¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

ESTUDIO DE GHOSO: RESPUESTA AL SACERDOTE LAICO TAKAHASHI. APRENDAMOS DE LOS ESCRITOS DE NICHIREN DAISHONIN: LAS ENSEÑANZAS PARA LOGRAR LA VICTORIA. Fuente: La Tribuna del Mundo Septiembre de 2013.


  “ ESFORZARNOS CON ESPERANZA Y BENEVOLENCIA SIN LÍMITES”.
   En esa época, el bodhisattva Prácticas Superiores hará su aparición en el mundo y concederá los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo a todos los seres vivos de Jambudvipa.

…El año pasado, cuando me marché de Kamakura y me retiré a este lugar, [el monte Minobu,] pensé en detenerme en el camino para hablar con usted [el sacerdote laico Takahashi] y los demás, ya que me quedaba de paso, pero al final no lo hice. Por otro lado, aunque no he tenido ninguna intención de ser negligente, me fue imposible responder hasta este momento. ¿Cómo podría tomar distancia de cualquiera de ustedes? Incluso cuando amonesto a los sacerdotes del Nembutsu o del Zen, a los maestros de la escuela Palabra Verdadera, al gobernante de la nación y otras autoridades, que tanto me odian, es porque quiero ayudarlos; su odio sólo me inspira una compasión mucho mayor por todos ellos. En tal caso, ¿cómo podría menospreciar a quienes actuaron como aliados y me beneficiaron con su solidaridad, aunque no fuese más que un día?
   …En realidad, siento alivio cuando los que tienen esposa e hijos a su cargo se mantienen lejos de mí por miedo a la reacción de la sociedad. No tengo poder para salvar a los que se alían conmigo; es más, quienes lo hagan tal vez se arriesguen a que les quiten sus propiedades, por pequeñas que sean. Me duele pensar cómo habrán de sufrir sus esposas, hijos y vasallos, que no comprenden verdaderamente la situación.
   …El segundo mes del año pasado fui indultado; el decimotercer día del tercer mes, abandoné la provincia de Sado y, el vigésimo sexto día del mismo mes, llegué a Kamakura. Cuando me reuní con Hei no Saemon, el octavo día del cuarto mes, me preguntó sobre diversas cuestiones y, durante la conversación que mantuvimos, quiso saber cuándo lanzarían su invasión los mongoles. ¡Vendrán este año, respondí! Y, con respecto a esto, nadie más que Nichiren puede salvar al Japón! [...] El gran maestro Kobo y el gran maestro Jikaku, confundidos por tales enseñanzas [de la escuela Palabra Verdadera], han puesto al Japón al borde de la ruina. Aunque un país esté destinado a ser destruido en dos o tres años, si el gobernante hace que los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera eleven plegarias para obtener seguridad, ¡la nación será atacada antes de que transcurra un año o incluso seis meses!
   Esto fue lo que le dije. Habiendo sido tan odiado por ofrecer consejos que podían salvar la nación, consideré que al volver indultado de mi destierro debía partir de Sado y ocultarme en algún lugar lejano, en medio de las montañas o a orillas del mar. Pero en cambio fui a Kamakura, con la esperanza de explicar a Hei no Saemon la situación por última vez, y salvar así a aquellos que consiguieran sobrevivir a un ataque contra el Japón. Una vez hecha mi advertencia, supe que no debía permanecer más tiempo en Kamakura y me marché, dejando que mis pies eligieran el rumbo. Al ver que habría de pasar cerca de ustedes, pensé cuánto me gustaría verlos a todos una vez más, aunque mi visita les impusiera una carga. Pero a pesar de que lo pensé mil veces, luché contra mis sentimientos y, finalmente, seguí de largo.
   …Que usted haya confiado aunque sea un poco en mí cuando todos los demás me odiaban, y que haya recorrido todo ese trayecto para visitarme no es algo que pueda atribuirse sólo al karma de la existencia actual. ¡Con seguridad, hay un lazo que ambos compartimos desde existencias anteriores!
   …Me produce una enorme aflicción saber que su enfermedad se ha agravado tanto.
   …Además, el Sutra del loto sostiene que es el «buen remedio para los males del pueblo de Jambudvipa». Las personas de este mundo de Jambudvipa sufren a causa de la enfermedad, aunque tienen el remedio del Sutra del loto. Pero usted, que ya reúne los tres requisitos, ¿podría acaso no sanar? Así y todo, si duda, nada podré hacer yo para ayudarlo. Nam-myoho-renge-kyo.

