DIVULGANDO EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN EN OCCIDENTE. Por Richard Causton director de la Soka Gakkai Británica. CAPITULO 10: AQUEL INSTANTE QUE TODO LO CONTIENE.
Temas desarrollados: AQUEL INSTANTE QUE TODO LO CONTIENE. TRES MIL FORMAS DE EXPRESIÓN. LOS DIEZ FACTORES. LOS TRES REINOS DE LA EXISTENCIA. INDIVIDUO Y SOCIEDAD. LAS IMPLICACIONES DE ICHINEN SANZEN. NINGÚN PROBLEMA DEL PLANETA ES SECUNDARIO.
AQUEL INSTANTE QUE TODO LO CONTIENE.
Kyo se refiere a la continuidad de la vida a través del pasado, presente y futuro y dentro de Myoho- Rengue- Kyo indica que la verdad fundamental expuesta en el Sutra del Loto es eterna e inmutable. Para explicar esta verdad Nichiren Daishonin utiliza la teoría de Ichinen Sanzen, "tres mil reinos en un solo instante de vida".
El número tres mil se relaciona a diferentes conceptos que sin embargo están conectados entre ellos: la mutua posesión de los tres mundos, los diez factores, los tres reinos de la existencia. La descripción de los tres reinos es también la base teórica del principio de unicidad entre vida y ambiente (esho-funin).
Literalmente Kyo significa sutra, la voz o la enseñanza de un Buda. Por deducción significa también sonido, ritmo o vibración e indica consecuentemente, la practica de la recitación. Además, dado que todos los fenómenos del universo están conectados los unos con los otros a través de vibraciones de diferentes tipos de ondas (luz, sonido, radio, etc.), Kyo se refiere a la actividad vital de los fenómenos universales, y significa que todo lo que existe ya existió y existirá como una manifestación de la Ley Mística. Hablando de la vida y de la experiencia humana, Nichiren Daishonin afirma: “Una vez que comprendas que tu vida misma es la Ley Mística, comprenderás que también lo es la vida de todos los demás. Tal comprensión es el místico Kyo, o Sutra”.
Originalmente, el carácter chino para Kyo indicaba la urdimbre de la tela, así que luego Kyo tomo el significado de hilo de la lógica o de la razón, la enseñanza de la Ley significaba también, una enseñanza que tenia que ser conservada.
Combinando estas varias interpretaciones, Nichiren Daishonin afirma: “Kyo indica las voces y los sonidos de todos los seres vivientes”. Una explicación dice: " La voz es parte esencial de la practica budista. Es llamada Kyo, y también las tres existencia de la vida son llamadas Kyo".
Entonces Kyo, se refiere esencialmente a la continuidad de la vida en el pasado, presente y futuro; en lo profundo el titulo del Sutra del Loto, Myoho-Rengue-Kyo indica que la verdad última de la vida expuesta en el Sutra del Loto es eterna e inmutable. Nichiren Daishonin ha definido esta verdad como Nam-Myoho-Rengue-Kyo y para explicarla ha recurrido muy a menudo a la teoría de Ichinen Sanzen, desarrollada seiscientos años antes por T'ien-t'ai.
Se trata de un principio muy profundo y complejo, pero necesario para una total comprensión de la filosofía budista porque explica las diferentes maneras en que la Ley de la vida se manifiesta en cada momento.
TRES MIL FORMAS DE EXPRESIÓN
El término Ichinen-Sanzen significa literalmente: tres mil reinos en un solo instante de vida. Ichinen ("una mente" o "un instante de vida") se refiere a la inmutable entidad de la vida, y Sanzen ("tres mil") a las diferentes formas que tal entidad puede asumir. Como explica Nichikan Shonin (1665-1726), “A la luz del Sutra del Loto la frase, tres mil mundos en un instante de vida" tiene dos significados: incluir y abarcar, Por un lado, el universo entero está incluido en un instante de vida y por el otro cada instante de vida contiene el universo entero.
Un instante de vida es una partícula de polvo que contiene los elementos de todas las tierras del universo, o una gota de agua cuya esencia no difiere en modo alguno del océanos mismo.
