INSEPARABILIDAD ENTRE EL BIEN Y EL MAL. DIÁLOGO DE ENTRE DAISAKU IKEDA, ENDO, SUDA Y SAITO
El hecho de que las malas personas puedan manifestar la iluminación demuestra que el bien triunfará.
[ . . . ]
Endo: el Sutra del Loto esclarece el respeto absoluto a las diferencias de sistema social, organización, culturas y expresiones autóctonas, conecta a las personas exhortándolas a dialogar como seres humanos, sobre un pie de igualdad.
Suda: La verdadera entidad de todos los fenómenos (en jap.: shoho jisso, eje del Sutra del Loto), nos enseña a ver que todos los fenómenos, en su magnífica diversidad, poseen una entidad verdadera y equitativa. Es algo fácil de decir, pero muy difícil de poner en práctica; y mucho más en la escena internacional.
Presidente Ikeda: José Figueres Ferrer (1906-1990), padre del mandatario costarricense (1996), José María Figueres Olsen, se ha ganado la celebridad por haber abolido las fuerzas armadas en su país. El lema del señor Figueres ha sido "Lucha sin fin". Es el nombre que lleva su granja y ha venido basándose en esta consigna desde sus años de juventud.
Este espíritu es fundamental para nosotros, los budistas. Después de todo, nuestra filosofía es una enseñanza de lucha sin límites, donde se gana o se pierde. El verdadero aspecto de la vida y la sociedad puede hallarse en la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la naturaleza de la iluminación y la oscuridad, la felicidad y el sufrimiento, la paz y la guerra, la creación y la destrucción, la armonía y el caos. Este es el verdadero aspecto del universo.
Por ende, el único camino está en batallar. La única opción es vencer. De aquí que uno de los títulos honoríficos del Buda sea "El Victorioso".
Saito: Shakyamuni pasó toda su vida librando una lucha incesante y ardorosa. Pero, al parecer, muchas personas, acaso por la impresión que tienen de haber visto imágenes y estatuas del Buda, creen que el Budismo es una enseñanza de reposo y quietud. En verdad, la vida de Shakyamuni estuvo signada por una agitación constante y fue una sucesión de duras contiendas.
Presidente Ikeda: Correcto. Pero a causa de su intensa lucha, el Buda pudo cultivar un estado de vida pacífico y tranquilo como un mar sereno. A su alrededor podía haber toda clase de disturbios, pero el estado interior que él mismo había construido era, en sí, inalterable. Su condición digna y serena, su identidad de Buda iluminado desde el remoto pasado brillaba en su corazón a cada momento.
Suda: De las muchas batallas que libró Shakyamuni, la más famosa tal vez se refiera a la traición de Devadatta. A diferencia de las persecuciones provenientes de afuera, este incidente se produjo dentro de las filas de la comunidad budista. Fue mucho más grave, porque el traidor había conspirado con el gobernante del país, el rey Ajatashatru, para deshacerse de Shakyamuni.[1]
Endo: Devadatta es el arquetipo del "villano". Ha pasado a la historia como "Devadatta, el traidor", y en lo que concierne a la capacidad de perpetrar el mal, probablemente sea difícil encontrar un ser humano más pérfido.
El capítulo "Devadatta" del Sutra del Loto explica que aun semejante malvado manifestará la Budeidad. En vista de este solo aspecto, constituye una doctrina muy peculiar.
Saito: Además de la "iluminación de las malas personas", este capítulo también expone la "iluminación de las mujeres", ya que cuenta cómo logró la Budeidad la hija del Rey dragón. En las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto, a las malas personas y las mujeres se les negaba explícitamente la posibilidad de llegar a ser budas.
En otras palabras, fue una enseñanza que dio en tierra con la ética social imperante. Este capítulo expresa con dramatismo la revelación única del Sutra del Loto: que todas las personas pueden manifestar el estado de Buda.
. . .
Presidente Ikeda: El espíritu del Sutra del Loto consiste en permitir que todas las personas lleguen a ser budas. Para la gente hay algo que es más importante que la doctrina en sí, y es el hecho de poder manifestar o no la Budeidad. Y el capítulo "Devadatta", por cierto, brinda una respuesta clara y directa a dicha cuestión.
El archimalvado Devadatta intentó asesinar a Shakyamuni y creó un cisma dentro de la orden budista. Como la hija del Rey dragón era hembra, sufría la discriminación de la sociedad; pero, como si no bastara con ello, su forma física era la de un animal. Para la ética imperante en esa época, ni la joven dragona ni Devadatta tenían posibilidades de manifestar la Budeidad. La enseñanza de que ambos podían llegar a ser budas era un claro indicador de que cualquier persona en el mundo tenía la iluminación a su alcance.
. . .
Saito: En síntesis, las malas personas y las mujeres representan a todos los seres humanos, a la gente común. El hecho de que puedan ser budas revela que el Sutra del Loto tiene el poder de hacer que todas las personas logren la iluminación. En tal sentido, narrar la iluminación de ellos implica una "advertencia" y una "exhortación" a todas las personas, para que difundan el Sutra del Loto.
Endo: La doctrina de que todos los seres pueden manifestar la iluminación ya había sido expuesta teóricamente en el capítulo segundo del sutra, "Medios hábiles". Así que, desde un punto de vista puramente doctrinal, Nichiren Daishonin afirma que el capítulo "Devadatta" es "la rama y las hojas del capítulo 'Medios hábiles'".[2]
Presidente Ikeda: Efectivamente. Pero tal vez haya explicado la iluminación de Devadatta y de la joven dragona por su tremendo poder inspirador. Devadatta había actuado abiertamente contra Shakyamuni. Ya que ponerse contra el bien es hacer el mal, Devadatta era un paradigma de la maldad, por haber atentado contra el Buda. El poderoso impacto de este capítulo tiene que ver con que otorga a un hombre así la posibilidad de manifestar su Budeidad.
A su vez, el hecho de que la niña dragona manifieste la iluminación es importante, porque indica no sólo la Budeidad de las mujeres, sino también que cada uno despliega su iluminación sin dejar de ser lo que es. En otras palabras, enseña que las personas comunes pueden llegar a ser budas sin modificar su característica. Esto produce un impacto extraordinario.
. . .
Presidente Ikeda: Las malas personas no vienen de frente y dicen: "Soy malo". Por el contrario, usan la sagacidad y la astucia para presentar otra fachada.
En una época en que muchas personas realizaban prácticas extremas, probablemente haya sido fácil criticar el Camino Medio de Shakyamuni alegando que era pura indulgencia. A decir verdad, antes de lograr la iluminación, Shakyamuni había llegado hasta los límites más penosos del ascetismo. Cuando rechazó este camino, sus cinco compañeros ascetas lo criticaron amargamente por "decadente".
Como era natural, la orden de Shakyamuni era bastante abierta en lo que respectaba a la práctica cotidiana y a la observancia de preceptos --un rasgo característico del Camino Medio--, pero en lo que concernía al espíritu de búsqueda hacia la Ley, todos los seguidores eran muy estrictos. Sin cierta medida de flexibilidad y de apertura, no habría sido posible incluir en la orden a personas muy distintas entre sí. El propósito de la práctica y de los preceptos budistas es permitir que la mayor cantidad de personas entren en el "camino del bien" y trabajen por su felicidad. Imponer preceptos con el propósito expreso de hacer sufrir a la gente es algo perverso. Las religiones que sofocan y limitan a los creyentes con reglas externas y que prohíben una cosa tras otra nunca llegan a conmover el corazón del pueblo. Es más, el que con hipocresía, finge ser pobre y austero, como pose o estrategia, en realidad, está abusando del espíritu religioso.
. . .
Saito: Creo que la situación actual del Japón no es muy distinta de lo que describió el Daishonin cuando dijo: "Los hombres del Japón son como Devadatta".[3] En un país gobernado por la envidia, las personas no pueden respetar la grandeza; su conducta natural es tender zancadillas al prójimo para verlo caer. ¡Es algo patético!
Presidente Ikeda: Devadatta sólo veía que a Shakyamuni lo respetaban todos. No intentaba comprender el corazón del ser que envidiaba. ¡Cuánto habrá sufrido el Buda noche y día, sin que nadie se enterara, pensando cómo guiar a las personas hacia la felicidad y hacerlas tomar conciencia del tesoro de su vida! ¡Cuánto habrá luchado para adquirir el dominio de su propia vida! ¡Qué esfuerzo penoso y constante habrá hecho! Pero Devadatta no trató de comprender la difícil odisea de Shakyamuni...
¿Por qué no pudo ver nada de esto? Probablemente porque él mismo se dio por vencido en su lucha interna. Si percibimos nuestro "mal interior" pero no hacemos nada por derrotarlo, entonces nuestra vida queda instantáneamente manchada por el mal. En tal sentido, la "buena persona" es la que lucha contra el mal. Mientras uno combate el mal a su alrededor, erradica el mal dentro de su propia vida y la purifica. Este es el camino de la revolución humana.