   EL ALIENTO FERVIENTE A UN SEGUIDOR ENFERMO
   El Ghosos que estudiaremos, Respuesta al sacerdote laico Takahashi, fue escrito en el monte Minobu en julio de 1275. Su destinatario, también conocido como Takahashi Rokuro Hyoe, vivió en la localidad de Kajima, distrito Fuji, provincia de Suruga (actualmente ciudad de Fuji, en el centro de la prefectura de Shizuoka). Su esposa, la monja laica Myoshin, fue tía de, quien luego sería el sucesor directo del Daishonin, Nikko Shonin. El fue quien le habló a Takahashi sobre el Budismo de Nichiren.
   El Daishonin envió esta carta al sacerdote laico Takahashi, motivado por su sincero deseo de alentar y de tranquilizar a este leal discípulo que sufría de una grave enfermedad.
   La convicción monumental del Daishonin abre caminos de esperanza ilimitada. En esta entrega, estudiaremos este texto decididos a avanzar por el camino que nos permite elevar nuestro espíritu.
   …En esa época, el bodhisattva Prácticas Superiores hará su aparición en el mundo y concederá los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo a todos los seres vivos de Jambudvipa.
   PROPAGAR LA LEY MÍSTICA A LOS PUEBLOS DE TODO EL MUNDO.
   El Buda suele ser comparado con un médico que conoce la capacidad humana de entender la Ley, sabe de sus enfermedades (es decir, las causas de sus diversos sufrimientos), administra los remedios más adecuados —las enseñanzas budistas— y los salva de su aflicción. En el comienzo de esta carta, el Daishonin describe diversas clases de «remedios» que Shakyamuni confió a diferentes seguidores para que estos los transmitieran a la gente después de su muerte, a lo largo de los días Primero, Medio y Último de la Ley.
   Mientras que el Buda ansiaba la felicidad de todos los seres vivos por igual, lo que más le preocupaba era cómo ayudar a los que vivirían en la era corrupta del Último Día, en la cual «las enfermedades [de los seres vivos] serán graves».
   Ya que un remedio ineficaz no alcanza a curar una dolencia grave, Shakyamuni
predicó el Sutra del loto y encomendó los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo —que el sutra describe como el remedio de extrema eficacia— al bodhisattva Prácticas Superiores, adalid de los Bodhisattvas de la Tierra, con la misión de concederlos a los seres vivos de Jambudvipa —el mundo entero— en el Último Día de la Ley.
   Los «cinco caracteres de Myoho-renge-kyo» se refieren a Nam-myoho-renge-kyo, corazón de todas las enseñanzas expuestas por el Buda durante su existencia, y esencia del Sutra del loto. Esta gran enseñanza, escribe el Daishonin, es el remedio sumamente eficaz que puede curar de raíz la enfermedad que padecía el sacerdote laico Takahashi.
   Pero con el solo hecho de que el Buda aparezca y esclarezca la Ley no podía asegurar que, después de su muerte, todos los seres del Último Día pudiesen librarse del sufrimiento. Solo podrían beneficiarse de tan eficaz remedio de la Ley Mística si, en esa época, también existiese alguien dedicado a propagar ampliamente la enseñanza.
   Esto vuelve tan importante la presencia del devoto del Sutra del loto, cuya misión es difundir la Ley Mística. En esta carta, el Daishonin busca explicarle este punto al sacerdote laico Takahashi, describiendo sus propias acciones como devoto del Sutra del loto.
   Para el Daishonin, propagar el remedio espléndidamente efectivo de la Ley Mística en la época corrupta y perversa del Último Día significaba arrojarse en medio de una furiosa tempestad de dificultades y persecuciones. No obstante, como devoto del sutra se aventuró a este destino resueltamente, porque sabía que era la única forma de guiar a la iluminación a la población de esta época malvada e impura.
   La lucha del Daishonin continuó aun después de haber obtenido el indulto
de su exilio a la isla de Sado, cuando pasó brevemente por Kamakura y, por fin, estableció su residencia en el monte Minobu. En especial, después de trasladarse a Minobu inició una campaña para proclamar la enseñanza budista correcta en un nivel más profundo que antes, con el afán de abrir rutas al kosen-rufu del eterno futuro.
   En esta carta, el Daishonin explica con qué intensidad vino trabajando hasta ese día como devoto del Sutra del loto, para guiar a la iluminación a las personas del Último Día de la Ley, y de qué manera piensa sostener y ampliar su esfuerzo en el presente y futuro. Además de describir su contienda, procura inspirar al sacerdote laico Takahashi una convicción intrépida y absoluta. Le dice: «¡Usted es seguidor de Nichiren, el devoto del Sutra del loto! ¡Por eso, no debe temer a nada!». Este es el mensaje de aliento que atraviesa el texto de esta carta.