El significado general de esta parte no es muy difícil de entender, pero la idea de que nuestra vida, en cada instante, "incluya" y al mismo tiempo "abarque" el universo entero, es un concepto que seguramente pone a dura prueba nuestra capacidad de entendimiento.
Dándose cuenta de esta dificultad, T'ien-t'ai dividió la relación de un instante de vida con el universo en tres mil partes, que juntas forman una unidad perfectamente integra y armoniosa. La cifra "tres mil" no fue escogida por azar, no solo indica "muchísimos", sino que es el resultado de una formula precisa. Esta formula que nos hace entender la magnitud de la teoría de Ichinen Sanzen, es explicada al inicio de uno de los mas importantes tratados de Nichiren Daishonin, El Verdadero Objeto de Veneración.
El quinto volumen del Maka Shikan afirma: cada instante de la vida posee los Diez Mundos. Al mismo tiempo cada uno de los Diez Mundos esta dotado de todos los demás, así que una entidad de vida posee en realidad cien mundos. Cada uno de estos mundos, a su vez, posee treinta reinos, lo que significa que en los cien mundos existen tres mil reinos. Los tres mil reinos de la existencia están todos contenidos en una sola entidad de vida. Si hay tan solo la más pequeña partícula de vida, esa partícula contiene todos los tres mil reinos...Esto es lo que se entiende cuando se habla de la "región de lo insondable".
¿Que significan entonces estos "tres mil reinos"? El término incluye dos conceptos diferentes pero conectados entre ellos: los diez factores de la vida y los tres reinos de la existencia. Para evitar confusión examinaremos estos conceptos separadamente.
LOS DIEZ FACTORES
Analizando el principio de los diez mundos, nos damos cuenta de que nuestra vida cambia en cada momento, pasando de una condición de vida a otra. Los diez factores han sido expuestos en el segundo capitulo, (Joben) del Sutra del Loto donde se lee: “La verdadera Entidad de todos los fenómenos puede ser compartida solo entre Budas. Esta realidad consiste en apariencia, naturaleza, entidad, poder, influencia, causa interna, relación (causa externa), efecto latente, efecto manifiesto y de su coherencia desde el principio hasta el final”.
En efecto, en el capitulo Joben se analiza la verdadera entidad, o sea la característica esencial común a todos los diez mundos, definida como los diez factores de la vida. Esta es la verdad fundamental a la que Shakyamuni despertó logrando la iluminación y la cual reveló por primera vez en el capitulo Joben para permitir a todas las personas lograr la Budeidad al igual que el.
Entonces es muy importante entender estos diez factores. Pero, ¿Qué significan exactamente? Los primeros tres: Apariencia, naturaleza y entidad son simplemente otra manera de designar Ke, Ku y Chu. También hemos examinados los cuatro que conciernen al principio de causalidad (causa interna, causa externa, efecto latente, efecto manifiesto). Analizamos ahora los otros tres factores: poder, influencia y coherencia desde el principio hasta el final.
Poder equivale a energía: indica el potencial inherente en nuestra vida que nos permite lograr algo o influenciar nuestro medio ambiente. Podríamos también definirlo como la fuerza vital individual que se manifiesta tanto en nuestras funciones físicas como en aquellas espirituales. Y cuando nuestro potencial se concretiza en actos físicos o mentales emerge otro factor: la influencia. Nichiren Daishonin afirma: “Influencia es el uso del pensamiento, de la palabra y de la acción para crear el bien y el mal”. Pero, como subraya Daisaku Ikeda, “poder e influencia no son siempre necesariamente proporcionales uno con otro. Según los casos, un gran potencial puede reducirse a acciones de escasa valía o grandes acciones pueden emerger de un potencial débil. Esto es, sin duda, debidos a los cambios cualitativos que nuestro potencial experimenta cuando pasamos de una condición de vida a otra”.
