AGOSTO 02, 2010. Universidad Malaya, Kuala
Lumpur, Malasia.
Distinción: Doctorado Honorario en
Humanidades.
Su Alteza Real, Duli
Yang Maha Mulia Paduka Seri, Sultan Perak Darul Ridzuan, Sultan Azlan Shah,
gran canciller de la Universidad Malaya, tengo el honor de proponerle a usted a
Daisaku Ikeda para la admisión al grado de Doctor Honorario en Humanidades.
En nuestra época, es
raro encontrar a una persona que haya realizado contribuciones significativas a
tantas áreas diferentes que importan al futuro de la humanidad. El Doctor Ikeda
es, al mismo tiempo, un escritor prolífico, hombre de letras, poeta laureado,
fotógrafo, pensador, filósofo, erudito, educador, activista social y un
apasionado luchador por la causa de la paz.
Para expresarlo
brevemente, él es un hombre a quien las grandes palabras de Shakespeare se
pueden aplicar perfectamente:
Cuando la inútil guerra
derribe las estatuas,
y las revueltas arrasen
edificios,
ni la espada de Marte
ni el voraz fuego bélico
quemarán el sello de tu
recuerdo.
Contra la muerte y el
odio inconsciente
vencerás; tus alabanzas
tendrán su sitio
a los ojos de la
posteridad.
Esa clase de persona es
el Doctor Daisaku Ikeda, presidente de la Soka Gakkai Internacional,
organización dedicada a promover la paz, la cultura y la educación.
En una oportunidad, cuando se le solicitó
que definiera su filosofía, Ikeda sostuvo que consistía en consagrarse a los valores
de la paz, la cultura y la educación, basados en el humanismo […] Ikeda, quien goza de
gran reconocimiento como poeta (ha sido designado Poeta Laureado por la
Academia Mundial de Arte y Cultura, y Poeta Laureado Universal, por la Sociedad
Mundial de Poetas), ha expresado su dedicación a la paz en el siguiente poema:
Algo hay más vasto que
el infinito cielo;
es mi vida.
Algo hay más profundo que
el inconmensurable mar;
es tu vida.
No habita la paz en
sitio remoto alguno.
Se halla en la acción de
cuidar y atesorar a un solo individuo.
Se encuentra en la
determinación de proteger a las madres
de toda tristeza y
dolor.
Una vida dedicada a la paz
Daisaku Ikeda nació en
Tokio, Japón, el 2 de enero de 1928. Cuando era un adolescente, en plena
Segunda Guerra Mundial, experimentó directamente el horror insensato, la
miseria y la crueldad de la conflagración […] Él ha escrito: “En la guerra, son
los ciudadanos comunes, en especial las mujeres –las madres–, quienes deben soportar
el mayor peso de tristeza y de sufrimiento. Debemos eliminar esa tragedia de la
faz de la Tierra”. Con esa convicción, Ikeda se ha esforzado sin descanso por
la paz, luchando para erigir “defensas de la paz” en el corazón de la gente.
Al mismo tiempo, ha
destacado incansablemente la importancia de las Naciones Unidas como
“parlamento de la humanidad” y ha realizado de manera constante propuestas en
las que expone medios para asegurar la paz internacional […]
Las grandes personas
tienen grandes mentores. A los diecinueve años, Ikeda conoció a Josei Toda,
segundo presidente de la Soka Gakkai. Durante la Segunda Guerra Mundial, Toda
fue encarcelado por dos años, por su firme negativa a apoyar al gobierno
militarista japonés. Ikeda se sintió hondamente conmovido por la inflexible
convicción y el carácter noble de Toda, y decidió que ese sería su mentor en la
vida. Toda poseía una profunda y amplia comprensión de numerosas áreas del
saber. Se dedicó a enseñarle a Ikeda una gran variedad disciplinas, entre ellas
religión, filosofía, política, economía, sociedad, cultura, educación e
historia antigua y moderna; todo ello, mediante lecciones que le impartía
personalmente. De esa manera, realmente capacitó a Ikeda como su sucesor en la
lucha para lograr la paz del mundo y la felicidad de todo el género humano.
Daisaku Ikeda tiene la certeza, en relación
con su labor para promover la paz mundial, de que el diálogo es el arma más
poderosa para unir a los seres humanos, porque trasciende las fronteras y los
muros que los separan. Basado en esa convicción, él ha viajado a todas partes
[…] y ha llevado a cabo más de siete mil diálogos con líderes y académicos de
todo el orbe […] Al mismo tiempo, sigue efectuando publicaciones, que incluyen
sus diálogos con las personas más diversas, disertaciones, antologías de
poemas, novelas, ensayos y otras obras en prosa. En 1998, Ikeda visitó la
Universidad Malaya y donó libros a su biblioteca.
La unión de los corazones a través de la
cultura.
Los intercambios
culturales y artísticos poseen la capacidad de cerrar la brecha de diferencias
que separan a los seres humanos y de unir sus corazones. Daisaku Ikeda cree en
el establecimiento de la amistad y en la promoción del entendimiento y la
confianza mutuos a través de los intercambios culturales. Esa ha de ser siempre
la fuerza más poderosa para crear la paz.
Como parte de su ardua
tarea para impulsar los intercambios culturales, Ikeda ha establecido el Museo
de Bellas Artes Fuji de Tokio y la Asociación de Conciertos Min-On. Grupos de
todos los confines participan de los intercambios, entre ellos, el Kompleks
Budaya Negara, de Malasia. Eso ha llevado a estrechar aun más la amistad entre
Malasia y Japón.
La educación, una tarea de toda una vida.
Daisaku Ikeda es un prestigioso
educador. Él considera que el propósito de la educación es forjar a los seres
humanos y que esa es la labor más importante que debe acometer. “La educación
es la tarea final y más crucial de mi vida”, sostiene a menudo. El potencial
inherente de cada ser humano es ilimitado. Abrir y desarrollar ese potencial es
la tarea de la educación […]
La Universidad Soka
mantiene actualmente programas de intercambio con ciento veintiún casas de
estudios superiores de cuarenta y cuatro naciones, entre las cuales se cuenta
la Universidad Malaya, la Universiti Putra Malaysia, la Universidad Abierta de
Malasia y la Universidad Kebangsaan Malaysia. Hasta la fecha, la Universidad
Soka ha recibido en sus claustros a diecinueve estudiantes de la Universidad
Malaya. Un total de cincuenta y dos alumnos de la Universidad Soka han
realizado estudios a su vez en la Universidad Malaya. Ikeda también ha
establecido numerosos institutos de investigación académica […]
Daisaku Ikeda continúa
exponiendo sus ideas sobre la educación a través de sus libros y disertaciones.
Ha efectuado ricas y significativas contribuciones al campo educativo.
La promoción de un movimiento para la
revolución humana.
