Temas Desarrollados: LA
POSESIÓN MUTUA DE
LOS DIEZ ESTADOS. LOS DIEZ FACTORES DE LA VIDA.
LOS TRES ÁMBITOS DE LA EXISTECIA. EL ÁMBITO DE LOS CINCO COMPONENTES.
El
principio budista «tres mil estados contenidos en cada instante de la vida» Constituye
la estructura filosófica del Budismo de Nichiren que explica que las personas
comunes pueden lograr la iluminación en medio de la realidad de sus vidas
cotidianas.
Nichiren Daishonin inscribió el Gohonzon, el objeto de
veneración, y en éste corporizó gráficamente el supremo estado de iluminación
que manifestó en su vida para que todas las personas puedan también lograr la Budeidad.
El sustento filosófico que explica el significado del Gohonzon es la teoría de
los «tres mil estados contenidos en cada instante de la vida».
El Gran Maestro T’ien-t’ai de China, en su obra Gran concentración e introspección, sistematizó con la teoría de los «tres mil estados contenidos en
cada instante de la vida» la enseñanza del Sutra del Loto: de que todas las personas
pueden lograr la Budeidad.
«Cada instante de la vida» se refiere al estado o condición de vida
que uno experimenta en cualquier momento dado. Se puede comparar con una foto
multidimensional de la realidad de la vida. T’ien-t’ai describió al vasto
potencial de la vida en cada momento en términos de los tres mil aspectos o
ámbitos.
Los «tres mil aspectos» representan la totalidad de la vida,
sintetizada y vista desde tres perspectivas distintas: «la posesión mutua de
los diez estados», los «Diez Factores de la vida» y los «tres ámbitos de la
existencia».
LA
POSESIÓN MUTUA DE
LOS DIEZ ESTADOS.
Los diez estados o condiciones de vida en potencia que una persona
puede experimentar son, desde el más bajo hasta el más elevado, el estado de
infierno, hambre, animalidad, IRA (asuras), humanidad o tranquilidad, éxtasis,
aprendizaje, percepción, bodhisattvas, y Budeidad.
Todas las personas poseen dentro de sus vidas todos estos estados,
o diferentes condiciones potenciales, aunque solo uno de ellos puede estar
activo, manifiesto, en un momento específico.
Lo más importante desde el punto de vista del Budismo de Nichiren
es que todas las personas, sin excepción, poseen el mundo o estado de Buda, o
el potencial de ser un Buda.
Cada uno de los diez estados posee a todos los otros diez dentro
de sí y esto se llama la «posesión mutua de los diez estados».
Las enseñanzas budistas distintas al Sutra del Loto concebían a
los «diez estados » como algo estático, como lugares, y a cada uno totalmente
distinto y separado de los otros. Se creía que
Una persona debía habitar en un estado en particular durante toda
una existencia y sólo podía lograr la iluminación ascendiendo gradualmente a lo
largo de los «diez estados», uno a la vez, durante muchas existencias.
La posesión mutua de los diez estados rompe las limitaciones de
esta concepción y abre la posibilidad de transformación del ser humano.
Desde el momento en que vemos cada estado como un aspecto
potencial siempre presente es claro que, cualquiera que sea nuestro estado de
vida en cualquier momento, tenemos siempre el potencial de manifestar el estado
de Buda, y de hacer que esta sea nuestra condición o estado de
vida dominante. Y todo esto lo podemos lograr en esta existencia
presente. Este es el significado de la «posesión mutua de los diez estados».
Debido a que cada estado engloba a todos los otros diez, en la
teoría de los «tres mil aspectos» esto se los suele llamar «cien estados».
LOS DIEZ FACTORES
DE LA VIDA
Los Diez Factores de la vida son diez atributos y funciones
comunes a toda vida, independientemente de cual de los diez estados esté activo
o manifiesto. Una persona en el estado de infierno y una en el estado de Buda, por más diferentes que parezcan, tienen estos Diez
Factores en común.
Los Diez Factores se expusieron en el capitulo “Medios hábiles”,
segundo capítulo del Sutra del loto, donde dice: «El verdadero aspecto (entidad
o verdadera realidad) de todo fenómeno sólo puede ser comprendido y compartido
entre Budas.
Esta realidad consiste de apariencia, naturaleza, entidad, fuerza
o poder, influencia, causa interna, relación o causa externa, efecto latente,
efecto manifiesto y consistencia del
principio al fin». (The Lotus Sutra and Its Opening and Closing Sutras, pág. 57 [LSOC] ).