Por ejemplo, una persona de gran talento, pero siempre deprimida, vive casi incesantemente en el estado de infierno donde la fuerza vital es muy baja, por ello ejerce una influencia muy escasa en su medio ambiente a pesar de sus gran potencialidad. Estas podrían manifestarse plenamente si su condición de vida fuera más elevada. Quizás esta persona encontrará dificultades también en sus relaciones con los demás, solo porque es incapaz de expresar su fuerza interior. Por otro lado, si alguien tiene poco talento, pero es dominado por el mundo de humanidad, entonces está siempre alegre y se comunica fácilmente con los demás: esta persona seguramente tendrá un mayor efecto sobre su medio ambiente, ya que manifiesta en mayor medida su potencial positivo.
En lo que concierne a los nueve factores discutidos hasta aquí, Miao-lo escribe en el Jokke Gengi : “La apariencia existe solamente en lo que es material, la naturaleza solamente en lo que es espiritual. Entidad, poder, influencia y relación (causa externa) unen lo que es material con lo que es espiritual. Causa interna y efecto latente son puramente espirituales; el efecto manifiesto existe solamente en lo que es material”. El último de los diez factores (coherencia desde el principio hasta el final) resalta la harmonía global entre los otros nueve factores, desde la apariencia hasta el efecto manifiesto, y podemos explicarlo describiendo la relación que los une.
Supongamos, por ejemplo, que Juana haya sido dejada recientemente por su novio, acontecimiento (causa externa) que ha hecho emerger en ella el mundo de infierno (causa interna). Juana sufre visiblemente (apariencia), porque es profundamente infeliz (entidad). La manera en que expresa cada sufrimiento, depende de su carácter (naturaleza), pero sin duda su condición de vida (poder) será baja, y su acción (influencia), cuya modalidad está determinada por su previa relación con el novio (efecto latente), será inevitablemente débil (efecto manifiesto). Entonces, "coherencia desde el principio hasta el final" significa que cuando Juana esta en el estado de infierno cada aspecto de su vida (o sea los otros nueve factores) es coherente con aquel estado. Podría ser que el dolor de la joven disminuya un poco en consecuencia de alguna otra causa externa; por ejemplo la llamada consoladora de una amiga, o Juana podría decidir hacer buena cara al mal tiempo y hasta convencer a los otros de no sufrir en lo más mínimo. Considerando la posesión mutua de los diez mundos (que nos da los cien mundos), en este caso en el infierno personal de Juana podría manifestarse el mundo de Bodisatva (no desear que los demás sufran por ella) o el mundo de ira (ser demasiado orgullosa para demostrar a los demás que es afectada por causa de un hombre).
De todas maneras, lo que es importante entender de los diez factores es que la condición de vida de Juana, por más que pueda cambiar imperceptiblemente de un momento a otro, siempre se expresará coherentemente, desde su apariencia hasta las causas que hace y los efectos que recibe. Como explica Nichican Shonin: “La apariencia es el inicio y el efecto manifiesto es el fin. Coherencia desde el principio hasta el final es la inmutable entidad del Camino del medio (chudo) que abarca los demás factores”. Así como une y armoniza los aspectos físicos y espirituales de la vida, Chudo asegura también la coherencia de su acción, específicamente por lo que concierne a poder, influencia, causa y efecto.
A esta altura, la teoría de Ichinen Sanzen se hace más compleja porque dado que cada uno de los diez mundos posee también los diez factores, existen mil maneras diferentes en que la vida puede expresarse de momento a momento, también conocidos como los mil factores. Sabemos, sin embargo, que la vida es aún mas complicada, porque dos personas nunca son iguales: si Juana es abandonada por su novio se siente deprimida, mientras que Clara, en la misma condición, llora nada mas que una lagrima y después escoge el vestido mas bello y sale inmediatamente para conseguir otro novio. En otras palabras, la permanencia de Juana en el Mundo de Infierno es mucho mas larga que la de Clara, así como su éxtasis y su ira pueden ser menos dominantes, etc.
Hasta aquí hemos examinados como los principios budistas (los diez mundos y los diez factores) describen el mecanismo de la vida común a todos los seres humanos, pero, ¿cómo explicar las obvias diferencias que existen entre las personas? La respuesta a esta pregunta esta contenida en la teoría de los tres reinos, última pieza en el "rompecabezas" de Ichinen Sanzen.
