¿QUÉ ES LA FE? LA FE ABARCA LA VERDAD, EL CORAJE, LA SABIDURÍA Y LA BUENA FORTUNA. INCLUYE LA COMPASIÓN Y LA HUMANIDAD, ASÍ COMO LA PAZ, LA CULTURA Y LA FELICIDAD. LA FE ES ESPERANZA ETERNA; ES EL SECRETO PARA EL AUTO-DESARROLLO SIN LÍMITES. LA FE ES EL PRINCIPIO BÁSICO DE CRECIMIENTO. (LAS DISCUSIONES SOBRE LA JUVENTUD, VOLUMEN 2, PÁGINAS 163/64).

¿QUÉ ES EL BUDISMO? ES EL NOMBRE DADO A LAS ENSEÑANZAS DE UN BUDA. "BUDA" SIGNIFICA "EL ILUMINADO”; ALGUIEN QUE PERCIBE LA ESENCIA O REALIDAD DE LA VIDA EN SU INTERIOR, ES UN SER ILUMINADO A LA VERDAD DE LA VIDA Y DEL UNIVERSO. A DIFERENCIA DE OTRAS RELIGIONES, EL BUDISMO NO ALEGA UNA REVELACIÓN DIVINA. COMIENZA CON UN HOMBRE, QUE A TRAVÉS DE SUS PROPIOS ESFUERZOS Y PERSEVERANCIA, DESCUBRIÓ LA REALIDAD DENTRO DE SÍ Y ENSEÑÓ QUE TODOS PODÍAN HACER LO MISMO. EL BUDA NO PUEDE SER DEFINIDO, COMO UN SER TRASCENDENTAL O SUPREMO. EN ESTE SENTIDO, EL BUDISMO, NO SOLO ES LA ENSEÑANZA DE UN BUDA, SINO LA ENSEÑANZA QUE POSIBILITA A TODAS LAS PERSONAS REVELAR SU NATURALEZA DE BUDA. EL BUDISMO ES UN SISTEMA PRÁCTICO DE ENSEÑANZA QUE NOS PERMITE CONCRETAR EL ESTADO IDEAL DE LA BUDEIDAD… LA PROPIA PERFECCIÓN.

¿QUE ES EL KOSEN-RUFU? “ES LA LUCHA PARA TRANSFORMAR LA VIDA DE LOS SERES HUMANOS, REVIRTIENDO LA OSCURIDAD QUE RESIDE EN EL INTERIOR DE SU VIDA, HACIENDOLO TOMAR CONCIENCIA DE SU NATURALEZA DE BUDA INHERENTE". LA ESENCIA DE “ESTABLECER LA ENSEÑANZA CORRECTA PARA ASEGURAR LA PAZ EN LA TIERRA” ESCRITO POR NICHIREN DAISHONIN, RADICA EN CONSTRUIR UNA RED DE PERSONAS DEDICADAS AL BIEN. PERO COMO ESTA CONTIENDA IMPLICA TRANSFORMAR DE RAÍZ LA VIDA DE LAS PERSONAS PROVOCARA RESISTENCIA EN CIERTOS SECTORES… ESTA GRAN BATALLA ES LA CLAVE PARA CREAR UN MUNDO DE PAZ Y DE FELICIDAD VERDADERAS, UNA TIERRA DE BUDAS.

YIGUIO Y KETA. PRÁCTICA PARA UNO MISMO Y PRÁCTICA PARA LOS DEMÁS. ESTOS ASPECTOS DEL BUDISMO VERDADERO SON: YIGUIO (PRÁCTICA PARA UNO MISMO) Y KETA (PRÁCTICA POR EL BIEN DE OTROS). AMBOS CONSTITUYEN UNA PRÁCTICA COMPLETA. SON COMO DOS RUEDAS QUE FUNCIONAN AL UNÍSONO PARA ADELANTAR NUESTRAS VIDAS, PARA MANIFESTAR NUESTRA ILUMINACIÓN INHERENTE.

