Presidente Ikeda: Una vez, di orientación estricta a un responsable en particular. Frente a todos, había reprendido a un miembro que llegó tarde a una reunión. Cuando me enteré de lo acontecido, sumamente molesto, le dije a ese responsable: “¿Qué le da a usted el derecho de increpar a esa persona? Su conducta es inadmisible. ¿Acaso ese miembro no dejó de hacer otras cosas importantes que tenía pendientes, para venir hasta aquí y participar en el movimiento por el kosen-rufu? ¿Acaso los compañeros de fe no deben felicitarse entre sí por haber llegado a la reunión, y brindarse cálidas palabras de aliento?”.
Eso sucedió hace bastante tiempo. Pero el principio es mucho más válido en esta época, cuando la crisis económica se ha agravado. Orientar a alguien sin comprender su situación financiera o sin estar al tanto de lo que sucede en su hogar es ofrecer palabras vacías. No caigamos en formalismos ni en autoritarismos.
En algunos casos, sería mejor decir a alguien que tiene un conflicto laboral: “Yo iré a la reunión y te transmitiré lo que allí se diga, para que puedas atender bien tu trabajo”. Esta consideración representa un aliento indescriptible.
En otros momentos, tal vez a esa persona haya que decirle: “Uno crea la base de la buena fortuna dando el máximo, tanto en el trabajo como en las actividades de Gakkai. Esta es tu oportunidad de transformar el karma. ¡Vamos a luchar juntos!”.
Hasta la orientación estricta, cuando se basa en la oración profunda y en la preocupación genuina hacia la otra persona, sin falta llega a su corazón. Sin embargo, cuando no existe un sentimiento de sincero amor, a toda prueba, no es posible decir la verdad acerca de las dificultades que está pasando el otro.
Lo cierto es que, cuando sentimos aprecio y compromiso sincero hacia alguien, brota de nosotros una sabiduría ilimitada. Esta función es lo que representa el bodhisattva Dignidad Universal (en japonés, Fugen).
Saito: Nichiren Daishonin dice en el “Registro de las Enseñanzas Transmitidas Oralmente” (Ongi Kuden):
En el nombre Dignidad Universal, “universo” se refiere al principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos, la verdad esencial e invariable corporificada en la enseñaza teórica [del Sutra del Loto]. Y “venerable” denota la sabiduría que funciona según las circunstancias cambiantes, corporificada en la enseñanza esencial.[1]
Presidente Ikeda: El punto fundamental es el “principio de la verdad esencial e invariable”. La “sabiduría que funciona de acuerdo con las circunstancias cambiantes” es la creación de valores. Sin fundamentos, todo se torna arbitrario y se desmorona. Por otro lado, el solo hecho de esgrimir normas no se diferencia mucho del dogmatismo. La fe es lo que permite amalgamar ambos términos.
Cuando hablo de fe me refiero a la convicción vibrante de responsabilidad, que nos lleva a cerciorarnos de que todos sean felices sin falta. Tener esta fe es corporificar el espíritu del bodhisattva “Dignidad Universal” y poseer sus “poderes trascendentales”. Esta es la fuerza motriz que promueve el kosen-rufu.
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Presidente Ikeda: Cada vez que tengo oportunidad de estar frente a alguien, vuelco toda mi vida en ese encuentro, y pienso que tal vez no tenga otra ocasión de volver a verlo.
Lo mismo ha sido con la lucha por el kosen-rufu de ultramar. En los primeros días de nuestro movimiento, nadie creía que el kosen-rufu pudiera ser realidad. Pero el kosen-rufu es la profecía del Sutra del Loto y la voluntad de Nichiren Daishonin. Mi espíritu ha sido: “Si hoy no doy ese primer paso, jamás se abrirá el camino hacia delante”; “Si hoy viajo por el mundo, plantando las semillas de la paz de la Ley Mística en cada país, algún día esas semillas darán fruto”; “Si hoy allano este camino, otros podrán seguir transitándolo con orgullo”. He actuado con la firme convicción de que los jóvenes algún día se pondrían de pie, resueltos y confiados, pensando “Hasta aquí llegó el presidente Ikeda por nosotros”.
De la nada, sin subvenciones, sin apoyo, sin recursos humanos ni tiempo, hemos abierto un camino en la espesura. Y hoy, fiel a mi convicción, han aparecido Bodhisattvas de la Tierra en 128 países del mundo.[2]
La enseñanza esencial del Sutra del Loto
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Presidente Ikeda: Dicho sea de paso, lo que me hizo acordar del episodio que cité al principio, sobre la persona que llegó tarde a la reunión, es la demora que tuvo el bodhisattva Dignidad Universal para arribar al sermón de Shakyamuni.
