¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

UNA LUCHA CONTRA LAS FUERZAS DE LA ARROGANCIA. “EL BODHISATTVA JAMAS DESPRECIAR”


Análisis del capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar” (vigésimo, Fukyo), que, según describe Nichiren Daishonin, explica el “corazón de la práctica del Sutra del Loto”. Investigan la enseñanza que expuso el bodhisattva Jamás Despreciar, y el significado moderno de dicha práctica de respeto a los semejantes, como opuesta al nacionalismo.

Presidente Ikeda: Cada año, cuando los cerezos dan flor, recuerdo cómo se veían los pimpollos aquel día, aquella primavera de hace cuarenta años, cuando falleció mi maestro Josei Toda, el segundo presidente de la Soka Gakkai. El día del funeral, flotaba en el aire la fragancia de los pétalos que el viento hacía caer. En su lento descenso hacia la tierra, cada uno de ellos resplandecía, como insuflado de vida. Era como si quisieran despedirse acongojados de ese gran paladín de la Ley Mística.

[ . . . ]

Se me ocurre que, durante la Segunda Guerra Mundial, hasta los capullos de cerezo fueron reclutados al servicio del militarismo japonés. Los propagandistas ensalzaban el sacrificio por la causa nacionalista echando mano a consignas inconcebibles; por ejemplo: “Un japonés ofrenda su vida con la misma osadía admirable y espléndida con que los cerezos se desprenden de sus pétalos en la plenitud de su belleza”. Sin embargo, nada podría estar más lejos de la verdad. En el Japón, desde los tiempos antiguos, la flor del cerezo no fue símbolo de “muerte magnífica” sino de “vida plena”. Se dice que la tradicional costumbre de contemplar los cerezos tenía, antaño, el fin de comprobar la abundancia de sus flores. Pues se creía que si eran numerosas y si se mantenían por mucho tiempo, ese año tendrían una cosecha abundante.

[ . . . ]

Endo: El poder manipula cualquier cosa con tal de sacar ventaja. Es un aspecto temible…

Saito: Es más, la gente termina por olvidar el significado original de ciertas imágenes y, con el tiempo, acepta el que se les adjudica deliberadamente.

Suda: Me sorprende mucho saber que los capullos de cerezo no simbolizaban la muerte, originariamente, sino la vida resuelta y plena. Nunca se me hubiera ocurrido que en estas flores se concentraban las esperanzas del pueblo, el anhelo de una abundante cosecha.

Presidente Ikeda: El presidente Toda vivió toda su vida consagrado a hacer realidad las esperanzas de la gente. A raíz de los dos años que pasó en prisión, su salud quedó totalmente quebrantada. Pero se armó de las pocas energías que le quedaban y se dedicó a cumplir el legado de su maestro Tsunesaburo Makiguchi, el primer presidente de la Soka Gakkai, injustamente muerto por el Estado militarista. La fuerza vital del señor Toda era realmente prodigiosa. Su vida fue la consumación de la enseñanza contenida en el capítulo “Duración de la vida”.

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Presidente Ikeda: Aunque Shakyamuni recurrió a la figura de budas míticos como medio útil, un buda no es un ser imaginario. Un buda auténtico habita en este mundo impuro y real, se mezcla con los que más sufren, comparte su dolor y pesar y los guía hacia la felicidad. Sólo el que vive así puede llamarse buda.
Por otro lado, porque el Buda se dedica a ayudar a la gente a ser feliz, debe enfrentar la persecución de aquellas funciones que encarnan el poder arrogante, como los líderes seculares y religiosos, y hasta es odiado por las mismas personas a quienes intenta ayudar. Es objeto de “maldiciones e insultos”; es azotado con “varas y piedras”.[1] El Buda vive rodeado de estas grandes dificultades.

Un buda no es un ser de otro mundo, que flota en un halo de iluminación, y descansa en un mundo ajeno a las dificultades y los problemas. Por el contrario, es el primero en arrojarse de cabeza a la marea embravecida de la sociedad. Quien tiene esta actitud deberá enfrentar persecuciones sin falta y hasta exponerse a sufrir daños físicos. En cambio, el que vive con astucia, el que prefiere ignorar el sufrimiento de la gente y sólo busca resguardarse es cualquier otra cosa, menos un buda. A decir verdad, la persona así es una suerte de “demonio”.
Los miembros de la Soka Gakkai, y el mismo presidente Toda, se han esforzado sin descanso por lograr la paz y la felicidad de cada ser humano. La luz del Budismo genuino no brilla en ninguna otra parte más que en esta clase de actividades. Esto es lo que enseñó el maestro Toda en lo que podríamos llamar su última disertación sobre el Sutra del Loto.

Saito: Sostener una lucha en medio de la realidad social y enfrentar persecuciones… Esta es, en sí, la enseñanza del capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar”.

Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dice: “La esencia de todas las enseñanzas del Buda es el Sutra del Loto, y la esencia de la práctica del Sutra del Loto se expone en el capítulo ‘El bodhisattva Jamás Despreciar’”.[2] Básicamente, la enseñanza máxima del Budismo es el Sutra del Loto. Y la práctica concreta del Sutra del Loto se explica en el capítulo vigésimo.

Suda: El fragmento que acaba de citar sigue así: “¿Qué significa el profundo respeto que el bodhisattva Fukyo sentía hacia todas las personas? El verdadero significado del advenimiento del buda Shakyamuni a este mundo yace en su comportamiento como ser humano”.[3]

Endo: En otras palabras, Shakyamuni hizo su advenimiento a este mundo y expuso la Ley para enseñar a las personas cómo comportarse como seres humanos y cómo vivir. Y la conclusión a la cual llega es la forma de vida del bodhisattva Jamás Despreciar.

