hizo Nagarjuna o visitar al
bodhisattva Maitreya [en el cielo de Tushíta] como lo hizo el bodhisattva
Asanga,(181) ni tampoco estar presente en los dos lugares y las tres asambleas
donde Shakyamuni predicó el Sutra del loto. Se dice que las serpientes pueden
anticipar una inundación siete días antes de que se produzca. Esto se debe a su
afinidad con los dragones [que ocasionan las lluvias]. Los cuervos pueden
predecir los sucesos afortunados o infaustos que ocurrirán en el transcurso de
un año. Esto se debe a que, en una existencia anterior, fueron adivinos. La
facultad de volar se da en las aves mejor que en los seres humanos. Y yo,
Nichiren, para juzgar los méritos relativos de los sutras, tengo más capacidad
que Ch’eng-kuan de la escuela Guirnalda de Flores; que Chia-hsiang de la
escuela Tres Tratados; que Tz’u-en de la escuela Características del Dharma, y
que Kobo de la escuela Palabra Verdadera. Esto se debe a que sigo los pasos de
los maestros T’ien-t’ai y Dengyo. Si Ch’eng-kuan y los demás no hubieran
aceptado las enseñanzas de T’ien-t’ai y de Dengyo, ¿cómo podrían haber pensado
que eludirían la grave falta de denigrar la Ley? (182)
Yo, Nichiren, soy el hombre
más rico del Japón actual. He dedicado mi vida al Sutra del loto, y mi nombre
será preservado a lo largo de la posteridad. Si uno es amo del gran océano,
todas las deidades de los muchos ríos le obedecerán. Si uno es rey del monte
Sumeru, todas las deidades de las muchas montañas le prestarán servicio. Si una
persona cumple la enseñanza sobre «los seis actos difíciles y los nueve actos
fáciles» expresada en el Sutra del loto, aunque no haya leído el conjunto de
sutras en su totalidad, todos deberían seguirla.
Además de las tres
proclamas del Buda en el capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto,
el capítulo «Devadatta» contiene dos revelaciones esclarecedoras. [La primera
anuncia que Devadatta logrará la Budeidad.] Devadatta fue un hombre de
incredulidad incorregible, perteneciente a la clase de los icchantikas; y sin
embargo, allí se predice que, en el futuro, llegará a ser un buda, y que su
nombre será El Que Así Llega Rey Celestial. En los cuarenta volúmenes del Sutra
del nirvana, se indica que [todos los seres, incluidos los icchantikas, poseen
la naturaleza de Buda, pero] la prueba real y concreta de ello se encuentra en
este capítulo del Sutra del loto. Hay infinidad de personas como el monje
Sunakshatra o el rey Ajatashatru, que han cometido las cinco faltas capitales o
han actuado contra la Ley, pero Devadatta suele citarse como ejemplo, en
representación de toda esa cantidad de gente; es el epítome del transgresor,
por eso se sobreentiende que todos los otros, que cometen el mal en menor
medida, recibirán una retribución como la suya. Así pues, se revela que todos
los que cometen las cinco o las siete faltas capitales (183) o los que denigran
la Ley, o los que son icchantikas intrínsecamente opuestos a abrazar la fe
llegarán a ser todos budas, como El Que Así Llega Rey Celestial. El veneno se
convierte en dulce rocío, el más exquisito de los sabores.
[La segunda revelación
se refiere al logro de la Budeidad por parte de la niña dragona.] Que la hija
del Rey Dragón haya manifestado la Budeidad no sólo representa el logro de este
ser individual: al mismo tiempo, implica que todas las mujeres alcanzarán el
estado de Buda. En las diversas enseñanzas del Hinayana predicadas antes que el
Sutra del loto, se niega absolutamente a las mujeres la posibilidad de lograr
la iluminación. En los sutras del Mahayana, con excepción del Sutra del loto,
parecería ser que las mujeres pueden manifestar la Budeidad o renacer en la
tierra pura. Pero sólo después de haber cambiado de forma física. No se habla
de un logro inmediato de la iluminación, basado en la doctrina de los tres mil
aspectos contenidos en cada instante vital. Por eso, se habla de manifestar la
Budeidad o de renacer en la tierra pura sólo de manera nominal, mas no en el
sentido real. La hija del Rey Dragón representa «el ejemplo que se aplica a
todo el conjunto».(184) Cuando la niña dragona manifestó la Budeidad, lo que
hizo fue abrir el camino para que todas las mujeres de los tiempos futuros
pudieran hacerlo.
El confucianismo predica
la devoción filial y el respeto a los padres, pero sólo se limita a la
existencia en curso. No proporciona ningún medio para ayudar a los padres en
sus existencias futuras; por lo tanto, los sabios y venerables del
confucianismo sólo son sabios y venerables en teoría, pero no en sentido real.
El brahmanismo reconoce la existencia de vidas pasadas y futuras, pero no
brinda medios para ayudar a que nuestros padres tengan una existencia mejor en
el futuro. Solamente el budismo puede ofrecer este recurso, y por eso es el
verdadero camino de los sabios y venerables. Pero en las enseñanzas del
Hinayana y del Mahayana predicadas antes que el Sutra del loto, y en las
escuelas basadas en dichos sutras, hasta a uno mismo le resulta imposible
acceder al Camino; difícilmente entonces pueda suponerse que uno sea capaz de
hacer algo en bien de sus padres. Aunque los textos de estos sutras digan [que
pueden procurarla iluminación], en realidad no es así. Sólo a partir de la
prédica del Sutra del loto —cuando la hija del Rey Dragón manifestó la
iluminación—, se hizo evidente que la Budeidad era algo posible para todas las
madres. Y sólo cuando se reveló que un hombre depravado como Devadatta podía
iluminarse, quedó claro que la Budeidad era posible para todos los padres. El Sutra
del loto es, para el budismo, como el Clásico sobre la devoción filial. Con
esto doy por concluido mi análisis de las dos revelaciones contenidas en el
capítulo «Devadatta».
Admirados y sorprendidos
por las cinco proclamas del Buda [contenidas en los capítulos «La Torre de los
Tesoros» y «Devadatta»], los incontables bodhisattvas Juraron al Buda que
propagarían el Sutra del loto, tal como describe el capítulo «Aliento a la
devoción». Sostendré este pasaje como espejo refulgente para que todos puedan ver
que los sacerdotes actuales de las escuelas Zen, Preceptos y Nembutsu, como así
también sus seguidores laicos, son culpables de denigrar la Ley.
El duodécimo día del
noveno mes del año pasado, entre las horas de la rata y del buey (es decir,
entre las once de la noche y las tres de la mañana), esta persona llamada
Nichiren fue decapitada.(185) Es su alma la que ha llegado hasta la isla de
Sado y la que, en el segundo mes del año siguiente, bajo la nieve, redacta este
escrito para enviárselo a sus discípulos cercanos. [La descripción de la época
perversa que aparece en el capítulo «Aliento a la devoción»] parece terrible,
pero (el que no escatima su vida en bien de la Ley] no tiene nada que temer;
otros, al leerla, seguramente se espantarán. Este pasaje de las escrituras es
el brillante espejo que dejaron Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las
diez direcciones para el futuro del Japón, donde se refleja el actual estado
del país. También puede ser visto como recordatorio dejado por mí.
En el capítulo «Aliento
a la devoción» se afirma: «Te suplicamos que no te preocupes. Cuando el Buda
haya pasado a la extinción, en una época de miedo y de maldad, nosotros
predicaremos por doquier. Habrá muchas personas ignorantes que nos maldecirán y
hablarán mal de nosotros, y nos atacarán con palos y espadas, pero nosotros
soportaremos todas esas cosas. En esa época corrupta, habrá monjes de sabiduría
perversa y de corazón malvado, adula-
dores y deshonestos, que creerán haber obtenido lo que en
realidad no poseen, inclinados a la soberbia y la jactancia. O habrá monjes que
vivirán retirados en los bosques, vestidos con andrajos, que dirán estar
practicando el Camino verdadero, y despreciarán o tratarán con desdén a toda la
humanidad. Ávidos de riquezas y de protección, predicarán la Ley a laicos de
túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo como si fuesen
arhats dueños de los seis poderes trascendentales. Estos hombres, de corazón
proclive al mal y de mente siempre inclinada a las cuestiones mundanas, se
harán pasar por monjes retirados en los bosques y gozarán proclamando nuestros
defectos. [...] Como en medio de la gran multitud continuamente tratan de
difamarnos, se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes
de familia, así como a otros monjes, para calumniarnos y hablar mal de nosotros
así: “¡Estos son hombres de ideas perversas, que predican doctrinas no
budistas!” [...] En un kalpa impuro, en una era malvada, habrá muchas cosas a
las cuales temer. Demonios malignos tomarán posesión de los demás y, por medio
de ellos, nos maldecirán, difamarán y cubrirán de escarnio. [...] Los monjes
corruptos de esa era impura, incapaces de comprender los medios hábiles del
Buda y de entender que él predica la Ley de acuerdo con lo apropiado, nos
enfrentarán con lenguaje grosero y ceños fruncidos; una y otra vez seremos
expulsados».
En el octavo volumen de
Comentario sobre «Palabras y frases del Sutra del loto”» se expresa: «En este
pasaje, se habla de tres clases de arrogancia. Primero, hay una parte que
denuncia a las personas de ideas erradas. Esto se refiere a [la arrogancia y la
presunción de] los laicos. A continuación, hay otra parte que expone la
arrogancia y la presunción de los miembros del clero budista. Y en tercer
lugar, hay una parte que expone la arrogancia y la presunción de los que se
creen venerables. De estas tres categorías, la primera se puede resistir. La
segunda es peor que la primera, y la tercera es la más temible de todas. Y esto
se debe a que en el caso de la segunda clase, y mucho más aún de la tercera,
cuesta mucho más desenmascarar su verdadera naturaleza».
El maestro del Dharma
Chih-tu escribe, en su obra Tung-ch’un: «Primero, con respecto a la parte en
verso que comienza diciendo: “Habrá muchas personas ignorantes…’, la primera
sección nos dice que los devotos del Sutra del loto tendrán que soportar males
infligidos por el cuerpo, la boca y la mente de sus oponentes. Esto se refiere
a gente no budista y a malos laicos budistas. La parte siguiente, que comienza
diciendo: “En esa época corrupta…, se refiere al clero budista arrogante. La
tercera parte, que comienza diciendo: “O habrá monjes que vivirán retirados en
los bosques…’, se refiere a los miembros del clero que (fingen ser venerables,
y aprovechándose de su posición] actúan como líderes de las demás malas
personas». El mismo texto continúa: «La parte que comienza diciendo: “Como en
medio de la gran multitud...” describe la influencia que estos hombres
ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando contra la Ley y contra
sus practicantes».
En el noveno volumen del
Sutra del nirvana leemos: «Buenos hombres, hay icchantikas o personas de
incredulidad incorregible, que fingen ser arhats, viven en lugares despoblados
y hablan mal de los sutras iguales y correctos del gran vehículo. Cuando la
gente común ve a estas personas, cree que son arhats genuinos y hablan de ellos
como si se tratara de grandes bodhisattvas».
También dice: «En ese
momento, este Sutra será ampliamente propagado en todo Jambudvipa. En esa
época, habrá monjes perversos que se apropiarán de este Sutra y lo dividirán en
muchas partes, haciendo que se pierda así el color, el aroma y el sabor de la
enseñanza correcta que él contiene. Estas malas personas leerán y recitarán
este Sutra, pero ignorarán y harán a un lado los principios profundos y vitales
expuestos por El Que Así Llega, para introducir en su lugar una retórica
ornamentada y palabras sin sentido. Arrancarán la primera parte de este Sutra y
la agregarán al final; arrancarán la última parte del Sutra y la insertarán al
principio, pondrán el final y el comienzo en el medio, y el medio en el
comienzo o el final. Debéis comprender que estos malos monjes son compañeros
del demonio».
En el Sutra del parinirvana
(186) de seis volúmenes, leemos: «También hay icchantikas que parecen arhats
pero cometen malas acciones. También hay arhats que parecen icchantikas pero
ponen de manifiesto un corazón benevolente. Los icchantikas que parecen arhats
se pasan la vida calumniando ante el pueblo los sutras correctos e iguales. Los
arhats que parecen icchantikas, por su parte, critican a los que escuchan la
voz y andan siempre predicando los sutras correctos e iguales. Se dirigen a la
población diciendo: “Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por qué? Porque
cada ser vivo posee la naturaleza de Buda”. Pero el pueblo, probablemente,
llame a estos hombres icchantikas».
En el Sutra del nirvana, el Buda habla de
este modo: «Cuando yo haya fallecido [...]; cuando haya terminado el Primer Día
de la Ley y comience el Día Medio, habrá monjes que darán la impresión de
respetar las reglas de la disciplina monástica. Pero apenas leerán o recitarán
los sutras y, en cambio, ansiarán toda clase de bebidas y manjares con que
nutrir su cuerpo. A pesar de ir ataviados como monjes, deambularán al acecho de
limosnas como cazadores de mirada furtiva y andar sigiloso. Serán como gatos
agazapados en espera de un ratón. Y constantemente repetirán “¡He llegado al
nivel de los arhats". Por fuera, parecerán sabios y bondadosos. pero por
dentro alimentarán sentimientos de envidia y de ambición. [Y cuando se les pida
que prediquen las enseñanzas, no dirán nada,] como brahmanes que han hecho
votos de silencio. Lejos de ser monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto
exterior. Consumidos por sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza
correcta».
Bajo la luz del sol y de
la luna que representan [el Sufra del loto predicado sobre) el Pico del Águila
y [el Sutra del nirvana predicado en] el bosquecillo de árboles sal, o en los
espejos impecables que representan los comentarios formulados por
Miao-lo, de P’i-ling, o por Chih-tu, de Tung-ch’un, podemos ver
sin rastros de oscuridad los rostros horrendos de los sacerdotes de muchas
escuelas que hoy abundan en el Japón, especialmente, Zen, Preceptos y Nembutsu.
