40. EL VERDADERO ASPECTO DE TODOS LOS FENÓMENOS. ESCRITO POR NICHIREN.
Pregunta: El capítulo
«Medios hábiles», en el primer volumen del Sutra del loto, señala: «El
verdadero aspecto de todos los fenómenos [sólo puede ser comprendido y
compartido por budas. Esta realidad consiste en apariencia, naturaleza (…), y]
su coherencia del principio al fin». ¿Qué significa este pasaje?
Respuesta: Significa que
todos los seres y sus ambientes, en los diez estados que van desde el infierno
—el más bajo— hasta la Budeidad —el más elevado—, son manifestaciones de
Myoho-rehge-kyo, sin excepción. Dondequiera que haya un ambiente,
necesariamente tiene que haber seres vivos. Un comentario expresa: “Los seres
vivos y su ambiente siempre manifiestan Myoho-renge-kyo”. (1) Otro dice: “El
verdadero aspecto se manifiesta insanablemente en todos los fenómenos, y todos
los fenómenos se revelan invariablemente en los diez factores. Los diez
factores se manifiestan invariablemente en los diez estados, y los diez estados
se reflejan invariablemente en la vida y su ambiente”. (2) Y, también: «Tanto
los seres como el ambiente del infierno Avichi existen íntegramente en la vida
del venerable más excelso (el Buda], y lo que es más, la vida y el ambiente de
Vairochana [el Buda] jamás trascienden la vida de los mortales comunes». (3)
Estas explicaciones son precisas y claras. ¿Quién podría dudar? Así pues, en
todo el mundo de los fenómenos nada es distinto de los cinco ideogramas de
Myoho-renge-kyo.
Incluso cuando los dos
budas, Shakyamuni y Muchos Tesoros, desempeñaron la función benefactora de los
cinco caracteres de Myoho-renge-kyo, se manifestaron como estos dos budas, se
sentaron juntos en la Torre de los Tesoros y asintieron en señal de mutuo
acuerdo.
Nadie más que Nichiren
ha revelado jamás enseñanzas como estas. Si bien T’ien-t’ai, Miao-lo y Dengyo las conocieron en
su fuero interno, nunca las expresaron en forma verbal. Pasaron la vida entera
guardando este conocimiento para sí mismos; y tuvieron buenas razones para hacerlo.
El Buda no les había encomendado esta tarea; todavía no había llegado el
momento propicio, y tampoco habían sido discípulos del Buda desde el remoto
pasado. Los únicos que pueden aparecer durante el primer período de quinientos
años del Ultimo Día de la Ley y propagar los cinco caracteres de
Myoho-renge-kyo -esencia de todos los fenómenos-, y los únicos que pueden dar
forma concreta a la ceremonia de los dos budas sentados juntos en la Torre de
los Tesoros son Prácticas Superiores, Prácticas Ilimitadas y los demás adalides
sublimes y maestros rectores incluidos entre los Bodhisattvas de la Tierra. Y
este es el motivo: lo que ellos deben propagar y corporificar en forma concreta
no es mis que la doctrina real de los tres mil aspectos contenidos en cada
instante vital, presente en el capítulo «Duración de la vida» de la enseñanza
esencial.
Por lo tanto, los dos
budas Shakyamuni y Muchos Tesoros son budas que representan funciones [de
Myoho-renge-kyo]. Y Myoho-renge-kyo es el Buda verdadero. (4) A esto hace
referencia el Sutra con la expresión «el secreto de El Que Así Llega y sus
poderes trascendentales». (5) «El secreto de El Que Así Llega» indica la
entidad de los tres cuerpos del Buda, y se refiere al Buda verdadero. «Sus
poderes trascendentales» representan las funciones de los tres cuerpos y aluden
a los budas provisionales. Un ser humano común es una entidad de los tres
cuerpos y es el Buda verdadero. Un buda es una función de los tres cuerpos y un
buda provisional. En tal caso, aunque se piense que el buda Shakyamuni posee
las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre en beneficio de todos
nosotros, los seres vivos, en realidad no es así. Por el contrario, somos las
personas comunes las que lo hemos dotado de las tres virtudes.