Ayudar a los que más están sufriendo

Suda: Para empezar, los tres capítulos que siguen al dieciséis explican el beneficio de la propagación. Son “Distinción de beneficios” (Diecisiete, Fumbetsu Kudoku), “Los beneficios de responder con alegría” (Dieciocho, Zuiki Kudoku) y “Los beneficios del Maestro de la Ley” (Diecinueve, Hosshi Kudoku). El capítulo vigésimo, “El bodhisattva Jamás Despreciar” explica la buena fortuna y los beneficios recibidos por aquellos que difunden el Sutra del Loto, así como las circunstancias infortunadas de aquellos que actúan contra sus devotos.

Saito: Y lo explica relatando la experiencia de un practicante, un bodhisattva llamado Jamás Despreciar…

Presidente Ikeda: Hay varias explicaciones interesantes con respecto al nombre de este bodhisattva. En la traducción al chino de Kumarajiva se lo consigna como alguien que jamás desprecia o desdeña a los otros, pero entiendo que el texto original en sánscrito puede traducirse como “Siempre Despreciado”.

Endo: Correcto. El título de este capítulo, según la traducción china del sutra realizada por Dharmaraksha, es “El Que Siempre Es Humillado y Tratado con Desprecio”.

Presidente Ikeda: Esto podría decirse de la Soka Gakkai. Hemos sido constantemente ridiculizados por la sociedad japonesa, donde predomina la tendencia a venerar a los poderosos y descalificar a las masas. Muchos rotulaban a nuestra organización como una “agrupación de pobres y enfermos”. Pero el presidente Toda declaró intrépidamente que ayudar a los pobres y a los enfermos era el interés genuino de una religión.
Las organizaciones “religiosas” que sólo buscan hacer dinero no se preocupan en absoluto por las personas de escasos recursos, y mucho menos por los enfermos. ¡Salvo, por supuesto, que lo que tengan en mente sea abrir un hospital!
Una religión verdadera existe en bien de aquellos que sufren. Su propósito es permitir que estas personas, sometidas a severas dificultades, logren la felicidad auténtica.

Hemos sido “siempre despreciados” por gente incapaz de comprender este sublime espíritu. No obstante, hemos salido valientemente en busca de los que sufren, a darles apoyo sincero. Nos preocupamos por ellos y los ayudamos a entender que podían ser realmente felices si cultivaban en su propia vida el estado de Budeidad. Los hemos alentado inquebrantablemente a que tomaran conciencia de la Ley Mística.

Hemos centrado una inmensa energía en apoyar y cuidar a cada persona individualmente. Esta es la conducta de un bodhisattva que “nunca desprecia” a los semejantes.

Saito: Por cierto, es imposible enseñar a las demás personas las enseñanzas de Nichiren Daishonin y alentar su práctica sin respetarlos sinceramente. Lo cierto es que, cuando renunciamos frente a alguien, cuando pensamos que esa persona nunca nos va a escuchar, por mucho que le digamos, cerramos la puerta a todo intercambio significativo.

Presidente Ikeda: Cuando observamos sólo el aspecto externo de las circunstancias que vivía el bodhisattva Jamás Despreciar, lo que se torna manifiesto es que era víctima constante de desprecio. Pero si vamos un paso más allá y consideramos la esencia y el espíritu de sus acciones, lo que se ve es que la traducción “jamás despreciar” es la correcta.

Endo: Esta traducción, que toma en cuenta el corazón fundamental de la enseñanza, muestra la capacidad genial de Kumarajiva…

Saito: Presidente Ikeda, recuerdo que, una vez, un periodista le preguntó por qué motivo la SGI se había desarrollado tanto, y usted contestó: “Porque yo me encuentro y dialogo directamente con cada miembro”.

Presidente Ikeda: Pero la intención mía no era hablar de mí mismo. No hace falta decir que la base del desarrollo de la SGI ha sido el trabajo denodado de todos los miembros.
Lo que yo quise decir es que no se puede construir una unión sólida entre tantas personas, como la que tenemos, con solo dar órdenes o con el “poder de la organización”. La SGI es fuerte porque hemos atesorado sinceramente a cada persona. Yo quise recalcar este punto.

Los líderes de la sociedad tienden a manejarse dando órdenes. Evitan cuidadosamente la parte más dura o desagradable del trabajo y capitalizan el fruto de la labor ajena. Hay demasiados líderes así. La SGI está tratando de revolucionar esta clase de liderazgo.

Endo: Atesorar a cada persona… Es un desafío tremendo, de verdad.

Presidente Ikeda: Un líder que no trabaja hasta caer extenuado es un impostor. Gran parte del sufrimiento que se vive en el mundo es porque hay demasiados líderes que se ocupan sólo de sus propios intereses. Esencialmente, a las personas así lo único que les preocupa es proteger su posición y llevar una vida cómoda.

La SGI existe para alentar a aquellos que sienten el cansancio legítimo luego de trabajar en serio, a las personas honestas que luchan por llevar una vida de honor, y para ayudarlas a ser felices. Los líderes de una organización así, por lo tanto, tienen que estar dispuestos a emprender hasta los desafíos más difíciles con toda su capacidad.

Desde luego, no estoy diciendo que nos sobreexijamos en forma irrazonable. A medida que uno suma años, necesita emplear sabiduría y sentido común para proteger su salud. Pero si perdemos el espíritu de esforzarnos con dedicación altruista, estamos acabados. Esto vale tanto para los líderes de nuestra organización como de la sociedad.

El Sutra del Loto de veinticuatro caracteres

¿Por qué razón se lo llamó Jamás Despreciar? Este monje, ante todas las personas que conocía, monjes o monjas, laicos o laicas, se inclinaba en reverencia y pronunciaba palabras de alabanza: “Siento profundo respeto hacia vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Por qué? Porque todos estáis practicando el camino del bodhisattva y obtendréis sin falta la Budeidad”.[4]

Suda: En síntesis, el capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar” da a conocer a un buda llamado El Que Así Llega Rey del Sonido Imponente, que vivió en un tiempo remoto, “inmensurable, ilimitado, inconcebible número de asamkhya de kalpas en el pasado”.[5] Cuenta que, después del Primer Día de la Ley de este buda y a fines del Día Medio, su verdadera enseñanza se había perdido y el poder estaba en manos de “monjes de arrogancia extrema”.[6] En esa situación, apareció el bodhisattva Jamás Despreciar.