   …El año pasado, cuando [en mayo de 1274] me marché de Kamakura y me retiré a este lugar, [el monte Minobu,] pensé en detenerme en el camino para hablar con usted [el sacerdote laico Takahashi] y los demás, ya que me quedaba de paso, pero al final no lo hice. Por otro lado, aunque no tenía ninguna intención de ser negligente, me fue imposible responder hasta este momento. ¿Cómo podría tomar distancia de cualquiera de ustedes? Incluso cuando amonesto a los sacerdotes del Nembutsu [que pertenecen la escuela Tierra Pura] o del Zen, a los maestros de la escuela Palabra Verdadera, al gobernante de la nación y otras autoridades, que tanto me odian, es porque quiero ayudarlos; su odio sólo me inspira una compasión mucho mayor por todos ellos. En tal caso, ¿cómo podría menospreciar a quienes actuaron como aliados y me beneficiaron con su solidaridad, aunque no fuese más que un día?
   En realidad, siento alivio cuando los que tienen esposa e hijos a su cargo se mantienen lejos de mí por miedo a la reacción de la sociedad. No tengo poder para salvar a los que se alian conmigo; es más, quienes lo hagan tal vez se arriesguen a que les quiten sus propiedades, por pequeñas que sean. Me duele pensar cómo habrán de sufrir sus esposas, hijos y vasallos, que no comprenden verdaderamente la situación.
   LA INQUIETUD CONSTANTE DEL DAISHONIN POR LA SEGURIDAD DE SUS SEGUIDORES
   …Aquí vemos la honda preocupación del Daishonin por sus seguidores, que estaban pasando por una situación muy tensa.
   Cuando el Daishonin viajó desde Kamakura hasta el monte Minobu, él se abstuvo de tomar contacto con sus discípulos a pesar de que vivían a lo largo del trayecto. Como dice más de una vez en la carta, quería evitar toda acción visible que pudiese perjudicar a sus seguidores e intensificar la persecución contra ellos. Por eso, el Daishonin escribe: «¿Cómo podría tomar distancia de cualquiera de ustedes? [...] Quiero ayudarlos [incluso a quienes tanto me odian]. [...] En tal caso, ¿cómo podría menospreciar a quienes actuaron como aliados?».
   …Además, agrega: «En realidad, siento alivio cuando los [seguidores míos] que tienen esposa e hijos a su cargo se mantienen lejos de mí por miedo a la reacción de la sociedad». En otras palabras, el Daishonin prefirió mantener distancia, pensando en los inconvenientes que podía causarles a las esposas, hijos y otros familiares de sus seguidores — como el sacerdote laico Takahashi— si, a causa de su vínculo abierto con él, estos tuviesen que perder sus fincas y tierras. El deseo del Daishonin era que sus seguidores, sabiamente, evitaran crear fricciones innecesarias con las autoridades que los llevara a agravar las hostilidades. Aunque él mismo siempre estuvo dispuesto a asumir cualquier dificultad en nombre del kosen-rufu, su postura constante fue evitar problemas a sus seguidores o a sus familias, pensando siempre en la seguridad y el bienestar de cada uno de sus creyentes. Esta fue siempre la actitud del Daishonin.
   …En esta carta describe de qué manera decidió levantarse para consagrarse a luchar sin escatimar la vida, y hacer frente a las circunstancias, a sabiendas de que esto podía ocasionarle persecuciones. Observa que cuando uno, basado en el Sutra del loto, trata de propagar la enseñanza correcta en el Ultimo Día, «estas funciones demoníacas entrarán en el corazón de los monjes y monjas de toda la nación [...] y se valdrán de ellos para engañar al gobernante y a sus ministros». Además, nos dice, el devoto del Sutra del loto será perseguido no solo por el gobernante, sino también por la población de todo el territorio, e incluso correrá el riesgo de ser exiliado o amenazado de ejecución.
   Si eso ocurriera, también se expondrían al peligro sus padres y todas las demás personas vinculadas a él. Esto podría instar a algunos de ellos a abandonar la fe en la Ley Mística, e incluso a actuar contra el Sutra del loto, haciéndolos caer, como resultado, en los tres malos caminos de la existencia. El Daishonin escribe que se detuvo a ponderar todo esto detenidamente, preguntándose qué decisión tomar.
El buda Shakyamuni nos advirtió: «Si, pese a entender esta cuestión, aún vaciláis a la hora de arriesgar vuestra vida y, por ende, no lo declaráis a la gente, no sólo os convertís en mis enemigos, sino también en el enemigo mortal de todos los seres vivos».
   Por eso, el Daishonin señala: «Fue así como, habiendo sopesado las alternativas, tomé la decisión de hablar».