Saito: Percibir el mal interior... Esto nos lleva a la doctrina de ichinen sanzen (tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida). El mal extremo que representa Devadatta, que habita en el estado de Infierno, también existe en la vida del Buda, un ser de absoluta bondad. Esto se debe a la posesión mutua de los Diez Estados y al ichinen sanzen.
Presidente Ikeda: Tú lo has dicho... En tal sentido, la doctrina de ichinen sanzen expuesta por el Sutra del Loto es una filosofía suprema de autorreflexión y de igualdad, porque no permite a nadie la arrogancia de creerse especial. Es una filosofía que expone, directamente, la dignidad de todas las personas.
Según ichinen sanzen, hasta un ser de benevolencia suprema como el Buda posee la naturaleza del mal; y hasta un villano despiadado como Devadatta posee la naturaleza de la Budeidad. Sobre esta premisa, los caminos del bien y del mal difieren enormemente y conducen a rumbos opuestos; el camino que escojamos depende de que sigamos luchando contra el mal o no. Esta es la clave para comprender el capítulo "Devadatta". En conclusión, en todo el capítulo lo que circula es el espíritu resuelto de lucha contra el mal.
El gran maestro T'ien-t'ai de la China dice, en el quinto volumen del Hokke Gengi (Profundo significado del Sutra del Loto): "El bien existe en respuesta al mal. No hay bien aisladamente del mal" y "El mal sostiene al bien. Sin mal no habría bien".
Presidente Ikeda: Exactamente. El bien y el mal no son entidades absolutas, sino conceptos relativos. Por ende, no puede decirse que una persona determinada sea intrínsecamente buena o mala.
Tsunesaburo Makiguchi, el fundador de la Soka Gakkai, manifestó: "Aun una buena persona que se opone al gran bien inmediatamente pasa a ser una persona de gran maldad. Aun una mala persona que se opone al gran mal inmediatamente pasa a ser alguien de gran bondad".[4] Utilizaba el siguiente ejemplo para aclarar lo que quería decir: "Si Yen Hui se hubiera opuesto a Confucio (551- 479 a .C.), este sabio, segundo en orden de estima, habría pasado a ser de inmediato un hombre de gran mal. Si Confucio se hubiera opuesto a Shakyamuni, habría creado de inmediato los efectos del mal supremo".[5]
Endo: Yen Hui fue uno de los principales discípulos del gran filósofo chino Confucio; fue un sabio cuya sabiduría sólo podía ser superada por su maestro. Que Yen Hui se hubiera vuelto contra Confucio habría sido como si una persona de bien intermedio se hubiera vuelto contra alguien de bondad suprema. De inmediato habría pasado a ser un hombre de gran maldad. Del mismo modo, si Confucio se hubiera opuesto al Buda, persona de suprema bondad, habría pasado a ser enseguida un hombre de maldad extrema. Tal es la relación entre el bien y el mal.
Presidente Ikeda: Pero el presidente Makiguchi también decía que si Confucio, Jesucristo o Mahoma se encontraran con Shakyamuni, difícilmente hubieran estado en desacuerdo con él. Explicó: "Es porque el ego, para todos ellos, era poco importante. Vivían sin otra preocupación que el deseo de guiar a las personas a la felicidad. No fueron personas egoístas".[6]
Parece ser que el presidente Makiguchi consideraba como bien supremo el hecho de guiar a las personas hacia la felicidad. En cambio, la raíz del mal está en el egoísmo que nos permite pensar sólo en los intereses personales.
Tsunesaburo Makiguchi dijo:
En sentido general, las personas que se jactan de ser demasiado buenas viven preocupadas de que surja alguien superior a ellas o un método que demuestre ser mejor que el que postulan. En tal caso, cuanto más alta es la posición de alguien, más probabilidades tiene de hacer causas de gran mal o de una maldad extraordinariamente grande.
Si no hubiera aparecido Nichiren Daishonin, Ryokan,[7] Doryu[8] y otras figuras [respetadas por la sociedad de aquella época] habrían terminado sus días veneradas como Budas vivientes. Infortunadamente para ellos, se convirtieron en sacerdotes de suprema maldad, en la medida en que no supieron aceptar la supremacía de la enseñanza del Daishonin y en que se dejaron gobernar por sus intereses mezquinos.[9]
Opino que se convirtieron en malas personas a causa de los celos...
Saito: El presidente Makiguchi definió el "bien" como el beneficio público. El Sutra del Loto es la enseñanza que permite a todas las personas lograr la Budeidad. En tal sentido, podemos decir que el Sutra del Loto aspira al mayor beneficio y al mayor bien para el pueblo.
Presidente Ikeda: Esa es, también, la postura del Buda. Por ende, es una persona de suprema bondad. Pero esto no significa afirmar que en la vida del Buda no existe el mal. Desde luego que existe, como un potencial. Pero porque el Buda aspira al bien supremo y lucha sin clemencia contra el mal, entonces el bien es lo que se manifiesta en su vida.
Nichiren Daishonin dice: "Oponerse al bien se llama mal; oponerse al mal se llama bien. Por lo tanto, ni el bien ni el mal existen fuera del corazón del hombre".[10] El bien y el mal no tiene sustancia, en sí mismos. En otras palabras, no son absolutos sino que reflejan distinciones relativas. Por lo tanto, es importante dirigir nuestro corazón y nuestras acciones todo el tiempo hacia el bien.
Suda: Es un poco complicado, pero el gosho "La entidad de la Ley Mística" dice lo siguiente con respecto a este punto:
El principio místico sobre el verdadero aspecto de la realidad es así. El principio místico del verdadero aspecto de la realidad es uno, pero si se topa con malas influencias manifestará ilusión y engaño, mientras que si encuentra buenas influencias se manifestará como iluminación. La iluminación significa estar iluminado con respecto a la naturaleza esencial de los fenómenos; el engaño, es ignorar dicha naturaleza.
Es como el caso de una persona que, en sueños, se ve llevando a cabo diversos actos buenos y malos. Después de despertar y analizar la cuestión, comprende que todo fue un sueño producido por su propia mente. Esta mente corresponde al principio único de la naturaleza esencial de los fenómenos, el verdadero aspecto de la realidad, mientras que el bien y el mal que aparecen en el sueño corresponden a la iluminación y a la ilusión --o ignorancia-- respectivamente.
Cuando uno toma conciencia de ello, ve claramente que debe desechar la ilusión y la ignorancia relacionada con el mal y, en cambio, adoptar como base la conciencia relacionada con el bien y la iluminación.[11]
La verdadera entidad de la vida corporifica la inseparabilidad entre el bien y el mal. Tanto el bien como el mal existen dentro de la vida. Precisamente por esta razón, desde el punto de vista de la práctica tenemos que basarnos en la naturaleza de la iluminación y luchar por el bien.
Presidente Ikeda: Correcto. El Budismo es triunfar o ser vencidos; se trata de una contienda sin reservas. Porque Shakyamuni venció a Devadatta, el "mal" de este último sirvió para demostrar el "bien" del primero. Por otro lado, si Shakyamuni hubiera sido derrotado por el mal, no habría podido decir que Devadatta era un buen amigo.
El presidente Toda lo aclaraba así:
Devadatta fue un hombre que actuó contra la Ley, en tiempos de Shakyamuni; cortó todas las raíces del bien en el mundo. Las enseñanzas previas al Sutra del Loto afirman: "Sin la existencia del mal, no pueden manifestarse sabias acciones de bien. Por este motivo, Devadatta siempre estuvo al lado de Shakyamuni durante inmensurables kalpas; cuando Shakyamuni practicaba el Camino del Buda, Devadatta practicaba la injusticia. De esta forma, se inspiraban mutuamente". Sin embargo, cuando el bien se revela por completo, el mal pasa a ser íntegramente el bien. Por lo tanto, el Sutra del Loto enseña la inseparabilidad entre el bien y el mal; la inseparabilidad entre lo erróneo y lo verdadero, y entre la relación positiva y la relación inversa. Esta es la doctrina interior que no había sido revelada en las enseñanzas previas al Sutra del Loto.[12]
Si el mal obra para que se revele el bien, entonces el mal en su totalidad pasa a ser el bien. Esta es, realmente, la inseparabilidad entre el bien y el mal. Pero si dejamos que el mal cunda por doquier, entonces no termina convirtiéndose en bien. Sólo cuando uno desafía y vence rotundamente al mal, pasa a ser entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal.
En tal sentido, la iluminación de las personas malvadas, expuesta en el capítulo "Devadatta", es gran prueba de la victoria obtenida por Shakyamuni. Es su "declaración de victoria". Shakyamuni sólo puede decir que Devadatta había sido su mentor y buen amigo en una existencia pasada y que lo había ayudado en su misión, cuando se erige como vencedor desde su estado elevado de vida.