Presidente Ikeda: En esa época, la Ley había perecido. El ideograma chino con que se escribe “Día Medio de la Ley” significa “imagen” o “similitud”, en relación con la semejanza de aspecto. En una época así, el espíritu del Primer Día se pierde y sólo permanece el marco externo de la enseñanza; el Budismo, por lo tanto, se reduce a un simple esqueleto de la esencia real.

Endo: La designación “final del Día Medio” corresponde al inicio del Último Día de la Ley, que es cuando surgió Nichiren Daishonin. Creo que hay un profundo significado en el hecho de que la Soka Gakkai comenzara a florecer en un momento de evidente crisis para el Budismo de Nichiren Daishonin, cuando la Ley corría peligro de extinguirse, a causa de la negligencia del clero.

Suda: Por cierto, hay bastantes “monjes de arrogancia extrema” dando vueltas… Es en una época así cuando aparece el bodhisattva Jamás Despreciar.

Saito: Saluda a todas las personas, hombres o mujeres, laicos o clérigos, con estas palabras: “Siento profundo respeto hacia vosotros. Jamás osaría trataros con desprecio o arrogancia. ¿Por qué? Porque todos estáis practicando el camino del bodhisattva y obtendréis sin falta la Budeidad”.[7]

Endo: Ya que este fragmento se escribe, en chino, con veinticuatro ideogramas, el Sutra del Loto que propagaba el bodhisattva Jamás Despreciar se llama “Sutra del Loto de veinticuatro caracteres”. En lo que respecta a las tres formas de exponer un sutra --exhaustiva, abreviada y esencial--, este fragmento de veinticuatro caracteres representa el Sutra del Loto sintetizado

[El Ongi kuden (Registro de las enseñanzas transmitidas oralmente) dice: “Los veinticuatro ideogramas chinos que integran este fragmento son intercambiables los cinco caracteres de Myoho-renge-kyo; [aunque el texto difiere], el significado es el mismo. Estos veinticuatro ideogramas representan el Sutra del Loto sintetizado”.][8]

Presidente Ikeda: ¿Qué es lo que el Sutra del Loto explica? La esencia se condensa en este pasaje: “Te respeto profundamente. Jamás te menospreciaría ni me comportaría en forma arrogante contigo. Pues si llevas a cabo la práctica del bodhisattva, podrás ser un buda sin falta”. Todos los seres vivientes poseen la naturaleza de Buda, el estado de Budeidad. Es este estado de iluminación potencial lo que reverencia Jamás Despreciar.
El Sutra del Loto de veintiocho capítulos no dice explícitamente que todas las personas poseen la naturaleza de Buda. Pero este pasaje, sin duda, lo afirma. Esta es la filosofía suprema de la dignidad de la vida.
Aunque hay muchas religiones que predican la “igualdad”, a menudo lo que quieren decir es que todos los seres humanos son pecadores por igual. Pero el Sutra del Loto señala que todas las personas son nobles hijos del Buda, todos son iguales como entidad del estado de Budeidad. Esto marca una diferencia muy importante.

Suda: Aunque alguien sea creyente de otra religión y no perciba el estado de Budeidad que lleva dentro de sí, ello no modifica de ningún modo el hecho de que su vida sigue siendo entidad del estado de Buda. Es lo que afirma, en su declaración, Jamás Despreciar. Por lo tanto, el Sutra del Loto jamás legitima ni acepta la violencia.

Saito: Las confrontaciones religiosas acompañadas de violencia serían completamente contrarias al espíritu del sutra…

Presidente Ikeda: El bodhisattva Jamás Despreciar y el Sutra del Loto se oponen a toda forma de violencia. El Sutra del Loto es una enseñanza de lucha en el nivel espiritual, no de confrontación violenta.

Saito: Así es. Y aunque Jamás Despreciar es un bodhisattva pacifista a ultranza, recibe toda clase de ataques físicos y verbales…

Endo: Lo golpean con palos y piedras; lo calumnian y maltratan. Pero ya al ver desde lejos a alguien, monja o monje, laico o laica[9], el bodhisattva se acerca pronunciando el pasaje de veinticuatro caracteres e inclinando la cabeza en señal de reverencia.

Suda: Hasta el día de hoy, es una práctica común en la India que la gente se salude uniendo las palmas de las manos y diciendo “Namaste” en señal de reverencia. Imagino al bodhisattva haciendo un gesto similar…

Endo: Pero la gente arrogante, lejos de sentirse agradecida, reaccionaba con furia y lo atacaba así: “Este monje ignorante ¿de dónde viene, con la pretensión de que no nos desprecia, a predecir que vamos a lograr la Budeidad? ¡No vamos a prestar atención a vaticinios vanos e irresponsables!”.[10]
Lo hostigaban sin tregua. En otras palabras, le decían: “No eres ningún buda. ¡Qué petulante de tu parte decirnos que lograremos la Budeidad. Eres un necio, un desubicado”.

Presidente Ikeda: Como indica el sutra cuando dice “monjes de extrema arrogancia ejercían gran poder y autoridad”,[11] estos clérigos eran muy influyentes y poderosos. Esto, probablemente, explicara parte de su altanería.
Cuando las personas gozan de cierta clase de poder --se trate de autoridad, riqueza, conocimientos, fuerza física, talento, fama o posición organizativa--, les cuesta mucho ser humildes. Muy a menudo, la gente escucha por primera vez sólo cuando ha perdido todo. Es una trágica falencia del ser humano.
Son muchas las personas que acaban destruidas por su propia arrogancia. Pero antes de que eso llegue a suceder, debemos preguntarnos qué clase de seres humanos seríamos si nos despojaran de todos los atributos y ornamentos externos.