Una idea central en el
pensamiento de Ikeda es que el factor fundamental para lograr una paz duradera
y la felicidad de todas las personas no son únicamente las reformas
estructurales dentro de la sociedad, sino la transformación que un individuo
emprende en lo más recóndito de su vida. Dicho principio se denomina “revolución
humana”. Se trata de un factor crucial para transformar un siglo XX de guerra
en un siglo XXI de paz; para restaurar el orden en nuestro mundo sumido en el
caos y para liberar a la humanidad del sufrimiento […]
Personas de claro
entendimiento alrededor del mundo coinciden con ese punto de vista y sostienen
su convicción de que es necesario un cambio en los seres humanos, a fin de
lograr a su vez un cambio en la sociedad y de asegurar la prosperidad. Creemos
que este movimiento de la revolución humana inaugurará una centuria de
humanidad y de paz, y nos abrirá una nueva senda en la búsqueda de un gran
futuro para la familia humana.
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Presidente Gu Binglin (derecha) y Daisaku Ikeda
(izquierda)
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MAYO 13, 2010. Universidad Tsinghua, Pekín
China
Distinción: Profesor Honorario.
Doctor Gu Binglin, Presidente
de la Universidad Tsinghua.
Hoy nos sentimos
complacidos de celebrar esta espléndida ceremonia para otorgar al presidente
honorario de la Soka Gakkai, Daisaku Ikeda, el título de profesor honorario de
la Universidad Tsinghua. En nombre de nuestra universidad, permítanme expresar
mis sinceras felicitaciones y profundo respeto al Doctor Ikeda.
El Doctor Ikeda es un
apóstol de la paz que ha unido con la amistad a la China y el Japón; es un
hombre de conocimientos excepcionales, una figura reconocida por la comunidad
cultural internacional, y también un eminente educador y filósofo.
Como presidente
honorario de la Soka Gakkai y presidente de la Soka Gakkai Internacional, el doctor
Ikeda ha dedicado su vida a promover los ideales de la paz mundial duradera y
la felicidad de la humanidad, lo cual ha generado el amplio reconocimiento, el
respeto y el aprecio hacia el señor Ikeda, de las personas que desean la paz en
la China y en el orbe entero.
Uno de sus logros
especiales, que no debe ser olvidado jamás, es su enorme servicio en establecer
la amistad entre el pueblo chino y el japonés. Ya en 1968, con gran visión en
el futuro, propuso el restablecimiento de las relaciones diplomáticas
bilaterales. Esto marcó la apertura de un claro camino para estrechar los lazos
fraternales entre los dos países. Cuando las relaciones se normalizaron
oficialmente, la Universidad Soka, fundada por él, tuvo la iniciativa de
aceptar el primer contingente de estudiantes de intercambio gubernamental de la
China.
Luego, a instancias del
doctor Ikeda, la Universidad Tsinghua firmó un acuerdo de intercambio y
cooperación con la Universidad Soka, en 2003, gracias a lo cual, integrantes
del cuerpo docente y estudiantil de ambas instituciones han podido establecer
sólidos lazos de amistad en los últimos siete años. A la fecha, la Universidad
Soka ha recibido a más de una docena de nuestros profesores que han participado
de programas de capacitación e investigación, mientras que la Universidad
Tsinghua ha aceptado igualmente numerosos alumnos de la Universidad Soka. […]
Nos sentimos muy
honrados de que el presidente Ikeda se una a la Universidad Tsinghua como
profesor honorario, en momentos próximos al 2011, año en que celebraremos
nuestro centenario y que el doctor Ikeda festejará los cincuenta años desde que
asumió el cargo de tercer presidente de la Soka Gakkai. Este hito que hace
historia en los anales de nuestra universidad constituye además un verdadero
honor para nuestro cuerpo docente y estudiantil.
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Kaneko y Daisaku Ikeda y El Doctor Denis Briére, Rector
de la Universidad Laval. |
MAYO 04, 2010. Universidad Laval, Montreal,
Canadá.
Distinción. Doctorado Honorario en Educación.
Daisaku Ikeda es un
filósofo budista, promotor de la paz, escritor, poeta y fotógrafo.
Inspirándose en los
principios educativos de Tsunesaburo Makiguchi, [Daisaku] Ikeda fundó las
instituciones educativas Soka, un sistema educacional que abarca desde el nivel
de jardín de infantes hasta los estudios de postgrado, todo ello basado en una
pedagogía para la paz. Ese importante logro es una clara expresión del firme
convencimiento del doctor Ikeda de que la educación es la empresa más importante
para el bien de la humanidad […]
La filosofía pedagógica Soka se basa en el respeto por la dignidad
humana. Tiene el propósito de desarrollar el potencial creativo único de cada
estudiante, para hacer de los educandos personas de sabiduría, capaces de
contribuir a la creación de un mundo de paz. Tales principios son afines a
los ideales de no violencia proclamados por el Mahatma Gandhi y por Martin
Luther King (h). La educación Soka tiene asimismo por objeto el desarrollo de
individuos que manifiesten una mentalidad amplia hacia el mundo, la sociedad y
el ambiente.
Por más de cuarenta
años, el doctor Ikeda se ha esforzado arduamente por promover la educación para
una ciudadanía global. Él cree que la conciencia de una sociedad global puede
cambiar únicamente a través de la educación. Las universidades Soka fundadas
por el doctor Ikeda forjan en el alumnado la capacidad de aceptar y comprender
los diferentes valores y culturas. Dichas instituciones se basan en uno de los
principios primordiales del pensamiento del doctor Ikeda: “Soy humano, y nada
de lo que es humano me es ajeno”. […]
Para el doctor Ikeda,
los individuos, cada uno con su personalidad, características y diferencias
únicas, pueden conectarse entre ellos y entenderse a través del diálogo. Y es
también mediante el diálogo que los pueblos y las naciones pueden manejar mejor
sus conflictos y trabajar juntos para la construcción de un mundo de paz.
En relación con ello,
deseo mencionar que la Facultad de Ciencias Educacionales de la Universidad
Laval está desarrollando un programa especial de postgrado sobre ciudadanía
global. Varios principios de la Universidad Soka han inspirado nuestro enfoque.
Una iniciativa interesante, que merece ser tenida en cuenta, es la de iniciar
intercambios entre los alumnos y profesores de la Universidad Soka, de Tokio,
la Universidad Soka de los Estados Unidos, en California, y la Facultad de
Ciencias Educacionales de la Universidad Laval, de Quebec, Canadá […]
En mérito a su obra
entera, y más especialmente, a sus excepcionales contribuciones al área de la
educación, tengo, en nombre de la Universidad Laval, el placer y el honor de
conferir al doctor Daisaku Ikeda el grado de Doctor Honoris Causa en Educación.
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Vicerrector Vicerrector Peter Gregson (izquierda) y
Daisaku Ikeda (derecha) |
MAYO 18, 2009. Universidad de la Reina de
Belfast, Irlanda del Norte, Reino Unido.