«El Que Así Llega» está
claramente explicado en el comentario de T’ien-t’ai, que dice: «El Que Así
Llega es una denominación genérica con que se hace referencia a los budas de
las diez direcciones y del pasado, presente y futuro, los dos budas, los tres
budas, (6) el Buda verdadero y los budas provisionales». (7) La expresión «Buda
verdadero» aquí se refiere a los hombres y mujeres comunes, mientras que «budas
provisionales» se aplica a los budas. Sin embargo, dada la diferencia entre la
gente común y los budas, que proviene de la disparidad entre la ilusión y la
iluminación, las personas comunes no comprenden que están dotadas de la entidad
y también de las funciones de los tres cuerpos.
“Todos los fenómenos»,
en el Sutra, se refiere a los diez estados; y el «verdadero aspecto», a lo que
realmente son. «Verdadero aspecto» es otra forma de designar a Myoho-renge-kyo;
por eso, todos los fenómenos son Myoho-renge-kyo. El verdadero aspecto del
estado de infierno es cuando este despliega su aspecto de infierno. Cuando el
infierno se transforma en el estado de las entidades hambrientas, deja de
mostrar la verdadera forma del infierno. Un buda despliega la forma de un buda,
y una persona común, la de una persona común. Las entidades de todos los
fenómenos son entidades de Myoho-renge-kyo. Ese es el significado del
«verdadero aspecto de todos los fenómenos». T’ien-t’ai señala que el profundo
principio del verdadero aspecto es el Myoho-renge-kyo originariamente
inherente. (8) Esta interpretación identifica la frase «verdadero aspecto» con
la enseñanza teórica y «el Myoho-renge-kyo originariamente inherente» con la
enseñanza esencial. Usted debe ponderar esta interpretación desde lo más
profundo de su vida.
Aunque indigno de
semejante honor, yo, Nichiren, fui el primero en difundir la Ley Mística
encomendada al bodhisattva Prácticas Superiores para que fuera propagada en el
Ultimo Día de la Ley. Aun cuando sólo el bodhisattva Prácticas Superiores esté
facultado para ello, también yo fui el primero en inscribir [el objeto de
devoción como] la corporificación del buda Shakyamuni del remoto pasado —tal
como lo revela el capítulo «Duración de la vida», de la enseñanza esencial—,
del buda Muchos Tesoros —quien apareció cuando se predicó el capítulo «La Torre
de los Tesoros» de la enseñanza teórica—, y de los Bodhisattvas de la Tierra
-que llegaron junto con el capítulo «Irrumpir de la tierra»—. La gente podrá
aborrecerme, pero no podrá, de ningún modo, alterar el hecho de mi iluminación.
Por lo tanto, creo que
haber exiliado a Nichiren a esta isla remota es una falta imposible de
erradicar, aunque transcurran kalpas interminables. Un pasaje del capítulo
«Parábolas y semejanzas» dice: «Si me pusiera a describir la retribución [que
cae sobre las personas que actúan contra este sutra], tardaría un kalpa entero,
y así y todo, no finalizaría nunca». Por otro lado, ni siquiera la sabiduría
del Buda puede escrutar los beneficios que uno obtendrá si ofrenda a Nichiren o
si se convierte en su discípulo o seguidor laico. El sutra dice: «[Los
beneficios que obtendrá de ese modo serán tantos que] ni siquiera la sabiduría
del Buda podrá terminar de medirlos jamás». (9)
Nichiren fue el único
que tomó la iniciativa y emprendió la labor de los Bodhisattvas de la Tierra.
Es posible, incluso, que sea uno de ellos. Pero si Nichiren se cuenta entre los
Bodhisattvas de la Tierra, también deben contarse entre ellos sus discípulos y
seguidores laicos. El Sutra señala: «Si uno de estos buenos hombres y estas
buenas mujeres, en la época posterior a mi muerte puede exponer secretamente el
Sutra del loto a una persona, aunque sea una sola frase, debéis comprender que
esa persona es el enviado de El Que Así Llega. Ha sido despachado por El Que
Así Llega para llevar a cabo su labor». (10) ¿A quién sino a nosotros podría
referirse este pasaje?