Saito: Así es. Llega justo cuando la prédica en el Pico del Águila parece estar por terminar...
Suda: El capítulo “Aliento del bodhisattva Dignidad Universal” es el último del Sutra del Loto. Pero comienza un poco abruptamente, con las palabras “En ese momento, el bodhisattva Dignidad Universal [...] llegó al Pico del Águila procedente del este”.[5]
Endo: Cuando estaba en la tierra del buda Rey Superior a la Virtud y a la Dignidad Enjoyadas, el bodhisattva Dignidad Universal se enteró de que Shakyamuni estaba exponiendo el Sutra del Loto en el lejano mundo saha, así que emprendió camino de inmediato, acompañado de “grandes bodhisattvas en número incontable, infinito, indescriptible”.[6]
Saito: Nichiren Daishonin pinta un retrato muy divertido de la situación:
Probablemente temeroso del disgusto del Buda por su tardanza en llegar, adoptó una expresión contrita y juró con toda seriedad proteger a los devotos del Sutra del Loto en el Último Día. El Buda, seguramente complacido con la sinceridad extraordinaria de Dignidad Universal, quien se comprometió a propagar el Sutra del Loto por todo el continente de Jambudvipa, se puso a elogiarlo, con más efusión que a los otros bodhisattvas de rango más alto.[7]
Presidente Ikeda: Esto aclara mucho la situación. Desde luego, el sutra no describe el aspecto psicológico de la escena. Basado en su comprensión exhaustiva del Sutra del Loto, el Daishonin explica este fragmento a una seguidora, con términos que ella puede entender fácilmente. ¡Qué considerado y bondadoso era el Buda original! Así de inmenso era su amor. Siempre daba lo mejor de sí mismo, su máximo esfuerzo, para alentar a sus seguidores.
Suda: El bodhisattva Dignidad Universal pide a Shakyamuni que le explique de qué manera las personas podrán “adquirir o aprehender” el Sutra del Loto después de la muerte del Buda.
Saito: Es una pregunta importante.
Desde luego, a partir del capítulo “Asuntos pasados del bodhisattva Rey de la Medicina” (veintitrés) en adelante –es decir, durante los capítulos “El bodhisattva Sonido Maravilloso” (veinticuatro), “El portal universal del bodhisattva Percibir los Sonidos del Mundo” (veinticinco), “Dharani” (veintiséis) y “Asuntos pasados del rey Adorno Maravilloso” (veintisiete), la prédica se dirige constantemente a la práctica del Sutra del Loto después de la muerte del Buda.
Presidente Ikeda: Por eso, el Daishonin dice sobre el capítulo “Dignidad Universal”: “Este capítulo constituye una reafirmación del Sutra del Loto”.[8] Para decirlo así, es un repaso final de todo el sutra. Shakyamuni está sintetizando el corazón del sutra y está diciendo: “¡Esto es lo importante! Todo estará bien mientras recuerden esto”.
[ . . . ]
La sinceridad absoluta conmueve el corazón de las personas
Saito: Las personas, en la sociedad, tienden a considerar a la Soka Gakkai como una organización fuerte. Pero, a decir verdad, lo fuerte no es tanto la organización, como el lazo que existe entre usted, presidente Ikeda, y cada miembro. Creo que no se puede comprender correctamente nuestra organización si se pasa por alto este punto. Por otro lado, hay personas mal intencionadas que advierten este hecho, y concentran sus esfuerzos en destruir este vínculo.
Presidente Ikeda: Sin que yo sea el motivo de este diálogo, en esta época es absurdo pensar que la gente vaya a participar en una organización simplemente porque le dicen que lo haga. Ninguna organización tiene poder suficiente para someter a la gente con tal coerción. Por otro lado, un grupo cuyos miembros actúan en contra de su voluntad no produce ningún resultado verdadero.
La única forma es atesorar a cada persona. La victoria se logra cuando se aplica este principio resuelta y denodadamente. No hay cómo insistir lo suficiente en este principio.
Suda: Recuerdo que una vez, hace tiempo, presidente Ikeda, usted pasó un largo tiempo alentando a un miembro de la División de Jóvenes en particular, durante una reunión de un grupo de capacitación. Usted lo llamaba por su nombre, varias veces, y lo exhortaba a seguir avanzando. Esta persona, para ser concretos, había estado alejado de la fe. Pero a través de su aliento, su deseo de luchar renació enseguida.
Saito: Imagino que usted puede hacer eso por su propia experiencia de haber trabajado tanto en funciones poco visibles, detrás de bambalinas.