Distinción: Doctorado Honorario en Derecho.
Doctor Peter Gregson, Presidente
y Vicerrector de la Universidad de la Reina de Belfast, Irlanda del Norte,
Reino Unido.
Todas las ceremonias de
imposición de títulos honorarios de la Universidad de la Reina son especiales,
pero la entrega de este título honorario es única. Estamos aquí reunidos para
conferir un reconocimiento a una persona que ha recibido más honores que
cualquier otra en el mundo. El Doctorado Honorario en Derecho que se otorga al
presidente Ikeda es el máximo reconocimiento que confiere la universidad y en
breve será impuesto a uno de los más importantes hombres de estado del mundo.
Es esta también la primera ceremonia de reconocimiento honorario de la
Universidad de la Reina que se celebra en Japón, un bello país dueño de una
orgullosa herencia, con el cual tenemos la esperanza de fortalecer nuestros
lazos educativos y culturales […]
El gran dramaturgo
irlandés George Bernard Shaw, manifestó en una célebre frase: “La paz no solo
es mejor que la guerra, sino infinitamente más ardua”.
Tal es el sentimiento
que se manifiesta en la vida de quien esta tarde hemos de titular aquí, el
doctor Daisaku Ikeda; a lo largo de su extensa trayectoria, él ha empleado
incansablemente su capacidad de escritor, filósofo, educador y líder para
inspirar a la humanidad hacia la búsqueda de la paz […]
Daisaku Ikeda nació en
Tokio el 2 de enero de 1928, como el quinto de ocho hijos de una familia de
productores de algas marinas. Durante gran parte de sus años jóvenes debió
luchar contra su salud precaria, y casi sucumbió a la tuberculosis en su
adolescencia. Esa experiencia, sumada a las sombrías predicciones del médico de
la familia, que le auguraban una muerte temprana, inculcó en él un enorme
aprecio por la dignidad de la vida humana, algo que se convirtió en un rasgo
determinante de su personalidad.
Pero tal vez lo que más
influyó es su joven vida fue la terrible experiencia de la Segunda Guerra
Mundial. Nuestro doctorando creció en una época en que casi cada aspecto de la
vida en el Japón, desde las familias y las fábricas hasta las escuelas y los
grupos religiosos, estaba al servicio de los esfuerzos bélicos del país.
Ese fue el terreno donde
germinó la pasión de Daisaku Ikeda por la paz. Era un joven de diecinueve años,
en la década de 1940, cuando el Japón entró en la Segunda Guerra Mundial. Sus
cuatro hermanos mayores fueron reclutados, y el mayor de todos murió en el
frente.
Sobre aquella época, él
escribió: “Yo tenía diecisiete años cuando finalizó la Segunda Guerra Mundial.
Entre los jóvenes, cundía un atormentado sentimiento de vacío espiritual. Y no
solo por el aspecto de la ciudad, reducida a cenizas. El absurdo sistema de
valores que se nos había inculcado en los años de guerra quedaba ahora expuesto
como un fraude y se desplomaba alrededor de nosotros…”.
Daisaku Ikeda ansiaba
encontrar un mentor, un guía espiritual que lo ayudara a hallarle un sentido a
la vida; y, en 1947, lo encontró.
Josei Toda era el líder
de la sociedad budista laica Soka Gakkai, una organización cuya filosofía
central ponía el acento en la profunda conexión que existía entre la felicidad
personal y la de los demás.
Nuestro doctorando
honorario expresó posteriormente ese principio en un breve pasaje de la que
quizás sea su obra más conocida, La revolución humana. Allí, escribió: “La gran
revolución interior de un solo individuo puede contribuir a lograr un cambio en
el destino de una nación, y aun más, hará posible un cambio en el destino de
toda la humanidad”.
Daisaku Ikeda pronto
obtuvo un empleo en una de las compañías de Toda y rápidamente fue progresando.
De hecho, nuestro graduando honorario se considera a sí mismo un “egresado de
la Universidad Toda” tal como él define la instrucción particularizada que
recibió de su mentor.
En mayo de 1960, dos
años después de la muerte de Toda, nuestro graduando honorario sucedió a su
mentor como presidente de la sociedad. En 1975, se convirtió en el primer
presidente de la Soka Gakkai Internacional.
Con su liderazgo, la
organización comenzó una época de innovaciones y de expansión, participando de
manera cada vez más dinámica en actividades de desarrollo cultural y educativo
en el ámbito global, y dedicándose a promocionar los valores de la paz, la
sostenibilidad y la educación en la esfera de los derechos humanos.
La SGI es hoy una red
global que cuenta con doce millones de miembros en ciento noventa y dos países.
[En 1967], el doctor
Ikeda fundó el sistema educativo Soka, basado
en el principio de forjar el potencial creativo único de cada estudiante y de
cultivar una ética de paz, contribución social y conciencia global […]
Su fe en el poder de la
educación para crear un mundo mejor se manifiesta en sus propias palabras: “La educación es un privilegio humano único.
La tarea educativa debe ser la de garantizar de manera fundamental que el
conocimiento sirva para impulsar la causa de la felicidad y de la paz. El
individuo que se ha liberado de la duda, que ha aprendido a confiar en sí
mismo, naturalmente es capaz de creer en la capacidad latente de los demás”.
También ha sostenido: “Las universidades son ciudadelas que crean el futuro,
cambian la sociedad y unen al mundo”.
No es, a mi entender,
una coincidencia que sus palabras hayan tenido eco en otro estadista mundial
que recibió el Doctorado Honorario en el centenario de la Universidad de la
Reina, Nelson Mandela, quien a su vez expresó: “La educación es el mayor
liberador de todos”.
El doctor Ikeda está
asimismo comprometido con el principio del diálogo, como cimiento de la paz.
Sus enérgicos esfuerzos en tal sentido incluyeron su acción de diplomacia
personal durante la Guerra Fría, cuando buscó crear puentes de entendimiento
entre pueblos de diferentes naciones y entre personas de credos y tradiciones
filosóficas dispares.
Entre las figuras con
las que mantuvo diálogos por la paz se cuentan Nelson Mandela, Mijaíl
Gorbachov, Thabo Mbeki, Henry Kissinger, Rajiv Gandhi, Lech Walesa, Kurt
Waldheim, Kofi Annan, y Jacques Chirac […]
Las contribuciones que
usted ha efectuado a nuestro mundo se resumen de manera elocuente en palabras
del doctor Tu Weiming, profesor de Historia y Filosofía Chinas en la
Universidad de Harvard, quien recientemente ha dicho de usted que es
“inigualable en la labor de cultivar la paz del mundo a través del diálogo”.
