(3/4) UNA ESCRITURA QUE APELA A TODAS LAS PERSONAS
Fragmentos del tercer punto de la serie de diálogos sobre el Sutra del Loto entre el presidente de la SGI, Daisaku Ikeda y el titular del Departamento de Estudios de la Soka Gakkai, Katsuji Saito, y con los vice responsables, Takanori Endo y Haruo Suda. Este material de estudio ha sido inicialmente publicado en el Daibyakurenge, revista mensual de estudios de la Soka Gakkai (1995-2000).También, ha sido publicado en el Seikyo Times, Living Buddhism, revista mensual de la SGI-USA. Traducciones en varios idiomas han sido publicadas en los periódicos y revistas de la SGI en diversos países del mundo.
Presidente Ikeda: … En el mundo hay muchas personas que todavía no conocen el Budismo de Nichiren Daishonin o que tal vez se han enterado de su existencia, pero adolecen de graves errores de comprensión sobre esta filosofía o aún no han tomado contacto con su verdadera naturaleza.
Suda: En el Japón, en el pasado, las autoridades militaristas solían distorsionar y explotar las enseñanzas del Daishonin, por lo cual muchos pensaban que constituían una doctrina ultranacionalista y exacerbadamente patriótica. Pero, en realidad, no podría haber nada más lejos de la verdad.
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin expuso la esencia del Sutra del Loto; por eso, estudiar el Sutra del Loto es lo mismo que estudiar las enseñanzas del Daishonin. Del mismo modo, el estudio de las enseñanzas del Daishonin conduce a la comprensión del Sutra del Loto. Es como una moneda que puede verse en sus dos caras. En consecuencia, cuando analizamos el Sutra del Loto, no estamos sólo estudiando las enseñanzas del buda Shakyamuni. Estamos emprendiendo la tarea mucho más comprometida de explorar las enseñanzas del Daishonin con la mira puesta en el futuro distante.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: Las enseñanzas del Budismo se expusieron para la felicidad de todas las personas; no hay discriminación alguna que pueda hacerse: ni entre hombres y mujeres ni entre sacerdotes o laicos, ni por raza, nivel académico, posición social, poder o riqueza. En verdad, el Budismo se expuso precisamente para permitir que lograran la suprema felicidad los oprimidos, los discriminados, los que han debido soportar los sufrimientos más amargos. Acá está el verdadero poder del Budismo, la genuina sabiduría del Sutra del Loto.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: El Sutra del Loto es, en sí, una escritura abierta a las personas. Se ha mantenido vivo a lo largo de los siglos, precisamente porque aquellos que lo abrazaron y lo propagaron tuvieron la actitud de estar siempre junto al pueblo para exponer sus enseñanzas.
[ . . . ]
Suda: En el gosho "La esencia del Sutra del Loto", Nichiren Daishonin dice que tanto la enseñanza teórica como la enseñanza esencial fueron expuestas en bien de todas las personas que vivirían después de la muerte de Shakyamuni; el sutra concluye que se enseñó particularmente para las personas del Ultimo Día de la Ley. Pero, además, llega a decir que, en sentido específico, el sutra se expuso para el "mismísimo Nichiren".
Presidente Ikeda: En dicha afirmación --"En bien de los que vivirían después de la muerte del Buda, de las personas del Ultimo Día de la Ley"--, se observa la misericordia del Sutra del Loto, que alcanza a todas las personas.
Esta escritura enseña que la "única gran razón" por la cual los budas aparecen en este mundo --en otras palabras, el propósito supremo del advenimiento de los budas-- es permitir que todos los seres manifiesten la Budeidad.
Esta meta no podría lograrse si las enseñanzas predicadas por el buda Shakyamuni no tuvieran eficacia para toda la gente que viviese después de su muerte, particularmente en la época corrupta conocida como Ultimo Día de la Ley. Por ende, es inconcebible que el buda no haya dejado enseñanzas para los que vivirían en épocas posteriores. El Sutra del Loto es la misericordiosa escritura que enseñó, precisamente, por dicha razón.
Nichiren Daishonin leyó el Sutra del Loto con su vida, y por eso reveló y propagó
Nam-myoho-renge-kyo, como la Ley secreta implícita en este sutra, concebida para permitir que todos fuesen felices. Por eso declaró que, entre todas las personas que vivían en el Ultimo Día de la Ley, el Sutra del Loto había sido expuesto especialmente para él.
