ASPIREMOS A UN NOBLE IDEAL.
En la primera carta que
Nichiren Daishonin escribió luego de llegar a la isla de Sado dice: "La
vida es limitada, y no debemos escatimarla. Después de todo, a lo que
deberíamos aspirar es a la tierra de Buda”.
¿A que dedicamos
nuestros esfuerzos?
En un reciente diálogo
con representantes de la División de Jóvenes, el presidente Ikeda se refirió al
pintor español Francisco de Goya (1746-1828), manifestando que, a través del
gran sufrimiento que le había causado la perdida de la audición, pudo descubrir
su gran tarea (que era la de retratar la verdad sobre la corrupción del clero
cristiano, su contubernio con la autoridad y lo trágico y demoníaco de la
guerra, a la que el pueblo era empujado por ambos. En un párrafo de ese diálogo
dice, con respecto a Goya: Trabajo sobre su soledad, para convertirla en la
fuerza que lo llevara a ponerse de pie por si mismo. Abandonó su vida anterior,
en que lo Único que le interesaba era conservar el favor de la corte y de la
nobleza. Y comenzó a vivir como sabia que debía... [El historiador de arte André
Malraux] escribe que el triunfo más grandioso de Goya fue el que obtuvo sobre
si mismo, pues a partir de esa contienda triunfó sobre todo lo otro". Goya
vivió con su propia vida la frase del escritor argentino Almafuerte: "A
veces un gran destino está dormido, y viene el dolor y lo despierta”.
El, consciente de su misión,
enfrento la persecución y el desprecio de sus contemporáneos. Su obra trascendió
el paso del tiempo y marco como un punto de inflexión la historia universal del
arte, mientras quienes fueron sus enemigos sólo son recordados por su espíritu
mezquino y sus acciones depravadas.
Un noble ideal se basa
en principios sólidos.
El presidente Ikeda
continuo: “...Cuando Goya se dispuso a vivir de acuerdo con sus propios parámetros,
pudo ver la realidad claramente. Y, como fruto de ello, logró pintar maestras que han conmovido el corazón de los hombres
durante generaciones. […] Solo cuando
uno es fiel a sus Propios principios, puede tomar contacto con la inmensa
energía latente que yace dentro de uno mismo”.
Es crucial vivir según
los propios principios y no dejarse influir por lo que los demás dirán,
pensarán o harán. Cuando uno esta seguro de la verdad de su meta (su ideal), se
centra en sus propias convicciones.
Los grandes hombres y
mujeres consagraron su vida a la misión que escogieron, y se entregaron a ella sin
escatimar nada de si mismos. Y es por eso que grabaron "páginas doradas”,
que serán recordadas por siempre.
No escatimar esfuerzos
por la suprema felicidad.
El espíritu de no
mezquinar la vida…Qué importante es, entonces, que no escatimemos la vida por el
Budismo, el supremo valor.
Como señala el
Daishonin, si brindamos nuestro esfuerzo incesante en pos del kosen-rufu, sin
falta alcanzaremos un estado de vida magnífico, donde nos sentiremos envueltos
en una luz de eterna tranquilidad; una tierra de Buda. La fe, el poder de la
Ley Mística nos permite lograr la felicidad genuina, en su grado mas elevado.
Y, por eso, la vida dedicada a la causa del kosen rufu es la mas valiosa de
todas las formas de vivir.
El Daishonin afirma:
"No deje que esta vida transcurra en vano, solo para lamentarse de ello en
los próximos diez mil años”
Dediquémonos a vivir por
el gran ideal del kosen-rufu, basadas en las enseñanzas del Daishonin, y
avancemos por nuestro camino sin ningún tipo de arrepentimiento.