Luego agregó: “El doctor
Ikeda ha contribuido a extender los horizontes intelectuales y a profundizar la
autorreflexión crítica de decenas de pensadores de nuestro tiempo. Su aporte a
la vida del intelecto en todo el orbe es enorme” […]
Señoras y señores: No
caben dudas de que la vida y la labor del doctor Ikeda, como educador,
activista de la paz, filósofo y escritor, es una lección que le cabe aprender a
la humanidad mientras lucha por un futuro mejor.
ENERO 19, 2008. Universidad Autónoma de
Santo Domingo, República Dominicana.
Distinción: Doctorado Honorario.
Dr. Rafael Guillermo
Díaz, Decano de la Facultad de Humanidades.
Con su venia, maestro
Roberto Reyna, Rector Magnífico, damos lectura a las motivaciones que tuvo el
Consejo Directivo de la Facultad de Humanidades de la Universidad Autónoma de
Santo Domingo, para presentar ante el Consejo Universitario y, posteriormente,
al Claustro Menor, el reconocimiento que hoy entregamos al doctor Daisaku
Ikeda.
(…)
La práctica social de
este excelso ser humano, cargada de contenido ético y moral, evidencian
preocupación por toda la humanidad, referente éste ponderado para que la
Facultad de Humanidades lo haya seleccionado para tan alto reconocimiento.
Su preocupación por el desarrollo de una
cultura de paz lo ha conducido a rescatar valores que engrandecen, embellecen y
colocan al ser humano positivamente en la dimensión del hoy para hacer posible
el mañana.
Sólo una persona
preocupada por la vida en todas sus manifestaciones integra en sus análisis la
visión holística donde educación, ambiente, intelecto, salud y bienestar,
hombre como ser social, las armas y la guerra, el bien y el mal son temas del
presente pensando en la supervivencia de la humanidad.
En sus meditaciones hace
hincapié en la construcción de una sociedad donde los seres humanos se formen y
sientan orgullo de exhibir prácticas cotidianas que se correspondan con los
valores más excelsos, tales como: solidaridad, creatividad, libertad, justicia
social y bienestar integral.
Conocedor de que en la
actualidad el humanismo tiene que abrir perspectivas para la sociedad del
futuro, donde ciencia y tecnología estén al servicio del crecimiento humano e
intelectual de la humanidad; hace esfuerzos inauditos y funda instituciones
donde se construya y transfiera la ciencia y la tecnología.
Heredero del pensamiento
de la Soka Gakkai, el doctor Daisaku Ikeda, trabaja afanosamente para
desarrollar un amplio movimiento de paz enraizado en la mentalidad de los
pueblos.
(…)
Sobre el intercambio
cultural dice: “Abrigo la firme convicción de que un intercambio de persona a
persona, centrado en la cultura y la educación, hará posible cimentar los
fundamentos de la paz… No hay mayor acercamiento que el que se alcanza al
comprender los corazones de los pueblos mediante el intercambio cultural y
educativo…”.
Por sus convicciones en
la construcción de una cultura para la paz, desde el ámbito de las humanidades,
lo hacen merecedor de este reconocimiento que otorga la más antigua universidad
del Nuevo Mundo, la Universidad Autónoma de Santo Domingo, a un ser humano que
reivindica con su práctica la misión y visión de ésta.
Muchas gracias.
OCTUBRE 07, 2006. Universidad Normal de
Pekín, China.
Distinción: Profesorado Honorario
Profesor Ge Jianping, Vicepresidente
de la Universidad Normal de Pekín.
El señor Ikeda es una
figura prominente en la China, que ha viajado a nuestro país en diez ocasiones
y ha contribuido a la amistad sino-japonesa. Su pensamiento ha echado profundas
raíces y ha florecido a lo largo y a lo ancho de la China, como lo prueban los
sucesivos centros establecidos en numerosas universidades, dedicados al estudio
de su obra. Daisaku Ikeda ha efectuado notables contribuciones a la educación,
que permitirán a la humanidad avanzar hacia el futuro.
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De izquierda a derecha: Daisaku Ikeda, Walter V.
Wendler y Larry A. Hickman
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JUNIO 06, 2006. Universidad de Illinois del
Sur de Carbondale, Estados Unidos
Distinción: Doctorado Honorario en Letras
Humanas
Doctor Walter V. Wendler,
Presidente de la Universidad de Illinois del Sur de Carbondale.
La ilustre trayectoria
del señor Daisaku Ikeda comprende una vasta labor para promover el diálogo
internacional, las actividades en bien de la paz y el amplio acceso a la
educación en los niveles primario, secundario y universitario.
Su obra filosófica
muestra la influencia de grandes educadores, entre ellos, John Dewey. Y debo
mencionar que el Centro de Estudios sobre Dewey de la Universidad de Illinois
del Sur de Carbondale, presidido por el profesor Larry Hickman, está complacido
de que el señor Ikeda aprecie la filosofía y las cualidades de John Dewey.
Daisaku Ikeda ha
recibido el reconocimiento de numerosas instituciones y organizaciones, por su
visión, su amor compasivo hacia el género humano y sus esfuerzos para
transmitir esperanza y sabiduría. Él es un paladín de los derechos y la
igualdad de las mujeres y las minorías; y comprende el peligro que implica
ignorar los problemas ambientales.
Cada año, son pocas las
personas que reciben títulos honorarios de la Universidad de Illinois del Sur
de Carbondale. Es un privilegio para los individuos que han efectuado
verdaderas contribuciones al mundo, creando amplias oportunidades para los
demás o realizando aportes específicos a la educación superior y a áreas
profesionales concretas. Un comité universitario evalúa cuidadosamente las
nominaciones para este distinguido reconocimiento, y sus recomendaciones llegan
luego a mis oficinas (del rectorado). Luego de mi aprobación (en calidad de
presidente), las nominaciones deben ser también aprobadas por el titular máximo
de nuestro sistema universitario y, posteriormente, por la totalidad de nuestra
junta administrativa.
Nos complace sobremanera
que la junta administrativa, durante la sesión de marzo de este año (2006),
haya aprobado de modo unánime el otorgamiento de este grado honorario. Somos
afortunados por haber recibido una invitación del señor Ikeda para realizar en
Japón esta importante ceremonia.
[…]
En cada generación,
existen solo unos pocos hombres y mujeres que dejan una marca tan indeleble,
que logran transformar el futuro gracias a sus esfuerzos. El señor Ikeda es uno
de esos hombres. Como presidente de la Soka Gakkai Internacional y presidente
honorario de la Soka Gakkai, ha abierto las puertas de la educación a millares
de personas […]
El señor Ikeda
manifiesta una auténtica preocupación por nuestro mundo. Comprende que la paz,
el arte y la igualdad están estrechamente vinculados a la educación, y que esta
combinación contribuye al progreso del mundo. No sería inapropiado comparar su
visión con la que tuvieron líderes que respetamos y siempre recordamos, como
Gandhi, la Madre Teresa y Martin Luther King (h). El señor Ikeda tiene la
capacidad de enfocar problemas y cuestiones a escala mundial. Y sabe que de la
educación y la comunicación, surgen el entendimiento y la armonía […]
El señor Ikeda es en
verdad alguien que cree que la educación es aceptable solo cuando facilita y
alienta el aprendizaje permanente. La educación se concreta a través de la vida
misma: nuestras experiencias en el hogar, la escuela y el lugar de trabajo nos
llevan a la verdad y al conocimiento, si abrimos nuestra mente a todas las
posibilidades.
