EL DINERO. Por Gerry Thompson. Publicado en UK EXPRESS 2/2000, revista oficial de la Soka Gakkai Internacional del Reino Unido.
El dinero y el bienestar
material son temas que a todos nos hacen pensar mucho. La mayoría de las
personas hemos experimentado problemas con ellos en uno u otro momento. ¿Qué
hay en el fondo de estos problemas, y en qué modo pueden los principios
budistas ayudarnos a manejar estos problemas?
Además de la importancia
que tienen en sí mismos los temas relacionados con el dinero y el
abastecimiento material, también representan la manera en que nos conectamos
con muchos otros aspectos de la vida y pueden ser indicadores de lo que
necesitamos ver dentro de nosotros mismos.
Nuestra relación con el
dinero, como todo lo demás, es una cuestión de causa y efecto.
Esto obedece a que todo
está interconectado: cada faceta de la vida refleja y afecta a las demás de un
modo integral. Los aspectos espirituales y los materiales están menos separados
de lo que nuestros condicionamientos culturales nos hacen creer. Por ello, la
clave para llevar a cabo cambios positivos tanto en lo económico como en todas
las demás cosas, está en poder determinar cuáles son nuestros patrones
generales.
Nichiren Daishonin lo
establece así: «Su dominio de las enseñanzas budistas no lo liberará en lo más mínimo
de sus sufrimientos como mortal común, a menos que usted perciba la naturaleza
de su propia vida.» (Writings of Nichiren Daishonin, pág. 3)
La clave, entonces, está
en observar los patrones que se manifiestan en nuestra relación con el dinero
y, de este modo, buscar patrones que se correspondan con lo que ocurre en otras
áreas de nuestra vida.
Examinemos entonces la
situación:
Tomemos el ejemplo de
un hombre que usa el dinero como si éste no tuviera ningún valor, y lo gasta
tan pronto como lo adquiere. ¿Esto tiene resonancia en algún asunto
personal que tenga que ver con el respeto? ¿Acaso este señor necesita
desarrollar un mayor respeto por sí mismo o una mayor autoestima? ¿Será, tal
vez, algo que tenga que ver con el respeto a los demás, o a su medio ambiente o
a lo que lo rodea? Cualquiera de estas cosas podría ser relevante.
Tomemos, el ejemplo de
una mujer que, en vez de gastar el dinero como si no tuviera ningún valor, se
aferra a él desesperadamente como si temiera que éste, nunca más le fuese a
aparecer en su camino. ¿Acaso este patrón se reptie en otros
aspectos de su vida? ¿Será que esta señora tiene dificultades para confiar,
confiar en otras personas, o confiar en sí misma?
Gran cantidad de asuntos
en nuestra vida pueden servir para descubrir factores que están relacionados
entre sí, y que al mismo tiempo ejercen una influencia directa en cuanto a
nuestra buena fortuna financiera.
El agradecimiento, por
ejemplo, ¿Podemos decir que nuestra fortuna material refleja directamente
nuestra propia capacidad para agradeder? Esto podría ser percibido en muchos
niveles: el agradecimiento por los beneficios, por los desafíos, por las
experiencias difíciles que nos permiten crecer y desarrollarnos.
Tomemos otro ejemplo, el
compromiso: ¿Cómo estamos en cuanto a esto? ¿Concretamos las metas que
nos proponemos? ¿Hay cosas que hemos tenido intención de hacer pero que no
hemos abordado durante meses o años? ¿Estamos asumiendo la responsabilidad
total de nuestras vidas y de nuestros asuntos?
Y..., en este orden de
ideas: ¿Estamos viviendo nuestro sueño, o estamos encaminados a vivirlo? ¿O
acaso será que nos va a llegar el momento de encontrarnos en nuestro lecho de
muerte, para de repente recordar qué era lo que realmente deseábamos lograr en
la vida? Todas éstas son cosas que ejercen una influencia muy directa en los
asuntos materiales del aquí, el ahora y en este instante.
El dinero es, de hecho,
una forma de energía, simplemente una más de las formas con las que creamos un
flujo entre nosotros y nuestro entorno.
Las contribuciones
financieras para las actividades de la SGI, por ejemplo, no son en sí mismas
diferentes a la energía que fluye desde dentro de nosotros en los casos en que
dedicamos nuestro esfuerzo a las reuniones budistas o a nuestra práctica. Es
sólo un aspecto del flujo total desde nuestra individualidad hacia el universo.
Este flujo que brota de nosotros se corresponde, es idéntico, al flujo de
energía que penetra hacia nuestras vidas desde nuestro entorno inmediato y
desde las demás personas; en realidad, desde el cosmos en su totalidad.