El Sutra del loto de la Ley prodigiosa dice (en el capítulo «Aliento a la
devoción): «Cuando el Buda haya pasado a la extinción, en una época de miedo y
de maldad...», y el capítulo «Prácticas pacificas» señala: «En la última ¿poca
que vendrá de hoy en más», «En la última época...», «En la última ¿poca, cuando
la Ley esté a punto de perecer...». El capítulo «Distinciones de beneficios»
afirma: «En la época perversa del Ultimo Día de la Ley...»; el capítulo «Rey de
la Medicina» dice: «En el último período de quinientos años...». El capítulo
«Exhortación a la prédica» del Sufra del loto de la Ley correcta sostiene: «En
la última época que vendrá de ahora en más...» y «En la última época que
vendrá...». Las mismas expresiones se emplean en el Texto ampliado del Sufra
del loto de la Ley prodigiosa. T’ien-t'ai declara: «En el Día Medio de la Ley,
las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte son enemigas del Sufra
del loto».(187) Y Dengyo señala: «A fines del Día Medio de la Ley, los eruditos
de las seis escuelas de Nara son enemigos del Sutra del loto».(188)
En los tiempos de
T’ien-t’ai y de Dengyo, todavía no habían aparecido [las tres clases de
enemigos antes mencionados). Pero debemos recordar que cuando el buda
Shakyamuni, señor de las enseñanzas, y el buda Muchos Tesoros se sentaron uno
al lado del otro en la Torre de los Tesoros, como un sol y una luna, y los
budas que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni llegaron procedentes de
las diez direcciones, y se alinearon bajo los árboles como si fueran estrellas,
en ese momento se dijo que, cuando hubieran transcurrido los mil años del
Primer Día de la Ley y los mil años del Día Medio de la Ley, a comienzos del
Ultimo Día, el Sutra del loto tendría tres clases de enemigos. ¿Acaso es
posible que esta proclama de los ochocientos mil millones de nayutas de
bodhisattvas haya sido una predicción falsa o vacía?
Ya han transcurrido dos
mil doscientos años desde que falleció El Que Así Llega. Aunque fuese posible
apuntar directamente a la tierra y errar el tiro, aunque las flores dejaran de
abrirse en primavera, así y todo estoy seguro de que estos tres enemigos
poderosos existen en la tierra del Japón. Si así fuera, ¿a quiénes debería
incluirse en las filas de estos tres oponentes? ¿Y a quiénes considerar devotos
del Sufra del loto? Es una cuestión problemática. ¿Deberíamos mis discípulos y
yo contarnos entre los tres enemigos? ¿O debería considerársenos devotos del
Sutra del loto? Es una cuestión preocupante.
En el vigésimo cuarto
año del reinado del rey Chao, cuarto soberano de la dinastía Chou, signo
cíclico kinoe-tora, la noche del octavo día del cuarto mes, una luz de cinco
tonalidades cruzó el cielo de norte a sur hasta iluminarlo todo como si fuese
mediodía. La tierra se estremeció de seis formas distintas y, sin que lloviera,
creció el caudal de ríos y arroyos, fuentes y estanques. Los árboles y las
plantas florecieron y dieron fruto. Fue un suceso en verdad portentoso que dejó
estupefacto al rey Chao. El gran historiador Su Yu llevó a cabo ritos
adivinatorios y proclamó: «Ha nacido un venerable en la región occidental». «¿Y
qué hay de nuestro país?», preguntó el rey Chao, a lo cual Su Yu replicó: «Nada
en particular habrá de sucedemos, por ahora. Pero dentro de mil años, las
palabras de este venerable llegarán a nuestro país y beneficiarán a todos los
seres vivos».
Su Yu era un experto en
textos no budistas que aún no se había liberado de las ilusiones del
pensamiento y del deseo, ni siquiera remotamente. Y, sin embargo, pudo saber lo
que sucedería mil años después de su tiempo. Tal como él predijo, mil quince
años tras la muerte del Buda, durante el reinado del emperador Ming, segundo
soberano de la dinastía Han posterior, el décimo año de la era Yung-p’ing (67
d. C.), signo cíclico hinoto-u, las doctrinas del budismo fueron introducidas
en la China.(189)
En un nivel muy
diferente se encuentra la predicción antes mencionada, hecha por los muchos
bodhisattvas en presencia del buda Shakyamuni, del buda Muchos Tesoros y de los
budas de las diez direcciones que eran manifestaciones corpóreas de Shakyamuni.
En vista de tal predicción, ¿cómo podrían no estar presentes en el Japón actual
las tres clases de enemigos del Sutra del loto?
En el Sutra de los
sucesores del Buda, a este se le atribuyen estas palabras: «Después de mi
muerte, durante los mil años del Primer Día de la Ley, habrá una sucesión de
veinticuatro personas (190) que difundirán las enseñanzas correctas, tal como
yo las he enseñado». No contaremos aquí a Mahakashyapa y Ananda [porque fueron
contemporáneos del Buda]. Pero cien años después apareció el monje Parshva;
seiscientos años más tarde, el bodhisattva Ashvaghosha, y a los setecientos
años, el bodhisattva Nagarjuna, junto a los demás, todos tal como la predicción
lo había indicado.
En tal caso, ¿podría
haber sido inútil la profecía [del capítulo «Aliento a la devoción» del Sutra
del loto]? Si esta predicción se apartara de la verdad, todo el Sutra del loto
estaría lejos de la verdad. Y entonces, el Sutra también habría mentido cuando
dijo que Shariputra llegaría a ser Fulgor de Flor El Que Así Llega, y que
Mahakashyapa, en el futuro, sería Brillo de Luz El Que Así Llega. Así pues, las
enseñanzas expuestas en los sutras anteriores al Sutra del loto serían
totalmente correctas, y los que escuchan la voz jamás tendrían posibilidad de
lograr el estado de Buda. Pero ¿dónde estaríamos, si fuera cierto que uno debe
dar ofrendas a un perro o a un zorro, antes que dárselas a un practicante que
escucha la voz como Ananda?
[El párrafo del capítulo
«Aliento a la devoción» menciona a tres grupos de personas y] dice, primero,
que «habrá muchas personas ignorantes»; segundo, que «en esa época corrupta
habrá monjes...»; y, en tercer lugar, se refiere a «monjes vestidos con
andrajos». En la primera categoría de personas ignorantes se cuentan los
importantes creyentes laicos que apoyan a los monjes de las categorías segunda
y tercera. En consecuencia, el gran maestro Miao-lo, puesto a comentar las
características del primer grupo, dice que representan la arrogancia y la
presunción de los laicos. Y el Tung-ch’un(191) habla de «la influencia que
estos hombres ejercerán sobre las autoridades del gobierno,(192) actuando
contra la Ley y contra sus practicantes».
Con respecto al segundo
grupo de enemigos del Sutra del loto, en el Sutra se afirma: «En esa época
corrupta, habrá monjes de sabiduría perversa y de corazón malvado, aduladores y
deshonestos, que creerán haber obtenido lo que en realidad no poseen,
inclinados a la soberbia y la jactancia».
De manera semejante, en
el Sutra del nirvana se lee: «En esa época, habrá monjes perversos [...]. Estas
malas personas leerán y recitarán este Sutra, pero ignorarán y harán a un lado
los principios profundos y vitales expuestos por El Que Así Llega».
En Gran concentración e
introspección se indica: «Si uno no tiene fe [en el Sutra del loto], objetará
que este pertenece al noble mundo de los venerables y que excede la capacidad
de comprensión de su propia sabiduría. Si uno no tiene sabiduría, se inflará de
arrogancia y pretenderá ser igual al Buda».
Vemos un ejemplo de ello
en la declaración del maestro de la meditación
Tao-ch’o: «La segunda razón [por la cual resulta difícil entender
el Sutra del loto] es que sus principios son muy profundos, pero la comprensión
humana es muy limitada».(193) Honen sostiene: «Las demás prácticas religiosas,
fuera del
Nembutsu, no concuerdan con la capacidad de la gente. No son
apropiadas para la época».(194)
[Para combatir tales ideas,] en el décimo
volumen de Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”» se afirma:
«Probablemente, los de comprensión errada no entiendan cuán inmenso es el
beneficio obtenido incluso por un principiante [en la práctica del Sutra del
loto]. Suponen que el beneficio está reservado sólo para aquellos que han
avanzado mucho en su práctica, y menosprecian a los principiantes. Por lo
tanto, aquí el Sutra demuestra su poder revelando que la práctica es
superficial, pero el beneficio resultante es realmente profundo».
El gran maestro Dengyo
declara: «Los días Primero y Medio ya casi han terminado, y el Ultimo Día se
aproxima. Esta, sin duda, es la época en que el vehículo único del Sutra del
loto demostrará adecuarse perfectamente a la capacidad de todas las personas.
¿Cómo sabemos que esto es verdad? Porque el capítulo “Prácticas pacíficas” del
Sutra del loto señala: “En la última época que vendrá de hoy en más, cuando la
Ley esté por perecer, [aceptad y abrazad el Sutra del loto]”»;(195) Y Eshin
dice: «En todo el Japón, todas las personas comparten la misma capacidad de
manifestar la Budeidad mediante la enseñanza perfecta».(196)
Ahora bien, ¿a cuáles
opiniones deberíamos dar crédito: a las de Tao-ch’o y Honen, o a las de Dengyo
y Eshin? Los primeros no pueden esgrimir como prueba ni siquiera un renglón de
los sufras. Los últimos se basan con firmeza en el Sutra del loto.
Además, el gran maestro
Dengyo del monte Hiei es, para todos los sacerdotes del Japón, el maestro de la
ordenación sacerdotal. ¿Cómo podría cualquier sacerdote inclinar su corazón
hacia una persona como Honen, poseída por el demonio celestial, y rechazar al
gran maestro Dengyo, maestro de la ordenación? Si Honen hubiese sido un hombre
de verdadera sabiduría, ¿por qué en su obra Escoger el Nembutsu sobre todas las
cosas no mencionó los pasajes explicativos de Dengyo y de Eshin, como yo he
citado antes, para resolver la contradicción? No lo hizo porque es de las
personas que ocultan las enseñanzas de otros. Cuando el Sutra del loto habla de
la segunda clase de enemigos diciendo: «En esa época corrupta, habrá
monjes...», está refiriéndose a hombres como Honen, que no tienen en cuenta los
preceptos y postulan ideas perversas.
En el Sutra del nirvana
se sostiene: «(Honrado por el Mundo, hoy he aprendido la noción correcta por
primera vez. Honrado por el Mundo, hasta el día de hoy) todos hemos sido
personas de ideas erróneas». Miao-lo lo explica revelando: «Ellos mismos se
refirieron a las tres enseñanzas [que habían estado practicando hasta ese
momento] diciendo que eran ideas erróneas».(197) Y Gran concentración e
introspección afirma: «El Sutra del nirvana dice: “Hasta el día de hoy todos
hemos sido personas de ideas erróneas”. ¿No es cierto que “erróneas” alude a
algo malo?*. En el Comentario sobre «Gran concentración e introspección» se
indica: «“Erróneas” se refiere a lo malo. Por lo tanto, debe saberse que sólo
la enseñanza perfecta es buena. Aquí hay dos significados implícitos.
Primero, hay que considerar
bueno a aquello que concuerda con la verdad, y hay que considerar malo a lo que
va en contra de la verdad. Este es el significado desde el punto de vista
relativo. [Segundo,] el apego [a este punto de vista] es malo, y trascender
este apego es bueno. [Este es el significado desde el punto de vista absoluto.]
Desde las perspectivas relativa y absoluta, debemos abandonar todo lo que sea
malo. Apegarse a la enseñanza perfecta es malo, y apegarse a las otras [tres]
enseñanzas es, por supuesto, mucho peor aún».
Todas las virtudes y
todos los defectos de los credos no budistas, comparados con los sutras del
Hinayana, representan un mal camino en su totalidad. De manera análoga, cuando
las bondades del Hinayana, de los cuatro sabores y de las tres enseñanzas se
comparan con el Sutra del loto, todos resultan ser erróneos y malos en su
totalidad. Sólo el Sutra del loto es correcto y bueno. La «enseñanza perfecta»
de los sutras predicados antes que el Sutra del loto recibe esta denominación
sólo desde el punto de vista relativo; pero desde el punto de vista absoluto,
también debe considerarse mala. Fundamentalmente, cae en la categoría de las
tres enseñanzas, y por lo tanto es perniciosa también en dicho sentido.
Asimismo es perjudicial practicar de acuerdo con los sutras los principios más
elevados de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto. ¡Cuánto peor es,
entonces, que alguien tome como enseñanza fundamental una obra de doctrinas
insignificantes, como el Sutra de la meditación, que ni siquiera se compara con
el Sutra de la guirnalda de flores o con el Sutra de la sabiduría! Las personas
así introducen en el Sutra de la meditación [las ideas de] el Sutra del loto y
exhortan a la gente a «descartar, cerrar, ignorar y abandonar» el Sutra del
loto, para creer tan sólo en el Nembutsu. Es lo que hacen Honen, sus discípulos
y sus seguidores laicos, y por eso merecen ser llamados detractores de la
enseñanza correcta.
El buda Shakyamuni, el
buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones vienen a este mundo
para asegurarse de que «la Ley perdure durante mucho tiempo».(198) Honen y los
demás sacerdotes del Nembutsu en todo el Ja-pón declaran que, en el Ultimo Día
de la Ley, el Sutra del loto desaparecerá ante el Nembutsu. ¿Acaso estos
individuos no son enemigos de Shakyamuni, Muchos Tesoros y los otros budas?