Presidente Ikeda: Espero que todos los responsables presten servicio y apoyo a los miembros como si me estuvieran representando a mí. Un líder no debe ser insensible hacia los demás.
Centrarnos en la esencia, no en la forma.
Presidente Ikeda: En lo que respecta a nuestras actividades budistas, las reuniones que no son productivas y que representan una pérdida de tiempo para la gente son algo negativo, que debemos eliminar.
A la vez, cuando hacemos una reunión, ésta tiene que estar bien preparada. Ya que todas las personas que asisten tienen ocupaciones, la actividad debe ser significativa, para que, a su término, los participantes se feliciten de haber ido y piensen en todo lo que se habrían perdido, si no hubiesen ido. Los líderes deben pensar cuidadosamente en el contenido de la reunión y en lo que van a decir, para que nadie se vaya pensando “¡Qué aburrido!”.
La fe de “adoración” a la Ley Mística
Saito: Ya veo... T’ien-t’ai dice que el término “aliento”, que aparece en el título del capítulo, significa “adoración a la Ley”.[9] Creo que se refiere a un espíritu de tanta sed y de tanto deseo hacia las maravillas de la Ley Mística, que lo menos que uno puede hacer es recomendársela a los demás.
Endo: Esta imagen hace pensar en los miembros de la SGI que comprenden la grandeza de la Ley Mística y se sienten inspirados a compartirla con los demás.
Presidente Ikeda: Esta es una fe que nos hace sentir de verdad: “Amo al Gohonzon”, “Me encanta hacer el gongyo”, “Amo hacer actividades en la SGI”. Cuando tenemos esta clase de fe, el solo hecho de estar vivos nos llena de alegría, y sentimos que amamos la vida.
Endo: En el Gosho, el Daishonin dice: “Así como alguien desespera por comer cuando está hambriento, así como alguien busca el agua cuando sufre de sed, como el hombre ansía ver a su amada o implora por algún remedio cuando está enfermo, así como una mujer hermosa necesita sus polvos y su carmín, usted también debe depositar su fe en el Sutra del Loto. Si no lo hace, lo lamentará en el futuro”.[10]
Presidente Ikeda: La fe es una cuestión del corazón. No tiene que ver con la formalidad. Ni se relaciona con el tiempo que uno lleva practicando la fe.
Cuando uno tiene espíritu de búsqueda hacia la Ley, obtiene beneficios. Puede ser que alguien, por sus muchas ocupaciones, no pueda participar lo suficiente en las actividades. Pero si hace el esfuerzo de asistir, aunque sea durante treinta minutos, o consagra aunque sea media jornada semanal a las actividades, ese espíritu es lo que va a darle grandes beneficios.
Como el “lazo entre padres e hijos”
Endo: En relación con el punto acerca de la “veneración o adoración”, el Daishonin dice que deberíamos depositar nuestra confianza en el Sutra del Loto “así como una mujer atesora a su marido, así como un hombre da la vida por su esposa, así como un padre se niega a abandonar a su hijo, así como un hijo rehúsa separarse de su madre”. De esta forma explica que “eso que denominamos fe no es nada extraordinario”.[11] No hay nada excepcional ni fuera de lo común en la fe. Por el contrario, es la extensión natural de nuestros sentimientos como seres humanos.
Presidente Ikeda: Ya que hablamos de hijos que no quieren separarse de su madre, recuerdo una historia que escuché sobre un bebé prematuro. Una semana después del alumbramiento, el estado de salud de la criatura empeoró repentinamente, y no había estímulo que lo hiciera reaccionar de parte de las enfermeras que lo atendían. Pero cuando entró la madre en la unidad de terapia intensiva, y llamó al bebé por su nombre, el ritmo cardíaco de éste comenzó a activarse instantáneamente. La vida está llena de misterios...
Presidente Ikeda: Esa preocupación sincera por el prójimo es, de por sí, el corazón del bodhisattva Dignidad Universal, cálido y apasionado.
A decir verdad, creo que el término sánscrito con que se escribe “Dignidad Universal” (samantabhadra), originalmente, se empleaba como alabanza hacia la práctica de los bodhisattvas en general.
Suda: Efectivamente. Parece que el término denota “ampliamente venerable”, “más hermoso que ningún otro” e “inevitablemente elogiado por todos”. Una traducción al chino dice que significa “más magnífico que cualquier otro”.
Una “práctica universalmente digna” significa que uno posee un altruismo supremo. También se sostiene que el bodhisattva Dignidad Universal personifica la “práctica universalmente digna” del Buda, que es beneficiar a los demás.
