LA ORACIÓN: “ESFORZARNOS EN RECOGER FLORES DE LOTO EN EL ESTANQUE DE NUESTRA VIDA”
Quien destruye las enseñanzas del
Buda o provoca confusión en torno a ellas es,
interiormente, un enemigo del Budismo. Si uno se considera amigo de
alguien, pero no posee la misericordia necesaria para corregirlo, en verdad es
su enemigo.
Hay muchos miembros que entonan mucho
DAIMOKU, pero no hay cambios en sus vidas… Algo no anda bien. El Budismo no es
la Ley de Causa y Efecto en acción. Es
la Ley de Causa y Efecto en la oración (Ichinen).
En la oración es
importante orar fuertemente, luego tomar acción y veremos los resultados. Es
importante determinar que hay que cambiar. Es decir, orar para saber “Qué deseo
cambiar” y luego tomar la acción necesaria.
Debemos orar con un 100%
de confianza en el GOHONZON. Creo en el GOHONZON. Mi oración definitivamente
será contestada. Así mismo como lo manifiesta el GOSHO “Toda oración al
GOHONZON tendrá respuesta. Esta es la fórmula
Budista correcta. Nuestras dudas son las que se interponen en nuestro
camino. Mientras entonamos, siempre tratamos de encontrar formas de resolver
nuestros problemas. Por lo tanto, nuestro ICHINEN no está dirigido hacia el GOHONZON, sino
hacia otra parte. Por consiguiente, no sentimos verdadero júbilo al entonar
DAIMOKU, ni al hacer actividades. Solo hacemos lo que nos dicen que debemos de
hacer.
Si entonamos DAIMOKU
frente al GOHONZON en busca de que algún poder externo venga hacia nosotros y
produzca un milagro, estamos buscando en el lugar equivocado.
Nuestra naturaleza de Buda se encuentra en el
profundo almacén de nuestra vida. Si Ud. dirige sus oraciones hacia afuera,
éstas no serán respondidas. Nada pasará. El Budismo NO enseña que "los
deseos mundanos conducen hacia los beneficios", tampoco enseña que
"beneficio es lo mismo que iluminación". Lo que SI enseña es que los
deseos mundanos nos conducen a la iluminación.
El Buda Shakyamuni
estableció que deberíamos eliminar los deseos para salir de los caminos del
sufrimiento. Esto, aparte de ser imposible de llevar a cabo hoy en día, nos
lleva a un callejón sin salida. Nichiren Daishonin dijo que podemos transformar
los deseos mundanos ejerciendo la sabiduría.
Cuando estamos sufriendo
podemos entonar DAIMOKU frente al GOHONZON y orar por la sabiduría para ver
correctamente la causa u origen de nuestro sufrimiento y realizar la causa
adecuada. La sabiduría nos permite romper esta cadena kármica. Desarrollamos
sabiduría, lo que nos inspira a tomar la acción que nos libera de nuestro
sufrimiento y, a la vez, nos lleva a profundizar la fe. Así, caminamos entonces,
por un camino de la vida completamente diferente.
Según el Budismo, la
intención de nuestra oración es transformar la ilusoriedad en sabiduría. La
sabiduría es el máximo beneficio de nuestra práctica budista.
LAS TRES DIRECCIONES EN NUESTRA ORACIÓN
Cuando entonamos
nuestras oraciones, se puede ir hacia diferentes direcciones de acuerdo a la
actitud con la que nos sentamos a hacer nuestro DAIMOKU.
Nuestra mente determina
la dirección y la respuesta que obtendremos.
COMO IR HACIA ADELANTE: Debemos tener una meta clara y específica
y la determinación de llevarla a cabo mediante la oración y la acción.
Ejemplo: Deseo una gata blanca. Debe ser de raza persa, de tres
años, con ojos azules, hembra. Y la quiero en dos semanas. La obtendré. En
otras palabras, hacer muchas actividades y entonar DAIMOKU sin metas claras, de
nada valen porque no producirán ningún cambio en su vida.
COMO QUEDARSE INMOVIL: Si entonamos DAIMOKU por obligación, sin
júbilo en una práctica por hábito.