Con respecto al tercer
grupo de enemigos del Sutra del loto, el texto dice: «O habrá monjes que
vivirán retirados en los bosques, vestidos con andrajos [...]; predicarán la
Ley a laicos de túnicas blancas y serán respetados y venerados por el mundo
como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales». Y en el
Sutra del parinirvana de seis volúmenes se afirma: «También hay icchantikas que
parecen arhats pero cometen malas acciones. También hay arhats que parecen icchantikas
pero ponen de manifiesto un corazón benevolente. Los icchantikas que parecen
arhats se pasan la vida calumniando ante el pueblo los sutras correctos e
iguales. Los arhats que parecen icchantikas, por su parte, critican a los que
escuchan la voz y andan siempre predicando los sutras correctos e iguales. Se
dirigen a la población diciendo: “Vosotros y yo somos todos bodhisattvas. ¿Por
qué? Porque cada ser vivo posee la naturaleza de Buda”. Pero el pueblo,
probablemente, llame a estos hombres icchantikas».
En el Sutra del nirvana
leemos: «Cuando yo haya fallecido [...], [cuando haya terminado el Primer Día
de la Ley] y comience el Día Medio, habrá monjes que darán la impresión de
respetar las reglas de la disciplina monástica. Pero apenas leerán o recitarán
los sutras y, en cambio, ansiarán toda clase de bebidas y manjares con que
nutrir su cuerpo. A pesar de ir ataviados como monjes, deambularán al acecho de
limosnas como cazadores de mirada furtiva y andar sigiloso. Serán como gatos
agazapados en espera de un ratón. Y constantemente repetirán “¡He llegado al
nivel de los arhats!” Por fuera, parecerán sabios y bondadosos, pero por dentro
alimentarán sentimientos de envidia y de ambición. [Y cuando se les pida que
prediquen las enseñanzas, no dirán nada,] como brahmanes que han hecho votos de
silencio. Lejos de ser monjes verdaderos, de monjes sólo tienen el aspecto
exterior. Consumidos por sus ideas distorsionadas, actúan contra la enseñanza
correcta».
Miao-lo escribe, con
respecto a las personas de esta índole: «La tercera [clase] es la más temible
de todas. Y esto se debe a que en el caso de la segunda clase, y mucho más aún
de la tercera, cuesta mucho más desenmascarar su verdadera naturaleza». Y el
Tung-ch’un, comenta: «La tercera parte, que comienza diciendo: “O habrá monjes
que vivirán retirados en los bosques...”, se refiere a los miembros del clero
que [fingen ser venerables, y aprovechándose de su posición] actúan como
líderes de las demás malas personas».
Con respecto a estos «miembros del clero que
actúan como líderes de las demás malas personas», ¿en qué parte del Japón
actual deberíamos buscarlos? ¿En el monte Hiei? ¿En el Onjo-ji [de Otsu]? ¿En
el To-ji [de Kioto]? ¿En los templos de Nara? ¿En el Kennin-ji [de Kioto] o en
el Jufuku-ji y el Kencho-ji [de Kamakura]? Debemos examinar este punto
atentamente. ¿Acaso las palabras se refieren a los monjes del Enryaku-ji, en el
monte Hiei, que usan yelmos en la cabeza y se protegen con armaduras? ¿Se
refieren a los monjes del Onjo-ji, que visten cota de malla sobre sus cinco
cuerpos de la Ley199 y portan armas? Pero estos hombres no se parecen a los que
viven «retirados en los bosques, vestidos de andrajos» que describe el sutra,
ni parecen responder a la descripción de los que son «respetados y venerados
por el mundo como si fuesen arhats dueños de los seis poderes trascendentales».
No son como los hombres del tercer grupo, cuya «verdadera naturaleza» [como
dijo Miao-lo] «cuesta mucho más desenmascarar». Por lo tanto, parecería que las
palabras se refieren a hombres como Shoichi, de Kioto, o Ryokan, de Kamakura.
[Aun cuando se los identificara como tales,] estos no tendrían que odiar a
otras personas [por ese motivo]. Si tienen ojos, deberían examinar el texto de
los sutras comparándolos con su propio comportamiento.
En el primer volumen de
Gran concentración e introspección se enseña: «Nunca ha existido nada que pueda
compararse con el brillo y la serenidad de la concentración y la
introspección». El primer volumen del Comentario sobre «Gran concentración e
introspección» afirma: «Desde la época en que el emperador Ming de la dinastía
Han soñó una noche con el Buda, hasta la dinastía Chen [en la cual vivió el
gran maestro T’ien-t’ai], hubo muchos que participaron en la escuela Zen y
recibieron la túnica y la escudilla que les fueron transmitidas». El Suplemento
de las tres obras principales de T'ien-t'ai lo explica así: «La transmisión de
la túnica y la escudilla se refiere a la sucesión de los patriarcas del Zen, de
Bodhidharma en adelante».
El quinto volumen de
Gran concentración e introspección refiere: «Hay una clase de personas que
dicen pertenecer al Zen, pero sus maestros y discípulos son ciegos [a la
verdad] y cojos [en la práctica], y tanto los maestros como los discípulos
caerán en el infierno». En el séptimo volumen, leemos: «[Hay diez caminos
necesarios para entender y practicar el budismo de manera correcta. De todos
ellos, salvo uno,] los nueve caminos no tienen nada en común con los sacerdotes
habituales de este mundo, que se centran en la palabra escrita, ni tienen nada
en común con los maestros del Zen, que se centran en la práctica. Algunos
maestros del Zen dedican su interés exclusivo a la meditación. Pero su
meditación es superficial y falsa, y los nueve caminos están totalmente
ausentes en ella. Esta no es una afirmación ociosa. Las personas sabias de la
posteridad que tengan ojos y capacidad de ver entenderán la verdad de lo que
digo».
En el séptimo volumen de
Comentario sobre «Gran concentración e introspección» leemos: «“Sacerdotes que
se centran en la palabra escrita” se refiere a hombres que no obtienen ninguna
revelación o comprensión interior mediante la meditación, sino que se ocupan
exclusivamente de las características doctrinales. “Maestros del Zen que se
centran en la práctica” se refiere a hombres que no aprenden cómo alcanzar la
verdad y la sabiduría correspondiente, sino que fijan su mente en las simples
técnicas de control respiratorio. La suya es una clase de meditación [no budista]
que, fundamentalmente, aún sigue sujeta a la ilusión. “Algunos maestros del Zen
[que] dedican su interés exclusivo a la meditación” significa que T’ien-t’ai
les da cierto grado de reconocimiento a los fines del análisis, pero, desde un
punto de vista más riguroso, no tienen comprensión ni introspección. Los
hombres del Zen, en el mundo actual, sólo valoran la meditación [como vía para
llegar a la verdad] y no tienen ninguna familiaridad con las enseñanzas
doctrinales. Confían sólo en la meditación e interpretan los sutras a su propio
modo. Juntan los ocho errores con los ocho vientos y dicen que el Buda midió
casi cinco metros de altura (200). Agrupan los cinco componentes y los tres
venenos, y dicen que se trata de los ocho errores. Creen que los seis órganos
sensoriales y los seis poderes trascendentales son lo mismo, y equiparan los
cuatro elementos a las cuatro nobles verdades. Interpretar los sutras de manera
tan arbitraria es perpetrar la falsedad más grave. Semejante insensatez ni
siquiera es digna de análisis».
El séptimo volumen de
Gran concentración e introspección afirma: «En el pasado, el maestro zen de Yeh
y Lo (201) fue célebre a lo ancho y a lo largo de la China. Cuando él llegaba,
acudían personas de todas las direcciones para reunirse a su alrededor como
nubes, y cuando partía, la gente formaba una larga escolta a ambos lados de los
caminos. Pero ¿qué beneficio obtuvieron de tanto despliegue y alboroto? En su
lecho de muerte, todas estas personas se arrepintieron de haber actuado así».
En el séptimo volumen de Comentario sobre «Gran concentración e
introspección», leemos: «El texto menciona al ‘"maestro zen de Yeh y Lo”.
“Yeh” se encuentra en Hsiang-chou, y fue la capital durante las dinastías Ch'i
y Wei. El fundador del Zen hizo que allí floreciera el budismo y convirtió a
toda la población de la zona. El gran maestro T’ien-t’ai, por deferencia a las
personas de su propia época, se abstiene de dar nombres específicos. “Lo” se
refiere a la ciudad de Lo-yang».
En el Sutra del parinirvana
de seis volúmenes, se explica: «Lo extremo es imposible de ver. Dicho de otro
modo, las acciones extremadamente malvadas que cometen los icchantikas son
imposibles de percibir*. O, como ha dicho Miao-lo: «La tercera [clase] es la
más temible de todas. Y esto se debe a que [en el caso de la segunda clase, y
mucho más aún de la tercera,] cuesta mucho más desenmascarar su verdadera
naturaleza».
Los que no tienen ojos,
los tuertos y los de visión distorsionada no pueden ver estas tres clases de
enemigos del Sufra del loto que aparecen a comienzos del Ultimo Día de la Ley.
Pero los que han adquirido el ojo del Buda en forma parcial pueden discernir
quiénes son. «Se dirigirán a los gobernantes, sumos ministros, brahmanes y
jefes de familia». Y el Tung-ch’un habla de «la influencia que estos hombres
ejercerán sobre las autoridades del gobierno, actuando contra la Ley y contra
sus practicantes».
En el pasado, cuando el
Día Medio de la Ley se acercaba a su fin, Go-mvo, Shuen y otros sacerdotes
presentaron peticiones al trono con el fin de calumniar al gran maestro Dengyo.
Ahora, cuando empieza el Ultimo Día de la Ley, Ryokan, Nen’a y otros pergeñan
falsos documentos y los presentan al sogunato. ¿Acaso no debería incluírselos
en el tercer grupo de enemigos del Sutra del loto?
Hoy en día, los maestros
del Nembutsu se dirigen a los «gobernantes, sumos ministros, brahmanes y jefes
de familia» que apoyan la escuela Tendai del Loto y les dicen: «Los principios
del Sutra del loto son muy profundos, pero nuestra comprensión es limitada. La
doctrina que enseña es extremadamente profunda; nuestra capacidad, superficial
en extremo». [Tal como se afirma en Gran concentración e introspección,] esta
gente «objetará que [el Sutra del loto] pertenece al noble mundo de los
venerables y que excede la capacidad de comprensión de su propia sabiduría».
Además, los hombres de
la escuela Zen sostienen: «El Sutra del loto es un dedo que apunta a la luna,
pero la escuela Zen es la luna en sí. Cuando uno posee la luna, ¿para qué querría
el dedo? El Zen es la mente del Buda. El Sutra del loto es la palabra del Buda.
Cuando el Buda terminó de predicar el Sutra del loto y todos los demás sutras,
sostuvo en alto una flor y, con ese solo gesto, transmitió su iluminación sólo
a Mahakashyapa.(202) Como muestra de tácita comunicación, el Buda entregó a
Mahakashyapa su propia túnica, que junto con la iluminación ha sido transmitida
a través de los veintiocho patriarcas de la India y los seis patriarcas de la
China». Este tipo de falsedad ya lleva muchos años engañando e intoxicando a
nuestro país.
Por otro lado, aun
cuando, nominalmente, los ilustres sacerdotes de las escuelas Tendai y Palabra
Verdadera representen la corriente a la cual pertenecen, en realidad demuestran
una notable ignorancia de sus propias enseñanzas. Dada su arraigada codicia y
su profundo miedo a los guerreros y cortesanos, transigen con las afirmaciones
de quienes siguen al Nembutsu y al Zen, y les cantan loas. Hace mucho tiempo,
el buda Muchos Tesoros y los muchos budas que eran manifestaciones corpóreas de
Shakyamuni juraron fidelidad al Sutra del loto y dijeron que se asegurarían de
que «la Ley perdure durante mucho tiempo». Pero ahora, los ilustres líderes de
la escuela Tendai propugnan la noción de que las doctrinas del Sutra del loto
son muy profundas, mientras que el entendimiento humano es limitado. A raíz de
esta postura, el Sutra del loto hoy existe en el Japón sólo en su aspecto
formal: no hay una sola persona que realmente lo practique y que esté manifestando
la iluminación. ¿A quién, entonces, podríamos llamar devoto del Sutra del loto?
Vemos sacerdotes que queman templos y pagodas, y marchan al exilio en
cantidades incalculables. Y vemos una enorme cantidad de monjes ilustres que
adulan a los cortesanos y guerreros, y a quienes el pueblo detesta por su
actitud. ¿Acaso estas personas merecen ser consideradas devotos del Sutra del
loto?
Como las predicciones
del Buda no son falsas, las tres clases de enemigos del Sutra del loto ya han
comenzado a proliferar en todo el país. Y sin embargo, contraviniendo las
palabras de oro del Buda, no parece haber ningún devoto del Sutra del loto.
¿Cómo podría ser posible? ¿Cómo podría ser posible?
Pero detengámonos a pensarlo. ¿Quién está
sufriendo las imprecaciones y calumnias de la población? ¿Quién es el sacerdote
atacado con palos y espadas? ¿Quién es el monje acusado por causa del Sutra del
loto en alegatos dirigidos a los cortesanos y guerreros? ¿Qué sacerdote ha sido
«expulsado una y otra vez», como predice el Sutra del loto? ¿Quién otro en el
Japón, además de Nichiren, ha cumplido todas estas predicciones?
Y sin embargo, yo,
Nichiren, no soy un devoto del Sutra del loto porque, en contra de las
predicciones, he sido abandonado por las deidades. ¿Quién, entonces, en la
época actual será el devoto del Sutra del loto y cumplirá la profecía del Buda?
El Buda y Devadatta son como un objeto y su sombra; en existencia
tras existencia, nada consigue separarlos. El príncipe Shotoku y su
archienemigo Moriya(203) aparecieron en la misma época, como el cáliz y el
capullo del loto. Si existe un devoto del Sutra del loto, también tienen que
existir las tres clases de enemigos poderosos. Y como estas ya han aparecido,
¿quién, entonces, es el devoto del Sutra del loto? Salgamos a buscarlo y
adoptémoslo como maestro. [Como afirma el Sutra del loto, la dificultad de
hallar a alguien así es mayor que] la de una tortuga tuerta ante el desafío de
encontrar un tronco a la deriva [con un hueco del tamaño justo para contenerla
a ella en su interior].(204)
Alguien podría
preguntar: Es cierto que las tres clases de enemigos poderosos parecen estar
presentes en la época actual, pero no se ve a ningún devoto del Sutra del loto.