Saito: El significado de su explicación ¿no es, acaso, revelar la doctrina de la vida, más que brindar hechos específicos sobre su vínculo pasado?
Presidente Ikeda: Podríamos decir que explica la verdad de la vida. Desde el punto de vista del verdadero aspecto de la vida, Devadatta también es una entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal. La oscuridad y la iluminación son dos facetas de la entidad de la Ley Mística. Devadatta, que había sido maestro de Shakyamuni en una existencia pasada, en verdad era entidad de la Ley Mística. Por ende, el Daishonin dice: "Devadatta es otra forma de llamar a Myoho-renge-kyo. En una existencia pasada, él fue el vidente Asita. El vidente Asita es sinónimo de la Ley Mística".[13]
Shakyamuni logró la Budeidad porque tenía como maestro a la Ley Mística esencial. Esto es lo que expresa el capítulo "Devadatta", cuando menciona la práctica y el logro de la Budeidad bajo la tutela de Asita en una existencia pasada.
Endo: La inseparabilidad entre el bien y el mal, por cierto, no quiere decir que el bien y el mal sean lo mismo...
Suda: Esta forma de pensar equivale a afirmar el mal; sería como el erróneo concepto de la "iluminación original", al que sucumbió la escuela Tendai japonesa, según el cual todas las personas son budas así como estén, sin que tengan que realizar ninguna práctica. En cambio, la doctrina del Sutra del Loto sobre la inseparabilidad entre el bien y el mal se refiere al esfuerzo de crear constantemente el bien y de transformar el mal en bien.
Presidente Ikeda: Efectivamente. El poder de la Ley Mística nos permite transformar hasta a los malos amigos en buenas influencias. La fortaleza de nuestro ichinen de la fe convierte el sufrimiento en alegría, en un viento que impulsa nuestro crecimiento continuo. Esto es lo que nos enseña el capítulo "Devadatta".
Nichiren Daishonin dice: "Devadatta, más que nadie, demostró la validez de las enseñanzas de Shakyamuni. También en estos días, los que nos ayudan a avanzar no son nuestros amigos, sino los enemigos".[14] Para manifestar la Budeidad, tenemos que conquistar minuciosamente nuestro "mal interior". El medio concreto para lograrlo está en luchar contra el "mal circundante" y vencerlo. Luchar por derrotar el mal nos permite pulir y purificar nuestra vida, y lograr la Budeidad. Porque combatimos el mal en su forma más esencial, podemos lograr el bien supremo.
Incluso el mal supremo, visto en su función de permitirnos crecer y lograr la Budeidad, puede ser tomado como una suerte de "maestro". Entonces, lo que hay que ver acá es el estado de vida triunfal de Shakyamuni, pues esto es lo que le permite explicar que aun el archimalvado Devadatta había sido su maestro en el pasado. Porque Shakyamuni triunfó, pudo decir algo así; porque triunfó, llegó a ser un buda.
Del mismo modo, Nichiren Daishonin pudo afirmar, luego de su gran victoria: "En mi caso, los mejores aliados para que logre la iluminación son Hei no Saemon y el regente Hojo Tokimune, así como Tojo Kagenobu y los sacerdotes Ryokan, Doryu y Doamida-butsu. Sólo siento gratitud, cuando pienso que, sin ellos, no podría haber demostrado que soy el devoto del Sutra del Loto".[15] En otras palabras, estas malas personas, que habían perseguido al Buda original, pudieron manifestarse como seres de bien, gracias a que el Daishonin triunfó.
Gracias a este modelo de lucha establecido por Shakyamuni y por Nichiren Daishonin, las personas que vivimos en esta época podemos saber dónde reside el camino correcto. En ese sentido, Devadatta, Hei no Saemon y las demás personas se desempeñaron, en parte, como maestros, que revelaron el "camino del bien" en pro de las futuras generaciones.
La Soka Gakkai ha luchado contra toda clase de persecuciones, ardides y opresión, y ha triunfado. Esta batalla victoriosa nos permitió a todos profundizar y fortalecer nuestra fe. Si fuera posible concretar el kosen-rufu fácilmente y sin obstáculos, no tendríamos la oportunidad de perfeccionarnos ni de mantener nuestra práctica para hacer surgir la Budeidad.
Las dificultades son sinónimo de avance. Los deseos mundanos son la iluminación. La clave está en utilizar todos los sufrimientos como combustible para ser felices; en emplear todos los males como leña, para hacer que brille y arda mucho más la luz del bien.
Saito: ¡Cómo se amplió mi comprensión del capítulo "Devadatta"...!
Endo: Los que escucharon por primera vez la prédica de este capítulo se habrán quedado bastante atónitos...
Suda: Aun cuando se hubiera arrepentido sinceramente de sus malas acciones, la idea de que un malvado sin remedio como Devadatta fuese destinatario de una profecía de iluminación habría sido impensable en las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto.
Saito: Shakyamuni expuso el principio de la verdadera entidad de todos los fenómenos en el capítulo "Medios hábiles"; así que, teóricamente, la gente ya tenía cierta idea doctrinal de la posesión mutua de los Diez Estados. Así y todo, puede ser que ni siquiera Shariputra, conocido como el primero en sabiduría, comprendiera que la posesión mutua implicaba reconocer en las mujeres y en las malas personas la posibilidad de iluminarse...
Presidente Ikeda: Claro. En otra parte del capítulo "Devadatta" se revela que Shariputra padecía de cierta terquedad, que le impedía aceptar que las mujeres pudiesen manifestar la Budeidad. A menudo suele suceder que, aun cuando teóricamente comprendemos algo, nuestra vida sigue dominada por la oscuridad. Por eso es importante la práctica, ya que ello es lo que pule nuestra vida.
Endo: Fundamentalmente, todas las personas pueden lograr la Budeidad por igual. Ya que ése es el espíritu de todo el Sutra del Loto, sería contradictorio que Devadatta quedase excluido. En cambio, si nos atenemos al espíritu del Sutra del Loto, hasta podría decirse que el vaticinio sobre la iluminación de Devadatta era necesario. Nichiren Daishonin explica que la profecía de iluminación destinada a Devadatta indica que el estado de Infierno también contiene la Budeidad.[16]
Saito: En realidad, todo el mundo tiene en su vida una naturaleza malvada tan horrenda como la de Devadatta. Se me ocurre, entonces, que si no pudieran manifestar la Budeidad los que tienen en su vida el potencial del mal, entonces nadie podría llegar a ser un buda. En otras palabras, que las malas personas puedan manifestar la iluminación no les incumbe sólo a los malvados, sino a toda la gente. Esto es análogo a lo que ya habíamos debatido sobre la iluminación de las personas en los dos vehículos, es decir, los que escuchan la voz (estado de aprendizaje) y los pratyekabuddhas (estado de compresión intuituva).
Para ver sobre los 10 estados: http://www.sgispanish.org/budismo/diaria/diez-estados.html )
Presidente Ikeda: La doctrina de la posesión mutua de los Diez Estados indica que el mal existe aun dentro de la vida del Buda, y que la naturaleza de la Budeidad existe aun dentro de la vida de la gente mala. Es lo que demuestra, sin lugar a dudas, la iluminación de Devadatta. Entonces, podría decirse que si Shakyamuni no hubiera expuesto el logro de la Budeidad de Devadatta, el Sutra del Loto no estaría completo.
Endo: En cierta forma, es fácil pensar en términos rígidos y concluir que el Buda es la antítesis del mal, es decir, alguien que erradicó totalmente de su vida la maldad. Pero las personas de carne y hueso tienen una naturaleza que, en parte, está inclinada al mal. Por ende, si un Buda estuviese libre de todo mal, sería un ser abstracto, un mito, y eso tornaría imposible para cualquier ser humano común la esperanza de manifestar la iluminación.
El Daishonin hace referencia a este punto cuando señala: "En términos reales, antes del Sutra del Loto sólo había budas provisionales. No había casos de personas reales que manifestaran su Budeidad".[17]
Presidente Ikeda: Las enseñanzas previas al Sutra del Loto, como no habían revelado la doctrina de ichinen sanzen, eran sólo palabras sin sustancia real, aun cuando mencionaran a personas que lograban la iluminación. Eran puro discurso teórico. El Sutra del Loto no es una doctrina abstracta de esta naturaleza; tiene el poder de quitar el sufrimiento de la vida de la gente y guiarla hacia la felicidad. La entidad de la Ley del Sutra del Loto, y el poder fundamental para ayudar a las personas a manifestar su propia Budeidad, es Nam-myoho-renge-kyo.
Saito: Hay diversas formas de mirar la relación entre el bien y el mal. Una es como si fueran dos cosas fijas, que se hallan en oposición. Es la perspectiva que predomina en las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto. Otra noción entiende que el bien y el mal son dos aspectos diferentes de una misma entidad, como dos caras de una moneda.