Por lo tanto, lo que
estamos haciendo con esta práctica budista es esforzarnos para expandir nuestra
vida, es decir, para incrementar ambas partes de esta ecuación y de este patrón
de flujo. Mientras más se da, más se recibe; mientras más se recibe más se da,
y así sucesivamente, en una espiral positiva que se incrementa a sí misma. Ésta
es la razón por la cual el espíritu de las contribuciones (zaimu) puede
producir beneficios personales, mientras que si ponemos un freno a la
"salida", es decir, a lo que sale de nosotros, la escala de nuestro
sistema de energía disminuye, nos "encogemos" a nosotros mismos.
Aunque el carecer de
bienestar económico nos haga creer lo contrario, lo relativo al dinero no tiene
un comportamiento diferente, separado o único en comparación con otros tipos de
energía en movimiento. Resulta tentador creer que el manejo del dinero está de
algún modo sujeto a un sistema de regulaciones y leyes que difieren del resto
de las cosas de la vida, pero esto no es así.
Nichiren Daishonin nos
lo recuerda cuando dice: «Ninguno de los asuntos de la vida o del
trabajo es, de modo alguno, diferente de la máxima realidad.» (WND 905).
Ésa es la razón por la
cual cualquier intento que hagamos para enfocar nuestra situación financiera,
debemos realizarla dentro del contexto de todos los demás factores de la vida
que operan en nuestro caso en particular, incluyendo nuestra propia historia
personal.
En los círculos
terapéuticos, lo que por lo general se relaciona con este tema son nuestros
sentimientos de autovaloración personal, en modo en que fuimos criados por
nuestros padres, si somos capaces de sentir amor, si nos sentimos merecedores
de recibir amor, y cuáles son los miedos fundamentales que albergamos acerca de
nuestra propia capacidad para mantenernos vivos.
Nuestra actitud hacia el
dinero, de hecho, es síntoma de nuestra actitud global hacia la vida. Resulta
tentador considerar que el tener o no suficiente dinero ejerce una importante
influencia "en" nuestras vidas, cuando en realidad es el resultado
"de" nuestras vidas.
El dinero, por lo
tanto, contas sus asociaciones de temor y de aversión, envidia, odio hacia uno
mismo, a lo que sea, representa en realidad una de las áreas más efectivas
sobre las cuales podemos definir cuál es nuestra visión básica de lo que es el
mundo, cuál es nuestra condición de vida y cómo sentimos la vida en el nivel
más fundamental, para con ello esforzarnos por revelar nuestro máximo potencial
y nuestra budeidad.
Esto puede ayudarnos a trabajar en asuntos no resueltos
que tienen efectos mucho más profundos y de mucho mayor alcance que los
puramente financieros. Las preocupaciones relativas al dinero pueden
proporcionar claves importantes en cuanto a lo que realmente necesita atención.
Todo lo que tenemos que hacer es ubicar los patrones que subyacen a estas
preocupaciones, dar prioridad a lo más importante y entonces determinar cuáles
son las acciones a tomar, al menos identificar el primer paso y, entonces,
proceder a partir de allí. Esto nos hará iniciar un ciclo de cambios de
nuestros patrones de karma inherente que pueden remontarse a nuestra historia
familiar.
Al fin de cuentas, la
respuesta está en enfrentar los asuntos personales que, cualesquiera que sean
las circunstancias, sabemos que tendremos que enfrentar, veamos o no una
conexión con los asuntos monetarios. Por ello... es hora de que tomemos el
teléfono y hablemos con ese hermano del que nos hemos desconectado, de que
ordenes tu habitación, de que determines por qué no puedes soportar a tu
suegra, o lo que sea. Simplemente enfrenta esos problemas. Tus problemas
financieros mejorarán.
Los asuntos relacionados
con el dinero, entonces, son indicadores de nuestra actitud global hacia la
vida.
Desde el punto de vista
fundamental, tienen que ver con la confianza: confianza en el Gohonzon,
confianza en la práctica, confianza en uno mismo, confianza en el proceso de la
vida. Mientras más podamos confiar, más podremos darle "a" la vida y,
si así lo hacemos, más obtendremos "de" la vida y, en consecuencia,
nuestra confianza se fortalecerá.
Asumir el tema del
dinero puede, por lo tanto, expandir nuestras vidas. Esto también tiene que ver
con nuestro agradecimiento básico, agradecimiento por tener esta vida y por
tener esta práctica que nos capacita para ser más felices, para crear valor y
para contribuir al mejoramiento del planeta.
Tal como lo dice
Nichiren Daishonin: «...la vida, en sí misma, es el tesoro más valioso de todos lo tesoros.
Ni siquiera los tesoros de todo el universo lpueden ser equiparados al valor de
una sola vida humana.» (Writings of Nichiren Daishonin, pág. 1125).