Nichiren Daishonin abrió el camino que permitiría concretar el ideal del Sutra del Loto --llevar la felicidad a todas las personas del Ultimo Día de la Ley, cuando las enseñanzas del Buda, según lo que se decía, estarían a punto de perecer. El Daishonin pudo declarar que el Sutra del Loto había sido expuesto específicamente para él, a partir de esta toma de conciencia de su propia misión. En tal sentido, nosotros también podemos considerar que el Sutra del Loto predice la aparición del Daishonin en el Ultimo Día de la Ley.
Suda: Si un buda declarase que no le importa el futuro de las personas de épocas posteriores a su muerte y se negara a enseñarles el camino hacia la felicidad, sería sin duda un buda cruel e impiadoso.
El capítulo 16 del Sutra del Loto es muy concluyente acerca de la salvación de aquellos que nacerán después de la muerte del Buda. Esto también se ve con claridad en la célebre parábola del excelente médico y sus hijos enfermos, contenida en dicho capítulo.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: Buda es una persona que ha tomado conciencia de la realidad de su propio ser y, como se desprende de ello, también de la realidad de la vida de todos los seres humanos. En esto consiste la sabiduría del Buda y la sabiduría del Sutra del Loto.
Por lo tanto, es claro que el Sutra del Loto se expuso para todos los seres humanos, con el propósito de permitirles que logren una auténtica independencia. Naturalmente, no discrimina, en ningún sentido, entre sacerdotes y laicos, entre hombres y mujeres, ricos y pobres, personas de clase alta y baja, entre jóvenes y viejos. Es, exclusiva y enteramente, para todo el género humano, para las personas comunes.
Saito: En el sutra que se conoce como su "declaración para la propagación", Shakyamuni señala que él transmite la Ley "para la felicidad, el beneficio y la paz de las personas". ...
Presidente Ikeda: … El Sutra del Loto enseña que todos poseemos por igual el potencial para lograr la Budeidad y que todos poseemos la capacidad de disfrutar el estado de felicidad absoluta. Es digno de destacar que el propósito de Shakyamuni, es decir, poner la Budeidad al alcance de todas las personas, queda reflejado en el lenguaje que utiliza para predicar las enseñanzas budistas: la lengua de Magadha, que era el idioma común y corriente del pueblo.
Endo: El Brahmanismo ortodoxo de esa época insistía en que las enseñanzas sagradas sólo podían ser transmitidas en el lenguaje sagrado de los Vedas, que sólo utilizaban las clases cultas y de alta estirpe. Desde la Antigüedad, la gente de castas inferiores y los que estaban excluidos de este sistema por ser intocables o parias tenían prohibido usar este lenguaje.
Suda: En cierta ocasión, dos de los seguidores de Shakyamuni le dijeron: "Al predicar las enseñanzas excelentes y honorables en el idioma nativo del pueblo, lesionas la dignidad del Budismo. De ahora en adelante, por favor predica en el altísimo y noble lenguaje de los Vedas". Estos seguidores eran dos hermanos cultos, pertenecientes a la clase brahmana, que se habían sumado a la Orden budista porque la prédica del Buda los había conmovido profundamente. Pero Shakyamuni les contestó: "¡Jamás!", y con eso dio por terminada la cuestión. Se dice que, inclusive, había dispuesto un castigo para todo aquel que osara predicar el Budismo en el lenguaje de los Vedas.
Presidente Ikeda: Ese episodio demuestra claramente el poderoso deseo de Shakyamuni de poner el Budismo al alcance de todos, sea cual fuere la posición social de la gente.
El Daishonin también escribió muchas de sus cartas para seguidores laicos en el sistema de escritura silábica japonesa llamada hiragana, para que pudiesen leerlas con facilidad. [En otras palabras, utilizó el lenguaje cotidiano de la gente, en lugar de emplear la escritura clásica china que se usaba para los textos formales de aquellos días.] Se sabe bien que, después de su muerte, un grupo de sacerdotes de alto rango que se contaban entre sus seguidores consideraron que esos escritos hiragana eran un "deshonor" que no encajaba en la imagen previsible de un Buda, y fue así como los quemaron o procesaron el papel de los manuscritos para volver a usarlo, con lo cual destruyeron importantes escritos del Daishonin.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: … El Budismo Mahayana no propone una compleja lista de mandamientos o reglas de conducta para constreñir a la gente. Respeta la libertad y la autonomía del individuo. Pero cuando ponemos las enseñanzas del Mahayana frente al espejo de la condición humana, lo que se ve es un modelo de liderazgo sumamente exigente y serio, que no consiente ninguna irresponsabilidad.