La generosidad del señor
Ikeda, su inteligencia y su espíritu han creado armonía en un mundo sumido en
la desarmonía. Su comprensión de nuestros sueños de paz, de una vida y de un
mundo mejor continúa inspirando a miles de personas a lo largo y a lo ancho de
cada continente de nuestro planeta.
El es un hombre de su tiempo y adelantado a
su tiempo. Vive en una de las épocas más polémicas de la historia. Hoy somos
capaces de aniquilar nuestro mundo en un segundo, pero al mismo tiempo, de
desarrollar un profundo entendimiento, de tender una mano y de hacer de la vida
algo mejor para nuestros hermanos y hermanas, que luchan diariamente contra el
hambre, la pobreza, las rencillas, la guerra, la discriminación y la soledad.
El señor Ikeda ha dedicado su existencia a ayudarnos a concretar una vida mejor,
un mundo mejor […]
El destino depende de
quienes comprenden que nuestras elecciones, más allá de nuestras
circunstancias, pueden establecer una verdadera diferencia. El señor Ikeda lo
comprende muy bien. No es usual en ninguna generación, encontrar a un hombre
común, que enfoque con tanta claridad las cuestiones globales. El señor Ikeda
lo ha hecho, y, gracias a sus ingentes esfuerzos, nuestro mundo y nuestra vida
son mejores.
JULIO 22, 2004. Universidad de Jordania,
Amman, Jordania.
Distinción: Doctorado Honorario.
Profesor Shtaywy Abdalla,
Vicepresidente de la Universidad de Jordania.
“El señor Daisaku Ikeda
adoptó una posición firme en contra de la guerra desde temprana edad, se opuso
a todos los tipos de militarismo, y ha hablado en contra de todas las formas de
violencia. (…) Él ha consagrado la totalidad de su trayectoria a indagar las
causas fundamentales de los conflictos humanos y a impulsar una cultura de paz.
(…) Como pensador, autor y educador, se ha comprometido con el noble principio
de que solo mediante la interacción personal y el diálogo que trasciendan las
fronteras culturales y filosóficas, pueden los seres humanos cultivar la
confianza y el entendimiento mutuos.”
Su Alteza. el príncipe
El Hassan bin Talal.
“La visión en común que
tenemos de la paz es la que busca establecer la confianza y el entendimiento
mutuos entre los individuos de nuestro pequeño planeta, a través de redes que,
en lugar de basarse en concepciones o ideologías abstractas, se establecen
entre personas que poseen ámbitos institucionalizados para garantizar todo tipo
de diálogo. (…) Deseo proclamar que es usted un protector de nuestros derechos
humanos inherentes, con quien individuos moderados y centristas de todas las
culturas pueden dialogar sobre la idea de una herencia sin fronteras y sobre el
entendimiento global entre ciudadanos. Como erudito y hombre de fe religiosa,
dotado de una inmensa comprensión y profundo interés humanitario, nos ha
impulsado usted hacia un modo de pensamiento más elevado y hacia un accionar
más consciente y reflexivo.”
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Dr. Kim Il Yun Presidente y fundador de la Universidad de
Gyeongju (cuarto desde la derecha) y Hiromasa Ikeda (cuarto desde la izquierda).
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DICIEMBRE 08, 2001. Universidad de Gyeongju,
Gyeongsang del Norte, Corea del Sur.
Distinción: Profesorado Honorario.
Dr. Kim Il Yun, Presidente
y fundador de la Universidad de Gyeongju. (Nota:
Mensaje enviado para el acto de entrega)
La provincia de
Gyeongsang del Norte, donde tiene su asiento la Universidad de Gyeongju, es un
paraje rico en la tradición milenaria de la dinastía Silla. A lo largo de los
años, sus pueblos ancestrales se han visto teñidos de la cultura del reino de
Silla y del budismo. Los templos de Pulguksa y Sokkuram y el observatorio de
Cheomseongdae, el más antiguo del este de Asia, y el panteón de pagodas y
estatuas budistas preservan hasta nuestros días la expresión cultural de los
tiempos de Silla. Gyeongsang del Norte se desarrolló y floreció gracias a que
fue establecida en el centro de la cultura budista.
Hemos viajado desde esas
tierras de profusa historia inmemorial para encontrarnos con un hombre que
consideramos un paladín de la humanidad, que se erige como una gran secuoya de
la paz mundial, y un gran poeta del y para el pueblo. Dicho hombre es el Doctor
[Daisaku] Ikeda. Desde hace dos años, estábamos esperando la llegada de este
día, por lo que no encuentro palabras suficientes para expresar mi emoción.
Con suprema admiración y
respeto, hoy tenemos el honor de otorgar el profesorado honorario de la
Universidad de Gyeongju al doctor Ikeda, a quien conocemos también como el
fundador de la Universidad Soka, un poeta laureado del mundo y un gran defensor
de la educación humanística. Estoy seguro de que este momento resplandecerá
entre los más sublimes recuerdos de mi vida.
Una joya no brilla por
sí misma. Su resplandor es producto de la irradiación de luz solar. De la misma
manera, esta distinción de nuestra universidad adquirirá mayor realce con las
palmas concedidas al doctor Ikeda.
Permítanme expresar mi
agradecimiento sincero al doctor Ikeda por aceptar ser parte de nuestro
claustro académico…
Uno de los principios
con los que se fundó la Universidad Soka es que ésta se convierta en “una
fortaleza para la paz de la humanidad”, con lo cual comprendo que su creador
anhela la felicidad del género humano.
Al ver la historia
milenaria de Silla, período en el que se unificaron tres reinos de Corea,
debemos reflexionar sobre las razones que causaron la derrota de Silla y su
posterior absorción por la dinastía Goryeo. Existen diversas opiniones al
respecto. Sin embargo, pienso que la causa fundamental yace en que su pueblo
había olvidado su espíritu original. Cualquier organización o agrupación que
está en un trance fatal de declive termina desapareciendo cuando finalmente
pierde de vista el espíritu inicial. Espero que todos ustedes mantengan viva el
espíritu del doctor Ikeda y que construyan las bases de una paz duradera por
varias y muchas centurias a seguir.