Presidente Ikeda: Podríamos inferir que la inseparabilidad entre el bien y el mal corresponde a esta última idea, pero no es así. Porque, en ese caso, el bien y el mal serían sólo dos diferencias en cuanto a la perspectiva, y la vida sería, en sí, algo estático e inmodificable. Desde ese punto de vista, sería imposible capturar el dinamismo y el cambio incesante que constituyen el verdadero aspecto de la vida.
Hay que reconocer que la entidad de vida es esencialmente una, y que esta entidad produce, a veces, valor positivo y, a veces, negativo. Este es el verdadero significado.
Suda: Esto nos da, en conjunto, tres formas de examinar el bien y el mal, que corresponden a las tres interpretaciones del concepto de "inseparabilidad" dadas por el sacerdote Chih-li, (960-1028) de la escuela china T'ien-t'ai.
Ellas son: el "dualismo entre entidades separadas", el "dualismo de la misma entidad" y la "unidad en lo profundo de la entidad [de la vida]".
La idea de que el bien y el mal existen en forma separada, tal que el bien aparece cuando el mal se extingue, correspondería a la primera interpretación. La idea del bien y el mal como dos lados de una moneda correspondería a la segunda interpretación. La última es la idea de que el bien y el mal siempre se manifiestan en oposición, pero que surgen de la verdadera entidad de la vida que, en sí, corporifica la inseparabilidad entre ambos términos.
Presidente Ikeda: Esa clasificación es bastante compleja. El Daishonin dice: "La ira es común al bien y al mal".[18] La ira enfocada contra el mal es buena. La ira que deriva del egoísmo es mala. Pero no puede decirse que ella sea buena o mala de por sí. El bien y el mal son relativos. Por eso, es importante que busquemos entablar "buenas relaciones".
El presidente Makiguchi siguió emprendiendo el diálogo aun en la cárcel. Preguntaba en voz bien alta, para que los demás pudiesen escucharlo: "¿No podría decirse, acaso, que no hacer el bien es lo mismo que hacer el mal?".[19] De esa forma, alentaba a los demás prisioneros a pensar en lo que sucedía a su alrededor.
Por lo general, la mayoría de la gente supone que hacer el mal es peor que no hacer el bien. Casi todo el mundo, en esta época moderna, cree que no hay que hacer el mal, pero tampoco hay que hacer el bien. Sin embargo, el presidente Makiguchi sostenía que no hacer el bien equivalía a cometer el mal.
Para dar un ejemplo, supongamos que alguien pone una gran roca sobre una vía del ferrocarril. Este acto es malo. Digamos que otra persona ve la piedra pero no le avisa a nadie de la situación y deja que siga en ese lugar. Es verdad que esta última persona no cometió el mal en primer lugar, pero tampoco ha hecho el bien. Si, como resultado de su pasividad, el tren descarrila, es lo mismo que si él hubiera perpetrado la maldad.[20]
No luchar contra el mal es el mal en sí mismo. Con esta convicción, el señor Makiguchi enseñaba la importancia de vivir "creando activamente el bien". Y se dedicó a poner en práctica esta certeza.
También sostenía que la acumulación de bien en pequeña medida no sirve de mucho: "Se ha dicho que la acumulación de partículas de polvo forma una montaña, pero juntando motas de polvo, a lo sumo, uno termina formando un montículo de polvo".[21] El presidente Makiguchi tenía una forma muy interesante de exponer las cosas; sus palabras eran siempre muy lúcidas. Y concluía: "Las montañas se forman a través de plegamientos en la corteza terrestre. A menos que transformemos al ser humano y a la sociedad desde sus mismos cimientos, la humanidad perderá su oportunidad. Crear un cambio así es el gran bien, y para ello es necesario difundir el Sutra del Loto".[22]
Saito: En otras palabras, no luchar contra el mal es lo mismo que cometer el mal. Siento que es una escalofriante advertencia para las personas de esta época, inclinadas a vivir la vida sin tomar conciencia de lo que sucede a su alrededor.
Presidente Ikeda: Esa fue, por cierto, la convicción del doctor Martin Luther King (h) (1929-1968), líder del movimiento norteamericano por los derechos civiles. El doctor King creía que cuando alguien permanece de brazos cruzados frente al mal está ayudando y fomentando el mal, y que no oponerse a él era lo mismo que ser su cómplice.
Suda: He tenido el privilegio de visitar algunos países vecinos de Asia. Siento que la idea del presidente Makiguchi acerca de llevar una vida de "bien activo" resulta muy atractiva para muchos miembros de la SGI en dichos países. En todo el mundo parece preponderar cierta ambigüedad alrededor de la cuestión del bien y el mal. Creo que, en tales circunstancias, el ideal budista de "crear activamente el bien" es como un faro en la niebla.
Presidente Ikeda: Exactamente. Debemos tomar recaudos para que esta época, privada de filosofía y de una ideología sana, no se convierta en una peligrosa era gobernada por el egoísmo sin freno. No dejemos que impere el nihilismo. Tenemos que mostrar a la gente un "camino seguro" en la vida y hacer que salga el sol de la esperanza.
En Oriente y Occidente, tanto en el pasado como en la actualidad, se han esgrimido muchos argumentos filosóficos acerca del bien y el mal. Sin entrar en esas perspectivas, la clave está en no ver la vida como un "medio" sino seguir contemplándola como un "fin", como un "objetivo". Esta es la premisa fundamental. El bien está en hacer brillar y enriquecer la vida tan noble y pura; el mal está en convertir la vida en un medio y producir su deterioro.
También podemos decir que la unión es el bien, mientras que el mal vive en la fragmentación. Por ende, el bien supremo consiste en ayudar a las personas a abrir su propia Budeidad y a construir una solidaridad mundial de buena voluntad.
El movimiento por la paz, la cultura y la educación basado en el Budismo, es decir, el movimiento por el kosen-rufu, concuerda totalmente con este objetivo. Llevar a cabo estas actividades implica poner en práctica dinámica el principio de la inseparabilidad entre el bien y el mal, de tal forma que el mal quede asimilado al bien.
El punto está en avanzar mientras reflexionamos seriamente sobre el yo y tratamos de superar el egoísmo; la clave está en vencer nuestra debilidad interior y progresar. Cuando lo hacemos, estamos leyendo de verdad el capítulo "Devadatta". En última instancia, en cada una de nuestras vidas se está librando la amarga contienda entre Shakyamuni y Devadatta. Cuando comprendemos el sutra desde este ángulo, lo estamos leyendo desde el punto de vista del Budismo de Nichiren Daishonin.
El poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941) compara la función del mal con las orillas de un río. Las márgenes del río representan una obstrucción para las aguas, pero son necesarias para mantener el cauce en su lugar y permitir que la corriente fluya en una dirección concreta. Sin orillas, el río desbordaría y, en lugar de crear valor, terminaría generando destrucción.[23]
Como el río, utilicemos todos los impedimentos en nuestro beneficio, y sigamos librando nuestra "contienda incesante" contra el mal. Empeñémonos en aumentar el caudal de nuestro "río del bien" y extendamos su corriente por todo el mundo.
La Ley Mística se manifiesta en el corazón que ansía encontrarla.
(de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de agosto de 1996 del Daibyakurenge, mensuario de estudios de la Soka Gakkai.)
.................................................................................................................
[1] Ajatashatru: Rey de Magadha, en los tiempos de Shakyamuni. Bajo su reinado, Magadha pasó a ser el reino más poderoso de la India en su época. Luego, se convirtió al Budismo.
[2] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 11.
[3] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 277.
[4] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Escritos compilados de Tsunesaburo Makiguchi), Daisan Bunmeisha, Tokio, 1987, vol. 10, pág. 31.
[5] Ib., pág. 33.
[6] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu (Expresiones compiladas de T. Makiguchi), edit. por Takehisa Tsuji, Daisan Bunmeisha, Tokio, 1979, pág. 169.
[7] Ryokan (1217-1303): Sacerdote de la escuela Shingon Ritsu durante el período Kamakura.
[8] Doryu (1213-1278): Sacerdote de la escuela Zen Rinzai, también conocida como Rankei. En 1246, vino al Japón procedente de la China. Se opuso al Daishonin y, con Ryokan y los demás, conspiró en contra de él.
[9] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 169.
[10] Gosho Zenshu, pág. 563.
[11] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 7, pág. 59.
[12] Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1986, vol. 6, págs. 360-361.
[13] Gosho Zenshu, pág. 744.
[14] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 191.
[15] Ib.
[16] Véase Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 50.
[17] Gosho Zenshu, pág. 403.
[18] Gosho Zenshu, pág. 584.
[19] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu, vol. 10, pág. 30.
[20] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 184.
[21] Ib., pág. 23.
[22] Ib.
[23] Véase TAGORE, Rabindranath: Sadhana: The Realisation of Life (El sadhana, la comprensión de la vida), The Macmillan Company, Nueva York, 1929, pág. 47.
[ . . . ]
Endo: el Sutra del Loto esclarece el respeto absoluto a las diferencias de sistema social, organización, culturas y expresiones autóctonas, conecta a las personas exhortándolas a dialogar como seres humanos, sobre un pie de igualdad.