LOS TRES REINOS DE LA EXISTENCIA
Estos "reinos" son:
1) El reino de los cinco agregados,
2) El reino de los seres vivientes,
3) El reino del medio ambiente.
Corresponden respectivamente al ser humano, a la sociedad y al medio ambiente.
El reino de los cinco agregados explica la unicidad de una persona. Hemos ya analizado el principio de los cinco agregados y hemos visto como en el mismo instante en que la esperma fecunda el óvulo en el útero (causa externa), la entidad de la vida (chu) que antes estaba en el estado de latencia (ku), se manifiesta (ke), o sea, está dotada con los cinco agregados, según el karma formado en las existencias anteriores. La forma se refiere al aspecto físico de la vida, los otros cuatro agregados al aspecto espiritual por lo tanto no son más que dos aspectos de la misma entidad, absolutamente inseparables y armoniosos. Entonces, en el mismo instante en que aparece, una vida posee algunas características físicas y espirituales que son el resultado del karma pasado. En el momento del nacimiento, el desarrollo de la unicidad del individuo se acelera, porque empieza a reaccionar al medio ambiente a través de los cinco agregados.
“La personalidad de cada uno, explica Daisaku Ikeda, se distingue de las demás gracias a la obra de los cinco agregados. Ellos determinan la manera según la cual cada ser humano responde a la realidad externa, y el significado que esta asume para él. Las funciones de los cinco agregados, además, originan una infinita variedad de actividades mentales y físicas".
Una manera simple para entender los cinco agregados es considerarlos como atributos esenciales para enfrentar la vida: la capacidad de estar "vivos" o "despiertos" (conciencia), de percibir los objetos y los fenómenos de nuestro ambiente (percepción), de concebir ideas coherentes (concepción) y finalmente la capacidad de tomar decisiones (voluntad). Tales actividades mentales y espirituales tienen lugar en el cuerpo (forma) que las "hospeda" y que contemporáneamente es sostenido por ellas. Armado de estos atributos, cuya exacta naturaleza difiere de persona a persona, cada uno de nosotros está en capacidad de interactuar con el resto del mundo (los reinos de los seres concientes y del medio ambiente) de la manera que le es más apropiada.
INDIVIDUO Y SOCIEDAD
Es simplemente, el mundo de todos los seres vivientes (seres humanos, animales, aves, insectos) menos los árboles y las plantas que, faltantes de un cerebro y de un sistema nervioso central, se incluyen, junto a las rocas, el agua, el aire y todos los demás elementos que forman el mundo físico no consciente, en el reino del ambiente. La exacta composición de estos dos ambientes, social y físico, es también única y diferente, para cada individuo.
Depende entre otras cosas, de las leyes de la física; según las cuales, por ejemplo, dos cuerpos no pueden nunca ocupar el mismo espacio al mismo tiempo. Entonces, imaginando tres personas de pie en un pequeño cuarto completamente vacío, en cualquier momento, cada una de las tres tendría una percepción de la realidad ligeramente diferente de las otras dos. Cada una en efecto, vería el cuarto según el preciso punto en que se encuentra y, de todas maneras, no podría verse a si misma. Además, la unicidad del medio ambiente social y físico de cada individuo esta reflejado en su única personalidad.
"Cada igual ama a su igual": nuestra tendencia es buscar, conscientemente o no, la compañía de aquellos que nos son mas afines que, naturalmente, se encuentran en el ambiente físico que mas se nos adapta. Por supuesto, dado que nuestra personalidad presenta aspectos disímiles, diferentes ambientes sociales y físicos nos atraen en diferentes momentos, según nuestra condición de vida. Sin embargo nuestra "persona" predominante escoge el ambiente social y físico en el cual transcurrimos la mayor parte del tiempo, determinando la imagen y la vastedad del mismo. Una persona que sufre terriblemente y es consciente solo del propio dolor, ignorará casi totalmente su medio ambiente físico y a los que allí se encuentran. Así su mundo le parecerá estrecho. Una persona en el estado de Buda se preocupa, más bien, de la felicidad de todos los seres vivientes, en primer lugar de aquellos que lo rodean, sintiéndose profundamente participe del bienestar de su propio ambiente físico.