¿QUE ES LA SOKA GAKKAI INTERNACIONAL (SGI)?...ES UNA ORGANIZACIÓN BASADA EN EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN, INSPIRADA EN EL RESPETO A LA VIDA, LA CONCIENCIA DE LOS DERECHOS HUMANOS, BUSCANDO DESPERTAR EN LAS PERSONAS EL ESPÍRITU DE RECONOCER, RESPETAR Y APRECIAR LAS SEMEJANZAS Y LAS DIFERENCIAS, PERMITIENDOLES FORTALECERSE Y TRANSFORMAR SU INTERIOR PARA DESARROLLAR SU MÁXIMO POTENCIAL, ASUMIENDO LA RESPONSABILIDAD DE SU PROPIA VIDA Y COMPROMETIENDOSE CON LA SOCIEDAD, EMPRENDER ACTIVIDADES EN SU VIDA COTIDIANA, PARA DESPLEGAR LA CAPACIDAD DE VIVIR CON CONFIANZA, CREANDO VALOR EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA Y CONTRIBUYENDO AL BIENESTAR DE AMIGOS, FAMILIARES Y SU COMUNIDAD…

…UNA DE LAS DIFICULTADES QUE LOS LATINOS TIENEN PARA COMPRENDER EL BUDISMO, radica en lo que el término "religión" significa en su ámbito social… Las religiones occidentales tienen sistemas jerárquicos en los que las reglas y los dogmas se establecen desde arriba hacia abajo… Ellas están basadas en la creencia de una deidad sobrenatural… La relación entre el maestro y el discípulo es interpretada como la de una persona que ciegamente, sigue a otra… VER MAS…

EL ESFUERZO DE NO RENDIRSE JAMAS. Vivimos una vida fragmentada y llena de conflictos. Estamos divididos en centenas de grupos de seres humanos, limitados por el miedo, la vergüenza, la culpa, la ira, las obsesiones y las emociones… esta lucha interna hace que no nos podamos entender… ¿Por que pasa esto...? VER MAS…

LA RECITACION DE LOS CAPITULOS “MEDIOS HABILES” Y “DURACION DE LA VIDA”. Carta a la esposa de Hiki Daigaku Saburo Yoshimoto. Este Ghoso, nos acerca a un precepto conocido como “seguir las costumbres de la región”. El significa que, mientras no esté en juego ninguna trasgresión grave, no se debe ir contra las tradiciones y costumbres de un país, región o comunidad, aunque debamos apartarnos ligeramente de las enseñanzas. Este criterio fue establecido por el Buda... VER MAS…

LAS REUNIONES DE DIALOGO O ZADANKAI, SON UN OASIS…En la actualidad, el egoísmo desmedido, provoca profundos trastornos en el corazón humano y estamos perdiendo la coexistencia con la naturaleza; por ello estos mini cónclaves de miembros de todas las edades, razas, intereses y antecedentes, son un foro de intercambio rico y refrescante. En un mundo afectado por la "DESERTIFICACION SOCIAL", estas reuniones son un oasis, en el que los seres humanos en forma individual, se esfuerzan en concretar la paz mundial y la prosperidad de la sociedad humana. ...Como budistas, al establecer una condición de paz interior en la vida cotidiana, contribuimos con la paz del mundo, posibilitando a cada uno, desarrollar su potencial inherente... VER MAS…

DIVULGANDO EL BUDISMO DE NICHIREN DAISHONIN EN OCCIDENTE. Por Richard Causton director de la Soka Gakkai Británica. CAPITULO 9: NADA ES POR AZAR.

Temas desarrollados: NADA ES POR AZAR. ¿INOCENCIA O RESPONSABILIDAD? EL LIBRE ALBEDRÍO. LAS DIFERENCIAS ENTRE HINAYANA Y MAJAYANA


NADA ES POR AZAR.
Cada individuo tiene un karma personal, compuesto por la totalidad de los efectos de causas establecidas en el pasado que continúan ejercitando una influencia sobre las acciones del presente. No se trata, entonces, de una fuerza externa al individuo, ni de un ineludible destino: en cada situación se puede escoger entre el sufrimiento y l esperanza. El Budismo de Nichiren Daishonin enseña que es posible elevar la propia condición fundamental y volver a empezar en ese preciso instante a establecer nuevas causas basadas en la Budeidad para la felicidad futura.