Desafortunadamente, la
historia del siglo XX estuvo plagada de guerras y tragedias como producto de
intereses egocéntricos. Debemos hacer que el siglo XXI sea una centuria de la
esperanza, para dispersar las tinieblas que ofuscan nuestra visión…
Como todos sabemos, la
paz no es algo que nos llegará por más que simplemente la esperemos. Por ello
la Universidad de Gyeongju y la Universidad Soka se han comprometido juntas en
la búsqueda de un bien mayor –no para nosotros, sino para la humanidad— y en promover
la amistad entre la República de Corea y el Japón.
Como fundador de la
Universidad de Gyeongju, me gustaría destacar, desde mi modesta perspectiva,
que el doctor Ikeda, quien estableció la Universidad Soka, experimentó grandes
dificultades en pos de sus ideales. Si una persona no está dispuesta a
entregarse enteramente, no podrá lograr nada realmente significativo…
En Vidas paralelas,
Plutarco declaró que aunque los padres dan la vida, los mentores son quienes
dan un significado a la existencia. El pensador griego deja claro que tras cada
persona extraordinaria hay un maestro extraordinario, y que nuestra gratitud
hacia el maestro debe ser tan profunda como la gratitud que les debemos a los
padres. Nuestras vidas reciben una influencia eterna de las personas que
conocemos. De la misma manera, el doctor Ikeda experimentó una transformación
decisiva al conocer a Josei Toda, su gran maestro, y el profesor [Arnold]
Toynbee albergó admiración por los filósofos comprometidos con la sociedad al
conocer al doctor Ikeda…
Yo entré a la carrera
legislativa porque creo que las acciones en la política son indispensables para
el desarrollo de la educación. Coincido enteramente con la convicción del
doctor Ikeda de que la educación es la única vía que llevará al género humano
por el camino de la paz. Mi anhelo es ampliar dicho camino de la amistad para
que sea adamantino y eterno.
Estoy convencido de que
cada paso que demos, no importa cuán sencillo sea éste, contribuirá a reforzar
las bases de la amistad entre Corea y Japón, y finalmente a establecer la paz
global.
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Subtitulos El director Stuart Rees entrega el diploma a Daisaku
Ikeda
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NOVIEMBRE 24, 2000. Universidad de Sídney,
Nueva Gales del Sur, Australia.
Distinción: Doctorado Honorario en Letras.
Dra. Judith Kinnear, Vicepresidente
adjunta de la Universidad de Sídney.
Hubiese sido natural que
Daisaku Ikeda, originario de un país y una cultura que se mantuvieron
largamente cerrados, se hubiese ocupado únicamente de las cuestiones domésticas
del Japón e impulsar el movimiento de la Soka Gakkai en el ámbito nacional. Sin
embargo, él es un cosmopolita. Desde que asumió el cargo de presidente de la
Soka Gakkai Internacional en 1975,
ha recibido ciudadanías honorarias de más de noventa
localidades; en el Japón, ha creado el sistema de instituciones educativas
Soka, cuya base es el respeto por la dignidad humana, el medio ambiente y las
culturas diferentes. La Universidad Soka, fundada en 1971, mantiene
intercambios con cincuenta instituciones de enseñanza superior de todo el
mundo. Daisaku Ikeda ha fundado también entidades dedicadas a la paz y a la
cultura, entre ellas, el Instituto Bostoniano de Investigaciones para el Siglo
XXI, el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio, y el Instituto Toda de
Investigación sobre la Paz Global, con sede en Hawái. Ese instituto único viene
promoviendo el diálogo en todo el orbe acerca de cuestiones globales como la
seguridad alimentaria, el desarme nuclear, la globalización, la plena
disponibilidad del empleo y la comunicación entre civilizaciones. El Centro de
Estudios de la Paz y el Conflicto de la Universidad de Sídney se ha beneficiado
del apoyo académico e intelectual brindado por el Instituto Toda.
A través de su labor
como líder de la Soka Gakkai Internacional y de sus escritos sobre la
realización humana, Daisaku Ikeda ha demostrado la importancia de las artes
visuales, escénicas y líricas. Además del libro que recoge su diálogo con
Arnold Toynbee, otros libros elaborados en conjunto con diversas personalidades
incluyen En busca de la paz, junto a Linus Pauling, laureado con el Premio
Nobel; Valores humanos en un mundo cambiante, con Brian Wilson, y Escoge la
paz, con el erudito noruego Johann Galtung. En esas numerosas obras, Daisaku
Ikeda explica profundos conceptos budistas en términos estimulantes y
accesibles. Desde hace ya diecisiete años, ha publicado anualmente una
propuesta de paz que analiza la relación entre principios budistas
fundamentales y los desafíos que enfrenta la sociedad global en la lucha por
lograr el desarme nuclear y la seguridad humana.
Ante una trayectoria que
cuenta ya con amplio reconocimiento internacional, resultaría fácil dejar a un
lado el esfuerzo que Daisaku Ikeda realiza en bien de los intereses de los
demás. Su penetrante conocimiento de la condición humana se manifiesta en su
buen humor, su obra fotográfica, su poesía y su manera de establecer
comunicación con los demás. Ha mantenido contacto con mandatarios nacionales y
miembros de diversas familias reales, y a la vez, mantiene un sólido compromiso
con la gente común, los niños en edad escolar y estudiantes de todos los
rincones del globo. El impulso que imprime al diálogo en el plano internacional
y la tarea que lleva adelante la Soka Gakkai para desarrollar la amistad global
son un regalo para la humanidad. Daisaku Ikeda es un ciudadano del mundo sin
parangón.
DICIEMBRE 13, 1998. Universidad de Delhi,
Nueva Delhi, India.
Distinción: Doctorado Honorario en Letras.
Doctor Vrajendra Raj
Mehta, Vicerrector de la Universidad de Nueva Delhi.
Daisaku Ikeda es una
persona extraordinariamente dotada, que ha dedicado su vida entera a la paz,
fiel a lo que él mismo ha denominado “una armoniosa mezcla de culturas”.
Mientras me encuentro aquí, me siento sobrecogido, embargado de respeto y de
una intensa conciencia de lo que es un ser humano creativo […]
Reconocemos el
infatigable esfuerzo que realiza Ikeda en bien de la educación, el
entendimiento entre naciones, el pacifismo y la felicidad de cada individuo. En
un mundo de aspiraciones contrapuestas y creencias conflictivas, Ikeda, como
líder de la Soka Gakkai Internacional, ha trabajado por más de cuatro décadas
para unir a las naciones a partir del diálogo pacífico, el entendimiento y la
cultura […]
Por su sólido
conocimiento de los problemas que afectan hoy la educación, Ikeda está
férreamente convencido de que una labor pedagógica basada en la creación de
valores puede desempeñar un papel fundamental en la conformación de las
generaciones futuras. Ikeda ha hecho realidad su filosofía a través de la
progresiva fundación de las instituciones educativas Soka (desde el nivel de
jardín de infantes hasta el universitario) en el Japón y en el extranjero.
Asimismo, ha creado fondos educativos destinados a la formación de individuos
de pensamiento maduro e independiente, que posean una base moral sólida, asuman
sus responsabilidades sociales y dediquen su vida al bienestar de la comunidad.