Para finalizar: a través de las acciones de los cinco agregados manifestamos cada uno de los diez mundos según nuestra personalidad, y los reinos de los seres concientes y del medio ambiente se modifican consecuentemente.
La descripción de los tres reinos puede entonces ser considerada como la base teórica del principio de unicidad entre vida y medio ambiente (esho funi). Según este principio el ser humano está dotado de un yo único y de un medio ambiente también único, que le corresponde y que transforma, consecuentemente de acuerdo a los cambios que se dan en él.
LAS IMPLICACIONES DE ICHINEN SANZEN
La teoría de Ichinen Sanzen, que hemos examinado hasta ahora desde el punto de vista del individuo, también puede ser considerada desde la perspectiva de los reinos de los seres conscientes y del medio ambiente, ya que no solo los individuos, sino también las sociedades y hasta el ambiente físico inanimado, pueden manifestar los cien mundos y así experimentar los efectos del karma.
Observamos, antes que todo, como Ichinen Sanzen se aplica a la sociedad. Empezando en una escala muy reducida, vemos como un grupo de fanáticos de fútbol experimenta el estado de éxtasis cuando su equipo gana y el estado de infierno cuando pierde. Este grupo comparte también el karma, o sea el destino del equipo, siguiéndolo por todo el país, un partido tras otro, y participando de sus éxitos y fracasos.
Por supuesto, las diferentes personas que forman parte del grupo tienen diferentes roles, pero mientras se identifiquen con su equipo comparten un destino común. Entonces, un grupo de fanáticos es como una gran entidad de vida, y todos sus componentes pueden revelar cualquiera de los cien mundos, según los diez factores; causa y efecto, poder e influencia, y así sucesivamente. Además, como una sola entidad, tendrán un medio ambiente propio que influenciarán: los estadios, los trenes, los autobuses especiales etc.
Ampliando nuestra escala, observamos como los miembros de una misma nación, aún siendo muchos y diferentes comparten atributos comunes. La mayoría de los franceses, por ejemplo, viven en Francia y hablan francés. Tienen una historia, y unas instituciones que pertenecen solo a ellos; en síntesis, forman una sociedad con características propias que la diferencian de otras sociedades, así como las características personales diferencian cada francés de los demás. Ampliando todavía mas la escala, los franceses comparten con muchos otros europeos cosas que no comparten, por ejemplo, con las mayoría de los asiáticos o africanos; rasgos físicos y patrimonio cultural, por nombrar algunas.
Entonces es suficiente ampliar ulteriormente la escala para observar que los seres humanos somos todos miembros de una inmensa sociedad y que, en sentido general, nosotros, homo sapiens, tenemos en común tantas cosas como diferencias; que nos gusten mucho o poco, en diferentes niveles, compartimos con los demás miembros de nuestros grupos sociales, un destino común.
Tomemos como ejemplo un francés cualquiera: Henry Dupont. Sin saber nada mas de el, podemos inmediatamente identificarlo con dos grupos "los franceses" y "los hombres" , los cuales ejercen una enorme influencia sobre su karma personal, independientemente de cualquier otro aspecto de su personalidad. Si, por hipótesis, el gobierno francés rompiera sus relaciones diplomáticas con otro país, Henry no podría viajar a ese país, aun sin tener ningún pleito con ninguno de sus ciudadanos. Si, además de esto, el gobierno francés decidiera declarar la guerra a aquel país, Henry no podría evitar ser involucrado, a pesar de no aprobar esa decisión y de haber votado por la oposición durante las últimas elecciones.
Como hombre físicamente habilitado, podría también ser llamado a combatir: entonces, aun siendo un pacifista, de una manera u otra sufrirá el karma de su sociedad en guerra.