Si uno dijese que usted [Nichiren] lo es, en tal caso se verían de inmediato
las siguientes contradicciones. El Sutra del loto señala: «Los jóvenes hijos de
los seres celestiales lo asistirán y le prestarán servicio. No será tocado por
palos ni espadas, y el veneno no podrá hacerle daño».(205) También dice: «A los
que hablen mal de él y lo calumnien, la boca se les cerrará enmudeciendo sus
palabras».(206) Y explica: «[Los que han escuchado la Ley] disfrutarán de paz y
de seguridad en esta existencia y de buenas circunstancias en existencias
futuras».(207) Además, afirma: «[A aquellos que [...] molesten y perturben a
los que predican la Ley], la cabeza se les partirá en siete pedazos, como las
ramas del árbol de arjaka».(208) En otra parte, leemos: «En esta existencia,
[los practicantes del Sutra del loto] obtendrán la recompensa de la buena
fortuna».(209) Y agrega: «Si alguien ve a una persona que acepta y practica
este Sutra, y trata de exponer los defectos o males de esa persona, ya sea que
tales cosas sean ciertas o falsas, igualmente en esta existencia [quien las diga]
se verá afectado de lepra blanca».(210) [¿Cómo explica usted estas
discrepancias?]
Respuesta: Sus dudas
resultan más que oportunas. Aprovecharé Ja ocasión para aclarar los temas que
lo desconciertan. El capítulo «Jamás Despreciar» del Sutra del loto señala:
«Hablaron mal de él [del bodhisattva Jamás Despreciar] y lo maldijeron». Y,
luego: «Algunos en el grupo tomaron palos de madera, o piedras y lajas, y lo
azotaron y apedrearon». En el Sutra del nirvana se lee: «Incluso lo matarán o
le causarán heridas».
El Sutra del loto
afirma: «Puesto que el odio y los celos hacia este Sutra
abundan incluso durante la vida de El Que Así Llega, [¡cuánto
peor será después de su muerte!]».
El Buda enfrentó actos
hostiles, conocidos como las nueve grandes pruebas; por ejemplo, fue herido en
un dedo del pie por Devadatta. Y sin embargo, fue un devoto del Sutra del loto
¿o alguien lo pondría en duda? Y el bodhisattva Jamás Despreciar [quien, como
hemos visto, fue maldecido y azotado] ¿acaso no fue un devoto de la enseñanza
del vehículo único? Maudgalyayana fue asesinado a golpes por un grupo de
brahmanes llamado Bastón de Bambú, poco después de que el Sutra del loto
predijera que él lograría la Budeidad en una existencia futura. De las
[veinticinco] figuras principales del linaje budista, el decimocuarto, el
bodhisattva Aryadeva, y el vigésimo quinto, el honorable Aryasimha,(211)
murieron asesinados. ¿Y acaso estos hombres no eran devotos del Sutra del loto?
Chu Tao-sheng fue expulsado a una montaña en Su-chou, y Fa-tao fue marcado en
el rostro y desterrado al sur del río Yangtze. ¿Acaso estas personas no
practicaron la enseñanza del vehículo único? Entre los eruditos del saber
secular, tanto Po Chü-i como Sugawara no Michizane, venerado en forma postuma
como la deidad del Santuario de Kitano, fueron exiliados a lugares remotos. ¿Y
sin embargo no fueron hombres sabios?
Si consideramos la
segunda parte de su pregunta, debemos observar los siguientes puntos. Los que
no cometieron el error de denigrar el Sutra del loto en existencias anteriores
serán devotos del Sutra del loto en esta existencia. Si tales personas se
vieran sometidas a persecuciones, falsamente acusadas de haber cometido delitos
mundanos, sus perseguidores deberán sufrir alguna clase de retribución inmediata.
Sería como el caso de los asuras que disparan flechas a Shakra; o de los
garudas, las aves que tratan de comerse al dragón del lago Anavatapta, pero sin
falta terminan lastimándose a sí mismas. Y, no obstante, T’ien-t’ai dice: «Las enfermedades y dolores que sufro en el presente
se deben a causas cometidas en el pasado, y los actos meritorios que llevo a
cabo en el presente serán recompensados en el futuro».(212) Del mismo modo,
en el Sutra sobre la contemplación de la mente como terreno dice: «Si queréis
comprender las causas que existieron en el pasado, observad los resultados tal
como se manifiestan en el presente. Y si queréis comprender qué resultados se
manifestarán en el futuro, observad las causas que existen en el presente». En
el capítulo «Jamás Despreciar» del Sutra del loto se lee «cuando hubo expiado
sus faltas».(213) Esto indica que el bodhisattva Jamás Despreciar fue atacado
con lajas y piedras porque, en el pasado, había cometido la falta de actuar
contra el Sutra del loto.
A continuación, debemos
destacar que las personas inevitablemente destinadas a caer en el infierno en
su existencia próxima, aunque cometan graves faltas en su existencia actual, no
sufrirán una retribución inmediata. Ejemplo de ello son los icchantikas.
El Sufra del nirvana
señala: «El bodhisattva Kashyapa dijo al Buda: “Honrado por el Mundo, tal como
has descrito, los rayos del gran nirvana del Buda entran en los poros de todos
los seres vivos”». También indica: «El bodhisattva Kashyapa dijo al Buda:
“Honrado por el Mundo, ¿cómo pueden crear las causas que conducirán a la
iluminación aquellos que todavía no han concebido el deseo de la
iluminación?”». En respuesta, «el Buda dijo a Kashyapa: “Puede haber personas
que escuchen el Sutra del nirvana y, sin embargo, sostengan que no necesitan
concebir el deseo de la iluminación, y que, en cambio, actúen contra la
enseñanza correcta. Estas personas, en forma inmediata, por la noche soñarán
con demonios, y su corazón se henchirá de espanto. Los demonios les dirán: ‘¡Amigo
mío, qué necio eres! ¡Si en este momento no te trazas el objetivo de la
iluminación, tu vida se acortará! Estas personas se estremecen de pavor, y no
bien despiertan de su pesadilla, conciben el deseo de iluminarse. Debéis saber
que tales individuos llegarán a ser grandes bodhisattvas. En otras palabras,
aunque uno actúe contra la enseñanza correcta, si no es una persona de maldad
indescriptible de inmediato será advertido en sueños y cambiará su actitud.
[De acuerdo con el Sutra
del nirvana, por otro lado, a los icchantikas se los compara con] «Árboles
muertos o montañas pedregosas», incapaces de albergar o de nutrir crecimiento,
y con «semillas calcinadas que ni aun regadas por la dulce lluvia» podrán
crecer. «Las perlas brillantes, puestas en agua turbia, tienen la facultad de
convertirla en agua límpida. [...] Pero, puestas en el fango de un icchantika,
no consiguen purificarlo». Son [como las personas sin heridas en las manos, en
la cita del Sutra que dice:]
«Si una persona con las
manos heridas toca veneno,(214) este entrará en su cuerpo, pero si alguien toca
ponzoña con las manos intactas, esta no penetrará». «Así como la lluvia
torrencial no puede quedar suspendida en el cielo, [de la misma manera tampoco
la lluvia de la Ley puede permanecer en el cielo de un icchantika]».(215) A través de estas
muchas analogías, podemos saber que los icchantikas de la peor clase
invariablemente caerán en el infierno del sufrimiento incesante en su próxima
existencia. Por ende, en esta vida no sufrirán ninguna retribución inmediata.
Son como el rey Chieh, de la dinastía Hsia, y el rey Chou, de la dinastía Yin,
los malvados gobernantes de la antigua China. Durante sus reinados, los cielos
no manifestaron ninguna señal extraña de advertencia; pero esto fue así, porque
sus faltas, de tan graves, ya habían destinado a sus dinastías a perecer.
En tercer lugar,
parecería que las deidades protectoras han abandonado este país; es probable
que, por esta razón, los transgresores no estén sufriendo castigos inmediatos.
En una época en que se denigra la Ley, las deidades guardianas se alejan y las
numerosas funciones protectoras dejan de brindar resguardo. Por eso, los
devotos de la enseñanza correcta no reciben señales de protección celestial
sino que, a la inversa, enfrentan graves dificultades. En el Sutra de la luz
dorada se expresa: «Día a día, disminuyen los que realizan buenas acciones, y
su número decrece». Vivimos en un país perverso y en una época de maldad. Ya he
analizado todo esto detalladamente en mi trabajo titulado Sobre el
establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra.
Declararé lo siguiente:
que las deidades me abandonen; que todas las persecuciones se abatan sobre mí.
Así y todo, daré mi vida por la Ley. Shariputra practicó el camino del bodhisattva
durante sesenta kalpas, pero lo abandonó cuando no pudo soportar la prueba del
brahmán que le pidió un ojo como limosna. (216) De aquellos que recibieron las
semillas de la iluminación en el remoto pasado, y de aquellos que recibieron
dichas semillas de los hijos del buda Excelencia de la Gran Sabiduría
Universal, muchos abandonaron esa simiente y sufrieron en el infierno durante
infinidad de kalpas: en el primer caso, kalpas numerosos como las partículas de
polvo de incontables grandes sistemas planetarios, y en el segundo caso, kalpas
numerosos como las partículas de polvo de un gran sistema planetario. Y todo
porque siguieron a malas compañías.
El que, tentado por el
bien o amenazado por el mal, abandona el Sutra del loto se condena al infierno.
Aquí haré un gran juramento: Aunque me ofrezcan el gobierno del Japón si
abandono el Sutra del loto, si acepto las enseñanzas del Sutra de la meditación
o si ansio renacer en la Tierra Pura; aunque me digan que decapitarán a mis
padres si no recito el Nembutsu; sean cuales fueren los obstáculos que deba
enfrentar, mientras las personas de sabiduría no demuestren que mis enseñanzas
son falsas, ¡jamás claudicaré! Cualquier otra aflicción será, para mí, como
polvo en el viento.
Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del
Japón. Seré el gran navío del Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo
abandonaré!
Pregunta: ¿Cómo puede
estar seguro de que los destierros y las sentencias de muerte que le fueron
impuestos son producto de un karma creado en el pasado?
Respuesta: Los espejos
de bronce reflejan el color y la forma. El primer emperador de la dinastía
Ch’in tenía un espejo detector de mentiras que reflejaba
las faltas cometidas durante la existencia en curso. El espejo de
la Ley del Buda permite esclarecer las acciones causales cometidas en el
pasado. En el Sutra del parinirvana leemos: «Buenos hombres, como las personas
cometieron incontables faltas y acumularon gran cantidad de karma negativo en
el pasado, deben esperar una retribución adversa por todo lo que han hecho.
Podrán ser despreciados, maldecidos con un aspecto desagradable, ir pobremente
vestidos y mal alimentados, buscar riqueza en vano, nacer en una familia pobre
y de baja condición, o en una donde se sostengan ideas equivocadas, o ser
perseguidos por las autoridades. Podrán verse sometidos a otros diversos
sufrimientos y retribuciones. Pero, gracias a los beneficios derivados de
proteger la Ley, les será posible disminuir su padecimiento y su retribución en
esta existencia».
Este pasaje del Sutra
concuerda en forma exacta con mi propia experiencia. A esta altura, todas las
dudas que expuse anteriormente tendrían que estar resueltas; los miles de
obstáculos no representan nada para mí. Permítanme mostrar, frase por frase, de
qué manera se me aplican las declaraciones del texto. «Podrán ser despreciados»
—o, como afirma el Sutra del loto, «[que se nos] despreciara, odiara, envidiara
o tratara con rencor...»— es, con exactitud, la forma en que he sido tratado,
con desprecio y arrogancia, durante más de veinte años. Asimismo, se me adecuan
las frases «maldecidos con un aspecto desagradable,» y «pobremente vestidos».
«Mal alimentados» también se me aplica. «Buscar riqueza en vano, nacer en una
familia pobre y de baja condición» responde a mi situación. «Ser perseguidos
por las autoridades»... ¿puede haber alguna duda de que ese pasaje se refiere a
mí? El Sutra del loto afirma: «Una y otra vez seremos expulsados», y la frase
del Sutra del parínirvana dice: «Podrán verse sometidos a otros diversos
sufrimientos y retribuciones». [Estas citas también concuerdan con mi
realidad.]
El pasaje, asimismo,
señala: «Gracias a los beneficios derivados de proteger la Ley, les será
posible disminuir su padecimiento y su retribución en esta existencia». En el
quinto volumen de Gran concentración e introspección se comenta lo siguiente
sobre este tema: «Las endebles virtudes producidas por una mente que sólo
decide practicar a medias no pueden modificar [el ámbito del karma]. Pero si uno
lleva a cabo la práctica de la concentración y la introspección para poder
observar la “salud” y la “enfermedad”,(217) entonces podrá alterar el ciclo de
nacimiento y muerte [dentro del ámbito del karma]». También expresa: «[A medida
que avanza la práctica y mejora la comprensión,] comienzan a surgir los tres
obstáculos y los cuatro demonios de manera confusa, pugnando entre sí por
interferir».
Desde el pasado sin
comienzo, he nacido infinidad de veces como un mal gobernante que privó a los
devotos del Sutra del loto de su vestimenta y su ración, de sus campos y
cosechas, en muchos aspectos como la población del Japón actual, que se dedica
a destruir los templos consagrados al Sutra del loto. Además, en incontables
oportunidades decapité a los devotos del Sutra del loto. Ya he pagado algunas
de estas graves faltas, pero hay otras cuya retribución todavía está pendiente.
Aun cuando parezca que las he saldado en su totalidad, quedan todavía algunos
efectos negativos sin manifestar. Para mí, la hora de trascender los
sufrimientos del nacimiento y la muerte sólo llegará cuando me haya librado por
completo de estas pesadas faltas. Mis méritos son insignificantes, pero estas
malas causas son realmente graves.