La educación Soka o
educación para la creación de valores tiene como meta desarrollar el potencial
pleno de cada individuo y posibilitarle elecciones conscientes que contribuyan
eficazmente a su comunidad local y a la comunidad global. El énfasis en el
desarrollo ilimitado del potencial humano pone de relieve la importancia de
continuar estudiando a lo largo de toda la vida. Tal es la firme respuesta de
Ikeda a la alienación, la degradación ambiental, la injusticia económica, la
pérdida de lazos dentro de la comunidad y de la sociedad toda, y el surgimiento
del fundamentalismo. Como filósofo, Ikeda ha esparcido un oleaje de esperanza
para toda la humanidad a través de su “nuevo humanismo”, a partir del concepto
del dharma cósmico del rey Ashoka, basado en la verdad, la virtud y la justicia
[…] Ikeda profesa un hondo respeto por la vida, primer requisito de su nuevo
humanismo. Cree que los seres humanos no deben, en ninguna circunstancia, matar
a otros seres humanos. En definitiva, Ikeda está transformando la sociedad al
fortalecer el potencial del individuo y conducirlo hacia la felicidad. Ha hecho
realidad en su propia existencia el principio fundamental de su vida, según el
cual la revolución de un solo individuo puede cambiar el destino de una nación
e incluso, el de la humanidad. Ikeda ha convertido la Soka Gakkai en una gran
institución educativa, que brinda oportunidades filosóficas y educacionales a
personas de las más diversas edades y extracciones sociales provenientes de
todo el globo, mediante foros, seminarios, exhibiciones, intercambios
culturales e instituciones académicas. Ikeda […] ha hecho realidad la filosofía
del dharma del rey Ashoka y el ahimsa del Mahatma Gandhi como estrategia para
solucionar los conflictos del mundo moderno. Y como Gandhi, el doctor Ikeda ha
podido transmitir exitosamente su mensaje a las masas, a través de su
organización para la creación de valores, la Soka Gakkai. Al hacerlo, ha
logrado llegar a todas las personas que subsistían en la periferia de la
sociedad y brindarles un espacio de influencia dentro de la vida social.
Para nosotros, que
integramos la Universidad de Delhi, es motivo de orgullo que el profesor Ikeda
se convierta en uno de los destinatarios de nuestro grado de Doctor Honoris
Causa en Letras. Sin embargo, es necesario que recordemos lo que Maquiavelo
manifestó en otro contexto: algunos hombres toman su lustre de los honores y de
las instituciones; otros, más grandiosos aun, les confieren a los lauros su
propio esplendor. Al aceptar nuestro título honorario, el profesor Ikeda ha
agregado su lustre a este honor, como lo ha hecho con las otras innumerables
distinciones que ha recibido. Estamos ante la rara ocasión en que nuestro
homenajeado nos honra a nosotros más de lo que nosotros lo honramos a él.
MARZO 14, 1996. Universidad de Hong Kong,
China.
Distinción: Doctorado Honorario.
Profesora Mimi Chan.
Líder religioso,
filósofo, autor, poeta, humanista internacional, educador, prominente figura
del ámbito cultural mundial: estos apelativos apenas alcanza a describir algo
de los diversos atributos y logros del presidente Daisaku Ikeda, un verdadero
renacentista. […]
Como incondicional
defensor de la paz mundial, Ikeda ha viajado extensamente y ha publicado muchas
obras en su esfuerzo para promover la paz y el entendimiento internacional. En
particular, ha dedicado su energía a solventar la desavenencia entre la China y
el Japón y a revitalizar y fortalecer las Naciones Unidas. Sus esfuerzos han
sido reconocidos, convirtiéndolo en receptor de incontables distinciones de
naciones e instituciones del orbe entero. […] En su búsqueda del entendimiento
entre los pueblos y la paz mundial, ha viajado ampliamente, conducido diálogos
con distinguidas figuras de los temas internacionales, la cultura y la
educación […] y ha compartido la perspectiva budista para aplicarla en tópicos
culturales, educativos, sociales y ecológicos. […]
El espíritu cosmopolita
y la búsqueda de la excelencia se manifiestan claramente en la evolución de la
Universidad Soka. En un cuarto de siglo –período que para otras universidades
es apenas un instante de su historia—, la Soka se ha convertido en una de las
instituciones más competitivas y progresivas del Japón. […] Nuestra institución
se beneficia de las valiosas donaciones de libros valiosos y becas del Japón,
las cuales han permitido a nuestros alumnos del japonés estudiar en la Soka.
Soka significa “creación de valores”; la educación contribuye al beneficio, el
bien y la belleza. La política educativa de la Universidad Soka está basada en
un profundo respeto por la dignidad humana; su objetivo es la formación de
personas creativas que hagan provecho de su conocimiento académico y técnico al
máximo. En las estatuas de bronce del edificio de Artes Liberales de dicha
universidad rezan las siguientes palabras: “¿Cuál es el propósito de la
búsqueda de la sabiduría? Hazte siempre dicha pregunta. Solamente el trabajo y
la devoción a la misión le da sentido a la vida”.
Indudablemente, a quien
otorgamos nuestro grado honorario hoy se ha esforzado en cumplir con su misión
con esmero y dedicación. Daisaku Ikeda dice que la poesía no se escribe, se
canta. En uno de sus poemas, él recitó:
“En aras de la cultura,
hemos de crear con nuestro pensamiento y acción,
hemos de actuar con ponderación para aliviar a otros.
Puentes de arco iris, objetos de ensueño no construiremos;
un diamantino puente indestructible,
mejor y más exquisito que un arco iris,
eso hemos de construir”.
JUNIO 15, 1994. Universidad de Glasgow,
Reino Unido.
Distinción: Doctorado Honorario.
Profesor Forbes Munro.
En la primavera de 1971,
en una verde colina de Hachioji en los suburbios de Tokio, una nueva casa de
estudios superiores, la Universidad Soka, abrió sus puertas a la primera
promoción de sus estudiantes. Un espectador fortuito no hubiese visto nada
particular en dicha flamante institución en comparación de otras universidades
nuevas que estaban surgiendo en aquella época, en el Japón. Pero la diferencia
de la Universidad Soka del resto, era la visión y la inspiración de su
fundador, Daisaku Ikeda. […]
Daisaku Ikeda se ha
consagrado a la causa de la paz del mundo y a respaldar los ideales y las
políticas de las Naciones Unidas. Sus esfuerzos le han granjeado un amplio
reconocimiento, materializado en numerosos honores conferidos por gobiernos y
organizaciones […] En el campo de la educación, además, el señor Ikeda ha
manifestado el mismo espíritu internacional. Ha viajado extensamente para
disertar, en universidades de primer nivel de todo el mundo, acerca de la
perspectiva budista sobre cuestiones sociales, políticas y ambientales
contemporáneas. […]
He descrito al hombre
público más que al privado. Pero hay mucho que decir del segundo. Daisaku Ikeda
es un distinguido estudioso, autor de numerosos libros de índole filosófica. Es
un meritorio fotógrafo aficionado, que posa su mirada particularmente en los
paisajes. Y desde temprana edad, expresó su espiritualidad y sus emociones
mediante el tranquilo arte de la poesía. Tan solo unas líneas de su creación
lírica serán suficientes para describir a Daisaku Ikeda, mejor que cualquier
explicación que yo pueda dar:
Como la cascada,
impetuoso.