Este es el pasaje que forma parte en nuestra liturgia, de nuestra
recitación diaria del Sutra que dice:
«Yui butsu yo
butsu. Nai no
kujin. Shoho jisso. Sho-i shoho. Ño ze
so. Ño ze sho. Ño ze tai. Ño ze riki. Ño
ze sa. Ño ze in. Ño ze en. Ño ze ka. Ño
ze ho. Ño ze honmak kukyo to».
Cada uno de los «diez factores» significa, en resumen, lo
siguiente:
(1) Apariencia: se refiere a las características físicas de un ser
que podemos
discernir desde afuera.
(2) Naturaleza: es la disposición o cualidad inherente de un ser
que no se puede discernir desde afuera.
(3) Entidad (literalmente cuerpo, totalidad): es la realidad de un
ser que abarca tanto la apariencia como la naturaleza.
Estos primeros tres factores describen la realidad de la
existencia, de la vida en sí misma.
Los siguientes seis factores explican las funciones y actividad de
la vida, especialmente respecto a la causalidad y son:
(4) Poder: energía en potencia inherente en la vida que se expresa en la Influencia.
(5) Influencia: son las acciones producidas cuando se activa la energía en potencia de la vida, comparable con la energía cinética.
(6) Causa interna: es la raíz causal o semilla creada por la acción y permanece dormida en la vida.
(7) Relación o causa indirecta: se refiere a diversas condiciones,
internas y externas, que interactúan con la causa interna y la ayudan a
producir un efecto, llamado Efecto Latente.
(8) Efecto Latente: es de la misma calidad, bueno o malo, que la
causa que lo creó (buenas acciones y causas producen buenos efectos y malas
causas producen malos efectos) y reside como potencial latente en la vida.
(9) Efecto Manifiesto: es el resultado tangible o perceptible que
ocurre cuando un efecto latente pasa a ser manifiesto con el correr del tiempo
y en respuesta a ciertas condiciones.
(10) Consistencia de principio al fin: es el principio unificador
de los diez factores. Indica que todos los otros nueve factores, desde
apariencia (principio) hasta efecto manifiesto (fin) están presentes en forma consistente
y armoniosamente interrelacionados.
Todos los nueve factores, consistentemente presente y
armoniosamente interrelacionados, expresan la condición de vida o de
existencia, es decir, al mismo estado de los Diez Estados que esté manifiesto en
un momento dado.
La consistencia de principio a fin también significa que el estado, entre los diez estados, corporizado en un momento dado por los primeros
tres factores (que describen la realidad o entidad de la vida) se expresa
consistentemente, en ese momento, en cada uno de los siete factores restantes (que
describen las funciones de la vida).
En un nivel más fundamental, Nichiren Daishonin indica que la
consistente de principio al fin significa que todos los diez factores son la
manifestación de la Ley
Mística, sin importar el estado que estén expresados en un
momento dado. Nichiren dice claramente que: «Esos diez factores representan Myoho-renge-kyo»
(“La doctrina de los Tres mil estados”, Los escritos de
Nichiren Daishonin, Vol. 2, pág. 87).
El presidente de la
SGI, Daisaku Ikeda, escribe que: «Nam-myoho-renge-kyo es la ley
fundamental del universo (el verdadero aspecto
o verdadera realidad) que se manifiesta sin cesar, como la vida en esos ‘diez estados’»(2)
(todos los fenómenos) y señala que: «En el Gohonzon, Nam-myoho-rengekyo,
escrito verticalmente en el centro, indica la verdadera entidad, y los seres de
los ‘diez estados’, escritos a ambos lados,
indican todos los fenómenos». En términos de los «tres mil estados contenidos en cada instante
vital», un solo instante vital corresponde al verdadero aspecto, y los tres mil estados a todos los
fenómenos.
El presidente Ikeda concluye diciendo que «cuando oramos al Gohonzon, como seres que somos de
los nueve estados, nuestras actividades diarias, iluminadas por Nam-myoho-renge-kyo,
revelan el verdadero aspecto de todos los fenómenos.
Al respecto Nichiren dijo que “Los seres vivos de los ‘diez
estados’ son todos Budas del verdadero aspecto de todos los fenómenos” (Gosho zenshu, pág. 830).
Nuestras vidas, tal como son, bien sea en el estado de infierno o
en el estado de humanidad, pueden brillar como la corporificación del verdadero
aspecto, es decir, de Nam-myoho-renge-kyo»(3).
LOS TRES ÁMBITOS DE LA EXISTECIA
Los «tres ámbitos de la existencia» describen la vida desde tres perspectivas:
El ámbito interno de un individuo.
El ámbito del individuo como ser que vive entre otros individuos,
y
El ámbito de todo el medio ambiente donde están los seres vivos.
Ellos son el «ámbito de los cinco componentes», el «ámbito de los
seres vivos» y el «ámbito del medio ambiente».