Si practicara las
enseñanzas de los sufras provisionales, la retribución de estas graves faltas
no se manifestaría. Cuando el hierro es expuesto a las llamas, las impurezas
del mineral sólo afloran a fuerza de golpes incesantes; las fallas se tornan
visibles sólo cuando se lo somete una y otra vez a este proceso de templado.
Para obtener aceite de cáñamo en cantidad, hay que prensar las semillas con
muchísima fuerza. De la misma manera, cuando refuto con energía a todos
aquellos que, en este país, denigran la Ley, me veo sometido a tremendas
dificultades. Será que mis actos en defensa de la Ley están generando, en esta
existencia, la retribución de las graves faltas que cometí en el pasado. El
hierro es de color negro mientras no se lo expone a las llamas; pero, en
contacto con el fuego, se pone al rojo vivo. Cuando uno atraviesa con un tronco
la corriente de un río veloz, se forman olas que crecen como colinas. Y cuando
uno molesta a un león dormido, este lanza un rugido ensordecedor.
El Sutra del nirvana expresa: «Es como el
caso de una mujer pobre, sin casa donde vivir ni nadie que la proteja; por
añadidura, debe sufrir a causa del hambre, la sed y la enfermedad. Así,
deambula de un lugar a otro, mendigando para vivir. En una posada donde
encuentra albergue, da a luz un hijo, pero el dueño de la hostería la expulsa
de allí. Aunque el pequeño acaba de nacer, la mujer lo toma en brazos y se
marcha, con la esperanza de ir a otras tierras. Pero, en el camino, padece el
azote de lluvias torrenciales y vientos feroces, y es aguijoneada por
mosquitos, tábanos, avispones e insectos ponzoñosos. Por fin, llega hasta el
río Ganges y, abrazando a su hijo con fuerza, se interna para cruzar las aguas.
Aunque la empuja la rauda corriente, no quiere soltar al niño, pero,
finalmente, madre e hijo mueren ahogados. Sin embargo, el mérito que acumula la
mujer con su maternal ternura le permite renacer, después de la muerte, en el
cielo de Brahma.
»Manjushri, los buenos
hombres que quieran defender la enseñanza correcta deberán imitar a esta pobre
mujer que atraviesa las aguas del Ganges y sacrifica su vida por amor al hijo.
Buenos hombres, los bodhisattvas que custodien la Ley deberán comportarse de
este modo y no vacilar en dar la vida. Entonces, aunque no busquen la
emancipación, esta les sobrevendrá por sí sola, tal como la pobre mujer renació
en el cielo de Brahma, aun cuando no buscaba esta recompensa».
El gran maestro Chang-an
interpreta esta historia del Sutra del nirvana desde el punto de vista de los
tres obstáculos.(218) Observemos cómo lo hace. El hecho de que la mujer sea
«pobre» indica que no tiene el tesoro de la Ley. El hecho de que se la
identifique como mujer significa que la persona es capaz de sentir amor o
ternura. La «posada» se refiere a la tierra impura. El hijo que lleva consigo
es el corazón de la fe en el Sutra del loto, o la sabiduría para percibir la
propia naturaleza de Buda inherente. Ser expulsada de la hostería significa que
la persona es exiliada. Que el hijo sea recién nacido indica que ha pasado muy
poco tiempo desde que la persona comenzó a creer en el Sutra del loto. Los
vendavales que hostigan a la mujer son el decreto imperial que condena a la
persona al destierro. Los mosquitos, tábanos y demás insectos son las «muchas
personas ignorantes que maldecirán y hablarán mal* del devoto del Sutra del
loto. El hecho de que la madre y el hijo se ahoguen indica que, ni siquiera
decapitada, la persona renuncia a la te en el Sutra del loto. Renacer en el
cielo de Brahma significa renacer en el estado de Budeidad.
El poder de las
recompensas kármicas se extiende a la totalidad de los diez estados, incluida
la Budeidad. Aunque uno ande matando gente por todas las provincias del Japón y
de la China, mientras no cometa ninguna de las cinco faltas capitales ni
denigre la Ley, jamás caerá en el infierno del sufrimiento incesante. Sin
embargo, tendrá que experimentar otros malos caminos durante muchísimos años.
Pero aunque uno observe diez mil preceptos y lleve a cabo diez mil buenas
acciones, si su compromiso es sólo a medias no podrá renacer en ninguno de los
cielos del mundo de la forma. Para nacer como rey en el cielo de Brahma de ese
mundo, uno debe incorporar el espíritu del amor compasivo en su karma aún
sujeto a la ilusión, que lo mantiene en el estado de humanidad. La pobre mujer mencionada en el Sutra
renació en el cielo de Brahma gracias al amor que sentía por su hijo. Su
caso no se ajusta a la noción generalmente aceptada sobre la ley de causalidad.
Chang-an lo explica de
dos maneras distintas, pero, en última instancia, lo que define la diferencia
es el tierno afecto con que la mujer cuida al hijo. Su afán se centra en una
sola cosa, como ocurre con la práctica budista de la concentración. Su
pensamiento está enfocado sólo en su hijo, y en esto hay una semejanza con el
amor compasivo del budismo. Ha de ser por este motivo que pudo renacer en el
cielo de Brahma, aun cuando no había hecho otras causas que pudieran producir
tal retribución.
El Camino de la Budeidad
no se encuentra en la doctrina del mundo fenoménico creado sólo por la mente,
tal como afirma la escuela Guirnalda de Flores, ni en las ocho negaciones de la
escuela Tres Tratados; no existe en la doctrina de la conciencia como origen,
sostenida por la escuela Características del Dharma, ni tampoco en la
meditación sobre los cinco elementos del universo, de la escuela Palabra
Verdadera. Sólo la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada
instante vital, postulada por la escuela T'ien-t’ai, es el Camino de la
Budeidad. Pero aun en el caso de esta última doctrina, no poseemos la sabiduría
ni el entendimiento necesario para captarla en su totalidad. No obstante, de
todos los sutras predicados por el Buda durante su existencia, sólo el Sutra
del loto contiene la joya que es la doctrina de los tres mil aspectos
contenidos en cada instante vital. Las doctrinas de los demás sutras son sólo
piedras amarillas que simulan ser gemas. Son como arena de la cual nunca
obtendremos aceite, por mucho que la exprimamos, o como una mujer estéril, que
nunca podrá procrear. Mediante los demás sutras, ni siquiera una persona sabia
consigue llegar a ser un buda; pero con el Sutra del loto, hasta los necios
pueden plantar las semillas que conducen a la Budeidad. Como lo expresa el
pasaje del sutra que he citado antes: «Aunque no busquen la emancipación, esta
les sobrevendrá por sí sola».
Aunque mis discípulos y
yo encontremos toda clase de dificultades, si no albergamos dudas en nuestro
corazón manifestaremos la Budeidad en forma natural. No duden tan sólo porque
el cielo no les brinde su protección; no se desalienten tan sólo porque en esta
existencia su vida no sea cómoda y segura. Es lo que he venido enseñando a mis
discípulos día y noche, y sin embargo, han comenzado a albergar dudas y a
abandonar la fe.
Cuando llega el momento
crucial, los necios tienden a olvidar sus promesas. Algunos de ellos se
conduelen de sus esposas e hijos, y se afligen de sólo pensar que tendrán que
separarse de ellos en esta vida. Han tenido mujeres e hijos en incontables
existencias, a lo largo de kalpas tan largos como numerosos, y en cada caso han
tenido que separarse de ellos. Lo han hecho en contra de su voluntad, y no
porque tuviesen el deseo de buscar el Camino del Buda. Pero como acabarán
diciéndoles adiós de todas formas, deberían mantener fielmente la fe en el
Sutra del loto y avanzar hacia el Pico del Águila, para poder guiar hasta allí
también a sus esposas e hijos.
Pregunta: Usted insiste
en que los seguidores de las escuelas Zen y Nembutsu caerán en el infierno del
sufrimiento incesante. Esto muestra su inclinación a la beligerancia. Usted
mismo corre peligro de caer en el estado de los asuras. Es más, en el capítulo
«Prácticas pacíficas» del Sutra del loto se dice: «No deberá solazarse
mencionando los defectos de otras personas o escrituras. No deberá mostrar
desdén hacia otros maestros de la Ley». Usted ha sido abandonado por los cielos
porque actuó contra este pasaje del Sutra, ¿no es cierto?
Respuesta: En Gran
concentración e introspección se dice: «Hay dos formas de propagar las
enseñanzas del Buda. La primera se llama shoju, y la segunda, shakubuku. Cuando
el capítulo “Prácticas pacíficas” dice que uno no debería señalar los defectos
de otros, se refiere al método del shoju. Pero cuando el Sutra del nirvana dice
que uno debería portar palos y espadas, o debería cortarles la cabeza, se está
refiriendo al método del shakubuku. La diferencia de enfoque yace en que uno es
indulgente y el otro es severo, pero ambos brindan beneficios».
En Comentario sobre
«Gran concentración e introspección» se afirma: «Con respecto a las dos formas
de propagar las enseñanzas del Buda, el pasaje del Sutra del nirvana que habla
de “portar palos y espadas” se encuentra en el tercer volumen, donde dice: “Los
defensores de la enseñanza correcta no necesitan
observar los cinco preceptos ni practicar las reglas de la
conducta apropiada. [En cambio, deberán portar cuchillos v espadas, arcos y
flechas, alabardas v lanzas]". [...] Y más adelante, el sufra nos habla
del rey Sen’yo [quien mandó matar a los que actuaban contra la enseñanza
correcta]. También refiere que el nuevo médico prohibió el uso [del viejo
remedio a base de leche, empleado por el facultativo anterior] diciendo: “Si
alguien vuelve a tomar este remedio, será decapitado”.(219) Estas citas
demuestran, asimismo, que con personas que actúan contra la Ley hay que emplear
el método del shakubuku. Todos los sufras y tratados se refieren a alguno de
estos dos métodos».
En Palabras y frases
del«Sutra del loto» leemos: «Pregunta: El Sutra del nirvana indica con claridad
que uno debe relacionarse estrechamente con el gobernante, portando arcos y
flechas, para ayudar a derrocar a las malas personas.(220) Y sin embargo, [en
el capítulo “Prácticas pacíficas”] del Sutra del loto se dice que uno debería
mantenerse alejado de las personas poderosas y conducirse con humildad, y
afectuosa gentileza. Parecería haber una gran contradicción entre el rigor de
un enfoque y la benevolencia del segundo. ¿Por qué esta diferencia?
»Respuesta: El Sutra del
nirvana desarrolla, principalmente, el enfoque del shakubuku. Pero también
habla de vivir en un estado que nos lleve a considerar a todos los seres vivos
como si fueran nuestros propios hijos. ¿Podría expresarse así, si no incluyera
el enfoque del sho-ju? El Sutra del loto, en forma primordial, desarrolla el
enfoque del shoju [ejemplificado en el capítulo “Prácticas pacíficas”]. Pero
[en el capítulo “Dharani”] también se maldice [a quienes molesten a las
personas que propagan la Ley] manifestando que la cabeza se les partirá en siete
pedazos. ¿Podría expresarse así, si no incluyera el enfoque del shakubuku?
Ambos sufras emplean alguno de los dos métodos, de acuerdo con el contexto. El
método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos».
En Comentario sobre el
«Sutra del nirvana» se lee: «Cuando los monjes o laicos deban defender la Ley,
lo más importante es que adopten la postura mental correcta. No deben prestar
atención a los detalles externos, sino atenerse a los principios y, de esa
forma, propagar las enseñanzas del Sutra del nirvana. Por esa razón, afirma que
los defensores de la enseñanza correcta no necesitan sujetarse a normas
intrascendentes. Y por eso agrega que no necesitan practicar las reglas de la
conducta apropiada. En la Antigüedad, reinaba la paz, y la Ley se difundía en
todo el país. En ese momento, era correcto observar los preceptos y no llevar
palos. Pero ahora, los tiempos se han vuelto peligrosos, y la Ley ha quedado
ensombrecida. Por lo tanto, es correcto portar palos y no dar importancia a los
preceptos. Si el pasado hubiese sido peligroso como lo es el presente, en tal
caso lo correcto habría sido ir armado en ambos períodos. Y si el presente
fuera una época de paz, como lo fue el pasado, lo correcto sería observar los
preceptos en ambos momentos. Las elecciones de uno deben ser las adecuadas [a
la época] y nunca ceñirse a una u otra».
Supongo que a los
ilustres sacerdotes de esta época les parece natural dudar de este punto. Así
pues, por mucho que lo explique e intente convencer a mis propios discípulos,
al parecer no consiguen despejar sus dudas y se comportan como si fueran
icchantikas o personas de incredulidad incorregible. Por tal motivo, he citado
estas explicaciones de T’ien-t’ai, Miao-lo y otros, con el afán de acallar sus
críticas injustificadas.
Estos dos métodos del
shoju y el shakubuku son como el agua y el fuego. El fuego siente aversión por
el agua, y esta aborrece el fuego. El practicante del shoju se ríe del
shakubuku desdeñosamente. El practicante del shakubuku se lamenta de sólo
pensar en el shoju. Cuando el país está poblado por malas personas,
desprovistas de sabiduría, el método principal que debe aplicarse es el shoju,
tal como se describe en el capítulo «Prácticas pacíficas». Pero cuando existen
muchas personas de ideas perversas, que denigran la Ley, primero hay que
emplear el shakubuku tal como se afirma en el capítulo «Jamás Despreciar». Es
como utilizar agua fría para refrescarse cuando hace calor, o acercarse al
fuego cuando el frío arrecia. La hierba y los árboles son afines al sol, y
sufren bajo la helada luz de la luna. Las criaturas acuáticas son afines a la
luna y pierden su verdadera naturaleza cuando llega el calor.
