FORTALEZCA SU FE.
Daisaku Ikeda presidente
de la SGI, señala:
La función conecta de la
fe es limpiar la mente, la vida y el corazón, y restituirles pureza. Sólo
cuando uno tiene pureza de mente y de corazón, logra hacer surgir su sabiduría
inherente. (...) El impulso de la razón genuina es trascender continua y
eternamente los confines del yo en su estado actual. Aspira a ir más allá de si
misma, a trascenderse a si misma siempre hacia la elevación. La fuente de
energía y el cimiento de esa indagación perpetua es la fe en algo más amplio,
más extenso que en si mismo. La fe
purifica la razón, la fortalece, la eleva. La “fe pura” es, al mismo tiempo,
razón rigurosamente puesta a prueba y también fe purificada y perfeccionada'. (IKEDA
Daisaku: Creencia y comprensión. La relación dinámica entre la fe y la
sabiduría del Sutra del Loto. Diálogo sobre la religión en el siglo XXI)
La fe es un inmenso
poder que tienen todos los seres humanos, la fe es el camino directo para
unificar nuestra vida con el ritmo del Universo. En ese sentido la fe purifica
la mente y el cuerpo, unifica el ser con su entorno, direcciona nuestros deseos
más hondos hacia la felicidad. Nos da sabiduría para sacarle el mayor provecho
al presente y el futuro. La fe constante cultiva una poderosa fuerza vital que
nos hace imperturbables ante cualquiera dificultad que se nos presente. La fe
nos hace ser alegres, tener un sentido de agradecimiento único, en pocas
palabras pule nuestro corazón.
En el Sutra del Loto se
establece un modo de vida basado en la fe y mediante esa fe, se encamina la
vida hacia la sabiduría, que purifica y armoniza nuestras acciones diarias.
Nichíren Daishonin
comprendió este punto esencial expuesto en el Sutra del Loto y se propuso encaminar
toda su vida para que todas las personas pudieran manifestar la máxima
sabiduría que él mismo habla experimentado.
En ese sentido la entonación
de Nam-myoho-renge-kyo, es una práctica que expresa y pone en sintonía a (a
persona, con la energía universal, para transformar cada palmo de nuestra
existencia, manifestar la sabiduría de Buda y luchar por lograr la propia felicidad,
como la felicidad de otras personas.
En ese aspecto la Soka Gakkai con sus tres primeros presidentes,
tal como lo hizo Nichíren en su momento, consagraron sus vidas por la felicidad
de las personas que luchaban por un futuro mejor, a través de la fe.
El concepto de revolución
humana, expuesto por el segundo presidente de la Soka Gakkai Josei Toda,
moderniza en un lenguaje actual el término iluminación, que tanto se pregona en
el Budismo. La revolución humana es un profundo cambio espiritual interior que
lleva a las personas, a dejar de lado el desinterés y la desconfianza existente
en nuestra sociedad actual, por una profunda conciencia en el respeto y valor
de la vida, lo que lleva a creer en el potencial inherente en cada ser humano, y
lleva a concretar una felicidad real e imperecedera, base de una sociedad
realmente pacifica.
En pocas palabras las
mejores acciones que como seres humanos podemos demostrar es un claro y real
interés por una persona, además de atesorarla guardándole el máximo respeto.
Hay una historia que
cuenta el Sutra del Loto sobre el Bodhisattva Jamás despreciar, quién
reverenciaba a las personas con estas palabras: “Siento profundo respeto por vosotros. Jamás osaría trataros con
desprecio o arrogancia ¿Y por qué? Porque todos estáis practicando el camino
del bodhisattva y sin falta obtendréis la Budeidad”. Este es un vivo
ejemplo del máximo respeto que podemos ofrecerles a las personas.
En síntesis la fe
fortalecida diariamente a través de la práctica budista dejada por Nichíren
Daishonin, nos lleva a estar conscientes de la naturaleza de Buda de cada
persona y tiene su expresión contemporánea en el término revolución humana, es
la fe para lograr la felicidad de uno y de los demás, aparte de demostrar un
humanismo o amor compasivo, el que construirá puentes de amistad y confianza
para lograr la tan anhelada Paz Mundial.
Referencia: Visión XXI. SGI de Panamá.