Suda: La verdadera entidad de todos los fenómenos (en jap.: shoho jisso, eje del Sutra del Loto), nos enseña a ver que todos los fenómenos, en su magnífica diversidad, poseen una entidad verdadera y equitativa. Es algo fácil de decir, pero muy difícil de poner en práctica; y mucho más en la escena internacional.
Presidente Ikeda: José Figueres Ferrer (1906-1990), padre del mandatario costarricense (1996), José María Figueres Olsen, se ha ganado la celebridad por haber abolido las fuerzas armadas en su país. El lema del señor Figueres ha sido "Lucha sin fin". Es el nombre que lleva su granja y ha venido basándose en esta consigna desde sus años de juventud.
Este espíritu es fundamental para nosotros, los budistas. Después de todo, nuestra filosofía es una enseñanza de lucha sin límites, donde se gana o se pierde. El verdadero aspecto de la vida y la sociedad puede hallarse en la lucha eterna entre el bien y el mal, entre la naturaleza de la iluminación y la oscuridad, la felicidad y el sufrimiento, la paz y la guerra, la creación y la destrucción, la armonía y el caos. Este es el verdadero aspecto del universo.
Por ende, el único camino está en batallar. La única opción es vencer. De aquí que uno de los títulos honoríficos del Buda sea "El Victorioso".
Saito: Shakyamuni pasó toda su vida librando una lucha incesante y ardorosa. Pero, al parecer, muchas personas, acaso por la impresión que tienen de haber visto imágenes y estatuas del Buda, creen que el Budismo es una enseñanza de reposo y quietud. En verdad, la vida de Shakyamuni estuvo signada por una agitación constante y fue una sucesión de duras contiendas.
Presidente Ikeda: Correcto. Pero a causa de su intensa lucha, el Buda pudo cultivar un estado de vida pacífico y tranquilo como un mar sereno. A su alrededor podía haber toda clase de disturbios, pero el estado interior que él mismo había construido era, en sí, inalterable. Su condición digna y serena, su identidad de Buda iluminado desde el remoto pasado brillaba en su corazón a cada momento.
Suda: De las muchas batallas que libró Shakyamuni, la más famosa tal vez se refiera a la traición de Devadatta. A diferencia de las persecuciones provenientes de afuera, este incidente se produjo dentro de las filas de la comunidad budista. Fue mucho más grave, porque el traidor había conspirado con el gobernante del país, el rey Ajatashatru, para deshacerse de Shakyamuni.[1]
Endo: Devadatta es el arquetipo del "villano". Ha pasado a la historia como "Devadatta, el traidor", y en lo que concierne a la capacidad de perpetrar el mal, probablemente sea difícil encontrar un ser humano más pérfido.
El capítulo "Devadatta" del Sutra del Loto explica que aun semejante malvado manifestará la Budeidad. En vista de este solo aspecto, constituye una doctrina muy peculiar.
Saito: Además de la "iluminación de las malas personas", este capítulo también expone la "iluminación de las mujeres", ya que cuenta cómo logró la Budeidad la hija del Rey dragón. En las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto, a las malas personas y las mujeres se les negaba explícitamente la posibilidad de llegar a ser budas.
En otras palabras, fue una enseñanza que dio en tierra con la ética social imperante. Este capítulo expresa con dramatismo la revelación única del Sutra del Loto: que todas las personas pueden manifestar el estado de Buda.
. . .
Presidente Ikeda: El espíritu del Sutra del Loto consiste en permitir que todas las personas lleguen a ser budas. Para la gente hay algo que es más importante que la doctrina en sí, y es el hecho de poder manifestar o no la Budeidad. Y el capítulo "Devadatta", por cierto, brinda una respuesta clara y directa a dicha cuestión.
El archimalvado Devadatta intentó asesinar a Shakyamuni y creó un cisma dentro de la orden budista. Como la hija del Rey dragón era hembra, sufría la discriminación de la sociedad; pero, como si no bastara con ello, su forma física era la de un animal. Para la ética imperante en esa época, ni la joven dragona ni Devadatta tenían posibilidades de manifestar la Budeidad. La enseñanza de que ambos podían llegar a ser budas era un claro indicador de que cualquier persona en el mundo tenía la iluminación a su alcance.
. . .
Saito: En síntesis, las malas personas y las mujeres representan a todos los seres humanos, a la gente común. El hecho de que puedan ser budas revela que el Sutra del Loto tiene el poder de hacer que todas las personas logren la iluminación. En tal sentido, narrar la iluminación de ellos implica una "advertencia" y una "exhortación" a todas las personas, para que difundan el Sutra del Loto.
Endo: La doctrina de que todos los seres pueden manifestar la iluminación ya había sido expuesta teóricamente en el capítulo segundo del sutra, "Medios hábiles". Así que, desde un punto de vista puramente doctrinal, Nichiren Daishonin afirma que el capítulo "Devadatta" es "la rama y las hojas del capítulo 'Medios hábiles'".[2]
Presidente Ikeda: Efectivamente. Pero tal vez haya explicado la iluminación de Devadatta y de la joven dragona por su tremendo poder inspirador. Devadatta había actuado abiertamente contra Shakyamuni. Ya que ponerse contra el bien es hacer el mal, Devadatta era un paradigma de la maldad, por haber atentado contra el Buda. El poderoso impacto de este capítulo tiene que ver con que otorga a un hombre así la posibilidad de manifestar su Budeidad.
A su vez, el hecho de que la niña dragona manifieste la iluminación es importante, porque indica no sólo la Budeidad de las mujeres, sino también que cada uno despliega su iluminación sin dejar de ser lo que es. En otras palabras, enseña que las personas comunes pueden llegar a ser budas sin modificar su característica. Esto produce un impacto extraordinario.
. . .
Presidente Ikeda: Las malas personas no vienen de frente y dicen: "Soy malo". Por el contrario, usan la sagacidad y la astucia para presentar otra fachada.
En una época en que muchas personas realizaban prácticas extremas, probablemente haya sido fácil criticar el Camino Medio de Shakyamuni alegando que era pura indulgencia. A decir verdad, antes de lograr la iluminación, Shakyamuni había llegado hasta los límites más penosos del ascetismo. Cuando rechazó este camino, sus cinco compañeros ascetas lo criticaron amargamente por "decadente".
Como era natural, la orden de Shakyamuni era bastante abierta en lo que respectaba a la práctica cotidiana y a la observancia de preceptos --un rasgo característico del Camino Medio--, pero en lo que concernía al espíritu de búsqueda hacia la Ley, todos los seguidores eran muy estrictos. Sin cierta medida de flexibilidad y de apertura, no habría sido posible incluir en la orden a personas muy distintas entre sí. El propósito de la práctica y de los preceptos budistas es permitir que la mayor cantidad de personas entren en el "camino del bien" y trabajen por su felicidad. Imponer preceptos con el propósito expreso de hacer sufrir a la gente es algo perverso. Las religiones que sofocan y limitan a los creyentes con reglas externas y que prohíben una cosa tras otra nunca llegan a conmover el corazón del pueblo. Es más, el que con hipocresía, finge ser pobre y austero, como pose o estrategia, en realidad, está abusando del espíritu religioso.
. . .
Saito: Creo que la situación actual del Japón no es muy distinta de lo que describió el Daishonin cuando dijo: "Los hombres del Japón son como Devadatta".[3] En un país gobernado por la envidia, las personas no pueden respetar la grandeza; su conducta natural es tender zancadillas al prójimo para verlo caer. ¡Es algo patético!
Presidente Ikeda: Devadatta sólo veía que a Shakyamuni lo respetaban todos. No intentaba comprender el corazón del ser que envidiaba. ¡Cuánto habrá sufrido el Buda noche y día, sin que nadie se enterara, pensando cómo guiar a las personas hacia la felicidad y hacerlas tomar conciencia del tesoro de su vida! ¡Cuánto habrá luchado para adquirir el dominio de su propia vida! ¡Qué esfuerzo penoso y constante habrá hecho! Pero Devadatta no trató de comprender la difícil odisea de Shakyamuni...
¿Por qué no pudo ver nada de esto? Probablemente porque él mismo se dio por vencido en su lucha interna. Si percibimos nuestro "mal interior" pero no hacemos nada por derrotarlo, entonces nuestra vida queda instantáneamente manchada por el mal. En tal sentido, la "buena persona" es la que lucha contra el mal. Mientras uno combate el mal a su alrededor, erradica el mal dentro de su propia vida y la purifica. Este es el camino de la revolución humana.
Saito: Percibir el mal interior... Esto nos lleva a la doctrina de ichinen sanzen (tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida). El mal extremo que representa Devadatta, que habita en el estado de Infierno, también existe en la vida del Buda, un ser de absoluta bondad. Esto se debe a la posesión mutua de los Diez Estados y al ichinen sanzen.