Saito: Aun cuando la gente arrogante lo despreciaba, Jamás Despreciar nunca abandonaba su postura. Por mucho que se burlaran de él, sin enfadarse repetía: “Sin falta, llegarás a ser un buda”.

Presidente Ikeda: Esta es la práctica de la paciencia. Al Buda se lo llama “El Que Puede Resistir”. Todo depende de que podamos soportar las dificultades que forman parte inevitable de la práctica budista.

Endo: El bodhisattva Jamás Despreciar soportó este trato durante muchos años. No lo detuvieron las calumnias ni las agresiones; lo golpearon con palos y piedras. Cuando esto ocurría, se retiraba a distancia prudencial y repetía el pasaje de veinticuatro fragmentos en voz alta.

Saito: Eso demuestra agilidad y temple…

Suda: Después de todo, no hay necesidad de someternos a la violencia en forma inútil. Tampoco uno puede quedarse ahí sin hacer nada… Jamás Despreciar elude prudentemente el ataque y sigue difundiendo la enseñanza sin dejarse intimidar. Es un practicante valeroso.

Saito: Y lleva a cabo una lucha no violenta sin transigir.

Presidente Ikeda: El presidente Toda dijo, una vez: “Nosotros somos Nam-myoho-renge-kyo. Así que, aunque nos desprecien o difamen, ya que hemos decidido invocar el daimoku, mientras vivamos debemos continuar con la práctica de Nam-myoho-renge-kyo pase lo que pase, y esforzarnos por el kosen-rufu, aunque tengamos que subsistir a pan y agua. Eso es fe”.
Con respecto a la propagación, decía:

No hay ninguna técnica o arte para llevar a cabo el shakubuku. No hay forma de difundir la enseñanza de Nichiren Daishonin sin tener la firme convicción de que uno mismo es Nam-myoho-renge-kyo. Este conocimiento es la esencia de la propagación en el Último Día de la Ley. No hay otra forma.

Para difundir Nam-myoho-renge-kyo y compartirlo con los demás no existen reglas. ¡Nosotros mismos somos Nam-myoho-renge-kyo! ¡Lo único que tenemos es Nam-myoho-renge-kyo!

Debemos tener la rotunda determinación de que Nam-myoho-renge-kyo es todo lo que poseemos. Firmemente convencidos de esto, debemos seguir hablando con los demás sobre el Gohonzon.[12]

Esta es, también, la postura del bodhisattva Jamás Despreciar. Aun víctima de insultos y de ataques, él nunca deja de plantar la semilla del Sutra del Loto de veinticuatro caracteres. Sigue luchando y resistiendo a pesar de todo, pues ha decidido que ésa es la forma en la cual quiere vivir, independientemente de la reacción de los demás. ¿Qué resultado obtiene a raíz de su actitud?

Saito: El sutra dice:

Cuando este monje se hallaba al borde de la muerte, escuchó plenamente en el cielo veinte mil decenas de miles de millones de versos del Sutra del Loto que antes había predicado el buda Rey del Sonido Imponente, y pudo aceptarlos y abrazarlos. De inmediato, obtuvo la pureza de visión y la pureza de los órganos sensoriales del oído, la vista, el tacto, el gusto, el olfato y la mente anteriormente descritas.


Con estos seis sentidos purificados, incrementó la duración de su vida en doscientos diez mil millones de nayuta de años, y continuó propagando ampliamente el Sutra del Loto en bien de todas las personas.[13]

Presidente Ikeda: Correcto. Prolonga la “duración de su vida”. Vive más, sobrevive… Aunque, en este contexto, “duración de la vida” se entiende literalmente como “extensión de la vida”, también puede interpretárselo como la magnitud de la fuerza vital. Aunque una persona viva poco tiempo, si lo hace con abundante vitalidad y muere luego de haber creado gran valor, esa persona ha tenido una “larga vida”.


Además, no puede haber longevidad mayor que haber contribuido al kosen-rufu y permitido a muchas personas incrementar su propia fuerza vital.

Sea como fuere, Jamás Despreciar recibe el beneficio de purificar sus seis sentidos. Esto indica la prueba real de su revolución humana. Como resultado de ello, las personas que lo rodean comienzan a verlo desde un nuevo ángulo.

Suda: El texto continúa:

En ese momento, cuando las cuatro clases de creyentes de extrema arrogancia, los monjes, monjas, laicos y laicas que antes habían contemplado con desprecio a este monje y hasta le habían dado el mote de Jamás Despreciar, cuando todos ellos vieron que había adquirido poderes trascendentales, el poder de predicar de una manera atractiva y elocuente, el poder de la gran bondad y tranquilidad, y cuando escucharon su prédica, todos tuvieron fe en él y se convirtieron voluntariamente en sus seguidores.[14]

Presidente Ikeda: ¡Qué gente calculadora!
Hasta ese momento, el bodhisattva Jamás Despreciar no era un orador fascinante. Lo único que hacía era repetir los veinticuatro caracteres y reverenciar a la gente. Probablemente por este motivo todos se burlaban tanto de él.

Pero luego las cosas dan un giro impensado. El desgraciado de quien todos se reían de pronto pasa a ser alguien espléndido y digno. En ese momento, aquellos que lo victimizaban seguramente habrán pensado: “¡Ay, qué error cometí!”.

El presidente Toda observó, una vez: “Cuando llegue el momento en que las personas que hoy son arrogantes con nosotros sientan ‘Ay, cómo me equivoqué’, eso será el kosen-rufu”.

[ . . . ]

El buda vive en el presente

Saito: Mientras tanto, en existencia tras existencia, Jamás Despreciar sigue prestando servicio a los budas y se esfuerza valientemente por propagar el Sutra del Loto en todos los niveles. Finalmente, llega a ser un buda.