Ejemplo: Soy un dirigente,
tengo mis responsabilidades, hago actividades,
pero no hay efecto. Es como un automóvil, donde el motor está listo para
arrancar, pero nada sucede.
COMO IR PARA ATRÁS: Es cuando, cuanta más actividades hacemos y
más DAIMOKU entonamos, uno pareciera ir hacia atrás, en vez de adelantar en su
vida. En otras palabras, uno pareciera estar haciendo buenas causas, y
simultáneamente nos estamos quejando. Calumniamos y poseemos resentimientos
contra los demás. Uno podrá está quejándose de su propia situación por no ver
resultados de inmediatos. Esta es una práctica peligrosa.
LA INERCIA EN LA PRÁCTICA
Si nos sentimos
identificados con estos síntomas de inercia recordamos que: la práctica no es una
obligación si no un derecho de ser felices. La práctica es una lucha permanente
contra la inercia. El beneficio que obtengamos serán el producto de las
determinaciones que tomamos y de las acciones que realicemos, por eso es
crucial establecer metas y objetivos concretos.
Como dice Daisaku Ikeda
en lo que respecta a la práctica, ella nunca es suficiente.
Si nos hemos esforzado
en el pasado y dejamos que en el presente nuestra decisión decaiga agotaremos
nuestra buena fortuna y seremos desdichados. Tal como enseña el budismo, el
presente es más importante que el pasado y el futuro lo es más aun, sin embargo
lo que en definitiva configura el futuro es nuestra determinación de hoy.
El fundador de nuestra
organización Tsunesaburo Makiguchi señalaba: “Quienes siempre hablan de su
buena situación en el pasado, demuestran que en estos momentos no están bien.
Por el contrario, quienes se refieren a los difíciles momentos que tuvieron que
enfrentar tiempo atrás, nos enseñan que han podido superarlos” Esas sutiles
palabras del maestro Makiguchi nos hacen ver, una vez, que, tal como enseña el
budismo, el presente es más importante que el pasado, y el futuro lo es aún más
que el presente.
La práctica budista nos capacita
para tomar decisiones permanentes, fijar objetivos concretos y llevarlos a
cabo. Cuando decidimos hacer esto o cambiar aquello, estamos derrotando a la
inercia. En la práctica del budismo si uno no se decide realmente y no se
desafía, jamás logrará grandes cambios en su vida cotidiana.
Daisaku Ikeda afirma que este budismo hace
que avancemos sin límites, nos hace progresar en forma inimaginable, es la
fuente de energía que desarrollamos eternamente hacia nuestro auto
perfeccionamiento. No importa en que debemos ir mejorando nuestra personalidad;
debemos cambiar nosotros mismos para registrar cada día una página en la
historia de nuestra revolución humana, esa es la mejor vida que uno puede
esperar.
Seguramente, mucho nos
hemos sentidos identificados con algunos de los “síntomas de la inercia” descripta.
La práctica no es una obligación, sino un “derecho de ser felices” Por ello la
inercia se convierte en el enemigo principal de la esperanza: vivir dejándonos
llevar por las circunstancias equivale encaminarse directamente hacia la desdicha.
La práctica es una lucha constante contra la inercia. Los beneficios que
obtengamos serán el producto de las determinaciones que tomemos y de las
acciones que realicemos. Por eso es crucial establecer metas y objetivos
concretos.
Nuestros presidentes (Josei Toda
y Daisaku Ikeda) dicen que hay 10 razones por las cuales no ocurren cambios ni
beneficios en las vidas de los miembros que han estado practicando por muchos
años:
* No
tienen una determinación clara.
* No
tienen metas concretas en la fe.
* Hacen
el gongyo y las actividades de manera pasiva, como una obligación, sin
objetivos concretos.
* Tienen
una oración quejumbrosa y de rencor hacia la fe.
* Su espíritu
hacia su dirigente o maestro, se ha tornado débil.
* No
están trabajando duro en su vida cotidiana.
* Están
deprimidos por los sufrimientos de su vida.
* Su
sentido de misión hacia el KOSEN-RUFU es débil.
* Su
responsabilidad como dirigente o antecesor es cada vez más débil.
Si
tienen aunque sea uno de los item mencionados, entonces la fe se ha tornado un
hábito y no habrá beneficios.