Presidente Ikeda: Tú lo has dicho... En tal sentido, la doctrina de ichinen sanzen expuesta por el Sutra del Loto es una filosofía suprema de autorreflexión y de igualdad, porque no permite a nadie la arrogancia de creerse especial. Es una filosofía que expone, directamente, la dignidad de todas las personas.
Según ichinen sanzen, hasta un ser de benevolencia suprema como el Buda posee la naturaleza del mal; y hasta un villano despiadado como Devadatta posee la naturaleza de la Budeidad. Sobre esta premisa, los caminos del bien y del mal difieren enormemente y conducen a rumbos opuestos; el camino que escojamos depende de que sigamos luchando contra el mal o no. Esta es la clave para comprender el capítulo "Devadatta". En conclusión, en todo el capítulo lo que circula es el espíritu resuelto de lucha contra el mal.
El gran maestro T'ien-t'ai de la China dice, en el quinto volumen del Hokke Gengi (Profundo significado del Sutra del Loto): "El bien existe en respuesta al mal. No hay bien aisladamente del mal" y "El mal sostiene al bien. Sin mal no habría bien".
Presidente Ikeda: Exactamente. El bien y el mal no son entidades absolutas, sino conceptos relativos. Por ende, no puede decirse que una persona determinada sea intrínsecamente buena o mala.
Tsunesaburo Makiguchi, el fundador de la Soka Gakkai, manifestó: "Aun una buena persona que se opone al gran bien inmediatamente pasa a ser una persona de gran maldad. Aun una mala persona que se opone al gran mal inmediatamente pasa a ser alguien de gran bondad".[4] Utilizaba el siguiente ejemplo para aclarar lo que quería decir: "Si Yen Hui se hubiera opuesto a Confucio (551- 479 a .C.), este sabio, segundo en orden de estima, habría pasado a ser de inmediato un hombre de gran mal. Si Confucio se hubiera opuesto a Shakyamuni, habría creado de inmediato los efectos del mal supremo".[5]
Endo: Yen Hui fue uno de los principales discípulos del gran filósofo chino Confucio; fue un sabio cuya sabiduría sólo podía ser superada por su maestro. Que Yen Hui se hubiera vuelto contra Confucio habría sido como si una persona de bien intermedio se hubiera vuelto contra alguien de bondad suprema. De inmediato habría pasado a ser un hombre de gran maldad. Del mismo modo, si Confucio se hubiera opuesto al Buda, persona de suprema bondad, habría pasado a ser enseguida un hombre de maldad extrema. Tal es la relación entre el bien y el mal.
Presidente Ikeda: Pero el presidente Makiguchi también decía que si Confucio, Jesucristo o Mahoma se encontraran con Shakyamuni, difícilmente hubieran estado en desacuerdo con él. Explicó: "Es porque el ego, para todos ellos, era poco importante. Vivían sin otra preocupación que el deseo de guiar a las personas a la felicidad. No fueron personas egoístas".[6]
Parece ser que el presidente Makiguchi consideraba como bien supremo el hecho de guiar a las personas hacia la felicidad. En cambio, la raíz del mal está en el egoísmo que nos permite pensar sólo en los intereses personales.
Tsunesaburo Makiguchi dijo:
En sentido general, las personas que se jactan de ser demasiado buenas viven preocupadas de que surja alguien superior a ellas o un método que demuestre ser mejor que el que postulan. En tal caso, cuanto más alta es la posición de alguien, más probabilidades tiene de hacer causas de gran mal o de una maldad extraordinariamente grande.
Si no hubiera aparecido Nichiren Daishonin, Ryokan,[7] Doryu[8] y otras figuras [respetadas por la sociedad de aquella época] habrían terminado sus días veneradas como Budas vivientes. Infortunadamente para ellos, se convirtieron en sacerdotes de suprema maldad, en la medida en que no supieron aceptar la supremacía de la enseñanza del Daishonin y en que se dejaron gobernar por sus intereses mezquinos.[9]
Opino que se convirtieron en malas personas a causa de los celos...
Saito: El presidente Makiguchi definió el "bien" como el beneficio público. El Sutra del Loto es la enseñanza que permite a todas las personas lograr la Budeidad. En tal sentido, podemos decir que el Sutra del Loto aspira al mayor beneficio y al mayor bien para el pueblo.
Presidente Ikeda: Esa es, también, la postura del Buda. Por ende, es una persona de suprema bondad. Pero esto no significa afirmar que en la vida del Buda no existe el mal. Desde luego que existe, como un potencial. Pero porque el Buda aspira al bien supremo y lucha sin clemencia contra el mal, entonces el bien es lo que se manifiesta en su vida.
Nichiren Daishonin dice: "Oponerse al bien se llama mal; oponerse al mal se llama bien. Por lo tanto, ni el bien ni el mal existen fuera del corazón del hombre".[10] El bien y el mal no tiene sustancia, en sí mismos. En otras palabras, no son absolutos sino que reflejan distinciones relativas. Por lo tanto, es importante dirigir nuestro corazón y nuestras acciones todo el tiempo hacia el bien.
Suda: Es un poco complicado, pero el gosho "La entidad de la Ley Mística" dice lo siguiente con respecto a este punto:
El principio místico sobre el verdadero aspecto de la realidad es así. El principio místico del verdadero aspecto de la realidad es uno, pero si se topa con malas influencias manifestará ilusión y engaño, mientras que si encuentra buenas influencias se manifestará como iluminación. La iluminación significa estar iluminado con respecto a la naturaleza esencial de los fenómenos; el engaño, es ignorar dicha naturaleza.
Es como el caso de una persona que, en sueños, se ve llevando a cabo diversos actos buenos y malos. Después de despertar y analizar la cuestión, comprende que todo fue un sueño producido por su propia mente. Esta mente corresponde al principio único de la naturaleza esencial de los fenómenos, el verdadero aspecto de la realidad, mientras que el bien y el mal que aparecen en el sueño corresponden a la iluminación y a la ilusión --o ignorancia-- respectivamente.
Cuando uno toma conciencia de ello, ve claramente que debe desechar la ilusión y la ignorancia relacionada con el mal y, en cambio, adoptar como base la conciencia relacionada con el bien y la iluminación.[11]
La verdadera entidad de la vida corporifica la inseparabilidad entre el bien y el mal. Tanto el bien como el mal existen dentro de la vida. Precisamente por esta razón, desde el punto de vista de la práctica tenemos que basarnos en la naturaleza de la iluminación y luchar por el bien.
Presidente Ikeda: Correcto. El Budismo es triunfar o ser vencidos; se trata de una contienda sin reservas. Porque Shakyamuni venció a Devadatta, el "mal" de este último sirvió para demostrar el "bien" del primero. Por otro lado, si Shakyamuni hubiera sido derrotado por el mal, no habría podido decir que Devadatta era un buen amigo.
El presidente Toda lo aclaraba así:
Devadatta fue un hombre que actuó contra la Ley, en tiempos de Shakyamuni; cortó todas las raíces del bien en el mundo. Las enseñanzas previas al Sutra del Loto afirman: "Sin la existencia del mal, no pueden manifestarse sabias acciones de bien. Por este motivo, Devadatta siempre estuvo al lado de Shakyamuni durante inmensurables kalpas; cuando Shakyamuni practicaba el Camino del Buda, Devadatta practicaba la injusticia. De esta forma, se inspiraban mutuamente". Sin embargo, cuando el bien se revela por completo, el mal pasa a ser íntegramente el bien. Por lo tanto, el Sutra del Loto enseña la inseparabilidad entre el bien y el mal; la inseparabilidad entre lo erróneo y lo verdadero, y entre la relación positiva y la relación inversa. Esta es la doctrina interior que no había sido revelada en las enseñanzas previas al Sutra del Loto.[12]
Si el mal obra para que se revele el bien, entonces el mal en su totalidad pasa a ser el bien. Esta es, realmente, la inseparabilidad entre el bien y el mal. Pero si dejamos que el mal cunda por doquier, entonces no termina convirtiéndose en bien. Sólo cuando uno desafía y vence rotundamente al mal, pasa a ser entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal.
En tal sentido, la iluminación de las personas malvadas, expuesta en el capítulo "Devadatta", es gran prueba de la victoria obtenida por Shakyamuni. Es su "declaración de victoria". Shakyamuni sólo puede decir que Devadatta había sido su mentor y buen amigo en una existencia pasada y que lo había ayudado en su misión, cuando se erige como vencedor desde su estado elevado de vida.
Saito: El significado de su explicación ¿no es, acaso, revelar la doctrina de la vida, más que brindar hechos específicos sobre su vínculo pasado?