Luego prosigue: Sabía que una vez que comenzara a decir lo que debía, de nada me serviría vacilar o desistir en el camino, de modo que opté por hablar cada vez con más vigor. A partir de entonces, tal como predicen las palabras del Buda en el sutra [del loto], el gobernante comenzó a tratarme con hostilidad, y el pueblo, a atacarme. A raíz de esta animosidad, los cielos se enfurecieron, el sol y la luna manifestaron grandes cambios, y aparecieron enormes cometas. La tierra se estremeció como si fuera a tumbarse, estallaron rebeliones internas, y se produjo el ataque de un país extranjero. Todo esto sucedió tal como el Buda lo había predicho, y no hay duda de que yo, Nichiren, soy el devoto del Sutra del loto.
   …En esta resuelta declaración, el Daishonin afirma que él es el maestro esencial de todos los seres vivos.
   El kosen-rufu es una lucha por transformar la vida de los seres humanos a través de revertir la oscuridad fundamental que reside en el interior de la vida, y de hacerlos tomar conciencia de su naturaleza de Buda inherente. La esencia del ideal del Daishonin, que es «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», radica en construir una red de personas comunes esclarecidas y dedicadas al bien. Pero como esta contienda implica transformar de raíz la vida de las personas, puede provocar violentas resistencias en ciertos sectores; en especial, la feroz oposición y la persecución de los falsos venerables arrogantes, que constituyen el grupo más insidioso dentro de los tres enemigos poderosos. Triunfar en esta gran batalla es la clave para crear un mundo de paz y de felicidad verdaderas, una tierra de Buda.
   El Daishonin se puso de pie y asumió la total responsabilidad de una labor tan ingente como el desafío del kosen-rufu. Por eso, emprendió una campaña implacable sustentada en la palabra, dispuesto a denunciar las fuerzas destructivas que buscaban dañar al pueblo. Sin embargo, en su trato con la gente era sumamente bondadoso y humanitario; trataba a todos con inmenso cuidado y amor compasivo, mientras procuraba brindar a cada persona tranquilidad y paz espiritual. Con este corazón procedió en su lucha.
   Los dos primeros presidentes de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi y Josei Toda, mantuvieron la misma actitud de negarse a ser intimidados por las autoridades, pero ser benevolentes y considerados con la gente común.
Un conocido episodio muestra la calidez y el afecto del señor Makiguchi hacia los demás. Una fría noche de invierno, una joven madre que cargaba su bebé a sus espaldas fue hasta su casa para pedirle orientación en la fe, como lo hacían muchos miembros en aquella época. Mientras esta madre se disponía a regresar a su hogar, el señor Makiguchi le colocó unos pliegos de papel de diario entre el manto que lo cubría y la espalda del bebé y le dijo: “Esto protegerá del frío al niño. Es como si tuviera una capa más de abrigo sobre su cuerpo”.
   El señor Makiguchi y su esposa siempre acompañaban cordialmente a los miembros hasta la puerta de calle cuando los despedían.
   En el corazón humanitario del fundador de la Soka Gakkai se conjugaban, por un lado, el valor indómito de un defensor de la enseñanza budista correcta, y, por el otro, una inmensa bondad hacia cada persona.
   …El objetivo de las actividades que hacemos en la SGI es siempre procurar la felicidad de cada individuo; nuestro afán es que cada miembro triunfe en la vida.  
   Por ende, como compañeros de fe, es importante que nos respetemos unos a otros. Además, es de esperar, que todos los líderes de la SGI se pregunten constantemente cómo seguir abriendo nuevas rutas de esperanza, alegría y satisfacción, que expandan la adhesión a nuestro movimiento, basados en un persistente esfuerzo de diálogo y de aliento, tanto dentro como fuera de la organización.
   …En particular, es necesario que todos los miembros, tomen la iniciativa en nuestro movimiento y estén dispuestos a colaborar voluntariamente en toda contienda tras bastidores y que este esfuerzo se traduzca en nuestro crecimiento personal y que nos convierta en líderes de primera línea, capaces de comprender la lucha y los padecimientos de nuestros semejantes y de convertir cualquier obstáculo en un motivo de alborozo.

   …Continúa el Daishonin: El segundo mes del año pasado [en febrero de 1274] fui indultado [de mi destierro en Sado]; el decimotercer día del tercer mes [13 de marzo], abandoné la provincia de Sado y, el vigésimo sexto día del mismo mes [26 de marzo], llegué a Kamakura. Cuando me reuní con Hei no Saemon, el octavo día del cuarto mes [8 de abril], me preguntó sobre diversas cuestiones y, durante la conversación que mantuvimos, quiso saber cuándo lanzarían su invasión los mongoles.