Presidente Ikeda: Cuando Shakyamuni llega a este punto de su discurso, de pronto declara: “¡En realidad, él [Jamás Despreciar] no era otro que yo mismo!”.[15] Es una parte de hondo dramatismo.

Suda: Lo que había parecido ser un relato de hechos sucedidos en el remoto pasado de pronto se convierte en un análisis de la realidad que tienen frente a los ojos. Se quedan todos pasmados.

[ . . . ]

Presidente Ikeda: El Daishonin dice: “Ésta es la época del buda Shakyamuni; la época del Buda es ésta”.[16] No hay que tener la idea de que el Sutra del Loto es un texto de veintiocho capítulos. El Budismo existe sólo en el aquí y ahora, en la realidad de la vida de la gente. El Sutra del Loto enseña que, en lo profundo del presente, encontramos el remoto pasado. Comprender esta profunda verdad es lograr la Budeidad.

Es el presente lo que cuenta. Myoho-renge-kyo existe sólo en la postura y en la determinación de trabajar por el kosen-rufu en el presente, teniendo en mente las palabras: “En realidad, él no era más que yo mismo”.

El Daishonin enseña que el bodhisattva Jamás Despreciar es Shakyamuni. Y revela que él mismo, quien en ese momento sufría increíbles persecuciones, en realidad es Shakyamuni, el Buda. El dice que si no percibimos esto, no hemos llegado a la profundidad del Sutra del Loto.

Suda: Pero cuando dice “Sutra del Loto” no se está refiriendo a un texto escrito…

Presidente Ikeda: Alguien preguntó una vez al presidente Toda: “Se dice que el Budismo ya no existe en la China y en la India, pero ¿no es cierto que muchos sutras aún permanecen en dichos sitios?”. Y el presidente Toda respondió: “Los sutras son lo único que existe allí. Donde no hay fe correcta, no hay Budismo. Los sutras, por sí mismos, son simples textos, no son el Budismo”.

Saito: Lo mismo puede decirse del Gosho. A menos que lo leamos y que actuemos sintiendo que “el Daishonin vive hoy y que ésta es la época del Daishonin”, estudiar no nos dará beneficios. Estaremos leyendo sólo un texto antiguo.

Es más, si actuamos en forma pedante por nuestros conocimientos teóricos sobre el Budismo, el estudio en lugar de hacernos bien nos hará manifestar la naturaleza de las cuatro clases de personas arrogantes.

Presidente Ikeda: El bodhisattva Jamás Despreciar no era un orador elocuente. No se daba aires de grandeza. Sólo viajaba por todas partes sembrando en el corazón de la gente la semilla del Sutra del Loto, con tal sencillez y sinceridad que casi se lo podía tildar de ingenuo. A través del pasado, presente y futuro, el espíritu del Sutra del Loto vive en esta conducta.

En pocas palabras, ésta es la conducta de los miembros de la SGI. Los que luchan en la primera línea de nuestro movimiento son, en sí mismos, el bodhisattva Jamás Despreciar. Por otro lado, los que reciben la lisonja de la sociedad y se pavonean, henchidos de vanidad, pertenecen a las cuatro clases de personas arrogantes.

Sea cual fuere nuestro lugar dentro de la organización, tengamos una posición de liderazgo o no, podemos actuar enérgicamente y concretar el triunfo en todas nuestras actividades gracias a la fortaleza de la SGI, prodigiosa agrupación que está llevando a cabo el deseo del Buda. Los que caen en la ilusión de pensar que pueden hacer todo sin necesitar a nadie enseguida se corrompen y ruedan cuesta abajo.

Sea como fuere, necesitamos llevar a cabo la práctica de jamás despreciar a los demás, conscientes de que nosotros somos el bodhisattva Jamás Despreciar y somos entidades de Nam-myoho-renge-kyo, de que “en realidad, él no era más que yo mismo”.

[ . . . ]

El nacionalismo como religión

Presidente Ikeda: ¿Qué es el nacionalismo? Una forma de pensar el mundo que, en su raíz, se basa en la veneración al poder. Es el opuesto exacto al espíritu del bodhisattva Jamás Despreciar.

Suda: La veneración al poder es la base del nacionalismo… Es un concepto algo difícil de aprehender.

Endo: Creo que a algunos les cuesta comprender claramente en qué consiste el nacionalismo.

Presidente Ikeda: El nacionalismo podría ser descrito como un culto al poder. Se basa en la noción perversa de que el Estado es más importante que la gente. El nacionalismo es una “religión” que ha existido desde los tiempos remotos.

Suda: ¿Una religión?

Presidente Ikeda: Analicé este tema extensamente con el historiador británico Arnold Toynbee. Como creo que ya señalé en otra oportunidad, el doctor Toynbee observó que el vacío creado en Occidente por la declinación del Cristianismo fue cubierto por tres cultos distintos: “el nacionalismo, el comunismo y la fe en el progreso irreversible mediante la aplicación sistemática de la ciencia a la tecnología”.[17]

Entonces, ¿qué clase de religión es el nacionalismo? Toma como objeto de veneración el “poder humano colectivo”. Y la veneración al poder colectivo es la veneración al Estado.
Dicho sea de paso, Toynbee declaraba que tanto el nacionalismo como el fascismo y el comunismo compartían la misma veneración al poder colectivo.

En el nacionalismo como religión, las personas no son más que “piezas” del Estado. Se las reduce a meras herramientas, medios para llegar a un fin. Es una religión en la cual el ego del Estado ultraja la dignidad de los seres humanos.