Suda: El Sutra del Loto --pináculo del Budismo Mahayana-- critica duramente la corrupción y la perversión moral en los líderes religiosos y en los sacerdotes. Hay una célebre parte en verso, contenida en el capítulo "Alentar la devoción" (13º o "Kanji"), que habla de los tres enemigos poderosos del Budismo y describe a los sacerdotes que fingen haber logrado la iluminación cuando, en verdad, lo único que les importa es satisfacer sus propios deseos codiciosos.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: Hay que reconocer un hecho triste pero cierto: la corrupción de los sacerdotes comenzó poco después de la muerte de Shakyamuni. La religión siempre corre peligro de alejarse del pueblo, cuando sus líderes se olvidan de reflexionar minuciosamente sobre su comportamiento y pasan a creerse imbuidos de autoridad.
[ . . . ]
Endo: Nichiko Shonin, el 59º sumo prelado, observó: "La división entre sacerdotes y laicos siempre fue una convención social; no puede ser considerada como algo necesariamente correcto".
En otras palabras, según la época y la sociedad, puede no ser apropiado distinguir entre sacerdotes y laicos.
Suda: Tal vez pudo haber cierto significado en la diferencia entre laicado y clero, en épocas en que los laicos no tenían acceso a los conocimientos detallados sobre religión y estaban forzados a depender de la clase sacerdotal, "especializada" en asuntos de la fe. Pero hoy todos los miembros de la sociedad tienen acceso a la información y la educación; los sacerdotes ya no pueden alegar que poseen autoridad o conocimiento exclusivo sobre asuntos religiosos.
Saito: Podríamos pensar que esta diferencia entre laicos y sacerdotes, entre clérigos profesionales y seguidores laicos, responde a una cuestión de funciones, pero no de esencia. No es cuestión de superioridad jerárquica, sino de distintas tareas que cumplir.
Presidente Ikeda: En la SGI no tenemos "profesionales" de la religión. Nuestros miembros viven en la sociedad, en el mundo secular, y no sólo estudian la doctrina budista, sino que llevan a cabo la propagación de las enseñanzas del Daishonin y realizan diversas ceremonias y servicios religiosos. La nuestra es una religión en la cual las personas comunes desempeñan un papel activo y asumen todas las responsabilidades.
El fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, nos pedía que fuésemos practicantes activos, no creyentes pasivos. Nosotros nos hemos puesto de pie para responder a su exhortación.
En las instituciones religiosas tradicionales, hay un pequeño grupo de clérigos que monopolizan la autoridad, mientras que a los laicos se les pide que obedezcan. Esa clase de estructura ya no es adecuada, sin duda, en esta sociedad contemporánea que se asoma al siglo XXI.
[ . . . ]
Presidente Ikeda: Sólo los que luchan diariamente con la realidad de la vida y del mundo comprenden a los que enfrentan estas mismas dificultades. Hay una tendencia inevitable a abandonar las organizaciones centradas en una clase privilegiada para ir hacia otras basadas en la gente común, con miras a que la religión pueda abrirse seriamente al pueblo.
[ . . . ]
Suda: Creo que la religión tiene que trascender la tendencia a considerar a los hombres como niños, a mantenerlos en ese estado, sin concederles la capacidad de pensar por sí mismos. El doctor Harvey Cox, presidente del Departamento de Teología Aplicada de la Escuela de Estudios Religiosos de la Universidad de Harvard recalcó este punto en un reciente artículo que escribió para el Seikyo Shimbun, el periódico de la Soka Gakkai.
En su libro La seducción del espíritu, el doctor Cox escribe: "... en última instancia, los que sostienen verdaderamente la religión son siempre las personas comunes y anónimas".
[ . . . ]
Presidente Ikeda: Jamás olvidaré las palabras del doctor Cox, esa primera vez que dialogamos en la Universidad Soka [el 2 de mayo de 1992]. Dijo que los ideales por los cuales había vivido y muerto el doctor King eran los mismos que la filosofía del Budismo, sobre la cual se basa la SGI. Y señaló, también, que su objetivo personal era concretar dicho ideal, dicho sistema de valores, en su propia vida.