—Vendrán este año —respondí—. ¡Y, con respecto a esto, nadie más que Nichiren puede salvar al Japón! [...] El gran maestro Kobo [fundador de la escuela Palabra Verdadera en el Japón] y el gran maestro Jikaku, [prior de la escuela Tendai que llevó a esta corriente budista a incorporar doctrinas esotéricas y a denigrar el Sutra del loto], confundidos por tales enseñanzas, han puesto al Japón al borde de la ruina. Aunque un país esté destinado a ser destruido en dos o tres años, si el gobernante hace que los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera eleven plegarias para obtener seguridad, ¡la nación será atacada antes de que transcurra un año o incluso seis meses!
Esto fue lo que le dije.

   ADVERTIR A LAS AUTORIDADES DEL GOBIERNO Y RECTIFICAR LOS ERRORES
   Hasta el final de su vida, el Daishonin se consagró a «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra»; en otras palabras, a la lucha por construir una sociedad segura y pacífica, basada en las enseñanzas correctas del budismo. En su escrito Razones por las cuales escribí «Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra», afirma: «Mi único propósito al hablar así es el bienestar de la nación, de la Ley y de los demás, no mi propio beneficio». Su contienda estaba motivada en el deseo de contribuir al bienestar del pueblo y de salvar a la nación de la ruina.
   Que el Daishonin regresara con vida de su destierro a Sado —que equivalía en esa época, a una condena a muerte— representaba casi un milagro. Y sin embargo, ¿qué fue lo primero que hizo al regresar a Kamakura, en 1274? Fue a ver a Hei no Saemon, el funcionario y oficial que lo había perseguido encarnizadamente, y en ese encuentro le reiteró la importancia de «establecer la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra».
   Mientras tanto, ¿qué habían hecho durante ese destierro los miembros del gobierno militar responsables de haber exiliado al Daishonin a Sado?
   En febrero de 1272, en los dos centros más importantes del poder —Kamakura y Kioto, que eran, respectivamente, las capitales militar e imperial—, se habían producido levantamientos conocidos como los Disturbios de Febrero. Esto hizo realidad una de las predicciones formuladas por el Daishonin en su escrito Sobre el establecimiento de la enseñanza correcta para asegurar la paz en la tierra: la calamidad de una rebelión en los propios territorios (revueltas internas). Al mismo tiempo, el gobierno de entonces enfrentaba otra de las amenazas, que era la invasión mongola, por lo cual estaba movilizándose laboriosamente para controlar al país y prepararse para esta temible perspectiva.
   El 19 de setiembre de 1271, inmediatamente después de la persecución de Tatsunokuchi [el 12 de setiembre], un enviado mongol llamado Chao Liang-pi (Zhao Liangbi; 1217-1286) llegó a la provincia de Chikuzen (parte de la actual prefectura de Fukuoka, en Kyushu) portando una carta del emperador mongol [Kublai Khan (r. 1260-1294)] en la cual se exigía la rendición japonesa. Sin embargo, la corte imperial y el gobierno militar decidieron no responder a esta amenaza sin precedentes contra el país.
   El enviado regresó con las manos vacías, de modo que el Emperador mongol optó por enviar nuevos emisarios con la misma exigencia.
   Los gobernantes del Japón confiaban en poder repeler a los invasores extranjeros a través de las rogativas por la derrota mongola que solicitaban a los sacerdotes de la escuela esotérica Palabra Verdadera. En verdad, la perspectiva de una invasión foránea los paralizaba de miedo.
   A diferencia de ello, inmediatamente después de regresar a Kamakura el Daishonin sin perder un instante advirtió a las autoridades una vez más, decidido a proteger al país y a su pueblo. Lo hizo sin pensar en el peligro personal que esto podía acarrearle.
   Cuando Hei no Saemon le preguntó en qué momento pensaba que se produciría la invasión mongola, el Daishonin respondió que tendría lugar antes de que pasara un año. En esta declaración se aprecia su poderosa convicción y seguridad personal, basada en una comprensión correcta de los hechos y de la ley budista de causa y efecto. Tal como el Daishonin pronosticó, la primera invasión mongola ocurrió seis meses más tarde (en octubre de 1274).
   En dicha carta, el Daishonin denuncia con rigor las doctrinas erróneas de la escuela Palabra Verdadera, declarando que constituyen una amenaza aún más destructiva para el Japón que las enseñanzas de las escuelas Zen, Nembutsu y Preceptos. Esto se debe a que todo el país recurría a los sacerdotes de la escuela Palabra Verdadera para que elevaran rogativas protectoras del Estado, y a que se gastaban enormes sumas en financiar estos patrocinios religiosos.