Como la cascada,
infatigable.
Como la cascada,
valeroso.
Como la cascada,
exultante.
Como la cascada,
majestuoso.
Un hombre debe tener el
digno porte de un soberano.
DICIEMBRE 22, 1992. Universidad de Nairobi,
Kenia.
Distinción: Doctorado Honorario en Letras. (Nota: Texto
publicado en el folleto conmemorativo elaborado por la Universidad de Nairobi.)
Daisaku Ikeda ha
consagrado su vida a promover la paz, la cultura y la educación. La paz por la
que Ikeda se ha esforzado tanto no es la simple ausencia de guerra: él ha
puesto su máximo empeño en lograr una “revolución humana”. Consciente de que
los siglos XX y XXl se habían caracterizado por una tendencia a depender
excesivamente del racionalismo, el pragmatismo y la política práctica, Ikeda
hizo propicia toda oportunidad y utilizó cuanto ámbito se encontraba a su
disposición para defender y propagar la necesidad de lograr una mejora en la
sociedad a partir del cambio interior del individuo. En una de sus numerosas
propuestas de paz, presentada […] en 1972, expresó: “El individuo necesita una
base firme que le permita avanzar con la fuerza de sus convicciones, incluso
cuando se encuentre completamente solo”. La paz que Ikeda ha propuesto como un
desafío que el mundo y el género humano deben enfrentar comienza cuando uno
brinda estabilidad a su pensamiento y filosofía interiores. Las contribuciones
de Daisaku Ikeda a la paz del mundo surgen de su convicción como budista de que
existe en la vida humana la capacidad inherente de encontrar soluciones
creativas para los conflictos y de crear valores durante el proceso.
Su filosofía de vida considera la cultura el barómetro de la paz tanto
en el individuo como en el grupo social. Él ve la cultura como la expresión y a
la vez la fortificación del poder de la vida en los seres humanos, poseedora de
la aptitud sin par de crear significación y valores en las actividades de la
vida cotidiana. Para establecer un modo de pensamiento de esa naturaleza, se
requiere un sistema de educación que se centre en acrecentar la capacidad del
individuo y de la sociedad para crear valores. La educación es, por ende, el
tema clave dentro del establecimiento de esa paz que comienza con el individuo.
Daisaku Ikeda es un
filósofo que ha demostrado una constante preocupación e interés por cuestiones
sumamente serias que amenazan a la sociedad y a la humanidad toda. Además de sus tres grandes compromisos con
la paz, la cultura y la educación, ha enfrentado temas tan importantes como el
desarme nuclear y la destrucción ambiental; la polarización entre Oriente y
Occidente, entre Norte y Sur; la Guerra Fría, el pluralismo cultural, la unidad
global de la humanidad, cuestiones relativas a la mujer y al género, y los
jóvenes, como el patrimonio más crítico para el futuro de la humanidad.
Como filósofo, Ikeda ha proporcionado al mundo un modelo para el
establecimiento de la paz. Dicho modelo hace un llamado a un segundo
Renacimiento. Sobre la base del budismo, la propuesta parte de la renovación
espiritual del individuo […] para establecer la necesaria orientación y
control. En ese sentido, Ikeda busca mejorar el desequilibrio actual entre los
avances tecnológicos logrados por la humanidad y el retroceso moral de esta. El
modelo requiere que el individuo se inserte con beneplácito en una sociedad que
posea una cultura aceptada y aceptable, capaz de suministrar a todos los
elementos necesarios para conducirse adecuadamente y para discernir el bien y
el mal. Asimismo, la educación debe estructurarse para proveer a las personas
lo que necesitan para cumplir efectivamente con su función. En el modelo, el
individuo que se ha preparado de ese modo transforma su propia vida desde el
interior de su ser y luego actúa como una persona común que juega un papel de
importancia en la lucha por lograr una paz permanente en el mundo.
Si bien es un filósofo,
Daisaku Ikeda no es en absoluto un simple soñador. Se ha destacado como una
persona objetiva que ha aceptado el desafío de poner en práctica sus ideas y ha
desplegado una acción ejemplar en la concreción de sus metas. Se ha esforzado
enormemente para poner a prueba su modelo a través de su propio accionar: ha
vivido demostrando que cada uno de nosotros puede y debe establecer su
compromiso personal con la paz del mundo, y que ese compromiso establece
realmente una diferencia […]
Al leer la obra de
Daisaku Ikeda, se trate de propuestas, diálogos, ficción o biografías, se
experimenta un sentimiento fresco, como el de la brisa que penetra por una
ventana para asegurar la supervivencia de la humanidad. Se trata de las
palabras y mensajes de un intelectual que es muy sencillo porque es tan
profundo. Son las palabras serenas de un genio que ha entregado su vida para
colmar al mundo de las semillas de una revolución silenciosa. Leer el
currículum vítae de Daisaku Ikeda es una experiencia que embarga de humildad al
académico más preparado.
Es difícil realizar una
semblanza de Daisaku Ikeda: es un filósofo y un sociólogo por excelencia; es un
hombre práctico dotado de energía incansable. Un educador, autor, poeta y
crítico literario; alguien comprometido con el logro de la paz del mundo, una
paz sustentada en las cualidades indispensables para la supervivencia de la
humanidad. Una persona de grandes convicciones en los temas religiosos que son
profundamente humanos. Este hombre debe de ser el Intelectual Relevante que, al
igual que Rudyard Kipling (1865-1936), descubrió que “las palabras son el
medicamento más poderoso empleado por la humanidad”. La obra literaria
publicada por Ikeda, de ficción y no ficción, de poesía y de prosa, es
prácticamente innumerable.
Ikeda es un hombre
extraordinario de firme propósito, un intelectual de enorme talla y un sabio
internacional, que ha ofrecido al mundo el regalo de las letras, en un intento
racional y resuelto de transformar el mundo en un lugar mejor.
Conferir a Daisaku Ikeda
nuestro Doctorado Honorario en Letras es, sencillamente, honrar a un hombre que
ya ha recibido amplio reconocimiento a lo largo de su existencia. Por ello, es
hoy un gran honor para la Universidad de Nairobi sumarse al brillante tributo
que Ikeda recibe en todo el mundo, otorgándole el grado honorario de Doctor en
Letras.