Saito: El doctor Cox estudió la doctrina del Cristianismo. A pesar de las diferencias que median entre ambas religiones, siente una gran afinidad por el Budismo. El hecho de que alguien posea una visión prejuiciosa de la vida o una perspectiva correcta es algo que no puede medirse tan sólo por el nombre de la religión que practica o de la doctrina a la cual adhiere.
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dijo que algunas personas llegaban a formular una visión correcta de la vida a través de otros sistemas de pensamiento y de otras filosofías que no eran el Budismo. Según sus propias palabras, alguien que conoce el Sutra del Loto pero alberga prejuicios o no trata de captar su auténtica grandeza es inferior a los sabios y santos de las enseñanzas no budistas.
También escribió: "Cuando uno conoce el Sutra del Loto, comprende el significado de todos los asuntos mundanos". La sabiduría del Sutra del Loto mejora la sociedad y da felicidad a las personas. Si no sirve para lograr estos fines, no es verdadera sabiduría budista. En un nivel más amplio, creo que cualquier clase de sabiduría que mejore la condición de la humanidad, que contribuya a su felicidad, es la sabiduría del Sutra del Loto.
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros, como ser humano anónimo, por los demás y por la sociedad? Una religión para el pueblo, una religión para el siglo XXI, debe infundir esta conciencia en forma inextinguible y brindar energía para llevarla a la concreción. Este es el espíritu del Sutra del Loto.
Walt Whitman, el poeta del pueblo, escribe:
¡Vamos! ¿Qué has pensado de ti mismo?
¿Te has tenido entonces a ti mismo en menos de lo que eres?
¿Has creído tú mismo que el Presidente es más grande que tú?
¿O que el rico es mejor que tú? ¿O que la persona instruida es más discreta que tú?
Y, en otro poema, dice:
¿Qué supones que quiero darte a entender de mil maneras, si no es que el hombre o la mujer valen tanto como Dios?
¿Y que no hay ningún Dios que sea más divino que Tú mismo?
"Tú mismo" puede interpretarse, en este poema, como "la vida". Y éste es el reino del Budismo y el mundo del Sutra del Loto. No hay nada tan digno de respeto ni tan grandioso como "tú, tú mismo". Este es el mensaje que el Sutra del Loto transmite a todas y a cada una de las personas.
Presidente Ikeda: … En el mundo hay muchas personas que todavía no conocen el Budismo de Nichiren Daishonin o que tal vez se han enterado de su existencia, pero adolecen de graves errores de comprensión sobre esta filosofía o aún no han tomado contacto con su verdadera naturaleza.
Suda: En el Japón, en el pasado, las autoridades militaristas solían distorsionar y explotar las enseñanzas del Daishonin, por lo cual muchos pensaban que constituían una doctrina ultranacionalista y exacerbadamente patriótica. Pero, en realidad, no podría haber nada más lejos de la verdad.
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin expuso la esencia del Sutra del Loto; por eso, estudiar el Sutra del Loto es lo mismo que estudiar las enseñanzas del Daishonin. Del mismo modo, el estudio de las enseñanzas del Daishonin conduce a la comprensión del Sutra del Loto. Es como una moneda que puede verse en sus dos caras. En consecuencia, cuando analizamos el Sutra del Loto, no estamos sólo estudiando las enseñanzas del buda Shakyamuni. Estamos emprendiendo la tarea mucho más comprometida de explorar las enseñanzas del Daishonin con la mira puesta en el futuro distante.
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Presidente Ikeda: Las enseñanzas del Budismo se expusieron para la felicidad de todas las personas; no hay discriminación alguna que pueda hacerse: ni entre hombres y mujeres ni entre sacerdotes o laicos, ni por raza, nivel académico, posición social, poder o riqueza. En verdad, el Budismo se expuso precisamente para permitir que lograran la suprema felicidad los oprimidos, los discriminados, los que han debido soportar los sufrimientos más amargos. Acá está el verdadero poder del Budismo, la genuina sabiduría del Sutra del Loto.
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Presidente Ikeda: El Sutra del Loto es, en sí, una escritura abierta a las personas. Se ha mantenido vivo a lo largo de los siglos, precisamente porque aquellos que lo abrazaron y lo propagaron tuvieron la actitud de estar siempre junto al pueblo para exponer sus enseñanzas.