   El Daishonin explica detalladamente al sacerdote laico Takahashi sobre el verdadero propósito por el cual refutaba las doctrinas de la escuela Palabra Verdadera. Responsabiliza a Kobo, fundador de Palabra Verdadera en el Japón, y a Jikaku, prior del templo Enryaku-ji del monte Hiei perteneciente a la escuela Tendai, por el predominio de estas enseñanzas que distorsionaban el espíritu fundamental del budismo. En los tiempos de Jikaku, la escuela Tendai comenzó a incorporar en sus enseñanzas las doctrinas erróneas de la corriente Palabra Verdadera, lo cual condujo a tergiversar gravemente el conjunto de la filosofía budista en el Japón. Sin embargo, antes de Jikaku la escuela Tendai se había basado en el Sutra del loto y era una de las ocho escuelas reconocidas del budismo japonés. Por tal motivo, el Daishonin dirige sus críticas a la escuela Palabra Verdadera y la denuncia con tanta vehemencia.

   …Continua el Daishonin: Habiendo sido tan odiado por ofrecer consejos que podían salvar la nación, consideré que al volver indultado de mi destierro debía partir de Sado y ocultarme en algún lugar lejano, en medio de las montañas o a orillas del mar. Pero en cambio fui a Kamakura, con la esperanza de explicar a Hei no Saemon la situación por última vez, y salvar así a aquellos que consiguieran sobrevivir a un ataque [de los invasores mongoles] contra el Japón. Una vez hecha mi advertencia, supe que no debía permanecer más tiempo en Kamakura y me marché, dejando que mis pies eligieran el rumbo. Al ver que habría de pasar cerca de ustedes, pensé cuánto me gustaría verlos a todos una vez más, aunque mi visita les impusiera una carga. Pero a pesar de que lo pensé mil veces, luché contra mis sentimientos y, finalmente, seguí de largo.
 
   LA LUCHA ALTRUISTA DEL DAISHONIN POR PROTEGER A LAS PERSONAS
   …En esta parte, el Daishonin describe sus reflexiones respecto al encuentro que mantuvo con su perseguidor Hei no Saemon en Kamakura después de retomar de Sado, y formular su tercera advertencia. Vuelve a relatar que, en el trayecto hacia el monte Minobu, contuvo su deseo de encontrarse con el sacerdote laico Takahashi y con los demás seguidores de la región, y decidió seguir de largo sin detenerse.
   En primer lugar, dice que después de ser indultado y de marcharse de la isla de Sado, lo más conveniente para él tal vez habría sido ocultarse «en algún lugar lejano, en medio de las montañas o a orillas del mar». Dadas las circunstancias, considera que esa no habría sido una decisión irrazonable. Pero, competido a expresar una vez más lo que había que decir, el Daishonin optó por ir directamente a Kamakura. Procedió de ese modo, según dice, para «salvar así a aquellos que consiguieran sobrevivir a un ataque contra el Japón [por parte de los invasores mongoles]». Esta noble dedicación al bienestar del pueblo es el eterno honor y el orgullo intachable de los practicantes del Budismo de Nichiren.
   Señala que durante ese encuentro con Hei no Saemon, el gobierno de Kamakura le ofreció patrocinarlo construyéndole un templo. Pero el Daishonin comprendió que las autoridades no tenían ninguna intención de cambiar sus políticas, de modo que declinó el ofrecimiento.
   Cuán noble ejemplo de integridad... ¡Qué postura majestuosa y modelo de honorabilidad humana!
   SER LÍDERES QUE SIEMPRE PONGAN EN PRIMER LUGAR A LOS MIEMBROS
Al mismo tiempo, lo que más le preocupaba al Daishonin era el bienestar de sus seguidores. La idea de encontrarse con sus creyentes de Suruga o de no hacerlo para ahorrarles inconvenientes era lo que desgarraba su corazón. Por eso, escribe: «Luché contra mis sentimientos». Pero finalmente, a pesar de su tristeza, decide no ir.

   Lo explica de este modo: Y lo hice por esta razón. La provincia de Suruga es dominio del señor feudal de Sagami [es decir, el octavo regente Hojo Tokimune]; en especial, el área de Fuji abunda en personas relacionadas con las viudas de funcionarios jerárquicos, que sienten gran rencor hacia mí porque me consideran enemigo de los difuntos sacerdotes laicos del Saimyo-ji [que era Hojo Tokiyori, el quinto regente retirado] y del Gokuraku-ji [que era Hojo Shigetoki, corregente retirado del anterior]. Temí que ustedes se vieran en dificultades si estas personas se enteraban de que yo los había visitado. Hasta ahora he tomado precauciones para no ocasionarle problemas, y por eso ni siquiera le respondí. Además, una y otra vez, advertí a los sacerdotes que evitaran acercarse a cualquier lugar próximo al área de Kajima, en Fuji, fueran cuales fuesen las circunstancias; así y todo, me inquieta lo que pueda suceder.