Según en Budismo cada uno tiene un karma personal, y hasta que no logremos cambiar aquellas tendencias kármicas que inevitablemente nos causan sufrimiento, no podemos alcanzar una verdadera felicidad. El karma es un concepto muy poco comprendido en occidente donde se confunde, muy a menudo, con el fatalismo, el determinismo y la negación de la voluntad.

¿Entonces que es exactamente el karma?


Karma es una palabra sánscrita que significa "acción" e indica que, conforme a la estricta Ley de causa y efecto, cada acción produce una reacción futura en una cadena ininterrumpida por toda la eternidad.

Creamos karma con cada pensamiento, palabra o acción; es decir, cada pensamiento, palabra o acción expresan, a su vez, nuestro karma. No se trata de una fuerza externa a nosotros: el karma es el conjunto de efectos de las causas que hemos establecido en el pasado y que continúan ejerciendo una profunda influencia sobre nuestras acciones presentes. Algunos efectos de estas causas son latentes y no se han manifestado todavía, mientras que aquellos que ya aparecieron constituyen nuestra actual condición. El sutra Shinjikan afirma: “Si quieres comprender las causas creadas en el pasado, observa los efectos que se manifiestan en el presente; y si quieres conocer los efectos que se manifestarán en el futuro, mira las causas del presente”.

Mas profundamente, podemos definir el karma como la tendencia fundamental de nuestra vida, reconocida a través de la particular tendencia que uno de los Diez Estados ejerce sobre nuestra manera de pensar, hablar y actuar. Nichiren Daishonin lo explica en términos de causa interna y efecto latente: “La causa interna es la mente”.

El Maka shikan de Chih-i afirma: La causa interna es la que provoca el efecto latente y es llamada también karma.

A la luz del principio de unidad entre la vida y su medio ambiente (esho funi), el Budismo enseña que la tendencia kármica (o fundamental) de la vida de una persona determina la naturaleza de la realidad social en que vive esa misma persona.

Entonces cada esfuerzo para mejorar nuestra condición está destinado a fracasar si, al mismo tiempo no modificamos, dentro de nosotros, aquellas tendencias que han producido nuestras actuales condiciones. Por ejemplo, si ustedes son tan flojos o descuidado como para no lavarse nunca, es inútil que se cambien de ropa pensando que eso los liberará del mal olor. Tomemos el ejemplo de una joven mujer dominada por el mundo de Hambre: anhela cosas que no tiene y, cuando logra obtenerlas, inmediatamente desea otras cosas.

Imaginémonos que sufre por no tener un novio: también este deseo resulta influenciado por su innato estado de Hambre y, a menudo, sin darse cuenta, crea causas externas que expresan su necesidad. Se agita cuando un hombre se dirige a ella, mira embarazosa en el vacío, respira afanosamente cuando habla con el y le comunica su avidez con la mas pequeña señal; desde el ligero temblor de su voz, a su mirada y al rojo de su mejillas. Todo esto produce un efecto, inmediato y mas o menos intenso, sobre cada hombre a su alrededor según la fuerza de su relación. Los efectos latentes de su comportamiento brotan también en la vida de la joven mujer y se manifestaran cuando el tiempo y las circunstancias sean las propicias.

Lamentablemente, para nuestra joven, se tratará probablemente de efectos que ella no desea para nada. Esto pasa porque la avidez interior atrae avidez desde el exterior, mientras que muy a menudo rechaza aquello que no es ávido. El fuerte deseo de la muchacha atrae aquellos hombres que solo quieren poseerla, mientras que aquello que ella quizás desearía amar, no desearán nunca encontrarla en su camino.

La apetencia interior no solo atrae aquella exterior, sino que además frustra los verdaderos deseos, produciendo ulterior avidez. El ejemplo de la joven mujer nos hace entender porque, muy a menudo, hablamos de "cadenas" del karma. Cadenas que, entonando Nam-Myoho-Rengue-Kyo podemos definitivamente romper.