NINGÚN PROBLEMA DEL PLANETA ES SECUNDARIO
Analizando el reino de los seres conscientes, Ichinen Sanzen enseña que todos formamos parte de diferentes sociedades que se sobreponen - familia, amigos, colegas, vecinos, hombres, mujeres, adultos, niños etc. - por lo tanto nuestro karma personal y nuestra identidad están unidos indisolublemente a los demás individuos y grupos. Por eso el Budismo de Nichiren Daishonin afirma la necesidad de que las personas se identifiquen con la humanidad entera: el grupo social más grande de todos, por el hecho de que cada fenómeno que acontece dentro de uno de sus grupos influenciará inevitablemente a todos los demás, aunque el efecto no aparezca inmediatamente. Quizás por largo tiempo, este lazo estrecho no ha sido tan evidente, pero ahora que el mundo esta muy conectado, bien sea por una economía global o por un eficiente sistema de comunicaciones, se hace cada vez mas claro que cada problema que la gente vive en una parte del mundo repercute casi instantáneamente en alguna otra parte.
Muchos de nosotros pensamos que se pueden ignorar aquellos problemas que no afectan directamente nuestra vida; sin embargo 700 años atrás, Nichiren Daishonin subrayó el peligro inherente en una visión tan miope.
En aquella época, en efecto, el Japón estaba sufriendo unas interminables series de desastre tanto naturales como provocados por el hombre, y él escribió en el Rissho Ankoku Ron (Asegurar la paz en el país a través de la propagación del Budismo Ortodoxo): Si la nación está destruida y las familias están exterminadas, ¿dónde se podrá uno refugiar? Si te preocupa tan solo un poco por tu seguridad personal, debería ante todo orar por el orden y la tranquilidad de todos los cuatro rincones del país,¿no crees?.
Es suficiente sustituir el término "mundo" por el de "nación" o "país" para aplicar las palabras del Daishonin directamente al actual karma de la humanidad. La implicación es clara: o nadamos juntos o nos ahogamos.
Los grandes problemas acerca de la comprensión de la teoría de Ichinen Sanzen emergen cuando llegamos a considerarlos desde el punto del medio ambiente físico, el último de los tres reinos.
No es difícil intuir los motivos, como demuestra el siguiente pasaje del Gosho (El verdadero Objeto de Devoción) de Nichiren Daishonin: “ Pregunta: ¿Cuál es la diferencia entre el principio de los cien mundos o de los mil factores, y el de Ichinen Sanzen, los tres mil reinos de la vida? Respuesta: El primero concierne solamente a los seres conscientes; el segundo se aplica tanto a los seres conscientes como a los seres inconscientes. Pregunta: Si los seres inconscientes poseen los diez factores, ¿es correcto presumir que los árboles y las plantas tengan una mente y puedan lograr la Budeidad como los seres conscientes? Respuesta: Esta es una cosa difícil de creer y difícil de comprender”.
La más altas enseñanzas budistas, en efecto, afirman que, aun no teniendo una mente, también las cosas inconscientes están en capacidad de lograr la Budeidad. Pero, ¿cómo pueden los objetos inanimados revelar los diez mundos o los diez factores? Naturalmente por si solo no están en capacidad de hacer el esfuerzo necesario, entonces no pueden.
Pero si pueden revelar los diez mundos cuando los seres humanos actúan sobre ellos. Tomemos, por ejemplo, un cuchillo. Una persona puede utilizarlo para suicidarse: este es el aspecto infernal del cuchillo. Viceversa, puede utilizarlo para cortar alimento, revelando el mundo de hambre. Otra persona podría pensar en cargar el cuchillo para sentirse fuerte, manifestando animalidad, y si lo utilizara para amenazar o para herir, revelaría la ira. El mismo cuchillo puede estar en el estado de tranquilidad en una gaveta de la cocina, o pasar a éxtasis cuando es utilizado para abrir una carta esperada desde hace largo tiempo. Puede entrar en el mundo de aprendizaje si es utilizado para seccionar un cadáver durante una lección de anatomía, o en el de absorción si es utilizado para moldear una escultura. Un cirujano revela el mundo de Bodisatva del cuchillo, y quien está en estado de Buda puede utilizar el cuchillo para crear valor de varias maneras, como lo hizo Nichiren Daishonin, tallando el Dai-Gojonzon, el Objeto de Devoción que permite a todos los seres humanos revelar su naturaleza de Buda.