Endo: Creo que en el Japón actual se detectan muchos signos de nacionalismo así…

Presidente Ikeda: Toynbee también escribe que el ego colectivo es peligroso porque “es menos patente el hecho de que es indigno de devoción”. Dice:

Una mala conducta, que la conciencia condenaría sin titubeos en un individuo culpable tiende a ser tolerada […] bajo la ilusión de que la primera persona queda absuelta de egocentrismo cuando se la traslada del singular al plural.[18]

Suda: Está diciendo que cuando las personas manejan categorías colectivas, como el “nosotros”, son más pasibles de cometer actos inmorales, que quizá no cometerían si actuaran en forma individual.

Endo: Esa misma mentalidad nos lleva a pensar que cruzar la calle con el semáforo en rojo es menos peligroso si lo hacemos en grupo. Pero si uno se pone a pensarlo, da miedo…

Saito: Los guardias que atormentaban al presidente Toda ilustran lo que puede llegar a suceder a las personas bajo la influencia del nacionalismo. Los individuos se identifican con el poder gigantesco del Estado y se comportan como si poseyeran esas facultades.

Endo: Toman prestada la autoridad de un presunto poder superior y la utilizan como escudo…

Presidente Ikeda: Lo mismo sucede en la guerra. Comúnmente, las personas consideran que el homicidio es el acto más deplorable. Pero cuando se mata “por la patria”, el homicida, el asesino de numerosas personas, pasa a ser visto como un héroe.

Suda: La religión perversa del nacionalismo hace que la gente pierda la cordura y el juicio equilibrado.

Presidente Ikeda: El presidente Toda escribió:

Hay muchas cosas que me han intrigado desde pequeño. Entre ellas, lo que más me asombra es la forma en que ciertas relaciones entre países pueden estar tan desvinculadas de la cultura.

Me refiero a que las personas que viven en países “civilizados” reciben una gran cuota de “entrenamiento cultural”, que se traduce en sus modales, actitudes y discurso. A pesar de que estas personas desarrollan una existencia culta, basada en la conciencia mancomunada de ciertos valores, cuando entra en juego la diplomacia entre naciones, aunque las relaciones superficialmente parecen llevarse a cabo en forma civilizada, en realidad se apoyan en el ejercicio de la fuerza bruta.

Cuando la diplomacia fracasa, ¿no suele ocurrir que los países descarten la cortesía y los buenos usos, y que den rienda suelta a la ira?[19]

El presidente Toda declaraba que la religión genuina era la fuerza motriz capaz de hacer que el hombre detuviera ese círculo vicioso, incluida en él la guerra como desenlace, y construyera un eterno paraíso para la humanidad. Lo más importante es el ser humano. La sociedad y el Estado existen en bien de la gente, no a la inversa.

La idea de que el Estado está por delante del pueblo es una “veneración al poder”. En dos palabras, esta forma de pensar engendra una sociedad regida por la supervivencia del más fuerte.

Es exactamente lo contrario del amor a la humanidad que encarna el bodhisattva Jamás Despreciar.

En tales condiciones, es el pueblo el que termina sufriendo la peor parte. Es imperioso que la gente se dé cuenta de esto y abra los ojos.

Rechazar el culto al Estado

Presidente Ikeda: El presidente Makiguchi percibió sagazmente el aspecto temible de la perversidad estatal. Cuando se negó a aceptar el talismán sintoísta que las autoridades obligaban a venerar, algunos sacerdotes de la Nichiren Shoshu le imploraron que no se opusiera, con el argumento de que era sólo una formalidad.


Pero el señor Makiguchi no transigió en lo mínimo.

Antes de que el señor Makiguchi fuese encarcelado, la policía especial solía presentarse en las reuniones de diálogo de la organización. Si la conversación derivaba al talismán, los policías gritaban de inmediato: “¡De esto no se habla!”.

Cuando el presidente Makiguchi, luego de abordar otros temas, volvía a la cuestión de los santuarios sintoístas familiares, otra vez exigían silencio.

Los líderes que lo rodeaban no entendían por qué el presidente Makiguchi insistía en debatir sobre dichas cuestiones, aun consciente de que estaba provocando una respuesta peligrosa en el gobierno. No podían entender su espíritu.

Al rechazar el talismán, lo que el presidente Makiguchi estaba repudiando era la veneración al Estado. “¿Acaso la gente no es más importante que el gobierno? ¡No podemos quedarnos de brazos cruzados a ver cómo todos caminan directo hacia el sufrimiento! ¡Jamás!” Éste era su clamor incontenible.

Saito: En sus primeras épocas, el Cristianismo también rechazaba el culto al Estado; refutaba firmemente al Imperio Romano, que era el “poder colectivo” de aquellos tiempos.

Presidente Ikeda: Toynbee también analiza esta historia.

[En su obra ‘La civilización en tela de juicio’, dice: “Los primeros cristianos confrontaron el poder aparentemente incuestionable del gobierno de la Roma Imperial, en lugar de transigir con la veneración “leviatánica” que se les instaba persuasivamente a adoptar, con el argumento de que no había en ello nada siniestro, sino una formalidad amistosa”.[20] Hobbes (1588-1679) utiliza el Leviatán, una inmensa criatura mítica que aparece en la Biblia, como alegoría del poder del Estado.]

Suda: Las escuelas religiosas del Japón transigieron y cedieron frente al afán nacionalista de controlar la religión. Bajo el pretexto de proteger sus instituciones, abandonaron el espíritu esencial de la fe y perdieron totalmente la integridad.

Presidente Ikeda: Los maestros Makiguchi y Toda salvaguardaron el espíritu del Daishonin librando una contienda monumental contra el poder del Estado…

Saito: Creo poder decir que la suya fue una contienda contra la religión errónea del nacionalismo japonés.

Endo: El Estado ejercía una cuota monstruosa de poder en ese entonces.

Presidente Ikeda: Los presidentes Makiguchi y Toda lucharon para salvar al pueblo de la esclavitud al Estado. Todos tienen derecho a ser felices, y a vivir en libertad. Las personas no son simples engranajes en la maquinaria del Estado. Porque mantuvieron esta convicción, fueron perseguidos por las autoridades. La suya fue, realmente, una conducta de “jamás despreciar”.