Sin embargo, en el
Ultimo Día de la Ley, hay que emplear tanto el shoju como el shakubuku. Esto se
debe a que hay dos clases de países: los que cometen el mal en forma pasiva (221)
y los que activamente buscan destruir la Ley. Debemos pensar bien en qué
categoría incluir al Japón de la época actual.
Pregunta: Si uno aplica
el método del shakubuku cuando lo apropiado sería emplear el shoju, o este
último cuando la época requiere el shakubuku, ¿se obtiene algún beneficio?
Respuesta: El Sutra del
nirvana dice: «El bodhisattva Kashyapa se dirigió al Buda diciendo: “El cuerpo
del Dharma de El Que Así Llega es indestructible como un diamante. Pero todavía
no entiendo por qué medio llegaste a adquirirlo. ¿Me lo dirías?”. El Buda
respondió: "[Bodhisattva] Kashyapa, yo pude adquirir este cuerpo
adamantino porque fui un defensor de la enseñanza correcta. Kashyapa, como [en
el pasado] me consagré a la enseñanza correcta, he podido adquirir este cuerpo
adamantino que perdura eternamente y jamás se destruye. Buen hombre, los
defensores de la enseñanza correcta no necesitan observar los cinco preceptos
ni practicar las reglas de la conducta apropiada. Por el contrario, deben
portar cuchillos y espadas, arcos y flechas [...].
»Los monjes [de los
cuales hablas] predican diversas doctrinas, mas aún no pueden proferir el
‘rugido de león’. [...] Tampoco pueden refutar y convertir a las malas personas
que actúan contra la enseñanza correcta. Los monjes de esta clase no pueden
generar beneficios para sí mismos ni para el pueblo. Debéis comprender que, en
realidad, son débiles y holgazanes. Aunque se ocupan de observar los preceptos
y mantener una conducta intachable, debéis comprender que estas personas no
pueden lograr ningún resultado. [Entonces, un monje profiere el rugido de
león...] Los que infringen los preceptos, al escucharlo predicar así, montan en
cólera hasta el punto de atacarlo. Este predicador de la Ley, aunque termine
perdiendo la vida, sigue siendo digno de que lo llamen persona que observa los
preceptos, y genera beneficios para sí mismo y para los demás”».
En el pasaje del
Comentario sobre el «Sutra del nirvana» que he citado antes, Chang-an dice:
«Las elecciones de uno deben ser las adecuadas [a la época] y nunca ceñirse a
una u otra». Y T’ien-t’ai, como hemos visto, declaró que «el método escogido
deberá ser el que concuerde con los tiempos». De otro modo, sería como si uno
plantara semillas a fines de otoño. Por mucho esmero que uno pusiera en cuidar
los cultivos, no cosecharía granos ni arroz.
Durante la era Kennin
(1201-1204), dos hombres adquirieron relevancia: Honen y Dainichi; el primero difundió
las enseñanzas de la escuela Nembutsu, y el segundo, las del Zen. Honen negó el
valor del Sutra del loto, ahora que el mundo ha ingresado en el Ultimo Día de
la Ley, diciendo que «ni una sola persona ha logrado jamás la Budeidad»
mediante dicha enseñanza, y que «ni una sola persona en mil» podría ser salvada
por ese sufra. Por su parte, Dainichi alegó que las verdaderas enseñanzas del
budismo se habían transmitido por fuera de los sutras. Hoy, ambas doctrinas se
han propagado por todo el país. Los ilustres sacerdotes de las escuelas Tendai
y Palabra Verdadera adulan a los seguidores laicos del Nembutsu y del Zen como
perros que agitan la cola frente a su amo, o les temen como ratones en
presencia de un gato. Estos hombres entran al servicio del gobernante y del
líder militar, y predican de tal forma que acaban produciendo la destrucción de
la Ley budista y la ruina del país. Tales figuras destacadas de las escuelas
Tendai y Palabra Verdadera caerán en el estado de las entidades hambrientas en
esta existencia y; después de su muerte, se encontrarán en el infierno Avichi.
Aunque se retiren a un bosque de montaña para meditar con intensidad sobre los
tres mi] aspectos contenidos en cada instante vital, o se recluyan en un sitio
solitario a concentrarse en los tres misterios [del cuerpo, la boca y la
mente], si no comprenden la época o la capacidad de la población, ni perciben
cual de los dos métodos —el sho-ju y el shakubuku— es el adecuado, jamás podrán
liberarse de las adicciones del nacimiento y la muerte.
Pregunta: ¿Qué provecho
cree usted obtener censurando a los seguidores de las escuelas Nembutsu y Zen,
y provocando su animosidad?
Respuesta: El Sutra del
nirvana dice: «Si incluso un buen monje ve a alguien que está destruyendo la
enseñanza y no le da importancia, no lo refuta, no lo expulsa o sanciona por su
falta, debéis comprender que ese monje está traicionando la enseñanza del Buda.
Pero si expulsa al que destruye la Ley, lo refuta o lo castiga, en tal caso es
mi discípulo y es alguien que auténticamente escucha la voz».
Chang-an comenta esta
cita de la siguiente forma: «El que destruye las enseñanzas del Buda o genera
confusión con respecto a ellas está traicionándolas. Si uno se considera amigo
de alguien pero carece del amor compasivo necesario para corregirlo, en
realidad es su enemigo. Pero quien reprende y corrige al que mal actúa es un
practicante que escucha la voz y defiende las enseñanzas del Buda, y es un
genuino discípulo. Quien libra del mal al que actúa erradamente es como un padre
para esa persona. Los que reprenden a aquellos que actúan mal son discípulos
del Buda. Pero los que no expulsan a los que cometen malas acciones están
traicionando las enseñanzas del Buda». (222)
Si examinamos el
capítulo «La Torre de los Tesoros» del Sutra del loto, vemos que el buda
Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones que son
manifestaciones corpóreas de] buda Shakyamuni se congregan en un mismo lugar.
¿Y por qué? Como el Sutra se ocupa de decir: «Cada una de ellas ha [...]
llegado a este sitio con un propósito, para cerciorarse de que la Ley perdure
durante largo tiempo». Shakyamuni, Muchos Tesoros y los demás budas quieren
asegurar la propagación futura del Sutra del loto para que esté al alcance de
todos los hijos del Buda a lo largo de los tiempos por venir. Como podemos
inferir, su preocupación y su amor compasivo son mayores aún que las de un
padre y una madre al ver el sufrimiento terrible de su único hijo. Sin embargo,
a Honen no le interesa este amor; por el contrario, tranca las puertas del
Sutra del loto en el Ultimo Día de la Ley, para que nadie tenga acceso a él.
Como el que engaña a un niño enajenado para que se deshaga de un valioso
tesoro, él trata de inducir a la gente a descartar el Sufra del loto, ¡y este
es un comportamiento realmente vergonzoso!
Si alguien intentara
matar a nuestros padres, ¿no intentaríamos ponerlos sobre aviso? Si un mal
hijo, bajo los efectos del alcohol, amenazara de muerte a sus progenitores, ¿no
trataríamos de impedírselo? Si una mala persona se propusiera incendiar templos
y pagodas, ¿no haríamos algo por detenerla? Si nuestro único hijo estuviese
grave, ¿no buscaríamos curarlo cauterizándolo con moxas? Quien no lo hiciera
sería como aquellos que ven a los seguidores del Zen y del Nembutsu en el
Japón, sin dar un solo paso para detenerlos. [Como afirma Chang-an,] «Si uno se
considera amigo de alguien pero carece del amor compasivo necesario para
corregirlo, en realidad es su enemigo».
Yo, Nichiren, soy el
soberano, el maestro y el padre de todo el pueblo del Japón. Pero los hombres
de la escuela Tendai [que no refutan las enseñanzas erróneas] son grandes
enemigos de la población. [Como Chang-an ha hecho notar,] «Quien libra del mal
al que actúa erradamente es como un padre para esa persona».
Quien no ha concebido el
deseo de entrar en el Camino, jamás podrá liberarse de los sufrimientos del
nacimiento y la muerte. El buda Shakyamuni, señor de las enseñanzas, fue
maldecido por todos los seguidores de las enseñanzas no budistas y denostado
como un hombre de profunda maldad. El gran maestro T’ien-t’ai fue denigrado por
las tres escuelas del sur y las siete escuelas del norte de la China; Tokuitsu,
en el Japón, lo criticó por haber usado su lengua de nueve centímetros para
destruir el cuerpo del Buda de un metro y medio de altura.(223) El gran maestro
Dengyo fue despreciado por los sacerdotes de Nara, quienes dijeron: «¡Saicho
nunca ha estado en la capital de la China T’ang!».(224) Pero todos estos
insultos fueron cometidos en nombre del Sutra del loto, y por tal motivo no
significan escarnio alguno para los hombres que los debieron padecer. Ser
elogiado por los necios es la peor de las vergüenzas. Ahora que yo, Nichiren,
he incurrido en la ira de las autoridades, con seguridad los sacerdotes de las
escuelas Tendai y Palabra Verdadera han de estar celebrándolo. Son hombres
extraños y desvergonzados.
El buda Shakyamuni nació
en el mundo saha; Kumarajiva viajó a las tierras de la dinastía Ch’in, en la
China,(225) y Dengyo, como él, fue a la China [y todo ello en bien del Sutra
del loto]. Aryadeva y Aryasimha ofrendaron su cuerpo en sacrificio; el
bodhisattva Rey de la Medicina se quemó los brazos a modo de ofrenda, y el
príncipe Jogu se arrancó la piel de la mano [para copiar en ella el Sutra].(226)
Shakyamuni, durante su práctica de bodhisattva, vendió su propia carne para
hacer ofrendas,(227) y en otra oportunidad, cuando fue un asceta llamado
Aspiración a la Ley, utilizó uno de sus huesos como pluma [para dejar asentada
la enseñanza del Buda].
T’ien-t’ai ha dicho que
«el método escogido deberá ser el que concuerde con los tiempos». La
propagación de las enseñanzas budistas deberá ceñirse a la época. Por lo que
hice, fui condenado al exilio, pero este es un sufrimiento menor, limitado a mi
existencia actual, y del que no vale la pena lamentarme. En mis existencias
futuras, disfrutaré de una inmensa felicidad, y este pensamiento me colma de
profunda alegría.
ANTECEDENTES
Este tratado es uno de
los cinco escritos principales de Nichiren Daishonin, en donde revela su
identidad como Buda del Ultimo Día de la Ley, poseedor de las tres virtudes de
soberano, maestro y padre. En el segundo mes del noveno año de Bun’ei (1272),
cuando aún cumplía su pena de destierro en la isla de Sado y en las más duras
condiciones, el Daishonin finalizó esta obra en dos volúmenes y la envió a
Shijo Kingo, uno de sus discípulos más prominentes de Kamakura y también
samurái empleado a las órdenes del clan gobernante Hojo; decidió dirigírsela a él
como representante de todos sus seguidores. Cuando el Daishonin fue llevado a
Tatsunokuchi, Kamakura, en 1271, Shijo Kingo acudió a acompañarlo, decidido a
morir al lado de su maestro, y personalmente presenció el triunfo del Daishonin
ante la fallida ejecución. También viajó a Sado para visitar al Daishonin en su
exilio y le envió sus mensajeros portando materiales de escritura y otros
artículos indispensables.
El objeto de devoción
para observar la vida, escrito en 1273, esclarece desde el punto de vista de la
Ley el objeto de devoción que permite a todos los seres humanos lograr la
Budeidad. La apertura de las ojos trata este mismo tema, pero desde el punto de
vista de la persona; es decir, muestra que Nichiren Daishonin es el Buda que
establecería el objeto de devoción para que toda la humanidad desarrollara su
estado iluminado. El objeto de devoción corporifica la iluminación del
Daishonin con respecto a Nam-myoho-renge-kyo, la Ley implícita en lo profundo
del Sutra del loto.
La vida de Nichiren
Daishonin en la ominosa isla de Sado transcurrió en circunstancias extremas; el
cobertizo que lo refugiaba dejaba pasar el viento y la nieve; no tenía
alimento, ropa ni elementos de escritura. Pero no sólo el sufrimiento físico lo
afectaba, sino también las noticias sobre muchos de sus seguidores de Kamakura,
que estaban abandonando la fe. Siempre obligado a enfrentar la perspectiva de
la muerte, escribió este tratado para alentar a sus discípulos, como testamento
y última voluntad.
Luego describiría las
razones que lo llevaron a redactar este trabajo, en un escrito titulado El
comportamiento del devoto del Sutra del loto: «Cuando todos se hubieron
marchado, comencé a dar forma a una obra en dos volúmenes llamada La apertura
de los ojos, en la cual venía trabajando desde el undécimo mes del año
anterior. Quería dejar registrado el prodigio vivido por Nichiren, en caso de
que me decapitaran. El mensaje esencial de este trabajo es que el destino del
Japón depende solamente de Nichiren. Una casa sin pilares se derrumba; una
persona sin alma perece. Nichiren es el alma del pueblo de este país» (Véase… 93.
El comportamiento del devoto del Sutra del loto o pág. 811 del libro los
escritos de Nichiren Dashonin).
El título La apertura de
los ojos significa permitir a los seres humanos ver la verdad; en otras
palabras, liberar a la humanidad de las ilusiones e ideas distorsionadas, y
hacerles tomar conciencia de la enseñanza correcta, de su correcta comprensión
y de su maestro correcto. La obra describe el papel desempeñado por el
Daishonin a la hora de establecer la supremacía del Sutra del loto y difundir
sus enseñanzas, como él mismo lo había vislumbrado y experimentado. Una frase
de este tratado dice: «El duodécimo día del noveno mes del año pasado, entre
las horas de la rata y del buey (es decir, entre las once de la noche y las
tres de la mañana), esta persona llamada Nichiren fue decapitada. Es su alma la
que ha llegado hasta la isla de Sado». La persecución de Tatsunokuchi fue la
circunstancia que permitió a Nichíren Daishonin revelar su verdadera identidad
de Buda eterno. Este pasaje se refiere a la muerte de un hombre común llamado
Nichiren, e indica que, desde ese momento en adelante, el Daishonin revelaría
de manera pie-na su iluminación, como Duda del Ultimo Día de la Ley.