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Suda: En el gosho "La esencia del Sutra del Loto", Nichiren Daishonin dice que tanto la enseñanza teórica como la enseñanza esencial fueron expuestas en bien de todas las personas que vivirían después de la muerte de Shakyamuni; el sutra concluye que se enseñó particularmente para las personas del Ultimo Día de la Ley. Pero, además, llega a decir que, en sentido específico, el sutra se expuso para el "mismísimo Nichiren".
Presidente Ikeda: En dicha afirmación --"En bien de los que vivirían después de la muerte del Buda, de las personas del Ultimo Día de la Ley"--, se observa la misericordia del Sutra del Loto, que alcanza a todas las personas.
Esta escritura enseña que la "única gran razón" por la cual los budas aparecen en este mundo --en otras palabras, el propósito supremo del advenimiento de los budas-- es permitir que todos los seres manifiesten la Budeidad.
Esta meta no podría lograrse si las enseñanzas predicadas por el buda Shakyamuni no tuvieran eficacia para toda la gente que viviese después de su muerte, particularmente en la época corrupta conocida como Ultimo Día de la Ley. Por ende, es inconcebible que el buda no haya dejado enseñanzas para los que vivirían en épocas posteriores. El Sutra del Loto es la misericordiosa escritura que enseñó, precisamente, por dicha razón.
Nichiren Daishonin leyó el Sutra del Loto con su vida, y por eso reveló y propagó
Nam-myoho-renge-kyo, como la Ley secreta implícita en este sutra, concebida para permitir que todos fuesen felices. Por eso declaró que, entre todas las personas que vivían en el Ultimo Día de la Ley, el Sutra del Loto había sido expuesto especialmente para él.
Nichiren Daishonin abrió el camino que permitiría concretar el ideal del Sutra del Loto --llevar la felicidad a todas las personas del Ultimo Día de la Ley, cuando las enseñanzas del Buda, según lo que se decía, estarían a punto de perecer. El Daishonin pudo declarar que el Sutra del Loto había sido expuesto específicamente para él, a partir de esta toma de conciencia de su propia misión. En tal sentido, nosotros también podemos considerar que el Sutra del Loto predice la aparición del Daishonin en el Ultimo Día de la Ley.
Suda: Si un buda declarase que no le importa el futuro de las personas de épocas posteriores a su muerte y se negara a enseñarles el camino hacia la felicidad, sería sin duda un buda cruel e impiadoso.
El capítulo 16 del Sutra del Loto es muy concluyente acerca de la salvación de aquellos que nacerán después de la muerte del Buda. Esto también se ve con claridad en la célebre parábola del excelente médico y sus hijos enfermos, contenida en dicho capítulo.
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Presidente Ikeda: Buda es una persona que ha tomado conciencia de la realidad de su propio ser y, como se desprende de ello, también de la realidad de la vida de todos los seres humanos. En esto consiste la sabiduría del Buda y la sabiduría del Sutra del Loto.
Por lo tanto, es claro que el Sutra del Loto se expuso para todos los seres humanos, con el propósito de permitirles que logren una auténtica independencia. Naturalmente, no discrimina, en ningún sentido, entre sacerdotes y laicos, entre hombres y mujeres, ricos y pobres, personas de clase alta y baja, entre jóvenes y viejos. Es, exclusiva y enteramente, para todo el género humano, para las personas comunes.
Saito: En el sutra que se conoce como su "declaración para la propagación", Shakyamuni señala que él transmite la Ley "para la felicidad, el beneficio y la paz de las personas". ...
Presidente Ikeda: … El Sutra del Loto enseña que todos poseemos por igual el potencial para lograr la Budeidad y que todos poseemos la capacidad de disfrutar el estado de felicidad absoluta. Es digno de destacar que el propósito de Shakyamuni, es decir, poner la Budeidad al alcance de todas las personas, queda reflejado en el lenguaje que utiliza para predicar las enseñanzas budistas: la lengua de Magadha, que era el idioma común y corriente del pueblo.
Endo: El Brahmanismo ortodoxo de esa época insistía en que las enseñanzas sagradas sólo podían ser transmitidas en el lenguaje sagrado de los Vedas, que sólo utilizaban las clases cultas y de alta estirpe. Desde la Antigüedad, la gente de castas inferiores y los que estaban excluidos de este sistema por ser intocables o parias tenían prohibido usar este lenguaje.