Para afirmar este concepto, Nichiren Daishonin dice: “Si en una hoja de papel o en una pieza de madera no existieran causa y efecto , tanto a nivel físico como a nivel espiritual, seria vano confiar en imágenes esculpidas o pintadas como objetos de devoción”.
Para entender mejor examinemos lo que pasa en el campo de la pintura, utilizando el ejemplo de un famoso pintor como Van Gogh. Como muchos saben, Vicent Van Gogh (1853-1890) vivió y trabajó en extrema pobreza durante gran parte de su corta vida, sustentado económicamente por su hermano Theo. A pesar de que hoy sus cuadros son cotizados en cifras millonarias, cuando el vivía era objeto de burla y considerado como un salvaje, en consecuencia, cobraba muy poco por su trabajo. Van Gogh era un hombre sacudido por fuertes emociones, tal vez presa de un intenso éxtasis, tal vez atormentado por una profunda depresión. Esta inestabilidad emocional, que al final lo llevó al suicidio, era el motivo inspirador de sus magnificas obras. Muy a menudo, sobre todo el los últimos años, él reaccionaba muy violentamente a su medio ambiente físico, y después pintaba lo que sentía y lo que veía.
Entonces, en términos budistas, cada cuadro suyo no representa solamente una imagen: "Los girasoles", "Una noche estrellada", "Campo de trigo", sino también su condición de vida. Por supuesto la misma cosa es valida para todos los pintores, en diferentes medidas, pero gran parte del enorme atractivo de las obras de Vicent Van Gogh se debe a su pasión y al hecho de que su enfoque intensamente emocional en el pintar, anticipó una nueva tendencia artística: el movimiento expresionista. Observando sus cuadros nos encontramos frente a una paradoja: son una simple mezcla de pigmentos y de óleo sobre lienzo, entonces son objeto materiales, sin embargo pueden suscitar, en aquellos que los observan, la misma condición de vida que tenia Van Gogh cuando pintaba, bien sea éxtasis, tranquilidad, infierno o cualquier otra (obviamente percibida por cada observador de la manera que mas se le adapte). Según el principio de Ichinen Sanzen, esto es posible solo porque estos objetos, pinturas de aceite y tela, poseen también una naturaleza espiritual que se revela en las justas circunstancias, o sea cuando un artista los usa para expresar su propio espíritu. Esto es lo que Nichiren Daishonin entiende en el pasaje antes mencionado. Un cuadro no es un "objeto de culto" (a pesar de que ciertas obras de arte lleguen a serlo para alguien), pero el principio es exactamente el mismo.
"Los girasoles" de Van Gogh, por ejemplo, poseen los diez factores: este cuadro tiene una 'apariencia' pero también una 'naturaleza' o espíritu, porque ambos son la expresión de la 'entidad' del cuadro, una entidad que refleja perfectamente la condición de vida que tenía Van Gogh cuando pintó. El 'poder' del cuadro se hace 'influencia' cuando es activado por la 'causa externa' de alguien que lo mira. La 'causa interna' es la totalidad de las acciones ejecutadas por Van Gogh para crear el cuadro, incluyendo lo que hizo aún antes de tocar el lienzo con el pincel; el 'efecto manifiesto' es la reacción que el cuadro provoca sobre el observador y el 'efecto latente' está en el hecho de que su fama y su valor siguen creciendo. Estos nueve factores, en fin, son todos perfectamente 'coherentes desde el principio hasta el final'.
No es tan difícil, en este punto, aplicar ese principio a los demás objetos inanimados, por ejemplo, a la arquitectura. Algunos edificios pueden hacer que las personas sean felices o infelices, porque también ellos poseen los diez mundos y a través de los diez factores, reflejan naturalmente la condición de vida de los arquitectos y de los ingenieros que son responsables de ellos. Si esto profesionales consideran a los seres humanos como simples 'unidades' para alojar, dibujarán y construirán con este espíritu y, las personas que luego ocupen aquellas casas percibirán el haber sido, de alguna manera, deshumanizadas. Oprimidas por su medio ambiente podrían hasta sentir la tentación de destruirlo.