Nichiren Daishonin
comienza este tratado con las palabras «Hay tres categorías de personas que
todos los seres humanos deberían respetar: el soberano, el maestro y los
padres» (30. La apertura de los ojos. Parte 1). Las tres virtudes del soberano,
el maestro y el padre son equiparadas a las cualidades que distinguen a un
buda. La virtud del soberano es el poder de proteger a todos los seres vivos;
la virtud del maestro es la sabiduría para guiar a todos a la iluminación, y la
virtud de los padres se refiere al amor con que estos nutren y apoyan a las
personas. Estas tres virtudes constituyen un tema que circula por todo el
tratado; en la conclusión de la obra, leemos estas palabras del Daishonin: «Yo,
Nichirro, soy el soberano, el maestro y el padre de todo el pueblo del Japón» (Segunda
Parte).
En el comienzo, Nichiren
Daishonin analiza el confucianismo, el taoísmo, el brahmanismo, el budismo
Hinayana, el Mahayana provisional y, finalmente, pasa a considerar el Sutra del
loto. Atribuye los desastres que estaban azotando el Japón a la confusión en
cuestiones budistas y a la incapacidad de los gobernantes y súbditos para
reconocer la supremacía del Sutra del loto. Aquí, cita dos razones por las
cuales el sutra es supremo. Una; la enseñanza teórica (primera mitad del Sutra)
revela que las personas de los dos vehículos pueden manifestar la iluminación,
posibilidad negada por completo en las enseñanzas expuestas por el Buda durante
los cuarenta y dos años anteriores. Esto fundamenta la posesión mutua de los
diez estados y la declaración de que la Budeidad está abierta a todos. Dos: en
la enseñanza esencial (última mitad del Sutra) el buda Shakyamuni proclama que
había logrado la iluminación por primera vez en un pasado inescrutablemente
remoto.
Como afirma el Daishonin,
el mismo buda Shakyamuni declaró que el Sutra del loto era «lo más difícil de
creer y lo más difícil de comprender». En este Sutra, el Duda dejó establecida
en forma implícita la suprema enseñanza, como leemos: «La doctrina de los tres
mil aspectos contenidos en cada instante vital se encuentra en un solo lugar,
oculta en las profundidades del capítulo “Duración de la vida” de la enseñanza
esencial del Sutra del loto» (Parte Uno). El planteamiento del Daishonin es que
sólo la revelación de la verdad budista puede salvar al pueblo y al país. Esta
convicción, señala, lo ha impulsado a propagar la esencia del Sutra del loto a
pesar de la persecución que provocaría y de la cual tenía plena conciencia.
Pero entendía que sus seguidores podían llegar a dudar de él, pensando que las
funciones budistas no estaban protegiéndolo como devoto del Sutra del loto. Por
eso, señala: «Dicha duda yace en la raíz de este trabajo que me encuentro
escribiendo. Y como es la preocupación más importante de toda mi vida, volveré
a plantearla aquí una y otra vez, y a recalcarla más que nunca, antes de
intentar responderla» (Parte Uno).
La segunda parte del
tratado analiza dos capítulos del Sutra del loto, «Irrumpir de la tierra» y
«Duración de la vida», donde el buda Shakyamuni convoca a incontables
bodhisattvas desde lo profundo de la tierra y revela que, en realidad, él había
logrado la iluminación en el remoto pasado, que todos los budas de los demás
sutras son sus manifestaciones corpóreas, y que todos los bodhisattvas son sus
discípulos. Nichiren Daishonin esclarece que el buda del capítulo «Duración de
la vida» es el maestro de todos los budas.
En este punto, comienza
a esbozarse una analogía implícita. La duda albergada por los discípulos de Shakyamuni,
que los llevaba a preguntarse cómo podía haber instruido él a incontables
Bodhisattvas de la Tierra en esa existencia, permitió a Shakyamuni revelar su
verdadera identidad: la de un buda que se había iluminado incontables kalpas
atrás. De la misma manera, la duda albergada por los seguidores del Daishonin,
que los llevaba a preguntarse por qué este había sido desterrado y debía sufrir
tantas persecuciones, condujo a que Nichiren Daishonin revelara su verdadera
identidad: la del Buda del Ultimo Día de la Ley.
A continuación, el
Daishonin menciona el principio de siembra, maduración y cosecha. Se refiere a
la Ley insuperable en virtud de la cual todos los budas logran la iluminación:
Nam-myoho-renge-kyo. Esta Ley es lo que yace en lo profundo del capítulo
«Duración de la vida». Nichiren Daishonin enseña esta Ley en forma directa, ya
que es la verdadera causa para lograr la Budeidad, Y su filosofía se denomina
«budismo de la siembra», porque planta la «semilla de la iluminación» en la
vida de aquellos que la practican. Desde esta perspectiva, posee las virtudes
del soberano, el maestro y los padres, para toda la humanidad en general.
Nichiren Daishonin
explica que cada Sutra sostiene y proclama su propia excelencia; también
muestra, con citas de los sutras, cómo cada uno dice ser superior a otras
enseñanzas. Pero el Sutra del loto es el único en declarar que es la enseñanza
suprema sobre todos los sutras, y el Daishonin reconfirma su supremacía. El
Sutra del loto menciona tres enemigos poderosos del Sutra, y vaticina que tanto
el Sutra como su devoto recibirán oposición y hostilidad. Todo esto es lo que
el mismo Nichiren Daishonin tuvo que sufrir; todo esto está predicho en el Sutra.
Como devoto del Sutra del loto, él jura poner su vida en juego, con tal de
salvar a todas las personas. Dice: «Que las deidades me abandonen. Que todas
las persecuciones se abatan sobre mí. Así y todo, daré mi vida por la Ley.
[...] Seré el pilar del Japón. Seré los ojos del Japón. Seré el gran navío del
Japón. ¡Este es mi juramento, y jamás lo abandonaré!». Luego, asegura a sus
discípulos que sin falta lograrán la Budeidad, mientras no se dejen vencer por
la duda, ni siquiera hostigados por las dificultades.
En la última parte del
tratado, explica que hay dos formas de propagar el Sutra del loto: el shoju, o
persuasión moderada, y el shakubuku, o refutación estricta. Aquí, el Daishonin
plantea que deben usarse ambos métodos, porque hay dos clases de países,
aquellos cuya población ignora la enseñanza correcta del budismo, y aquellos
otros en que la gente se le opone a conciencia. Pero el Japón, por ser un país
que actúa contra la enseñanza correcta, requiere el shakubuku. Luego, expresa
como conclusión que la enseñanza del Buda consiste en extirpar el sufrimiento e
infundir alegría a los seres humanos. El Daishonin se ha dedicado a refutar y
erradicar las causas del padecimiento humano. Para él, el exilio a Sado fue
sólo un «sufrimiento menor» en esta vida. Pero, en realidad, siente «profunda
alegría» por los resultados que sabe recibirá en el futuro.
NOTAS PARTE DOS
123. Sutra del loto, cap. 11.
124. Clase de lirio utilizado en ceremonias religiosas.
125. Simbolismo hallado en los sutras de la escuela Palabra
Verdadera. En cuatro de los ocho pétalos, hay cuatro budas sentados; en los
cuatro restantes, hay cuatro bodhisattvas. El buda Mahavairochana ocupa el
centro del loto; la escena aparece descrita en el sutra homónimo. El Sutra de
la corona de diamantes representa a treinta y siete budas y bodhisattvas, entre
los cuales se cuenta el buda Mahavairochana.
126. Profundo significado del«Sutra del loto».
127. Sabiduría del Dharma, Bosque de Méritos, Estandarte de
Diamantes y Acervo de Diamantes.
128. Manjushri, Sabio Universal, Maitreya y Percibir los Sonidos
del Mundo.
129. Los dieciséis bodhisattvas que asisten a los budas en los
cuatro cuadrantes del universo.
130. T’ai-kung Wang es el título de un general que prestó
servicio a los reyes Wen y Wu, de la dinastía Chou. Además de él, completan los
Cuatro Venerables Yin Shou.Wu Ch’eng y LaoTzu.
131. El emperador Kao-tsu (247-195 a.C.), fundador de la
dinastía Han, trató de desheredar a su hijo, el futuro emperador Hui. La madre
de Hui, la emperatriz Lü, persuadió a cuatro ancianos eminentes que vivían en
el monte Shang de que actuasen como consejeros de su hijo. Estos fueron el
maestro Tung-yüan, el estudioso Lu-li, Ch’i Li-chi y el maestro Hsia-hüang. Al
ver la dignidad de estos cuatro ancianos, el Emperador se quedó tan
impresionado, que aceptó a Hui como sucesor.
132. Sutra del loto, cap. 15.
133. Palabras y frases del «Sutra del loto*.
134. Comentario sobre «Palabras y fiases del uSutra del loto99*
135. Epíteto de Maitreya que significa «invencible».
136. Sutra del loto, cap. 15. La cita siguiente es la
continuación de dicho pasaje.
137. Lago situado en las tierras del monasterio del Bosque de
Bambús, en Rajagriha, Magadha.
138. Sutra del loto, cap. 15.
139. De acuerdo con el Sutra de la meditación, cuando Ajatashatru
asesinó a su padre y encerró a su madre, Vaidehi, en una cámara del palacio,
ella miró en dirección al Pico del Aguila, donde Shakyamuni estaba predicando,
y le oró. El amor compasivo de Shakyamuni lo llevó a aparecerse en la celda de
la mujer, donde le enseñó cómo llegar a la Tierra Pura del buda Amida.
140. El capítulo «Devadatta» describe la relación
maestro-discípulo entre Devadatta y Shakyamuni, en una existencia anterior. En
dicho capítulo se habla de un rey que, en su deseo de buscar la gran Ley,
prestó servicio a un vidente llamado Asita durante mil años. Luego de narrar la
historia, Shakyamuni dice que él había sido ese rey en una existencia previa, y
que Devadatta había sido Asita. Ahora él era maestro del hombre que, antes,
había sido su mentor. El capítulo «Devadatta» responde, entonces, la pregunta planteada
en el Sutra de la meditación.
141. Sutra del loto, cap. 16. En el capítulo «Prácticas
pacíficas*, que es el último de la enseñanza teórica, el Buda todavía no había
enseñado que su iluminación provenía del remoto pasado.
142. Fuente desconocida.
143. La preciada llave del tesoro secreto, obra escrita por Kobo.
144. Son prácticas concebidas para erradi-car las ilusiones del
pensamiento y del deseo.
145. En Comentario sobre el«Sutra de la guirnalda de flores» se
divide el cuerpo manifiesto en superior e inferior.
146. Tratado sobre las quinientas preguntas.
147. En la época de T’ien-t’ai, las enseñanzas esotéricas de la
escuela Palabra Verdadera todavía no habían llegado a la China. Shan-wu-wei las
trajo de la India en 716, poco después del nacimiento de Miao-lo.
148. Cuando Dengyo viajó a la China, estudió en profundidad las
enseñanzas de T’ien-t’ai, basadas en el Sutra del loto. Sin embargo, cuanto
regresó al Japón, también trajo consigo algunas enseñanzas esotéricas. Por esta
razón, se hace referencia a él como el patriarca del budismo esotérico y
exotérico, dado que introdujo los textos esotéricos antes que Kobo.
149. Sutra del loto, cap. 23.
150. Es decir, no revelan que el Buda logró la iluminación en el
distante pasado, tal como se explica en el Sutra del loto.
151. En su Tratado sobre el «Sutra del loto», Vasubandhu afirmó
la superioridad del Sutra del loto sobre todos los demás sutras, desde diez
puntos de vista distintos. El primero de ellos es el de las «semillas sin
igual».
152. El mándala del Reino de la Matriz, descrito en el Sutra
Mahavairockana, y el mándala del Reino de Diamante, descrito en el Sutra de la
corona de diamantes.
153. Del prefacio de Clarificación de las escuelas basadas en la
doctrina deT’ien-t’ai. I-hsing (683-727) ayudó a su maestro Shan-wu-wei a
traducir al chino la versión sánscrita del Sufra Mahavairockana, y compiló sus
enseñanzas orales en un volumen llamado Comentario sobre el«Sutra
Mahavairockana».
154. La isla de Ezo, aquí, se refiere a Hokkaido, la más
septentrional de las cuatro islas principales del Japón. Este poema, de autor
anónimo figura en Colección de poemas japoneses antiguos y modernos.
155. En su Tratado sobre los diez niveles de la mente, Kobo
clasificó las diversas enseñanzas budistas en relación con diez niveles del
desarrollo de la mente y puso al Sutra del loto en el octavo lugar, al Sutra de
la guirnalda de flores en el noveno lugar, y a las enseñanzas esotéricas en
décimo o supremo lugar.
156. La traducción ha sido ampliada, en la explicación de los
términos técnicos empleados en ella. En su Tratado sobre la profundidad
del«Sutra del loto»,
Chia-hsiang, más conocido como Chi-tsang (549-623), afirmó que el
Sutra del loto será inferior al Sutra de la sabiduría.
157. Sutra del loto, cap. 2.
158. Los veinticinco Bodhisattvas de la escuela Tierra Pura
protegen a todos aquellos que veneran al buda Amida. Los más de mil doscientos
honorables se refieren a los budas, Bodhisattvas y otros seres representados en
los dos mándalas de la escuela Palabra Verdadera.
159. Las siete escuelas se refieren a las seis escuelas, también
llamada las seis escuelas de Nara. Son las escuela Tesoro del Análisis del
Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos, Características del Dharma,
tres tratados y Guirnalda de Flores, principales corrientes budistas del Japón
durante el período Nara (710-794), más
la escuela Palabra Verdadera.
160. Se llama Reina Madre del Oeste a una legendaria deidad de la
China. Se dice que los melocotoneros de su jardín dan fruto cada tres mil años.