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La “herencia suprema”
Saito: Nichiren Daishonin describe este pasaje como la “herencia suprema”.[12]
[Dice: “Este es el punto más importante que desea transmitirnos este capítulo. El buda Shakyamuni predicó el Sutra del Loto a lo largo de ocho años, y estos ocho ideogramas resumen el mensaje que dejó a los seres vivientes de esta época, el Último Día de la Ley. Es el pasaje que dice: ‘Por lo tanto, Dignidad Universal, si ves a una persona que abraza y mantiene este sutra, debes ponerte de pie y saludarla desde lejos, y mostrarle el mismo respeto que sentirías frente al Buda...’[13] Con este fragmento, terminan las palabras del buda Shakyamuni dentro del sutra”.
Está diciendo que si todo el Sutra del Loto, expuesto a lo largo de ocho años en forma continua, se puede resumir en una sola frase, será aquella que dice que uno debe venerar a un practicante del Sutra del Loto que surja en el futuro como veneraría al Buda. Mostrar a alguien el mismo respeto que al Buda significa venerar a la persona igual que al Buda. El verdadero significado de esta declaración es que un practicante del Sutra del Loto en el Último Día de la Ley es un buda.
Presidente Ikeda: Este punto es, en sí mismo, el espíritu de todo el Sutra del Loto. Por eso, el Daishonin dice que representa la “herencia suprema”. Esto quiere decir que, en el Último Día de la Ley, el Sutra del Loto no tiene ningún significado si uno no venera a Nichiren Daishonin como al Buda.
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Saito: En sus artículos finales de advertencia, Nikko Shonin, segundo sumo prelado y heredero de las enseñanzas del Daishonin, lo deja bien claro. En lo que representa una firme dedicación al espíritu de inseparabilidad entre maestro y discípulo, Nikko Shonin dice: “Con respecto a los practicantes que atesoran la Ley más que su propia vida, aunque sean humildes maestros de la Ley, deberán venerarlos y tratarlos con profunda estima, como si ellos fuesen el Buda”.[15]
Endo: Este es el espíritu de la Soka Gakkai...
Suda: Está diciendo que aquellos que se esfuerzan en la propagación del Budismo, en compartir la Ley con los demás, son mucho más dignos de respeto que cualquier persona de alta estirpe o de elevada posición social.
Presidente Ikeda: Correcto. Sin embargo, tal vez a algunos les cueste mucho propagar la Ley, y a cambio de todo su esfuerzo sólo reciban incomprensión de los demás miembros. Pero si realmente respetan a sus compañeros y se ocupan de ellos, de la SGI y del Gohonzon, y si hacen actividades con todo su corazón, con el deseo de concretar el kosen-rufu, son personas realmente nobles, y son emisarios del Buda.
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La humanidad actual carece de solidaridad
Suda: Hasta ahora, había pensado en el bodhisattva Dignidad Universal como alguien que representaba solamente la fuerza del intelecto. Pero a través del estudio de este capítulo, me ha quedado claro que este bodhisattva simboliza la fuerza del aliento y el poder de la acción. Ahora comprendo todo mucho más claramente.
Presidente Ikeda: Desde luego, una de las funciones del bodhisattva Dignidad Universal es el intelecto. Se lo podría describir como una figura de “intelecto en acción”. No estoy hablando de simple ingenio o de conocimientos; me refiero a la luz de la inteligencia profunda y penetrante, que es lo que conduce a las personas a la felicidad. Esto lo hace ser un bodhisattva. Hablando concretamente, representa el intelecto basado en la fe.
Recuerdo unas palabras inolvidables del paladín de la independencia coreana, Kim Ku[16]:
Quiero que nuestro país sea el más hermoso del mundo. No que sea el más rico, ni el más fuerte. Hoy a la humanidad no le falta fuerza ni armas, ni poderío económico. [...] Ya hemos avanzado mucho en materia de ciencias naturales, lo cual puede hacer posible que la gente viva en felicidad. La razón fundamental por la cual el género humano hoy está sufriendo es la falta de humanismo y de justicia, la falta de espíritu misericordioso, la falta de amor. Si pudiera gestarse un espíritu así, con los recursos materiales de los que hoy disponemos, sería posible que los dos mil millones de habitantes del planeta hoy vivieran en plenitud y desarrollo.[17]
Kim Ku pronunció estas palabras después de que Corea declarara la independencia. Corea tuvo un estadista así de grande.