Cuando uno es
generosamente alabado por los demás, se siente capaz de soportar las peores
adversidades. Tal es el valor que nos brindan las palabras de elogio. Los
devotos nacidos en el Último Día de la Ley que propaguen el Sutra del loto
encontrarán tres clases de enemigos, que los conducirán al exilio y hasta los
condenarán a muerte. Sin embargo, el buda Shakyamuni envolverá en su manto a
aquellos que, a pesar de todo, mantengan la propagación. Las deidades celestiales
les harán ofrendas, los cargarán sobre sus hombros y los llevarán a sus
espaldas. Son poseedores de inmensas raíces de bondad, y merecen que todos los
seres vivos los consideren líderes excelsos. Elogiado de este modo por el buda
Shakyamuni, el buda Muchos Tesoros y todos los budas y bodhisattvas de las diez
direcciones, los siete reinados de deidades celestiales y los cinco reinados de
deidades terrenales, la Madre de las Demonios, las diez demonios, los cuatro
reyes celestiales, Brahma, Shakra, el rey Yama, las deidades de las aguas y de
los vientos, las deidades de los mares y de las montañas, Mahavairochana El Que
Así Llega, los bodhisattvas Sabio Universal y Manjushri, y las deidades del Sol
y de la Luna, así alabado por todos estos seres dignos de honor, yo, Nichiren,
he podido soportar pruebas severas e incontables. Cuando uno es elogiado, no
mide su riesgo personal; cuando recibe críticas, puede provocar su propia ruina
del modo más temerario. Así se comporta el ser humano.
Ahora, pase lo que pase,
persevere en la fe y hágase conocer como devoto del Sutra del loto; siga siendo
mi discípulo por el resto de sus días. Si usted comparte el mismo corazón que
Nichiren, tiene que ser un Bodhisattva de la Tierra. Y si es un Bodhisattva de
la Tierra, no puede haber la menor duda de que ha sido discípulo del buda
Shakyamuni desde el remoto pasado. El sutra dice: «En todo momento, desde el
largo y distante pasado, he venido enseñando y convirtiendo a esta multitud». (11)
Entre aquellos que propagan los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo en el
Ultimo Día de la Ley, sean hombres o mujeres, no debería existir ningún tipo de
discriminación. Si no fueran Bodhisativas de la Tierra, no podrían entonar el
daimoku. Al principio, sólo Nichiren recitó Nam-myoho-renge-kyo, pero luego lo
siguieron dos, tres y cien más, que lo entonaron y enseñaron a otros. Así, de
este mismo modo, se llevará a cabo la propagación en el futuro. ¿Acaso no es lo
que significa «irrumpir de la tierra»? Cuando la Ley se haya propagado a lo
ancho y a lo largo, toda la nación japonesa entonará Nam- Myoho-renge-kyo con
la misma certeza con que una flecha apuntada al suelo no puede errar el blanco.
Pero ahora usted debe
forjarse una reputación basada en el Sutra del loto y consagrarse íntegramente
a él. En la Ceremonia en el Aire, cuando se reunieron los budas y bodhisattvas
de las diez direcciones, los dos budas Shakyamuni y Muchos Tesoros asintieron
expresando su conformidad. Lo que ellos decidieron de este modo fue nada menos
que la perpetuación de la Ley a lo largo del Último Día. El buda Muchos Tesoros
había ofrecido al buda Shakyamuni un sitio a su lado; cuando los dos
desplegaron el estandarte de Myoho-renge-kyo, ambos líderes de la gran multitud
tomaron la decisión en conjunto. ¿Cómo pensar que pudo haber algo falso en su
acuerdo? La finalidad esencial con que se reunieron fue brindarnos a todos
nosotros, los seres vivos, una forma de manifestar la Budeidad.
Aunque no estuve
presente en dicha ceremonia, cuando examino el Sutra todo se torna
absolutamente claro. Por otro lado, tal vez haya estado en la ceremonia, pero
como soy un simple mortal, me es imposible escrutar el pasado. Así y todo, no
hay dudas de que, en mi existencia actual, soy el devoto del Sutra del loto y
de que, en el futuro, por este mismo motivo llegaré sin falta al sitial de la
iluminación. Entonces, si juzgo el pasado desde este punto de vista tengo que
haber participado en la Ceremonia en el Aire, pues no puede haber incongruencia
entre las existencias del pasado, presente y futuro.
Como observo las cosas
desde esta perspectiva, siento un júbilo incontenible, aun cuando en estos
momentos me encuentre exiliado. Tanto la alegría como el pesar nos mueven al
llanto. Las lágrimas expresan nuestro sentir ante los hechos afortunados y ante
la desgracia. Los mil arhats derramaron lágrimas en memoria del Buda, y, con
ojos anegados en llanto, el bodhisattva Manjushri entonó Myoho-renge-kyo. Entre
aquellos mil arhats, el honorable Ananda replicó, conmovido hasta las lágrimas:
«Esto es lo que escuché». (12) Y entonces, todos los demás tornaron a llorar y,
con la tinta que sus lágrimas diluyeron en la piedra, escribieron
Myoho-renge-kyo, seguido de la expresión «Esto es lo que escuché». Yo,
Nichiren, hoy siento exactamente lo mismo. Me encuentro en el exilio porque
propagué los cinco y los siete ideogramas de Myoho-renge-kyo. Doy a conocer
esta enseñanza porque «esto es lo que escuché»: el buda Shakyamuni y el buda
Muchos Tesoros dejaron Myoho-renge-kyo en bien del futuro y de todos los seres
vivos de la tierra del Japón.