   Cada vez que leo este pasaje, me vuelve a conmover el inmenso amor compasivo y consideración que sentía Nichiren Daishonin hacia cada uno de sus seguidores.
   Por ello cada uno de quienes integramos la SGI en el mundo, son absolutamente preciados. El desarrollo del kosen-rufu se debe íntegramente al trabajo asiduo, sincero y abnegado de todos, y esto es algo que jamás se aparta de nuestros corazones, ni siquiera por un breve instante.
   Debemos seguir edificando la SGI como una organización cuyos miembros nobles y confiables puedan declarar con orgullo y alegría, como héroes anónimos del pueblo: «¡Mi trabajo laborioso ha valido la pena! ¡Estoy feliz de practicar este budismo!». Esta es la clase de organización que todos debemos seguir construyendo. Creer profunda y firmemente [en este inicio de 2013] que nuestro “Año de la victoria de la SGI juvenil" será un año de enormes avances en esta dirección.

Continúa el Daishonin: Que usted haya confiado aunque sea un poco en mí cuando todos los demás me odiaban, y que haya recorrido todo ese trayecto [hasta el monte Minobu] para visitarme no es algo que pueda atribuirse sólo al karma de la existencia actual. ¡Con seguridad, hay un lazo que ambos compartimos desde existencias anteriores!
   Me produce una enorme aflicción saber que su enfermedad se ha agravado tanto. [...]
   Además, el Sutra del loto sostiene que es el «buen remedio para los males del pueblo de Jambudvipa [es decir, el mundo entero]». Las personas de este mundo de Jambudvipa sufren a causa de la enfermedad, aunque tienen el remedio del Sutra del loto. Pero usted, que ya reúne los tres requisitos, ¿podría acaso no sanar? Así y todo, si duda, nada podré hacer yo para ayudarlo.
 Nam-myoho-renge-kyo, Nam- myoho-renge-kyo.

   LOS LAZOS ETERNOS ENTRE EL MAESTRO Y SUS DISCÍPULOS
   Los seguidores del Daishonin, en unión espiritual con su mentor, habían trabajado juntos sobrellevando las más grandes persecuciones para avanzar triunfal en toda contienda. Ahora, uno de esos creyentes leales, el sacerdote laico Takahashi, se encontraba sufriendo pero desafiándose valientemente contra el mal que padecía. Se deduce que el Daishonin, hondamente dolorido por esta circunstancia, oró con todo su ser por su recuperación y tomó el pincel para escribir esta carta y encomendar a Nikko Shonin y a otros para que se la hiciera llegar al destinatario.
   En la misiva, el Daishonin se dirige al sacerdote laico Takahashi con estas palabras:«[...] Que usted haya confiado aunque sea un poco en mí cuando todos los demás me odiaban, y que haya recorrido todo ese trayecto [hasta el monte Minobu) para visitarme no es algo que pueda atribuirse sólo al karma de la existencia actual. ¡Con seguridad, hay un lazo que ambos compartimos desde existencias anteriores!». Estoy seguro de que estas palabras conmovedoras del Daishonin habrán reconfortado con calidez el corazón de su discípulo.
   En ellas, vemos la esperanza ilimitada que el Daishonin le infunde al sacerdote laico Takahashi, al asegurarle que maestro y discípulo comparten lazos que van más allá de esta existencia, y que continuarán trabajando juntos eternamente, también en existencias futuras.
   En un famoso pasaje de la carta El buen remedio para todos los males, escrita a la monja laica Myoshin, esposa de Takahashi, le dice: «¿No podría ser la dolencia de su esposo un designio del Buda? Las enfermedades hacen surgir en nosotros la determinación de entrar en el Camino».
   En ese mismo texto en que ora para que ella y su esposo se unan y superen juntos la enfermedad a través de la fe firme, el Daishonin le brinda la tranquilidad de que a ambos les espera la Budeidad, sin falta, con las siguientes palabras:
«Si, en este preciso instante, [su esposo] tuviera que dirigirse al Pico del Aguila, se sentiría tan feliz como si hubiese salido el sol y pudiera ver en las diez direcciones».
   Se regocijaría, pensando que una muerte prematura puede, pese a todo, ser vivida con felicidad.
   «Por mucho que suceda en el trayecto entre esta vida y la próxima, él [su esposo] debe proclamarse discípulo de Nichiren».
