GOHONZON, EL ESPEJO DE NUESTRA VIDA. Ensayo basado en la presentación de Shin Yatomi, departamento de estudio SGI-USA.
Mas allá de la simple idolatría y culto a si mismo, el Daishonin compara el Gohonzon con un espejo que refleja nuestra naturaleza de Buda innata.
El Daishonin utilizo muchas veces la analogía, revisemos algunas: “El espejo del Sutra del Loto refleja no solamente la figura de las personas, si no también sus corazones” (GZ1521); “Los cinco caracteres de Myo-ho-rengue-kyo reflejan todo sin una sola excepción. Nam-myo-ho-rengue-kyo es un espejo que refleja su propia imagen” (GZ724).
La analogía del Gohonzon como espejo puede apreciarse más fácilmente a través de nuestra experiencia diaria. Para ver nuestra cara, necesitamos un espejo. De la misma manera, para percibir el potencial supremo de la Budeidad que llevamos dentro, necesitamos de algo que refleje esta ultima verdad. Si algunos rechazan el poder del
Gohonzon debido a que “ya poseen su Gohonzon interno” es parecido a alguien que rechaza el valor del espejo afirmando que ya es bello. Ya que no puede ver su propia imagen, su consciencia de su belleza es una simple suposición. Sin un espejo, nuestra confianza puede quedar destruida al escuchar algunos comentarios negativos de parte de otros. Pero si utilizamos un espejo, podemos ver nuestra apariencia sin necesidad de depender de las opiniones de los demás.
Cuando tenemos Gohonzon en nuestro medio ambiente, y creemos en el como un reflejo de nuestro potencial supremo, es mucho más fácil confiar en nuestra Budeidad interior. Después de todo, si no creemos que es nuestra imagen lo que se refleja en el espejo. De la misma manera, el Gohonzon se hace inútil so solo lo consideramos como la representación de la iluminación de otro.
NUESTRAS VIDAS COMO ESPEJO
En “Sobre el logro de la Budeidad”, el Daishonin invierte el simil del Gohonzon como espejo. En su lugar, compara nuestras vidas como un espejo.
Uno se llama “mortal común”, mientras duda de que la Budeidad y u propia vida son la misma cosa; pero una vez que se percibe esta verdad. Puede llamarse “buda”. Hasta un espejo percudido brilla como una gema, si se lo pule y se lo lustra.
Una mente nublada por las ilusiones que se originan en la oscuridad fundamental de la vida es como un espejo percudido, pero cuando se púele, se vuelve clara y refleja la iluminación de la verdad inmutable. Haga brotar una fe profunda y pula su espejo día y noche, con ahínco y esmero. ¿Cómo hacerlo? Solo invocando Nam-Myo-ho-rehgue-kyo, pues la avocación es en si el acto de pulir. (PE,1pag. 5).
Comparando esta analogía con al anterior del Gohonzon como espejo, esta mas orientada hacia la practica. La analogía previa, nos muestra el reflejo de nuestra Budeida dinnata en el Gohonzon.
El Gohonzon, desde esta perspectiva sirve como una meta para nuestra practica esto es por que la Budeidad innata, aunque este reflejada en el Gohonzon, todavía queda por revelarse desde el interior. Entonces, la analogía anterior realza la importancia de nuestra fe en el resultado de nuestra práctica. En la analogía actual el Gohonzon que no se menciona directamente, pero se indica por “la iluminación de la verdad inmutable”, funciona más o menos como el punto de partida de nuestra practica. El Gohonzon, como la incorporación de la Ley Mística que penetra el universo, esta allí para ser reflejado en el microcosmos de nuestra vida internas.
Depende de nuestra constante acción de “pulir” si nuestras vidas reflejan o no la vivificante verdad universal de la ley mística. En este sentido se enfatiza la importancia de la práctica. Para poder reflejar la Ley Mística en nuestras vidas, debemos continuar puliéndolas, en otras palabras, aunque nuestra vida pueda brillar como un espejo claro, podría volver a percudirse, si cesáramos en nuestros esfuerzos de “pulirlo”.
Es por eso que el Daishonin nos alienta a pulir nuestro espejo día y noche.
Esta analogía es importante puesto que nos señala que nuestra Budeidad no es un estado estático que logramos de una vez y para siempre. Mas bien la Budeidad es un estado dinámico que necesita constante mantenimiento y realce por medio de la practica. El Daishonin también nos recuerda que nuestra practica debe ser basada en nuestra fe, exhortandonos: “haga brotar una fe profunda”.
A veces podemos sentir que el espejo de nuestras vidas permanece percudido; sin reflejar la luz de la verdad y sin importar cuan fuertemente lo pulimos puede que sea difícil de creer en el potencial de nuestro espejo, especialmente cuando nos enfrentamos ante una gran dificultad. Sin embargo, debemos recordar y tener convicción en las palabras del Daishonin, quien nos afirma que nuestras vidas brillaran como un espejo cristalino mientras lo sigamos puliendo.
Puede que sea un proceso gradual, pero si no cesamos de pulirlo, el espejo de nuestras vidas se hará cada vez más brillante con el tiempo.