Endo: Siento que las acciones de usted, presidente Ikeda, también ejemplifican la idea de que el pueblo es más importante que el Estado. Cuando le preguntaron por qué motivo usted iba a visitar la Unión Soviética, país que no aceptaba la religión, su respuesta fue: “Porque allí hay seres humanos”.


Otra vez, cuando fue a la China, una jovencita de esa nación le preguntó el motivo de su visita, y usted respondió: “Vine a conocerte”. Más recientemente, también viajó a Cuba a tender con ese país un puente de amistad, en medio de una situación internacional muy tensa.

Su esfuerzo por unificar el mundo partiendo de la fe en el ser humano es, realmente, la práctica del bodhisattva Jamás Despreciar en la actualidad.

Presidente Ikeda: Estoy abriendo un camino. Pero nunca llegará a convertirse en una ruta anchurosa si los jóvenes no siguen mis huellas.

De todas formas, las cuatro clases de personas arrogantes descritas en la crónica del bodhisattva Jamás Despreciar, en términos generales, pueden asimilarse al mal perpetrado por el Estado, en la medida en que nadie es tan arrogante como los poderosos.

Un fragmento del “Ongi kuden” dice que las acciones de las cuatro clases de creyentes son la conducta del Demonio del Sexto Cielo.

Saito: Así es. Dice:

Las cuatro clases de creyentes, con arrogancia absoluta, maldicen al bodhisattva Jamás Despreciar y lo llaman “monje ignorante”.


Llamar “ignorante” a un bodhisattva que respeta a todas las personas [es decir, que lleva a cabo la práctica del shakubuku en el Último Día] es la función del Demonio del Sexto Cielo.[21]

Presidente Ikeda: Las cuatro clases de personas, que se jactaban de su “gran fortaleza”, ridiculizaron y persiguieron a Jamás Despreciar, un hombre falto de todo poder.


Y Jamás Despreciar libró una contienda espiritual contra su arrogancia y su fuerza. Enfrentó la violencia con la no violencia. Se puso de pie por propia decisión contra la tiranía perpetrada contra el pueblo.

En la época moderna, esto nos recuerda la lucha del Mahatma Gandhi en la India o la de Martin Luther King(h) en los Estados Unidos. Es una lucha por los derechos humanos motivada en el amor a la humanidad e impulsada por las personas comunes.

La inseparabilidad entre el bien y el mal

Hay una inseparabilidad fundamental entre el sujeto y los demás. Por ende, cuando el bodhisattva Jamás Despreciar se inclina en reverencia a las cuatro clases de personas, la naturaleza de Buda inherente a la vida de las cuatro clases de personas arrogantes se inclina hacia el bodhisattva Jamás Despreciar. De la misma manera, cuando uno se inclina frente a un espejo, la imagen reflejada devuelve la reverencia.[22]

Presidente Ikeda: Examinemos el “espíritu de nunca despreciar” en más profundidad, desde otros ángulos. Por ejemplo, el Daishonin dice con respecto a la relación entre las cuatro clases de personas arrogantes y el bodhisattva Jamás Despreciar:

Trazar distinciones entre el bien y el mal considerando al bodhisattva Jamás Despreciar como una “buena persona” y a los arrogantes como “malas personas” es señal de ignorancia. Pero cuando uno se da cuenta de esto y hace una reverencia respetuosa, está inclinándose respetuosamente ante Nam-myoho-renge-kyo, el principio de inseparabilidad entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso.[23]

En cuanto a la tendencia de vida, el bodhisattva Jamás Despreciar es lo contrario de las malas personas que lo atacan. Pero ambos son seres humanos y ambos son entidades de la Ley Mística. Las malas personas también poseen el bien del estado de Buda; las buenas personas también tienen el mal inherente. Por ende, a pesar de todos los ataques, el bodhisattva Jamás Despreciar sigue esforzándose por lograr la amplia propagación del Sutra del Loto. Con la convicción de que el estado de Budeidad yace latente en estas malas personas, les permite establecer un vínculo con el Budismo a través de una relación “inversa”.[24]

Suda: En el Budismo de la siembra, es muy importante hacer que las personas formen un vínculo con el Budismo. El Daishonin dice:

Uno debería persistir en la prédica del Sutra del Loto por todos los medios y hacer que [las personas de esta época] lo escuchen. Los que depositen su fe en él seguramente lograrán la Budeidad, mientras que los que actúen contra él establecerán una relación “inversa” con él y, de la misma forma, también manifestarán la Budeidad.[25]

Dice que debemos perseverar en este esfuerzo “por todos los medios”…

Saito: Cuando alguien oye exponer la Ley Mística, la naturaleza de Buda inherente en lo profundo de su vida sin falta se despierta y aflora. Que la persona acepte la Ley o la rechace es algo que queda librado a cada individuo. Pero, sin duda, el contacto estimula la naturaleza de Buda latente.

Presidente Ikeda: Correcto. El Daishonin dice: “Cuando uno se inclina frente a un espejo, la imagen reflejada devuelve la reverencia”.[26]

Endo: El pasaje entero expone:

Hay una inseparabilidad fundamental entre el sujeto y los demás. Por ende, cuando el bodhisattva Jamás Despreciar se inclina en reverencia a las cuatro clases de creyentes, la naturaleza de Buda inherente a la vida de las cuatro clases de personas arrogantes se inclina hacia el bodhisattva Jamás Despreciar.


De la misma manera, cuando uno se inclina frente a un espejo, la imagen reflejada devuelve la reverencia.[27]

Presidente Ikeda: Para decirlo de otra forma, el respeto genera respeto, y el desprecio genera desdén. Cuando uno cambia, la otra persona cambia también.

El desafío de forjar valores humanos también depende de tratar a las personas con respeto y de creer totalmente en su capacidad inherente.