El concepto de karma enseña que nadie, fuera de nosotros mismos, es responsable de nuestra vida. Consecuentemente, no podemos atribuir a otros las responsabilidades de las situaciones en las cuales nos encontramos. Brevemente, karma significa que todo lo que sufrimos y todo lo que disfrutamos es el resultado de nuestras mismas acciones, sin excepción alguna. Asimismo las ventajas o desventajas que poseemos al nacer representan, según este principio Budista, el resultado de acciones llevadas a cabo en las vidas anteriores.

Por supuesto, si pudiéramos recordar todas las causas hechas en las existencias anteriores, podríamos juzgar mejor la veracidad de nuestro karma; sin embargo, con dificultad, logramos recordar los momentos mas importantes de nuestra vida presente. De todas maneras, así como nuestra entidad no puede escapar al universo cuando morimos, tampoco podrá sustraerse a las consecuencias de sus acciones pasadas.

Un verdadero budista, sin embargo, se dedica a eliminar el sufrimiento; tanto el propio como el de los demás. No se queda a observar pasivamente como el sufrimiento actúa en las personas, más bien se esfuerza en procurar felicidad a los demás, enseñándoles como cambiar las causas de tales sufrimientos.

Sin la dicha y la satisfacción de ver a otros seres humanos lograr la felicidad gracias a nuestros esfuerzos, no podemos ser nunca verdaderamente felices.

¿ INOCENCIA O RESPONSABILIDAD ?
Para los occidentales, la idea de haber nacido con un karma determinado es verdaderamente difícil de aceptar, especialmente si se trata de un karma que hace sufrir. Además de la dificultad de creer que hemos tenido otras vidas (no tenemos memoria de ello), es mas difícil aun creer que todo lo que pertenece a nuestra vida, hasta nuestros padres, haya sido establecido en base a causas que nosotros mismos hemos realizado en el pasado.

La primera objeción fundamental que la cultura occidental pone al concepto del karma, nace de una específica concepción de la inocencia, con particular referencia a la idea de la justicia y pureza de los niños.

La sociedad democrática occidental ha progresado, pasando desde el mundo de Animalidad en el cual los fuertes controlaban a los débiles, a aquel de Humanidad en el cual se reconocen ciertas reglas, aunque no siempre sean aplicadas. A través de siglos de evolución cultural, los derechos del hombre y la protección de los débiles se han convertido en instituciones y han penetrado en nuestra conciencia social para ayudarnos a reconocer lo que es justo y legítimo.

La noción de culpabilidad deriva entonces de Occidente. Por ello, parece hasta grotesco pensar que un niño nazca ya signado por un karma negativo, habiendo el mismo establecido las causas de su futuro sufrimiento.

La mayor parte de la sociedad dedica particular atención a los niños, pero la sociedad occidental atribuye a la imagen del niño un ulterior significado: la esperanza de un futuro mejor, bien sea en sentido material o espiritual.

Occidente opone al concepto del karma una precisa idea de la justicia (eres inocente hasta que no se demuestre que has trasgredido la moral social) y una arraigada concepción de la inocencia de la "nueva vida" y de lo que ella representa: pureza, optimismo y progreso. Pero, en este punto debemos concluir que los motivos por los cuales las personas tienen sufrimientos aparentemente no merecido pueden ser tres: la voluntad de Dios o de otro ser supremo, la casualidad o el karma creado por ellas mismas.

Si es solo la casualidad que conduce las personas al sufrimiento, estas no pueden hacer a meno de resentirse si la suerte actúa en su contra, o alegrarse si no lo hace. De todos modos son incapaces de cambiar las cosas. Creer en la suerte es lógico si se niega la eternidad de la vida y la continuidad de causa y efecto a través del pasado, el presente y el futuro.

Entonces, aunque el concepto de karma pueda parecer a primera vista injusto y hasta inhumano, desde otra perspectiva es extremadamente positivo, pues ofrece la eterna posibilidad de mejorar nuestra condición. Arnold Toynbee afirma: “las acciones producen consecuencias y tales consecuencias son inevitables. No son sin embargo, inalterables. Acciones sucesivas pueden mejorarlas o empeorarlas”.