La buena arquitectura produce por supuesto el efecto contrario, porque considera la necesidad que tienen los seres humanos de sentirse 'espiritualmente' a sus anchas en su medio ambiente. Este mismo principio se aplica a la naturaleza que nos rodea, como resultado de las experiencias diarias de muchos, bien traducidas por las palabras del gran poeta William Wordswoth: “Mi corazón da un brinco hacia arriba cuando ve un arco iris en el cielo”. La naturaleza nos conmueve, no solo porque somos emotivos, sino porque ella también posee los diez mundos, y nos revela cuando estamos en la condición de vida apropiada para percibirlos. Una de las obras más famosas de Wordsworth, "Presagios de inmortalidad en los recuerdos de la infancia", concierne a la relación entre el mundo de la naturaleza y la mutable visión que nosotros tenemos de ella. He aquí el primer pasaje:
Había un tiempo en que las praderas,
Bosques y ríos,
La tierra y todas las cosas que veía,
Me parecían
Rodeadas de una luz celestial,
Fresco esplendor
De un sueño.
Ahora no es como en aquel entonces
Donde quiera que detengo la mirada
De noche o de día
Lo que veía ya no lo veo mas.
Examinando estos versos según la posesión mutua de los diez mundos, podemos decir que Wordsworth, cuyo estado predominante es aquel de absorción, haya pasado desde una condición de éxtasis, cuando todo le parecía embebido de una 'luz celestial' a una de infierno, en donde lamenta haber perdido su estática 'visión'. Hasta que, cerca del final de la lírica, parece acercarse a percibir su propia Budeidad.
Agradezco nuestro corazón
Que alimenta la vida,
Agradezco su dulzura,
Sus dichas y sus miedos,
Una pequeña flor que brota
Puede hacer aflorar
Pensamientos demasiado profundos
Para poder llorar.
Si “una pequeña flor que brota” puede actuar como una causa externa y sugerir a Wordsworth estos profundos pensamientos, debe poseer las cualidades para hacerlo. Para explicar la misma cosa desde otro punto de vista, Wordsworth puede percibir esa cualidad en aquella flor, porque la flor esta en capacidad de manifestarla. En conclusión, para que el medio ambiente natural de Wordsworth - praderas, bosques y ríos - pueda corresponder a cada diferente matiz de la condición de vida del poeta, el también debe poseer necesariamente los cien mundos y los diez factores.
Entonces, cuando Nichiren Daishonin dice que si "la mente de los hombres es impura, también su tierra es impura, pero si su mente es pura, también lo es su tierra. No existen tierras puras y tierras impuras por si mismas: la diferencia esta únicamente en la bondad o maldad de nuestra mente", no se refiere simplemente a la contaminación del ambiente natural, o la manera en que modificamos físicamente nuestro medio ambiente para adecuarlo a nuestra mutable condición de vida. Se refiere al lazo indisoluble y profundo entre los aspectos vivientes y no vivientes del mundo aclarados por T'ien-t'ai en la teoría de Ichinen Sanzen.
Quizás, dada la enorme dificultad de comprensión de esta teoría, no es exacto utilizar el verbo "aclarar": la vastedad y la profundidad del principio de Ichinen Sanzen no se puede captar con el solo intelecto.
Si somos prisioneros del mundo de infierno, por ejemplo, nuestra experiencia consciente de la vida será una fracción de los tres mil mundos y, hasta en las condiciones de vida mas elevadas, podríamos no tener mayor conciencia de ellos. Para todas las personas de los nueves mundos, desde el infierno hasta Bodisatva, Ichinen Sanzen es entonces, a todos los efectos, pura teoría.
Para estar verdaderamente iluminados, o sea para comprender la totalidad de Ichinen Sanzen con nuestra propia vida en lugar de nuestra cabeza, debemos ser capaces de experimentar los "tres mil mundos en un solo instante de vida". En otras palabras, la teoría filosófica de T'ien-t'ai debería ser traducida en acción por todas las personas. Este es el objeto de la gran comprensión de Nichiren Daishonin y es justamente a este respecto que nam revela finalmente su pleno significado.