Tratar a los demás como subordinados no hará surgir su potencial.

Los que respetan sinceramente a sus compañeros de fe son personas excelentes. El bodhisattva Jamás Despreciar venera aun a los que no abrazan la fe, porque sabe que el estado de Budeidad existe dentro de la vida de todos ellos.

Quienes tratan mal a los demás, especialmente si son compañeros de fe, tendrán que sufrir las consecuencias.

Saito: Los líderes deben ser muy cuidadosos con respecto a su forma de comportarse. Ser desconsiderado con los semejantes o actuar con jactancia contradice la enseñanza del Sutra del Loto.

Presidente Ikeda: Cualquiera fuese la actitud de la otra persona, el bodhisattva Jamás Despreciar mantuvo sus convicciones sin dejarse influenciar. Y triunfó. Superficialmente, parecía que ganarían los poderosos, los abusadores sin límite, pero desde el punto de vista del estado de vida, la diferencia entre aquel y estos era abismal, y esto marcó el resultado final.

Pensémoslo; Nichiren Daishonin, mientras vivía exiliado en la isla de Sado, dijo: “Oro, antes que ninguna otra cosa, para poder guiar hacia la verdad al soberano y a todos aquellos que me persiguieron”.[28] ¡Qué palabras sublimes! Como el bramido de un trueno o como una sinfonía sobrecogedora, su declaración resuena en la cúpula del firmamento y se impone por sobre decenas de milenios de historia humana.

Saito: Los que atacaron irracionalmente al Daishonin, incapaces de percibir su profundo y sincero espíritu, fueron personas miserables. Y hoy en día también sigue habiendo gente así.


El Daishonin dice de ellos: “Caerán en el infierno del sufrimiento incesante durante largo tiempo y, luego, volverán a encontrarse con Nichiren, para entonces sí lograr la iluminación”.[29]

Presidente Ikeda: El concepto de inseparabilidad entre el bien y el mal no significa, sencillamente, reconocer el mal por lo que es. Implica luchar con valentía contra dicho mal y derrotar las funciones negativas en la vida, para hacer de ellas un aliado.

El Budismo es vencer para no ser vencidos. Dejarnos derrotar por esas fuerzas es no establecer en nuestra vida la inseparabilidad entre el bien y el mal; es dejar que el primero sea aplastado por el segundo. Cuando uno triunfa resueltamente en sus actividades por erradicar el mal, puede convertir las funciones mal intencionadas en influencias positivas.

[ . . . ]

Presidente Ikeda: . . . El kosen-rufu se convierte en una realidad cuando convertimos incluso los enemigos en aliados. Y la única forma de hacerlo es que las personas que tengan esta clara conciencia se pongan de pie con férrea determinación, a forjar la unión inquebrantable del pueblo.
En el inicio de nuestro diálogo, mencioné los capullos de cerezo. La ideología perversa del nacionalismo destruyó decenas de millones de vidas nobles e irreemplazables. Fueron los presidentes Makiguchi y Toda los que clamaron pidiendo el fin de esa masacre. Las acciones de genuino patriotismo fueron las suyas.

Y dedicaron voluntariamente la vida al Sutra del Loto, que podría definirse como la religión de la humanidad. Dieron la vida no por el Estado, sino por el pueblo. Profundamente conscientes de la historia, tenemos que ponernos de pie y oponernos al nuevo nacionalismo, al nuevo culto del poder que hoy comienza a asomar. Esto es leer de verdad el capítulo “El bodhisattva Jamás Despreciar”.

(Extraído de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en el año 1998 en el Daibyakurengen, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai.)

[1] Véase Sutra del Loto, cap. 20, pág. 267.
[2] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 259.
[3] Ib.
[4] Sutra del Loto, cap. 20, págs. 266-267.
[5] Ib., pág. 265.
[6] Ib., pág. 266.
[7] Ib., pág. 266-267.
[8] Gosho Zenshu, pág. 764.
[9] Se refiere a las ‘cuatro clases de creyentes’ (en jap. Shishu).
[10] Sutra del Loto, cap. 20, pág. 267.
[11] Ib., pág. 266.
[12] Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1982, vol. 2, págs. 466–67.
[13] Sutra del Loto, cap. 20, pág. 267.
[14] Ib., págs. 267-268.
[15] Sutra del Loto, cap. 20, pág. 268.
[16] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 190.
[17] Véase TOYNBEE, Arnold y Daisaku IKEDA: Escoge la vida, Emecé Editores, 1989, Buenos Aires, pág. 309.
[18] TOYNBEE, Arnold: An Historian’s Approach to Religion (La religión según el enfoque del historiador), Editorial de la Universidad de Oxford, Londres, 1956, pág. 34.
[19] Toda Josei Zenshu, Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1981, vol. 1, pág. 20.
[20] TOYNBEE, Arnold: Civilization on Trial / The World and the West (La civilización en tela de juicio: El mundo y Occidente), The World Publishing Company, Cleveland y Nueva York, 1964, pág. 224.
[21] Gosho Zenshu, pág. 765.
[22] Ib., pág. 769.
[23] Ib., pág. 768.
[24] Relación inversa: También conocida como “relación del tambor ponzoñoso”. Es un vínculo establecido con el Sutra del Loto a través de oponerse a él o de actuar en contra. La expresión “tambor ponzoñoso” proviene del Sutra del Nirvana, vol. 9, donde se lee: “Cuando se golpea el tambor, el sonido produce la muerte de todos aquellos que lo oyen, aunque no hayan tenido voluntad de escucharlo”. Del mismo modo, cuando uno predica el Sutra del Loto, siembra la semilla de la Budeidad tanto en aquellos que creen en él como en quienes lo rechazan.
[25] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 197.
[26] Gosho Zenshu, pág. 769.
[27] Ib.
[28] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 117.
[29] Véase Gosho Zenshu, págs. 766 y 1123.