No puedo contener las
lágrimas cuando pienso en las grandes persecuciones que estoy enfrentando, o en
la alegría que sentiré al manifestar la Budeidad en el futuro. Las aves y los
grillos chillan, pero no derraman lágrimas. Yo, Nichiren, no lloro, pero en mi
corazón, mis lágrimas no cesan de fluir. Y no es por las cuestiones mundanas,
sino tan sólo por el Sutra del loto, así que, en realidad, las mías han de ser
lágrimas de “amrita”. El Sutra del nirvana dice que uno no derrama una sola
lágrima por las enseñanzas del Buda, mientras que el llanto que uno ha vertido
en existencias pasadas por la muerte de sus padres, hermanos, hermanas,
cónyuges, hijos y demás parientes supera el caudal de los cuatro grandes mares.
Uno llega a ser devoto del Sutra del loto en virtud de la práctica realizada en
anteriores existencias. Son las relaciones kármicas las que determinan, de una
multitud de árboles, cuáles acabarán siendo imágenes talladas del Buda. Y
también se debe al karma que algunos se conviertan en estatuas de budas de
enseñanzas provisionales.
En esta carta, he
escrito mis enseñanzas más importantes. Capte su profundo significado e
incorpórelo a su vida. Crea en el Gohonzon, el supremo objeto de devoción de
todo Jambudvipa. Asegúrese de fortalecer su fe y reciba la protección de
Shakyamuni, Muchos Tesoros y los budas de las diez direcciones. Esfuércese en
los dos caminos de la práctica y el estudio, pues el budismo no existe sin
práctica y estudio. Sin embargo, no sólo debe perseverar en su práctica
personal, sino también enseñar a los demás. Tanto la práctica como el estudio
derivan de la fe. Enséñeles a otros con toda su capacidad, aunque sólo sea una
oración o frase.
Nam-myoho-renge-kyo, Nam-myoho-renge-kyo.
Con mi profundo respeto,
Nichiren
En el decimoséptimo día
del quinto mes.
Posdata:
Antes le escribí sobre
las doctrinas que me fueron transmitidas. En particular, las que le revelé en
esta carta son de suprema importancia. ¿Acaso no hay una relación mística entre
nosotros? ¿No es usted la corporificación de uno de los cuatro bodhisattvas —de
todos ellos, Prácticas Superiores— que lideraron a los Bodhisattvas de la
Tierra, numerosos como los granos de arena de sesenta mil ríos Ganges? Nuestro
vínculo debe atribuirse a alguna razón profunda. Le he transmitido las
enseñanzas que se refieren a mí mismo: tal vez yo, Nichiren, sea uno de los
seguidores de los Bodhisattvas de la Tierra —numerosos como los granos de arena
de sesenta mil ríos Ganges—, pues he venido entonando Nam-Myoho-renge-kyo con el
deseo de guiar a todos los hombres y mujeres del Japón. El sutra dice: «[Entre
estos bodhisattvas había cuatro adalides.] El primero se llamaba Prácticas
Superiores. [...] Estos cuatro bodhisattvas eran los maestros rectores y los
líderes más excelsos». (13) Lo que le ha permitido ser mi discípulo es una
relación kármica originada en el pasado. Por todos los medios, evite divulgar
esta carta. En ella me consagré a escribir las doctrinas referidas a mi propia
iluminación. Concluyo aquí.