Del udutnbara se dice que da flor cada tres mil años, para anunciar el
advenimiento de un rey que hace girar la rueda de la Ley en el mundo.
161. El gobernador de P’ei, también conocido como Liu Pang, y
HsiangYii se aprovecharon de la confusión generada tras la muerte del Primer
Emperador de la dinastía Ch’in, para enlistar ejércitos y derrocar la dinastía.
El conflicto terminó en victoria para Liu Pang, quien fundó la dinastía Han en 202 a.C.
162. El clan Minamoto, dirigido por Minamoto no Yoritomo (1147-1199),
emprendió una larga campaña para arrebatarle el poder político al clan rival
Taira. Los Taira, por fin, fueron vencidos en Dannoura, y Taira no Munemori
(1147-1185), último jefe de su clan, murió durante uno de los combates.
Minamoto no Yoritomo, a partir de entonces, estableció el sogunato de Kamakura.
163. Los garudas son aves gigantes de la mitología india que,
según se dice, se alimentan de dragones. El lago Anavatapta, o Libre de Calor,
situado al norte de las Montañas Nevadas, contiene aguas puras y frescas, que
eliminan el sufrimiento. Se dice que en el lago habita el Rey Dragón.
164. “Seis actos difíciles y
nueve actos fáciles”. Comparación expuesta en el capítulo “La torre de los
tesoros” del Sutra del Loto en el último día de la ley. Los seis actos
difíciles son:
1) propagar el Sutra
del Loto ampliamente.
2) copiarlo o hacer
que alguien lo copie.
3) Recitarlo aunque
sea por poco tiempo.
4) Enseñarlo aunque
sea a una sola persona.
5) Escucharlo o
aceptarlo y preguntar acerca de su significado.
6) Mantener la fe en
él.
Los nueve actos
fáciles incluyen hazañas como enseñar sutras en cantidad infinita salvo el
Sutra del Loto, cargar un fardo de heno en la espalda, atravesar una gigantesca
hoguera sin quemarse y arrojar de un puntapié un gran sistema planetario hacia
otro cuadrante del universo.
165. Gran concentración e introspección.
166. La escuela Características del Dharma divide todas las
enseñanzas de Shakyamuni en tres períodos. Las del tercer período revelan la
doctrina de la conciencia como origen y refutan el apego extremo a la doctrina
de la vacui-dad.En este tercer período se incluyen el Sutra de los profundos
secretos, el Sutra del loto, el Sutra de la guirnalda de flores y el Sutra del
nirvana.
167. Sutra del nirvana. Se ha modificado la conjugación verbal
para adecuarla al contexto.
168. Referencia a los maestros budistas en los cuales uno puede
confiar, tal como se explica en el Sutra del nirvana y en otras escrituras.
Ellos son las cuatro categorías o filas de discípulos que escuchan la voz, la
última de las cuales es la de los arhats. T’ien-t’ai, en Profundo significado
del «Sutra del loto», relaciona estas cuatro filas con los cincuenta y dos
niveles de la práctica de un bodhisattva.
169. Sutra del nirvana.
170. Profundo significado del «Sutra del loto».
171. Principios sobresalientes del «Sutra del loto».
172. Colección de enseñanzas transmitidas oralmente.
173. Sutra del loto, cap. 10.
174. Comentario sobre «Palabras y frases del °Sutra del
loto"».
175. Comentario sobre «Profundo significado del “Sutra del
loto”».
176. El Sutra de los diez niveles es una traducción separada del
capítulo «Diez niveles» del Sutra de la guirnalda de flores.
177. «Gran vehículo» se refiere al Camino del bodhisattva.
178. «Este capítulo» se refiere al capítulo «Jefe Sabio» del
Sutra de la guirnalda de flores.
179. Comparación entre el budismo exotérico y el esotérico. La
cita siguiente está extraída del mismo pasaje.
180. En la época del Daishonin, la China estaba gobernada por la
dinastía Sung. «Pasó tres años viajando» se refiere al viaje a la India que
realizó el sacerdote chino Fa-hsien. Preocupado por la falta de escrituras
budistas en la China, viajó por tierra, a fines del siglo IV, a la India, donde
estudió sánscrito y profundizó sus conocimientos sobre el canon budista.
181. Se dice que Asanga ascendió al cielo de Tushita y que, allí,
heredó las enseñanzas del bodhisattva Maitreya.
182. Véase pág. 237.
183. A las «cinco faltas
capitales» (véase este término en el Glosario) se le agrega matar a un monje de
gran virtud y matar a un maestro.
184. Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del loto”».
185. Referencia a la persecución deTatsu-nokuchi, acaecida en
1271.
186. Una de las versiones chinas del Sutra del nirvana, traducido
por Fa-hsien.
187. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Profundo
significado del «Sutra del loto».
188. Posiblemente, paráfrasis de un pasaje de Principios
sobresalientes del «Sutra del loto» o de Clarificación de los preceptos.
189. La historia del rey Chao y de Su Yu aparece en el Registro
del linaje del Buda y de los patriarcas. La fecha tradicional que se asigna a
la introducción del budismo en la China es d año 67 d.C.
190. Veinticuatro sucesores.
Sucesivas personas que heredaron el linaje del budismo de Shakyamuni y lo
propagaron en el primer día de la ley. Existen varias listas distintas. Según
una de ellas, fueron:
1) Mahakashyapa.
2) Ananda.
3) Madhyantika.
4) Shanavasa (o
Shanakavasa).
5) Upagupta.
6) Dhritaka.
7) Mikkaka.
8) Buddhananda.
9) Buddharmitra.
10) Parshva.
11) Punyayashas.
12) Ashvaghosha.
13) Kapimala.
14) Nagarjuna.
15) Aryadeva.
16) Rahulata.
17) Samghanandi.
18) Samghayashas.
19) Kumarata.
20) Jayata.
21) Vasubandhu.
22) Manorhita.
23) Haklenayashas.
24) Aryasimha.
191. Obra escrita por Chih-tu, también llamada Suplemento de
«Significados de los comentarios sobre el “Sutra del loto”».
192. Las autoridades gubernamentales pertenecen al primer grupo
de personas laicas que persiguen a los devotos del Sutra del loto.
193. Ensayos compilados sobre el Mundo de la Paz y del Deleite.
194. Escoger el Nembutsu sobre todas las cosas.
195. Ensayo sobre la protección del país.
196. Fundamentos de la enseñanza del vehículo único. Aquí. Eshin,
un sacerdote de la escuela Tendai, utiliza el término «enseñanza perfecta» para
referirse al Sutra del loto.
197. Paráfrasis de un pasaje de Comentario sobre “Profundo
significado del Sutra del loto». Las tres enseñanzas son la del Tripitaka, la
de conexión y la específica, que indican las enseñanzas provisionales.
198. Sutra del Loto, cap. 11.
199. Los «cinco cuerpos de la Ley» se refieren a los cinco
méritos que representa la naturaleza pura y verdadera de un buda: cuerpo de los
preceptos, cuerpo de la meditación, cuerpo de la sabiduría, cuerpo de la
emancipación y cuerpo del conocimiento de la emancipación.
200. Se dice que el
Buda en su cuerpo manifiesto mide casi cinco metros.
Los Ocho Errores.
Concepto opuesto al de los “ocho caminos”.
Ellos son:
1) ideas erróneas.
2) pensamientos erróneos.
3) Lenguaje erróneo.
4) Acciones erróneas.
5) Estilo de vida erróneo.
6) Esfuerzo erróneo.
7) Intención errónea.
8) Meditación errónea.
Los Ocho Vientos.
Ocho situaciones que impiden a la gente avanzar por el camino correcto hacia la
iluminación:
1) Prosperidad.
2) Decadencia.
3) Deshonra.
4) Honor.
5) Alabanza.
6) Censura.
7) Sufrimiento.
8) Placer.
Con frecuencia, la
gente se deja influir por su apego a la prosperidad, el honor, la alabanza y el
placer, y también por su aversión a la decadencia, la deshonra, la censura y el
sufrimiento.
201. Los comentadores de épocas posteriores identifican al
«maestro zen de Yeh y de Lo» con Bodhidharma, fundador del Zen en la China. Sin
embargo, T’ien-t’ai no menciona con nombre propio ni a él ni a ninguna otra
figura contemporánea.
202. La historia convencional del Zen afirma que, cuando
Shakyamuni sostuvo en alto una flor ante la asamblea del Pico del Águila, nadie
pudo captar el significado de su gesto. Sólo lo comprendió Mahakashyapa, y el
Buda le transfirió a él su enseñanza, mas no por medio de la palabra. A su vez,
Mahakashyapa transmitió la enseñanza a Ananda, de quien pasó, con el tiempo, a
Bodhidharma, el vigésimo octavo patriarca, que había llegado a la China
procedente de la India. Se considera a Bodhidharma el fundador del Zen en la
China. Hui-neng (638-713) fue el sexto patriarca dei Zen chino.
203. Cuando el budismo ingresó en el Japón, el poderoso ministro
Mononobe no Moriya se opuso a él. El príncipe Shotoku y otro ministro llamado
Soga no Umako apoyaron la nueva religión. Ambas facciones se enfrentaron y
venció la de Soga; Moriya fue muerto en 587.
204. Esta analogía aparece en el capítulo vigésimo séptimo del Sutra
del loto. Tortuga tuerta, también Tortuga Ciega. Personaje mencionado en el
capítulo “Rey Adorno Maravilloso” del “Sutra del Loto”, para explicar que la
oportunidad de tomar contacto con el Buda y su enseñanza es tan extraordinaria
como la que tiene una tortuga tuerta de encontrar a la deriva un tronco de
sándalo con una cavidad del tamaño exacto para contener su cuerpo. Esta mención
remite a la parábola de la tortuga tuerta, mencionada en el “Sutra agama
misceláneo”: en el fondo del mar habita una tortuga tuerta, cuya vida dura
incontables palpas. Una vez cada cien años, sube a la superficie; en todo el
mar, hay un único tronco de sándalo a flote con una cavidad del tamaño
adecuado. Como la tortuga es ciega y el tronco es mecido de un lado a otro por
el viento y la marea, la probabilidad de que la tortuga lo encuentre, es
sumamente remota. Pues bien, dice Shakyamuni, mas raro aún es nacer como ser
humano; habiéndolo logrado, uno debe aprovechar la oportunidad para dominar las
cuatro nobles verdades y lograr la liberación.
205. Sutra del loto, cap. 14.
206. Ib.
207. Ib., cap. 5.
208. Ib., cap. 26.
209. Ib., cap. 28.
210. Ib.
211. Aryadeva y Aryasimha suelen figurar como decimoquinto y
vigésimo cuarto, respectivamente, entre los veinticuatro sucesores de
Shakyamuni. Si se lo cuenta a este en primer lugar, entonces el linaje suma
veinticinco figuras.
212. Profundo significado del«Sutra del
loto».
213. Sutra del loto, cap. 20. El pasaje significa
que el bodhisattva Jamás Despreciar había expiado sus pasadas faltas contra la
Ley a través de enfrentar persecuciones en bien de la enseñanza. Así, pudo
manifestar la Budeidad.
214. Aquí se compara al «veneno» con la causa de la iluminación.
215. El texto original se ha ampliado para darle más claridad al
párrafo.
216. La historia aparece en el Tratado sobre la gran perfección
de la sabiduría y en otras fuentes. En su existencia pasada, Shariputra
practicaba el Camino del bodhisattva cuando un brahmán que mendigaba le pidió
uno de sus ojos en calidad de ofrenda. Shariputra se lo dio, pero el brahmán
sintió tanta repugnancia al olerlo, que lo arrojó al suelo y lo aplastó. Al ver
esto, Shariputra sintió una desesperanza tan grande, que abandonó la práctica.
217. Alusión a dos de los diez objetos de meditación formulados
porTien-t’ai en Gran concentración e introspección. La meditación enfocada en
estos diez objetos permite a una persona comprender las limitaciones de los
nueve estados.
218. Este pasaje aparece analizado en Comentario sobre el«Sutra
del nirvana». Los tres obstáculos son los deseos mundanos, el karma y la
retribución.
219. De acuerdo con el Sutra del nirvana, el medicamento que
recetaba el viejo doctor era perjudicial para la gente. Para salvar la vida de
la población, el nuevo médico persuadió al Rey a emplear medidas restrictivas
que prohibiera el uso de esta medicina.
220. La frase original en japonés también podría significar: «El
Sutra del nirvana señala con claridad
que el Buda personalmente confía su enseñanza al gobernante (para que
este la proteja), diciendo que a las malas personas se las deberla dominar con
arcos y flechas».
221. Esto indica al país donde abundan las personas que no tienen
deseo alguno de buscar el Camino del Buda.
222. Comentarios sobre el
"Sutra del nirvana"
223. En el texto original se mencionan antiguas unidades de
medida japonesas, que por razones de fluidez y de claridad han sido convertidas
al sistema métrico decimal. Esta declaración aparece en El espejo sobre el
significado de lo medio y lo extremo. En el ensayo sobre la protección del
país, de Dengyo, se citan fragmentos de
esta obra perdida, escrita por Tokuitsu, sacerdote de la escuela “Características
del Dharma”.
224 No ha sido identificada la fuente de esta cita. Saicho es
otro nombre con que se conoce a Dengyo.
225. Kumarajiva aceptó una invitación de Yao Mung, rey de la
dinastía Ch'in posterior, y viajó a la capital, Ch'áng-an, en 401. Allí, se
dedicó a traducir numerosas escrituras budistas del sánscrito al chino.
226 Existe una declaración semejan te, en (Comentario personal
sobre cuestioens referidas al príncipe Shotoku, obra de Kenshin, sacerdote drl
templo Horyu-ji que vivió en el siglo XIII. Jogu es otro nombre con que se
conoce al príncipe Shotoku.
227. Esto alude a la historia del bodhisattva Lamento Perpettuo.
Vease en el glosario "Lamento perpetuo".