En otras palabras, el karma concierne tanto al pasado como, quizás en mayor medida, al futuro. El Budismo de Nichiren Daishonin enseña que creamos continuamente nuestra realidad futura: al entonar Nam-Myoho-Rengue-Kyo, podemos elevar nuestra condición fundamental y volver a empezar, desde ese preciso instante, a establecer buenas causas, basadas en la Budeidad, para nuestra felicidad futura.

Tal comportamiento podría parecer poco apto para resolver problemas como la guerra y el hambre en el mundo, pero, si es adoptado por un número cada vez mayor de personas podrá, según el Budismo, transformar el karma colectivo que la humanidad misma ha creado y los sufrimientos que ha provocado, claramente visibles en el medio social.

Dice Nichiren Daishonin: “Los ríos re reúnen para formar el gran océano y las partículas de polvo se reúnen para formar el monte Sumeru. Cuando al inicio yo, Nichiren, abracé el Sutra del Loto era como una única gota de agua o una sola partícula de polvo en todo el Japón. Pero después, cuando dos, tres, diez y al final diez mil billones de personas recitarán el Sutra del Loto y lo enseñarán a los demás, formarán un monte Sumeru de maravillosa iluminación: un gran océano de Nirvana!”.

EL LIBRE ALBEDRÍO
La segunda grande objeción al concepto de karma nace de la cuestión del libre albedrío. El hecho de que cada acción nuestra y hasta cada pensamiento son el resultado de acciones y pensamientos pasados podría hacer pensar que los seres humanos no poseen libre albedrío y que, como autómatas, interpretan una vida ya programada por ellos mismos antes del nacimiento. Si esto fuera lo que enseña el Budismo, sería poco interesante para una cultura que, como la occidental, exalta las virtudes del individualismo.

Pero el concepto de karma no contradice aquel del libre albedrío: <


Es importante entender que nuestras decisiones no son determinadas por nuestras tendencias karmicas a pesar de ser influenciadas por ellas. La persona que cumple o se niega a cumplir una determinada acción, buena o mala, sabiendo que tiene una alternativa, ha hecho una elección, y por ende ha usado su libre albedrío.

Su tendencia karmica puede muy bien haberla empujado a elegir una solución en lugar de otra, pero no ha determinado su acción. Es obvio que en circunstancias extremas las acciones son estrictamente limitadas, y esta es una característica del estado de infierno, sin embargo hasta en las situaciones mas infernales se puede elegir entre los que nos conduce hacia un sufrimiento mas profundo o hacia el alivio.

Dado que cada uno de nosotros posee los Diez Estados, también quien es malvado puede revelar, fortificar y desarrollar los cuatro estados más elevados de Aprendizaje, Absorción, Bodisattva y Buda, así como los tres venenos (ira, avaricia y estupidez) pueden manifestarse aparentemente en las personas más nobles. Hasta el karma, profundamente arraigado en nosotros, puede ser cambiado: deberíamos inevitablemente sufrir los efectos negativos de las malas causas hecha en el pasado, en esta vida o en vidas anteriores, pero la acción que ahora cumplimos puede alterar o aliviar tales efectos.

El Budismo enseña que existen dos tipos de karma: mutable e inmutable. Generalmente este último produce un efecto fijo en un momento dado, mientras que es imposible especificar como o cuando se manifestaran los efectos del karma mutable. La muerte es un ejemplo de karma inmutable: es parte de nuestra vida y, aunque tratemos de retrasarla, al final ninguna de nuestras acciones podrá evitarla. Igualmente, si nuestro karma prevé una enfermedad incurable, nada de lo que hagamos podrá evitar que en el momento predestinado este mal aparezca en nuestra vida. Acciones habituales, continuamente repetidas, pueden también crear karma inmutable bajo la forma de efectos igualmente constantes. Por ejemplo, si la avidez los empuja a comer continuamente pesaran siempre demasiado: la comida, en lugar de sustentarlos, podría hasta matarlos. Al contrario si comen mucho solo algunas veces, producirán karma mutable, dado que el efecto de esta causa puede manifestarse de maneras diferentes, que van del simple malestar físico a graves indigestiones o enfermedades.