Respuesta a Sairen-bo
ANTECEDENTES
Nichiren Daishonin
escribió esta carta a Sairen-bo Nichijo mientras se encontraba en Ichinosawa,
isla de Sado, el quinto mes del décimo año de Bun’ei (1273). Por alguna razón,
Sairen-bo también se hallaba desterrado en Sado, donde decidió abrazar las
enseñanzas del Daishonin en el segundo mes de 1272. Sairen-bo había sido
sacerdote de la escuela Tendai y, por tal razón, ya tenía ciertos conocimientos
sobre «el verdadero aspecto de todos los fenómenos», dado que este era uno de
los conceptos fundamentales de dicha corriente budista. Sin embargo, no se
sentía satisfecho con la explicación del término que le brindaban las doctrinas
de T’ien-t’ai. Por eso recurrió al
Daishonin en busca de una comprensión más profunda. Este texto, El verdadero
aspecto de todos los fenómenos, es la respuesta del Daishonin.
Aunque se trata de un
documento relativamente breve, esclarece dos elementos importantes dentro del
budismo de Nichiren Daishonin. Este terminó de escribirlo un mes después de
haber redactado otro texto primordial, “El objeto de devoción para observar la
vida”, donde explica el Gohonzon, el objeto de devoción capaz de guiar a la
Budeidad a todas las personas del Ultimo Día de la Ley. “El verdadero aspecto
de todos los fenómenos” empieza con un pasaje del capítulo «Medios hábiles»
—corazón de la enseñanza teórica del Sutra del loto—; esta cita permite inferir
que ningún fenómeno es diferente, en modo alguno, del verdadero aspecto o
Myoho-renge-kyo. También da a entender que todas las formas y realidades
infinitas que existen, concretas y abstractas, son manifestaciones de Myoho-renge-kyo.
Luego, el Daishonin explica la esencia del Sutra del Loto, Myoho-renge-kyo, y
su corporificación, que es el Gohonzon. Este es el primer elemento: el objeto
de devoción desde el punto de vista de la Ley.
Luego de esclarecer la
enseñanza suprema del Sutra del Loto, señala que el Bodhisattva Prácticas
Superiores, adalid de los Bodhisattvas de la Tierra, es quien propagará esta
enseñanza y que él mismo está llevando a cabo la misión encomendada a ese
bodhisattva. En vista de su propia conducta y de que estaba cumpliendo las
predicciones del Sutra del Loto, Nichiren Daishonin sugiere que él mismo es el
bodhisattva Prácticas Superiores. Sin embargo, una interpretación más profunda
permite comprender que, en realidad, es d Buda del Último Día de la Ley, cuyo propósito
era establecer d Gohonzon para la iluminación de todas las personas en el Ultimo
Día. Así pues, El verdadero aspecto de todas los fenómenos también explica e!
objeto de devoción desde el punto de vista de la Persona. Este es el segundo elemento.
El Daishonin, al referirse tanto a la Persona como a la Ley, esclarece el
objeto de devoción fundamental para la gente que vive en el Último Día. Unifica
los puntos desarrollados en La apertura de los ojos —concluido en 1272 y
centrado en el segundo elemento— y en El objeto de devoción para observar la
vida —centrado en el primer elemento—.
En la última mitad de
esta carta, explica a Sairen-bo que los que se consagran a propagar la
enseñanza correcta con el mismo espíritu que el Daishonin son, en sí mismos,
Bodhisattvas de la Tierra. Predice que Nam-myoho-renge-kyo se propagará
ampliamente en el futuro y concluye definiendo los elementos clave de la
práctica budista en el Último Día de la Ley: la fe, la práctica y el estudio.
NOTAS
1. Comentario sobre «Palabras y frases del “Sutra del
loto"».
2. El escalpelo de diamante.
Si 3.1b
4 Aquí la entidad de Myoho-renge-kyo se identifica con el «Buda
verdadero», y sus funciones, con un «buda provisional».
5. Sutra del loto, cap. 16.
6. La expresión «dos budas» se refiere a un buda en su identidad
verdadera y primordial (el cuerpo del Dharma) y a un buda con la forma con que
aparece en respuesta al deseo del pueblo, para poder salvarlo (cuerpo
manifiesto). La expresión «tres budas» se aplica a los tres cuerpos de un buda:
el cuerpo del Dharma, el cuerpo de la recompensa y el cuerpo manifiesto.
7. Palabras y frases del «Sutra del loto».
8. Esta declaración se atribuye aT’ien-f ai, pero la fuente aún
no ha sido debidamente identificada.
9. Sutra del loto, cap. 23.
10. Ib.,cap. 10.
11. Ib., cap. 15.
12. Frase que aparece al comienzo de muchos sutras. La primera
persona en que está expresada se refiere a aquel que recita lo que el Buda
enseñó, para que sea consignado en forma de Sutra.
13. Sutra del loto, cap. 15.