EL ÁMBITO DE LOS CINCO COMPONENTES
Consiste de forma, percepción, voluntad, conceptualización y
conciencia; todas las entidades vivientes se dice que están compuestas de estos
cinco elementos.
Componentes: aquí significa junta o unión, y un ser viviente es
considerado una «unión temporal de los cinco componentes».
Los cinco componentes son:
Forma: incluye todo lo que constituye el cuerpo físico y sus
órganos de los sentidos [ojos, orejas, nariz, lengua, cuerpo y mente], a través
de los cuales uno percibe el mundo externo.
Percepción: significa la función de recibir o tomar información
externa mediante los órganos de los sentidos.
Voluntad: significa la voluntad o deseo de iniciar la acción, en respuesta
a la concepción de lo que se ha percibido.
Concepción: indica la función por la cual uno comprende, o se
forma alguna idea o concepto acerca de lo que se ha percibido.
Conciencia: es la función cognoscitiva del discernimiento que
integra a los componentes de percepción, concepción y voluntad.
En resumen, la mente y cuerpo de una persona son en sí el ámbito de
los cinco componentes, y las funciones de cada componente cambian dependiendo de
cual de los Diez Estados la persona está experimentando.
El ser viviente como un todo integrado, como un ser humano
individual, y los seres como una entidad colectiva, o sociedad, constituyen el
ámbito de los seres vivientes.
Entonces el ámbito de los seres vivientes se refiere a los
individuos y a su interrelación que manifiestan los ‘diez estados’.
La tierra o medio ambiente donde habitan los individuos y los
grupos de individuos es el ámbito del medio ambiente. En este ámbito se manifiesta
cada uno de los Diez Estados, dependiendo del estado de vida colectivo de los seres vivientes que lo habitan.
Nichiren Daishonin dice: “No existen, por sí mismas, una tierra
pura y otra impura; la diferencia solo reside en el bien y el mal que hay en
nuestro interior”. (“El logro de la
Budeidad en esta existencia”, END, pag 4) Por esta razón
cuando las personas mejoran su estado de vida, la calidad de su medio ambiente
mejora en la misma medida.
La
conexión entre «un solo instante vital» y los «Tres mil estados» Nichiren cita la Gran
Concentración e
Introspección de T’ien-t’ai como sigue:
«La vida a cada momento está dotada de diez estados. Al mis tiempo, cada uno de esos diez estados está dotado de la totalidad de estos
diez estados, de tal forma, que cada entidad de vida posee, en realidad, cien
estados.
Cada uno de esos estados, a su vez, posee treinta principios de individualización
o aspectos, lo cual significa que en los cien estados hay tres mil aspectos.
Los tres mil estados están contenidos en cada instante de vida. Si no hay vida,
ahí termina la cuestión.
Pero si existe la menor traza de vida, ella contiene la totalidad
de los tres mil estados. (El objeto
de devoción para observar la vida, establecido en el quinto periodo de quinientos años posterior a la muerte de El Que
Así Llega, END, pág. 373).
Aquí T’ien-t’ai indica que cada una de nuestras vidas abarca tres
mil estados:
Los cien de la posesión mutua de los ‘diez estados’, por los ‘diez
factores’ de la vida, por los tres ámbitos de la existencia, lo cual significa
que la vida de un solo individuo en cada momento abarca e impregna totalmente a
todos los tres mil estados.
En otras palabras, los «tres mil estados contenidos en cada
instante vital» se pueden ver desde dos perspectivas: primero, nuestras vidas
en cada momento incluyen a todos los fenómenos del universo entero, y segundo,
que nuestras vidas en cada momento impregnan, llenan, al universo entero.
Una sola vida posee un potencial vasto e ilimitado. Esta
importante enseñanza, que nos da una visión comprensible del funcionamiento de
la vida, sustenta muchos conceptos budistas esenciales, tales como la inseparabilidad del cuerpo y la mente, la inseparabilidad de la
vida y su entorno, lograr la
Budeidad en la existencia presente, y lograr la Budeidad con nuestra
forma actual.
Por lo tanto, la teoría de los ««tres mil estados contenidos en
cada instante vital» apuntala la filosofía de infinita esperanza del Budismo de
Nichiren.
NOTAS:
2.
Traducido al inglés del japonés por Daisaku Ikeda, Ikeda meiyo kaicho no
hokekyo hoben pon juryo bon kougi (“Conferencias del presidente Ikeda sobre los
capítulos ‘Medios hábiles’ y ‘Duración de la vida de El Que Así Llega’), Tokyo:
Seikyo Shimbunsha, 1996, vol. 1, págs. 175 y 176.
3. Ibid.
Fuente Departamento de Estudio de la SGI-USA