De todas maneras, en cada uno hay una mezcla de karma mutable e inmutable. Además, el karma que formamos depende de la fuerza de nuestras intenciones y aumenta en la medida en que nuestros pensamientos dan lugar a las palabras y las acciones. Si, por ejemplo, una persona alberga resentimiento solo dentro de sí, el karma que incide en su vida es relativamente ligero, pero si traduce su rabia en acciones físicas o verbales, entonces crea un karma más fuerte.

Como afirma Nichiren Daishonin: “...la gravedad de una ofensa depende de a quien se ofende”. El karma mutable puede ser transformado a través de un simple esfuerzo de voluntad, mientras que el karma inmutable es inevitable. Esto es debido al hecho de que la fuerza de voluntad opera a nivel consciente de la psiquis humana, mientras el karma existe en un nivel subconsciente, aún mas profundo. Tenemos entonces necesidad de un instrumento con capacidad de alterar el flujo de la vida misma y este instrumento es y siempre fué Nam-Myoho-Rengue-Kyo.

Entonar Nam-Myoho-Rengue-Kyo y actuar consecuentemente es la mejor causa que podemos establecer para transformar el peor karma en buena fortuna. Como afirma el Sutra Fugen, el epilogo del Sutra del Loto: “Si deseas hacer sangue, siéntate erguido y medita sobre la verdadera entidad de la vida. Entonces todas tus ofensas pasadas serán como rocío a la luz del sol de la sabiduría eterna”.

LAS DIFERENCIAS ENTRE HINAYANA Y MAJAYANA
Todas las enseñanzas budistas incluso aquellas anteriores al Sutra del Loto, coinciden en la mejor manera de transformar un karma infeliz en una vida llena de satisfacción. Algunos de los más antiguo predicaban un comportamiento virtuoso (buena causa que producen buenos efectos) con el fin de poder renacer en la Tierra Pura donde no existe sufrimiento (idea que se acerca a la doctrina cristiana). Otros afirmaban la posibilidad de renacer en condiciones siempre mas elevadas hasta el logro final del estado de Buda, que los liberaba de la necesidad de vivir en este mundo de sufrimiento. De todas maneras todos los sutras anteriores al Sutra del Loto afirmaban que los efectos de las buenas causas presentes no se manifiestan en esta vida.

Como escribe el Daishonin, el Sutra del Loto derrumba esta convicción: “Los beneficios de los demás sutras son inciertos dado que enseñan que primero se tienen que hacer buenas causas y solo entonces, en un tiempo futuro, se podrá uno convertir en Buda”. El Sutra del Loto es completamente diferente. Una mano que lo levanta logra inmediatamente la iluminación, una boca que lo recita obtiene instantáneamente la Budeidad, así como la luna se refleja en el agua en el instante que aparece detrás de las montañas de oriente, o como un sonido y su eco que se producen simultáneamente. Por esta razón el Sutra afirma: “Entre todos aquellos que escuchan esta Ley, no hay uno que no logre el estado de Buda".

No solamente al entonar Nam-Myoho-Rengue-Kyo al Gojonzon (causa), se manifiesta de inmediato nuestra condición de Buda (efecto); en el mismo instante en que entonamos esta frase, establecemos la causa para recoger los efectos de la Budeidad en el futuro, es decir: almacenamos en nuestra vida buena fortuna a la cual podemos acceder en el futuro.

Este es el secreto para cambiar nuestro karma de infelicidad. Nichiren Daishonin enseña cuan importante es purificar el espíritu interior que impulsa las acciones y revelar, entonando Nam-Myoho-Rengue-Kyo, nuestra naturaleza de Buda. Haciendo esto, dirigiremos nuestras tendencias vitales dominantes hacia la Budeidad, en base a la cual haremos nuevas causas.

“La vida de los seres humanos (escribe el Daishonin) está encadenada por el karma negativo de los deseos terrenales y del sufrimiento innato de vida y muerte. No obstante, dados las tres potencialidades de la naturaleza de Buda: la Budeidad innata, la sabiduría para percibirla y la acción para manifestarla, no hay dudas que nuestras vidas pueden llegar a manifestar las tres propiedades del Buda”.