Presidente Ikeda: Podríamos decir que explica la verdad de la vida. Desde el punto de vista del verdadero aspecto de la vida, Devadatta también es una entidad de la inseparabilidad entre el bien y el mal. La oscuridad y la iluminación son dos facetas de la entidad de la Ley Mística. Devadatta, que había sido maestro de Shakyamuni en una existencia pasada, en verdad era entidad de la Ley Mística. Por ende, el Daishonin dice: "Devadatta es otra forma de llamar a Myoho-renge-kyo. En una existencia pasada, él fue el vidente Asita. El vidente Asita es sinónimo de la Ley Mística".[13]
Shakyamuni logró la Budeidad porque tenía como maestro a la Ley Mística esencial. Esto es lo que expresa el capítulo "Devadatta", cuando menciona la práctica y el logro de la Budeidad bajo la tutela de Asita en una existencia pasada.
Endo: La inseparabilidad entre el bien y el mal, por cierto, no quiere decir que el bien y el mal sean lo mismo...
Suda: Esta forma de pensar equivale a afirmar el mal; sería como el erróneo concepto de la "iluminación original", al que sucumbió la escuela Tendai japonesa, según el cual todas las personas son budas así como estén, sin que tengan que realizar ninguna práctica. En cambio, la doctrina del Sutra del Loto sobre la inseparabilidad entre el bien y el mal se refiere al esfuerzo de crear constantemente el bien y de transformar el mal en bien.
Presidente Ikeda: Efectivamente. El poder de la Ley Mística nos permite transformar hasta a los malos amigos en buenas influencias. La fortaleza de nuestro ichinen de la fe convierte el sufrimiento en alegría, en un viento que impulsa nuestro crecimiento continuo. Esto es lo que nos enseña el capítulo "Devadatta".
Nichiren Daishonin dice: "Devadatta, más que nadie, demostró la validez de las enseñanzas de Shakyamuni. También en estos días, los que nos ayudan a avanzar no son nuestros amigos, sino los enemigos".[14] Para manifestar la Budeidad, tenemos que conquistar minuciosamente nuestro "mal interior". El medio concreto para lograrlo está en luchar contra el "mal circundante" y vencerlo. Luchar por derrotar el mal nos permite pulir y purificar nuestra vida, y lograr la Budeidad. Porque combatimos el mal en su forma más esencial, podemos lograr el bien supremo.
Incluso el mal supremo, visto en su función de permitirnos crecer y lograr la Budeidad, puede ser tomado como una suerte de "maestro". Entonces, lo que hay que ver acá es el estado de vida triunfal de Shakyamuni, pues esto es lo que le permite explicar que aun el archimalvado Devadatta había sido su maestro en el pasado. Porque Shakyamuni triunfó, pudo decir algo así; porque triunfó, llegó a ser un buda.
Del mismo modo, Nichiren Daishonin pudo afirmar, luego de su gran victoria: "En mi caso, los mejores aliados para que logre la iluminación son Hei no Saemon y el regente Hojo Tokimune, así como Tojo Kagenobu y los sacerdotes Ryokan, Doryu y Doamida-butsu. Sólo siento gratitud, cuando pienso que, sin ellos, no podría haber demostrado que soy el devoto del Sutra del Loto".[15] En otras palabras, estas malas personas, que habían perseguido al Buda original, pudieron manifestarse como seres de bien, gracias a que el Daishonin triunfó.
Gracias a este modelo de lucha establecido por Shakyamuni y por Nichiren Daishonin, las personas que vivimos en esta época podemos saber dónde reside el camino correcto. En ese sentido, Devadatta, Hei no Saemon y las demás personas se desempeñaron, en parte, como maestros, que revelaron el "camino del bien" en pro de las futuras generaciones.
La Soka Gakkai ha luchado contra toda clase de persecuciones, ardides y opresión, y ha triunfado. Esta batalla victoriosa nos permitió a todos profundizar y fortalecer nuestra fe. Si fuera posible concretar el kosen-rufu fácilmente y sin obstáculos, no tendríamos la oportunidad de perfeccionarnos ni de mantener nuestra práctica para hacer surgir la Budeidad.
Las dificultades son sinónimo de avance. Los deseos mundanos son la iluminación. La clave está en utilizar todos los sufrimientos como combustible para ser felices; en emplear todos los males como leña, para hacer que brille y arda mucho más la luz del bien.
Saito: ¡Cómo se amplió mi comprensión del capítulo "Devadatta"...!
Endo: Los que escucharon por primera vez la prédica de este capítulo se habrán quedado bastante atónitos...
Suda: Aun cuando se hubiera arrepentido sinceramente de sus malas acciones, la idea de que un malvado sin remedio como Devadatta fuese destinatario de una profecía de iluminación habría sido impensable en las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto.
Saito: Shakyamuni expuso el principio de la verdadera entidad de todos los fenómenos en el capítulo "Medios hábiles"; así que, teóricamente, la gente ya tenía cierta idea doctrinal de la posesión mutua de los Diez Estados. Así y todo, puede ser que ni siquiera Shariputra, conocido como el primero en sabiduría, comprendiera que la posesión mutua implicaba reconocer en las mujeres y en las malas personas la posibilidad de iluminarse...
Presidente Ikeda: Claro. En otra parte del capítulo "Devadatta" se revela que Shariputra padecía de cierta terquedad, que le impedía aceptar que las mujeres pudiesen manifestar la Budeidad. A menudo suele suceder que, aun cuando teóricamente comprendemos algo, nuestra vida sigue dominada por la oscuridad. Por eso es importante la práctica, ya que ello es lo que pule nuestra vida.
Endo: Fundamentalmente, todas las personas pueden lograr la Budeidad por igual. Ya que ése es el espíritu de todo el Sutra del Loto, sería contradictorio que Devadatta quedase excluido. En cambio, si nos atenemos al espíritu del Sutra del Loto, hasta podría decirse que el vaticinio sobre la iluminación de Devadatta era necesario. Nichiren Daishonin explica que la profecía de iluminación destinada a Devadatta indica que el estado de Infierno también contiene la Budeidad.[16]
Saito: En realidad, todo el mundo tiene en su vida una naturaleza malvada tan horrenda como la de Devadatta. Se me ocurre, entonces, que si no pudieran manifestar la Budeidad los que tienen en su vida el potencial del mal, entonces nadie podría llegar a ser un buda. En otras palabras, que las malas personas puedan manifestar la iluminación no les incumbe sólo a los malvados, sino a toda la gente. Esto es análogo a lo que ya habíamos debatido sobre la iluminación de las personas en los dos vehículos, es decir, los que escuchan la voz (estado de aprendizaje) y los pratyekabuddhas (estado de compresión intuituva).
Para ver sobre los 10 estados: http://www.sgispanish.org/budismo/diaria/diez-estados.html )
Presidente Ikeda: La doctrina de la posesión mutua de los Diez Estados indica que el mal existe aun dentro de la vida del Buda, y que la naturaleza de la Budeidad existe aun dentro de la vida de la gente mala. Es lo que demuestra, sin lugar a dudas, la iluminación de Devadatta. Entonces, podría decirse que si Shakyamuni no hubiera expuesto el logro de la Budeidad de Devadatta, el Sutra del Loto no estaría completo.
Endo: En cierta forma, es fácil pensar en términos rígidos y concluir que el Buda es la antítesis del mal, es decir, alguien que erradicó totalmente de su vida la maldad. Pero las personas de carne y hueso tienen una naturaleza que, en parte, está inclinada al mal. Por ende, si un Buda estuviese libre de todo mal, sería un ser abstracto, un mito, y eso tornaría imposible para cualquier ser humano común la esperanza de manifestar la iluminación.
El Daishonin hace referencia a este punto cuando señala: "En términos reales, antes del Sutra del Loto sólo había budas provisionales. No había casos de personas reales que manifestaran su Budeidad".[17]
Presidente Ikeda: Las enseñanzas previas al Sutra del Loto, como no habían revelado la doctrina de ichinen sanzen, eran sólo palabras sin sustancia real, aun cuando mencionaran a personas que lograban la iluminación. Eran puro discurso teórico. El Sutra del Loto no es una doctrina abstracta de esta naturaleza; tiene el poder de quitar el sufrimiento de la vida de la gente y guiarla hacia la felicidad. La entidad de la Ley del Sutra del Loto, y el poder fundamental para ayudar a las personas a manifestar su propia Budeidad, es Nam-myoho-renge-kyo.
Saito: Hay diversas formas de mirar la relación entre el bien y el mal. Una es como si fueran dos cosas fijas, que se hallan en oposición. Es la perspectiva que predomina en las enseñanzas anteriores al Sutra del Loto. Otra noción entiende que el bien y el mal son dos aspectos diferentes de una misma entidad, como dos caras de una moneda.
Presidente Ikeda: Podríamos inferir que la inseparabilidad entre el bien y el mal corresponde a esta última idea, pero no es así. Porque, en ese caso, el bien y el mal serían sólo dos diferencias en cuanto a la perspectiva, y la vida sería, en sí, algo estático e inmodificable. Desde ese punto de vista, sería imposible capturar el dinamismo y el cambio incesante que constituyen el verdadero aspecto de la vida.