Suda: En cierta ocasión, dos de los seguidores de Shakyamuni le dijeron: "Al predicar las enseñanzas excelentes y honorables en el idioma nativo del pueblo, lesionas la dignidad del Budismo. De ahora en adelante, por favor predica en el altísimo y noble lenguaje de los Vedas". Estos seguidores eran dos hermanos cultos, pertenecientes a la clase brahmana, que se habían sumado a la Orden budista porque la prédica del Buda los había conmovido profundamente. Pero Shakyamuni les contestó: "¡Jamás!", y con eso dio por terminada la cuestión. Se dice que, inclusive, había dispuesto un castigo para todo aquel que osara predicar el Budismo en el lenguaje de los Vedas.
Presidente Ikeda: Ese episodio demuestra claramente el poderoso deseo de Shakyamuni de poner el Budismo al alcance de todos, sea cual fuere la posición social de la gente.
El Daishonin también escribió muchas de sus cartas para seguidores laicos en el sistema de escritura silábica japonesa llamada hiragana, para que pudiesen leerlas con facilidad. [En otras palabras, utilizó el lenguaje cotidiano de la gente, en lugar de emplear la escritura clásica china que se usaba para los textos formales de aquellos días.] Se sabe bien que, después de su muerte, un grupo de sacerdotes de alto rango que se contaban entre sus seguidores consideraron que esos escritos hiragana eran un "deshonor" que no encajaba en la imagen previsible de un Buda, y fue así como los quemaron o procesaron el papel de los manuscritos para volver a usarlo, con lo cual destruyeron importantes escritos del Daishonin.
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Presidente Ikeda: … El Budismo Mahayana no propone una compleja lista de mandamientos o reglas de conducta para constreñir a la gente. Respeta la libertad y la autonomía del individuo. Pero cuando ponemos las enseñanzas del Mahayana frente al espejo de la condición humana, lo que se ve es un modelo de liderazgo sumamente exigente y serio, que no consiente ninguna irresponsabilidad.
Suda: El Sutra del Loto --pináculo del Budismo Mahayana-- critica duramente la corrupción y la perversión moral en los líderes religiosos y en los sacerdotes. Hay una célebre parte en verso, contenida en el capítulo "Alentar la devoción" (13º o "Kanji"), que habla de los tres enemigos poderosos del Budismo y describe a los sacerdotes que fingen haber logrado la iluminación cuando, en verdad, lo único que les importa es satisfacer sus propios deseos codiciosos.
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Presidente Ikeda: Hay que reconocer un hecho triste pero cierto: la corrupción de los sacerdotes comenzó poco después de la muerte de Shakyamuni. La religión siempre corre peligro de alejarse del pueblo, cuando sus líderes se olvidan de reflexionar minuciosamente sobre su comportamiento y pasan a creerse imbuidos de autoridad.
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Endo: Nichiko Shonin, el 59º sumo prelado, observó: "La división entre sacerdotes y laicos siempre fue una convención social; no puede ser considerada como algo necesariamente correcto".
En otras palabras, según la época y la sociedad, puede no ser apropiado distinguir entre sacerdotes y laicos.
Suda: Tal vez pudo haber cierto significado en la diferencia entre laicado y clero, en épocas en que los laicos no tenían acceso a los conocimientos detallados sobre religión y estaban forzados a depender de la clase sacerdotal, "especializada" en asuntos de la fe. Pero hoy todos los miembros de la sociedad tienen acceso a la información y la educación; los sacerdotes ya no pueden alegar que poseen autoridad o conocimiento exclusivo sobre asuntos religiosos.
Saito: Podríamos pensar que esta diferencia entre laicos y sacerdotes, entre clérigos profesionales y seguidores laicos, responde a una cuestión de funciones, pero no de esencia. No es cuestión de superioridad jerárquica, sino de distintas tareas que cumplir.
Presidente Ikeda: En la SGI no tenemos "profesionales" de la religión. Nuestros miembros viven en la sociedad, en el mundo secular, y no sólo estudian la doctrina budista, sino que llevan a cabo la propagación de las enseñanzas del Daishonin y realizan diversas ceremonias y servicios religiosos. La nuestra es una religión en la cual las personas comunes desempeñan un papel activo y asumen todas las responsabilidades.
