EL ZAIMU EN LA SGIES. Experiencia contada en la asamblea (SGI España). Diciembre 15 de 2013.
Quisiera comenzar esta
experiencia haciendo alusión a una idea extraída del editorial de la revista Civilización
Global del mes de Noviembre de este año.
“Cualquier viaje,
cualquier camino hacia un objetivo, es en realidad, el comienzo de un nuevo
camino”.
Hace exactamente un año,
en la asamblea general de Soka Gakkai que celebramos en este mismo sitio, me
propuse hacer la contribución voluntaria económica para SGIES (SGI de España).
En ese entonces, aunque
quería hacerla no disponía de ingresos. Me determiné hasta enero de este año
(2013) en conseguir la cantidad que me había propuesto.
Pasó el mes de diciembre
(2012), y llegamos a Enero de 2013, y no conseguía lo que deseaba. Al mismo
tiempo que entonaba daimku por esa meta, me determiné a encontrar un trabajo
que me permitiese los ingresos suficientes para hacer mi aporte al mismo tiempo
me permitiría resolver otras necesidades.
Han pasado muchos meses
desde entonces, he tenido muchos desafíos, obstáculos, tristezas, y,
alegrías...
Ha sido un año muy
intenso, he tenido la suerte de participar en muchas actividades de la SGIES; empezando
por las preparaciones de reuniones de diálogo, las reuniones de diálogo, asumiendo
la responsabilidad de los jóvenes del grupo, preparando y ayudando a preparar
el examen de 1er nivel de budismo con mis compañeras de fe, ayudando en la
preparación del estudio de gosho, participando en el curso de responsables celebrado
en Tenerife, por supuesto he realizado abundante daimoku, tanto en grupo como
solo. He alentando a muchas personas practicantes y no practicantes de este budismo,
haciendo shakubuku, y en definitiva teniendo una participación activa en la lucha
por el kosen rufu. Todo esto al mismo tiempo que luchaba contra mi propia negatividad,
y trataba de mantener firme la fe en mis objetivos, en esta práctica... trataba
de no desesperanzarme, pues pasaban los meses y a pesar de los esfuerzos no obtenía
respuesta.
Pero… llegó el mes de
octubre, y casi sin darme cuenta, había adoptado un cambio en mi actitud, en mi
postura hacia mi propia vida, hacia mi gohonzon, era un cambio interno casi
imperceptible, que ha sido el detonante, de la transformación de mi realidad, y
de mí día a día.
Así que obtuve mi prueba
real. Casualmente, la persona a través de la cual conseguí el empleo la había
estado alentando a que practicara unos meses antes. Por fin!!!
Había conseguido el tan
ansiado empleo, nada del otro mundo, un empleo temporal de 2 meses con un
sueldo bastante modesto, pero aún así lo aproveché y aún hoy estoy muy
agradecido por haberlo conseguido.
El beneficio no ha sido
sólo económico, sino que pude desafiarme a aportar algo más en mi nuevo empleo,
tuve la oportunidad de compartir mi alegría con muchas personas, pude alentar y
animar a muchas personas en estos días de desánimo por la situación que
atraviesa el país, entoné daimoku para que esas personas que visitaba cada día
en mi trabajo pudiesen salir adelante, que pudiesen sentir la calidez que todos
los seres humanos podemos brindar aún cuando estemos atravesando dificultades,
creo que he llevado a cabo la noble misión del bodhisattva. O por lo menos lo
he intentado, y eso me produce mucha alegría, mucha paz interior. Gran beneficio!!!
Al día de hoy, no sólo
puedo hacer la contribución que me había propuesto hace ya un año, sino que
además he podido renovar la suscripción a la revista y regalar una suscripción
anual a otra persona, también he podido resolver otros aspectos de mi vida.
En definitiva ha sido
todo un triunfo, y aunque no he podido lograr todas las metas que me propuse
para este año, he aprendido, “que lo más importante es no rendirse jamás y
avanzar día a día con fe y perseverancia”, tal y como nos alienta Daisaku Ikeda.
Sin duda ha sido este un
año de muchos desafíos, y de mucha Revolución Humana, esto también lo he vuelto
a re descubrir, y es que si no hay una transformación interior, ó revolución
humana, no hay cambios en el exterior. Insisto, ha sido un año de cambios de
postura ante la práctica, y ante mi propia vida, cambios de postura hacia mi
propio gohonzon, así que los animo a seguir el camino de la auto superación que
nunca llega a su fin, luchando en pos de nuevas metas, dando cada día un paso, como
nos alienta Ikeda, que cada paso sea en sí una meta, aun sin dejar de ser un paso.
Gracias a todos los miembros por sus apoyos, por sus palabras de
aliento, por su daimoku, muchísimas gracias a todos de corazón.