En la medida en que nuestra condición de Buda se fortalece, podemos hasta empezar a usar nuestro karma negativo para crear "buena fortuna" tanto para nosotros como para los demás. Problemas y deseos, en efecto, nos empujan a entonar, en lugar de sufrir, acto que revela inmediatamente nuestra Budeidad y, al mismo tiempo, la fortalece, acumulando en nuestra octava conciencia una buena fortuna que, en el futuro deberá manifestarse.

Nuestro karma, pues, es conservado en la octava conciencia y tiene un profundo efecto sobre las primeras siete. Si tenemos, por ejemplo, una fuerte tendencia hacia la ira, esta dominará nuestros pensamientos en la séptima conciencia y la manera en que nos construimos una visión del mundo exterior, en la sexta conciencia, a través de los datos formados por nuestros sentidos. Por increíble que pueda parecer, entonando Nam-Myoho-Rengue-Kyo "perforamos" nuestro yo intimo hasta llegar a vivenciar, en nuestra novena conciencia, el manantial de la fuerza vital cósmica.

Esta poderosa fuerza vital atraviesa entonces las otras ocho conciencias, purificando toda nuestra vida e irrumpiendo en nuestro medio ambiente.

A pesar de que nuestra naturaleza de Buda se manifiesta inmediatamente cuando entonamos Nam-Myoho-Rengue-Kyo, transcurrirá mucho tiempo para que ella domine cada aspecto de nuestra vida: diez, veinte o hasta treinta años de práctica asidua. Por supuesto, pocas personas serían capaces de practicar por tan largo tiempo sin recibir, de vez en cuando, una recompensa por sus esfuerzos. Siendo seres humanos, necesitamos de pruebas tangibles del efecto de nuestra practica, las cuales se manifiestan en forma de beneficios visibles. Esta felicidad que recibimos profundiza nuestra fe y nos empuja a ir adelante tanto como para poder apreciar el creciente cúmulo de beneficios intangibles.

Nichiren Daishonin explica que la buena fortuna y los beneficios que se derivan de entonar Nam-Myoho-Rengue-Kyo se manifiestan de cuatro maneras diferentes: "Oración visible que produce un beneficio visible": entonando sinceramente logramos realizar rápidamente nuestros deseos, un beneficio que las personas logran apenas empiezan a practicar y que parece casi un milagro.

"Oración visible que produce un beneficio invisible": significa alcanzar un objetivo después de un cierto tiempo. Mirando hacia atrás entendemos, a través de la sabiduría de nuestra naturaleza de Buda, que este tipo de beneficio concierne a lo que logramos solo cuando estamos listos para extraer el máximo valor y no cuando creemos estar listos. "Oración invisible que produce un beneficio visible": es el sustento ofrecido por una practica vigorosa y constante, un "deposito" de buena fortuna y de protección. "Oración invisible que produce un beneficio invisible": es decir que a través de una practica sincera y constante por un largo periodo de tiempo cada aspecto de su vida asumirá las características de nuestro verdadero yo, o sea la Budeidad, sabiduría, coraje, misericordia, pureza y la felicidad de una inagotable fuerza vital. Es el resultado que muy a menudo definimos como "revolución humana".

El fin fundamental de la práctica budista, enseña el Daishonin, es alcanzar esta última categoría de beneficios. Aún sin negar el valor de los beneficios materiales a corto plazo, el verdadero objetivo del Budismo es mostrarnos como construir una vida fuerte y sólida que nos permita superar cada dificultad y establecer una felicidad duradera dentro de nosotros, así como también en nuestro entorno.

Desarrollando nuestra condición de Buda, desarrollamos también la misericordia hacia quienes sufren, y empezamos a compartir el deseo de todos los Budas: conducir las demás personas hacia la iluminación. Esto significa enseñar Nam-Myoho-Rengue-Kyo a los demás. Como promete el Sutra del Loto "Entre aquellos que escuchan esta Ley, no hay uno que no logre la Budeidad".

Lograr el estado de Buda requiere, sin embargo, espíritu de búsqueda, perseverancia y esfuerzo constante. Esta es la naturaleza de Rengue, causa y efecto.