Saito: Hace poco, se publicó en los Estados Unidos un libro que analiza la organización norteamericana de la SGI. Se titula Soka Gakkai in America: Accommodation and Conversion (La Soka Gakkai en los Estados Unidos: Adaptación y conversión).[18]
[Es una obra de Philip Hammond, prominente sociólogo, y David Machacek, ambos de la Universidad de California en Santa Bárbara.]
Los autores hacen notar que aunque muchas religiones orientales se difundieron rápidamente en los Estados Unidos en los años 60, los grupos considerados peligrosos debido a sus tendencias “antisociales” terminaron por estancarse, mientras que aquellos no tenidos por peligrosos pudieron florecer. De este segundo grupo, muchas organizaciones desaparecieron tan rápidamente como surgieron, pero sólo la SGI siguió desarrollándose a paso sostenido, cada vez más firme en la sociedad norteamericana. Con el afán de explicar este fenómeno, los académicos llevaron a cabo una investigación sobre los miembros de la SGI-USA, cuyos resultados analizaron desde diversos ángulos. Entre sus hallazgos, notan que el ochenta y seis por ciento de los participantes en el estudio manifestaron interés en los objetivos y en la filosofía de la SGI, o un sentimiento positivo hacia las personas que conocieron como motivación para ingresar en la organización.
Suda: Filosofía y personalidad... ¿No es otra manera de llamar a la inteligencia y la misericordia?
Presidente Ikeda: Cuando existen ambos, se produce un resultado brillante. Uno mismo brilla. Y la Ley también resplandece.
El sentido de la responsabilidad da lugar a un “vendaval de sabiduría”
Presidente Ikeda: Mi lucha por concretar el kosen-rufu no deriva de un deseo superficial, como podría ser el deseo de propagar la religión que yo practico. Lo que me motiva es que cuantas más personas en el mundo invoquen y mantengan la Ley Mística, más avanzará el mundo en dirección a la paz. Esto se ve claramente si uno observa los hechos con una perspectiva a largo plazo.
Si estallara una guerra nuclear, la Tierra se destruiría. Durante la “guerra fría”, en particular, nadie estaba en condiciones de garantizar que no ocurriese una tercera guerra mundial.
Endo: Su esfuerzo por promover la amistad con la China y la Unión Soviética, sus muchos diálogos con destacadas figuras de los más amplios campos, las actividades educativas y culturales de la Asociación de Conciertos Min-On, el Museo de Bellas Artes Fuji de Tokio y la Universidad Soka, fueron, todos, fruto de su sabiduría. Sus contribuciones al género humano son realmente incalculables.
Presidente Ikeda: No es cuestión de ser inteligente o no. Mientras uno sea serio y sincero, la sabiduría brotará sin falta. Por eso el bodhisattva Dignidad Universal jura que si un practicante se olvida de una frase o verso del Sutra del Loto, él aparecerá para enseñar a esa persona. Si uno no pudiera adquirir sabiduría mediante su práctica, el capítulo “Dignidad Universal” y todo el Sutra del Loto serían una gran mentira.
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( Extraído de la 52° entrega de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los viceresponsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de mayo de 1999 del Daibyakurenge, mensuario de estudios de la Soka Gakkai.)
................................................................................................................. [1] Gosho Zenshu, pág. 780.
[2] Son 177, a la fecha de la publicación de este material en español.
[3] Sutra del Loto, cap. 28, pág. 324.
[4] Gosho Zenshu, pág. 781.
[5] Sutra del Loto, cap. 319.
[6] Id.
[7] Nota del editor: The Writings of Nichiren Daishonin (WND), pág. 915,Tokio, Soka Gakkai, 1999. Véase The Major Writings of Nichiren Daishonin [MW], vol. 5, pág. 272.
[8] Gosho Zenshu, pág. 802.
[9] Palabras y frases del Sutra del Loto (Hokke Mongu), vol. 10.
[10] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 280. WND, pág. 965.
[11] WND, pág. 1036. MW, vol. 5, pág. 303.
[12] Gosho Zenshu, pág. 781.
[13] Sutra del Loto, cap. 28, pág. 324.
[14] Gosho Zenshu, pág. 781.
[15] Gosho Zenshu, pág. 1618.
[16] Kim Ku (o Gu; 1878-1949).
[17] Kim Ku, Pekupomu Iruji – Kim Gu Jijoden (Baek Bum Ilji; Autobiografía de Kim Ku), trad. al japonés por Hideki Kajimura, Heibonsha, Tokio, 1973, pág. 331.
[18] HAMMOND, Philip y David MACHACEK: Soka Gakkai in America: Accommodation and Conversión (La Soka Gakkai en los Estados Unidos: Adaptación y conversión), Editorial de la Universidad de Oxford, 1999.