Hay que reconocer que la entidad de vida es esencialmente una, y que esta entidad produce, a veces, valor positivo y, a veces, negativo. Este es el verdadero significado.
Suda: Esto nos da, en conjunto, tres formas de examinar el bien y el mal, que corresponden a las tres interpretaciones del concepto de "inseparabilidad" dadas por el sacerdote Chih-li, (960-1028) de la escuela china T'ien-t'ai.
Ellas son: el "dualismo entre entidades separadas", el "dualismo de la misma entidad" y la "unidad en lo profundo de la entidad [de la vida]".
La idea de que el bien y el mal existen en forma separada, tal que el bien aparece cuando el mal se extingue, correspondería a la primera interpretación. La idea del bien y el mal como dos lados de una moneda correspondería a la segunda interpretación. La última es la idea de que el bien y el mal siempre se manifiestan en oposición, pero que surgen de la verdadera entidad de la vida que, en sí, corporifica la inseparabilidad entre ambos términos.
Presidente Ikeda: Esa clasificación es bastante compleja. El Daishonin dice: "La ira es común al bien y al mal".[18] La ira enfocada contra el mal es buena. La ira que deriva del egoísmo es mala. Pero no puede decirse que ella sea buena o mala de por sí. El bien y el mal son relativos. Por eso, es importante que busquemos entablar "buenas relaciones".
El presidente Makiguchi siguió emprendiendo el diálogo aun en la cárcel. Preguntaba en voz bien alta, para que los demás pudiesen escucharlo: "¿No podría decirse, acaso, que no hacer el bien es lo mismo que hacer el mal?".[19] De esa forma, alentaba a los demás prisioneros a pensar en lo que sucedía a su alrededor.
Por lo general, la mayoría de la gente supone que hacer el mal es peor que no hacer el bien. Casi todo el mundo, en esta época moderna, cree que no hay que hacer el mal, pero tampoco hay que hacer el bien. Sin embargo, el presidente Makiguchi sostenía que no hacer el bien equivalía a cometer el mal.
Para dar un ejemplo, supongamos que alguien pone una gran roca sobre una vía del ferrocarril. Este acto es malo. Digamos que otra persona ve la piedra pero no le avisa a nadie de la situación y deja que siga en ese lugar. Es verdad que esta última persona no cometió el mal en primer lugar, pero tampoco ha hecho el bien. Si, como resultado de su pasividad, el tren descarrila, es lo mismo que si él hubiera perpetrado la maldad.[20]
No luchar contra el mal es el mal en sí mismo. Con esta convicción, el señor Makiguchi enseñaba la importancia de vivir "creando activamente el bien". Y se dedicó a poner en práctica esta certeza.
También sostenía que la acumulación de bien en pequeña medida no sirve de mucho: "Se ha dicho que la acumulación de partículas de polvo forma una montaña, pero juntando motas de polvo, a lo sumo, uno termina formando un montículo de polvo".[21] El presidente Makiguchi tenía una forma muy interesante de exponer las cosas; sus palabras eran siempre muy lúcidas. Y concluía: "Las montañas se forman a través de plegamientos en la corteza terrestre. A menos que transformemos al ser humano y a la sociedad desde sus mismos cimientos, la humanidad perderá su oportunidad. Crear un cambio así es el gran bien, y para ello es necesario difundir el Sutra del Loto".[22]
Saito: En otras palabras, no luchar contra el mal es lo mismo que cometer el mal. Siento que es una escalofriante advertencia para las personas de esta época, inclinadas a vivir la vida sin tomar conciencia de lo que sucede a su alrededor.
Presidente Ikeda: Esa fue, por cierto, la convicción del doctor Martin Luther King (h) (1929-1968), líder del movimiento norteamericano por los derechos civiles. El doctor King creía que cuando alguien permanece de brazos cruzados frente al mal está ayudando y fomentando el mal, y que no oponerse a él era lo mismo que ser su cómplice.
Suda: He tenido el privilegio de visitar algunos países vecinos de Asia. Siento que la idea del presidente Makiguchi acerca de llevar una vida de "bien activo" resulta muy atractiva para muchos miembros de la SGI en dichos países. En todo el mundo parece preponderar cierta ambigüedad alrededor de la cuestión del bien y el mal. Creo que, en tales circunstancias, el ideal budista de "crear activamente el bien" es como un faro en la niebla.
Presidente Ikeda: Exactamente. Debemos tomar recaudos para que esta época, privada de filosofía y de una ideología sana, no se convierta en una peligrosa era gobernada por el egoísmo sin freno. No dejemos que impere el nihilismo. Tenemos que mostrar a la gente un "camino seguro" en la vida y hacer que salga el sol de la esperanza.
En Oriente y Occidente, tanto en el pasado como en la actualidad, se han esgrimido muchos argumentos filosóficos acerca del bien y el mal. Sin entrar en esas perspectivas, la clave está en no ver la vida como un "medio" sino seguir contemplándola como un "fin", como un "objetivo". Esta es la premisa fundamental. El bien está en hacer brillar y enriquecer la vida tan noble y pura; el mal está en convertir la vida en un medio y producir su deterioro.
También podemos decir que la unión es el bien, mientras que el mal vive en la fragmentación. Por ende, el bien supremo consiste en ayudar a las personas a abrir su propia Budeidad y a construir una solidaridad mundial de buena voluntad.
El movimiento por la paz, la cultura y la educación basado en el Budismo, es decir, el movimiento por el kosen-rufu, concuerda totalmente con este objetivo. Llevar a cabo estas actividades implica poner en práctica dinámica el principio de la inseparabilidad entre el bien y el mal, de tal forma que el mal quede asimilado al bien.
El punto está en avanzar mientras reflexionamos seriamente sobre el yo y tratamos de superar el egoísmo; la clave está en vencer nuestra debilidad interior y progresar. Cuando lo hacemos, estamos leyendo de verdad el capítulo "Devadatta". En última instancia, en cada una de nuestras vidas se está librando la amarga contienda entre Shakyamuni y Devadatta. Cuando comprendemos el sutra desde este ángulo, lo estamos leyendo desde el punto de vista del Budismo de Nichiren Daishonin.
El poeta indio Rabindranath Tagore (1861-1941) compara la función del mal con las orillas de un río. Las márgenes del río representan una obstrucción para las aguas, pero son necesarias para mantener el cauce en su lugar y permitir que la corriente fluya en una dirección concreta. Sin orillas, el río desbordaría y, en lugar de crear valor, terminaría generando destrucción.[23]
Como el río, utilicemos todos los impedimentos en nuestro beneficio, y sigamos librando nuestra "contienda incesante" contra el mal. Empeñémonos en aumentar el caudal de nuestro "río del bien" y extendamos su corriente por todo el mundo.
La Ley Mística se manifiesta en el corazón que ansía encontrarla.
(de la serie en que el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda, dialoga sobre el Sutra del Loto con el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material salió publicado en la edición de agosto de 1996 del Daibyakurenge, mensuario de estudios de la Soka Gakkai.)
.................................................................................................................
[1] Ajatashatru: Rey de Magadha, en los tiempos de Shakyamuni. Bajo su reinado, Magadha pasó a ser el reino más poderoso de la India en su época. Luego, se convirtió al Budismo.
[2] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 6, pág. 11.
[3] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 2, pág. 277.
[4] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu (Escritos compilados de Tsunesaburo Makiguchi), Daisan Bunmeisha, Tokio, 1987, vol. 10, pág. 31.
[5] Ib., pág. 33.
[6] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu (Expresiones compiladas de T. Makiguchi), edit. por Takehisa Tsuji, Daisan Bunmeisha, Tokio, 1979, pág. 169.
[7] Ryokan (1217-1303): Sacerdote de la escuela Shingon Ritsu durante el período Kamakura.
[8] Doryu (1213-1278): Sacerdote de la escuela Zen Rinzai, también conocida como Rankei. En 1246, vino al Japón procedente de la China. Se opuso al Daishonin y, con Ryokan y los demás, conspiró en contra de él.
[9] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 169.
[10] Gosho Zenshu, pág. 563.
[11] The Major Writings of Nichiren Daishonin, vol. 7, pág. 59.
[12] Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Seikyo Shimbunsha, Tokio, 1986, vol. 6, págs. 360-361.
[13] Gosho Zenshu, pág. 744.
[14] Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 191.
[15] Ib.
[16] Véase Los principales escritos de Nichiren Daishonin, vol. 1, pág. 50.
[17] Gosho Zenshu, pág. 403.
[18] Gosho Zenshu, pág. 584.
[19] Makiguchi Tsunesaburo Zenshu, vol. 10, pág. 30.
[20] Makiguchi Tsunesaburo Shingenshu, pág. 184.
[21] Ib., pág. 23.
[22] Ib.
[23] Véase TAGORE, Rabindranath: Sadhana: The Realisation of Life (El sadhana, la comprensión de la vida), The Macmillan Company, Nueva York, 1929, pág. 47.