El fundador de la Soka Gakkai, Tsunesaburo Makiguchi, nos pedía que fuésemos practicantes activos, no creyentes pasivos. Nosotros nos hemos puesto de pie para responder a su exhortación.
En las instituciones religiosas tradicionales, hay un pequeño grupo de clérigos que monopolizan la autoridad, mientras que a los laicos se les pide que obedezcan. Esa clase de estructura ya no es adecuada, sin duda, en esta sociedad contemporánea que se asoma al siglo XXI.
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Presidente Ikeda: Sólo los que luchan diariamente con la realidad de la vida y del mundo comprenden a los que enfrentan estas mismas dificultades. Hay una tendencia inevitable a abandonar las organizaciones centradas en una clase privilegiada para ir hacia otras basadas en la gente común, con miras a que la religión pueda abrirse seriamente al pueblo.
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Suda: Creo que la religión tiene que trascender la tendencia a considerar a los hombres como niños, a mantenerlos en ese estado, sin concederles la capacidad de pensar por sí mismos. El doctor Harvey Cox, presidente del Departamento de Teología Aplicada de la Escuela de Estudios Religiosos de la Universidad de Harvard recalcó este punto en un reciente artículo que escribió para el Seikyo Shimbun, el periódico de la Soka Gakkai.
En su libro La seducción del espíritu, el doctor Cox escribe: "... en última instancia, los que sostienen verdaderamente la religión son siempre las personas comunes y anónimas".
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Presidente Ikeda: Jamás olvidaré las palabras del doctor Cox, esa primera vez que dialogamos en la Universidad Soka [el 2 de mayo de 1992]. Dijo que los ideales por los cuales había vivido y muerto el doctor King eran los mismos que la filosofía del Budismo, sobre la cual se basa la SGI. Y señaló, también, que su objetivo personal era concretar dicho ideal, dicho sistema de valores, en su propia vida.
Saito: El doctor Cox estudió la doctrina del Cristianismo. A pesar de las diferencias que median entre ambas religiones, siente una gran afinidad por el Budismo. El hecho de que alguien posea una visión prejuiciosa de la vida o una perspectiva correcta es algo que no puede medirse tan sólo por el nombre de la religión que practica o de la doctrina a la cual adhiere.
Presidente Ikeda: Nichiren Daishonin dijo que algunas personas llegaban a formular una visión correcta de la vida a través de otros sistemas de pensamiento y de otras filosofías que no eran el Budismo. Según sus propias palabras, alguien que conoce el Sutra del Loto pero alberga prejuicios o no trata de captar su auténtica grandeza es inferior a los sabios y santos de las enseñanzas no budistas.
También escribió: "Cuando uno conoce el Sutra del Loto, comprende el significado de todos los asuntos mundanos". La sabiduría del Sutra del Loto mejora la sociedad y da felicidad a las personas. Si no sirve para lograr estos fines, no es verdadera sabiduría budista. En un nivel más amplio, creo que cualquier clase de sabiduría que mejore la condición de la humanidad, que contribuya a su felicidad, es la sabiduría del Sutra del Loto.
¿Qué puede hacer cada uno de nosotros, como ser humano anónimo, por los demás y por la sociedad? Una religión para el pueblo, una religión para el siglo XXI, debe infundir esta conciencia en forma inextinguible y brindar energía para llevarla a la concreción. Este es el espíritu del Sutra del Loto.
Walt Whitman, el poeta del pueblo, escribe:
¡Vamos! ¿Qué has pensado de ti mismo?
¿Te has tenido entonces a ti mismo en menos de lo que eres?
¿Has creído tú mismo que el Presidente es más grande que tú?
¿O que el rico es mejor que tú? ¿O que la persona instruida es más discreta que tú?
Y, en otro poema, dice:
¿Qué supones que quiero darte a entender de mil maneras, si no es que el hombre o la mujer valen tanto como Dios?
¿Y que no hay ningún Dios que sea más divino que Tú mismo?
"Tú mismo" puede interpretarse, en este poema, como "la vida". Y éste es el reino del Budismo y el mundo del Sutra del Loto. No hay nada tan digno de respeto ni tan grandioso como "tú, tú mismo". Este es el mensaje que el Sutra del Loto transmite a todas y a cada una de las personas.