   Por su parte, en Respuesta al sacerdote laico Takahashi, el Daishonin escribe: «Pero usted, que ya reúne los tres requisitos, ¿podría acaso no sanar?». Los «tres requisitos» pueden interpretarse, aquí, como una alusión al Buda, la Ley y el devoto del Sutra del loto.
   El buda es Shakyamuni, cuyo deseo fue curar la grave enfermedad de todos los seres en el Último Día. La Ley es Nam-myoho-renge-kyo, el buen remedio para todo Jambudvipa, es decir, el mundo entero. Y el devoto es Nichiren Daishonin, quien se puso de pie como devoto del Sutra del loto para propagar ese remedio benéfico y guiar a todas las personas a la iluminación. Esto, le dice el Daishonin a Takahashi, debería ser motivo de profunda tranquilidad y confianza.
   Desde sus primeros días, la Soka Gakkai vino enfatizando que la relación de maestro y discípulo fundamentada en la postura de que no excite un camino en la vida tan admirable, alegre y triunfal como basar nuestra existencia a la insuperable Ley Mística y esforzarnos juntos a un mentor incomparable.
   Sin embargo, en última instancia, todo depende de la fe del discípulo. Como advierte el Daishonin al sacerdote laico Takahashi: «Así y todo, si duda, nada podré hacer yo para ayudarlo».
   La fe es sinónimo de convicción. La persona de convicción sigue avanzando siempre hacia adelante, y jamás pierde la esperanza. La persona de convicción siempre triunfa.
   En la última parte de esta carta del Daishonin al sacerdote laico Takahashi contiene el mensaje: «¡Usted es una persona de fe firme, que ha mostrado absoluta confianza en Nichiren, incluso mientras otros lo criticaban de todas las formas posibles!» ¡Qué inspiradoras y alentadoras tienen que haber sido estas palabras para Takahashi!
   EL HUMANISMO BUDISTA ES LA ESPERANZA DEL FUTURO
   Ya han pasado cuatro décadas desde que me encontré a dialogar con el gran historiador británico Amold J. Toynbee en su residencia de Londres, en 1972 y 1973, recuerda Daisaku Ikeda.
   En el inicio de nuestra conversación, la cordial mirada del doctor Toynbee brilló de expectativas mientras me decía: «Señor Ikeda, he venido esperando esta ocasión desde hace largo tiempo. [...] Al igual que usted, me preocupa mucho lo que vaya a suceder en los años futuros, cuando yo, e incluso usted, nos hayamos ido de este mundo».
   En esa reunión de hace cuarenta años, el doctor Toynbee tenía 84, y yo, 45. Nos enfrascamos en un serio intercambio sobre las formas de superar el egocentrismo, trascender las limitaciones del nacionalismo y otras muchas cuestiones acuciantes que la humanidad tenía por delante.
   Cuando nuestro diálogo llegó a su fin, le pregunté si podía darme algún consejo personal. Comenzó su respuesta diciendo:
—Me parece algo impertinente de mi parte darle consejos personales a usted, pues mientras que usted es un hombre de acción, yo soy un académico.
   Y luego siguió: —Creo que ambos coincidimos en lo que debe hacer un hombre con su vida. El Camino Medio —como usted ha dicho— es el recorrido que debemos seguir.
   El Camino Medio es el humanismo basado en la filosofía budista de respeto a la dignidad de la vida. Es la vía del gradua-lismo, que consiste en avanzar junto al pueblo y por el pueblo.
   El doctor Toynbee prosiguió:
—Estoy seguro de que la Soka Gakkai está avanzando enfocada en el futuro distante.
   Es lo que todos deberíamos hacer.
   Ya hace más de una década que entramos en el siglo XXI; las palabras del doctor Toynbee han adquirido una relevancia mucho mayor. A medida que la época se toma más confusa, también se vuelve más imperiosa la necesidad de ese Camino Medio que jamás debemos perder de vista y que es tan fundamental como importante.
   El humanismo budista significa marchar siempre del lado del pueblo. Este es el verdadero camino a la que se refiere Nichiren Daishonin en Respuesta al sacerdote laico Takahashi.
   Para trabajar por la felicidad de los semejantes y para valorar sinceramente a la persona que está frente nuestro hay que tener una fe absoluta en el potencial positivo que cada individuo lleva en su interior. Esa fe y esa convicción son la fuerza motriz para crear una red de esperanza y abrir rutas a un futuro más venturoso.        
   Nuestros compañeros de la División de Jóvenes, que en su conjunto obran como una nueva fuerza enérgica y creativa, son los que están marchando a la vanguardia de esta visión. Tengo la fe más profunda y poderosa en su crecimiento y en sus victorias.
  Es hora de iniciar una nueva partida. Rebosantes de potente convicción, ¡demos un paso adelante decidido a lograr nuevos resultados!